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Coloquio Final Filosofía Antigua

El trabajo intenta complementar algunas ideas centrales de las obras “Fedón” y


“Apología de Sócrates” utilizando además algunas otras obras platónicas y fragmentos del
texto “El Problema del Sócrates Histórico” de Luis Gil Fernández en donde se realiza un
recorrido filológico y filosófico atendiendo a diversos problemas que el autor interpreta
como claves en la historia de Sócrates, como por ejemplo la condena de su muerte que
resulta de importante significatividad a la hora de desarrollar un trabajo en donde se va a
considerar como núcleo la actitud del filósofo frente a la muerte y la concepción de la
Filosofía entendida como la búsqueda de la sabiduría en su estado mas puro y como modo
de vida.

Podría situarse el juicio a Sócrates alrededor de el año 399 a. C. a una edad


aproximada a los setenta años (su muerte se produce un tiempo después del juicio, ya que la
cuidad de Atenas se veía afectada por una fiesta religiosa por lo que se debía suspender
todo tipo de ejecución), dado como un resultado frente a la acusación de Meleto, Anito y
Licón –además de las viejas acusaciones- quienes culpan a Sócrates por que se creyó ver en
él equivocadamente una figura representativa de la sofística, la acusación era de impiedad,
se lo imputaba por no creer en los dioses de la ciudad e introducir nuevos, investigar las
cosas subterráneas y celestes y volver débil al argumento más fuerte; y además, por
corromper a los jóvenes en el sentido de inculcar doctrinas filosóficas disolventes. A pesar
de todas las circunstancias desfavorables era difícil que se consiguiera la culpabilidad y casi
imposible la imposición de la pena de muerte, la cual fue impuesta por Meleto. Sin
embargo, para salvar ambas cosas, tenía Sócrates que humillarse y echar a perder su imagen
de rectitud moral cuyo ejemplo era su propia vida, no es posible que aparezca en el juicio
un Sócrates discorde del que él ha sido. Así, Sócrates completa en su defensa un estilo de
simbiosis entre el ámbito del conocimiento con el de la moral que caracterizan su
pensamiento. Sócrates es condenado a muerte luego de contar con 360 votos a favor del
acontecimiento, el filósofo debía aceptar su culpabilidad y proponer una pena en contra sí
mismo, como esto lógicamente no iba a suceder, el tribunal condeno al acusado de acuerdo
con la propuesta del acusador; la actitud adoptada procedía de un impulso anancástico al
que él no se podía oponer. Tras las acusaciones, Sócrates se proclamará de alguna manera
como el hombre más sabio y tomará esto como un punto central en su acusación ,“yo no he
adquirido este renombre por otra razón que por cierta sabiduría, propia del hombre”; se
valdrá de su ignorancia para legitimar su sabiduría, emprenderá un recorrido e interrogará a
políticos, poetas y artesanos los cuales creen saber que saben, “voy de un lado a otro
investigando y averiguando en el sentido del dios, si creo que alguno de los ciudadanos o
de los forasteros es sabio. Y cuando me parece que no lo es, prestando mi auxilio al dios, le
demuestro que no es sabio”1; este trabajo le ha sido encomendado por el dios por medio del
oráculo. A lo largo de la obra “Apología de Sócrates”, se presentan diferentes argumentos

1
Apología de Sócrates, Platón (23 b).
expuestos por boca de Sócrates, quien intenta dejar en claro que nada tiene que ver con su
culpabilidad, “Pues bien, he sido condenado por falta no ciertamente de palabras, sino de
osadía y desvergüenza, y por no querer deciros lo que os habría sido más agradable oír:
lamentarme, llorar o hacer y decir muchas cosas indignas de mí (…)”2. Sócrates deja en
claro, casi al finalizar la obra, que la muerte o bien no puede significar nada, en el sentido
de que el que muere no es nada, no tiene sensación de nada; o bien puede entenderse como
una transformación, un cambio de morada para el alma, la muerte seria una ganancia
maravillosa.

Es importante destacar que el pensamiento socrático que conocemos puede resultar


muy ambiguo ya que sólo nos valemos de textos en los cuales se lo toma desde
perspectivas muy distintas, por ejemplo de acuerdo a la interpretación de su juicio podrían
tomarse los relatos que provienen de Platón y Jenofonte en donde se presentan dos
personajes totalmente diferentes; este último estima que las acusaciones se deben a una
mala interpretación de las constantes alucinaciones del filósofo y además, a una corrupción
moral; por otro lado de acuerdo a lo sucedido en las obra de Platón -“Fedón”- es posible
notar un estado de profunda calma, un hombre plenamente consiente de su inocencia sin ser
capaz de caer en la humillación y manteniéndose firme a sus principios y su propia
convicción, decide morir injustamente entendiendo la muerte como la separación del alma
y del cuerpo, en donde el alma se desvincula del cuerpo -que luego perecerá- para
encontrarse en un estado máximo de pureza y moderación , despreciando al cuerpo se
queda en lo posible sola consigo misma, y sin tener en lo que puede comercio alguno ni
contacto con él, aspira a alcanzar la realidad, esta es la razón por la cual el filósofo no debe
irritarse al momento de su partida, ya que de alguna manera podría considerarse que los
dioses disponen su muerte pudiendo habitar con ellos y alcanzar la sabiduría por completo,
luego de haberse librado de todo el cuerpo que enturbia al alma y no le permite entrar en
posesión de la verdad y de la sabiduría, ya que nos colma de amores, de deseos, de temores,
de imágenes de toda clase y de un gran numero de intrascendencias, de tal manera que, por
su culpa no nos es posible tener nunca un pensamiento sensato. Desligar el alma, consiste
en la aspiración suprema, constante y propia de aquellos que ejercitan la filosofía en el
recto sentido de la palabra; y la ocupación de los filósofos reside en eso mismo, en la
desvinculación y separación del alma y del cuerpo. Es la sabiduría lo que se ama, y tan sólo
entonces una vez muerto y no en vida, podrá alcanzarla purificado y desembarazado de la
irracionalidad del cuerpo, podrá conocer todo lo que es puro y digno; “los que filosofan en
el recto sentido de la palabra se ejercitan en el morir, y son los hombres a quienes resulta
menos temeroso el estar muertos”. El acceso a lo que verdaderamente es, las formas, es
solamente racional y no podemos captar lo bello en sí, o lo grande en sí con los sentidos.
Quien se aparte lo más posible del cuerpo es quien captará mejor lo real. El cuerpo es una
contaminación, nos llena de distracciones y nos sumerge en la faena cotidiana de su
cuidado.
2
Apología de Sócrates, Platón ( 38 e ).
Una vez expuesta la actitud de Sócrates frente a la muerte, es posible recoger en la
obra “Fedón” diferentes argumentos con respecto a la inmortalidad del alma, ya que al
morir esta se desprende del cuerpo, los que mueren van hacia el Hades y los que nacen
provienen de allá, de esta manera Sócrates expone su teoría de los contrarios que se aplica a
todo lo que se genera ya que todo nace de su contrario, así vemos que lo bello proviene de
lo feo, lo que llega a ser justo era antes injusto, lo que se vuelve grande antes era pequeño,
y lo débil y lo lento solo pueden llegar a ser a partir de lo fuerte y lo rápido, si el alma nace
a partir de el estado de "estar muerta" necesariamente debe existir tras la muerte, puesto que
debe renacer. Otro de los argumentos que se presentan esta vinculado a la doctrina de la
reminiscencia, si el aprendizaje es en realidad un recordar, esto sería imposible si el alma
no tuviera una existencia anterior a la de nacer con forma corporal; sabemos que
recordamos cosas olvidadas a partir de cosas diferentes, y también a partir de cosas
semejantes, sabemos que las semejanzas son imperfectas porque conocemos el original y lo
recordamos. Del mismo modo, si aceptamos la existencia de lo "igual en sí" y lo
conocemos, no es por verlo directamente en las semejanzas que vemos entre cosas
parecidas, porque esta semejanza no se cumple perfectamente nunca, mientras que lo "igual
en sí" es semejante en grado sumo. Si podemos captar la diferencia de grado entre las
semejanzas que se dan en las cosas semejantes y lo "igual en sí", debe ser porque
poseíamos esta idea antes de usar los sentidos, antes de nacer. La percepción solo es la
ocasión para recuperar aquel conocimiento, y así sucede con todas las ideas. Es necesario
que si existen estas ideas, el alma pre-exista y las haya conocido en esa existencia previa al
nacimiento. Al nacer este conocimiento se pierde, pero no del todo, y lo recuperamos al
percibir las cosas. En base a los diferentes argumentos, es posible concebir dos géneros de
existencias, uno invisible y el otro visible, esta última se caracteriza en este caso con el
cuerpo, mientras que al alma le corresponde la propiedad de ser visible e inmortal, por lo
tanto el alma se parece a lo divino y el cuerpo a lo mortal, ya que es propio del cuerpo
disolverse rápidamente, y al alma, por el contrario le es propio el ser completamente
indisoluble. Platón defiende un claro dualismo ontológico al afirmar que la realidad está
dividida en dos ámbitos totalmente distintos: el conjunto de las cosas espacio-temporales,
mutables y abocadas a la muerte, al que da el nombre de Mundo Sensible, y el conjunto de
entidades no espaciales ni temporales, inmutables y eternas, al que da el nombre de Mundo
Inteligible o Mundo de las Ideas.
De acuerdo a los argumentos expuestos vinculados a la inmortalidad del alma, es
posible establecer una relación estrecha entre estos y la intervención dada por Sócrates en el
“Banquete”, el cual puede determinarse como un discurso sobre la esencia y propiedades
del eros, se caracteriza por ser un “demon”, es decir, un intermediario entre lo mortal y lo
inmortal; eros es sobre todo un filósofo, un amante de la sabiduría en posición intermedia
entre el sabio y el ignorante; puede entenderse además como amor de la generación y
procreación en lo bello, dado por un impulso creador que poseen todos los hombres no
sólo según el cuerpo, sino también según el alma. El amor tiene por objeto la perpetua
posesión del bien, dado esto es posible considerar que el amor es también amor de la
inmortalidad, la naturaleza mortal busca en la medida de lo posible existir siempre y ser
inmortal, pero sólo puede serlo por medio de la procreación porque siempre deja otro ser
nuevo en lugar del viejo. La inmortalidad respecto al alma esta en la practica del
conocimiento, de esta manera se conserva todo lo mortal, porque lo que se marcha y esta
ya envejecido deja en su lugar otra cosa nueva semejante a lo que era. A aquellos que son
fecundos según el alma, les corresponde conocimiento y virtud. Lo que Platón expone aquí,
podría considerarse como una ampliación de su teoría de la inmortalidad, expresa el afán
del hombre por hacerse inmortal en esta vida a través de su prole.

Sócrates no se limita a postular una existencia del alma posterior a la muerte,


también señala que esta existencia es diferente para cada uno, y depende del modo en el
que se ha vivido. Si el alma se ha ejercitado en vida en huir de lo relacionado con el cuerpo,
parte pura al reino invisible y divino. Si ha estado constantemente involucrada con él, se
vuelve pesada y queda vagando. Luego de esto, vuelven a ser prisioneras de cuerpos de
especies acordes a su modo de vida: los glotones e intemperantes encarnan en asnos y
animales semejantes a este, los injustos y violentos lo hacen en aves rapaces y lobos. Los
que han cultivado ciertas virtudes como la templanza y la justicia pero sin la filosofía,
terminan perteneciendo a las especies semejantes a ellos, como las abejas y las hormigas, y
luego vuelven a ser hombres mesurados. Quien en su vida ha cuidado de su alma y ha
filosofado, purificándose, no teniendo en nada las riquezas y honores, quien al conocer ha
despreciado los sentidos por ser engañosos, utilizando para saber solo el alma, quien de este
modo obra viviendo según la razón, se libera y es digno de pertenecer a la estirpe de los
dioses. Esto es posible vincularlo con el mito que se ofrece en la obra “Gorgias” en donde
aquel que se ha dedicado a filosofar rectamente, sin inmiscuirse en negocios ajenos
mientras vivió, se admira y es enviado a la Isla de los Bienaventurados en donde recibirá la
mayor felicidad. La muerte no es más que la separación del alma y el cuerpo, una vez que
se hayan separado, conserva cada uno el mismo estado que cuando el hombre estaba en
vida. El cuerpo conserva su naturaleza y deja visible todos los cuidados y enfermedades,
esto mismo sucede respecto al alma. Es preciso huir de toda adulación, la de uno mismo y
la de todos los demás, valiéndose siempre de la retórica y de toda otra acción a favor de la
justicia. Tomando como guía este relato, nos indica que el mejor género de vida consiste en
vivir y morir practicando la justicia y todas las demás virtudes, sin vincularse en los asuntos
políticos ni adularse por los placeres del cuerpo, resulta claramente entendible la posición
adoptada por Sócrates al momento de su muerte ya que como mencione anteriormente, la
muerte significa un cambio de morada para el alma, es el momento cumbre en donde podrá
desembararse por completo del cuerpo y contemplar la sabiduría en su estado más puro y
digno.
De acuerdo al diálogo “Fedón”, la obra concluye al momento que Sócrates
comienza a lavarse; luego trajeron a sus hijos y llegaron también las mujeres de su familia,
converso con ellos y luego ordeno que se retiraran. En medio del dolor de sus compañeros
presentes, Apolodoro juntamente con Critóbulo y su padre, Hermógenes, Epígenes,
Esquines y Antístenes estaban también Ctesipo; el Peanieo, Menéxeno y algunos otros del
país; un esclavo le ordena a Sócrates que beba el veneno y comenzó lentamente a no sentir
su cuerpo. Tenía ya casi fría la región del vientre cuando dirigió sus últimas palabras a
Critón: “Oh Critón, debemos un gallo a Asclepio. Paga la deuda y no la pases por alto” a lo
que Critón respondió favorablemente. Así fue el fin de Sócrates, el cual se afirma según
“Fedón”, como un varón que además de ser el mejor, fue el más sensato y justo de los
hombres de su tiempo.

Sabrina Lubrina
38.021.763

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