Capitulo 5:

Dentro de la Divinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) se decidió que el

Padre asumiría el papel de la autoridad mientras que el Hijo seria el símbolo de la
obediencia, es decir, el Hijo se sometería al Padre, esto sucedió así para que Cristo, al
encarnarse, pudiera identificarse con nosotros y así pagar, en nuestro lugar, la precio
del pecado y, a la vez, justificarnos delante del Padre (Lea: He.5:7-9).

Ahora bien, en base a lo dicho anteriormente, se nos revela que para Cristo,
como y siendo Dios, le era mas difícil obedecer que el crear los cielos y la Tierra ¿Por
qué? Porque, como era y es Dios, tiene la misma naturaleza divina (esencia, atributos,
características, poder, gloria, autoridad, etc) que el Padre, sin embargo, efectuó ese el
Plan de salvación que incluía el hecho de humillarse y ser obediente como hombre, y
esto sucedió también para dejarnos el ejemplo de obediencia absoluta que debemos
tenerla a Dios (Lea: Flp.2:5-7; 1Jn.2:6).

Y finalmente, vemos que la obediencia de Cristo al Padre le trajo como

recompensa el titulo de Señor, el Señor Jesucristo (Lea: Flp.2:8-11). ¿No creas que
Dios también puede exaltarte a ti cuando te humillas delante de El, cuando le
obedeces?

Capitulo 6:

Cristo mismo, estando en la condición de hombre, aprendió la obediencia por

medio del sufrimiento y luego, cuando volvió a la gloria con el Padre, después de
haber muerto en la cruz y resucitado, recibió el mas grande honor de ser Señor de
TODO lo que existe, recibió autoridad porque tuvo un encuentro con esta (la
autoridad) y se sometió a ella (Lea: Flp.2:5-11; He.5:7-9); esto es importante saberlo y
comprenderle porque en Cristo (y deberíamos seguir el mismo principio) se cumplió
lo que dice en Mt.23:12.

Cristo mismo es el Reino de Dios, El representa todo lo que es el Reino de Dios,

lo dejo bien claro en Su Palabra (Lea: Lc.17:21), por lo tanto, si Cristo vive y habita
en nosotros (la iglesia) entonces estamos encargados de establecer y manifestar el
Reino en toda la Tierra, y esto se logra a través del mismo principio que aplico Cristo:
la obediencia, porque sin esta ultima no existe (o no se manifiesta) la autoridad, es
decir, no puede existir un reino sino hay súbditos, sino hay quien obedezca a la
autoridad.