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Lic. Juan Carlos del Bello
Antología
Prácticas de lectura
y escritura
Antología
Escalafón mundial
UNIVERSIDADES ARGENTINAS, LEJOS EN LOS RANKINGS
Por Raquel San Martín
De la Redacción de LA NACION
Lunes 8 de setiembre de 2008
Fáciles de mostrar, con la atracción del Por encima de la UBA, aparece en am-
impacto y el rigor incontrastable de los nú- bas clasificaciones la Universidad de San
meros, los rankings universitarios se han Pablo y en posiciones similares se encuen-
multiplicado en los últimos cinco años. En tran la Autónoma de México y las brasile-
todo el mundo están alentados por la dispo- ñas de Campinas, Federal de Río Janeiro y
nibilidad de datos y la difusión que propor- Estadual Paulista.
ciona Internet. Pero aún son cuestionados Aunque algunos adjudican la escasa pre-
en la Argentina y en América latina, cuyas sencia latinoamericana a bajos estándares
universidades suelen tener presencia insig- de calidad, otras voces han señalado que el
nificante en las clasificaciones. modo en que están construidos los listados
Los dos rankings de universidades más deja fuera a las universidades latinoameri-
prestigiosos son el de la Universidad Jiao canas y desconoce que la calidad, de este
Tong, de Shanghai, que se hace anualmen- lado del mundo, puede significar no tanto
te desde 2003, y el del suplemento de edu- hacer investigación de punta como lograr
cación superior del diario británico The que los estudiantes terminen sus carreras.
Times, desde 2004; publican la lista de las Además de los dos rankings líderes, hay
500 mejores instituciones, y las ordenan por muchos otros: el de USNews para las uni-
continente, por área disciplinaria y por país. versidades norteamericanas; el de Asiaweek,
Ambos rankings consagran a la para esa región; The Complete University
Universidad de Harvard como la mejor Guide, de Gran Bretaña; GoodGuides, de
del mundo, mientras que las británicas de universidades australianas, y el más recien-
Cambridge y Oxford, respectivamente, son te Webometrics, que mide la presencia en
las mejores de Europa. De las instituciones la Web de las páginas institucionales de las
argentinas, sólo la Universidad de Buenos universidades.
Aires (UBA) aparece en ambas clasificacio- Mientras tanto, el mundo desarrollado
nes: está entre los puestos 151° y 202° en es el mayor productor de listados de uni-
el último ranking de Shanghai (a partir del versidades prestigiosas y allí los rankings
puesto 100° se las ubica en bloques de 50, generan necesidad de pertenecer. El gobier-
por orden alfabético), y en el 264° en el del no español acaba de anunciar su objetivo
Times, en el que las universidades en blo- de que, para 2015, por lo menos 10 de sus
ques de 50, por orden alfabético), y en el universidades estén entre las 100 mejores de
264° en el del Times, en el que también apa- Europa en los rankings.
recen las universidades Torcuato Di Tella, En América latina, donde predomina
Austral y Belgrano, entre los puestos 401° una “militancia antiranking”, no hay medi-
y 500°. ciones regionales, aunque la revista chilena
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QuéPasa elabora una y en Perú se desarro- años. Se objeta, por ejemplo, que dar peso
lló otra para sus universidades. a los premios Nobel deja fuera a muchas
En tanto, la Unesco prepara un “mapa de áreas de investigación que este galardón no
la educación superior” que promete dar idea premia -en particular, baja la puntuación
de la calidad comparada sin armar listas. para universidades volcadas a las ciencias
sociales y humanas- y a otros reconocimien-
Para el mercado tos académicos.
La presencia de un ranking suele indicar
la existencia de un mercado. Por eso, dicen El peso del idioma
los especialistas, la modalidad prospera en Por otra parte, el uso de ciertas bases
sistemas en los que hay una alta competen- de datos “favorece a los investigadores que
cia entre las instituciones e ingresos res- escriben en inglés, tomando como justifi-
trictivos, como en los Estados Unidos; en cación que este idioma es la lengua franca
China, donde se buscan los mejores lugares de la comunidad científica internacional”,
del mundo para formar a los jóvenes y traer- según escribió el investigador peruano Luis
los de regreso, y en Europa, con países pre- Piscoya, que trabajó en el diseño de un ran-
ocupados por atraer estudiantes extranjeros. king para su país.
“El mundo de la evaluación y la acre- Según dice Piscoya, los rankings privi-
ditación universitaria está en contra”, dijo legian “los estudios de posgrado y la inves-
a LA NACION Ernesto Villanueva, ex- tigación científica intensiva que caracteriza
perto en educación superior y miembro a los países desarrollados”, pero no conside-
de la Comisión Nacional de Evaluación y ra el modelo latinoamericano de formación
Acreditación Universitaria (CONEAU). de profesionales para el sector de servicios.
“Los rankings tienen un problema meto- “En los rankings se usan datos dispo-
dológico: cómo cuantificar variables cuali- nibles o fácilmente accesibles, pero no
tativas”, resumió Villanueva. siempre son los más importantes”, dijo
Según la metodología que expone la Villanueva. “El producto elaborado es tram-
Universidad Jiao Tong, el ranking pone én- poso y la comparación entre universidades
fasis en los indicadores de investigación. de distintos países tampoco es sencilla.”
Usa bases de datos accesibles en Internet y Según la UNESCO, el “mapa de la
mide, por ejemplo, la cantidad de premios educación superior en América latina y el
Nobel en graduados y docentes, las citas de Caribe”, que está en elaboración, integra-
sus investigadores, las publicaciones inclui- rá las bases de datos de los países y datos
das en índices internacionales y en revistas propios sobre estadísticas de alumnos y
científicas. De las diez mejores universida- docentes, graduación y cobertura; ofertas
des del mundo, ocho son norteamericanas y académicas; políticas de aranceles; patentes
dos, europeas. y publicaciones; transferencia a sus comu-
Por el contrario, el ranking del Times nidades; servicios de apoyo al estudiante, y
sopesa una encuesta realizada a unos 1300 movilidad de alumnos y docentes al exterior.
académicos de casi 90 países, otra a 738 “En América latina los rankings no sir-
empleadores, la cantidad de estudiantes y ven, porque un listado no dice cómo resol-
docentes internacionales y la proporción ver problemas. Los rankings provocan que
entre docentes y estudiantes. De las diez las universidades terminen peleando por
primeras, seis son norteamericanas y cuatro, aparecer en ellos y mejorar los indicadores
británicas. que se miden, en lugar de mejorar la cali-
En América latina, y en sus propios paí- dad”, resumió un especialista argentino.
ses de origen, los cuestionamientos a es- Basta un ejemplo: el ranking de
tos rankings han aumentado en los últimos Shanghai no considera la retención de es-
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tudiantes como señal de calidad, porque el gocios, como los del Financial Times, The
95% de los universitarios chinos se gradúa. Wall Street Journal y América Economía,
En la Argentina, con casi un 40% de deser- con un alto prestigio en el mundo acadé-
ción en primer año, la universidad que logra mico y profesional. El IAE, por ejemplo,
mejorar la retención merecería subir una figura desde hace nueve años entre las
posición. 30 mejores escuelas de negocios según el
diario Financial Times. En la última cla-
El IAE, un ejemplo sificación, la reconocida escuela de nego-
Más allá de las clasificaciones de la cios de la Universidad Austral, cuya sede
Universidad Jiao Tong, de Shanghai, y del se encuentra en Pilar, ocupó el puesto 25°
suplemento de educación superior de The en el listado general y 11° en el de progra-
Times, existen rankings de escuelas de ne- mas corporativos.
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Clarín, 01/03/2005
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tenor de los mismos ha ayudado a mejorar Estado, las acreditadoras y la sociedad civil
el sistema y a involucrar más activamente a sigue vigente. En Argentina, si bien la acre-
los pares evaluadores, a los docentes y a las ditación y la evaluación se han instalado en
autoridades universitarias. el seno de las instituciones, también se sigue
Y ese involucramiento, incluso muy debatiendo hasta dónde y cómo debe actuar
crítico, ha sido fundamental a la hora de ir el Estado en estos temas.
desarrollando una especie de cultura de la Las voces de desacuerdo siguen exis-
evaluación, que también se expresa en la tiendo. Sin embargo, en una época como
existencia de áreas de evaluación y control la actual en la que se espera que el Estado
de la calidad en numerosas instituciones se involucre y asuma responsabilidades en
universitarias. En la actualidad, todas las materia de educación y salud, y en una épo-
universidades argentinas, privadas y estata- ca en la que la universidad es más universal
les, participan del sistema, excepción hecha que nunca, las especificidades nacionales,
de la UBA, cuyo cumplimiento de la ley es locales y hasta institucionales han de servir
espasmódico. para potenciar las propias fuerzas, no para
La legitimidad se ha construido de arriba aislarse de la sociedad y el Estado.
hacia abajo en un primer momento, pero se Los signos del mercado son insuficientes
retroalimenta también de abajo hacia arriba para buscar sistemáticamente la calidad en
y de manera transversal. el conocimiento. Las universidades tienen
Ni mejores ni peores, el caso norteame- dinámicas institucionales propias. ¿Cómo
ricano y el argentino muestran dos caminos se expresan las voces de los que no son ni el
diferentes hacia el mismo punto: construir mercado ni las autoridades universitarias?
sistemas de acreditación legales y legíti- El mejoramiento de la calidad en la edu-
mos. En Estados Unidos la discusión sobre cación superior es un desafío para los argen-
la relación que debe establecerse entre el tinos, incluidos los universitarios.
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hay fiebre aviar? En esta irrupción veo el escenario complejo porque estamos en una
pasaje de una educación de segunda genera- etapa transicional, el exceso de suministro
ción, que sólo les compete a los Estados na- produce ofertas de baja calidad sin control.
cionales, a una educación que se vuelve un ¿Cómo garantizar la calidad si hay 50 mil
derecho de tercera generación y le interesa a disciplinas y la renovación de saberes se
la comunidad internacional. Sin duda sigue produce cada cuatro o cinco años?
habiendo demandas, pertinencias y saberes – ¿Por qué reclama una recuperación de
locales, pero lo internacional empieza a ser la ética universitaria?
dominante. – La mercantilización de los saberes
– ¿Cómo incide en este proceso la mer- pone en juego la ética. Tenemos falsifica-
cantilización educativa? ción de títulos, estudiantes que copian tra-
– Más allá de que los actores interna- bajos de Internet, profesores que inventan
cionales tengan un origen público o pri- sus currículums... Es necesario recuperar
vado, actúan siempre mercantilmente. La la ética universitaria porque las banderas y
Universidad de París I se instaló en Doha los principios de la universidad se han ido
y ahí cobra matrícula: en París claro que no deteriorando y hoy requieren un aggiorna-
cobra. El proceso de internacionalización miento, una reetización. En algunos países,
ocurre en el marco de un sistema capitalista los hijos de los profesores tienen facilidades
con una enorme competencia por los sabe- para ingresar a la universidad. En otros paí-
res. Europa ha alertado sobre el drenaje ha- ses, las remuneraciones de los rectores de
cia Estados Unidos de sus profesionales al- universidades privadas son inmorales. Más
tamente calificados. Africa ha planteado que allá de los valores que va introduciendo el
su sistema universitario debería tener finan- mercado, la sociedad debe sostener a la uni-
ciamiento europeo, porque de cada cinco versidad como una institución de referencia
egresados del Africa subsahariana, cuatro ética, donde se desarrollen enfoques y visio-
se van a Europa. Hay problemas de pérdida nes no mediadas por intereses particulares.
de capital humano en muchos países. Es un
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LA SOMBRA DE HIROSHIMA
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mes explosiones con que algunas estrellas enorme masa estelar. Llega un momento
mueren. en que empieza a fusionarse el silicio en
núcleos de hierro, y entonces empieza el
Allá lejos y hace tiempo último acto del drama estelar.
Durante la mayor parte de su vida útil, Y ése es ya el final, porque el hierro es
las estrellas mantienen un equilibrio bas- muy estable, y ya no puede fundirse a su
tante sensato entre el peso de su enorme vez en elementos más pesados. La estrella
masa, que trata de caer hacia el centro, y no puede ir más allá, y las campanas em-
la energía radiante que consigue impedir piezan a doblar por ella. Si es una estrella
esa caída. La lucha entre la presión hacia chica (como el Sol) se enfriará lentamente
adentro y la energía que se emite hacia y quedará como una “enana blanca”, bri-
afuera es una lucha a muerte. El centro de llando pálidamente y sin pena ni gloria.
la estrella funciona como un horno: fusio- Si se trata de una estrella masiva, los su-
nando núcleos de hidrógeno en núcleos cesos se precipitan pues la fusión del silicio
de helio. Ésta es una reacción altamente en hierro es muy rápida: en sólo un día hay
energética que emite grandes cantidades un núcleo de hierro perfectamente formado.
de calor y permite a la estrella brillar y Pero en el núcleo de hierro ya no se pro-
contrarrestar la presión gravitatoria que duce energía como para detener a la enorme
empuja toda la masa de la estrella hacia masa de la estrella, y la catástrofe es impa-
su centro. Las reacciones nucleares del rable. Toda la materia se precipita hacia el
centro fabrican helio a partir del hidróge centro, comprimiéndolo hasta densidades
no, y alrededor del centro se va formando equiparables a las de un núcleo atómico: en
el resto de los elementos. Para fabricar este punto insoportable, la estrella hace un
la Tabla Periódica, hacen falta, pues, las último intento por resistir. Lo consigue sólo
enormes presiones y las reacciones nu- por un microinstante en que el proceso se
cleares de una estrella. detiene, pero enseguida la materia cede, se
Pero aun estas reacciones nucleares comprime más allá de sus posibilidades, y
son insuficientes para fabricar los ele luego rebota (como un pedazo de goma que
mentos más pesados de todos. uno comprime y luego vuelve a su posición
Y es que en una estrella las cosas pue- inicial), generando una pavorosa explosión
den funcionar aceptablemente bien duran- llamada supernova: el noventa por ciento
te millones o miles de millones de años, del material que compone la estrella vuela
hasta el día fatal e inevitable en que el hi- por el espacio.
drógeno se acaba. Y ése es el principio del El estallido de la supernova es muy
fin. Al terminarse el hidrógeno, la radia- rápido: no dura más que un milésimo de
ción liberada hacia afuera disminuye; la segundo.
presión gravitatoria, ni lenta ni perezosa, Y durante una supernova, en el medio
empieza a ganar; el núcleo de la estrella de esas fantásticas presiones y temperaturas,
se contrae y al contraerse, se calienta lo y en medio del dramatismo del estallido y la
suficiente como para que empiece a fusio- muerte estelar, es cuando se produce el últi-
narse el helio, formando carbono. Pero el mo elemento de la tabla periódica: el uranio.
helio también se agota, y el esquema se La explosión lanza todos esos materiales
repite: esta vez son los núcleos de carbono al espacio donde servirán para formar nue-
los que se fundirán para dar neón, oxígeno vas generaciones de estrellas y eventual-
y silicio. Todos estos procesos de fusión mente, planetas.
liberan energía (aunque cada vez menos) Hizo falta, pues, la energía de una super-
y por lo tanto pueden contrarrestar cada nova para empaquetar un núcleo de uranio:
vez menos la presión gravitatoria de la cuándo éste se fisiona, devuelve esa energía
cósmica.
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Ni un pelo de tonto
POR QUÉ EN 1905 ALBERT EINSTEIN INVENTÓ EL SIGLO XX.
NOTA DE TAPA
EL CEREBRO MÁGICO
Es verdad: fue un alumno opaco, huyó parte, estaba en un brete bastante serio. La
de los nazis, habló en contra de la bomba triunfal teoría electromagnética de James
atómica, patentó su mayor descubrimiento Clark Maxwell había resucitado los viejos
en una ecuación incónica (E=mc2), redefi- fantasmas del movimiento y el reposo ab-
nió a Dios con un aforismo (“Dios no juega solutos, que Newton y su mecánica habían
a los dados”), e impuso la figura del científi- desterrado dos siglos atrás. La visión nove-
co bonachón, pacifista y distraído. Pero, ho- centista del mundo había llenado al univer-
nestamente, a cien años de aquel 1905 en el so vacío de Newton con éter, una dudosa y
que publicó la Teoría de la Relatividad que repugnante sustancia aristotélica, donde vi-
lo convirtió en quien fue: ¿sabe usted por braban las ondas electromagnéticas, y que
qué Albert Einstein inventó el siglo XX? se encontraba en “reposo absoluto” en todo
“Mi hijo se siente profundamente infor- el universo.
tunado con su actual situación de desem- Si el éter se encontraba en reposo abso-
pleo. Día a día crece en él la sensación de luto, al moverse a través de este éter dor-
que su carrera va desencaminada.” Carta mido, la Tierra recibiría una corriente –un
de Hermann Einstein, padre de Albert viento de éter en contra– de la misma ma-
(1901) nera que un avión recibe una corriente de
A fines del siglo XIX, Occidente en ge- aire en sentido contrario a su movimiento. Y
neral se aproximaba lenta pero firmemente este viento de éter –sostenía la teoría– ten-
a una seria crisis política y cultural: la paz dría que ser capaz de retrasar un rayo de luz.
armada y la competencia capitalista entre En 1881 y 1889, los físicos norteamericanos
las potencias europeas desembocarían en la Michelson y Morley hicieron el experimen-
guerra del ‘14 y el ascenso del socialismo to y no detectaron nada: ningún viento de
y el movimiento obrero en las revoluciones éter, ningún retraso en el rayo de luz, ningún
rusas; la pintura se desprendía de la forma, tipo de movimiento absoluto. La situación
enfilaba hacia el cubismo y, más allá, la abs- era, sin duda, grave: la teoría (electromag-
tracción; la música ensayaba disonancias; la nética) predecía una cosa (que el rayo de
literatura iniciaba el camino que la apartaría luz se tenía que retrasar) y los experimentos
del naturalismo y desembocaría en el fluir daban un resultado contrario: la luz no se
de la conciencia de Proust, Woolf y Joyce; y retrasaba un ápice. ¿Y entonces? Y entonces
las matemáticas sufrían los rigores de la teo- había que buscar una explicación que arre-
ría de conjuntos, que sacudirían la filosofía glara esta discrepancia.
y que rematarían en el positivismo lógico. Dos físicos, Lorentz y Fitzgerald, cada
La física, que en el siglo XIX se jactaba uno por su cuenta, sugirieron una solución.
de poder explicar todo lo existente, por su Era rara, pero era una solución. Imaginaron
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fotoeléctrico, que resistía desde hacía años. elevado al más alto sitial: el espacio inmóvil
Sobre ese trabajo descansa toda la mecánica como marco general y escenario global den-
cuántica y toda la física atómica de la pri- tro del cual suceden los fenómenos, y donde
mera mitad del siglo XX, y fue este trabajo una distancia siempre es la misma distan-
el que le valió el Premio Nobel que habría cia. Por otro lado, en ese espacio transcurría
de recibir en 1921 (pese a lo que piensa mu- también un tiempo absoluto, matemático y
cha gente, Einstein no ganó el Nobel por su universal; tanto el espacio como el tiempo
Teoría de la Relatividad). eran entidades independientes de los fenó-
En abril, terminó su ya retrasada tesis de menos y resultaba inconcebible que las co-
doctorado (Una nueva determinación de las sas fueran de otra manera. Es ahí donde la
dimensiones de la molécula) demostrando Teoría de la Relatividad introduce una rup-
que el tamaño de las moléculas en un líqui- tura metafísica: según Einstein, el espacio
do podía medirse por su viscosidad (es útil y el tiempo se amalgaman en algo distinto,
recordar que en 1905 aún se discutía sobre el “espacio-tiempo”, que depende de los
la existencia real o meramente ficcional de observadores: dos sucesos que son simultá-
las moléculas y los átomos). neos para uno de ellos, puede no serlo para
En mayo, el tercer trabajo (¿Depende la el otro, y lo mismo ocurre con las duraciones
inercia de un cuerpo de su contenido ener- y longitudes: un segundo no necesariamente
gético?) atacaba uno de los problemas he- dura lo mismo para dos observadores dife-
redados del siglo XIX (el del movimiento rentes. El reloj que da la hora para todo el
browniano) y lo cerraba de una vez por to- universo ha dejado de existir. Situación que
das, al encontrar una formulación matemá- se agudizará en 1915 con la Teoría General
tica acabada. de la Relatividad (básicamente una teoría de
Y en el cuarto, ese joven que había creí- la gravitación), donde la geometría misma
do en el éter –pero que ya no creía más– se del espacio-tiempo depende de la estructura
metía en el embrollo del movimiento ab- de los fenómenos, en especial de la distribu-
soluto, el electromagnetismo y sus deriva- ción de la masa y la energía, capaz de curvar
dos, el tiempo y las distancias cambiantes el espacio y hacer que el tiempo transcurra
de Fitzgerald y Lorentz, y resolvía el pro- cada vez más despacio.
blema, proponiendo una visión del mundo El lugar del absoluto, a partir de 1905,
radicalmente distinta a la que había reinado retrocede una vez más (como lo venía ha-
hasta entonces. Le había puesto un título en ciendo desde los tiempos de Copérnico) y se
apariencia abstruso: Sobre la electrodinámi- refugia en dos recovecos. Uno, la velocidad
ca de los cuerpos en movimiento, pero en la de la luz, que a diferencia de los segundos
historia y la ciencia, quedaría con un nom- y los metros es exactamente la misma para
bre mucho más sonoro y elocuente: Teoría todos los observadores, y segundo, la for-
de la Relatividad. ma de las leyes de la naturaleza que también
El quinto trabajo no tuvo importancia, tienen exactamente la misma forma para to-
pero se le puede perdonar. dos los observadores.
Así, la Relatividad de 1905 no tenía
1905, paredón y después correlato experimental posible (ya que los
Salvo por un puñado de físicos, la Teoría efectos relativistas sólo son medibles a ve-
de la Relatividad no fue aceptada de inme- locidades muy altas), y no pasaba de ser una
diato. Era demasiado audaz, demasiado ima- apuesta teórica (hoy la dilatación tempo-
ginativa, rompía demasiado con conceptos ral ya se ha medido y comprobado experi-
bien establecidos, en especial con la sacrali- mentalmente en laboratorios y ciclotrones).
dad del tiempo y el espacio, esas intuiciones Curiosamente fue la Teoría de la Relatividad
puras del entendimiento que Newton había General la que pasó la primera prueba empí-
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como objeto dañino y cuya destrucción era raje cultural hacia la derecha, para Moledo,
deseable.” Buch no es optimista ni pesimis- también afecta a la izquierda, que se está
ta. No predica ni denuncia. Simplemente volviendo cada vez más conservadora. “Así
muestra cómo la tecnología se introdujo como la Edad Media ponía su foco en la
de modo inexorable en la vida cotidiana de edad de oro perdida, la sociedad moderna
los individuos del siglo XXI. “Bacon puso lo hace en el futuro. Pero al mismo tiempo,
el mandato del dominio de la naturaleza a se pasó del ataque a la resistencia. Ahora se
nuestro servicio. Para él, habría una restric- habla de resistir a la globalización y no de
ción moral que nos impediría hacer cosas atacar, como se hacía en la primera mitad
indebidas, porque creía que la sociedad iba del siglo XX, cuando el mundo se encami-
a tener la sensatez suficiente para morigerar naba hacia una opción de progreso y socia-
el efecto que este dominio podría tener so- lismo, que todos sabemos cómo terminó.”
bre la naturaleza”, añadió Buch. Al fin y al cabo, época de transición, quizá
“Estamos presenciando un viraje his- de desconciertos fluctuantes, Moledo sostu-
tórico de la cultura actual. De la idea de vo que durante las pausas históricas hay que
progreso, que nació en el siglo XVI con la dedicarse a pensar. “Por eso me parece que
revolución científica y el comienzo del ca- la filosofía tiene tanta fuerza en este mo-
pitalismo, estamos pasando a una idea de mento. La ciencia siempre cree saber lo que
conservación. Las sociedades y las culturas hay que hacer. Hay una cesura natural entre
se están volviendo conservadoras”, planteó esa reflexión y lo que la ciencia propone.
Moledo. El editor de Futuro subrayó que ¿Dónde podemos reflexionar?”, se preguntó
la ciencia como concepto no encaja en una Moledo. “Tal vez la literatura y los libros
cultura conservadora. “Es muy difícil ima- sean el lugar de reflexión. Todo el mundo se
ginarse un sistema científico que se pro- queja de que no se lee, pero se están publi-
ponga retroceder porque la ciencia inclu- cando más libros que nunca.”
ye, dentro de sus presupuestos, la idea de
que se puede saber cada vez más.” El vi- http://www.pagina12.com.ar/diario/espectacu-
los/6-34735-2004-04-30.html
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Antología
Para peor, Chuck Russell, cuyo antece- duda la vedette de la película, bueno, eso: sí,
dente más “destacado” es haber dirigido la son la vedette de la película. Cualquiera que
tercera parte de Pesadilla, parece no haber- haya gozado hasta el delirio con los dibujos
se dado cuenta de las diferencias entre The animados del genial Tex Avery o con los no
Mask y Freddy: la película, que se supone menos extraordinarios de Chuck Jones para
una comedia para adolescentes en plan “de- la Warner (El correcaminos, por ejemplo)
lirante”, es, en el mejor de los casos, rutina- no podrá dejar de celebrar que un actor se
ria. En el peor, rezuma violencia innecesa- convierta, como el velocípedo de la Warner,
ria, transmitiendo una visión del mundo más en un torbellino humano o en una vara de
bien repulsiva: el “héroe” goza aterrando a goma, o que ante un caliente número musi-
una pandillita callejera incapaz de matar a cal de la rubia Cameron Díaz su mandíbula
una mosca, y cuando se propone seducir a se caiga, sus ojos se salgan de las órbitas y
la chica, echa mano de una serie de proca- se convierta en un lobo aullador, reacción
cidades dignas de Jorge Corona. The Mask lógica por otra parte. Efectos especiales sor-
está llena de presuntos “chistes” que dan prendentes, sin duda, pero, como se ve, nada
vergüenza ajena y un sentido del humor ba- originales: se limitan a copiar lo que Avery
sado en eructos y pedos. Pesadilla 7: Freddy y Jones inventaron hace casi medio siglo. El
visita Porky’s. No sé si será por el desagra- “factor humano” lo aporta Milo, el perrito
do generalizado, pero disfruté infinitamente del protagonista -homenaje a su homónimo
menos de la música de lo que disfruté leyen- de Tintín-, lo único noble, simpático y he-
do la nota sobre la banda de sonido escrita roico de esta película fea en todo sentido.
por Guillermo Pintos en el número anterior
de El Amante. Es más, en lugar de leer esta Horacio Bernades
nota, les recomiendo que lean ésa. Con res-
pecto a los efectos especiales, que son sin Revista El amante cine. Año 4, N° 34. Diciembre de
1994.
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Antología
Rodolfo Walsh
Los oficios terrestres, 1966
ESA MUJER
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- La pobre quedó muy afectada -explica bien con esos roñosos, pero si ante la histo-
el Coronel-. Pero a usted no le importa esto. ria, ¿comprende?
- ¡Cómo no me va a importar!... Oí de- - Ojalá dependa de mí, Coronel.
cir que al capitán N y al mayor X también - Anduvieron rondando. Una noche, uno
les ocurrió alguna desgracia después de se animó. Dejó la bomba en el palier y salió
aquello. corriendo.
El Coronel se ríe. Mete la mano en una vitrina, saca una
- La fantasía popular -dice-. Vea como figurita de porcelana policromada, una pas-
trabaja. Pero en el fondo no inventan nada. tora con un cesto de flores.
No hacen más que repetir. - Mire.
Enciende un Marlboro, deja el paquete a A la pastora le falta un bracito.
mi alcance sobre la mesa. - Derby -dice-. Doscientos años.
- Cuénteme cualquier chiste -dice. La pastora se pierde entre sus dedos
Pienso. No se me ocurre. repentinamente tiernos. El Coronel tiene
- Cuénteme cualquier chiste político, una mueca de fierro en la cara nocturna,
el que quiera, y yo le demostraré que esta- dolorida.
ba inventando hace veinte años, cincuenta - ¿Por qué creen que usted tiene la culpa?
años, un siglo. Qué se usó tras la derrota - Porque yo la saqué de donde estaba,
de Sedan, o a propósito de Hindenburg, de eso es cierto, y la llevé donde está ahora, eso
Dollfuss, de Badoglio. también es cierto. Pero ellos no saben lo que
- ¿Y esto? querían hacer, esos roñosos no saben nada,
- La tumba de Tutankamon -dice el y no saben que fui yo quien lo impidió.
Coronel-. Lord Carnavon. Basura. El Coronel bebe, con ardor, con orgullo,
El Coronel se seca la transpiración con con fiereza, con elocuencia, con método.
la mano gorda y velluda. - Porque yo he estudiado historia. Puedo
- Pero el mayor X tuvo un accidente, ver las cosas con perspectiva histórica. Yo
mató a su mujer. he leído a Hegel.
- ¿Qué más? -dice, haciendo tintinear el - ¿Qué querían hacer?
hielo en el vaso. - Fondearla en el río, tirarla de un avión,
- Le pegó un tiro una madrugada. quemarla y arrojar los restos por el inodoro,
- La confundió con un ladrón -sonríe el diluirla en ácido. ¡Cuánta basura tiene que
Coronel-. Esas cosas ocurren. oír uno! Este país esta cubierto de basura,
- Pero el capitán N... uno no sabe de donde sale tanta basura, pero
- Tuvo un choque de automóvil, que lo estamos todos hasta el cogote.
tiene cualquiera, y más el, que no ve un ca- - Todos, Coronel. Porque en el fondo es-
ballo ensillado cuando se pone en pedo. tamos de acuerdo, ¿no? Ha llegado la hora
- ¿Y usted, Coronel? de destruir. Habría que romper todo.
- Lo mío es distinto -dice-. Me la tienen - Y orinarle encima.
jurada. Se para, da una vuelca alrededor de - Pero sin remordimientos, Coronel.
la mesa. Enarbolando alegremente la bomba y la pi-
- Creen que yo tengo la culpa. Esos ro- cana. ¡Salud! -digo levantando el vaso.
ñosos no saben lo que yo hice por ellos. No contesta. Estamos sentados junto al
Pero algún día se va a escribir la historia. A ventanal. Las luces del puerto brillan: azul
lo mejor la va a escribir usted. mercurio. De a ratos se oyen las bocinas de
- Me gustaría. los automóviles, arrastrándose lejanas como
- Y yo voy a quedar limpio, yo voy a las voces de un sueno. El Coronel es apenas
quedar bien. No es que me importe quedar la mancha gris de su cara sobre la mancha
blanca de su camisa.
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Antología
- Esa mujer -le oigo murmurar-. Estaba - Pero esa mujer estaba desnuda -dice,
desnuda en el ataúd y parecía una virgen. La argumenta contra un invisible contradictor-.
piel se le había vuelto transparente. Se veían Tuve que taparle el monte de Venus, le puse
las metástasis del cáncer, como esos dibuji- una mortaja y el cinturón franciscano.
tos que uno hace en una ventanilla mojada. Bruscamente se ríe.
El Coronel bebe. Es duro. - Tuve que pagar la mortaja de mi bolsi-
- Desnuda -dice-. Éramos cuatro o cinco llo. Mil cuatrocientos pesos. Eso le demues-
y no queríamos mirarnos. Estaba ese capi- tra, ¿eh? Eso le demuestra.
tán de navío, y el gallego que la embalsa- Repite varias veces “Eso le demuestra”,
mó, y no me acuerdo quién más. Y cuando como un juguete mecánico, sin decir que es
la sacamos del ataúd -el Coronel se pasa la lo que eso me demuestra.
mano por la frente-, cuando la sacamos, ese - Tuve que buscar ayuda para cambiarla
gallego asqueroso... de ataúd. Llamé a unos obreros que había
Oscurece por grados, como en un teatro. por ahí. Figúrese cómo se quedaron. Para
La cara del Coronel es casi invisible. Solo ellos era una diosa, que se yo las cosas que
el whisky brilla en su vaso, como un fuego les meten en la cabeza, pobre gente.
que se apaga despacio. Por la puerta abier- - ¿Pobre gente?
ta del departamento llegan remotos ruidos. - Si, pobre gente. -El Coronel lucha con-
La puerta del ascensor se ha cerrado en la tra una escurridiza cólera interior.- Yo tam-
planta baja, se ha abierto más cerca. El enor- bién soy argentino.
me edificio cuchichea, respira, gorgotea con - Yo también, Coronel, yo también.
sus cañerías, sus incineradores, sus cocinas, Somos todos argentinos.
sus chicos, sus televisores, sus sirvientas. - Ah, bueno -dice.
Y ahora el Coronel se ha parado, empuña - ¿La vieron así?
una metralleta que no le vi sacar de ningu- - Si, ya le dije que esa mujer estaba des-
na parte, y en puntas de pie camina hacia el nuda. Una diosa, y desnuda, y muerta. Con
palier, enciende la luz de golpe, mira el as- toda la muerte al aire, ¿sabe? Con todo, con
cético, geométrico, irónico vacío del palier, todo...
del ascensor, de la escalera, donde no hay La voz del Coronel se pierde en una
absolutamente nadie, y regresa despacio, perspectiva surrealista, esa frasecita cada
arrastrando la metralleta. vez más remota encuadrada en sus líneas de
- Me pareció oír. Esos roñosos no me van fuga, y el descenso de la voz manteniendo
a agarrar descuidado, como la vez pasada. una divina proporción o que. Yo también me
Se sienta, más cerca del ventanal ahora. sirvo un whisky.
La metralleta ha desaparecido y el Coronel - Para mi no es nada -dice el Coronel-.
divaga nuevamente sobre aquella gran esce- Yo estoy acostumbrado a ver mujeres des-
na de su vida. nudas. Muchas en mi vida. Y hombres
-... se le tiró encima, ese gallego asque- muertos. Muchos en Polonia, el ‘39. Yo era
roso. Estaba enamorado del cadáver, la to- agregado militar, dese cuenta.
caba, le manoseaba los pezones. Le di una Quiero darme cuenta, sumo mujeres
trompada, mire -el Coronel se mira los nu- desnudas más hombres muertos, pero el re-
dillos-, que lo tiré contra la pared. Está todo sultado no me da, no me da, no me da... Con
podrido, no respetan ni a la muerte. ¿Le mo- un solo movimiento muscular me pongo so-
lesta la oscuridad? brio, como un perro que se sacude el agua.
- No. - A mi no me podía sorprender. Pero
- Mejor. Desde aquí puedo ver la calle. Y ellos...
pensar. Pienso siempre. En la oscuridad se - ¿Se impresionaron?
piensa mejor. Vuelve a servirse un whisky.
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plandor cárdeno lo baña, creo que llora, que - ¡Ahora! -me exaspero-. ¿No le preocu-
gruesas lágrimas le resbalan por la cara. pa la historia?. Yo escribo la historia, y us-
- No me haga caso -dice, se sienta-. ted queda bien, bien para siempre, Coronel!
Estoy borracho. La lengua se le pega al paladar, a los
Y largamente llueve en su memoria. Me dientes.
paro, le toco el hombro. - Cuando llegue el momento..., usted
- ¿Eh? -dice-. ¿Eh? -dice. será el primero...
Y me mira con desconfianza, como - No, ya mismo. Piense. Paris Match.
un ebrio que se despierta en un tren Life. Cinco mil dólares. Diez mil. Lo que
desconocido. quiera. Se ríe.
- ¿La sacaron del país? - ¿Dónde, Coronel, dónde?
- Si. Se para despacio, no me conoce. Tal vez
- ¿La sacó usted? va a preguntarme quien soy, que hago ahí.
- Si. Y mientras salgo derrotado, pensando
- ¿Cuántas personas saben? que tendré que volver, o que no volveré
- Dos. nunca. Mientras mi dedo índice inicia ya ese
- ¿E1 Viejo sabe? Se ríe. infatigable itinerario por los mapas, unien-
- Cree que sabe. do isoyetas, probabilidades, complicidades.
- ¿Dónde? No contesta. Mientras sé que ya no me interesa, y que
- Hay que escribirlo, publicarlo. justamente no moveré un dedo, ni siquiera
- Si. Algún día. en un mapa, la voz del Coronel me alcanza
Parece cansado, remoto. como una revelación:
- Es mía -dice simplemente-. Esa mujer
es mía.
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-Te prevengo, Nelly, que fue una jorna- portara el otro a babucha, y allí, luego de
da cívica en forma, Yo, en mi condición de empastarnos el bajo vientre con escarola,
pie plano, y de propenso a que se me ataje en base al producido de las armas, sacaría-
el resuello por el pescuezo corto y la pan- mos, ante el asombro general del empleado
za hipopótama tuve un serio oponente en de turno ¡dos boletos de vuelta para Tolosa!
la fatiga, máxime calculando que la noche Pero fue como si habláramos en inglés, por-
antes yo pensaba acostarme con las galli- que Diente no pescaba ni un chiquito, ni yo
nas, cosa de no quedar como un crosta en la tampoco, y los compañeros de fila presta-
perfomance del feriado. Mi plan era sume y ban su servicio de intérprete, que casi me
reste: apersonarme a las veinte y treinta en perforan el tímpano, y se pasaban el Faber
el Comité; a las veintiuna caer como un so- cachuzo para anotar la dirección del ruso.
poncio en la cama jaula, para dar curso, con Felizmente el señor Marforio, que es más
el Colt como un bulto bajo la almohada, al flaco que la ranura de la máquina de mo-
Gran Sueño del Siglo, y estar en pie al pri- nedita, es un antiguo de esos que mientras
mer cacareo, cuando pasaran a recolectarme usted lo confunde con un montículo de cas-
los del camión. Pero, decime una cosa ¿vos pa, está pulsando los más delicados resor-
no crees que la suerte es como la lotería, que tes del alma del popolino, y así no es gracia
se encarniza favoreciendo a los otros? En el que nos frenara en seco la manganeta, pos-
propio puentecito de tablas, frente a la cami- tergando la distribución para el día mismo
nera, casi aprendo a nadar en agua abomba- del acto, con el pretexto de una demora del
da con la sorpresa de correr al encuentro del Departamento de Policía en la remesa de las
amigo Diente de Leche, que es uno de esos armas. Antes de hora y media de plantón, en
puntos que uno encuentra de vez en cuando. una cola que ni para comprar kerosene, reci-
Ni bien le vi su cara de presupuestívoro, bimos de propios labios del señor Pizzurno,
palpité que él también iba al Comité y, ya orden de despejar al trote, que la cumplimos
en tren de mandarnos un enfoque del pano- con cada viva entusiasta que no alcanzaron
rama del día, entramos a hablar de la distri- a cortar enteramente los escobazos rabiosos
bución de bufosos para el magno desfile y de ese tullido que hace las veces de portero
de un ruso, que ni llovido del cielo, que los en el Comité.
abonaba como fierro viejo en Berazategui. A una distancia prudencial la barra se
Mientras formábamos en la cola pugnamos rehizo. Loiácomo se puso a hablar que ni la
por decirnos al vesre que una vez en pose- radio de la vecina. La vaina de esos cabe-
sión del arma de fuego nos daríamos tras- zones con labia es que a uno le calientan el
lado a Berazategui, aunque a cada uno lo mate y después el tipo -vulgo, el abajo fir-
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mante- no sabe para dónde agarrar y me lo el camión. A cada falsa alarma que pudiera,
tienen jugando al tresiete en el almacén de o no, tomarse por el camión, yo salía como
Bernárdez, que vos a lo mejor te amargas, taponazo al trote gimnástico, salvando las
con la ilusión que anduve de farra y la triste sesenta varas que hay desde el tercer patio
verdad fue que me pelaron hasta el último a la puerta de calle. Con entusiasmo juvenil
votacén, sin el consuelo de cantar la nápola, entonaba la marcha que es nuestra bandera,
tan siquiera una vuelta. pero a las doce menos diez, vine afónico y
(Tranquila, Nelly, que el guardaguja ya ya no me tiraban con todo los magnates del
se cansó de morfarte con la visual y ahora primer patio. A las trece y veinte llegó el
se retira, como un bacán, en la zorra. Dejale camión que se había adelantado a la hora y
a tu Pato Donald que te dé otro pellizco en cuando los compañeros de cruzada tuvieron
el cogotito). el alegrón de verme, que ni me había desa-
Cuando por fin me enrosqué en la cucha, yunado con el pan del loro de la señora en-
yo registraba tal cansancio en los pieses que cargada, todos votaban por dejarme, con el
al inmediato capté que el sueñito reparador pretexto que viajaban en un camión carnice-
ya era de los míos. No contaba con ese con- ro y no en una grúa. Me les enganché como
trincante que es el más sano patriotismo. No acoplado y me dijeron que si les prometía
pensaba más que en el Monstruo y que al no dar a luz antes de llegar a Ezpeleta me
otro día lo vería sonreírse y hablar como el portarían en mi condición de fardo, pero al
gran laburante argentino que es. Te prometo fin se dejaron convencer y medio me izaron.
que vine tan excitado que al rato me estorba- Tomó furia como una golondrina el camión
ba la cubija para respirar como un ballenato. de la juventud y antes de media cuadra paró
Reciencito a la hora de la perrera conci- en seco frente del Comité. Salió un tape ca-
lié el sueño, que resultó tan cansador como noso, que era un gusto cómo nos baquetea-
no dormir, aunque soñé primero con una ba y, antes que nos pudieran facilitar, con
tarde, cuando era pibe, que la finada mi ma- toda consideración, el libro de quejas, ya
dre me llevó a una quinta. Créeme, Nelly, estábamos traspirando en un brete, que ni si
que yo nunca había vuelto a pensar en esa tuviéramos las nucas de queso Mascarpone.
tarde, pero en el sueño comprendí que era A bufoso por barba fue la distribución alfa-
la más feliz de mi vida, y eso que no recuer- bética; compenétrate, Nelly; a cada revólver
do nada sino un agua con hojas reflejadas le tocaba uno de nosotros.
y un perro muy blanco y muy manso que Sin el mínimo margen prudencial para
yo le acariciaba el Lomuto; por suerte salí hacer cola frente al Caballeros, o tan siquie-
de esas purretadas y soñé con los moder- ra para someter a la subasta un arma en buen
nos temarios que están en el marcador: el uso, nos guardaba el tape en el camión del
Monstruo me había nombrado su masco- que ya no nos evadiríamos sin una tarjetita
ta y, algo después, su Gran Perro Bonzo. de recomendación para el camionero.
Desperté, y para soñar tanto despropósito A la espera de la voz de ¡aura y se fue!
había dormido cinco minutos. Resolví cor- nos tuvieron hora y media al rayo del sol, a la
tar por lo sano: me di una friega con el trapo vista, por suerte de nuestra querida Tolosa,
de 4ª cocina, guardé todos los callordas en que en cuanto el botón salía a correrlos, los
el calzado Fray Mocho, me enredé que ni un pibes nos tenían a hondazo limpio, como si
pulpo entre las mangas y las piernas de la en cada uno de nosotros apreciaran menos
combinación –mameluco-, vestí la corbatita el patriota desinteresado que el pajarito para
de lana con dibujos animados que vos me la polenta. Al promediar la primera hora,
regalaste el Día del Colectivero y salí su- reinaba en el camión esa tirantez que es la
dando grasa porque algún cascarudo habrá base de toda reunión social pero después la
transitado por la vía pública y lo tomé por merza me puso de buen humor con la pre-
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gunta si me había anotado para el concurso quintacolumna como luz, de esos que antes
de la Reina Victoria, una indirecta, vos sa- que usted de a la vuelta del mundo en ochen-
bes, a esta panza bombo, que siempre dicen ta días me lo convencen que es un crosta y
que tendría que ser de vidrio para que yo el Monstruo un instrumento de la Compañía
me divisara, aunque sea un poquito, los ba- del Teléfono. No te digo niente de más de un
samentos horma 44. Yo estaba tan afónico cagastume que se acogía a esas purgas para
que parecía adornado con el bozal, pero a la darse de baja en el confusionismo y repa-
hora y minutos de tragar tierra medio recu- triarse a casita lo más liviano; pero embró-
peré esta lengüita de Campana1 y, hombro mate y confesa que de dos chichipíos el uno
a hombro con los compañeros de brecha, nace descalzo y el otro con patín de muni-
no quise restar mi concurso a la masa coral ción, porque vuelta que yo creía descolgar-
que despachaba a todo pulmón la marchita me del carro era patada del señor Garfunkel
del Monstruo, y ensayé hasta medio berrido que me restituía al seno de los valientes. En
que más bien salió francamente un hipo, que las primeras etapas los locales nos recibían
si no abro, el paragüita, que dejé en casa, con entusiasmo francamente contagioso,
ando en canoa en cada salivazo que usted pero el señor Garfunkel, que no es de los
me confunde con Vito Durnas, el Navegante que cortan la piojosa de puro adorno, le te-
Solitario. Por fin, arrancamos, y entonces sí nía prohibido al camionero sujetar la velo-
que corrió el aire, que era como tomarse el cidad, no fuera algún avivato a ensayar la
baño en la olla de la sopa, y uno almorzaba fuga relámpago.
un sangüiche de chorizo, otro su arrolladi- Otro gallo nos cantó en Quilmes, don-
to de salame, otro su panetún, otro su me- de el crostaje obtuvo permiso para desen-
dia botella de Vascolet y el de más allá la tumecer los callos plántales, pero ¿quién,
milanesa fría, pero más bien todo eso vino tan lejos del pago iba a desapartarse del
a suceder otra vuelta, cuando fuimos a la grupo? Hasta ese momentazo, dijera el pro-
Ensenada, pero como yo no concurrí, más pio Zioppi o su mama, todo marchó como
gano si no hablo. No me cansaba de pensar un dibujo, pero el nerviosismo cundió en-
que toda esa muchachada moderna y sana tre la merza fresca cuando el trompa, vulgo
pensaba en todo como yo, porque hasta el Garfunkel que le dicen, nos puso blandos al
más abúlico oye las emisiones en cadena, tacto con la imposición de deponer en cada
quieras que no. Todos éramos argentinos, paredón el nombre del Monstruo, para ganar
todos de corta edad, todos del Sur y nos pre- de nuevo el vehículo, a velocidad de pur-
cipitábamos al encuentro de nuestros her- gante, no fuera algún cabreira a cabrearse y
manos gemelos, que en camiones idénticos a venir calveira pegándonos. Cuando sonó
procedían de Fiorito y de Villa Dominico, la hora de la prueba empuñé el bufoso y bajé
de Ciudadela, de Villa Luro, de La Paternal, resuelto a todo, Nelly, anche a venderlo por
aunque por Villa Crespo pulula el ruso y yo menos de tres pessolanos. Pero ni un solo
digo que más vale la pena acusar su domici- cliente asomó el hocico y me di el gusto de
lio legal en Tolosa Norte. garabatear en la tapia unas letras frangollo,
¡Qué entusiasmo partidario te perdiste, que si invierto un minuto más, el camión
Nelly! En cada foco de población muerto de me da el esquinazo y se lo traga el horizonte
hambre se nos quería colar una verdadera rumbo al civismo, a la aglomeración, a la
avalancha que la tenía emberretinada el más fratellanza, a la fiesta del Monstruo. Como
puro idealismo, pero el capo de nuestra ca- para aglomeración estaba el camión cuando
rrada, Garfunkel, sabía repeler como corres- volví hecho un queso con camiseta, con la
ponde a ese farabutaje sin abuela, máxime si lengua de afuera. Se había sentado en la re-
te metes en el coco que entre tanto mascal- tranca y estaba tan quieto que sólo le faltaba
zone patentado bien se podía emboscar un el marco artístico para ser una foto. A Dios
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Antología
gracias formaba entre los nuestros el gan- con la yegua tubiana del panadero. Desde
goso Tabacman, más conocido por Tornillo el suelo me mandé cada hurra que los veci-
Sin Fin, que es el empedernido de la mecá- nos se incrustaban el pulgar en el tímpano.
nica, y a la media hora de buscarle el motor De mientras, el camionero nos puso en fila
y de lomarse toda la Bilz de mi segundo es- india a los patriotas, que si alguno quería
tómago de camello, que así yo pugno que le desapartarse, el de atrás tenía carta blanca
digan siempre a mi cantimplora, se mandó para atribuirle cada patada en el culantro
con toda franqueza su “a mí que me regis- que todavía me duele sentarme. Calcúlate,
tren”, porque el Fargo a las claras le resulta- Nelly, qué tarro el del último de la fila ¡na-
ba una firma ilegible. die le shoteaba la retaguardia! Era, cuan-
Bien me parece tener leído en alguno do no, el camionero, que nos arrió como a
de esos quioscos fetentes que no hay mal concentración de pie planos hasta una zona,
que por bien no venga, y así Tata Dios nos que no trepido en caracterizar como de la
facilitó una bicicleta olvidada en contra de órbita de Don Bosco, vale, de Wilde. Ahí la
una quinta de verdura, que a mi ver el bici- casualidad quiso que el destino nos pusiera
cletista estaba en proceso de recauchutaje, al alcance de un ónibus rumbo al descanso
porque no asomó la fosa nasal cuando el de hacienda de La Negra, que ni llovido por
propio Garfunkel le calentó el asiento con Baigorri. El camionero, que se lo tenía bien
la culata. De ahí arrancó como si hubiera remanyado al guarda-conductor, causa de
olido todo un cuadrito de escarola, que más haber sido los dos -en los tiempos heroicos
bien parecía que el propio Zoppi o su mamá del Zoológico Popular de Villa Dominico-
le hubiera munido el upite de un petardo mitades de un mismo camello, le suplicó a
Fu-Man-Chú. No faltó quien se aflojara la ese catalán de que nos portara. Antes que
faja para sonreírse al verlo pedalear tan ga- se pudiera mandar su Suba Zubizarreta de
rufiento, pero a las cuatro cuadras de pisar- práctica, ya todos engrosamos el contingen-
les los talones lo perdieron de vista, causa te de los que llenábamos el vehículo, rién-
que el peatón aunque se habilite las manos donos hasta enseñar las vegetaciones, del
con el calzado Pecus, no suele mantener su puntaje senza potencia, que, por razón de
laurel de invicto frente a don Bicicleta. El quedar cola, no alcanzó a incrustarse en el
entusiasmo de la conciencia en marcha hizo vehículo, quedando como quien dice, “vía
que en menos tiempo del que vos, gordeta, libre” para volver, sin tanta mala sangre, a
invertís en dejar el mostrador sin factura, el Tolosa. Te exagero, Nelly, que íbamos como
hombre se despistara en el horizonte, para en.ónibus, que sudábamos propio como sar-
mí que rumbo a la cucha, a Tolosa. dinas, que sí vos te mandas el vistazo, el
Tu chanchito te va a ser confidencial, Señoras de Berazategui te viene chico. ¡Las
Nelly: quien más quien menos ya pedalea- historietas de regular interés que se dieron
ba con la comezón del Gran Spiantujen, curso! No te digo niente de la olorosa que
pero, como yo no dejo siempre de recalcar cantó por lo bajo el tano Potasman, a la mis-
en las horas que el luchador viene enervado ma vista de Sarandí y desde aquí lo aplau-
y se aglomeran los más negros pronósticos, do como un cuadrumano a Tornillo Sin Fin
despunta el delantero fenómeno que mar- -que en buena ley se vino a ganar su me-
ca goal; para la patria, el Monstruo; para dallón de Vero Desopilante, obligándome
nuestra merza en franca descomposición, bajo amenaza de tincazo en los quimbos, a
el camionero. Ese patriota que le saco el abrir la boca y cerrar los ojos: broma que
sombrero se corrió como patinada y paró en aprovechó sin un desmayo para enllenarme
seco al más avivato del grupo en fuga. Le las entremuelas con la pelusa y los demás
aplicó súbito un mensaje que al día siguien- producidos de los fundillos. Pero hasta las
te, por los chichones, todos me confundían perdices cansan y cuando ya no sabíamos
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Antología
lo que hacer, un veterano me pasó la corta- que es el bufo tamaño mole, se le ocurrió
plumita y la empuñamos todos a uno para un chiste que al escucharlo vos con la boca
más bien dejar como colador el cuero de los abierta, vendrás de gelatina con la risa.
asientos. Para despistar, todos nos reíamos Attenti. Nelly. Desemporcate las orejas, que
de mí; en después no faltó uno de esos vi- ahí va. Uno-, dos, tres, y PUM. Dijo -pero
vancos que saltan como pulgas y vienen in- no te me vuelvas a distraer con el spian-
crustados en el asfáltico, cosa de evacuarse tacaca que le guiñas el ojo- que el ónibus
del carromato antes que el guardaconductor ardía mismo como el spiedo del Perosio. Ja,
sorprendiera los desperfectos. El primero ja, ja.
que aterrizó fue Simón Tabacman, que que- Yo estaba lo más campante, pero la pro-
dó propio ñato con el culazo; muy luego, cesión iba por dentro. Vos, que cada parola
Fideo Zoppi o su mama; por último, aunque que me se cae de los molares, la grabas en
reviente de la rabia, Rabasco; acto continuo, los sesos con el formón, tal vez hagas me-
Spáto-la; doppo, el vasco Speciale. En el it- moria del camionero, que fue medio came-
nerinato, Morpurgo se prestó, por lo bajo, al llo con el del ónibus. Si me entendés, la fija
gran rejunte de papeles y bolsas de papel, que ese cachascán se mandaría cada alianza
idea fija de acopiar elemento para una foga- con el lacrimógeno para punir nuestra fea
rata en forma, que hiciera pasto de las lla- conducta estaba en la cabeza de los más lin-
mas al Broackway, propósito de escamotear ces. Pero no temas por tu conejito querido;
a un severo examen la marca que dejó la el camionero se mandó un enfoque sereno y
cortaplumita. Pirosanto, que es un gangoso adivinó que el otro, sin ónibus, ya no era un
sin abuela, de esos que en el bolsillo portan oligarca que vale la pena romperse todo. Se
menos pelusa que fósforos, se dispersó en sonrió como el gran bonachón que es; repar-
el primer viraje, para evitar el préstamo de tió, para mantener la disciplina, algún rodi-
Rancherita, no sin comprometer la fuga, eso llazo amistoso (aquí tenes el diente que me
sí, con un cigarrillo Volcán, que me sonsacó saltó y se lo compré después para recuerdo)
de la boca. Yo, sin ánimo de ostentación y y ¡cierren filas y paso redoblado: mar! ¡Lo
para darme un poco de corte, estaba ya frun- que es la adhesión! La gallarda columna se
ciendo la jeta para debatir la primera pitada infiltraba en las lagunas anegadizas, cuando
cuando el Pirosanto, de un saqué, capturó no en las montañas de basura, que acusan el
el cigarrillo, y Morpurgo, como quien me acceso a la Capital, sin más defección que
dora la píldora, acogió el fósforo que ya me una tercera parte, grosso modo, del agluti-
doraba los sabañones y metió fuego al pa- nado inicial que -zarpó de Tolosa. Algún in-
pelamen. Sin tan siquiera sacarse el rancho, veterado se había propasado a medio encen-
el funyi o la galera, Morpurgo se largó a la der su cigarrillo Salutaris, claro está, Nelly,
calle, pero yo, panza y todo, lo madrugué y que con el vistobueno del camionero. Qué
me tiré un rato antes, y así pude brindarle un cuadro para ponerlo en colores: portaba el
colchón, que amortiguó el impacto y cuasi estandarte, Spátola, con la camiseta de toda
me desfonda la busarda con los noventa ki- confianza sobre la demás ropa de lana; lo
los que acusa. Sandié, cuando me descalcé seguían de a cuatro en fondo, Tornillo, etc.
de esta boca los tamanguses hasta la rodi- Serían recién las diecinueve de la tarde
lla de Manolo M. Morpurgo, l’ónibus ardía cuando al fin llegamos a la Avenida Mitre.
en el horizonte, mismo como el spiedo del Morpurgo se rió todo de pensar que ya está-
Perosio, y el guarda-conductor-propietario bamos en Avellaneda. También se reían los
lloraba dele que dele ese capital que se le bacanes, que a riesgo de caer de los balco-
volvía humo negro. La barra, siendo más, se nes, vehículos y demás bañaderas, se reían
reía, pronta, lo juro por el Monstruo, a darse de vernos de a pie, sin el menor rodado.
a la fuga, si se irritaba el ciervo. Tornillo, Felizmente Babuglia en todo piensa y en
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la otra banda del Riachuelo se estaban he- tan triste papel cuando cundiera el carrito
rrumbrando unos camiones de nacionalidad de la ricotta. La chirola engrosó la bolsa co-
canadiense, que el Instituto, siempre attenti mún y el camionero, satisfecho mi asunto,
adquirió en calidad de rompecabezas en la pasó a atender a Souza, que es la mano de-
Sección Demoliciones del ejército america- recha de Gouvea, el de los Pegotes Pereyra
no. Trepamos como el mono a uno caki y en- -sabes- que vez pasada se impusieron tam-
tonando el “Adiós, que me voy llorando?” bién como la Tapioca Científica. Souza, que
esperamos que un loco del Ente Autónomo, vive para el Pegote, es cobrador del mismo,
fiscalizado por Tornillo Sin Fin, activara la y así, no es gracia que dado vuelta pusiera
instalación del motor. Suerte que Rabasco, a en circulación tantos biglietes de hasta cero
pesar de esa cara de fundillo, tenía cuña con cincuenta que no habrá visto tantos juntos
un guardia del Monopolio y, previo pago de ni el Loco Calcamonía, que marchó preso
boletos, completamos un bondi eléctrico, cuando aplicaba la pintura mondongo a su
que metía más ruido que un solo gaita. El primer bigliete. Los de Souza, por lo de-
bondi -talán, talán- agarró p’al Centro; iba más, no eran falsos y abonaron contantes y
superbo como una madre joven que, sotto la sonantes el importe neto de las Chissottis,
mirada del babo, porta en la panza las mo- que salimos como el que puso seca la ma-
dernas “generaciones que mañana reclama- majuana. Bo, cuando cacha la guitarra, se
rán su lugar en las grandes meriendas de la cree Gardel2. Es más, se cree Gotuso2. Es
vida... En su seno, con un tobillo en el estri- más, se cree Garófalo2. Es más, se cree
bo y otro sin domicilio legal, iba tu payaso Giganti-Tomassoni2. Guitarra, propio no ha-
querido, iba yo. Dijera un observador que el bía en ese local, pero a Bo le dio con “Adiós
bondi cantaba; hendía el aire, impulsado por Pampa mía” y todos lo coreamos y la co-
el canto; los cantores éramos nosotros. Poco lumna juvenil era un solo grito. Cada uno,
antes de la calle Belgrano la velocidad paró malgrado su corta edad, cantaba lo que le
en seco desde unos veinticuatro minutos; yo pedía el cuerpo, hasta que vino a distraer-
traspiraba para comprender y anche por la nos un sinagoga que mandaba respeto con
gran turba como hormiga de más y más au- la barba. A ese le perdonamos la vida, pero
tomotores, que no dejaba que nuestro medio no se escurrió tan fácil otro de formato me-
de locomoción diera materialmente un paso. nor, más manuable, más práctico, de manejo
El camionero rechinó con la consigna más ágil.
“¡Abajo, chichipíos!” y ya nos bajamos en Era un miserable cuatro ojos, sin la mus-
el cruce de Tacuarí y Belgrano. culatura del deportivo. El pelo era colora-
A las dos o tres cuadras de caminarla, do, los libros, bajo el brazo y de estudio.
se planteó sobre tablas la interrogante: el Se registró como un distraído, que cuasi se
garguero estaba reseco y pedía líquido. El llevaba por delante a nuestro abanderado, el
Emporio y Despacho de Bebidas Puga y Spátola. Bonfirraro, que es el chinche de los
Gallach ofrecía un principio de solución. detalles, dijo que él no iba a tolerar que un
Pero, te quiero ver, escopeta: ¿cómo abo- impune desacatara el estandarte y foto del
nábamos? En ese vericueto, el camione- Monstruo. Ahí no más lo chumbó al Nene
ro se nos vino a manifestar como todo un Tonelada, de apelativo Cagnazzo, para que
expeditivo. procediera. Tonelada, que siempre es el
A la vista y paciencia de un perro dogo, mismo, me soltó cada oreja, que la tenía en-
que terminó por verlo al revés, me tiró cada rollada como el cartucho de los manices y,
zancadilla delante de la merza hilarante, que cosa de caerle simpático a Bonfirraro, le dijo
me encasqueté una rejilla como sombrero al rusovita que mostrara un cachito más de
hasta el nasute, y del chaleco se rodó la chi- respeto a la opinión ajena, señor, y saludara
rola que yo había rejuntado para no hacer a la figura del Monstruo. El otro contestó
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Antología
con el despropósito que él también tenía su ran, me hizo clavar la cortaplumita en lo que
opinión. El Nene, que las explicaciones lo hacía las veces de cara.
cansan, lo arrempujó con una mano que si Después del ejercicio que acalora me
el carnicero la ve, se acabó la escasez de la puse el saco, maniobra de evitar un resfrío,
carnasa y del bife chorizo. Lo rempujó a un que por la parte baja te representa cero trein-
terreno baldío, de esos que en el día menos ta en Genioles. El pescuezo lo añudé en la
pensado levantan una playa de estaciona- bufanda que vos zurciste con tus dedos de
miento, y el punto vino a quedar contra los hada y acondicioné las orejas sotto el cham-
nueve pisos de una pared senza finestra ni bergolino, pero la gran sorpresa del día la
ventana. De mientras, los traseros nos pre- vino a detentar Pirosanto, con la ponenda
sionaban con la comezón de observar y los de meterle fuego al rejunta piedras, previa
de fila cero quedamos como sángüiche de realización en remate de anteojos y ves-
salame entre esos locos que pugnaban por tuario. El remate no fue suceso. Los ante-
una visión panorámica y el pobre quimico- ojos andaban misturados con la viscosidad
intas acorralado que, vaya usted a saber, se de los ojos y el ambo era un engrudo con
irritaba. Tonelada, atento al peligro, reculó la sangre. También los libros resultaron un
para atrás y todos nos abrimos como aba- clavo, por saturación de restos orgánicos.
nico dejando al descubierto una cancha del La suerte fue que el camionero (que resul-
tamaño de un semicírculo, pero sin orificio tó ser Graffiácane), pudo rescatarse su reloj
de salida, porque de muro a muro estaba la del sistema Roskopf sobre diecisiete ru-
merza. Todos bramábamos como el pabellón bíes, y Bonfirraro se encargó de una cartera
de los osos- y nos rechinaban los dientes, Fabricant, con hasta nueve pesos con vein-
pero el camionero, que no se le escapa un te y una instantánea de una señorita profe-
pelo en la sopa, palpitó que más o menos de sora de piano, y el otario Rabasco se tuvo
uno se estaba por mandar in mente su plan que contentar con un estuche Bausch, para
de evasión. Chiflido va, chiflido viene, nos lentes, y la lapicera fuente Plumex, para
puso sobre la pista de un montón aparente no decir nada del anillo de la antigua casa
de cascote, que se brindaba al observador. Poplavsky.
Te recordarás que esa tarde el termómetro Presto, gordeta, quedó relegado al olvido
marcaba una temperatura de sopa y no me ese episodio callejero. Banderas de Boitano
vas a discutir que un porcentaje nos saca- que tremolan, toques de clarín que vigoran,
mos el saco. Lo pusimos de guardarropa al doquier la masa popular, formidavel. En la
pibe Saulino, que así no pudo participar en Plaza de Mayo nos arengó la gran descar-
el apedreo. El primer cascotazo lo acertó, ga eléctrica que se firma doctor Marcelo N.
de puro tarro, Tabacman, y le desparramó Frogman. Nos puso en forma para lo que
las encías, y la sangre era un chorro negro. vino después: la palabra del Monstruo. Estas
Yo me calenté con la sangre y le arrimé otro orejas la escucharon, gordeta, mismo como
viaje con un cascote que le aplasté una oreja todo el país, porque el discurso se trasmite
y ya perdí la cuenta de los impactos, porque en cadena.
el bombardeo era masivo. Fue desopilante;
el jude se puso de rodillas y miró al cielo Pujato, 24 de noviembre de 1947.
y rezó como ausente en su media lengua.
Cuando sonaron las campanas de Monserrat 1
Mientras nos reponíamos con ensaimadas, Nelly
se cayó, porque estaba muerto. Nosotros me manifestó* que en ese momento el pobre mufio
sacó la lengua de referencia. (Nota donada por el jo-
nos desfogamos un rato más, con pedradas ven Rabasco).
que ya no le dolían. Te lo juro, Nelly, pu- * A mí me lo dijo antes. (Nota suplementaria de Nano
simos el cadáver hecho una lástima. Luego Battafuoco, peón de la Dirección de Limpieza)
Morpurgo, para que los muchachos se rie- 2
El cantor más conocido de aquella temporada.
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Antología
EL LIBRO
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Antología
Es como si cada país pensara que tiene mos? Es simplemente un cubo de papel y
que ser representado por alguien distinto, cuero, con hojas; pero si lo leemos ocurre
que puede ser una suerte de remedio, de algo raro, creo que cambia cada vez.
triaca, de contraveneno de sus defectos. Cada vez que leemos un libro, el libro
Yo diría que la literatura es una forma de ha cambiado, la connotación de las palabras
la alegría. es otra.
Si leemos algo con dificultad, el autor Además, los libros están cargados de
ha fracasado. Un libro no debe requerir un pasado.
esfuerzo, la felicidad no debe requerir un Si leemos un libro antiguo es como si
esfuerzo. leyéramos todo el tiempo que ha transcurri-
Le debemos tanto a las letras. Yo tengo do desde el día en que fue escrito y noso-
ese culto del libro. Yo sigo jugando a no tros. Por eso conviene mantener el culto del
ser ciego, sigo llenando mi casa de libros. libro. El libro puede estar lleno de erratas,
Pienso que el libro es una de las posibilida- podemos no estar de acuerdo con las opinio-
des de felicidad. nes del autor, pero todavía conserva algo sa-
Tomar un libro y abrirlo guarda la po- grado, divino, no con respeto supersticioso,
sibilidad del hecho pero sí con el deseo de encontrar felicidad,
estético. ¿Qué son de encontrar sabiduría.
las palabras acos-
tadas en un libro? * Extractos de una conferencia pronuncia-
¿Qué son esos da por Jorge Luis Borges en la Universidad de
Belgrano el 24 de mayo de 1978, publica-
símbolos muertos? da al año siguiente en el libro Borges oral,
Nada. ¿Qué es un Emecé Editores / Editorial de Belgrano, Buenos
libro si no lo abri- Aires.
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Antología
impresa en tomo, en volumen, no podría al- ba Hernán Cortés), hechos históricos que
canzar en cuanto a “inmediata actualización determinaron el ocaso del imperio de los
de su transcurso”. aztecas. ¿Y qué es la hermosa y larguísima
De ahí las perturbadoras y arbitrarias Tapicería de Bayeux, sino una narración de
teorías favorecedoras de la tesis según la la conquista de Inglaterra por los norman-
cual más poder tienen, culturalmente, el dos, mediante una técnica que es ya la de las
cine, la radio, el periodismo, la televisión, tiras cómicas?...
que más parecen hablarnos, informarnos, in- El genial humorista suizo Töpffer inau-
quietarnos, en cincuenta minutos, una hora, gura en el siglo pasado con su Doctor Festus
una hora y media, que el libro, la novela, (1840) la tira cómica tal como hoy la enten-
el ensayo que, nacidos de seis, siete años demos. Todos los especialistas en la materia
de trabajo, nos imponen –en el tiempo que lo proclaman iniciador y maestro en el gé-
nos dejan nuestras ocupaciones cotidianas, nero. En 1889-1893, el francés Christophe,
nuestro panganar– una lectura y meditación con su clásica Famille Fenouillard, prosigue
de varios días. “Voire”, como hubiese dicho el camino de Töpffer, sin olvidar la serie de
Panurgo, lanzando sus borregos al inmenso Le Sapeur Camember (1890-1896), des-
mar de las hipótesis. de entonces famosa. Cuando yo era niño,
Los censores austeros, sin embargo, antes de la Primera Guerra Mundial, exis-
adoptan una posición distinta, criticando tían en París, gozando de enormes tiradas,
aficiones de este siglo que consideran, con unos periódicos infantiles titulados Le Petit
sorprendente ignorancia, como novedades, Illustré, Cri-Cri, L’Intrépide, La Semaine
fenómenos, manifestaciones típicas del mal de Suzette (creador del personaje clásico de
espíritu de la época que nos ha tocado vivir. Bécassine), L’Epatan –con las inolvidables
Y, para comenzar por lo más sencillo para aventuras de los Pieds Nickelés de Forton
llegar a cuestiones mucho más complejas, (1908) que, con el tiempo entraron en el
consideremos las lamentaciones, los anate- panteón de su propia gloria–.
mas, lanzados por los miembros del Santo En los mismos años, los niños ingleses
Oficio de una suerte de cultura, contra los se regocijaban con las aventuras y tribula-
“muñequitos” (así los llamamos en muchos ciones de Buster Brown y de su perro, que se
países de nuestra América llamada Latina), remontan al año 1902. Y, hacia el año 1913,
las “tiras cómicas” a que tanto se han afi- el genial Bud Fisher, en los Estados Unidos,
cionado nuestros niños, y a que tanto nos inventaba los extraordinarios personajes de
hemos aficionado nosotros mismos, en mu- Mutt and Jeff (en América Latina: Benitín
chos casos –personas mayores– sin niños, y Eneas) que se mantuvieron durante más
en estos últimos años. Pruebas se nos bus- de cuarenta años en las páginas de los dia-
can, en esta boga de las tiras cómicas, de rios, entroncando, a través de las amargu-
que las generaciones nuevas se están apar- ras del nuevo rico de Geo McManus, de los
tando de la lectura. maravillosos Katzenjammer Kids (en espa-
Pero demasiado olvidan quienes así ra- ñol: Maldades de dos pilluelos), de Krazy
zonan que las tiras cómicas –o sea, la na- Cat (1923), El Gato Félix, de Popeye, con
rración de hechos, de acciones, mediante la sus espinacas energéticas, con los Tarzanes,
sucesión de imágenes, precursora del cine- Superman, Terry y los Piratas, Mandrake
matógrafo– se hallan ya perfectamente rea- el Mago, que, con sus hazañas fabulosas,
lizadas en técnica y espíritu en los códices alimentaron una nueva mitología que aún
mexicanos referentes a la Conquista, que nos acoge en las páginas de periódicos
nos cuentan, por medio de escenas y figuras modernos.
colocadas en su orden (por ellos sabemos Pero todo esto, señores austeros, infor-
cómo se vestía la Malinche, cómo se trajea- madores de Santo Oficio de la Cultura, no
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Antología
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que, a lo mejor, dentro de un año o dos habrá grandeza de un César Vallejo cuando aún lo
cubiertos sus gastos de impresión, si es que teníamos entre nosotros...).
los cubre. El editor, para prosperar, tiene que La actitud del público ante el libro, por lo
organizar una red de distribución, cuidar de demás, ha variado en el mundo entero (no me
su publicidad, tratar de imponer a la atención refiero desde luego a los países subdesarro-
del transeúnte distraído el título de una nove- llados donde no puede hablarse de que una
la, de un libro de poesía o ensayos, calzado inmensa masa de seres humanos, allí, no sabe
con el membrete de su razón social. leer ni escribir...). Como cada cual extrae sus
Todo esto implica preocupaciones igno- observaciones y conclusiones de alguna ex-
radas por el comerciante de otra índole, que periencia propia, pienso en la generación de
ofrece al público artículos de uso cotidiano. mi padre, de mi abuelo, tenidos, en su época,
La lectura, en cierto modo, es un lujo: el más por gentes superiormente cultas.
personal de los lujos. El libro se compra con ¿En qué consistía su cultura? En la ne-
el dinero que sobra, cuando ya se ha gasta- cesaria para ejercer decorosamente y a veces
do aquello que era necesario para la adquisi- con verdadero talento la práctica de una pro-
ción de lo demás –es decir: de lo diariamente fesión –mi abuelo abogado, mi padre arqui-
imprescindible–. tecto...–. Estaban al tanto de cuanto pudiera
Y, sin embargo, observemos el panorama perfeccionarlos, ayudarlos, en el cumpli-
editorial del mundo. Sin hablar de Francia, miento de sus respectivas actividades.
Alemania, Inglaterra, etcétera, países de vie- Pero... ¿por lo demás? Eran hombres
ja tradición al respecto, en los días de mi in- cultos, tenidos por muy cultos en el medio
fancia las empresas editoriales existentes en de hombres, muy cultos también, en el cual
América Latina apenas si llegaban a pasar en se desenvolvían. Pero... ¿en qué consistía
número aquel que pudiera contarse con los su cultura? En ser doctos en humanidades.
dedos de las dos manos. Existían impreso- Conocían a sus clásicos griegos, latinos, me-
res, desde luego, impresores que, mediante el dioevales, a los autores de los distintos Siglos
pago de una suma determinada, publicaban de Oro –español, francés, inglés...–, del ro-
(nunca a más de 2000 ejemplares) un libro manticismo alemán y de la literatura del siglo
debido a la tarea de un ensayista dado a co- XIX y de la que les era contemporánea. En
nocer por los periódicos. Y, una vez hecha la sus conversaciones barajaban inteligente-
edición, tenía el autor que recogerla por su mente los hombres de Balzac, de Flaubert,
cuenta y repartirla personalmente a las libre- de Zola, de Dostoievski, de Tolstoi, de Ibsen,
rías, donde el tomo era acogido con displi- de Galdós, de Pío Baroja y, desde luego, de
cencia cuando no con hostilidad (“Bueno... muchos poetas cuyos nombres, en muchos
Déjeme diez ejemplares... Pero le advierto casos, están ya olvidados. Tenían algunas no-
que la producción nacional se vende muy ciones de filosofía. Sabían mucho de historia.
poco...”), quedándose generalmente, al cabo En otros terrenos habían leído, desde luego,
de tantos trabajos y sinsabores, con un millar a Darwin, Haeckel, Le Bon, Renan, Taine,
de ejemplares invendidos que iban a parar al Emerson, pero de manera esporádica y sin
sótano o al desván de su casa, condenado a mayor persistencia.
un olvido que a veces –muy pocas veces– era Por lo demás, para ellos, la filosofía era
reparado por la curiosidad retrospectiva de terreno dejado a los filósofos (gente de una
una generación futura que descubría un pre- actividad bastante difícil de definir, si hemos
cursor, de pronto, en nuestro pobre autor fe- de estar de acuerdo con un regocijado ensayo
necido sin pesares ni glorias. (Exceptuamos de Raymond Queneau); la arqueología era
el éxito continental, excepcional, de un cosa de arqueólogos; la sociología, cosa de
Rubén Darío... pero recordemos, también, lo sociólogos, las ciencias, cosa de científicos.
poco entendida que fue la todavía insuperada Y en cuanto a la política... oh, en cuanto a
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Antología
la política: “Juegos de manos, juegos de vi- se haya declarado en quiebra: prueba de que
llanos”, decía mi abuelo... Anatole France, “el negocio rinde” –como suele decirse–.
(esteta), dilettante de la filosofía, de la polí- Y rinde, porque hay lectores. Lectores para
tica, de todo; autor de “vidas de santos” en quienes los mass-media no compensan la
quienes no creía, verdadero touche-à-tout incomparable “meditación a solas”, frente a
como diría un francés, fue, no hay que ol- la página impresa, que constituye la lectura
vidarlo, el maestro de toda una generación de un libro.
representativa de una época. A ello podrá responderse que subsiste
Hoy, asomémonos a los escaparates de el terrible problema de los países subde-
una librería en París, en Londres, en Buenos sarrollados, donde enormes masas de se-
Aires, en México, en La Habana, donde se res humanos son incapaces de escribir su
quiera. Allí, las novelas están situadas en ni- propio nombre en una hoja de papel. Pero
vel de igualdad con el libro que trata de las esto atañe ya a otro problema, problema
excavaciones realizadas en Súmer, en la Isla de educación intensiva y masiva que tiene
de Creta, en algún lugar de México o del que plantearse desde el momento en que
Perú; todos los hombres de mi generación el niño pronuncia las primeras palabras de
han leído a Freud, a Jung; a Lacan (y quie- su idioma. Y ese problema no se resuelve
ro hacer la lista breve); han leído a Marx, a con libro más o menos, ni tiene La Divina
Engels, a Gramsci, a Lukács; hay libros de Comedia papel que desempeñar, por ahora,
filosofía que, en estos últimos años, resul- donde la posesión de un puñado de arroz o
taron verdaderos best-sellers, la cibernética, de un mendrugo de pan es la cuestión que
las ciencias, la astronáutica (nuevas formas debe resolverse hoy mismo, sin dilaciones
de la ciencia-ficción, pero esta vez con hom- que suelen ser motivo de vergüenza para los
bres de verdad que ponen el pie en la luna) hombres de nuestra época. Pero ese proble-
apasionan a todo un público. ma lo conocen todos, aunque algunos se ha-
Las colecciones se multiplican: mono- yan hecho el innoble propósito de ignorarlo.
grafías artísticas cada vez menos costosas; Ahí la ecuación no se define en términos de
vidas de compositores, historias de la mú- cultura, de lecturas, sino de sistemas.
sica, tratados de organografía ad-usum- Si hay hambre de lectura –es totalmente
delphini (todo esto ayudado por el disco); cierto– en los países desarrollados, hay, no
política, historia contemporánea, sociología tan lejos, hambres de lectura... Y ante esto,
viviente, exploraciones, conocimientos del no desempeñemos el papel burlesco de la
planeta, estructuralismo. Lévi-Strauss, et- noble dama de Proust que, durante la guerra
cétera, etcétera. El público lector crece de de 1914-1918, tenía, como máxima preocu-
día en día, en cuanto a curiosidad, deseo de pación, la de que su panadero le entregara,
enterarse, poder de asimilación, anhelo de cada mañana –a pesar de las restricciones–
acceder a zonas del pensamiento que ayer le los bizcochos que eran el adorno y encanto
eran ignoradas... de su desayuno tomado prudentemente an-
Y con ello no se sorprenden ustedes de tes de la lectura de un periódico que hubiese
que si los editores del siglo pasado (salvo en podido traerle malas noticias sobre la posi-
los casos excepcionales de un Víctor Hugo ción de los ejércitos aliados en los frentes.
o de un Zola) tiraban un libro de literatura
–peor aún si era de filosofía o sociología– Alejo Carpentier: Ensayos selectos. Editorial
sobre una base de 2000 ejemplares, hoy las Corregidor
tiradas de 20.000, 30.000, 50.000 y hasta http://www.pagina12.com.ar/diario/verano12/in-
dex-2009-01-16.html
de 100.000 son hechos corrientes. Y, por lo © 2000-2009 www.pagina12.com.ar|República
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América Latina que, desde hace treinta años,
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Antología
EL LECTOR
Inéditos
ALÍ POR SORIANO
A sus plantas rendido un país
El 30 de octubre de 1974, un Muhammad Alí de 32 años, por el que nadie daba ya un
peso, subió a un ring en Zaire para enfrentar a un George Foreman de 25 años, con 40 peleas
invicto y amplio favorito. Con el nocaut al final del 8º round, Alí hizo mucho más que recu-
perar la corona que le habían quitado por los medios más viles. Por eso, un entonces joven
e inédito Osvaldo Soriano publicó en el número de diciembre de la revista Crisis esta nota,
hasta ahora nunca republicada, que anticipa un libro que recopilará otras tantas de aquellos
años, y en la que ya se vislumbran algunos de los grandes temas de sus futuros libros: boxea-
dores, perdedores y hombres que encarnan el destino trágico de un pueblo.
El derechazo de Alí. El inmenso cuerpo para sacudir la historia del boxeo moderno.
de Foreman que se derrumba a sus pies. Siete Los ojos del Zaire vieron cómo ese nieto
millones de negros musulmanes que enmu- de esclavos –que alguna vez llevó el nom-
decen. O estallan de alegría. Veinticuatro bre del propietario de su abuelo, Cassius
minutos de pelea bastaron a Muhammad Alí Marcellus Clay– brindaba al mundo una de
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Antología
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mes matando gente en Vietnam. Con lo que calle. Alí, el más grande boxeador de todas
pago en un año es posible construir bombas las épocas –según opinión de Joe Louis–,
como para quemar una aldea. Con todo esto, había sido un mal negocio. No había rivales
ya soy culpable. ¿Tengo además que matar para él; cualquier pelea era un juego de ni-
con mi propia mano?”, dijo entonces. Se de- ños. Nadie pensaba seriamente en vencerlo.
claraba objetor de conciencia, se confesaba El público lo sabía y comenzó a quedarse
integrante de los Black Muslims; eso bas- en sus casas. Alí peleaba solo. Así, el más
taba para que los medios de comunicación genial boxeador quedaba marginado por su
elaboraran una imagen de monigote, de pa- propia grandeza.
yaso, más digestiva para el público. Resultó una víctima ideal: molesto, fan-
El 20 de junio de 1967, en Houston, farrón, irritaba al periodismo con sus de-
Texas, el Tribunal Federal del Distrito Sur claraciones, horribles poemas e insidiosas
del Estado lo declaró culpable de negativa canciones. Cuando se negó a ir a la guerra,
a ingresar al ejército y lo condenó a cinco quedó absolutamente indefenso.
años de prisión más una multa de 10 mil El 6 de mayo de 1968, el 5º Tribunal de
dólares. Apelaciones confirmó la culpabilidad de
A fuerza de apelaciones, Alí eludió Clay. Sus abogados sostuvieron más tarde
el calabozo. Pero no dejó de hablar: “Los que la condena se había basado en la expo-
negros estamos presos hace cuatrocientos sición de cinco conversaciones telefónicas
años –dijo–. Por eso no pueden llevarme a sostenidas por Alí e interceptadas por el
un lugar en el que ya estoy”. FBI. El gobierno admitió haber tomado las
Había ganado 4 millones de dólares, charlas que, dijeron los fiscales, “afectaban
aunque el fisco embolsó el 80 por ciento. la seguridad nacional”. Los tribunales die-
Con el resto compró una casa para su madre ron marcha atrás y el ex campeón tuvo su
en Louisville –donde había nacido– y otra respiro.
para él en Chicago por 100 mil dólares; el Entretanto, su cintura perdía la armonio-
divorcio con su primera mujer le costó 50 sa línea que le había permitido bailotear por
mil dólares más una renta mensual de 1200 el ring como un gato. Aunque varios esta-
durante diez años. Los honorarios de sus dos norteamericanos habían anunciado que
abogados ascendieron en poco tiempo a 50 le concederían permiso para combatir, nin-
mil dólares. La persecución amenazaba con gún político se animó a ver de cerca a ese
llevarlo a la bancarrota. Sin embargo, sus negro contestón. Quiso pelear en el extran-
honorarios como socio de una cadena de jero, pero le impidieron salir del país. El 6
puestos de salchichas en los barrios negros de julio de 1970, el Tribunal de Apelaciones
le permitieron salir adelante. Su figura –su anunció que las charlas telefónicas no ha-
inteligencia quizá– le abrió las puertas de bían influido para condenarlo. Dos días
las universidades donde dictó conferencias más tarde, en Charleston, Carolina del Sur,
por las que cobraba mil dólares. le prohibieron hacer una exhibición. El 2
Los periódicos underground comenza- de septiembre, por fin, subió a un ring en
ron a publicar sus respuestas. “¿Odia a los Atlanta, Georgia, para cruzar guantes amis-
blancos?”, le preguntaron una vez. “No tosamente con varios sparrings. Doce días
odio a nadie –contestó–, soy una víctima del después, el juez federal Walter Masfield,
odio. Soy demasiado limpio para este de- de Nueva York, decidió que la prohibición
porte. Soy demasiado bueno para mi tiem- para actuar en su estado era “arbitraria e
po. Esa es la razón por la que han decidido irracional”, y ordenó que le restituyeran
librarse de mí.” los derechos. Otro tanto ocurrió en Atlanta,
Había otros motivos, más contundentes, donde se concertó su pelea contra Jerry
para que los zares del boxeo lo echaran a la Quarry para el 26 de octubre. Muhammad
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Antología
Alí venció con facilidad y abrió el camino Muchos revolucionarios negros han dado ya
hacia el retorno. En su segunda pelea volteó su vida”.
al argentino Oscar Bonavena y más tarde a Quienes conocían a fondo las ideas de
Jimmy Ellis. Así ganó el derecho a enfrentar Alí ansiaban verlo en las tribunas, predican-
a Joe Frazier por la corona mundial. do la fe musulmana, lejos definitivamente
El combate –que Frazier ganó por pun- del ring. Es que pocos creían en sus posibi-
tos– pareció enterrar definitivamente a lidades de recuperar la corona. Sin embar-
Muhammad Alí. Sin embargo, su ánimo no go, en los tres años siguientes, este negro
decayó. Para él, la derrota ante el campeón empecinado fue hacia una y otra costa del
había sido injusta: exhibía como prueba su país para derribar a boxeadores de categoría
fortaleza al final del combate, mientras el menor en busca de una nueva oportunidad.
vencedor debió ser internado en un hospital Hasta tuvo que sufrir la fractura de su man-
a causa de la paliza recibida. díbula frente al mediocre Ken Norton. Ya no
El verdadero drama de Alí era moral. brillaba como antes: había perdido su estilo
Elijah Muhammad, el máximo jerarca de felino, sus movimientos serenos y armonio-
los Black Muslims, había decidido expul- sos. Ahora ponía sobre el ring la experien-
sarlo de la congregación por negarse a aban- cia, la astucia; medía cada uno de sus pasos
donar el boxeo. Alí discutió con su maestro, para no derrochar energías.
pero respetuosamente acató la decisión. No Cuando el título cambió de manos y el
obstante, jamás renegó de los Muslims: es- joven Foreman –un invicto temible por su
taba seguro de que si recuperaba la corona, pegada– se erigió en el nuevo coloso, los
ellos serían los beneficiados. La Nación del expertos opinaron que nadie podía dar un
Islam –así la denominan ellos– plantea el dólar por la chance de Alí. Sin embargo,
apartheid económico y racial del pueblo ne- Frazier cayó a sus pies, Norton tuvo que
gro por medios pacíficos. verlo levantar los brazos y los empresarios
En noviembre de 1971, Muhammad Alí comenzaron a planear el gran combate.
vino a Buenos Aires para realizar una ex- Alí insistió para que se realizara en el
hibición en la cancha de Atlanta. Entonces Africa. Lo que parecía una mera especu-
montó su habitual show de verborragia y lación comercial, iba a adquirir un sentido
amenazas. Vicki Walsh y el autor de este ar- magnífico el día de la victoria: el 30 de oc-
tículo lo entrevistaron para conversar sobre tubre, en Kinshasa, ningún negro dejó de le-
su prédica religiosa y política. vantar a Alí como un estandarte de libertad.
“Somos 30 millones de negros contra Curiosamente, las agencias noticiosas
170 millones de blancos; no tenemos mu- insistieron en la versión de un Alí payases-
nición ni armamento adecuados y, sin em- co, casi odioso. Nadie recordó que alguna
bargo, nuestra revolución sigue creciendo. vez dijo: “Un día levantaré mi puño vence-
Si utilizáramos la violencia, los negros no dor para que mi pueblo negro diga, como
tendríamos la menor chance en los Estados yo, que es el más hermoso y el más fuerte”.
Unidos, porque ni siquiera controlamos los Al terminar el combate, gritó: “Fue Alá
abastecimientos. Seríamos como un toro en- quien dio los golpes, era él y no yo quien
furecido corriendo hacia un tren: sólo que- estaba sobre el ring”. Era toda una raza la
darían su carne y su sangre sobre las vías.” que esa noche estaba allí.
Esta era su posición frente a la violencia de Con Foreman cayó el último Tío Tom
los Black Panters, aunque agregaba: “No del boxeo estadounidense. Es posible que
condeno a ningún hombre por defender Joe Louis haya visto vengada su miseria,
aquello que cree está bien, especialmen- Sonny Liston su muerte degradada. Aún no
te si está dispuesto a dar la vida por ello. es posible saber si Alí abandonará el boxeo
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o buscará ganar dólares en una revancha. “Ser campeón de peso pesado en la se-
Poco importa ahora qué hará. gunda mitad del siglo XX (con revolucio-
El deporte permitió que la raza negra nes negras a lo largo y ancho del mundo)
erigiera a dos de los suyos como los hitos representa algo parecido a ser Jack Johnson,
mayores de este siglo: Edson Arantes do Malcolm X y Frank Costello en una sola
Nascimento (Pelé) y Muhammad Alí. El pieza”, ha dicho Norman Mailer. Es posible
brasileño renegó de su negritud, sirvió a la que nadie lo sepa mejor que Alí. De allí su
dictadura implantada en el Brasil en 1964 afán casi salvaje por coronarse nuevamente.
y aconsejó a los niños negros que tomaran Hemos tenido el raro privilegio de asistir
Pepsi-Cola y fueran buenos con los blan- al momento cumbre de la historia del boxeo.
cos. Alí se negó a juzgarlo: “Es mi hermano Más allá de la dudosa calidad del combate,
de raza”, dijo. Pelé, en cambio, despreció millones de personas de todo el mundo vie-
siempre al boxeador. ron cómo Muhammad Alí recuperaba a pu-
ñetazos lo que el Tío Sam le había quitado
por decreto.
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