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Río Atrato sujeto de derechos

Elizabeth Restrepo Gutiérrez

Hablar del río Atrato es hablar del río mas caudaloso de Colombia, es hablar de un
territorio diverso con cuatro regiones de ecosistemas húmedos y tropicales, es hablar
de 600 comunidades negras agrupadas en 70 consejos comunitarios mayores, es hablar
de 4 etnias indígenas agrupados en 120 resguardos, es hablar de cedros, guayacanes,
balsos, robles y abarcos, es hablar de frutas, caimitos, borojó, y chontaduro, de peces
sábalos, tabuches, boquianchas, y bocachicos. Es hablar de árboles “jechos” bajando el
río, es hablar de barequeo de oro entre cantos y décimas, es hablar de tradiciones y
espíritus como la “Madreagua”, de currulaos, marimbas, alabaos y chigualos. También,
es hablar de extractivismo, de mercurio, motosierras, dragas y fusiles; es hablar de
bombardeos, guerra, desplazamiento, masacres y víctimas.

En este contexto de tensión y conflicto se riegan por el río comunidades que r-existen,
no solo resisten al invasor como diría Carlos Walter Gonçalves, sino que se incorporan
en el espacio para “reproducir la vida y recrear la cultura” desarrollar sus tradiciones y
su forma de vida con base en la especial relación que tienen con la naturaleza,
haciéndose interdependientes entre sí, sin poder comprenderse aisladamente la
diversidad cultural y natural. “Resisten porque existen; por tanto, r-existen”1
(Gonçalves, 2017).

La r-e(x)sistencias de: (i) el Consejo Comunitario Mayor de la Organización Popular


Campesina del Alto Atrato -Cocomopoca- que está integrado por 3.200 familias
afrodescendientes congregadas en 43 comunidades; (ii) el Consejo Comunitario Mayor
de la Asociación Campesina Integral del Atrato -Cocomacia- compuesto por 120
comunidades afrodescendientes, así como la Asociación de Consejos Comunitarios del
Bajo Atrato -Asocoba- y el Foro Inter-étnico Solidaridad Chocó -FISCH- (compuestos por
47 organizaciones), reclamaron en una acción de tutela a 26 entidades estatales la
permanencia de estas comunidades que han habitado en sus territorios ancestralmente
y que está en peligro por el desarrollo intensivo de actividades mineras, de explotación
forestal y por el abandono estatal al que han sido castigados por centenares de años.

La Corte Constitucional de Colombia decidió dar una protección efectiva a la naturaleza,


las culturas y formas de vida asociadas a ella y la biodiversidad, “no por la simple utilidad
material, genética o productiva que estos puedan representar para el ser humano, sino
porque al tratarse de una entidad viviente compuesta por otras múltiples formas de vida
y representaciones culturales, son sujetos de derechos individualizables, lo que los
convierte en un nuevo imperativo de protección integral y respeto por parte de los
Estados y las sociedades. En síntesis, solo a partir de una actitud de profundo respeto y
humildad con la naturaleza, sus integrantes y su cultura es posible entrar a relacionarse

1
Héctor Alimonda; Catalina Toro Pérez; Facundo Martín. Ecología política latinoamericana: pensamiento
crítico, diferencia latinoamericana y rearticulación epistémica. CLACSO, 2017. Libro digital, PDF - (Grupos
de trabajo). Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-722-274-6.
con ellos en términos justos y equitativos, dejando de lado todo concepto que se limite a
lo simplemente utilitario, económico o eficientista.”

El Atrato con piel de ébano, fue protegido por la Corte Constitucional de Colombia,
entendiéndolo con el vínculo profundo que nos conecta a todos los seres vivos de la
tierra; este nuevo enfoque jurídico denominado derechos bioculturales avanza en la
protección de los derechos fundamentales y sus sujetos, así, otorga derechos a la cuenca
del río Atrato a la protección, conservación, mantenimiento y restauración a cargo del
Estado y de las comunidades étnicas que lo habitan, debido al alto grado de
contaminación y amenaza al que está sometido. También dispuso que el río Atrato
estará representado por un miembro de las comunidades accionantes y un delegado del
Gobierno colombiano conformando así la Comisión de Guardianes del Río Atrato.

Esta acción de tutela fue apoyada por el Centro de Estudios para la Justicia Social Tierra
Digna quienes estarán participando en el III Seminario Latinoamericano de Alternativas
al Desarrollo, así como los ponentes Raquel Gutiérrez de México, Carlos Walter Porto-
Goncalves de Brasil, Tatiana Roa de Colombia y Patricia Noguera de Colombia.

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