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CONCLUSIÓN DEL RITO A

Recitado el Padre nuestro, el sacerdote bendice a los presentes.


El Señor Dios todopoderoso, por su Hijo, nacido de María la
Virgen, bendiga a estas madres y alegre su corazón con la espe-
anza de la vida eterna, alumbrada hoy en sus hijos, para que, del
nismo modo que le agradecen el fruto de sus entrañas, perseveren
on ellos en constante acción de gracias.
Amén.
El Señor Dios todopoderoso, dispensador de la vida temporal y
i eterna, bendiga a estos padres, para que junto con sus esposas,
?an los primeros que, de palabra y obra, den testimonio de la fe
nte sus hijos, en Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
El Señor Dios todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida
erna por el agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para
te, siempre y en todo lugar, sean miembros vivos de su pueb. . y
mceda la abundancia de su paz a todos los aquí presentes, en
sucristo nuestro Señor.
Unen.
ía bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu
nto, descienda sobre vosotros.
imén.
CAPITULO 5

LA CONFIRMACIÓN

Con el Bautismo recibimos


el perdón de los pecados y una vida nueva en Dios;
con la Penitencia recuperamos la gracia
perdida a causa de los pecados cometidos
después del Bautismo.
Pero, para ser maduramente cristianos,
hacen falta otros sacramentos.
La Confirmación.
con la efusión del Espíritu Santo,
consolida la pertenencia a Cristo y a la Iglesia;
comunica con abundancia los dones del Espíritu;
acompaña en el camino
hacia la madurez cristiana.
Con razón este sacramento se llama
Confirmación, porque
- confirma al bautizado,
- lo lleva a la plenitud mediante
una particular presencia del Espíritu "profético"
para testimoniar la fe con palabras y obras,
- lo hace disponible para la celebración
de la Eucaristía.

NB: Al adulto que sigue el camino del Catecumenado,


le mandamos al folleto n. 4: El Bautismo. El Catecumenado,
de esta colección.

El texto hace constantes referencias a:


Sagrada Escritura, citada siempre en cursiva,
Catecismo de la Iglesia Católica (= CATIC)
y la experiencia pastoral.
133
13) JESÚS ES CONSAGRADO MESÍAS POR EL ESPÍRITU
SANTO

En Jesús, consagrado Mesías por el Espíritu en el Bautismo,


se cumplen las profecías del pasado
contenidas en las Escrituras. Estaba escrito en Isaías:
"Mirad a nú siervo, a quien sostengo;
mi elegido, a quien prefiero.
Sobre él he puesto mi espíritu,
tara que traiga el derecho a las naciones.
\'o gritará, no clamará,
w voceará por las calles.
La caña cascada no la quebrará,
•l pábilo vacilante no lo apagará.
Promoverá fielmente el derecho" (Is 42,1-3).
: Después del Bautismo en el Jordán.
esús, de vuelta en Nazaret,
ntra en la sinagoga, se levanta y lee
I pasaje del profeta Isaías donde está escrito:
' 'El Espíritu del Señor está sobre mí,
>orque él me ha ungido.
le ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres,
ara anunciar a los cautivos la libertad,
a los ciegos, la vista.
'ara dar libertad a los oprimidos;
ara anunciar el año de gracia del Señor'.
', enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba
se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos
¡os en él. Y él se puso a decirles;
'Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír'" (Le 4.18-21).
La unción del Espíritu Santo
inza a Jesús a iniciar con valor
i misión de primer evangelizador.
oda la vida de Jesús estará confortada
ar la presencia del Espíritu Santo
je comparte con Él los proyectos del Padre.
(4) JESÚS PROMETE EL ESPÍRITU SANTO

Varias veces había repetido Jesús: "El Espíritu Santo


os enseñará lo que tenéis que decir” (cf Le 12,12):
* Jesús resucitado prometió a los discípulos
que. mediante el Espíritu, los ayudaría
a cumplir la misión de salvación que les iba a confiar:
"Les recomendó: 'No os alejéis de Jerusalén;
aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre,
de la que yo os he hablado.
Juan bautizó con agua;
dentro de pocos días vosotros seréis bautizados
con Espíritu Santo'.
Ellos lo rodearon preguntándole:
- 'Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar
la soberanía de Israel?'
Jesús contestó:
- 'No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas
que el Padre ha establecido con su autoridad.
Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros,
recibiréis fuerza para ser mis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría
y hasta los confines del mundo'” (Hch 1,4-8).
* El profeta Ezequiel en el destierro de Babilonia
había anunciado la gran promesa de Dios:
"Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar; y os daré un corazón nuevo
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos" (Ez 36,24-27).
* Los apóstoles conocían todo lo que los profetas
habían anunciado, pero no sabían todavía que
el tiempo de la manifestación del Espíritu
era precisamente el que estaban viviendo.
137
(5) JESÚS RESUCITADO DA EL ESPÍRITU

La tarde del día de Pascua


Jesús resucitado se aparece en el cenáculo, a puertas cerradas;
y, después de haber saludado a los apóstoles, "exhaló
su aliento sobre ellos y les dijo:
- 'Recibid el Espíritu Santo'".
Luego les dio el poder de perdonar los pecados, haciéndolos
instrumentos de la misericordia divina (cf Jn 29,21-23).
* Esta primera efusión del Espíritu
constituye para los apóstoles el "Bautismo del Resucitado",
la vida nueva en El. la participación en su salvación.
"El os bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Le 3,16).,
había dicho Juan el Bautista.
* Cincuenta días después de la resurrección de Jesús,
cuando "todos los discípulos estaban juntos
en el mismo lugar el día de Pentecostés.
De repente un ruido del cielo, como de un viento recio,
resonó en toda la casa donde se encontraban.
Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas,
que se repartían, posándose encima de cada uno.
Se llenaron todos de Espíritu Santo
y empezaron a hablar en lenguas extranjeras,
cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería"
(cf Hch 2,1-4).
Es la efusión del Espíritu profético sobre toda la Iglesia.
* En Jerusalén había Hebreos,
llegados de todas las partes del mundo, también de Roma.
Al oír aquel fragor se reunió una gran muchedumbre,
y no sabían qué pensar dado que cada uno
los oía hablar en la propia lengua y se entendían.
Se realizaba lo que Dios había anunciado
por medio del profeta Joel:
"Yo derramaré mi espíritu en toda carne.
Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán,
vuestros ancianos soñarán sueños,
y vuestros jóvenes verán visiones.
Hasta en los siervos y las sienas
derramaré mi Espíritu en aquellos días" (J1 3,1-2).

138
(6) EL ESPÍRITU SANTO ASISTE A LA IGLESIA

Después de la efusión del Espíritu en Pentecostés,


Pedro se dirigió a la multitud reunida, y en voz alta
habló así:
"Escuchadme, israelitas:
Os hablo de Jesús Nazareno...
Vosotros, por mano de paganos,
lo matasteis en una cruz...
Pues bien, Dios resucitó a esíe Jesús
y todos nosotros somos testigos.
Ahora, exaltado por la diestra de Dios,
ha recibido el Espíritu Santo que el Padre había prometido,
y lo ha derramado.
Esto es lo que estáis viendo y oyendo" (Hch 2,22-33).
* Al oír estas palabras, los presentes
se sintieron como traspasar el corazón
y preguntaron qué debían hacer:
"Convertios y bautizaos todos en nombre de Jesucristo
para que se os perdonen los pecados,
y recibiréis el Espíritu Santo" (Hch 2,38).
Los presentes acogieron la Palabra y se bautizaron.
* Es, pues, el Espíritu Santo el que,
derramado sobre los discípulos,
da comienzo a una nueva era. con el anuncio del Evangelio,
acompañado de hechos extraordinarios: hace capaces
de anunciar la Palabra con franqueza,
como hicieron Pedro y Juan delante del Sanedrín
(cfHch 4.8-14; 5,29-32);
y como hizo Esteban, que coronó su predicación
con el martirio (cfHch 6.8-15. 7,1-60).
* La incapacidad y la debilidad de los discípulos desaparecen,
superadas por la fuerza del Espíritu;
y la comunidad experimenta en la oración
otros efectos del Espíritu: prudencia y fuerza,
que ayudan a superar las oposiciones (cf Hch 4,24-25),
y a organizar la Iglesia (cf Hch 13,2-4).

139
(7) EL DON DEL ESPÍRITU SANTO

"Se desató una violenta persecución


contra la Iglesia de Jerusalén:
todos, menos los apóstoles, se dispersaron
por Judea y Samaría...
Los prófugos iban difundiendo la Buena Noticia..." (cf Hch 8,1-2).
* En Samaría los creyentes habían recibido de Felipe
la Palabra de Dios y el Bautismo,
pero sobre ellos no había bajado aún el Espíritu.
"Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén,
se enteraron de que Samaría había recibido la Palabra de Dios,
enviaron a Pedro y a Juan;
ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles,
para que recibieran el Espíritu Santo;
aún no había bajado sobre ninguno,
estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Entonces les imponían las manos
y recibían el Espíritu Santo" (Hch 8,14-17).
* El gesto de la imposición de las manos
tiene un significado especial: es el gesto con el que
Jesús cura a los enfermos y bendice a los niños;
los apóstoles hacen el mismo gesto en nombre de Jesús
y dan el Espíritu Santo (cf Hch 8,17; 13,3; 19,6);
la Iglesia ha conservado este signo, en los sacramentos.
* Muy pronto, a la imposición de las manos se añadió,
en Oriente y en Occidente,
una unción de óleo perfumado (crisma)
que explica el nombre cristiano (= ungido).
* La imposición de las manos, junto con la crismación,
es considerada por los católicos como gesto esencial
en el sacramento de la Confirmación:
es el "signo" que hace visible en la Iglesia
la gracia de Pentecostés.

cf CAT1C 699, 1150. 1288

140
(8) EL DON DEL ESPÍRITU TAMBIÉN PARA LOS PAGA­
NOS

* Un centurión romano de la cohorte Itálica


de nombre Cornelio, que vivía en Cesárea,
mandó a buscar al apóstol Pedro, que estaba en Jafa,
para escuchar lo que el Señor quería de él.
Mientras estaba en oración, Pedro tuvo una visión.
El Espíritu le dijo que escuchara a los que lo buscaban,
y en seguida se marchó con ellos a Cesárea.
Pero, ante el centurión y sus familiares, dijo:
"Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos,
cuando Juan predicaba el bautismo,
aunque la cosa empezó en Galilea.
Me refiero a Jesús de Nazaret,
ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo,
que pasó haciendo el bien
y curando a los oprimidos por el diablo;
porque Dios estaba con él" (Hch 10,37-38).

* Pedro continuó diciendo haber sido testigo


de la crucifixión de Jesús en Jerusalén,
de su muerte, de su aparición
como resucitado, de la misión que confió a los discípulos
de anunciar el Evangelio
y de perdonar los pecados a quien cree en el nombre de Jesús.
"Estaba Pedro diciendo estas cosas
cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos
los que escuchaban la Palabra" (Hch 10,44).
Los creyentes de origen hebreo, que habían ido con Pedro,
quedaron muy asombrados por el hecho
de que el don del Espíritu se confiriese también a los paganos.
* Con el don del Espíritu a los paganos
aún no bautizados,
Dios mostraba claramente que la Iglesia
debía dirigir a todos el anuncio del Evangelio,
porque Dios no hace distinción de personas
y quiere la salvación de todos.

141
NO SABEMOS NADA DEL ESPÍRITU SANTO”

Después de Pentecostés los apóstoles, llenos de Espíritu Santo,


"enuncian las maravillas de Dios" (cf Hch 2,11).
* Pedro afirma que aquella efusión del Espíritu,
ís signo de los tiempos mesiánicos,
.orno había dicho el profeta Joel (J1 3,1):
'Derramaré mi Espíritu sobre todo hombre
y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas".
La predicación apostólica siente fuerte el influjo
del Espíritu, pero la novedad de esta Persona divina
no es fácilmente descriptible.
* De hecho un día Pablo, llegado a Éfeso,
preguntó a algunos discípulos:
'"¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?'.
Contestaron:
- 'Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo'.
Pablo les volvió a preguntar:
- 'Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?'.
Respondieron:
- 'El bautismo de Juan'.
Pablo les dijo:
- 'El bautismo de Juan era signo de conversión,
y él decía al pueblo que creyesen en el que iba a venir después,
es decir, en Jesús'.
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús;
cuando Pablo les impuso las manos,
bajó sobre ellos el Espíritu Santo" (cf Hch 19,1-6).
* En los primeros siglos, después del Bautismo se añaden
los ritos de la imposición de las manos
y de la unción crismal acompañados por la oración
para recibir el don del Espíritu Santo:
se configura así el rito de la Confirmación.
que, después, en Occidente,
se separará del rito del Bautismo,
mientras en Oriente permanecerá unido a él.

cfCATIC 1285-1321

142
(10) EL SACRAMENTO DEL CRECIMIENTO CRISTIANO

La Confirmación se llama también


el sacramento del crecimiento cristiano o de la madurez.
La edad madura no hay que confundirla con la edad adulta;
también un adolescente puede ser maduro.
* Este sacramento se confiere una sola vez
porque imprime un "signo" espiritual: el carácter
(o sello) del Espíritu, que es indeleble e indica:
- la pertenencia total a Cristo,
- la continua sintonía y colaboración con Él,
- la divina protección en los momentos difíciles
- y la fuerza para ser sus testigos.
* El Espíritu, actuando en el cristiano, renueva
su personalidad, haciéndola capaz de dedicarse
de modo más consciente al compromiso asumido
en el Bautismo: predicar a todas las gentes
la conversión y el perdón de los pecados (cf Le 24.47).
* El carácter expresa el perdurar del Espíritu Santo
en el confirmado, como un carbón ardiente
que permanece encendido incluso bajo las cenizas;
como un trozo de uranio radioactivo
que no pierde su vigor aunque esté encerrado
en contenedores de cemento armado.
* La Confirmación es un enriquecimiento
del bautizado en la línea de la profecía:
del anuncio explícito del Evangelio
y del testimonio.
Así el Espíritu ayuda a todo confirmado a construir *
la Iglesia y el Reino de Dios:
su compromiso se extiende también a la edificación
de la "ciudad terrena", fundada en el Señor
y siempre dirigida por Él (cf LG 46).

cfCATIC 1305

143
(11) LA REFERENCIA AL OBISPO

El cristiano, ya consagrado en el Bautismo


por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo,
recibe del obispo en la Confirmación
una nueva efusión del Espíritu para el testimonio.
* En los primeros siglos en la Iglesia,
inmediatamente después del Bautismo
se completaba la iniciación cristiana
con la Confirmación, administrada por el obispo,
el cual imponía las manos sobre el bautizado
y ungía su frente con el crisma.
Luego, el "confirmado" recibía la Eucaristía.
* Con la difusión del cristianismo se multiplicaron
los lugares en que se celebraba el Bautismo:
pero, mientras en Oriente
la Confirmación permaneció unida al Bautismo,
y el mismo presbítero podía administrarla
usando el crisma bendecido por el obispo,
en Occidente se separó del rito bautismal
y fue administrada sólo por el obispo.
* Hoy, la Iglesia Católica, en razón de la extensión
de las diócesis, delega cada vez con mayor frecuencia
a algunos presbíteros
para suplir al obispo
en la celebración de la Confirmación.
Además se suele conferir después de la Eucaristía.
Cambia así la edad para los confirmandos,
y cambia también el modo de recorrer
el camino de preparación.
Para aquellos que piden el Bautismo siendo adultos
la Iglesia tiene el "Catecumenado",
es decir, una preparación especial. ***

*** Ver folíelo n.4: El Bautismo. El Catecumenado, de la


colección: "¿Quién es el Espíritu Santo?".

144
(12) EL RITO DE LA CONFIRMACIÓN

* Rito de acogida.
* Saludo del obispo o del delegado.
* Lectura de la Palabra de Dios.
* Presentación de los candidatos.
* Homilía del obispo (o del delegado).
* Renovación de las promesas bautismales.
* Liturgia del sacramento:
- imposición de las manos,
- oración consacratoria
- unción con el crisma
- oración de los fieles.
* Liturgia eucarística (como en todas las Misas).
* El obispo, sucesor de los apóstoles
y centro de unidad de la diócesis, el Jueves santo
bendice en la catedral el crisma,
que se reparte a todas las parroquias.
El "crisma" es el óleo perfumado que sirve para la unción.
* Los candidatos a la Confirmación, preparados
durante un período oportuno, bajo la guía de los catequistas,
son presentados por la comunidad cristiana al obispo,
junto con los padrinos y las madrinas
(preferiblemente los mismos del Bautismo).
Toda la asamblea, reunida en espíritu de fiesta,
entona cantos.
* Después del saludo, el obispo (o delegado)
invita a la oración:
"Te pedimos, Señor, que nos ejivíes tu Espíritu Santo
como lo prometió tu Hijo a los apóstoles,
para que haga de nosotros
valientes testigos del Evangelio de Jesucristo
ante todos los hombres.
Él vive y reina por los siglos de los siglos".
* Sigue la lectura de la Palabra de Dios
(del Antiguo y del Nuevo Testamento).
* Después de la proclamación de la Palabra de Dios,
los confirmandos son llamados por su nombre
y presentados al Obispo por el párroco
o por otro sacerdote o por un catequista.
* Homilía: el obispo (o el delegado) explica el significado

145
del sacramento y exhorta a un compromiso
de vida coherente.

* Renovación de las promesas bautismales.


El celebrante pregunta:
- ¿Renunciáis a Satanás, a todas sus obras
y a todas sus seducciones?
- Sí. renuncio.
- ¿ Creéis en Dios, Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?
- Sí, creo.
- ¿ Creéis en Jesucristo, su único Hijo,
nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen,
murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos
y está sentado a la derecha del Padre?
- Sí, creo.
- ¿Creéis en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que hoy os será comunicado de un modo singular
por el sacramento de la Confirmación,
como fue dado a los apóstoles el día de Pentecostés?
- Sí, creo.
- ¿Creéis en la santa Iglesia católica,
en la comunión de los santos,
en el perdón de los pecados,
en la resurrección de los muertos
y en la vida eterna?
- Sí, creo.
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia,
que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.
- Amén.

* El obispo (o el delegado) invita a la asamblea a la oración;


luego, con los sacerdotes presentes, extiende las manos
sobre los confirmandos invocando al Espíritu:
Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo,
a estos siervos tuyos y los libraste del pecado,
escucha nuestra oración y envía sobre ellos
el Espíritu Santo Paráclito;

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llénalos de espíritu de sabiduría y de inteligencia,
de espíritu de consejo y de fortaleza,
de espíritu de ciencia y de piedad,
y cólmalos del espíritu de tu santo temor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
-Amén.

Acompañado por uno de los padres o por el padrino


o por la madrina, que le pone la mano derecha sobre el hombro,
cada confirmando se presenta al celebrante
pronunciando su propio nombre.
Recibe en la frente la unción en forma de cruz,
y el saludo de paz que lo acoge como adulto en la comunidad:
N., recibe por esta señal el don del Espíritu Santo. Amén.
La paz sea contigo. Y con tu espíritu.

* La unción es hecha por el celebrante: es una unción


con el crisma y constituye el signo visible del Espíritu,
don de Cristo y del Padre a los creyentes;
es el "sello" que confirma la pertenencia a Dios,
la alianza con Él. la consagración para una misión.

* En la oración universal (o de los fieles) se invoca


a Dios, Padre todopoderoso:
- Por estos hijos suyos, a quienes el don del Espíritu Santo
ha confirmado hoy como miembros del pueblo de Dios,
para que, arraigados en la fe y cimentados en el amor,
den siempre con su vida testimonio de Cristo;
- Para que los nuevos confirmados, que han recibido
la plenitud del Espíritu Santo, acercándose al altar
del Señor participen de la mesa de su sacrificio
y en la asamblea de los hermanos se dirijan a Dios;
- Por los padres y padrinos, para que con su palabra
y ejemplo ayuden a seguir fielmente a Cristo
a los confirmados, de cuya fe se han hecho responsables;
(Se añaden otras intenciones).

* Liturgia eucarística (sigue la Santa Misa con el rito


de costumbre). Se termina con una bendición solemne.

147
(13) LOS MÚLTIPLES DONES DEL ESPÍRITU

El apóstol Pablo quiere que los fieles tengan


un adecuado conocimiento de la acción del Espíritu Santo
y de sus dones. Dice a los cristianos de Corinto:
"Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu;
hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;
hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios
que obra todo en todos.
En cada uno se manifiesta el Espíritu
para el bien común” (1 Cor 12,4-7).
"A éste le han concedido hacer milagros;
a aquél, profetizar.
A otro, distinguir los buenos y malos espíritus.
A uno, el lenguaje arcano;
a otro, el don de interpretarlo.
El mismo y único Espíritu obra todo esto,
repartiendo a cada uno en particular como a él le parece"
(1 Cor 12,10-11).
* Cada uno recibe del Espíritu dones diversos:
amor, alegría, paz, fidelidad, mansedumbre, castidad,
juzgar con prudencia, hablar con sabiduría,
ejercitar la fe, curar a los enfermos...
Dones concedidos por el Espíritu, al Mesías
y a todo cristiano, son: la sabiduría, la inteligencia,
el consejo, la fortaleza, la ciencia,
la piedad y el temor de Dios (cf Is 11,2).
* Estos dones o "carismas" son para el bien de todos,
para todo el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Cristo, de hecho, es como un cuerpo que tiene muchos miembros,
y todos forman un único cuerpo, por obra del Espíritu:
"Todos nosotros, judíos y griegos,
esclavos y libres,
hemos sido bautizados en un mismo Espíritu,
para formar un solo cuerpo.
T todos hemos bebido de un solo Espíritu" (1 Cor 12,13).

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(14) EL ESPÍRITU CONSTRUYE LA IGLESIA...

* Pablo dice a los cristianos de Efeso:


"Yo, el prisionero de Cristo, os ruego que ande'is
como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables,
sed comprensivos: sobrellevaos mutuamente con amor;
esforzaos en mantener la unidad del Espíritu,
con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como una sola ey la meta de la esperanza
en la vocación a la que habéis sido convocados.
Un Señor, una fe, un bautismo.
Un Dios, Padre de todo, que lo transciende todo,
y lo penetra todo, y lo invade todo.
Bendito sea por los siglos de los siglos. Amén" (Ef 4,1 -6).
* El confirmado experimenta
un sentido de pertenencia a la Iglesia más vivo:
no es sólo acoger su doctrina;
no es sólo aceptar sus normas morales;
no es sólo frecuentar sus prácticas de culto;
pertenecer a la Iglesia no es formar parte
de una sociedad de ayuda mutua o de una cooperativa;
la Iglesia es misterio, y pertenecer a ella
es ante todo y sobre todo un acto de fe.
* El sacramento de la Confirmación da el sentido justo
de la pertenencia a la Iglesia, Cuerpo de Cristo.
Y así la comunidad se hace testimonio eficaz
del Evangelio: "(Los cristianos) alababan a Dios
y eran bien vistos de todo el pueblo" (cf Hch 2,47; 5,12-13).

149
(15) ...Y REFUERZA EN ELLA LA PROFECÍA

* La Confirmación lleva consigo un don


de "Espíritu profético". específico de este sacramento,
en la línea de aquel otro bajado sobre Jesús en el Jordán
y de aquel dado a la comunidad cristiana
de Jerusalén el día de Pentecostés.
Obrando en la persona bautizada,
el Espíritu la hace capaz de darse de manera
más consciente en el servicio del anuncio.
* La Confirmación da fuerza
en la línea de la "profecía";
la comunidad de los confirmados confiesa a Jesús
como Salvador y Señor en la historia:
"El Espíritu de la Verdad os guiará
hasta la verdad plena" (cf Jn 16,13);
"el Paráclito, el Espíritu Santo,
que enviará el Padre en mi nombre,
será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho" (Jn 14,26).
- Es profecía la enseñanza de los pastores,
la enseñanza y los documentos del Papa y de los obispos
sobre los problemas más nuevos y más delicados de nuestro
tiempo;
- es profecía la conducta de los cristianos comprometidos
en la fe y en la caridad vividas;
- es profecía la historia de la Iglesia y la vida
de sus mártires, que la historia registra cada día.
* La Confirmación no se reduce
a una invitación a los preadolescentes
para que tengan una conducta moral buena;
ios jóvenes confirmados deben sentirse movilizados
para una nueva evangelización que ofrezca al mundo
el don de la salvación cristiana.
Es verdad, hay también fuera de la Iglesia caminos de salvación,
porque el Reino de Dios extiende misteriosamente
sus ramas más allá del ámbito institucional;
pero esto no disminuye sino confirma la importancia
de los sacramentos de la iniciación cristiana como
vía ordinaria a través de la cual se realiza la salvación.

150
(16) EL ESPÍRITU TE SOSTIENE EN LAS PRUEBAS...

El cristiano confirmado se hace "apóstol"


para anunciar el Evangelio con las obras
y las palabras: "Estad siempre prontos para dar razón
de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere" (1 Pe 3,15).
* La evangelizaron no es una actividad facultativa:
"Dios no nos ha dado un Espíritu cobarde,
sino un espíritu de energía, amor y buen juicio" (2 Tim 1.7).
Al evangelizar, los primeros cristianos
no tuvieron una vida fácil; debieron afrontar
la hostilidad política y religiosa;
el Maestro había dicho: "Si a mí me han perseguido,
también a vosotros os perseguirán" (Jn 15,20).
El sufrimiento es componente de la vida cristiana;
el mundo, marcado por el pecado, rechaza
a quien vive la lógica del amor y de la verdad:
"Os expulsarán de las sinagogas.
e incluso llegará la hora en que todo el que os mate
piense que da culto a Dios" (Jn 16.2).
* También en el sacramento de la Confirmación
se perfila la sombra de la cruz;
el camino de los cristianos está marcado por el martirio.
Pero no hay que temer; Jesús ha animado a los suyos:
"Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado;
pero el Paráclito, el Espíritu Santo,
que enviará el Padre en mi nombre,
será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho" (Jn 14,25-26).
La presencia del Espíritu Santo da ánimos,
confianza, esperanza y paciencia.
* Hoy la Iglesia invita a los cristianos
a hacerse promotores de una "nueva evangelización".
La novedad está ante todo en \d fuerza del anuncio,
en su significatividad para el hombre de nuestro tiempo;
novedad en el método que debe ser adecuado,
y novedad en el expresar los contenidos de la fe.

151
(17) ...TE HACE FUERTE EN EL TESTIMONIO

El Espíritu Santo hace comprende y penetrar


el sentido profundo del Evangelio:
"Cuando venga el Paráclito,
que yo os enviaré de junto al Padre,
él dará testimonio de mí.
Pero también vosotros daréis testimonio,
porque estáis conmigo desde el principio" (Jn 15,26-27).
* El Espíritu hace conocer el verdadero rostro de Dios:
"Ni el ojo vio, ni le oído oyó,
ni el hombre puede pensar lo que Dios __
ha preparado para los que lo aman.
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu" (1 Cor 2,9-10).
* El Espíritu hace capaces de amar lo que Dios ama:
"El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado" (Rm 5,5).
* El Espíritu ayuda a rezar a Dios como "Padre":
"Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo,
que clama: ¡Abbá, Padre!" (Gal 4,6).
Nos lo ha enseñado Jesús: "Cuando oréis, decid: 'Padre...(Le
11,2).
"El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad,
porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos inefables" (Rm 8,26-27).
* El Espíritu anima a los confirmados y los ayuda a ser
testigos eficaces del Evangelio, porque
están "revestidos de potencia de lo alto" (cf Le 24,49).
* El Espíritu habilita a un testimonio
público y global de la fe en la Iglesia y en el mundo,
al servicio de la verdad y de la caridad,
para la construcción de la comunidad cristiana y humana
según el proyecto de Dios.

152
(18) EL ESPÍRITU TE HACE CRECER EN LA CARIDAD...

* El padrino o la madrina, en nombre de la comunidad,


presentan al obispo a los confirmandos
y se hacen responsables de ellos;
por este motivo, ellos, en el momento de la unción,
ponen la mano sobre el hombro del confirmando;
con tal gesto declaran que responden al obispo
de la calidad de vida del candidato,
y de asumir la responsabilidad de ayudarlo
a vivir como verdadero cristiano.
* La comunidad eclesial, por su parte, se compromete
a ayudar al candidato a crecer en la vida de fe,
a leer y escuchar la Palabra de Dios,
a testimoniar la fe en la vida cotidiana.
a seguir e indicar el ejemplo de los santos,
patrimonio precioso de fe y de cultura.
* Tú, ''confirmado", conducirás una vida nueva,
"vida en el Espíritu Santo",
que consiste en una relación más íntima con Dios:
las acciones, las palabras, los pensamientos que tú cultivas
y todo acto de tu vida
asumen valor infinito,
construyen tu personalidad
y hacen crecer la solidaridad en la Iglesia:
"El fruto del Espíritu es:
amor, alegría, paz, comprensión,
servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad,
dominio de sí..." (Gal 5,22).
* Tú, "confirmado", podrás experimentar día a día
tu continuo crecimiento de vida del Espíritu.
"Hermanos: andad según el Espíritu
y no realicéis los deseos de la carne;
pues la carne desea contra el Espíritu
y el Espíritu contra la carne...
Si, por lo tanto, vivimos por el Espíritu,
marchemos tras el Espíritu" (Gal 5,16-17. 25).
Para esto vienen en tu ayuda también
los otros sacramentos.

153
(19) ...Y TE CONFÍA UNA MISIÓN

La misión de llevar a todos la salvación


viene del mandato de Cristo a los apóstoles:
"Id y haced discípulos de todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo" (Mt 28,19).
* La misión se realiza de diversas maneras.
que encuentran unidad profunda
en la acción del único Espíritu:
- anunciar la Palabra:
- realizar una Iglesia doméstica (= familia);
- construir comunidades fraternas;
- "administrar las mesas", es decir,
servir en el voluntariado...

* Es preciso recuperar la relación


entre misión y Confirmación:
- en algún tiempo la misión, identificada sobre todo
con el anuncio y la enseñanza doctrinal,
se confiaba a expertos, ordinariamente sacerdotes,
con referencia, por tanto, al sacramento del Orden;
- luego la misión ha sido vista prevalenlemente
como buen ejemplo, con particular referencia
al sacramento del Bautismo;
- ahora se acentúa la llamada de todos a la misionaridad
entendida no sólo como misión "ad gentes", es decir,
a los pueblos lejanos que no conocen aún el Evangelio,
sino también como compromiso de todos para llevar
a todos los ambientes y en toda situación histórica
el fermento de la radicalidad cristiana.
* Por eso, el sacramento de la Confirmación
aparece como fuente de vocaciones "misioneras";
y tú, confirmado, puedes contribuir
a relanzar la misión.

154
(20) EL ESPÍRITU DESARROLLA LA VIDA ESPIRITUAL...

Espiritualidad y santidad enriquecen


no sólo al confirmado, sino también a la familia
y a la sociedad, demasiadas veces atadas a intereses terrenos.
* Tú, confirmado, puedes dar una importancia particular
a una presencia ampliamente inadvertida u olvidada:
el primado del Espíritu en la vida y en la historia;
poner a Dios en el primer lugar en la vida del hombre.
* El cristiano, ungido por el Espíritu, no adora ídolos
de ningún genero: ni dinero, ni carrera, ni sexo...;
se compromete a levantar la tensión moral;
buscando a Dios, vence la superficialidad;
cree en la oración, que es adoración y alabanza;
habla de Dios a los familiares y habla con Dios junto a ellos;
lee la Palabra de Dios, y así da
luz espiritual y oxígeno al contexto social en que vive.
* Una verdadera comunidad de cristianos, confirmada
por el Espíritu Santo, se presenta ante la gente como
un ejemplo visible de santidad y de bondad;
desarrolla un papel conectivo en la sociedad,
un papel promocional en la evangelización,
y lo hace sin pretensiones, sin vanagloria,
con el tono de la humilde alegría evangélica.
Esta espiritualidad hace fermentar la sociedad, la refuerza;
los santos renuevan las comunidades y las familias.
* La "comunidad nueva", en el sentido del Evangelio, no es
una secta cerrada ni un grupo de privilegiados
que se unen para sobresalir y para contar:
es una comunidad: levadura en la masa,
agua que fecunda el terreno árido,
rayo de sol que ilumina y calienta.

155
(21) ...E INSPIRA LAS VOCACIONES

En el plan providencial de Dios,


también tú estás llamado para una misión en la vida.

* El Espíritu anima a cada uno


a realizar la propia vocación
en vistas de un servicio en la Iglesia y en el mundo;
pide, por ello, a cada uno, ante todo,
ser plenamente él mismo, y luego servirá los demás.
Mediante el sacramento de la Confirmación,
la vocación recibe del Espíritu
inspiración y fuerza para realizar los designios de Dios;
a todo llamado se le dan
luz y discernimiento para escoger el propio estado de vida
laical, sacerdotal o consagrado.
* Con el Bautismo has sido escogido
para ser "hijo de Dios";
en la Confirmación el Espíritu te confía y confirma
un mandato especial por el Reino:
toda persona tiene un modo propio de vivir el porvenir;
cada uno debe descubrir la propia vocación
para la auténtica realización de sí, y para que
las distintas funciones de la comunidad y de la familia humana
se realicen según el plan de Dios.
* La multiplicidad de las vocaciones
responde a las urgencias de la Iglesia y de la humanidad,
y coloca a cada persona
en el grande y unitario proyecto del Espíritu de Dios:
"Un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como una sola es la meta de la esperanza
en la vocación a que habéis sido convocados.
Un Señor, una fe, un bautismo" (Ef 4,4-5).
Cada uno de nosotros debe, pues, descubrir y desarrollar
la propia vocación específica
reflexionando, rezando y haciéndose disponible
a la acción del Espíritu recibido en la Confirmación.

156
(22) EL ESPÍRITU REGENERA LA SOCIEDAD CIVIL

A través del Pueblo de Dios que es la Iglesia,


el Espíritu Santo realiza una obra preciosa
y sostiene la fraternidad entre los hombres
para la construcción de un mundo nuevo.
* El Espíritu mueve hacia aquellas soluciones sociales,
económicas, políticas, ambientales,
que hacen crecer la humanidad
en el respeto de la dignidad fundamental de cada uno;
estimula al servicio de los demás en los múltiples aspectos
de lo social, privilegiando a los más pobres,
y ayuda a crecer en la reconciliación
y en la solidaridad
hecha de comprensión, de perdón, de ayuda recíproca.
* El Espíritu compromete no sólo
para defender la persona humana,
sino también para respetar y valorizar la naturaleza,
considerando el universo como "cosmos"
creado y amado por Dios.
* El Espíritu hace entrar el Evangelio en las culturas,
al servicio del hombre, y lo hace a través
de la teología, la catcquesis, el testimonio
de roda existencia cristiana vivida y participada.
Expresión particularmente significativa de la
presencia del Espíritu en nuestro tiempo son:
la palabra y las visitas del Papa
a las diócesis, naciones y continentes;
cuando Juan Pablo II en la ONU (5.10.1995)
ha remachado la declaración universal
de los Derechos del hombre, y ha llamado la atención
sobre los Derechos de las Naciones,
es decir, sobre los derechos humanos,
ciertamente ha contribuido
a construir la civilización del amor.
Así ha sucedido en las visitas al Africa,
a Sarajevo, al Líbano...

157
(23> LA TRINIDAD EN LA CONFIRMACIÓN

El acontecimiento del gran Jubileo del 2000 será


el redescubrimiento y la glorificación de la Trinidad Santa,
que ayudará a los cristianos a fortalecer su fe
y a afrontar victoriosamente
ios desafíos de los tiempos nuevos.
En la Confirmación sucede
una nueva comunicación del Espíritu. El confirmado,
ya "consagrado" en el Bautismo para la misión,
pasa ahora al ejercicio activo del testimonio.
Los confirmados rezan así:
"Te pedimos, Señor, que nos envíes tu Espíritu Santo
como lo prometió tu Hijo a los apóstoles,
para que haga de nosotros valientes testigos
del Evangelio de Jesucristo ante todos los hombres" (Rito n. 43).
En la Confirmación las tres Personas de la Trinidad
actúan juntas:
* Dios Padre confirma al bautizado como "testigo":
enviándole el Espíritu, que hace fructificar sus carismas,
activa en él un nuevo modo de vivir con valor
la fe cristiana.
* Dios Hijo hace al confirmado
partícipe de su misterio de muerte y resurrección,
y lo confirma plenamente como su testigo;
hace crecer en él un nuevo modo de comportarse,
prolongando y actualizando sus gestos
y su enseñanza de salvación.
* Dios Espíritu Santo, guía y sostiene al confirmado
en el servicio; lo solicita
a hacer fructificar los carismas recibidos,
a ser plenamente activo en la Iglesia.

El ser del Padre, el testimonio del Hijo


y el obrar del Espíritu Santo no son separables.
Quien ha sido hecho nueva criatura (= Bautismo)
anuncia a todos esta novedad
con la palabra y con la vida (= Confirmación);
quien ha entrado a formar parte del nuevo pueblo de Dios
se hace un miembro activo del Reino.

158
EN BÚSQUEDA

* Cómo el Espíritu Santo construya la comunidad


humana y cristiana, se nos recuerda
en los Hechos de los apóstoles:
''La multitud de los creyentes no tenía
sino un solo corazón y una sola alma.
Nadie llamaba suyo propio,
nada de lo que tenía" (Hch 4.32);
la comunidad crecía cada vez más "porque aumentaba el número
de los creyentes, hombres y mujeres,
que se adherían al Señor" (Hch 5,14).

* El sacramento de la Confirmación sostiene y solicita


el testimonio de la caridad cristiana gratuita y universal,
por la paz y la concordia.
En el crecimiento también numérico de la comunidad,
los confirmados sentirán la presencia activa
del Espíritu Santo, que será invocado por ellos,
escuchado, obedecido.

* De las nuevas levas de "confirmados" ¿se puede afirmar


que sienten la fuerza del Espíritu?
Y ¿qué decir de los cristianos adultos?

* Nuestra comunidad cristiana ¿es amada y estimada


como lo era la primera comunidad de Jerusalén?
¿Brilla por su tensión misionera.
por la caridad, por el voluntariado, .
por las "vocaciones” para los más sencillos servicios sociales?

* ¿Puedes hablar de crecimiento, incluso numérico,


de los cristianos en tu territorio?

159
DESAFÍOS

* Todos los años la Confirmación introduce en la comunidad


parroquial una legión de adolescentes
que dicen que se comprometen en el testimonio cristiano;
si es así, en poco tiempo cambiará el rostro
de la comunidad eclesial
y crecerá también la solidaridad social...
* El confirmado está comprometido a ser
cristiano más convencido y ciudadano más solidario.
Las nuevas generaciones deberían ser una linfa nueva
en la Iglesia y en la sociedad.
Deberían reforzar la comunión y la solidaridad...
* El documento conciliar Lumen Gentium dice que
los confirmados "se enriquecen con una fuerza especial
del Espíritu Santo, y con ello quedan obligados más estrictamente
a difundir y defender la fe como verdaderos testigos de Cristo
por la palabra juntamente con las obras" (LG 11).
* Jacques Maritain llama '‘sacramento de Satanás"
a la inyección de heroína que se difunde
entre los jóvenes del Occidente opulento;
la define: "la efusión del espíritu de una cultura
que se ha despedido de Cristo para volverse al Engañador".
Los terribles estragos de quienes pertenecen
a ciertas sectas lo confirman.
Estamos en los antípodas del sacramento de la Confirmación...
que hay que redescubrir para renovar
la juventud de nuestro tiempo.

160
VIVE TU PENTECOSTÉS

* El día de la Confirmación, para tu parroquia


y para tu familia, es día de fiesta.
Viene el obispo o un representante suyo
a traer al Espíritu Santo que "confirma"
en la opción cristiana.
dando el "sacramento del crecimiento".
Toda la asamblea reunida canta y reza.
Están presentes los padrinos
y las madrinas de los confirmandos,
como "responsables” de una educación religiosa
que continuará.
Imponiendo las manos sobre la cabeza,
el obispo repite el gesto de Cristo
y reza para que este nuevo grupo de cristianos
reciba los dones del Espíritu.

*E1 día de la Confirmación es tu Pentecostés.


Tú, confirmado, estás en el centro de la asamblea
y de la familia, que rezan por ti.
Todas las "cosas grandes" que Jesús prometió
a los que habían de recibir su Espíritu.
ahora están en ti.
No temas ante las dificultades que te vendrán.
El Espíritu Santo está contigo.
Tú te haces un testigo de Jesucristo
con la fuerza que te da el Espíritu.
161
REZA

"Ven, Espíritu divino,


manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don. en sus dones, espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven. dulce huésped del alma,


descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,


divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,


sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones


según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y daños tu gozo eterno".

(Secuencua de la Misa de Pentecostés; escrita en el s. XIII


y atribuida a Esteban Langton).

162
CAPITULO 6

LA EUCARISTÍA

Has sido elevado a ser "hijo de Dios" en el Bautismo,


confirmado mediante la Confirmación;
puedes participar con toda la comunidad
en la Eucaristía:
así se completa la iniciación cristiana.
La Eucaristía, corazón de la Iglesia.
es acción de gracias y alabanza al Padre,
es ofrenda de dones santificados por el Espíritu,
es memorial del Cuerpo y Sangre de Cristo.
En el sacramento de la Eucaristía
Cristo está presente
en la palabra, en la asamblea, en el ministro,
en el pan y en el vino consagrados.
El cristiano encuentra en el sacramento
de la Eucaristía una ayuda singular:
"Quien come de este pan
no tendrá ya hambre".

NB: Para el adulto que sigue el camino del Catecumenado,


le aconsejamos el folleto n. 4: El Bautismo. El Catecumenado,
de la colección: "?Quién es el Espíritu Santo?".

El texto hace constantes referencias a:


Sagrada Escritura, citada siempre en cursiva,
Catecismo de la Iglesia Católica (= CATIC)
y a la experiencia pastoral.

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