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LA APOCALÍPTICA
EL APOCALIPSIS DE JUAN
Ya otros pensadores de la época comenzaron a abrir los horizontes del estrecho marco de la
lectura de la realidad como simple “experiencia histórica”, historia que, además, comenzaba a
aparecer como un enigma difícil de descifrar 3. La “profecía” en Israel se comenzaba a apartar de
una visión inmanente e histórica del futuro e incorporaba en sus expresiones elementos
simbólicos de tipo “mitológico”4. La revelación, centrada en “la Torá y los Profetas”, parecía
insuficiente para entender el presente. Eran necesarias nuevas revelaciones, nuevas formas de
explicar la historia que fueran capaces de generar esperanza en medio de la crisis.
¿Cuándo?
Dado el contraste entre la situación presente calamitosa y el anuncio de una
transformación salvífica definitiva, la esperanza de los piadosos se dirige a una futura
transformación universal.
1 Si bien la cuestión del nacimiento de la “apocalíptica judía” es muy controvertida –aún prescindiendo
de pronunciarse sobre las posibles influencias extranjeras, sean mesopotámicas, sean persas– se puede
afirmar que es sobre todo en el reinado del seléucida ANTÍOCO IV EPÍFANES (175-164 a.C.) cuando
alcanza su desarrollo más pleno, cuando comienza para Israel el tiempo de los “mártires”.
2 Tal como lo plantea, por ejemplo, la “interpretación deuteronomista” de la historia de Israel, que
surge en el exilio: Dios queda justificado en la historia porque siempre tiene la culpa Israel. Si Israel se
convierte, Dios dará al pueblo una nueva posibilidad dentro de la historia.
3 Por ejemplo, JOB veía la manifestación de Dios completamente fuera del ámbito de la política y de la
historia; es el creador, el vencedor del “caos primordial”, del “Leviatán”.
4 DEUTEROISAÍAS con sus poemas del siervo, que sufre en pro de “un orden universal” completamente
“nuevo”. EZEQUIEL y su visión de la Jerusalén futura y del Templo, cuyas medidas tienen que ver con la
especulación mítica y cosmológica. ISAÍAS 24-27 ó ZACARÍAS 9-14 ó TRITOISAÍAS, donde ya se ve
completamente desarrollada una concepción mitológica del futuro, que será una de las características de
la “teología apocalíptica”.
5 Según una hipótesis bastante generalizada, el grupo de los “hasidim” (“piadosos”) que se sumaron
fervientemente a la revolución de Judas “Macabeo” –pero que no apoyaron ulteriormente a sus hermanos
en el proceso de construcción de poder político que desembocó en el surgimiento del “estado asmoneo”–
estaría en el origen de la teología, la espiritualidad y el interpelante movimiento apocalíptico.
6 Algunos textos apocalípticos –como por ejemplo el APOCALIPSIS SIRIO DE BARUC– entienden que la
raíz última del pecado de la humanidad se encuentra en “el pecado de Adán”: “Si primero Adán pecó y
trajo a todos una muerte prematura, también cada uno de sus descendientes ha atraído sobre sí la pena
futura” (BarSyr 54,15).
Además “la esperanza escatológica cristiana” viene mediada por “el Mesías”, por la
fe en Cristo muerto y resucitado. En fin, las concepciones apocalípticas adquirieron
un nuevo significado sobre la base de la “cristología”.
Por su parte “el judaísmo rabínico” rechazó la apocalíptica, incluso en las sinagogas
los libros apocalípticos fueron destruidos, por esto hay muy pocos en lengua hebrea,
sólo nos han llegados traducciones.
Es importante tener presente que en la “revelación apocalíptica” hay una “doble mediación”:
(1) La del “mensaje” en sí –el “contenido” de la revelación, lo que Dios quiere comunicar–.
(2) La de la “intervención” en el proceso de recepción y/o de interpretación de ese mensaje de
algún ser de otro mundo (un “mediador” celestial: un ángel, alguien con figura humana,
Cristo Resucitado, etc.).
La estructura formal del proceso de revelación parece querer dejar claro que el “visionario”, por
sí mismo, es incapaz de entender el “mensaje” que la divinidad le comunica.
Ver, por ejemplo, la “incomprensión” de Daniel:
Tras la visión de las cuatro bestias y el hijo del hombre, ver Daniel 7,15-16.
Tras la visión del carnero y del macho cabrío, ver Daniel 8,15-17.
El ángel Gabriel le explica “la profecía de las 70 semanas” (ver Daniel 9,20-23).
El hombre vestido de lino es enviado al piadoso Daniel a revelar lo que ocurrirá al pueblo
al final de los días (ver Daniel 10,11-12).
Daniel 7,25
24
En cuanto a los diez cuernos, de este reino surgirán diez reyes, y otro surgirá después
de ellos: será diferente de los anteriores y abatirá a tres reyes. 25 Hablará contra el
Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos
y la Ley, y los Santos serán puestos en sus manos por un tiempo, dos tiempos y la mitad
de un tiempo. 26 Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio,
para que sea destruido y aniquilado definitivamente…
Daniel 12,7
Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, jurar, levantando al
cielo la mano derecha y la izquierda, por Aquel que vive eternamente: «Un tiempo,
tiempos y medio tiempo, y todas estas cosas se cumplirán cuando termine el
quebrantamiento de la fuerza del Pueblo santo».
Daniel 12,11
Desde el momento en que se suprima el sacrificio permanente y se instale el ídolo
maldito pasarán mil doscientos noventa días…
Apocalipsis 11,2
Después recibí una vara para medir, semejante a un bastón, mientras me decían:
«Levántate y mide el Templo de Dios, el altar y a los adoradores que encuentres allí.
2
No tengas en cuenta el atrio exterior del templo ni lo midas, porque ha sido entregado a
los paganos, y ellos pisotearán la Ciudad santa durante cuarenta y dos meses…
Apocalipsis 12,6.14
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí
alimentada 1.260 días... […] 12,14 Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila
grande para volar al desierto, a su lugar, lejos del Dragón, donde tiene que ser
alimentada un tiempo y tiempos y medio tiempo…
8 Desde el 168 a.C. –cuando Apolonio saquea Jerusalén e instala una fortaleza helenista (1 Macabeos 1,
29-35)– a diciembre del 164, en que se produce “la purificación del Templo” y su “dedicación”.
9 Élian CUVILIER, Los Apocalipsis del Nuevo Testamento, Navarra (Verbo Divino, cuadernos bíblicos
110, 2002), 7.
10 Élian CUVILIER, Los Apocalipsis del Nuevo Testamento, 7.
11 La cita de P. PRINGENT la toma de la obra editada por J. MÉNARD “Exégèse biblique et judaïsme”
(Estrasburgo 1973, 283.
La “cosmovisión apocalíptica”
Su comprensión del mundo, de la intervención de Dios en él, del pueblo de Dios, de la realidad
socio-política que les toca vivir…
Dualismo / Pesimismo
La apocalíptica propone una visión dualista y pesimista del mundo presente.
El mundo presente es el lugar donde combaten las fuerzas del mal –que dominan a la
humanidad– y las fuerzas de Dios –que un día triunfarán–. Este “eón” es perverso. A pesar
del señorío de Dios, el mundo presente está dominado por Satanás y “operadores” políticos
y se caracteriza por una degeneración física y moral crecientes. No hay que esperar la
salvación en y desde este “eón”, que no camina hacia la felicidad, hacia la plenitud sino
hacia la destrucción.
Dice Élian CUVILIER12: “…la apocalíptica concede un lugar importante a los ángeles y los
demonios: su lucha en el mundo celeste tiene implicaciones en la historia de los hombres.
De esta manera, el hombre está involucrado en un combate que le supera, del que no es
dueño y en el que manifiesta, con su actitud, la pertenencia al bando de los justos o al de
los impíos”.
La estructura fundamental del Apocalipsis es el dualismo, sobre todo, el llamado
“dualismo de los dos eones”: “este mundo” (este olam, este eón) pasa, “el otro mundo” (el
otro olam, el otro eón) viene. El mundo antiguo debe perecer. No hay continuidad entre los
dos mundos. Pero no admiten “un dios malo” a la par de Yahweh: “Satanás” es un ángel
caído, no un dios, y con un espacio delimitado para obrar.
Dice Élian CUVILIER13: “Dos mundos se enfrentan y se sucederán: el mundo actual, el
«eón» presente (del griego aion, ‘edad’ ‘mundo’), en poder del mal, y el mundo futuro, el
«eón» futuro que pertenece a Dios y que procede de él. Por otra parte, el visionario es
arrastrado a menudo a un viaje al más allá, donde contempla anticipadamente la victoria
final y donde asiste a escenas celestiales.”.
Determinismo
Los apocalipsis manifiestan una visión determinista de la historia –en general, en la forma
de una especie de “teología de la historia” de tipo sapiencial– que se funda en la certeza de
la soberanía de Dios por sobre todas las cosas: todo transcurre conforme a un plan
inexorable, establecido por Dios, que el visionario puede conocer. Todo esta fijado con
antelación, desde los orígenes, y se encamina implacablemente hacia su cumplimiento.
Por ejemplo, se puede observar en el motivo del “libro” (de la vida).
Daniel 12,1-3
En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de
tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una
nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se
encuentre inscrito en el Libro. 2 Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento
se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror
eterno. 3 Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y
los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos
de los siglos.
En el ApJn se percibe este motivo en “el libro sellado con siete sellos”.
El plan divino está irrevocablemente escrito en él, y, tras la apertura del libro, los sucesos
se desencadenan inexorablemente.
Dice Pierre PRINGENT14: “El mundo y su historia están regidos por un plan que Dios
dispuso desde el principio. Caminan, pues, inexorablemente hacia el cumplimiento
previsto. No hay azar ni libertad, ni siquiera para los perseguidores: todo está escrito en los
libros celestes. Aquellos a quienes ha sido revelado este plan pueden entender y hacer
entender hasta en sus detalles lo que ha sucedido, lo que sucede y lo que sucederá. El
apocalíptico cree en un determinismo estricto: Dios ha concedido días para todas las cosas
(1 Henoc 92,2) y nada podrá perturbar esta voluntad dispuesta (4 Esdras 4,37).”.
Dice Élian CUVILIER15: “Aquí percibimos una diferencia importante con la profecía del
AT, de la que la apocalíptica es, en cierta manera, su prolongación. Para el profeta, el
anuncio de juicio siempre es con vistas a un cambio del pueblo, que justamente podrá
evitar el juicio. Sin duda, Dios tenía un plan para el mundo, pero su lugar era el diálogo y
el arrepentimiento, y la historia adquiría su sentido de esta responsabilidad humana ante la
palabra de Dios.”.
14 En: J. MÉNARD “Exégèse biblique et judaïsme” (Estrasburgo 1973, 288 (citado por Élian CUVILIER,
Los Apocalipsis del Nuevo Testamento, 8).
15 Élian CUVILIER, Los Apocalipsis del Nuevo Testamento, 8.
16 La “gnosis” transformó “el rechazo de la historia” se en un principio metafísico.
Apocalipsis 22,6-7
Luego me dijo: « Estas palabras son ciertas y verdaderas; el Señor Dios, que inspira a
los profetas, ha enviado a su Ángel para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder
pronto. v7 Mira, vengo pronto. Dichoso el que guarde las palabras proféticas de este
libro»“ […] v10 “Y me dijo: «No selles las palabras proféticas de este libro, porque el
Tiempo está cerca... v12 Mira, vengo pronto y traigo mi recompensa conmigo para
pagar a cada uno según su trabajo…
El Apocalipsis de Juan
Aspecto general de la obra
La obra se presenta, mediante un breve marco epistolar, como una carta dirigida a siete Iglesias:
Ap 1,4ss: “Juan, a las siete Iglesias de Asia. Gracia y paz a vosotros de parte de «Aquel que
es, que era y que va a venir», de parte de los siete Espíritus que están ante su trono, v5 y de
parte de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes
de la tierra”.
Ap 22,21 “Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. ¡Amén!”
18 Se suele considerar que en 1, 19 se ofrece algo así como un esquema de la obra: “escribe…
“…lo que has visto...” .............................. La visión vocacional: 1,9-20.
“…lo que ya es...”.................................... Las 7 cartas referidas a la vida de las comunidades: 2-3.
“…lo que va a suceder mas tarde...” ........ La revelación de los acontecimientos futuros: 4-22,5.
19 Ap 1,10 “Caí en éxtasis el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, 4,2: Al instante caí en
éxtasis. Vi que un trono estaba erigido en el cielo, y Uno sentado en el trono...” 17,3 “Me trasladó en
espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata...” 20,11-12 “Luego vi
un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia sin
dejar rastro. v12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos
libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en
los libros, conforme a sus obras”.
Contexto histórico
Conflicto entre las comunidades cristianas y el Imperio Romano, que desencadenó una feroz
persecución
En Apocalipsis 13, se describe una “Bestia” que surge del mar, poderosa (diez cuernos),
regia (diez diademas), con títulos blasfemos en su cabeza (13,1) y que pronuncia
blasfemias (13,5-6). Hace la guerra a los santos y es adorada por los “habitantes de la
tierra” (13,7-8). Hay peligro de cárcel y de perder la vida. Por eso se reclama a los santos
paciencia y fe (13,10).
Luego se describe otra “Bestia” que surge de la tierra, al servicio de la primera Bestia, que
obliga a los habitantes de la tierra a adorar a la primera Bestia (13,11-12) y a hacerse una
imagen de ella (13,14-15). Los que no tengan la marca de la Bestia quedan excluidos de la
sociedad (13,16-17).
No es difícil captar detrás de estos símbolos un esbozo del gran drama que vivieron los
primeros cristianos bajo los emperadores romanos, especialmente bajo Domiciano, que
pretendió ser públicamente adorado como Dios.
Apocalipsis 17 habla de una célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas. La mujer
aparece sentada sobre una Bestia de color escarlata y cubierta de títulos blasfemos, con
siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata,
resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas, y un nombre escrito en su frente
(17,1.3-5). Esta mujer se embriaga con la sangre de los santos y con la sangre de los
mártires de Jesús (17,6).
20 IRENEO (Adv. Haer. V, 30, 3) dice que la obra fue compuesta a fines del reinado de Domiciano.
21 ROMA se conoce como “la ciudad de las siete colinas” (septimontium): el Esquilino, el Aventino, el
Palatino, el Quirinal, el Viminal, el Celio y el Capitolio.
El 666 de Apocalipsis 13,18: allí termina la descripción de la terrible bestia que persigue a
los cristianos y de la segunda bestia que hace hacer la estatua de la primera para que todos
la adoren. Luego de haber presentado estas figuras simbólicas, el autor quiere dar a los
lectores una ayuda para que comprendan lo que está diciendo. Y lo hace mediante la
presentación de una especie de enigma que hay que resolver:
“¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la bestia, porque es la
cifra de un hombre. Su cifra es 666”
Como se puede ver, el autor dice que los que son inteligentes calculen. No se trata entonces
de algo que va a suceder en el futuro y que por ahora no se conoce sino de algo que se
puede calcular si se tiene inteligencia. También dice que es la cifra de un hombre, ¿qué
quiere decir eso? Es que en hebreo, en griego o en latín, las letras sirven para escribir los
números. Por eso, cuando se escribe una palabra en esas lenguas se puede leer tanto una
palabra como una cifra.
Si el Apocalipsis dice que el número 666 es la cifra de una persona, y que el que es
inteligente puede calcularla, es porque hay alguna persona conocida de los primeros
lectores de la obra cuyo nombre escrito en griego o en hebreo daba esa cifra o bien,
sumado el valor de cada una de las letras que componen el nombre, se obtiene esa cifra. La
hipótesis más verosímil es la que cree ver en esta cifra el nombre de Nerón, ya que si se
escribe con letras hebreas el nombre de “Nerón Cesar”, la cifra de exactamente 666:
NERÓN
CESAR
R S Q N W R N
200 60 100 50 6 200 50
22 Desde el advenimiento de Cristo: Augusto (-29 a 14); Tiberio (14 a 37); Calígula (37 a 41); Claudio
(41-54); Nerón (54 a 68).
23 Tito (79 a 81), que no alcanza a dos años. Con él se completa la lista de los “siete”.
24 Domiciano (81 a 96), el octavo, pero se dice que es uno de los siete. Él y uno de los de la lista, en
realidad, son uno sólo. ¿Por qué? Como Domiciano es, como Nerón, un perseguidor de la Iglesia, el
autor lo ve como un “segundo Nerón”, o, mejor, apoyado en leyendas romanas, como Nerón mismo que
ha regresado. Cuando Nerón se suicidó (el 9 de junio del 68, a los 32 años de edad, ayudado por su
secretario Epafrodito, tras regresar de Grecia y hallar a las legiones sublevadas en Italia), muchos no
creyeron que (por fin) se había muerto, y se difundió el rumor de que, curado de sus heridas, se había ido
entre los Partos, para prepara un ejército y volver a tomar el Reino. Esto generó diversas leyendas
entorno a un eventual retorno de Nerón después de su muerte. Resabios de esta leyenda se encuentran
también el cap. 13, cuando el autor dice que la Bestia tiene una herida mortal pero se cura (13, 3.12.14;
lo cual también puede aludir a la crisis de anarquía que hubo en el Imperio tras la muerte de Nerón: en
poco tiempo - 68/69 -se sucedieron tres emperadores: Galba, Otón Vitelio). Aquí, en el cap. 17, se
utiliza la leyenda popular, pero de otra forma: Nerón volvió, después de haber muerto, pero en la
persona de Domiciano, al que Tertuliano llamó “portio Neronis de crudelitate” (la mitad de Nerón en
materia de crueldad). Por eso, dice, que el octavo es uno de los siete.
El autor
Aceptación
26
La primera evidencia de un uso cristiano de esta obra la tenemos en Justino .
También aparece en el Canon de Muratori.
Es aceptado por Ireneo, Tertuliano, Hipólito y Orígenes.
Pero ciertos sectores eclesiales lo rechazan, por el uso que de esta obra hacían los montanistas,
los valentinianos y otros gnósticos, atribuyendo la obra al hereje Cerinto.
A causa de los herejes quiliastas (milenaristas), la obra no ha sido bien vista por la Iglesia
27
Oriental .
APÉNDICE I
Las letras de los alfabetos griego y hebreo con sus respectivos valores numéricos
lateino (Lateinos)
teitan (Teitan)
APÉNDICE II
“Apocalipsis 4,1-22,5: una propuesta de lectura30“
A 8, 1-6: INTRODUCCIÓN
(1) 8,1: Séptimo sello
(2) 8,2: 7 ángeles reciben siete trompetas
(3) 8,3-5: Plegarias de los santos en el cielo
(4) 8,6: Los ángeles listos para tocar las trompetas
B 8, 7 - 11, 14: PRIMERAS SEIS TROMPETAS
(1) a: 8,7-12: Primeras cuatro trompetas + el águila gritando ¡Ay, ay, ay...! (8,13)
b: 9,1-11: Quinta trompeta + el primer “ay” ha pasado; el segundo está por venir (9,12)
c: 9,13-21: Sexta trompeta
(2) Intercalación: 10,1-11,14
El rollo pequeño abierto; los dos testigos + el segundo “ay” ha pasado
El tercero viene pronto (11,14).
C 11,15-22,5: SÉPTIMA TROMPETA Y COPAS
A 11,15-16,1: INTRODUCCIÓN
(1) 11,15-19: Séptima trompeta
Intercalación: 12: La mujer y el hijo varón, y el dragón
13: Las dos bestias
14: Tres visiones
(2) 15,1: 7 ángeles con 7 plagas
(3) 15,2-4: Canto de los vencedores
(2) 15,5-8: Los ángeles reciben 7 copas/plagas
(4) 16,1: Los ángeles reciben la orden de derramar las copas/plagas
B 16,2-16: PRIMERAS SEIS COPAS/PLAGAS
(1) a: 16,2-9: Primeras cuatro copas
b: 16,10-11: Quinta copa
c: 16,12-16: Sexta copa
(2) (ver intercalación en 12-14)
C 16,17-22,5: SÉPTIMA COPA/PLAGA Y CONSUMACIÓN
30 Jan LAMBRECHT, « A Structuration of Revelation 4,1 - 22,5 », en: J. LAMBRECHT (ed.), L’Apocalypse
johannique e l’Apocalyptique dans le Nouveau Testament. Actes de la XXXe session du Colloquium
Biblicum Lovaniense, 28-30 août 1979. Belgique (Bibl. Eph. Theol. Lov., Ed. J. Duculot 1979), 77-
104.