Reflejos orales:

Estos se describen como respuestas innatas del propio cuerpo gracias al control del Sistema

Nervioso Central (SNC) sobre las estructuras musculares y nervios craneales, en otro orden

de ideas, los movimientos de ejecución son coordinados, conscientes y necesarios para la

maduración de los distintos órganos para el habla y la deglución, dentro de estos reflejos se

encuentran: búsqueda, el cual tiene como objetivo realizar movimientos cefálicos, que

como su nombre lo indica, el neonato busca alimentación por medio de la propiocepción, el

siguiente corresponde al reflejo de succión que favorece la maduración a nivel muscular

para que se pueda dar de manera sistemática el reflejo de la deglución de una manera más

controlada, en otras palabras, es el puente para que se pueda desencadenar el acto de tragar,

se continua con el reflejo de mordida que actúa como respuesta al cierre mandibular, el

reflejo nauseoso es el encargado de provocar la contracción de los músculos constrictores

de la faringe ocasionando una respuesta inmediata, el reflejo del velo del paladar favorece

el descenso palatino para evitar regurgitación nasal, es decir, promueve el cierre

palatogloso y por último el reflejo tusígeno, considerado como la respuesta protectora ante

penetraciones o aspiraciones a causa de la incoordinación en el proceso muscular; estos son

considerados primitivos aunque en la edad adulta algunos están presentes. Tomando esto en

consideración y relacionándolo con la Insuficiencia Motora de Origen Cerebral (IMOC) la

cual afecta a los ganglios basales y sus conexiones con la corteza pre frontal y motora,

también altera la funcionalidad de la musculatura encargada en la anatomofisiología de la

deglución por hipotonía y debilidad, esto dificulta la receptividad de los nervios craneales

que participan en dicho proceso, ocasionando estasis del alimento, escape anterior o

posterior (penetración- aspiración), lo que afecta el proceso de alimentación por vía oral,
desencadenando deshidratación y desnutrición, por lo tanto el paciente debe buscar

alterativas como vías de alimentación enterales o parenterales para evitar incluso la muerte.

(Salinas & Ruiz Mambrilla, 2017)

Referencias
Salinas, R., & Ruiz Mambrilla, M. (2017). Revisión sistemática de la Disfagia en la parálisis cerebral .
Obtenido de Universidad de Valladolid:
http://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/31115/TFG-M-
L1308.pdf?sequence=1&isAllowed=y