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Revista Medios y Enteros

Diciembre 2010

Producción de comunicadores de la UNR

Recuperando un espacio de comunicación

Hace tiempo que todos los que estamos vinculados a la carrera de


Comunicación Social, alumnos, docentes, graduados, nos debíamos una
revista. La cuestión era retomarla, porque ya la teníamos: aquella Medios y
Enteros que apareció a comienzos de los 90. En 1995 dejó de publicarse hasta
que, a fines de la década, editamos dos números más y uno especial, en
conmemoración de los 40 años de la carrera. Pasaron casi diez años hasta
que, a partir de una investigación que un grupo de alumnos realizó para la
cátedra Comunicación Estratégica II, apareció con fuerza la demanda de volver
a tener un espacio de comunicación propio de la carrera. Pero ahora convertida
en este nuevo medio, que potencia las posibilidades de crear una verdadera
comunidad para producir y compartir la información que nos interesa.

Fue así como comenzamos a pensar y diseñar un proyecto editorial, esta vez y
en un primer momento, en formato digital. Conformamos un equipo de
producción integrado por docentes, estudiantes avanzados y graduados de la
carrera.

Con este medio de comunicación queremos dar a conocer tanto la producción


académico-científica como la información cotidiana que vamos generando en la
carrera de Comunicación.

Pensamos a la revista como un espacio de comunicación que nos permite


llegar a los distintos públicos/audiencias a quienes nos dirigimos. El alcance se
ve expandido por el uso de redes sociales, en nuestro caso, FB y Twitter. De
este modo intentamos fortalecer la comunidad que conformamos en la carrera.

Estamos en el inicio de este proyecto, seguramente a través del tiempo iremos


consolidando la relación con los lectores, ese contrato de múltiples lecturas que
habilita este tipo de publicación. Nuestro desafío es mejorar la comunicación y
hacer visibles los logros que vamos generando como comunicadores.

Los invitamos a participar de esta nueva etapa de Medios y Enteros


enviándonos informes de sus investigaciones, producciones realizadas en el
cursado de las distintas materias o información sobre diferentes aspectos de la
comunicación social.
Mg. Silvana Comba y Mg. Edgardo Toledo
Directores Periodísticos
Medios y Enteros

Medios y Enteros....la historia

El nombre Medios y Enteros, una creatividad de Daniel Briguet a comienzos de


los 90, tiene un alto componente nostálgico.

Cuando, hace casi 20 años, un grupo de docentes y alumnos decidieron


producir y diseñar con este nombre una publicación en el seno de nuestra
Escuela de Comunicación Social, todavía estaban frescas algunas experiencias
similares vividas en los orígenes de nuestra carrera.
Una de ellas fue, a comienzos de los setenta en la Escuela de Periodismo de la
UCA Rosario, la publicación impulsada por el propio Daniel Briguet con tapa de
hojas de diario y el título sobreimpreso: Prohibido Prohibir, todo un eco del
Mayo Francés.
Eran tiempos en que la palabra impresa todavía resultaba imbatible ante el
incipiente avance de la cultura audiovisual.
Medios y Enteros tuvo una efímera periodicidad entre 1991 y 1995. Hoy la
reivindicación de la palabra y de un nombre que refiere integración entre las
partes y el todo, con su carga de nostalgia constituye un nuevo intento de llenar
un espacio vacante en la Escuela de Comunicación Social.
Su perdurabilidad en el tiempo implica un desafío y un compromiso de
docentes, alumnos y graduados que se inserta en nuestras mejores
tradiciones.
Seamos realistas, pidamos lo imposible.

Prof. Víctor E. Aliprandi.


(Director de Escuela de Comunicación Social entre 1974 - 1975 y 1988 –
1992).

NOTA DE GESTION INSTITUCIONAL

Primeras Jornadas sobre Materias Electivas y Seminarios Optativos

En los meses de setiembre y octubre se vienen desarrollando las Primeras


Jornadas sobre Materias Electivas y Seminarios Optativos de la Escuela de
Comunicación Social. Dichas jornadas fueron concebidas por la Dirección de la
Escuela y la Coordinación Académica de Materias Electivas y Seminarios
Optativos como una instancia de encuentro entre los docentes del área y los
futuros alumnos que cursarán tales cátedras.
Las razones que motivaron la realización de estas jornadas son diversas, pero
en general tienen que ver con la necesidad de sistematizar y organizar toda un
área de la carrera que ha tenido un crecimiento exponencial durante los últimos
años, y que requería de una coordinación capaz de articular propuestas de
materias y seminarios cada vez más numerosas, caracterizadas por poseer
orientaciones, contenidos y metodologías de trabajo diversas y heterogéneas.

En esta primera etapa de la coordinación, articular suponía poner en contacto a


los docentes del área con los estudiantes que cursarán sus cátedras, con el fin
de permitirles un acceso más personalizado al conocimiento de los distintos
programas, y a los propios docentes entre sí, con el fin de establecer un
contacto hasta ahora inexistente que posibilitara un intercambio concreto de
informaciones, experiencias y valoraciones acerca de la tarea que cada uno
desarrolla.

La Escuela confeccionó, además, una serie de posters con la información


básica de cada materia y seminario que fueron expuestos durante las jornadas
y ahora publicamos para su consulta.

En función de esas metas, puntualmente, se organizaron las jornadas sobre la


base de un esquema que contempló la exposición, por parte de los docentes,
de sus propuestas de trabajo, y una instancia de reflexión y discusión por parte
de los alumnos acerca de lo expuesto previamente. Finalmente, cada
encuentro concluyó con un plenario general, donde los estudiantes pudieron
volcar sus conclusiones, críticas, sugerencias de propuestas y visiones acerca
del funcionamiento del área, y los docentes dar respuesta a las cuestiones
planteadas.

La Escuela de Comunicación cuenta así con un material valioso surgido del


diálogo entre docentes y estudiantes, y que ha sido grabado de manera
audiovisual. Ese material podrá ser consultado por cualquier persona
interesada, y servirá de base para profundizar el proceso de organización y
sistematización del área, en la perspectiva de construir un espacio académico
hasta ahora inexistente que resulta de vital importancia para el funcionamiento
global de la Escuela.

Para ver la propuestas de cada seminario y materia electivas en:


http://bit.ly/bXnVDI

Dr. Roberto Retamoso


Coordinador Académico de Materias Electivas y Seminarios Optativos
de la carrera de Comunicación Social

Gestionando en la metatecnología.

Dr. Sebastián R. Castro Rojas


El título que encabeza este escrito es complejo, amplio y con diversas aristas
que pueden desprenderse de él. Aquí, nos centraremos en dejar plasmadas
algunas ideas que se desprenden de la acción que el comunicador desarrolla
en el ámbito profesional: docencia, medios, empresas y/o consultoras. Hablar
de gestionar el conocimiento implica también tomar posición acerca de que se
entiende por gestionar y que se entiende por conocimiento. Por ello, por
gestionar se entiende la realización, la puesta en acción, el hacer que cada
sujeto provisto de saberes previos pone en práctica a la hora de realizar una
acción determinada con las redes digitales (Web). Gestionar es realizar una
acción como usuario críticos de la web. Por conocimiento se entenderán todos
los saberes/conocimientos adquiridos en su formación profesional, tanto dentro
de Instituciones Educativas como por fuera de ellas.

Reconocemos que la sociedad actual se encuentra inmersa en un momento de


continua mutación y cambios en el entramado social, cultural, político,
económico y educacional. Se reconoce, también, que son las tecnologías de la
comunicación e información y las redes digitales las que están provocando
transformaciones en los diferentes ámbitos y niveles que conforman la realidad
social. La formación profesional de los comunicadores se encuentra hoy
mediada por las redes digitales y las nuevas formas de gestionar la información
y el conocimiento.

Por ello, se reconoce que nunca antes había logrado la mediatización encastrar
tantos imaginarios. “No se trata -dice Mitcham- tanto de que las esferas
autónomas están siendo reintegradas dentro de una cultura común, como de
que ellas están siendo vinculadas, puestas en red, interconectadas, de tal
manera que, de algún modo, nos recuerdan o remedan la cultura tradicional. Lo
que está siendo creado en estos momentos es algo que podría denominarse
una cultura virtual común, que adviene en buena medida a través de la
tecnología y cuya manifestación más visible actualmente es la World Wide
Web. Es a esto a lo que, a falta de una palabra mejor, me refiero cuando hablo
de metatecnología” (Mitcham, 2004: 67,71).

Este proceso de acelerado cambio tecnológico en el que intervienen la


microelectrónica y la informática redefinen el campo de lo comunicacional en
sus expresiones culturales, sociales, e intersubjetivas.

A partir de la llamada Tercera Revolución Industrial, la Era Tecnotrónica ha


impreso sus huellas en el modo de vivir y sentir de los hombres en esto que
podría definirse como un nuevo espacio social tecnológico, en donde las
“Tecnologías de la Información y Comunicación” (TICs) resultan constitutivos
y transformadores de los múltiples ámbitos que las contienen.

Los cambios tecnológicos y su difusión son producidos dentro de una trama


compleja de relaciones en el marco de las culturas. Se entiende a las
tecnologías como lenguajes y no como sinónimo de técnica o instrumento. En
este sentido, la presencia de dispositivos comunicacionales basados en la
interconexión, instantaneidad, simultaneidad y globalización de la información
han hecho que el esquema comunicativo tradicional basado en un modelo
simple, de sentido único, emisor – receptor se modifique por el de redes
múltiples en las que cada persona es el punto de inicio y de llegada de
demandas y respuestas, en las que se ponen en juego las singularidades y
homogeneidades que conforman esta cadena (casi infinita) de interacciones.

Este ambiente tecnológico que posibilita la web es una metatecnología o un


metamedio según caracterizaciones de diversos investigadores. Ramón
Salaverría, del Laboratorio de Comunicación Multimedia de la Universidad de
Navarra dice: “Internet es un metamedio que aglutina el audio, el texto y las
imágenes. Internet tiene la inmediatez de la radio, la profundidad de contenidos
del periódico y el impacto de la imagen televisiva”. También Salaverria aporta
una mirada acerca del concepto de convergencia de medios en cuanto a que
es: “Un proceso multidimensional que, facilitado por la implantación
generalizada de las tecnologías digitales de telecomunicación, afecta al ámbito
tecnológico, empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación,
propiciando una integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y
lenguajes anteriormente disgregados, de forma que los periodistas elaboran
contenidos que se distribuyen a través de múltiples plataformas, mediante los
lenguajes propios de cada una”. (Salaverria, 2008:35)

A esto, se suman, las transformaciones acaecidas en los últimos años producto


de una mayor celeridad y disponibilidad de información en las redes digitales.
Redes de acceso con mayor caudal de envío y recepción (banda ancha)
producen sobre-abundancia, saturación de productos digitales. Esta
característica se la llama “infoxicación”. Según Alfons Cornella “La palabra
definía el exceso informacional, de intoxicación informacional, en la que tienes
más información de la que humanamente puedes procesar y, como
consecuencia, surge la ansiedad. Pues bien, la infoxicación es un problema de
nuestra sociedad y, por tanto, también una gran fuente de oportunidades.
Cuando definí el término, Google no existía.”

Un aporte que nos da herramientas para reflexionar sobre la gestión del


conocimiento en la metatecnología con creciente infoxicación es la que aporta
Burbules y Callister (2001), caracterizando tres clases de lectores con
patrones de acceso a la información hipertextual en la web: Navegadores,
Usuarios críticos e Hiperlectores.

Los “navegadores”, son lectores superficiales y curiosos con poca o casi nula
participación activa en las redes digitales. Las ayudas que se ofrecen en la web
carecen de sentido para ellos, pues lo único que les interesa es navegar.
Disponen de capacidades para distinguir diferentes elementos textuales, pero
no pretenden establecer asociaciones o patrones entre ellos de una manera
activa. (Burbules y Callister, 2001)

Los “usuarios críticos” serían los lectores/usuarios que saben lo que buscan y
lo que quieren encontrar. “Buscan en el hipertexto información específica,
requieren de ciertos datos orientadores que exhiban cierto grado de precisión,
signos que indique a donde los llevará tal o cual link y qué hallarán en ese
lugar. Una vez que encuentran lo que quieren, su tarea ha terminado.”
(Burbules y Callister 2001:97) Cuando estamos en la Web es posible
formularse preguntas que cuestionen su credibilidad: “¿Quién las desarrolló y
por qué? ¿Cómo analizar la seguridad? ¿De dónde provienen los criterios
empleados y por qué resultan útiles para diferentes clases de juicio de valor
que deben emitir los lectores en entornos on-line?” (Burbules y Callister
2001:122).

Al tercer tipo de lector se lo llama “Hiperlectores”. Estos lectores demandan


mucho más, ya que, “no sólo necesitan los recursos y guías para movilizarse
dentro del sistema, sino los medios que permitan modificarlo e intervenir
activamente en él, en función de sus propias lecturas” La nueva web 2.0 es el
ambiente tecnológico donde estos nuevos usuarios/lectores se mueven, ya
que, las nuevas interfaces orientadas a la participación activa de los usuarios
les permiten realizar acciones de respuestas en contraposición con el modo
“solo lectura” que no admite modificaciones ni adaptaciones. Esta llamada
hiperlectura habilita a leer con mirada crítica los enlaces entre sí y reflexionar
sobre los cambios de significado de un sistema de información enlazado.
(Burbules y Callister 2001:97)

Los hiperlectores no sólo analizan el contenido de los enlaces sino que pueden
reflexionar sobre el modo en que se articulan los links, su grado de adecuación,
modo de asociación de diferentes materiales (fotografía, íconos, palabras o
frases, música).

Gestionar la comunicación demanda muchas maneras de hacer, y, si a esto, se


suman las redes digitales el cóctel es más que complejo. La sobreabundancia
de información en las actuales redes digital requiere de comunicadores y
profesionales que puedan discernir: entre lo superficial y lo profundo; entre
materiales digitales bien producidos y mal producidos; entre materiales de
fuentes verificables y de fuentes no-verificables; entre informaciones veraces y
no veraces; entre producciones hipertextualizadas al infinito y producciones
que valorizan el hipertexto.

Los comunicadores de hoy deberían ser usuarios/lectores críticos en las redes


digitales. Los docentes deberían enseñar y formar usuarios críticos de la web.
Los profesionales de la comunicación deberían ser usuario/lectores críticos de
los nuevos dispositivos comunicacionales basados en la interconexión,
instantaneidad, simultaneidad que detentan la inmediatez, la participación
activa y la interacción de los usuarios. Tal vez, de esa manera se valorizaría la
comunicación y la información en tanta sobre-abundancia informativa producto
del des-uso en la gestión de la información en la metatecnolgía.

Somos testigos del debate actual, que recién hace unos años ha empezado,
sin embargo existen argumentos que deben ser tenidos en cuenta, ya que,
“Todo este fenómeno de multiplicación de la cantidad de información que existe
en el mundo se ha venido a llamar la ‘explosión de la información’, aunque más
bien debería llamarse la ‘explosión de la desinformación’, indigerible y
confundidora”. (Cornella, 2002). En esta línea se pueden marcar algunas
reflexiones. Desde las redacciones digitales aseguran que “La aparición de la
Web ha impuesto cambios en el hacer periodístico y en la actitud de los
lectores ahora más activos”. (Bosch y Rojas, 2009: S/N). Con una mirada
crítica el investigador Colombiano asegura que: “El periodismo de Internet se
ha convertido en el único periodismo que se puede hacer porque la radio, la
tele y la prensa imitan a Internet” (Rincón, 2008:S/N)

La infoxicación, la sobreabundancia de información y datos, la explosión de


información, la explosión de la des-información hoy más que nunca demanda
de profesionales de la comunicación que sepan, quieran y puedan realizar
acciones de gestión de la información y el conocimiento como lectoras/usuarios
críticos en las redes digitales.

Bibliografía:

- Bosch M. y Rojas C. (2009) “Desenroscando la información. Libro sobre


fuentes y periodismo digital”. Pagina/12, Suplemento La Ventana. Disponible
en: http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-122433-2009-04-05.html,
Publicado: 05/04/2009

- Brown W. “Periodismo digital signo de los nuevos tiempos” Disponible en:


http://www.cronista.com/notas/135991-periodismo-digital-signo-los-nuevos-
tiempos

Consultado 03/08/2009

- Burbules N., Callister T. (2001) "Educación: Riesgos y promesas de las


nuevas tecnologías de la Información”. Granica. España.
- Cornella A De la era de la información a la era de la infoxicación
Disponible en: http://labitacoradecodi.wordpress.com/2009/04/29/de-la-era-de-
la-informacion-a-la-era-de-la-infoxicacion/ 29/04/2009

- Echeverría, J. (2004) “Tecnocuerpos”, revista ART.ES Nº 5 disponible en:


http://www.mecad.org/e-journal/numero9/html/sesion_01_14.htm

- Mitcham, C. (2004) “Apuntes para una filosofía de la metatecnología”, revista


Artefacto Nro. 5, Bs As, verano 2003-2004

- Rincón, O (2008) “El aburrimiento del periodismo en Internet”. Disponible en:

http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-104119-2008-05-14.html 14
Mayo 2008

- Salaverria R. (2004) “Diseñando el lenguaje para el ciberperiodismo” en


Revista Chasqui Nº 86. Disponible en:
http://www.comunica.org/chasqui/86/salaverria86.htm
- (2005) "Hipertexto periodístico: mito y realidad". Comunicación en III
Congreso Internacional Comunicación y Realidad. (Universidad Ramón Llull,
Barcelona, 20 y 21 mayo 2005). En: Trípodos (extra 2005), nº 1: 517-524.
Comunicación digital. Producir a partir del estudio de las prácticas.

Lic. Leticia Giaccaglia

El fenómeno de lo multimedia y el lenguaje digital abren nuevos espacios para


desarrollar la actividad profesional de comunicador. Conocer los lenguajes y las
herramientas es sólo uno de los desafíos. La creciente segmentación de los
públicos y el protagonismo que los usuarios adquieren en los nuevos medios,
nos obliga a profundizar en el estudio de las prácticas que en ellos tienen lugar.
Esta nota surge a partir de la investigación llevada adelante durante mi trabajo
de tesina de grado donde me propuse reflexionar acerca del estudio de
audiencias en los nuevos medios, a partir de la exploración de las prácticas de
los usuarios con el uso de las aplicaciones Web 2.0 que ofrece Google.

En los diferentes momentos de la historia de los medios de comunicación,


saber lo que el público busca ha desencadenado gran cantidad de estudios
desde variadas corrientes teóricas. En las últimas décadas, el uso de
tecnologías de comunicación e información ha profundizado la segmentación
de los públicos y categorías de análisis como género, edad y poder
socioeconómico ya no son suficientes para caracterizarlas. Sin embargo,
también han facilitado una mayor participación y visibilidad de los destinatarios
en los medios de los que se constituyen como usuarios. Los modos de
intercambio que permiten las tecnologías digitales, a diferencia de otros
medios, pueden ser una herramienta clave para conocer lo que las audiencias
hacen en el ciberespacio. Concretamente, son las aplicaciones denominadas
Web 2.0 las que están permitiendo nuevas atribuciones a los usuarios. Veamos
un video que explica brevemente a qué nos referimos con Web 2.0.

Mucho se ha hablado de la participación o quizás del protagonismo de los


usuarios en los nuevos medios, pero la vertiginosidad con la que aparecen
nuevas herramientas hace que los tiempos para conocer qué están haciendo
los usuarios en el ciberespacio, resulten demasiado cortos para construir
tipologías y las categorías, muchas veces, antiguas. A continuación,
avanzaremos hacia la descripción de las prácticas que están teniendo lugar en
las aplicaciones a través de las voces de quienes hacen uso y también
experimentan con ellas y de los relatos que circulan en las plataformas que,
lejos de ser meros espacios de indicaciones técnicas, dan cuenta de los usos y
postulan claramente un tipo de usuario, que ya no sólo lee y consume sino que
produce y es invitado a continuar haciéndolo. Centraremos el análisis en
algunos ejes como percepción del tiempo, personalización de las herramientas,
modos de recepción y participación e interacción con otros usuarios.

Usuarios en deuda
Hemos indagado en nuestros entrevistados acerca de cómo se definen en su
relación con los nuevos medios, por unanimidad escogen la palabra “usuario”,
entre otros términos que implican niveles de interacción y apropiación
variados. Respecto al grado de participación, los informantes manifiestan que
no acostumbran a aportar contenidos a la web, a menos que lo deban hacer
como parte de su trabajo, como Fernanda, que es periodista, y Cecilia que está
a cargo de la gestión de los contenidos del sitio oficial de un diputado. Salvo
Fernanda, los demás no tienen blogs y no suelen dejar comentarios. Fernanda,
particularmente, dice que le resulta más útil linkear esa información a Twitter y
de ese modo le da más trascendencia, porque hacer un comentario más
profundo lleva tiempo y quizás es más efectivo compartir el contenido. Sólo
eventualmente, han participado de foros, excepto Mariano que postea en los de
tecnología, pero dice que no tiene un blog porque “de hacerlo le gustaría
generar algo que le interese y no como hacen la mayoría de los blogs que
repiten lo mismo que en otros lados”. Respecto a esta situación, advertimos
que los entrevistados se sienten en deuda por no aportar materiales,
información u opiniones, “debería” expresan todos. Matías siempre piensa que
tendría que publicar pero no se hace el tiempo, le ocurre en Wikipedia, lo
entusiasma el concepto de que muchos ojos observando minimizan el margen
de error, “pero yo nunca me pongo a corregir nada!”, confiesa. Sí sube
contenidos al Torrent, (protocolo de intercambio de información basado en
software libre) “en eso sí soy de compartir porque considero que hay que
hacerlo para que se beneficien todos, ya que esto aumenta la velocidad de
bajada”. Cecilia cree que, si bien ella ve cierta participación por parte de los
usuarios, no han cambiado tanto las cosas, “la mayoría leemos el diario igual
que lo leemos en papel, con la dificultad de que nos duelen más los ojos”.

Google, el intermediario

La proliferación de la información disponible en la red impone la necesidad de


optimizar los recursos de selección para que en poco tiempo sea posible
obtener contenidos adecuados a nuestros intereses y de calidad. En “¿Cuánta
información hay en el mundo?” Laura Siri explica que en un solo año se está
generando más información que en los últimos 5000 años anteriores (Siri,
2008). En esta realidad se fundamenta la importancia que han adquirido los
motores de búsqueda en la web, que ya no está compuesta por documentos
sino por datos procesados en unidades de microcontenidos. Algunos datos
producidos por la consultora Tendencias Digitales, empresa de investigación
especializada en el mercado de Internet en Latinoamérica, indican que el uso
de Internet para la búsqueda de información se encuentra entre los tres
principales usos del medio durante los últimos años. Los motores de búsqueda,
y el de Google específicamente, aparece como el principal intermediario de
muchas de las tareas que realizan los usuarios en la red, en él tienen lugar
5000 millones de búsquedas por mes, lo que lo convierte en un espacio
significativo de observación. Esta herramienta marca caminos en medio de la
gran cantidad de información frente a la cual los usuarios coinciden en sentirse
abrumados. Cecilia considera que “para encontrar algo útil hay que saber muy
bien qué se busca”. Clarisa agrega que, a la sensación de estar frente a algo
inabordable se contrapone una cierta certeza de que de la mayoría de los
temas buscados habrá alguna información. Mariano, cuya aproximación a las
herramientas es más técnica, debido a que es programador, dice que para él
rastrear algo en la red es tan mecánico como caminar, lo que le genera cierta
sensación de poder, porque “tenés la posibilidad de tener acceso
prácticamente a todo”, explica.
Por unanimidad, los usuarios entrevistados afirman usar únicamente el motor
de búsqueda de Google, declarando conocer y hacer uso de muy pocos modos
alternativos para obtener información, Cecilia declara al respecto: “no sé como
pude vivir sin eso tanto tiempo”. Además, se observa una constante y unívoca
asociación de búsqueda de información en Internet con el uso de Google, todas
las preguntas orientadas hacia el tema de acceso y recuperación de
información conducen a valoraciones y ejemplos en los que interviene el
motor de Google en particular, observándose incluso con frecuencia el empleo
del neologismo “googlear” en reemplazo de buscar. Como bien lo explica Tim
O’ Really, el primero en utilizar el término Web 2.0, Google es un intermediario
entre la información y el usuario, pero no la provee. Al momento de ser
indagados sobre cómo califican la información obtenida en cuanto a
confiabilidad y concordancia con lo buscado, algunos entrevistados hacen la
salvedad de que Google no da la información sino que “te dice donde
buscarla”, pero luego en otros momentos de las entrevistas tienden a referirse
a Google como una aplicación que brinda la información, son frecuentes las
expresiones: “ahí está todo”, “está en Google”.

En cuanto a las estrategias que despliegan al momento de utilizar esta


aplicación, rigen especialmente como criterios la precisión en las palabras
clave que se eligen, la paciencia, la atención a las fuentes de donde proviene la
información. Además, interviene el azar, ya que muchas veces se busca un
contenido y se encuentra algo que satisface otros intereses del usuario,
situación que le agrega una cuota de diversión, sostiene Matías. En relación a
los saberes que deben ponerse en juego en el uso de la herramienta, coinciden
en que se aprende a usarla, justamente usándola, es decir, por ensayo error.
Matías expresa “Google no es una lámpara mágica, el usuario tiene que poner
de sí, fijarse, leer es la condición básica.”
Con respecto al modo en que los usuarios guardan la información, aparece
fuertemente la tendencia al abandono de la narratividad y la preeminencia de la
construcción de bases de datos, lo que Lev Manovich identifica como un
fenómeno que florece en la web y se instala como la nueva manera de
estructurar la experiencia de nosotros mismos y del mundo (Manovich, 2006:
289). En este sentido, Clarisa, Fernanda y Cecilia prefieren los Favoritos para
guardar la información y los organizan en carpetas por tema y, en ocasiones,
cronológicamente. Matías guarda los links en Bloc de notas de Windows y
también deja abierta las pestañas del navegador donde encontró lo buscado.
Mariano utiliza Del.icio.us, que es un sitio de gestión de marcadores o favoritos
sociales en web que permite agregar los marcadores que usualmente se
guardaban en los navegadores, categorizarlos con un sistema de etiquetas y
compartirlos con otros usuarios. Es llamativo que, en todos los entrevistados,
prevalece el guardado de las direcciones de las web por sobre los contenidos,
el copiado y pegado en procesadores de texto aparece como el último recurso
mencionado. Podríamos aventurar que esto es una consecuencia del uso de
Internet de banda ancha, que permite el acceso permanente a la información
encontrada.
Algunas particularidades técnicas de esta herramienta hacen que la
participación del usuario resulte decisiva. Así pues, la red de conexiones en la
que se basa el PageRank crece orgánicamente como resultado de la actividad
colectiva de todos los usuarios de la web. Tim O’ Really afirma que, “lo que
antes era simplemente la audiencia ahora decide qué es importante al crear los
enlaces que generan el posicionamiento en el buscador” (O’ Really, 2006). En
el modo de operar de esta aplicación persiste la lógica del funcionamiento en
red que caracteriza a la Web 2.0.

Desde la mirada de los usos sociales de las tecnologías no existen modos de


hacer bien o mal las cosas, sino que cada uno recrea permanentemente sus
propias maneras de hacer sin seguir instrucciones. Esto posibilita la invención
de nuevas prácticas, en este sentido, Mariano afirma: “todo lo que busco es por
el buscador, inclusive uno está tan mal acostumbrado que por ejemplo las
direcciones no las tipeo, sino que escribo en Google un nombre más o menos
parecido, de ahí voy al link”. Fernanda coincide en esta práctica: “Googlear, no
hay otra manera, hasta para entrar a las páginas, si quiero entrar a TN, pongo
TN en el Google”. Si bien existe un elemento creado específicamente para
entrar a las web como es la barra de navegación, los usuarios improvisan otros
modos de lograr lo que se proponen. Esto evidentemente ha sido observado
por los desarrolladores de Google y en Google Chrome, el navegador de esta
empresa, la misma barra puede ser utilizada para realizar ambas tareas.

Compartir, con “C” de comunidad, colaborativo y colectivo

De un tiempo a esta parte la presencia de la palabra “compartir” se ha hecho


frecuente en las interfaces de las distintas aplicaciones. Esta invitación
constante a establecer contacto con otros usuarios tiene que ver con el modelo
conversacional que presentan hoy los medios, que implica que los usuarios no
sólo accedan al medio sino que sean parte de él integrando su voz y
sumándose a la producción de contenidos, muchas veces con el fin de
intercambiar materiales con los demás usuarios. La participación en espacios,
la formación de comunidades de interés y el trabajo colaborativo se cuentan
entre los rasgos propios del usuario llamado Web 2.0. Particularmente, tres
aplicaciones de Google fundamentan su existencia en esta situación: Google
Docs, Álbumes web de Picasa y Google Calendar. Las tres permiten subir
contenidos en distintos lenguajes a fin de hacerlos accesibles y ser
compartidos con otros usuarios. Se observa aquello que Lev Manovich explica
en relación a la telepresencia: “no tengo que estar físicamente en un lugar para
influir sobre su realidad” (Manovich, 2006: 224). Hoy en día es posible explorar
y trabajar sobre una multitud de documentos e información sin movernos de
nuestro lugares de trabajo, lo cual permite apreciar que, en la cultura del
ordenador, en términos de influencia sobre la realidad, se da un predominio de
la información por sobre el espacio físico. Así lo prevé Google Docs, aplicación
que permite crear documentos desde cero y también subir contenidos ya
creados en formato de archivos comunes a los que se puede acceder y
modificar desde cualquier equipo a través de Internet. Se destaca en esta
aplicación el rasgo que caracteriza a la Web 2.0 que tiene que ver con la
posibilidad de descentralizar la información y la administración de los
contenidos por parte de los propios usuarios.
El hecho de que los documentos estén on line hace que se pueda acceder a
ellos desde cualquier ordenador, lo que Mariano y Matías señalan como la
principal ventaja de utilizar esta aplicación. Para Matías es muy útil debido a
que desarrolla su actividad laboral en Paraná, pero por motivos de estudio,
pasa la mitad de la semana en Rosario. Una situación similar experimenta
Fernanda, cuyos compañeros de trabajo se encuentran a distancia por lo que
deben resolver todo on line. Cecilia en cambio, en su actividad de docente de
redacción, utiliza esta aplicación para trabajar con grupos grandes de alumnos,
que a pesar de estar sentados uno al lado del otro, intercambian documentos
durante las clases a fin de corregirse mutuamente lo que cada uno produce. Si
bien esto podría hacerse en papel, no sería posible que sea visualizado por
todos al mismo tiempo.
En la sección “Acerca de Google Docs” de la aplicación, se muestran algunos
testimonios que es interesante retomar porque reflejan lo que los usuarios hoy
hacen y piensan sobre este tipo de herramientas y algunas ratifican los usos
que han descripto nuestros entrevistados: “Se puede intercambiar dudas”, “me
proporciona la comodidad de enviar a mis colaboradores un enlace con la
versión más actualizada de cualquier documento, consultar los cambios que
han hecho y estar segura de que trabajamos sobre el mismo documento”, “un
buen generador de pensamiento colectivo y una herramienta creativa para que
aparezcan relatos 'a varias manos' que no podrían escribirse de manera
individual”, son algunas de las declaraciones.

Prácticas como las que hemos descripto en este artículo evidencian un


nomadismo creciente en los públicos (Lozano, 1991), usuarios que establecen
usos allí donde no estaban previstos y plataformas preparadas para el cambio,
de código libre y en versiones beta. Si bien estos escenarios no darán nunca
lugar a la estabilización de los usos, afortunadamente para los que deseamos
hacer de estos elementos nuestros objetos de estudio, la Web 2.0 exhibe
huellas por doquier que nos invitan a experimentar con nuevos modos de
abordaje.

Bibliografía

-LOZANO, Elizabeth, 1991, “Del sujeto cautivo a los consumidores


nomádicos”, en Revista Diálogos de Comunicación, Lima, Nº 30.
-MANOVICH, Lev, 2006 (2005), El lenguaje de los nuevos medios de
comunicación. La imagen en la era digital, Buenos Aires: Paidós.
-O’ REALLY, Tim, 23-02-2006, “Qué es Web 2.0. Patrones del diseño y
modelos del negocio para la siguiente generación del software” en Boletín de la
Sociedad de la Información: Tecnología e Innovación, disponible en
<http://sociedaddelainformacion.telefonica.es/jsp/articulos/detalle.jsp?
elem=2146&salto=2&back=3&origen=2>.
-SIRI, Laura, 21-10-2008, “¿Cuánta información hay en el mundo?”, en
Alambre, Buenos Aires, disponible en
<http://www.alambre.com.ar/Articulos/Articulomuestra.asp?Id=14>.
-WOLTON, Dominique, 2000, “Introducción. Una nueva era de la
comunicación” en Internet ¿y después? Una teoría crítica de los nuevos medios
de comunicación, Barcelona: Gedisa.

Un recorrido por las aplicaciones 2.0


Erica Galli

Las apropiaciones tecnológicas que realizan los usuarios van dejando huellas
en el ciberespacio, aún cuando la fragmentación y la celeridad del tiempo
atenten contra ello. Y si bien resulta difícil cuantificar la variedad de
herramientas digitales que posibilitan dicha apropiación, algunas de ellas se
destacan, principalmente por el gran número de usuarios activos que registran.
Tal es el caso de Facebook, Twitter, Flickr o Youtube. Veamos.

Facebook sitio web gratuito en el que los usuarios pueden participar en una o
más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo
o región geográfica.

Twitter servicio gratuito de microblogging que permite a los usuarios enviar


“tweets”, es decir entradas de texto de hasta 140 caracteres.

Flickr sitio web que permite almacenar, ordenar, buscar y compartir fotografías
y videos online. La plataforma provee herramientas que permiten al autor
etiquetar sus fotografías, explorar y comentar las imágenes de otros usuarios.

Youtube sitio web donde los usuarios pueden subir y compartir videos. Aloja
una variedad de clips de películas, programas de televisión, vídeos musicales,
así como contenidos amateur. Los enlaces pueden ser también puestos en
blogs y sitios web personales usando APIs o incrustando cierto código HTML

“Ok, ya tengo todas esas cuentas… ¿Y ahora que hago?”

Si hablamos de apropiaciones tecnológicas, nada mejor que construir nuestro


propio itinerario. En un universo donde las posibilidades tecnológicas parecen
infinitas, el espacio lúdico, la exploración continua y la creación de redes con
usuarios avanzados promueven el aprendizaje mediante la conformación de
comunidades virtuales. La integración y articulación de estas tecnologías abre
la posibilidad cierta de desarrollo del pensamiento complejo y las competencias
requeridas que ya demanda el siglo XXI.

Mas data:

http://www.youtube.com/watch?v=SOgVp_WUhJs
http://www.youtube.com/watch?v=g3WgeFJZsH4

http://www.youtube.com/watch?v=eZPKVUBJg5A

Tres miradas sobre las tecnologías

Lic. Sebastián Strá

Hablamos de comunicación con Gerry Garbulsky, Andrés Schuschny y


Alejandro Rozitchner.

Las actuales condiciones de producción de contenidos en diferentes ámbitos,


se encuentran atravesadas por las nuevas herramientas comunicacionales de
la tecnología digital. Desde allí se desarrolla un entorno que posibilita la
generación de diversas experiencias. Redes sociales, blogs, Internet 2.0 se
entrelazan con practicas y discursos, generando una compleja configuración
que no puede ser abordada por una sola disciplina, sino que requiere una
mirada múltiple.

A partir de estos puntos de interés y en el marco de la realización de las


conferencias TEDx Rosario, M y E pudo dialogar con tres expositores que
provienen de campos muy diversos y que entablan una relación muy estrecha
con las nuevas tecnologías de la información.

Andrés Schuschny es Licenciado en Ciencias Físicas y Doctor en Economía,


profesor universitario y funcionario de Naciones Unidas. Por su parte,
Alejandro Rozitchner es un pensador que proviene de la filosofía, pero que ha
trabajado en numerosos medios masivos. Por último Gerry Garbulsky, es
director de la Revista Oblogo. Publicación impresa que presenta contenidos
2.0.

Jugando un poco con el camino diverso que trazaron los entrevistados, nos
propusimos reflexionar sobre los nuevos escenarios que se configuran a partir
del desarrollo de las tecnologías de la información en los territorios donde ellos
desarrollan su trabajo.
Una de las transformaciones propias de los medios digitales tiene que ver con
que los usuarios han dejado de ser consumidores-lectores para pasar a ser
productores de contenidos. La revista Oblogo, si bien plantea también un
formato digital, tiene la característica fundamental de ser un modelo impreso
con contenido blog. Su director, Gerry Garbulsky, nos remarca la importancia
de la participación de los usuarios: “Yo creo que la participación tiene una
potencialidad infinita, porque el modelo Oblogo es un modelo de contenidos
firmados por los usuarios. Ya por lo pronto, publicamos cosas que ya habían
sido creadas en blogs, no tenemos una redacción como un medio tradicional.
Somos un medio 2.0, aunque estemos en impreso, como on-line, pero somos
2.0 en espíritu.”

Gerry Garbulsky

A esta instancia también aportan los usos sociales de la conectividad, por ello
Oblogo plantea y motiva la constante participación de su comunidad de
lectores-productores mediante diversas prácticas. Una de ellas se ha
denominado Otuito: “Lo que se busca hacer es arte colaborativo, a través de
Twitter como herramienta y a través de consignas que vamos cada quince días
lanzando... Por ejemplo: la primera era odio cuando, entonces la gente decía:
odio cuando pasa tal cosa, pasa tal otra. La de esta semana es: se me nota. Se
me nota cuando estoy nervioso, se me nota esto, se me nota lo otro. Y lo que
hace toda la comunidad Oblogo es poder favoritear, como se dice en el
lenguaje de Twitter, cada una de estas cosas y las más favoriteadas y las que
más les gustan van publicadas en Oblogo, cerrando el circulo de creación de
contenido por toda nuestra comunidad y generación también de interacción y
vida comunitaria en Twitter”, explica el director y Co-Fundador de la revista.
Este cambio también afecta a los medios llamados tradicionales. Alejandro
Rozitchner es un pensador que ha participado en TV, radio y prensa, y hoy
publica también desde su visitado blog 100volando.net. Ahora nos habla de su
experiencia con medios digitales: “En los medios digitales todo es mucho más
personal. Establecés con las publicaciones una actitud más de juego y podés
probar cosas rápidamente, tenés un ida y vuelta mucho más inmediato. Se
salta muchas veces la categorización que se trabaja en los medios
convencionales entre política, vida ciudadana y deporte.”

Alejandro Rozitchner

A su vez los medios “clásicos” van incorporando blogs, redes sociales, páginas
web para interactuar con su público. La tarea del periodista también se ve
afectada en este espacio. “La forma en que la gente accede a la información y
a la cultura está cambiando radicalmente a través de las nuevas
tecnologías...Por ejemplo: El terremoto de Chile. Cuando fue el terremoto
durante las primeras dos horas en clarín.com no había nada todavía, pero
Twitter estaba inundado de un montón de información.” Plantea Gerry
Garbulsky.
Un escenario que ha asumido una forma particular a partir del entorno
tecnológico es la educación. Allí se conjugan prácticas escolares tradicionales
e institucionalizadas con alumnos cada vez más inclinados al uso vertiginoso
de tecnologías digitales. Desde su experiencia en la docencia universitaria y de
posgrado, Andrés Schuschny nos habla de esta problemática: “La educación
durante la modernidad, durante la era industrial, fue la institución que
disciplinaba la sociedad. El objetivo era crear al individuo medio, la campana de
Gauss, el ser normalizado y hoy estamos hablando de toda esta explosión y
diversidad y cómo considerarla dentro del sistema educativo que en este
momento está en debate. Yo creo que los maestros tienen que asumir un rol
más de facilitadores, dentro de un proceso de conocimiento donde la pasión y
el deseo formen parte del combustible en el cual los alumnos quieran educarse
en colectivo, en grupo y para sí mismos.”

Andrés Schuschny

Con respecto a esto y desde su perspectiva de formar pensadores


entusiasmados antes que discípulos angustiados, Rozitchner traza su perfil de
pensamiento: “La crisis educativa podríamos plantearla o entenderla como el
simple desfasaje entre un mundo que cambia y evoluciona muchísimo y una
concepción del aprendizaje o de la educación que quedó atada a realidades
que ya no son. Y las experiencias como la de Piscitelli tienen que ver con
volver a darle sentido a la educación, actualizarla, ponerla al servicio de las
personas reales de hoy.”
Hasta aquí hemos repasado algunos puntos de tres miradas diferentes pero
que coinciden en percibir con optimismo la relación del ser humano con la
tecnología. Expresando este modo de estar en el mundo Andrés Schuschny
concluye: “Hay un optimismo latente. Pero no es la tecnología el tema. El tema
es la tecnología social que da lugar a la conectividad, la herramienta. Yo veo el
valor en eso, en una reubicación de lo humano mediado por la tecnología. Creo
en una visión general de mucho optimismo, es como devolverle a la gente una
voz que perdió el día que se masificó la gestión de la política a través de
instituciones representativas, es volver a la participación y eso despierta una
posibilidad de optimismo increíble.”

El periodismo en el espejo

Lic. Magalí Sinópoli y Erica Galli

La convergencia entre periodismo y social media nos está llevando a


(re)pensar el rol del primero, especialmente si consideramos la percepción muy
extendida, de que la participación que promueven estos nuevos medios
posibilita la apropiación casi inmediata de las noticias. Pero, ¿Cuánto hay de
cierto en esto? Si bien no caben dudas de que las redes sociales, y las
tecnologías 2.0 en general, han permitido acceder y compartir un caudal de
información antes impensable, produciendo incluso una verdadera avalancha,
estos media ya no pueden ser pensados meramente como “nuevas fuentes de
información” sino que implican, al menos en principio, la posibilidad de generar
un espacio de comunicación alternativo, interactivo, más amplio, más
democrático, superando el tradicional enfoque de la transmisión unidireccional-
lo que a menudo se convino en denominar generación de comunidades
virtuales.
De cara a esta situación, la integración de distintas plataformas o dispositivos
tecnológicos, la re-estructuración de las clásicas “secciones” de un diario o
revista que dan paso al taggeo, la exploración continua de nuevas aplicaciones
así como la experimentación de sus funcionalidades y el trabajo con
hipermedia, son algunas de las salidas que está ensayando la industria en
busca de sus audiencias.

Más allá, el análisis de las audiencias se presenta como una tarea más
compleja todavía: ¿Seguimos pensando en “consumidores” o efectivamente
podemos referirlos como “promusidores”? En este último caso, la pregunta
giraría en torno a los términos en que entendemos la participación/producción
si observamos, por ejemplo, la confluencia de las clásicas estrategias de
medición de audiencias- a través de contadores de visitas en diversos sites,
pagerank, entre otros dispositivos- junto a la integración de aplicaciones que
permiten el agregado de comentarios, valoración de artículos, carga de
imágenes, y que presuponen la generación de nuevos contenidos.

Y si bien subsiste una transferencia de paradigmas instituidos hacia nuevos


formatos, podemos pensar que estamos sumergidos en una transición, de la
que emergen modos alternativos de producción y consumo cultural junto con el
desarrollo de estrategias de integración de estos dispositivos digitales por parte
de las corporaciones mediáticas en vistas de ganar posicionamiento-
acrecentándolo- frente a sus audiencias.

Precisamente, cuando la producción periodística atraviesa un panorama


complejo, el desafío consiste en potenciar la inteligencia colectiva y las redes
sociales que la instituyen y viabilizan, teniendo presente que se trata de la
configuración de una realidad dinámica; la misma dinámica que por cierto se
encuentra inscripta en la propia lógica del medio, lejos ya de toda ilusión de
estabilidad.

Cómo es trabajar en un medio digital


La comunicación digital ofrece una diversidad de herramientas que son útiles
para el trabajo profesional de los comunicadores. Si bien el abanico de
oportunidades es amplio, hay ciertos recaudos a tener en cuenta a la hora de
trabajar en la red.

La hiperconectividad que promueve internet, muchas veces puede resultar


perjudicial cuando un trabajador enchufado intente desconectarse. Es por ello
que aquí van algunas recomendaciones de uno de los portales de noticias mas
visitados de la ciudad Rosario3.com
Entrevistamos a Fernanda Rubio, periodista de Rosario3.com, diario digital del
grupo Televisión Litoral, para saber cómo se imagina un día sin tecnología en
el ámbito laboral.

Imaginar un día sin el uso de las tecnologías relacionadas a la comunicación no


es tan difícil, lo difícil sería poder llevarlo adelante. Es bueno de vez en cuando
volver a la esencia y dejar de lado la hiperconectividad. ¿La razón? Sencilla:
Internet y la telefonía celular ocupan un lugar relevante en la vida cotidiana de
la mayoría de las personas. Controlar el estado en las redes sociales, los mails
y mandar mensajitos de texto por celular para coordinar desde pasatiempos
hasta actividades laborales, son parte de una rutina diaria que ha logrado
facilitar el trabajo, de la misma manera que nos ha hecho dependientes. No
contar con ellas sería complicado”, comenta la periodista.

La nocividad está aparejada de los extremos. Como dicen los entendedores en


la medicina: Ninguno es bueno. “No creo que se trate de un vicio, ese tipo de
prejuicio en torno a las nuevas tecnologías de la comunicación, también lo tuvo
que soportar la TV. Desde mi punto de vista, y en base a la experiencia de
trabajar gran parte del día utilizando herramientas online, el "vicio" pasa por
otro lado. Es decir, no es lo mismo pasarse horas jugando sin noción del
tiempo, a trabajar teniendo en cuenta que la vida y la solución de problemas
pasan por otro lado muy lejano a la red y los celulares. Quien sienta
abstinencia por no contar con estas tecnologías más de un día seguramente
deberá rever eso que está fallando”, agrega.

“El tiempo de descanso lo pone cada uno. Hay quienes con o sin tecnología
trabajan doce horas diarias y eso no les quita el sueño. Para quienes deben su
rutina de trabajo a la red los tiempos son más amplios y flexibles, con lo cual
depende siempre de los resultados. Puede sonar estresante pero no lo es,
dado que quienes trabajan de navegar logran acomodar horarios de vida on y
off line”, finalizó Rubio.

Entrevista a Franco Piccato

Nuevas audiencias en la web social

Lic. Ma. Laura González Olalde

En la entrevista que realizamos a Franco Piccato, el periodista y editor del área


negocios digitales de La Voz del Interior de Córdoba nos habló sobre su visión
acerca de los nuevos medios y las nuevas audiencias, su relación y muchas
veces tensión en la Web como plataforma de interacción y producción de
contenidos.
¿Es pertinente hablar de un nuevo periodismo a partir de las posibilidades que
otorga la Web 2.0 y las redes sociales?

-El periodismo no cambia. Las bases del periodismo en el sentido de poner en


relación a la sociedad con las fuentes de información o con los diferentes
sectores, la política, la economía, eso no cambia. Tampoco cambian los
principios fundamentales del oficio en términos de garantizar calidad en el
periodismo, ofrecer pluralidad de fuentes, un manejo responsable de las
fuentes y todo lo que hace a contenidos que tenemos que acercar a nuestras
audiencias en cualquier soporte. Lo que sí cambia radicalmente es la forma en
que tenemos que relacionarnos con las audiencias porque estamos pasando
de un modelo en el que nuestras viejas y conocidas audiencias eran pasivas y
sólo se limitaban a estar en nuestra sala de huéspedes, leyendo los diarios o
escuchando la radio, y en el nuevo entorno digital lo que se abre es una gran
plataforma de participación y de producción de contenidos. Nuestra audiencia
se está convirtiendo en la principal aliada pero también en nuestra peor
competencia en términos de generación de contenidos.

Por lo tanto, el periodismo sigue, no cambia en el fondo pero sí es necesario


que adaptemos nuestro lenguaje, nuestra narrativa, nuestra cultura dentro de
las redacciones porque las redes sociales, los blogs, la Web 2.0 nos están
haciendo cambiar la forma en la que nos relacionamos con la audiencia.

¿De qué manera se concibe a las audiencias a partir de los nuevos medios de
información y comunicación? ¿Cómo define el concepto de audiencia?

Si el concepto de audiencia en la era de los medios masivos era una audiencia


heterogénea que sólo se limitaba a recibir los mensajes de los medios de
comunicación, lo que hoy tenemos en los medios digitales particularmente es
un nuevo tipo de receptor de los medios masivos de comunicación nunca antes
visto en la historia que es el usuario de Internet. Quien, además de leer, tiene
otras posibilidades interactivas: participar, linkear comentar y mucho más
activos.

Son rasgos que el periodismo debe tener en cuenta.

No podemos como periodistas ir en contra de la corriente. La audiencia ha


tomado decisiones, la audiencia está en las redes sociales, está en los blogs.
No podemos pretender, como periodistas, seguir siendo el centro de la escena
porque claramente el monopolio de la información que antes manejábamos
porque éramos los únicos actores que teníamos el poder de la palabra como
actores de la comunicación pública, ahora se ha democratizado de una manera
enorme. En la lógica de emisores y receptores, el polo de la emisión se ha
ampliado muchísimo, por lo tanto no solamente hay que considerar a la
audiencia sino también incorporarla dentro de los procesos de producción de
las noticias. Ubicar al usuario de Internet en el centro del proceso de
producción, porque de otra manera se van a apartar e ir para otro lado. Los
usuarios son muy infieles, resisten la información y la publicidad obvia, quieren
contenidos de calidad, quieren participar y relacionarse entre ellos con las
redacciones y con los periodistas. No podemos estar fuera de ello.
¿En qué medida el periodismo de nuestro país se abre a este tipo de
participación social a través de la Web? ¿Hay resistencia de los medios
tradicionales?

Sí. Es un cambio de paradigma fenomenal porque la apropiación social de la


tecnología está poniendo en crisis no solamente los modelos periodísticos
narrativos sino también los modelos de empresa y de negocio. Hay que hacer
muchos cambios en términos de la cultura de trabajo dentro de las
redacciones, hay mucho de psicología industrial, de cómo hacer entender
especialmente a los gerentes de los medios que es necesario invertir en la
experimentación radical que hace falta para poder montar nuevos medios, más
ajustados al nuevo contexto y escenario. Me parece que hay en primera
medida un tema cultural que resolver dentro de las redacciones, esto implica
cambios de horarios de trabajo, cambios de actitud de los periodistas en
relación con sus audiencias, bajarse del pedestal en el que los periodistas nos
encontrábamos. Supone una gran actitud de humildad, de decir, queremos
dialogar con nuestras audiencias, conversar con ellas. Muchas veces nuestras
audiencias saben más que nosotros sobre algunos temas, es necesario abrir
esas puertas de la redacción con la sociedad. De hecho es una puerta que
nunca debería haberse cerrado.

¿El periodismo digital, multimedia e hipertextual es autosuficiente en cuanto a


su posibilidad de financiación y mantenimiento económico? ¿Cuál es el futuro
de los medios tradicionales?

No tengo dudas de que el periodismo escrito no va a morir nunca, ahora si va a


ser en soporte papel, digital, móvil, PC, ipad o cualquiera de los nuevos
dispositivos, eso todavía no lo sabemos. Creo que los productos de papel
nunca más van a volver a estar en el ciclo pujante del negocio. Estamos viendo
en los mercados más maduros una declinación de la circulación de los
productos impresos, la crisis en el modelo de negocio ya está empezando a
sentirse. Hay diarios que han cerrado en Estados Unidos, otros que están en
crisis también en Europa, el diario Crítica en Argentina se va a convertir en la
primera víctima de esta crisis, por muchos otros factores también. Hay que
reconvertir las redacciones y las empresas a multiproductos y multiplataformas.
Un periodista, una redacción y una empresa periodística no deberían estar
atadas a un soporte específico. Tenemos que migrar hacia un modelo de ser
agnósticos en la plataforma. Que los periodistas y los medios podamos
producir contenidos sin importar en qué soporte salga.

¿Qué pasa con el negocio?

Todavía el negocio de los productos impresos de la industria editorial en


Latinoamérica sigue dando buenas rentabilidades, quizás haya que ajustarlas
un poco para abajo en el futuro. Mientras, vemos que las audiencias migran
hacia las plataformas digitales y seguramente los anunciantes van a migrar
hacia las plataformas digitales. Pero nos encontramos con una dificultad
adicional y es que todavía los medios digitales no generan la rentabilidad
necesaria para sostener estos grandes esquemas de producción de
contenidos, porque producir contenidos y hacer noticias de calidad sale caro y
en Internet nadie está dispuesto a pagarlo. Y por otro lado, los anunciantes no
tienen todavía la madurez necesaria para entrar en este nuevo medio, y los
precios de la publicidad digital se mantienen bajos.

Tenemos un contexto de tormenta perfecta: cae la circulación del producto


impreso, las audiencias más jóvenes se van a la plataforma digital y no
necesariamente a los diarios digitales sino a otros productos de la Web social
como Facebook o Twitter, los productos más maduros siguen manteniendo
buena rentabilidad pero eso empieza a declinar y el nuevo negocio de los
medios digitales todavía no está claro. Nadie sabe cómo rentabilizar los
contenidos en Internet. Hay que estar atentos a los nativos digitales, a qué
están haciendo las nuevas audiencias y a qué están haciendo las empresas
que sí están en Internet y que conocen cómo funciona la naturaleza del medio.
Me refiero a Google y a Facebook que están logrando generar algún tipo de
rentabilidad. Y están los viejos dinosaurios como Murdoch que quieren cobrar
a la gente por el acceso a contenidos generalistas en Internet, lo que muchos
analistas indican que va directo al fracaso, que la única forma de cobrar por
contenidos en Internet es ofreciendo contenidos únicos que el usuario no
podría encontrar en otro lugar.

Frente a este panorama, ¿qué recomendaciones se pueden delinear para el


trabajo profesional de los periodistas?

El nuevo profesional tiene que aprender nuevas habilidades, aprender a


relacionarse con sus audiencias, a ser coach de la audiencia, a ayudar a la
audiencia a producir contenidos y a ser una especie de DJ que va eligiendo los
contenidos que produce la audiencia que están disponibles en Internet, a
empaquetarlos y a publicarlos. Creo que tenemos que especializarnos en
temas y no en soportes. Las carreras de comunicación no deberían tener más
las barreras que dividen a los especialistas en radio, de los de gráfica o de
televisión, sino que deberíamos movernos como peces en el agua en cualquier
soporte y sí ser expertos en temas y en coberturas. Me parece que el
periodismo del futuro va a requerir mucho talento, posiblemente nos vea lejos
de la protección de las grandes corporaciones mediáticas. El periodista del
futuro va a tener que vivir a la intemperie, aprender a mandarse solo, a generar
sus propios emprendimientos, porque por suerte la tecnología es cada vez más
barata, más accesible y fácil de manejar. Frente a la crisis tenemos una gran
oportunidad y es que está naciendo una nueva forma de hacer periodismo en
un soporte nuevo. Los desafíos son infinitos. Los profesionales de la
comunicación tienen que hacer este cambio rápido porque lo que está en
riesgo es nuestra relevancia social.

De profesión: ingresante

Delfina Toledo
Existe alguna razón -que, como la mayoría de las cosas, desconozco- por la
cual a los alumnos que recién comienzan la facultad se los llama “ingresantes”,
mientras que a los que se reciben se los designa “egresados”.

¿A qué se debe esto?, ¿por qué denominarlos “ingresantes” y no


“ingresados”?, ¿qué cuestión implícita existe detrás de ese concepto?, ¿será
que los alumnos nunca dejamos de ser ingresantes?, ¿será que nuestro
transcurrir universitario es un proceso en permanente construcción –y
destrucción- que provoca que nunca terminemos de ingresar en algo?

Nuestra “entrada” no termina al final del curso introductorio, nuestro ingreso


difícilmente tenga un punto de cierre. Somos la (im)perfecta personificación del
gerundio.
Sin ir más lejos –o yendo demasiado lejos, en verdad, cerca de 8 años atrás-
inicié mi camino de eterna ingresante.

Me tomé por primera vez la K con el objetivo de llegar hasta el final del
recorrido, tal como me lo había marcado mi escéptica madre, que me despidió
como si fuese directo a la trinchera. Y a partir de ese mismo momento, ante la
fascinante desconfianza ajena y la no tan atractiva incertidumbre propia,
advertí que me esperaba algo bueno, quizás porque en ocasiones es
conveniente regodearse en la duda.

Desde el instante en que entré en la Siberia, comencé a hacer uso y abuso,


libertad y libertinaje, de las prerrogativas del estudiante novato. Agradecí no ser
atacada por los partidos políticos en etapas de elecciones en las que el resto
del alumnado resultaba empapelado contra su voluntad, y en cambio, pude
caminar por los pasillos gozando de cierta impunidad. Por otro lado, en cuanto
a las primeras clases, nunca dejé de apelar a la lástima del docente cuando no
entendía algo, aprovechando que todo era excusable bajo el (a veces)
inverosímil argumento de “yo en la secundaria esto no lo di” –con tono de
indignación-.

Sin embargo, también es inevitable reconocer que ser nuevo en cualquier lugar
siempre es complejo y la universidad dista bastante de ser la excepción. No
escapar ante la primera adversidad es una premisa básica. Si no se entiende
absolutamente nada de Lenguajes l, por ejemplo, es señal de que se va por el
buen camino. Todos pasamos por lo mismo. Si se huye a la primera vez que no
se comprenda algo, uno se perderá el increíble placer de 5 años más de
incertidumbres aún mucho más graves. Por lo tanto, es preciso ser
perseverantes en la carrera, porque así tendremos que serlo posteriormente en
el ejercicio diario de la profesión.

De hecho, en mi vida, guardo toneladas de decisiones erradas, de todos los


tamaños y colores, sin embargo puedo afirmar que del exiguo puñado de
elecciones de las que no me arrepiento, haber estudiado Comunicación es una
de ellas. Para transmitir una idea de la magnitud de lo que creo que aprendí en
la carrera recurriendo a una figura clara, puedo afirmar que la cultura y el
ejercicio que uno adquiere en la universidad son inversamente proporcionales a
la limpieza de los baños luego de un día de cursado. Es decir, en
Comunicación se obtiene una cultura extraordinaria, superlativa.

Será porque sabemos que en la calle no se reparten volantes pidiendo a gritos


Comunicadores, que no perdemos de vista que si no aprendemos a pelear el
lugar desde la facultad, no lo haremos nunca.

No sólo hay que ingresar, también hay que mantenerse, crecer, evolucionar y
revolucionar. Eso es ser ingresante y eso es ser comunicador… una revolución
que se va haciendo a los golpes, ingresando en los medios, en las
instituciones, en las empresas, en los propios proyectos autogestionados,
construyendo un espacio de a poco, pero con la firmeza de alguien que
siempre ha estado, precisamente, ingresando, entrometiéndose,
interrumpiendo e irrumpiendo, revolucionando y llegando, siempre, al final del
recorrido que, como sabemos, nunca es más que el comienzo de uno nuevo…
nada que un ingresante egresado no sea capaz de afrontar.

TAPA la dejamos librado a tu creatividad (incluí el isologo de la digital) pero


Poner en algún lado:
Nro 6 Diciembre de 2010. ISSN

RETIRACION DE TAPA

Sumario
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Medios y Enteros es una revista de la Carrera de Comunicación Social.


Facultad de Ciencias Políticas y RR.II. Universidad Nacional de Rosario.
Riobamba y Berutti, CUR - 2000. Rosario. Santa Fe. Argentina
Nro 6 Diciembre de 2010.
ISSN

- Editor responsable: Escuela de Comunicación Social. Elizabeth Martínez de


Aguirre

- Dirección Periodística: Silvana Comba y Edgardo Toledo

- Coordinación de Contenidos: Erica Galli

- Producción Periodística: Erica Galli, Mariano Abrach, Marianela Mennelli,


Esteban Ibarra, Ezequiel Raffagnini, Valeria Miyar, Leticia Giaccaglia, Magalí
Sinopoli, Delfina Toledo, Sebastián Stra, María Laura González Olalde, Lucía
Robatta, Jésica Masat, Lucía Castagno, Rocío Prieto, Paloma Ruiz, Romina
Esnoz, Carina Labruna, Lucía Campos Otamendi, Germán Villareal, Mateo
Fabre, César González, Rodrigo Prieto, Emilse Cativiela, Jorge Olivera y
Humberto Capriccioni

- Diseño Gráfico: Joaquín Paronzini

Esta publicación forma parte del Proyecto Académico Extracurricular


"Producción de contenidos hipermediales. Revista digital Medios y Enteros." de
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