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Capitulo 1

Purgatorio Minero:
Antonio de Ulloa aceptó el nombramiento en Huancavelica. Él conocía el grado de dificultad
asociado a su nuevo puesto, pero no podía prever la seriedad de los problemas que le
esperaban.
Además, se vio envuelto en diversos juicios y procesos legales en los cuales tuvo que
defenderse de maliciosas acusaciones se enfrentó a intereses corruptos de las más altas
autoridades coloniales, y perdió. La mina de Huancavelica se explotaba sin preocupación
alguna por su derrumbe; la contabilidad y tesoro real quedó a merced de los fraudes de los
oficiales e «inteligencias particulares»; el monopolio de la compra y distribución del
mercurio se convirtió en objeto de utilidad privada; la tiranía había reemplazado al buen
gobierno; y el cohecho dominaba la administración de justicia. El no participar en tal
costumbre de cohecho y soborno le trajo, a Ulloa, muchos problemas durante su gobernación.
Ulloa denunció los excesos de los repartos, el fraude en la cuenta de los indios tributarios y el
abuso de la mano de obra indígena.
Plata y contrabando
El entendimiento entre las autoridades y los intereses vinculados a la minería de plata y su
comercio, el financiamiento, los impuestos reales que generaba y el contrabando al que daba
lugar; favorecieron las ganancias privadas en desmedro de la producción y la honesta
administración. Los oficiales corruptos de las cajas reales imponían condiciones interesadas a
los mineros especulando con el precio oficial y el de venta del mercurio, en complicidad con
aquellos que lo recibían privilegiadamente. Estos oficiales exigían el pago del mercurio con
plata piña, es decir, plata sin sellar (toda plata producida estaba sujeta al quinto real al
momento de fundirla en barras selladas oficialmente).
El empuje reformista contra el contrabando coincidió con el ascenso de la dinastía Borbón en
España con Felipe V. Paradójicamente el primer virrey que la monarquía borbónica nombró
tuvo participación en unos escandalosos casos de contrabando francés durante su gestión,
pues, había hecho promesas de devolver favores. El origen y la formación de la élite
mercantil y burocrática colonial estuvieron entrelazados con prácticas corruptas y de
contrabando. Estos y otros intereses sentaron las bases de las redes de patronazgo coloniales,
que se hallaban controladas en la cima por autoridades políticas que buscaban ganancias
privadas a costa del bien público.
Círculos de patronazgo virreinales
El uso de la fuerza era combinado con un hábil patronazgo y con sobornos, para crear así
una semblanza de gobierno estable. La rebeldía y el descontento se incubaban en los
conquistadores y encomenderos, desposeídos de sus mercedes. Sin embargo, las hábiles
negociaciones del «pacificador» Pedro de la Gasca y las corruptelas condujeron a un relativo
acomodamiento de intereses que sirvió como base de una estabilidad virreinal.
En el nuevo siglo borbónico, los círculos de patronazgo de los virreyes Castelldosrius y
Ladrón de Guevara no parecían diferir mucho de los de los virreyes durante la era Habsburgo.
Sin embargo, podemos señalar una diferencia en el papel cada vez más importante
desempeñado por asesores u hombres de confianza del virrey fuera de su familia inmediata.
Ese fue el caso de Marí, quien conducía una red de actividades encubiertas bajo la protección
del virrey Castelldosrius, así como el de Munive, quien ayudó al enriquecimiento privado de
Ladrón de Guevara. Durante el gobierno del virrey Castelfuerte parece haber ocurrido una
caída temporal del patronazgo corrupto. Sin embargo, la corruptela recrudecería
gradualmente durante el gobierno del conde de Superunda , otro virrey militar. Así parecerían
indicarlo las sospechas de una extendida corrupción, inmediatamente después del devastador
terremoto de 1746, así como el deterioro de la administración de Huancavelica, del cual Ulloa
fuera testigo.
Decreciente celo reformista
Con la abolición de los corregimientos y el reparto, así como la implementación de las
intendencias en 1784, la sierra se benefició al menos en el corto plazo. Años después se creó,
en 1787, la Audiencia del Cuzco. Estos importantes cambios se produjeron bajo el mando de
Jorge Escobedo un nuevo visitador y superintendente que reemplazó a Areche. Su gran logro
fue la implementación detallada y meticulosa del régimen de intendentes, además, mejoró el
cumplimiento de la ley. Sin embargo, los intereses locales presentaron resistencia a la
reforma.
Alonso Carrió de la Vandera proponía que se mantuvieran los corregidores y repartos incluso
después de la rebelión de Túpac Amaru. Sin embargo, propuso una reforma alternativa. Él
tenía en mente una capitación directa aplicable a todos los súbditos en el Perú. Este impuesto
universal directo, aparentemente pensado para unir a los súbditos peruanos sin consideración
de etnicidad o de raza, habría sido rechazado rotundamente por criollos y mestizos por igual.
Capitulo 6
Las promesas rotas de Belaunde

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