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Daniel Bustamante Fernández – 201514004

Resumen capítulos 4, 6 y 7 de Mankiw


En los capítulos 4, 6, 7, 8, 9 y 14 de su libro Principios de Economía, Gregory Mankiw
explora algunos de los principales conceptos, teorías y aplicaciones de la economía como
objeto de estudio. El autor inicia abordando, en el capítulo 4, los conceptos de mercado,
oferta y demanda, y la forma en cómo estos se presentan en un mercado perfectamente
competitivo. De acuerdo con Mankiw, la oferta y la demanda son fuerzas que permiten
funcionar a las economías de mercado. En lo que concierne a la demanda, esta presenta una
relación negativa con el precio. Dicha relación se sintetiza en la ley de la demanda, la cual
señala que, al controlar los demás factores que podrían incidir, la cantidad demandada de
un bien disminuye a medida que aumenta su precio. Por su parte, la oferta se presenta como
la cantidad de un bien que los vendedores quieren o pueden vender.

Esta fuerza tiene una relación positiva con el precio. En suma, la ley de la oferta sostiene
que la cantidad ofertada de un bien aumenta cuando sube su precio, manteniendo los demás
factores constantes. Cuando la oferta y la demanda interactúan, sostiene Mankiw, suceden
distintos escenarios, en donde destaca el punto de equilibrio, en donde la oferta y la
demanda se igualan. En ese punto se produce el precio de equilibrio, en el cual la cantidad
del bien que los compradores quieren y pueden comprar es exactamente igual a la cantidad
del bien que los vendedores quieren y pueden vender.

Por otra parte, cuando la cantidad ofrecida es mayor que la demandada, se produce un
excedente. De igual forma, cuando la cantidad ofrecida es menor que la demandada, se
produce escasez. En definitiva, la ley de la oferta y la demanda establece que el precio de
un bien se ajusta para equilibrar su oferta y su demanda.

En el capítulo 6, Mankiw expone algunas de herramientas de políticas que adoptan los


tomadores de decisiones con el propósito de intervenir en las dinámicas del mercado. Una
de estas herramientas la constituye el control de precios, usualmente implementados a partir
del establecimiento legal de precios máximos y mínimos de los bienes y servicios. Estas
intervenciones generan, entre otras cosas, restricciones activas en el mercado, lo que se
puede traducir en tendencias de los vendedores por racionar productos frente a una amplia
cantidad de compradores, cuya demanda no permite ajustar el precio del bien producto del
establecimiento de un precio máximo por debajo del punto de equilibrio. Este fenómeno se
Daniel Bustamante Fernández – 201514004

replica cuando se establece un precio mínimo por encima del punto de equilibrio, lo que
termina ocasionando excedentes en los productos, en tanto la cantidad demandada no
abarca el total de bienes producidos.

Pese al papel que puede jugar el control de precios en el mercado, los economistas prefieren
adoptar otra serie de herramientas de política para intervenir en este con distintos
propósitos. Una de dichas intervenciones son los impuestos. La incidencia de los
impuestos, usualmente, se percibe tanto para los compradores como para los vendedores.
No obstante, la carga de los impuestos raramente se distribuye de forma equitativa. De ellos
depende la elasticidad y la incidencia de los impuestos. La carga de un impuesto recaerá
más en la parte del mercado (compradores o vendedores) menos elástica. La dimensión de
la elasticidad abarca esencialmente la voluntad de una de las partes del mercado de
abandonar este cuando la situación sea desfavorable. Cuando la elasticidad de la demanda
es baja, los compradores no tienen buenas alternativas para consumir es bien. Cuando la
elasticidad de la oferta es baja, los vendedores no tienen buenas alternativas a este bien.

En el capítulo 7, Mankiw aborda varios aspectos en relación con la interacción entre


consumidores, productores, y cómo en dicha relación se puede evidenciar la eficiencia de
los mercados. Una de las premisas principales de este capítulo es que el equilibrio entre la
oferta y la demanda maximiza los beneficios totales que obtienen compradores y
vendedores. Por ello, la economía de bienestar estudia la influencia de la asignación de los
recursos sobre el bienestar económico de los agentes económicos.

En este capítulo, además, se abordan los conceptos de excedente del consumidor y


excedente del comprador. El primero de ellos se define como la disposición a pagar de un
comprador menos la que realmente paga. Mide, asimismo, el beneficio que obtienen los
compradores participando en un mercado. La disposición a pagar es concebida por Mankiw
como la cantidad máxima que pagaría un comprador por un bien.

Por su parte, el excedente del productor se define como la cantidad que percibe un
vendedor por un bien menos el coste de producirlo. El coste, a su vez, se concibe como
todo aquello a lo que debe renunciar un vendedor para producir el bien. Con la
conceptualización de estos dos excedentes, los economistas realizan estimaciones a
propósito de la eficiencia del mercado para asignar recursos, así como para estimar la
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viabilidad de este mecanismo en dicha asignación. Por ello, si el excedente total del
mercado —definido como es el valor total para los compradores de los bienes, expresado
por su disposición a pagar, menos los costes totales que tiene para los vendedores la
producción de esos bienes— es maximizado en la asignación de recursos, se puede concluir
que el mercado es eficiente.

Sin embargo, para el tomador de decisiones la eficiencia puede no ser el único criterio
deseable, sino también la equidad, definida como la justicia en la distribución del bienestar
entre los miembros de la sociedad. En suma, las conclusiones arrojadas por la valoración en
el equilibrio entre oferta y demanda permiten considerar que, en un escenario ideal, la
asignación de recursos en este marco es eficiente. La política del laissez-faire se presenta,
en dicho escenario, como la forma óptima de intervenir en el mercado.

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