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Tal vez intentes ignorar o detener tus obsesiones, pero eso solo aumenta la angustia y la
ansiedad. En última instancia, sientes la necesidad de realizar actos compulsivos para
intentar aliviar el estrés. A pesar de los esfuerzos para ignorar o eliminar los
pensamientos o necesidades que te molestan, estos vuelven una y otra vez. Esto produce
un comportamiento más ritualista: el círculo vicioso del TOC.
Enfermedad actual
Historia personal
Antecedentes familiares
Tía materna diabética, madre con cuadro clínico de depresión mayor sin psicosis,
tratada; padre con rasgos de personalidad obsesivo compulsivos.
EI tratamiento conductual para personas can TOC recurre a una serie de técnicas
diseñadas para cumplir can tres objetivos fundamentales:
Caso
Mariana West es una mujer de 35 años de edad, atractiva, soltera, originaria de San
Diego, que trabaja actualmente como editora de una revista y vive sola en un barrio
deteriorado de Boston. Fue remitida por su médico de cabecera, para realizar
psicoterapia, ya que éste sugirió que necesitada ayuda para sus problemas en las
relaciones interpersonales con los hombres. Mariana se resistió durante un año entero
esta posibilidad, aduciendo “No me gusta que me ayuden. Me gusta ayudar”.
Durante la entrevista, Mariana parecía una mujer muy inteligente; era afable y
organizada, y hablaba con una voz suspirosa y de niña. Su cabello era de color negro
metálico, iba vestida toda de negro con una blusa, gorro, pantalón y zapatos negros. Al
inicio de la entrevista mencionó que no quería un terapeuta varón ya que no confiaba en
los hombres, los cuales, según su experiencia, solo buscaban aprovecharse de las
mujeres. No obstante, exceptuando su doctora de cabecera, no tenía amigas íntimas.
Su historia consistía en que se había liberado a sí misma de una relación destructiva con
un hombre que consideraba a su “Amante delincuente”, un adicto a la heroína y que
luchaba contra su deseo de regresar con él. En una ocasión, hace 4 años, él le había
pegado haciéndole llorar, aunque ella le dijo que si volvía a suceder algo así lo dejaría.
Y las agresiones no volvieron a ocurrir. Decía ella que no le tenía miedo y que de hecho
ella se culpaba a sí misma por los golpes que él le había dado. “A veces siento que yo
tenía la culpa por provocarlo”
Mariana había ido a la universidad, pero su amante nunca había finalizado sus estudios.
Lo veía como a un niño pequeño que necesitaba una madre. Cuando ella le presionaba
para que dejara las drogas, él le decía que se perdiera; de todas formas, ella continuaba
llamándole regularmente a pesar de su conducta desagradecida. Estaba resentida y
amargada por lo mucho que había hecho por él, pero siempre volvía a ayudarle cuando
él regresaba a su lado, a altas horas de la noche, en demanda de dinero o asistencia.
Como resultado de ello, decía sentirse más como una madre Teresa que como una
novia.
Mariana sale actualmente con otro hombre “Excitante” y también consumidor asiduo de
sustancias psicoactivas. También es fanático del anarquismo y colecciona parafernalia
de ideología nazi. Mariana era conocedora de que este hombre había maltratado a su
novia anterior, siéndole infiel y también hubo violencia física, pero ella nunca pensó
que esto pudiera llegarle a ocurrir a ella. Se ha visto con él durante 1 año de forma
intermitente. Él insistía en que deseaba una relación estrecha, pero nunca le comentó a
Mariana que se veía con una de sus amigas al mismo tiempo. Cuando ella lo descubrió
se molestó bastante pero hasta el día de hoy continua sintiendo una fuerte atracción
hacia él.
Varios hombres mejores que los dos anteriormente citados y con intenciones más
monógamas, han intentado salir con ella, pero Mariana los ha rechazado a todos por
considerarlos “aburridos”
En sus relaciones, Mariana siempre está dispuesta a prestar ayuda, aunque nunca la pide
para sí misma, incluso cuando realmente la necesita. La mayor parte de sus amigos y
ex-novios han sido drogadictos o ex-drogadictos. Por su parte, ella nunca ha abusado de
las drogas. Suele visitar a estos amigos en la cárcel y se ofrece para ayudarlos; pero
cuando obtienen la libertad, apenas le devuelven las visitas.
En el aspecto laboral, Mariana es una persona muy trabajadora, tenaz y demuestra una
gran afectividad a la hora de resolver conflictos; pero a veces ha tenido problemas con
su jefe por haber utilizado los recursos de la revista para conseguir dinero para grupos
necesitados. Cree que sus compañeras mujeres cuentan chismes a sus espaldas por
envidia de sus habilidades y capacidades para el trabajo duro, a pesar de todos los
beneficios que han obtenido gracias a ella.
Historia personal
Cuando una persona con trastorno pasivo-agresivo de la personalidad busca ayuda para
solucionar su problema, generalmente, es porque han aumentado de manera
considerable sus conflictos con las demás personas y no logran comprender qué es lo
que realmente sucede o tienen la sensación de no poder evitar actuar de la manera en la
que lo hacen. Es necesario que las personas con este tipo de padecimiento reciban ayuda
especializada como es la ayuda psicológica para identificar antes que nada este
problema y, una vez identificado, poder llevar a cabo acciones para eliminarlo.
Otro aspecto importante que se trabaja en las sesiones es la asertividad, por lo que se le
enseñan a la persona conductas asertivas para que pueda expresar sus opiniones y
deseos de la manera en la que lo desea sin tener que llegar a ocultarlos o expresarlos de
manera agresiva e irrespetuosa.
Conclusiones
El pasivo agresivo (PA) es un tipo de personalidad. Este solo hecho no amerita para
tipificarlo como psicópata. Para ello debe estar acompañado de los rasgos propios de la
psicopatía: necesidades especiales, formas atípicas de satisfacerlas y cosificación. Hay
pasivos agresivos que son a su vez psicópatas, el caso del colega maquiavélico que
comentamos se asemeja en mucho. En esos casos son traidores por naturaleza, de
puñaladas traperas, de no dar la cara. El psicópata PA crea un clima de hostilidad
alrededor de su víctima a través de calumnias, mentiras, chimentos. Predispone a los
demás en su contra. Es un trabajo pausado, sutil, constante, de encerronas y trampas. Es
un buen jugador de Go, el legendario juego chino que consiste en encerrar con fichas las
fichas del enemigo hasta rodearlo, dejarlo sin escapatoria posible y así eliminarlo, sin
que la víctima sospeche la mano que está moviendo las fichas.