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I.

II. MARCO TÉORICO

ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LOS RIÑONES

Cada riñón contiene numerosos túbulos diminutos que se vacían en una cavidad
drenada por el uréter. Cada uno de los túbulos recibe un filtrado de la sangre desde un
lecho capilar llamado glomérulo. El filtrado es modificado a medida que pasa a través
de las diferentes regiones del túbulo y de esta forma se convierte en orina. (1)

La función primaria de los riñones es la regulación del líquido extracelular (plasma y


líquido intersticial) en el cuerpo, que realiza a través de la formación de orina, que no
es más que el filtrado del plasma modificado. (2) En el proceso de formación de la
orina, los riñones regulan:

1. El volumen de plasma sanguíneo (y de esa manera contribuyen en forma


significativa a la regulación de la presión arterial).
2. La concentración de los productos de desecho dentro del plasma.
3. La concentración de electrólitos (Na+, K+, HCO3 y otros iones) en el plasma.
4. El pH del plasma.

A fin de comprender cómo los riñones efectúan estas funciones, se requiere conocer la
estructura del riñón.

ESTRUCTURA MACROSCÓPICA DEL SISTEMA URINARIO

El par de riñones yace a ambos lados de la columna vertebral por debajo del
diafragma y el hígado. Cada riñón adulto pesa alrededor de 160 g y tiene cerca de 11
cm (4 pulg) de largo y 5 a 7 cm (2 a 3 pulg) de ancho. (1)

La orina producida en los riñones es drenada en una cavidad conocida como pelvis
renal (“vasija”) y luego es canalizada desde cada riñón a través de unos conductos
largos —los uréteres— a la vejiga urinaria. (3)

Una sección coronal del riñón muestra dos regiones diferentes. La corteza más
externa es de aspecto café rojizo y granular debido a la abundancia de capilares.

La región más profunda, o médula, es de aspecto rayado debido a la presencia de


túbulos microscópicos y vasos sanguíneos. La médula está compuesta por 8 a 15
pirámides renales cónicas separadas por columnas renales. (1)

La cavidad del riñón está dividida en varias porciones. Cada pirámide se proyecta en
una pequeña depresión llamada cáliz menor. Varios cálices menores se unen para
formar un cáliz mayor. Por su parte, los cálices mayores se unen para formar la pelvis
renal, una estructura infundibuliforme. La pelvis renal colecta la orina desde los cálices
y la transporta a los uréteres y éstos, a su vez, a la vejiga urinaria El uréter
experimenta peristalsis, contracciones tipo onda similares a las que acontecen en el
tubo digestivo. (Resultan en dolor intenso cuando un cálculo renal se libera.(4)

Es de apreciable interés que el marcapaso de tales ondas peristálticas se localiza en


los cálices y pelvis renales, que contienen músculo liso. Los cálices y la pelvis también
experimentan contracciones rítmicas, las cuales contribuyen en el vaciamiento de la
orina desde el riñón. Algunos investigadores han sugerido que estas contracciones
peristálticas pueden afectar las propiedades del transporte de los túbulos renales, y de
esa forma influir en la concentración de la orina. (5)

La vejiga urinaria es un saco de almacenamiento para la orina, y su forma depende de


la cantidad de orina que contiene. Una vejiga urinaria vacía es piramidal; cuando se
llena, adquiere una conformación ovoidea y protruye hacia arriba dentro de la cavidad
abdominal. La vejiga urinaria es drenada desde abajo por la uretra tubular. En las
mujeres, la uretra tiene 4 cm (1.5 pulg) de longitud y se abre en el espacio que media
entre los labios menores. En los varones, la uretra tiene alrededor de 20 cm (8 pulg)
de longitud y se abre en el extremo del pene, desde el cual éste puede dar salida a la
orina o al semen. (6)

CONTROL DE LA MICCIÓN

La vejiga urinaria tiene una pared muscular conocida como músculo detrusor.
Numerosas uniones comunicantes (sinapsis eléctricas) interconectan sus células de
músculo liso, de manera que los potenciales de acción se propagan de célula a célula.
Aunque los potenciales de acción pueden gene rarse en forma automática y en
respuesta al estiramiento, el músculo detrusor cuenta con una rica inervación de
neuronas parasimpáticas y se necesita la estimulación neural para que la vejiga se
vacíe. El estímulo principal del vaciamiento vesical es la acetilcolina (ACh) liberada por
los axones parasimpáticos, los que estimulan a los receptores ACh muscarínicos del
músculo detrusor. (4)

Dos esfínteres musculares circundan la uretra. El esfínter superior, compuesto de


músculo liso, se designa como esfínter uretral interno; el esfínter inferior, compuesto
de músculo esquelético voluntario, se designa como esfínter uretral externo.

Las acciones de tales esfínteres son las de regular la emisión de orina, la que también
se conoce como micción. Cuando la vejiga está llena, neuronas sensitivas propias
activadas por el estiramiento estimulan a interneuronas localizadas en el segmento S2
al segmento S4 de la médula espinal. La médula espinal controla entonces el refl ejo
de defensa, en el cual los nervios parasimpáticos del músculo detrusor se inhiben,
mientras que neuronas somáticas motoras estimulan el músculo estriado del esfínter
uretral externo, que evita el vaciamiento involuntario de la vejiga. Cuando la vejiga se
estira lo suficiente, la estimulación de las neuronas sensitivas puede desencadenar el
reflejo de vaciamiento. Durante el reflejo de vaciamiento, la información sensitiva
recorre la médula espinal hasta el puente, donde un grupo de neuronas funge como el
centro de la micción. Este centro de la micción activa los nervios parasimpáticos hacia
el músculo detrusor, lo que origina contracciones rítmicas. (4,6)

La inhibición de las neuronas simpáticas puede también causar relajación del esfínter
uretral interno. En este punto, el individuo siente una sensación de urgencia, pese a lo
cual de manera habitual todavía conserva el control voluntario sobre el esfínter uretral
externo, al cual inervan neuronas somáticas motoras del nervio pudendo. La
incontinencia tendrá lugar a un determinado volumen vesical, a menos que regiones
cerebrales más altas inhiban el reflejo de vaciamiento. (5)

El reflejo de defensa permite el llenado vesical debido a que regiones cerebrales más
altas inhiben el centro de la micción pontino. Estas regiones cerebrales más altas,
entre las que se incluyen la corteza prefrontal y la ínsula, controlan el cambio desde el
refl ejo de defensa al refl ejo de vaciamiento, y de ese modo permiten que la persona
tenga el control voluntario de la micción. Cuando se toma la decisión de orinar, el
centro pontino de la micción se activa por información sensitiva y vigila el estiramiento
de la vejiga. Como consecuencia, se inhibe la actividad del nervio pudendo y así el
esfínter uretral externo puede relajarse, al tiempo que se activan los nervios
parasimpáticos del músculo detrusor, lo que determina la contracción de la vejiga y la
emisión de orina. La capacidad de inhibir en forma voluntaria la micción aparece por lo
general entre los 2 y 3 años.

ESTRUCTURA MICROSCÓPICA DEL RIÑÓN

La nefrona es la unidad funcional del riñón responsable de la formación de orina. Cada


riñón contiene más de un millón de nefronas. Una nefrona consiste en tubos
pequeños, o túbulos, y pequeños vasos sanguíneos asociados. El líquido derivado de
la filtración capilar ingresa en los túbulos, donde resulta modificado de manera
subsecuente por procesos de transporte; el líquido resultante que abandona los
túbulos es la orina.
VASOS SANGUÍNEOS RENALES

La sangre arterial ingresa al riñón a través de la arteria renal, la cual se divide en


arterias interlobulares que pasan entre las pirámides a través de las columnas renales.
Las arterias arqueadas nacen en las arterias interlobulares en el límite entre la corteza
y la médula. Varias arterias interlobulillares se irradian desde las arterias arqueadas
hacia la corteza para, a su vez, subdividirse en numerosas arteriolas aferentes, que
son microscópicas. Las arteriolas aferentes liberan sangre en los glomérulos —redes
capilares productoras de un filtrado de la sangre que ingresa en los túbulos urinarios.
La sangre que permanece en un glomérulo lo abandona a través de la arteriola
eferente, la cual libera la sangre en otra red capilar los capilares peritubulares que
circundan los túbulos renales. (6)

Esta disposición de vasos sanguíneos es exclusiva, ya que es la única en el cuerpo en


la cual un lecho capilar (el glomérulo) es drenado por una arteriola en lugar de que lo
haga una vénula y, a su vez, el único cuya sangre es liberada en un segundo lecho
capilar localizado corriente abajo (los capilares peritubulares). (3)

Desde los capilares peritubulares, la sangre es drenada por venas que siguen un
recorrido paralelo al de las arterias ya descritas. Tales venas reciben los nombres de
venas interlobulillares, venas arqueadas y venas interlobulares (de acuerdo con la
dirección de la circulación venosa o de retorno). Las venas interlobulares descienden
entre las pirámides, convergen y dejan el riñón como una sola vena renal, que se
vacía en la vena cava inferior.

TÚBULOS DE LA NEFRONA

La porción tubular de una nefrona consta de una cápsula glomerular, un túbulo


contorneado proximal, una rama descendente del asa de Henle, una rama ascendente
del asa de Henle y un túbulo contorneado distal. La cápsula glomerular (de Bowman)
rodea el glomérulo. La cápsula glomerular y su glomérulo acompañante se localizan
en la corteza del riñón y juntos constituyen el corpúsculo renal. La cápsula glomerular
contiene una capa visceral interna de epitelio alrededor de los capilares glomerulares y
una capa parietal externa. El espacio entre estas dos capas es continuo con la luz del
túbulo y recibe el filtrado glomerular, como se describirá en la siguiente sección. (4,5)

El filtrado que ingresa en la cápsula glomerular pasa hacia la luz del túbulo
contorneado proximal. La pared del túbulo contorneado proximal consta de una capa
simple de células cuboidales que contienen millones de microvellosidades; estas
microvellosidades incrementan el área superficial de reabsorción. Durante el proceso
de reabsorción, sal, agua y otras moléculas necesarias para el cuerpo son
transportadas desde la luz, a través de las células tubulares, hacia los capilares
peritubulares circundantes. (3)

El glomérulo, la cápsula glomerular y el túbulo contorneado están localizados en la


corteza renal. El líquido pasa desde el túbulo contorneado proximal al asa de la
nefrona, o asa de Henle. Este líquido es conducido hacia la médula por la rama
descendente del asa y regresa a la corteza por la rama ascendente del asa. De
regreso a la corteza, el túbulo adquiere otra vez su disposición helicoidal y se
denomina túbulo contorneado distal. El túbulo contorneado distal es más corto que el
túbulo proximal y cuenta con relativamente pocas microvellosidades. (2,6)

El túbulo contorneado distal termina donde se une altubo colector. Los dos tipos
principales de nefronas se clasifi can de acuerdo con su posición en el riñón y la
longitud de sus asas de Henle. Las nefronas que se originan en el tercio interno de la
corteza llamadas nefronas yuxtamedulares debido a que se ubican junto a la médula—
tienen asas de nefronas más extensas que las más numerosas nefronas corticales, las
que se originan en los dos tercios más externos de la corteza. Las nefronas
yuxtamedulares desempeñan un papel importante en la capacidad del riñón para
producir una orina concentrada. Un tubo colector recibe líquido desde los túbulos
contorneados distales de varias nefronas. (2)

Después, el líquido es drenado por el tubo colector desde la corteza a la médula ya


que el tubo colector pasa a través de la pirámide renal. Este líquido, desde ya llamado
orina, avanza hasta un cáliz menor. Entonces la orina es vaciada a través de la pelvis
renal y fuera del riñón hacia el uréter.

FORMACIÓN DE LA ORINA

La intensidad con la que se excretan diferentes sustancias en la orina representa la


suma de tres procesos renales:

1. La filtración glomerular.
2. La reabsorción de sustancias de los túbulos renales hacia la sangre.
3. La secreción de sustancias desde la sangre hacia los túbulos renales. De
forma matemática se expresa:

V . excreción urinaria=V . filtración−V . reabsorción+V . de secreción


La formación de orina comienza cuando una gran cantidad de líquido que casi no
dispone de proteínas se filtra desde los capilares glomerulares a la cápsula de
Bowman. La mayoría de las sustancias del plasma, excepto las proteínas, se filtran
libremente, de manera que su concentración en el filtrado glomerular de la cápsula de
Bowman es casi la misma que en el plasma. A medida que el líquido abandona la
cápsula de Bowman y pasa a través de los túbulos, se modifica por la reabsorción de
agua y solutos específicos de nuevo hacia la sangre o por la secreción de otras
sustancias desde los capilares peritubulares hacia los túbulos. (4)

FILTRACIÓN, REABSORCIÓN Y SECRECIÓN DE DIFERENTES


SUSTANCIAS

En general, la reabsorción tubular es cuantitativamente más importante que la


secreción tubular en la formación de la orina, pero la secreción es importante para
determinar las cantidades de iones potasio e hidrógeno y algunas otras sustancias que
se excretan por la orina. La mayoría de las sustancias que deben eliminarse de la
sangre, en especial los productos finales del metabolismo, como la urea, la creatinina,
el ácido úrico y los uratos, se reabsorben mal y por ello se excretan en grandes
cantidades en la orina. Ciertas sustancias extrañas y fármacos se reabsorben mal
pero, además, se secretan desde la sangre a los túbulos, de manera que su excreción
es alta. Por el contrario, los electrólitos, como los iones cloro, sodio y bicarbonato, se
reabsorben mucho, de manera que solo se detectan en la orina pequeñas cantidades.
Ciertas sustancias nutritivas, como los aminoácidos y la glucosa, se reabsorben
completamente de los túbulos y no aparecen en la orina, aunque los capilares
glomerulares filtren grandes cantidades. (4)

Cada uno de los procesos (filtración glomerular, reabsorción y secreción tubular) está
regulado de acuerdo con las necesidades del cuerpo. Por ejemplo, cuando hay un
exceso de sodio en el cuerpo, la intensidad con la que el sodio se filtra normalmente
aumenta y se reabsorbe una fracción menor del sodio filtrado, lo que da lugar a una
mayor excreción en la orina.

Para la mayoría de las sustancias, la filtración y la reabsorción son muy intensas


comparadas con la excreción. Por tanto, incluso cambios ligeros en la filtración o la
reabsorción pueden dar lugar a cambios grandes en la excreción renal. Por ejemplo,
un aumento de la filtración glomerular (FG) de solo un 10% (de 180 a 198 l/día)
aumentaría el volumen de orina 13 veces (de 1,5 a 19,5 l/día) si la reabsorción tubular
permaneciera constante. En realidad, los cambios en la filtración glomerular y en la
reabsorción tubular suelen actuar de manera coordinada para producir los cambios
necesarios en la excreción renal. (3,4)

a) Filtración glomerular

El proceso de excreción comienza en el corpúsculo renal o glomérulo de Malpighi, que


es un ovillo de capilares sanguíneos que se forman por la ramificación de la arteriola
aferente. En el proceso de filtración glomerular, la sangre pasa por esta red capilar
porosa, que se comporta como un filtro del plasma. En la filtración glomerular, la
separación de sustancias no es selectiva ni exclusiva para los desechos metabólicos,
debido a que la alta presión glomerular “empuja” tanto las sustancias útiles (glucosa,
aminoácidos y otras) como los desechos que tienen un tamaño molecular que les
permite atravesar la capa celular (endotelio) del glomérulo.

Este filtrado llega a la cápsula de Bowman y comienza a recorrer los túbulos, mientras
que la sangre del glomérulo sigue su recorrido por la arteriola eferente, de menor
diámetro que la aferente. Mediante este proceso se forma el ultrafiltrado de plasma
sanguíneo, que se produce por el paso de plasma, sin elementos celulares, y carente
de proteínas, desde el interior de los capilares glomerulares hacia el espacio de la
cápsula de Bowman, donde se filtra el agua, iones, sales, moléculas orgánicas, como
glucosa y aminoácidos. Los glomérulos pueden filtrar 125 ml por minuto. Esto
equivale, aproximadamente, a 180 litros de plasma diarios. (4,5)

b) Reabsorción tubular

El volumen promedio diario de filtrado glomerular es de 180 litros diarios, pero


sabiendo que evidentemente no se eliminan 180 litros diarios de orina, se puede
deducir que debe haber recuperación de agua y sustancias desde los túbulos. Este
proceso de recuperación se denomina reabsorción y se produce a lo largo de todo el
sistema tubular de la nefrona (túbulo contorneado proximal y túbulo contorneado
distal), pero es más activa en el túbulo contorneado proximal. La reabsorción tubular
permite conservar sustancias importantes para el organismo como el agua, la glucosa,
aminoácidos, vitaminas, etc., los que pasan nuevamente a la sangre. También se
produce la reabsorción de importantes iones como el Na+ y Cl. Además, la
reabsorción es capaz de adaptarse a las necesidades del momento, es decir, participa
en la homeostasis del medio interno. (4,5)

c) Secreción tubular

La composición final de la orina depende no sólo de la filtración y reabsorción sino


también de la secreción tubular de ciertas sustancias desde la sangre hacia el líquido
tubular. Por ejemplo, se eliminan algunos iones (K+, H+, NH4+) y creatinina. (4,5)
EXCRECIÓN DE LA ORINA

Una vez ocurridos los procesos anteriores, el líquido de los túbulos llega al tubo
colector, donde aún se puede reabsorber agua. En este lugar el líquido empieza a
recibir el nombre de orina. Los tubos colectores desembocan en los cálices renales, de
allí en la pelvis renal, uréteres y vejiga urinaria donde se almacena la orina hasta que
se produce el reflejo de orinar, momento en que la orina es expulsada por la uretra
hacia el exterior. (3)

COMPOSICIÓN DE LA ORINA:

En los seres humanos, la orina normal suele ser un líquido transparente o amarillento.
Se eliminan aproximadamente 1,5 litros de orina al día. La orina normal contiene un
95% de agua, un 2 % de sales minerales y 3 % de urea y ácido úrico, y
aproximadamente 20g de urea por litro. Cerca de la mitad de los sólidos son urea, el
principal producto de degradación del metabolismo de proteínas. (6)

FUNCIÓN DE LOS RIÑONES:

 Eliminación de sustancias tóxicas (urea) producidas por el metabolismo celular.


 Eliminación de sustancias tóxicas como la ingesta de drogas;
 Control electrolítico, al regular la excreción sobre todo de sodio y potasio;
 Control del equilibrio ácido-base.
 Excretar los desechos mediante la orina.
 Regular la homeostasis del cuerpo.
 Secretar hormonas: la eritropoyetina, la calicreína, la renina y la vitamina D (se
transforma en calcitriol).
 Regular la producción de la orina.
 Participa en la reabsorción de electrolitos.
 Regula la presión arterial.
REFERENCIAS

1. Llanio Navarro, R, Perdomo González, G. Propedéutica Clínica y


Semiología Médica. Tomo 2. Capítulo 68. Agua y electrolitos.
Aclaraciones preliminares y equilibrio hidroelectrolítico. Equilibrio hídrico.
[consultado 11 Mayo 2019].
2. Colectivo de Autores. Morfofisología I. La Habana: Editorial Ciencias
Médicas, 2017
3. Roca Goderich R. Temas de Medicina Interna, t. 2. 4ta edición. La
Habana: Editorial Ciencias Médicas, 2015.
4. M. Cereijido, R. Gerardo Contreras, L. González-Mariscal. El riñón y la
homeostasis orgánica. Nefr. Pediátr. [revista en internet] 2; p. 11-21.
[consultado 11 Mayo 2019] Disponible en:
[https://clinicalkey.publicaciones.saludcastillayleon.es/]
5. Merino de la Hoz F. Desequilibrios Hidroelectrolíticos. Tema 1.2.1. Enf.
Clín. [Revista en Internet] 2011. [consultado 11 Mayo 2019]; p. 2-3.
Disponible en: [http://ocw.unican.es/]
6. Delgado-Correa W. Fisiología Experimental I. Santiago de Cuba: Univ.de
Ciencias.Médicas, 2016.
9. ¿CÓMO SE CALCULA EL ACLARAMIENTO DE LA CREATININA?

El aclaramiento de creatinina se calcula, más comúnmente mediante 4 fórmulas


distintas.

a. Fórmula habitual:

CCr=
DIURESIS ( orina
24 h ) ×Cr orina(
mg
dL
)

mg
1440× Cr plasma( )
dL

b. Fórmula de Cockcroft y Gault: Para varones

140−edad ( años ) × peso ( Kg)


CCr=
mg
72× Cr plasma( )
dL

Y la misma fórmula pero multiplicado por 0,85 para mujeres.

c. Fórmula de MDRD-4 IDMS:

CCr=186 ×Cr−1.154 × edad−0.203 ׿ )

d. Aclaramiento de creatinina de acuerdo con la superficie corporal:

mg
Volumen de orina(mL)× Cr orina( )×1.73
dL
CCr =
1440 ×Cr plasma ( mg
dL )
× Superficie corporal

Siendo:

 GFR=CCr : Aclaramiento de creatinina (mg/min)


 Cr : creatinina plasmática (mg/dl)

En la práctica clínica corriente, el filtrado glomerular se mide por el aclaramiento de


creatinina endógena. La creatinina se deriva del metabolismo de la creatina en el
músculo esquelético y de la ingesta diaria de carne y se elimina a la circulación a una
velocidad constante manteniendo constante también sus valores plasmáticos. En
condiciones de equilibrio la excreción de creatinina es igual a la producción de la
misma por lo que la creatinina plasmática varía inversamente con el filtrado
glomerular. (1)

La creatinina plasmática como expresión del filtrado glomerular tiene sus limitaciones,
ya que una disminución del filtrado lleva solo a un ligero aumento de la creatinina
plasmática ya que se eleva su excreción tubular, por lo que un aumento ligero de la
creatinina no implica necesariamente que el filtrado glomerular sea normal. (2) Pero
una elevación de la creatinina por encima de 2 mg/dl hace que el proceso de secreción
se sature y ya refleje algo más el filtrado glomerular. (1,2)

El aclaramiento renal de creatinina calculado por cualquiera de las fórmulas


empleadas y teniendo en cuenta sus limitaciones para determinados grupos de edad o
sexo, reflejan mejor la función renal que el valor de la creatinina plasmática, dado que
el porcentaje de pacientes que presentan deterioro de la función renal medido por
estas fórmulas es muy superior al observado cuando se emplean las cifras de
creatinina plasmática. Observándose que los métodos indirectos de medición de la
función renal por medio creatinina plasmática y medidas antropométricas se
correlacionan muy bien con el aclaramiento de creatinina normalizado para la
superficie corporal, de forma que pueden sustituirse en la clínica, sin desventajas.
Podemos afirmar que las fórmulas de Cockroft-Gault y la fórmula MDRD son las más
indicadas como medida indirecta del aclaramiento de creatinina. (3)

El aclaramiento de creatinina por la fórmula de Cockcroft-Gault es menor a medida


que aumenta la edad, de suerte que para un mismo valor de creatinina sérica el
filtrado glomerular puede variar más de un 50% según el sexo y la edad del paciente.
El sexo, la edad y peso son factores conocidos que deben considerarse en la
evaluación de la función renal, consideración no suficientemente aplicada en la
práctica clínica. (1,4)

10. TIPOS DE NEFRONAS

Histológicamente las nefronas son 1.5 millones en cantidad; se distinguen tres tipos de
nefronas según la localización de los corpúsculos renales dentro de la corteza, (5) tal
como se detallan a continuación:

1. Nefronas corticales: (o subcapsulares) que presentan sus corpúsculos en la


parte externa de la corteza. Éstas tienen asas de Henle cortas, que se
extienden sólo hasta la médula externa. Son las nefronas típicas ya
comentadas en las que el asa ocurre a la altura del túbulo recto distal. (5,6)
2. Nefronas intermedias: (o mediocorticales) presentan sus corpúsculos renales
en la región media de la corteza. Sus asas de Henle son de una longitud
intermedia. (5)
3. Nefronas yuxtamedulares: Son menores en cantidad respecto al total de
nefronas, representando 1/8 del total aproximadamente. Sus corpúsculos
renales se encuentran cercanos a la base de una pirámide medular. Presentan
asas de Henle largas y segmentos delgados ascendentes largos que se
extienden profundamente en la región interna de la pirámide. Estas
características estructurales son esenciales para el mecanismo de
concentración de la orina. (5,6)
REFERENCIAS

1. Jabary NS., Martín D., Muñoz MF., Santos M., Herruzo J., Gordillo R.,
Bustamante J. Creatinina sérica y aclaramiento de creatinina para la valoración
de la función renal en hipertensos esenciales. Nefrología. 2006; 26(1):1-156.
2. Castaño-Bilbao I., Slon-Roblero F., García-Fernández N. Estudios de función
renal: función glomerular y tubular. Análisis de la orina. NefroPlus. 2009; 2(1):
1-62.
3. Rauf HA, Khalid IM, Fazal AS. Accuracy of GFR estimation formula in
determination of glomerular filtration rate in kidney donors: Comparison with
24h urine creatinine clearance. Saudi J Kidney Dis Transplant. 2016; 27(2):
320-5. DOI: 10.4103/1319-2442.178551.
4. Alaini A., Malhotra D., Rondon-Berrios H., Argyropoulos C. P., Khitan Z. J., Raj
D., Tzamaloukas A. H. Establishing the presence or absence of chronic kidney
disease: Uses and limitations of formulas estimating the glomerular filtration
rate. World J Methodol. 2017, 7(3), 73–92. doi:10.5662/wjm.v7.i3.73.
5. Ross M., Pawlina W. Sistema urinario. En: Ross M., Pawlina W. Histología:
Texto y Atlas. 7a Edición. Barcelona: Wolters Kluwer. 2016. Pp: 753-83.
6. Kierszenbaum AL., Tres LL. Urinary system. En: Kierszenbaum AL., Tres LL.
Histology and cell biology an introduction to pathology.4a Edición. Canada:
Elsevier. 2016. Pp. 439-68.

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