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Tomás de Aquino

Tomás de Aquino (en italiano, Tommaso


d'Aquino; Roccasecca,1 Italia, 1224/1225-Abadía Tomás de Aquino
de Fossanova, 7 de marzo de 1274), teólogo y
filósofo católico perteneciente a la Orden de
Predicadores, es considerado el principal
representante de la enseñanza escolástica2 y una de
las mayores figuras de la teología sistemática.3 En
materia de metafísica, su obra representa una de las
fuentes más citadas del siglo XIII además de ser
punto de referencia de las escuelas del pensamiento
tomista y neotomista. La Iglesia católica lo nombra
Doctor Angélico, Doctor Común y Doctor de la
Humanidad y considera su obra fundamental para
los estudios de filosofía y teología. Fue el principal
defensor clásico de la teología natural.

Sus obras más conocidas son la Summa theologiae,


compendio de la doctrina católica en la cual trata
Proclamado Doctor de la Iglesia el 11 de abril
495 cuestiones divididas en artículos, y la Summa
de 1567 por el papa san Pío V
contra gentiles, compendio de apología filosófica
Nombre Tommaso d'Aquino
de la fe católica, que consta de 410 capítulos
agrupados en cuatro libros, redactado a petición de Apodo Doctor Angélico
Raimundo de Peñafort. Nacimiento 1225
Roccasecca, Reino de Sicilia
Asimismo, fue muy popular por su aceptación y Fallecimiento 7 de marzo de 1274 (48-49 años)
comentarios sobre las obras de Aristóteles, Abadía de Fossanova,
señalando, por primera vez en la historia, que eran Estados Pontificios
compatibles con la fe católica. A Tomás se le debe
Venerado en Iglesia católica, Comunión
un rescate y reinterpretación de la metafísica y una
anglicana, Luteranismo
obra de teología monumental,3 4 5 6 así como una
Canonización 18 de julio de 1323 por el papa
teoría del Derecho que sería muy consultada
Juan XXII en Aviñón
posteriormente.7 Canonizado en 1323, fue
Principal Convento de los Jacobinos de
declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo
santuario Toulouse
patrón de las universidades y centros de estudio
Orden Orden de Predicadores
católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de
religiosa
enero.
Festividad 28 de enero Novus Ordo
7 de marzo Vetus Ordo
Atributos Hábito dominico, libro, sol en el
Índice pecho, iglesia bajo el brazo
Vida Patronazgo Todos los establecimientos
Juventud educativos católicos
Formación universitaria
Enseñanza universitaria
Regreso y muerte
Obra
Pensamiento
Fe y razón
Ontología
Conocimiento
Existencia de Dios
Cinco Vías
Esencia de Dios
El alma y el cuerpo
Sobre las herejías
Ley natural
Guerra justa
Influencias y repercusiones
Véase también
Referencias
Bibliografía utilizada
Libros
Artículos
Enlaces externos

Vida

Juventud
Tomás de Aquino nació en 1225 en el castillo de Roccasecca,
cerca de Aquino, en el seno de una numerosa y noble familia de
sangre germana.8 Su padre, Landolfo, descendiente a su vez de
los condes de Aquino, estaba emparentado con el emperador
Federico II. Su madre, Teodora, era hija de los condes de Taete y
Chieti.

Cumplidos los cinco años, Tomás recibió sus primeras


enseñanzas en la abadía de Montecasino, de la que era abad un tío
suyo. Ya por entonces, sus biógrafos Guillermo de Tocco,
Bernardo Guido y Pedro Calo destacan su singular devoción al
señalar cómo, desde bebé, se aferraba fuertemente a un papiro
que tenía escrito el Ave María.9 Comenzó entonces su
aprendizaje de gramática, moral, música y religión hasta 1239, Tentación de Santo Tomás (1632)
año en que el emperador Federico II decretara la expulsión de los por Diego Velázquez.
monjes. Entonces, el joven Tomás continuó su educación en la
Universidad de Nápoles donde el estudio de las artes liberales, el
currículo educativo de la época, lo puso en contacto con los principios de la lógica aristotélica. A la edad
de diecinueve años, Tomás decidió unirse a la recién fundada Orden Dominicana, opinión que no
complació a su familia.10

Tomás estuvo prisionero durante casi un año en los castillos familiares de Monte San Giovanni y
Roccasecca en un intento por evitar que asumiera el hábito dominicano y lo obligó a renunciar a su nueva
aspiración. Pasó este tiempo de prueba dando clases particulares a sus hermanas y comunicándose con
miembros de la Orden Dominicana.11 Los familiares se desesperaron por disuadir a Tomás, que seguía
decidido a unirse a los dominicanos. En un momento, dos de sus hermanos recurrieron a la medida de
contratar a una prostituta para seducirlo. Según la leyenda, Tomás la alejó empuñando un hierro de fuego
y dos ángeles se le aparecieron mientras dormía y fortaleció su determinación de permanecer célibe. Al
ver que todos sus intentos de disuadir a Tomás habían fracasado, Teodora buscó salvar la dignidad de la
familia haciendo que Tomás escapara por la ventana durante la noche.12

En 1244, gracias a la amistad que había trabado con el Maestro General Juan de Wildeshausen, ingresó
en la Orden Dominicana hacia cuya vida austera e intelectual se sentía atraído desde haberlos conocido
anteriormente en un convento de Nápoles. La decisión contrarió a su familia, que había planificado que
este sucediera a su tío al frente de la abadía de Montecasino. Enterados de que Tomás se dirigiría a Roma
para iniciarse en los estudios del noviciado, sus hermanos lo raptaron y retuvieron durante más de un año
en el castillo de Roccasecca con la intención de disuadirlo de su ingreso en la orden. Tras haber sido
tentado varias veces, logró huir del castillo trasladándose a París para alejarse de su familia. El Aquinate
sorprendió a los frailes cuando estos vieron que se había dedicado a leer y memorizar la Biblia y las
Sententias de Pedro Lombardo, incluso había comentado un apartado de las Refutaciones sofísticas de
Aristóteles que eran las referencias para los estudios de la época.

Formación universitaria
La Universidad de París era ideal para las aspiraciones del joven Tomás, por su marcada predisposición
al Trivium (ya tradicional en París) y por sus escuelas de teología. Tuvo por maestros más destacados a
Alejandro de Hales y a Alberto Magno, ambos acogedores de la doctrina aristotélica (especialmente el
segundo). Entre sus compañeros estaba Buenaventura de Fidanza con quien mantuvo una singular
relación de amistad, aunque también de cierta polémica intelectual. Antes de que Tomás acabara los
estudios, Alberto Magno, sorprendido por el entendimiento de su alumno napolitano, le encarga un Acto
escolástico, y a sus fortísimos argumentos el alumno responde con perfecta distinción, deshaciendo el
discurso de su maestro y futuro Doctor de la Iglesia, el cual dijo a la asamblea:

Vosotros llamáis a éste el Buey mudo, pero yo os aseguro que este Buey dará tales mugidos
con su saber que resonarán por el mundo entero
Barbado Viejo, F. Introducción General en Tomás de Aquino Suma teológica Tomo I. BAC
1947, p.12

Alberto Magno, seguro del potencial del novicio, se llevó a este consigo, a Colonia, a enseñarle y
estudiar profundamente las obras de Aristóteles, que ambos habrían de defender posteriormente. En esa
época Tomás fue ordenado sacerdote. Tomás volvería a París en 1252 para continuar sus estudios, pero
encontraría una fuerte oposición a las Órdenes mendicantes, liderada por los profesores seculares, que
perseguían el abandono de la Universidad, en señal de protesta contra el encarcelamiento de alumnos
delincuentes. Pero el objeto último de su ira eran los maestros mendicantes: su singular pobreza,
constancia y hábito de estudio llenaba sus clases de alumnos (véase el caso de Alberto Magno) y ponía
en evidencia a los seculares.

El punto álgido de aquel enfrentamiento, que llegó a amenazar la vida de los mendicantes, llegó cuando
el doctor Guillermo de Saint Amour publicó sus tratados, Libro del anticristo y sus ministros y Contra los
peligros de los novísimos tiempos. Tomás escribió en octubre de 1256, unos meses más tarde del segundo
panfleto de San Amour, Contra los que impugnan el culto divino y, el papa Alejandro IV, ese mismo
mes, excomulgaría a San Amour, prohibiéndole la enseñanza y los sacramentos. El joven napolitano
contaría, a raíz de su respuesta a Saint Amour, con la confianza papal en cuestiones teológicas, y se le
asignó la revisión del Libro introductorio al Evangelio eterno, de influencias joaquinistas.

Enseñanza universitaria
Tras aquella destacada actuación se le concedió el doctorado con
la excepcional edad de 31 años, por lo cual, en 1256 ejerce como
maestro de Teología en la Universidad de París. Allí escribe
varios opúsculos de gran profundidad metafísica, como De ente
et essentia y su primera Summa o compendio de saber: el
Scriptum super Sententias. Además, goza del puesto de consejero
personal del Rey Luis IX de Francia.

En junio de 1259, Tomás es llamado a Valenciennes, junto con


Alberto Magno y Pedro de Tarentaise (futuro papa Inocencio V),
para organizar los estudios de la Orden, aprovechando que tenía
que trasladarse a su Italia natal. Estuvo durante un periodo de
diez años enseñando en Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo. En
esta época, Tomás termina la Summa contra gentiles, que sería la
guía de apología de la Orden en España, encarga la traducción de
numerosas obras de Aristóteles a su amigo erudito Guillermo de Detalle de Tomás de Aquino en el
Moerbeke, para evitar ciertos errores de interpretación cometidos Políptico Valle Romita de Gentile da
por los árabes, y comienza la redacción de la Summa Theologiae. Fabriano.
Es menester señalar que el papa Urbano IV lo nombró consejero
personal, y que le encargó la Catena aurea (Comentario a los
cuatro Evangelios), el Oficio y misa propia del Corpus Christi y la revisión del libro Sobre la fe en la
Santísima Trinidad, atribuido al obispo Nicolás de Durazzo.

El Aquinate fue enviado de vuelta a París, debido a la gran oposición que se había alzado en contra de su
figura y doctrina. Esta época, por ser la última, es la más madura y fecunda del Aquinate pues se
enfrentaría a tres brazos del pensamiento: los idealistas agustinistas, encabezados por Juan Peckham, los
seculares antimendicantes, dirigidos por Gerardo de Abbeville y, por último los averroístas, cuya figura
visible era Sigerio de Brabante. Tomás ya había asumido públicamente, numerosas ideas aristotélicas y
completó las Exposiciones de las más destacadas obras de Aristóteles, del Evangelio de Juan y de las
Cartas de Pablo el apóstol. Por otro lado, escribe sus famosas cuestiones disputadas de ética y algunos
opúsculos en respuesta a Juan Peckham y Nicolás de Lisieux, al tiempo que terminaba la segunda parte
de la Summa Theologiae.
Pero su gran lucha vino contra los averroístas: Sigerio de Brabante, máxima figura de la Facultad de
Artes, había manifestado en sus clases (no en sus obras, de lógica y física, como el Sophisma y su
comentario a la Física de Aristóteles) que el hombre no tenía naturaleza espiritual por lo que la razón
podía contradecir la fe sin dejar ambas de ser verdaderas. Tomás, líder indiscutible de la Facultad de
Teología, respondería ese mismo año con su De unitate intellectus contra averroistas terminando dicho
opúsculo con esta declaración:

He aquí nuestra refutación del error. No está basada en documentos de fe sino de razón, y en
los asertos de los filósofos. Si hay, pues, alguien que, orgullosamente engreído en su supuesta
ciencia, quiera desafiar lo escrito, que no lo haga en un rincón o ante niños, sino que responda
públicamente si se atreve. Él me encontrará frente a sí, y no sólo al mísero de mí, sino a
muchos otros que estudian la verdad. Daremos batalla a sus errores o curaremos su ignorancia
GK Chesterton Santo Tomás de Aquino. Espasa-Calpe 1941, p.84

Tras este desafío singular se dice, pues no consta entre sus biógrafos, que ambos se enfrentaron
públicamente13 y no sería descabellado, ya que Tomás había disputado con, por ejemplo, Peckham ante
la universidad14 pero lo históricamente válido es que Tomás salió ampliamente victorioso tras la
publicación del opúsculo, ya que, en primer lugar, Siger se retractó de muchas cuestiones en su De anima
intellectiva, y en segundo lugar, el obispo de París, Esteban Tempier condenaría a los pocos meses hasta
trece cuestiones esenciales del averroísmo, lo que provocó una gran huelga en la Facultad de Artes.

Regreso y muerte
Terminada su labor en Francia, se le encargó la fundación de un
nuevo capítulo provincial en Nápoles. Antes de ello, Tomás visitó
a su familia y a sus amigos, el cardenal Anibaldo degli Anibaldi y
el abad de Montecassino Bernard Ayglier.

En Nápoles debe destacarse que fue recibido como un rey, así


como la numerosa correspondencia que mantuvo, respondiendo
dudas al mismo Bernard Ayglier entre muchos otros. Sin
embargo, tan pronto comenzó la tercera parte de la Summa
Theologiae tuvo una singular experiencia mística (ya las había
tenido antes, está bien documentado15 ) tras la cual se le haría
imposible escribir:

Me han sido reveladas semejantes cosas que lo que he


escrito me parece paja.
Forment (2005, p. 21) Estatua de santo Tomás de Aquino,
ubicada en Santiago de Chile.
No obstante, accedió a la invitación del papa Gregorio X de
asistir al Concilio de Lyon II. Sin embargo, enfermó
repentinamente y tuvieron que acogerle en la abadía de Fossanova. Tomás murió haciendo una enérgica
profesión de fe el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina. Posteriormente, el 28 de enero de 1369, sus
restos mortales fueron trasladados a Tolosa de Languedoc, fecha en la que la Iglesia católica lo celebra.

La importancia y la gravitación política de Tomás de Aquino fue de tal magnitud, que aun existen dudas
acerca de la causa de su muerte. Ciertamente, se ha escrito sobre un posible envenenamiento por orden
del rey de Sicilia, Carlos de Anjou, según una afirmación sostenida por Dante Alighieri en el Purgatorio
de la Divina Comedia,16 epopeya escrita entre 1304 y 1321.

Después de su muerte, algunas tesis de Tomás de Aquino, confundidas entre las averroístas, fueron
incluidas en una lista de 219 tesis condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, en la Universidad
de París en 1277. A pesar de ello, tras varias profecías y milagros17 documentados con numerosos
testimonios, Tomás de Aquino fue canonizado casi a los 50 años de su muerte, el 18 de enero de 1323.
Las condenas de 1277 fueron inmediatamente levantadas en lo que respecta a Tomás de Aquino el 14 de
febrero de 1325.

Tomás de Aquino es uno de los intelectuales más profundos, sistemáticos y fecundos de la Historia.

Obra
La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa: teniendo en
cuenta que murió con cuarenta y nueve años y considerando que
al mismo tiempo llegaría a recorrer unos 10 000 kilómetros en
viajes a pie, se comprende que su obra sea calificada por algunos
como una hazaña inigualable. Josef Pieper comentaba:

Apenas puede creerse todo lo que escribió los últimos años


en París
Josef Pieper Doce lecciones sobre tomismo Ed. Rialp 1948,
p. 27

Sus obras más extensas, y generalmente consideradas más


importantes y sistemáticas, son sus tres síntesis teológicas o
Summas: Summa Theologiae, Summa contra Gentiles y su
Scriptum super Sententias. Aunque el interés y la temática
principal siempre es teológico, su obra abarca igualmente
comentarios de obras filosóficas, polémicas o litúrgicas. Resulta Super Physicam Aristotelis, 1595
especialmente conocido por ser uno de los principales
introductores de la filosofía de Aristóteles en la corriente
escolástica del siglo XIII y por representar su obra una síntesis entre el pensamiento cristiano y el espíritu
crítico del pensamiento aristotélico. A lo largo de la historia se le han atribuido obras espurias, que con el
paso del tiempo han dejado de ser consideradas de su autoría. Así, sus obras se encuentran divididas en:

Tres síntesis teológicas, o summas.


Nueve tratados en la forma de disputas académicas.
Doce disputas quodlibetales.
Nueve exégesis sobre las Sagradas Escrituras.
Una colección de glosas de los Padres de la Iglesia sobre los Evangelios conocida como
Catena aúrea.
Once exposiciones sobre los trabajos de Aristóteles
Dos exposiciones de trabajos de Boecio.
Dos exposiciones de trabajos de Proclo.
Cinco trabajos polémicos.
Cinco opiniones expertas, o responsa.
Quince letras sobre teología, filosofía o temas políticos.
Un texto litúrgico.
Dos oraciones famosas.
Aproximadamente 85 sermones.
Ocho tratados sobre teología.

Pensamiento

Fe y razón
El pensamiento de Tomás de Aquino parte de la superioridad de las verdades de la teología respecto a las
racionales, por la sublimidad de su fuente y de su objeto de estudio: Dios. Aunque señala que la razón es
muy limitada para conocer a Dios, ello no impide demostrar que la filosofía sea un modo de alcanzar
conocimientos verdaderos:

En primer lugar porque no contradice a la teología, así lo dice:

Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su


falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido
confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso es contrario a lo verdadero, como
claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios
racionales sean contrarios a la verdad de la fe
Tomás de Aquino (2007, p. 53)

En segundo lugar, porque es la herramienta natural del hombre para conocer el mundo y el Aquinate,
como se ha visto, considera imposible pensar en la falsedad de la razón por lo connatural que no es. No
obstante, Tomás señala que de llegarse a una contradicción real y no aparente entre una conclusión de fe
y otra racional, la errónea es la de razón puesto que Dios es infalible. Un ejemplo de contradicción
aparente se encuentra en la cuestión de la Trinidad:

Tomás, por razón, señala que "Dios es simple", y, por fe, que es "trino", pero para ser trino (que no triple)
hace falta ser uno, es decir simple, por lo que fe y razón no se contradicen, sino que la gracia de la fe
supone (acepta) y eleva (perfecciona) la naturaleza, racional en este caso.

Ontología
Tomás, como máximo exponente de la figura de Aristóteles, tiene en el ser el punto de partida de su
esquema del pensamiento. El Aquinate comienza su ciencia en el ente, que se define como lo que está
siendo. Ahí introduce su innovadora distinción entre esencia y existencia. Ya que podemos actualizar
interiormente la esencia de un objeto (su figura, sus límites), independientemente de que exista, de que
tenga realidad propia, contenido propio, hay que concluir que ambos son principios diferentes. Tomás
asocia la esencia, por ser limitación, con la potencia aristotélica, y la existencia, por ser perfección, como
acto; en esta independencia de la existencia respecto a la esencia radica la cuestión de la contingencia de
los objetos y de toda metafísica en general. Al hilo de ello, Tomás se refiere a Dios, que es plenamente
subsistente no-contingente luego su existencia se encuentra en su esencia, se define como el ser propio y
absoluto, el Ser, como se verá más adelante.

La siguiente innovación radica en las propiedades inherentes del ser, o trascendentales, que son tres:
Unidad: Un ente, por Principio de no contradicción, es una
realidad simple, es decir, incontradictoria. Esto enlaza con lo que
dijo Aristóteles:

El Ser y el Uno son la misma cosa


Aristóteles Metafísica. Alianza Editorial, 2011, p.112

Verdad: Se dice aquí que todo ente es inteligible, que cualquier


ente cabe de ser pensado. La verdad sería pues la propiedad de
cognoscibilidad del ente, cosa afirmada por Agustín de Hipona y
reforzada por Tomás en su famosa definición:

Conformidad del entendimiento con su principio, las cosas


Tomás de Aquino. Suma Teológica Tomo I. BAC, 1947, pg.
639

Bondad: Ya que el mal, por ser mera corrupción, no existe como


tal, como ente, no hay ente que sea "malo", así pues, todo ente es Super libros de generatione et
corruptione
bueno, apetecible por la voluntad.

La ontología de Tomás no es, pues, una metafísica de las esencias


y de las categorías como venía siendo tiempo atrás sino de algo aún más profundo: del ser mismo 18 lo
cual conlleva un punto de vista más real, optimista y exacto.

Conocimiento
La teoría del conocimiento de Tomás de Aquino es un rescate de la defendida por Aristóteles. Para ambos
el entendimiento toma la forma genérica y substancial de los objetos del exterior (percibida a través de
los individuos, plenamente reconocidos por la intencionalidad del esciente) y la abstrae, dando lugar a la
especie o universal en acto. En ello radica la diferencia cognoscitiva entre hombre y animal, ya que el
universal es un elemento indispensable para toda ciencia, que sólo puede alcanzar el hombre.

La novedad de Tomás en este tema reside en su respuesta al problema de los universales. Dicho
problema, mencionado primeramente por Porfirio en su Isagoge, analiza el modo de ser del universal. Ya
que esta cuestión es de capital importancia antropológica (Está visto arriba), directa o indirectamente las
grandes figuras intelectuales de la Edad Media como Agustín de Hipona, Escoto Eriúgena, Anselmo de
Canterbury, Pedro Abelardo o Sigerio de Brabante tomaron postura en la polémica. Tomás no sería
menos y dio la siguiente solución, destacando tres estados reales del universal:19

Ante rem (Anteriores a la cosa): En la mente de Dios, por ser Creador del mismo, como
arquetipo de los entes de la realidad material.
In re (En la cosa): Como estructura que conforma la especie de un objeto singular. Está
mezclado con la materia, por lo que, como tal, en el aspecto sensitivo es potencial e
imperceptible.
Post Rem (Posteriores a la cosa): Como conceptos lógicos, abstraídos de los entes reales
materiales y, necesariamente por lo dicho arriba, inmateriales.

Existencia de Dios
En su obra Suma teológica, Tomás sostiene que la existencia de Dios es demostrable, además de
responder a las objeciones de hacia su existencia como el problema del mal.20

Si el mal existe, Dios existe. Pues no existiría el mal una vez quitado el orden del bien, del cual
el mal es privación. Pero este orden no existiría, si no existiera Dios
Summa contra Gentiles - Parte III - Cuestión 71

Dios permitiría que hubiera algún tipo de mal si se sacara un bien.21 A pesar del gran optimismo de
Tomás respecto a la cognoscibilidad de Dios, este no estaba dispuesto aceptar cualquier vía para
demostrar la existencia de Dios. Su realismo aristotélico provocó numerosos enfrentamientos con los
agustinistas, y, entre otras cuestiones, con el muy discutido argumento ontológico; es poco menos que
impresionante apreciar que Tomás, por defender la verdad, es capaz de negar uno de los pilares
doctrinales de un Doctor de la Iglesia, que él, como devoto creyente, considera casi infalible.

Tomás, muy por delante de las futuras exposiciones empíricas (Hume y Kant), da dos razones simples y
fáciles de entender para negar la conclusión del argumento. Una radica en la evidencia de la idea de Dios:

Que Dios existe, es ciertamente evidente en sí, porque es su mismo ser, pero con respecto a
nosotros, Dios no es evidente. Que el todo sea mayor que las partes es, en sí, absolutamente
evidente. Pero no lo es para el que no concibe el todo. Y así sucede con nuestro entendimiento
Tomás de Aquino (2007, p. 60)

Otra radica en la existencia de la idea de Dios:

Y de que concibamos intelectualmente el significado del término "Dios" no se sigue que Dios
sea existente sino concebido en el entendimiento. Y en consecuencia, el ser más perfecto que
se pueda pensar no es necesario que se dé fuera del entendimiento
Tomás de Aquino (2007, p. 60)

Aquí Tomás distingue "pensar algo como existente" y "pensar algo ya existente", señalando que la
existencia que pide Anselmo es necesidad, es un deber-ser meramente intelectual, no existencial.

Cinco Vías
La demostración de la existencia de Dios, ofrecida en una formulación sintética a través de las así
llamadas "Cinco Vías" es un punto breve en la magna obra de Tomás. No obstante, su exposición es tan
completa y sistemática que ha hecho sombra a Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona o Anselmo de
Canterbury y se ha convertido en el modelo de la filosofía clásica respecto a este punto.22 Las Vías
tomistas son una demostración de la existencia de Dios a posteriori:23

La Primera Vía se deduce del movimiento de los objetos. Tomás explica mediante la
distinción de acto y potencia, que un mismo ente no puede mover y ser movido al
momento, luego todo aquello que se mueve lo hace en virtud de otro. Se inicia, pues, una
serie de motores, y esta serie no puede llevarse al infinito, porque no habría un primer
motor, ni segundo (es decir, no habría comunicación de movimiento) por lo tanto debe
haber un Primer Motor Inmóvil que se identifica con Dios, principio de todo.
La Segunda Vía se deduce de la causa eficiente (pues todo objeto sensible está limitado
por la forma, de ahí que no sea eterno y sí causado). Se inicia, por lo tanto, una serie de
causas análoga a los motores que termina en una Causa Incausada, identificada con Dios,
creador de todo.
La Tercera Vía se deduce a partir de lo posible.
Encontramos que las cosas pueden existir o no, que
pueden pensarse como no existentes y por lo tanto son
contingentes. Es imposible que las cosas sometidas a
la posibilidad de no existir lleven existiendo
eternamente pues en algún momento habrían de no
existir. Por lo tanto debe haber un Ser Necesario que
se identifica con Dios, donde esencia y existencia son
una realidad.
La Cuarta Vía se deduce de la jerarquía de valores de
las cosas. Encontramos que las cosas son más o
menos bondadosas, nobles o veraces. Y este "más o
menos" se dice en cuanto que se aproxima a lo máximo
y (ya que los grados inferiores tienen su causa en algo
genéricamente más perfecto) lo máximo ha de ser
causa de todo lo que pertenece a tal género. La causa
de la bondad y la veracidad se identifica con Dios, el
Ser máximamente bueno.
La Quinta Vía se deduce a partir del ordenamiento de
las cosas. Tomás recuerda cómo los cuerpos naturales,
siempre o a menudo, obran intencionadamente con el Triunfo de Santo Tomás de Aquino
fin de lo mejor, muchos incluso sin conocimiento. Llegó por Benozzo Gozzoli.
a decir, fiel a Aristóteles, que cada ente, como causado,
debe tener un orden dado, tanto por razón de su forma
(esencia) como de su existencia y, remontándonos en la serie de causas finales, esto sólo
es posible si hay un Ser supremamente inteligente, que es Dios.
Asimismo, Tomás defendió, con gran éxito, frente a Juan Peckham la posibilidad de que el mundo fuera
causado y eterno al mismo tiempo, es decir, con término de ser pero no de movimiento físico,
demostrando su cercanía con el pensamiento clásico griego:

Porque la causa completa y su efecto son simultáneos. Pero a Dios nunca le falta ningún
complemento. Por tanto su efecto siempre puede darse, dado Dios, y así, no es necesario que
preceda en duración a su efecto.
«Sobre la eternidad del mundo» (https://mercaba.org/Filosofia/AQUINO/de_eternitate_mundi.
htm).

Luego Dios se entiende como primer motor, causa primera, ser necesario, ser perfecto y fin último.
Muchas de las numerosas críticas a esta propuesta de Tomás se deben a tres fenómenos:

Lectura imprecisa
Se le ha criticado que no explicaba la solución a la serie de infinitos, ni la contingencia de
los cuerpos o que emplea el principio de razón suficiente y mal24 pero ninguna
afirmación es cierta, como se puede ver, estas críticas proceden de una lectura imprecisa
de sus escritos.

No admitir algunas premisas


Un caso notorio a este respecto es el del científico e intelectual Richard Dawkins quien
señaló, entre otros, tres aspectos imposibles de las Cinco Vías:
Que la causalidad habría de aplicarse igualmente a Dios, por ser supuestamente objeto
de estudio (y de causa) por lo que no sería tal (citando a Immanuel Kant).
Que también los valores negativos, como "la hediondez", necesitaban de un máximo
igualmente, por lo que Dios no sería tal.
Por último, que la omnipotencia de Dios le haría conocedor de su futuro y apto para
negarse a sí por lo tanto no sería tal (Richard Dawkins exhibe en otras obras las múltiples
contradicciones lógicas de Dios, como las referidas a la omnisciencia, la bondad
absoluta, la atemporalidad o su origen).25

Las premisas que Dawkins no admite son:

Que la causalidad ha de detenerse necesariamente en un punto incausado, también


llamado Dios. Como Dawkins aclara esta premisa asume a priori que Dios es
incausado, convirtiéndose en una falacia de petición de principio.
Que la hediondez es una corrupción de la bondad (verdadero valor) en cuanto olfativa.
Por último, que Dios no tiene futuro, no existe término alguno en Él, pues es
absolutamente inmutable e inmóvil. Dawkins responde que si Dios es inmutable y
atemporal no se puede entender que cambie de opinión como se constata en la Biblia.

Error terminológico
Arthur Schopenhauer criticaba que la necesidad era un efecto de un principio. Esa
definición, bien conocida por Tomás, se aplica a la analítica lógica, por eso es incompleta.
Tomás se refiere a la necesidad como tal de la existencia, que se contiene en la
naturaleza divina.

También se le ha criticado que dicho Dios no tiene por qué ser el Dios cristiano, sino que podría ser el
Uno de Plotino o la Causa Incausada de Aristóteles. A esto hay que decir que el Dios de las Cinco Vías
es el ser por esencia, el acto puro y propio que se lee en el Éxodo, capítulo 3, versículo 14:

"Yo soy el que es26 "

Tomás argumentó que Dios es a lo que se denomina como el fundamento de lo que es, luego la
proposición "Dios existe" es necesariamente verdadera, porque en ella el sujeto y el predicado son lo
mismo.27 28

"Pues si las cosas, entre sí diversas, coinciden en algo, es necesario que haya alguna causa de
tal coincidencia, ya que las cosas diversas no coinciden entre sí por sí mismas. Por eso, cuando
entre cosas diversas se encuentra algo común, es necesario que este algo tenga alguna causa.
[...] Por lo tanto, es necesario que haya un principio del ser por el que tengan ser las cosas,
incluso las más diversas, tanto si son invisibles y espirituales como si son visibles y
corporales."
Suma teológica, Parte I, Cuestión 65, Artículo 1 (http://hjg.com.ar/sumat/a/c65.html)

Esencia de Dios
Tomás, como se ha visto, dejó claro que (debido a su inmensidad) no podemos contemplar a Dios como
tal y señaló que la mejor forma de conocer a Dios sería mediante su Revelación directa: la Biblia,
especialmente el Nuevo Testamento, la Tradición apostólica y el Magisterio de la Iglesia.

Sin embargo, desde el punto de vista estrictamente filosófico, se habría de conocer a Dios no mediante
dichas fuentes sino del modo en que está ordenada la razón natural: tomando las cosas sensibles (los
efectos) y abstraerse a sus principios (la causa) o fines. Una vez realizado ese proceso se establece qué
tienen en común y qué no, es decir, las dos Vías del Conocimiento de Dios:

Vía negativa
El Aquinate afirma en su Summa contra gentiles que
en Dios no hay composición, violencia, corporeidad o
potencia alguna, no porque le falten dichos rasgos y
parezca, así, incompleto, sino porque está por
encima de todo límite o posibilidad.

De esta manera, eliminando predicados "negativos" obtenemos


una imagen más exacta de Dios, que es, por oposición, simple,
perfecto, natural, incorpóreo y acto puro.

Vía afirmativa
Se trata de predicar las cualidades de todos aquellos
atributos de bondad, veracidad y otros valores
"positivos" pues Dios es causa en todo cuanto hay de
bueno en la tierra, y por lo tanto, como está dicho en
la Cuarta Vía, él es la pura Bondad, Verdad etc...

Este modo de relacionar sujetos entre sí por su parecido, fruto de


la proporcionalidad de ciertos predicados es lo que Tomás llama Santo Tomás de Aquino (1650), de
Murillo. Óleo sobre lienzo. 96x68 cm.
analogía. Aunque es una herramienta definida y empleada como
tal por primera vez por Aristóteles, no era sino un aspecto de la
sofística sin analizar internamente, de lo cual se ocuparía Tomás. Este distinguió dos clases de analogías:

De proporcionalidad
Se da en un conjunto de objetos, con distinta naturaleza por la distinta entidad de estos.
Es de forma "horizontal" y según el atributo, puede ser propia o metafórica.

De atribución
Se da desde un "primer analogado" activo o un "analogado" pasivo, por lo que es de
forma "vertical".

La novedad de Tomás radica no sólo en tal distinción sino en emplear este nexo lógico en un campo
existencial y sumándole el concepto de "eminencia" (Dios posee el atributo de modo supremo por lo que
está absolutamente identificado con tal). La metafísica de Aquino es también platónica, usando el
concepto platónico de participación.29 Santo Tomás, que cita a San Agustín a propósito de las Ideas
Divinas, enseña que hay en el Espíritu divino una pluralidad de Ideas (Suma Teológ., 1, 15, 2),
rechazando la opinión de Platón de que las Ideas están «fuera» de la Mente divina como causas
ejemplares (Suma Teol., 1, 15, 1 ad 1). Explica que no quiere decir que haya en Dios una pluralidad de
especies accidentales, sino que Dios, conociendo como conoce perfectamente su Esencia, sabe que es
imitable (o participable) por una pluralidad de creaturas.

El alma y el cuerpo
La enseñanza filosófica del Aquino sobre la entidad y relación del alma y cuerpo viene recogida, en gran
medida, en la respuesta que da al averroísmo y a su Teoría de la unidad del intelecto o entendimiento:

Fruto de la exégesis neoplatónica de Alejandro de Afrodisias de los textos aristotélicos, así como del
extremismo teocentrista arábigo, el filósofo árabe Averroes, evolucionando la opinión del verdadero
precursor, Avicena, defendió que el intelecto agente, el actualizador del universal, era Alá, y que tal
universal el género humano lo asimilaba y hacía ciencia con él en el intelecto posible (que era único para
todos) por lo que ninguna alma tenía, como individuo, nada incorpóreo; así pues, ninguna era inmortal.
Averroes indicaba que la relación entre entendimiento y alma humana se daba mediante la fantasía,
entendida como facultad de conocimiento sensitivo, propia del animal. A esto dicho filósofo añadía,
como nos ha dejado constancia Tomás, que ésta era la opinión de Aristóteles, pues él decía que el
entendimiento era impasible, inmixto y separado30

Para entender la singular energía de Tomás en respuesta a esta opinión habría que caer en la cuenta de
dos aspectos de la misma.

Traicionaban y confundían el legado de Aristóteles, provocando que el Aquinate fuera


objeto de innecesarias críticas (de Buenaventura de Fidanza por ejemplo)
Negaba, a través de elementos verdaderos, toda relación posible del hombre con Dios, lo
que daría pie a la Teoría de la doble verdad donde se despreciaba la fe y confundía la
persona de Jesucristo, haciéndola pasar por un sujeto doble, divino y humano, como lo
hace hoy el modernismo teológico y la teología de la liberación.
Vistos estos puntos se puede entender la energía del Aquinate en responder a Sigerio, pero no lo hace
desde el sentimiento y la sofística sino, como se verá, desde el sentido común y la sencillez:

El individuo es hombre porque entiende mediante su entendimiento posible. Si este hombre


tiene una fantasía distinta de aquél pero no otro entendimiento posible sino uno idéntico,
seguíriase que son dos animales y un único hombre, que es evidentemente imposible, luego no
hay un único entendimiento posible
Tomás de Aquino (2007, p. 528)

Los fantasmas o imágenes, que son entendidos en potencia, son diversos, lo que da la especie
ha de ser uno pues la especie es una y a lo uno corresponde luego el hombre no recibe la
especie por los fantasmas
Tomás de Aquino (2007, p. 529)

Si el entendimiento posible es algo del alma humana y se multiplica en atención a los


individuos, como ya se demostró, por proporción igual será el entendimiento agente, y no uno
para todos
Tomás de Aquino (2007, p. 554)

Del mismo modo, criticaría que la opinión de Aristóteles no era tal pues él afirmó por escrito que el
entendimiento es potencia genérica del alma mediante el cual opina y entiende31 por lo tanto el que esté
separado e inmixto se toma respecto a otras potencias del individuo.

A partir del asentimiento de Tomás a el intelectualismo del alma, afirmará, por ser recipiente del
universal, que ésta es inmaterial e incorruptible. Respecto al cuerpo, Tomás criticó a Platón de rechazarlo
y de afirmar la unión de ambos como accidental, por lo que defendió la unidad sustancial de ambos y su
identidad como un solo sujeto.

Sobre las herejías


Tomás de Aquino pertenecía a la Orden Dominicana que comenzó como una orden dedicada a la
conversión de los albigenses y otras facciones heterodoxas, al principio por medios pacíficos; más tarde
los albigenses fueron tratados mediante la cruzada albigense. En la Summa theologiae, escribió:

En los herejes hay que considerar dos aspectos: uno, por parte de ellos; otro, por parte de la
Iglesia. Por parte de ellos hay en realidad pecado por el que merecieron no solamente la
separación de la Iglesia por la excomunión, sino también la exclusión del mundo con la muerte.
En realidad, es mucho más grave corromper la fe, vida del alma, que falsificar moneda con que
se sustenta la vida temporal. Por eso, si quienes falsifican moneda, u otro tipo de malhechores,
justamente son entregados, sin más, a la muerte por los príncipes seculares, con mayor razón
los herejes convictos de herejía podrían no solamente ser excomulgados, sino también
entregados con toda justicia a la pena de muerte.
Suma teológica, Parte II, Cuestión 11, Artículo 3 (http://hjg.com.ar/sumat/c/c11.html#a3)

Si alguno, después de abjurar del error, fuera sorprendido reincidiendo en la herejía que abjuró, la
sugerencia de Tomás exige específicamente que los herejes sean entregados al juicio secular.

La Iglesia, por institución del Señor, extiende a todos su caridad; no sólo a los amigos, sino
también a los enemigos y perseguidores, a tenor de las palabras de San Mateo: Amad a
vuestros enemigos; haced el bien a los que os odian (Mt 5,44). Pues bien, a la caridad incumbe
no solamente querer, sino también procurar el bien del prójimo. Pero hay un doble bien. Está,
primero, el bien espiritual, que es la salvación del alma, y al cual se encamina principalmente
la caridad. Ese bien debe quererlo cualquiera, a los otros por caridad. Por eso, desde este punto
de vista, admite la Iglesia a penitencia a los herejes que vuelvan, aunque sean relapsos, pues de
este modo los incorpora al camino de la salvación. [...] Mas cuando, admitidos, reinciden, es
una muestra de su inconstancia en la fe; por eso, si vuelven, son recibidos a penitencia, pero no
hasta el extremo de evitar la sentencia de muerte.
Suma teológica, Parte II, Cuestión 11, Artículo 4 (http://hjg.com.ar/sumat/c/c11.html#a4)

En cuanto a los judíos, Tomás argumenta a favor de la tolerancia de sus personas y sus ritos religiosos.

Ley natural
Tomás de Aquino tuvo uno de los sistemas éticos mejor desarrollados, tratando temas como la axiología,
las pasiones, teoría de la virtud, ética normativa, ética aplicada, derecho y gracia.32 Para Tomás ley es un
mandato racional que debe tener como propósito la preservación y promoción del bien común de una
comunidad en particular.33 Distingue cuatro tipos de leyes:34

1. La ley eterna, que es el orden que Dios impone al universo entero;


2. la ley humana, que consiste en todas las reglas aprobadas por los sistemas legales
humanos;
3. la ley divina, que son todos los mandamientos divinos y solo se puede conocer por medio
de la revelación;
4. y por último la ley natural, que es un conjunto de principios morales básicos enraizados en
la naturaleza que se pueden conocer mediante la razón.
La teoría ética y moral de Aquino esta basada en este último principio que tomó del pensamiento
estoico.34 Al igual que Aristóteles, para Aquino cada ser actúa por un fin y el ser humano tiene un fin
último. El fin último del hombre es el bien de su especie, su plenitud-perfección, alcanzar la felicidad, la
cual es imperfecta imperfecta. Para obtenerla debe responderse a su naturaleza, a su forma humana, y que
el ser humano entiende a Dios, Sumo Bien, por el dictamen de su intelecto es como llega al bien (del cual
da Dios razón) de las cosas.35 Ya que todo ente tiene una forma, con sus límites y medidas, según esas
leyes de naturaleza, el hombre alcanza su bien, su virtud. A ello se le llamaría ley natural, que son
verdades necesarias que refleja Dios. Luego todos los seres humanos desean la unión contemplativa con
Dios y solo la felicidad humana en el cielo es perfecta.32
Al igual que John Stuart Mill, Tomás señalo que el bien conduce
a acciones que son placenteras, característica necesaria para la
felicidad. También diferenció entre el placer intelectual, que es
bueno per se; y corporal, que es natural y algunos pueden ser
malos pero no per se.32 Por ejemplo, el placer sexual es natural y
bueno dentro del matrimonio. Incluso un pecado venial que no
sea inconsistente con la razón no es necesariamente malo:

Mas de esto no se sigue malicia moral, como tampoco el


sueño en el que está ligado el uso de la razón es moralmente
malo si se ha entregado uno a él conforme a la razón,
porque también es propio de la misma razón el que a veces
se interrumpa su uso. Decimos, sin embargo, que esta
ligadura de la razón por el deleite en el acto conyugal,
aunque no implique malicia moral, porque no es pecado
mortal ni venial, proviene, no obstante, de cierta malicia
moral, esto es, del pecado de nuestro primer padre, pues
esto no se daba en el estado de inocencia, como consta de lo
que ya se ha dicho. Santo Tomás de Aquino por Pedro
Suma teológica, Parte I-II, Cuestión 34, Artículo 1 (http://hj Berruguete y Justo de Gante.
g.com.ar/sumat/b/c34.html#a1)

La visión política del Aquinate es una extensión de su filosofía moral en cuanto a la responsabilidad y
autoridad en una comunidad.36 Tomás trata de explicar la ley humana, que varía dependiendo de las
circunstancias con base en la ley natural. A diferencia de algunos filósofos políticos, Tomás sostiene que
la autoridad humana es la consecuencia lógica del fin natural del ser humano como animal racional y
social.33 En consecuencia, la ley positiva, si es contraria a la ley natural, es injusta pues atenta contra el
bien del hombre. De este modo, la ley natural expresa la libertad del hombre y exige una ordenación
racional de su conducta. Esto explica que, para Tomás de Aquino, la peor forma de gobierno es la tiranía.
Tomás de Aquino recoge las virtudes aristotélicas cuya realización está en el justo medio. Esto se ve
corroborado, profundizado y trascendido por la revelación cristiana. Según ésta, el compendio de la ética
es el amor al prójimo, que es querer el bien de todo hombre. Tomás piensa que un gobierno justo es aquel
que se rige por el bien común, siendo la mejor forma de gobierno una monarquía limitada mixta entre la
aristocracia y la democracia33 descrito tanto en la Biblia como en la Política de Aristóteles.37 Para el
Doctor Angélico, la monarquía no era contraria al republicanismo.

La ética de Aquino fue criticada por Juan Duns Escoto. Él mantuvo que muchas de las llamadas verdades
morales inmutables que señala Aquino son contingentes y dependen de la voluntad de Dios, luego la
razón y la revelación no coinciden tanto como Tomás creía.38 Guillermo de Ockham también rechazo la
ley natural de Aquino como base ética sosteniendo que depende enteramente del mandato divino.39
Immanuel Kant en su obra Crítica de la razón práctica criticó la concepción del bien como base ética en
de Aquino afirmando el deber como base moral y que la ley moral viene dada desde dentro del propio
individuo.

Guerra justa
Tomás de Aquino, basándose en San Agustín, escribe al referirse a la guerra justa: "Para que la guerra sea
justa, se requieren tres condiciones.
Primera parte de la obra: la autoridad del príncipe bajo cuyo mandato se hace la guerra. No incumbe a
la persona particular declarar la guerra, porque puede hacer valer su derecho ante tribunal superior;
además, la persona particular tampoco tiene competencia para convocar a la colectividad, cosa necesaria
para hacer la guerra. Ahora bien, dado que el cuidado de la república ha sido encomendado a los
príncipes, a ellos compete defender el bien público de la ciudad, del reino o de la provincia sometidos a
su autoridad. Pues bien, del mismo modo que la defienden lícitamente con la espada material contra los
perturbadores internos, castigando a los malhechores, a tenor de las palabras del Apóstol: «No en vano
lleva la espada, pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra mal» (Rm 13,4), le
incumbe también defender el bien público con la espada de la guerra contra los enemigos externos. Por
eso se recomienda a los príncipes: «Librad al pobre y sacad al desvalido de las manos del pecador» (Ps
81,41), y San Agustín, por su parte, en el libro Contra Faust. enseña: «El orden natural, acomodado a la
paz de los mortales, postula que la autoridad y la deliberación de aceptar la guerra pertenezca al
príncipe»43

Segunda: Se requiere causa justa. Es decir, que quienes son atacados lo merezcan por alguna causa. Por
eso escribe también San Agustín en el libro Quaest: «Suelen llamarse guerras justas las que vengan las
injurias; por ejemplo, si ha habido lugar para castigar al pueblo o a la ciudad que descuida castigar el
atropello cometido por los suyos o restituir lo que ha sido injustamente robado»44

Tercera: Se requiere, finalmente, que sea recta la intención de los contendientes; es decir, una intención
encaminada a promover el bien o a evitar el mal. Por eso escribe igualmente San Agustín en el libro De
verbis Dom.: "Entre los verdaderos adoradores de Dios, las mismas guerras son pacíficas, pues se
promueven no por codicia o crueldad, sino por deseo de paz, para frenar a los malos y favorecer a los
buenos". Puede, sin embargo, acontecer que, siendo legítima la autoridad de quien declara la guerra y
justa también la causa, resulte, no obstante, ilícita por la mala intención. San Agustín escribe en el libro
Contra Faust.: «En efecto, el deseo de dañar, la crueldad de vengarse, el ánimo inaplacado e implacable,
la ferocidad en la lucha, la pasión de dominar y otras cosas semejantes, son, en justicia, vituperables en
las guerras»45

Influencias y repercusiones
Tomás, aun siendo teólogo, destacó por haber leído y estudiado exhaustivamente a todos los intelectuales
referenciales del momento, filosóficos incluidos, de ahí que pudiera alcanzar una síntesis tan extensa y
consistente. Los materiales para su pensamiento son de muy diverso origen:

En primer lugar de Platón. A él se le debe cierta doctrina de la participación (aún no plenamente


metafísica), para explicar la relación entre Dios y las criaturas, así como la cuestión de los grados de
perfección. Tomás también conocía a los estoicos como antecedentes de la idea tomista de ley natural.

De Aristóteles coge sus teorías principales, aunque con la perspectiva cristiana del ser, como se ha visto
antes. Los conceptos de forma y materia, acto y potencia, substancia y accidentes y Dios como
fundamento último de los movimientos de la realidad (primera y quinta Vía). Asume toda su teoría del
conocimiento y las bases de su antropología: la concepción formal del alma, su división tripartita, etc. En
Ética y Política recoge el concepto y la clasificación aristotélica de la virtud y completa sus aportaciones
sobre la ley natural (base del derecho natural, que, aún defendido por John Locke e Inmanuel Kant, es
metafísico), y completa estos esquemas con la referencia a la ley eterna y las virtudes teologales (ajenas a
la misma cultura griega). Por otra parte, la Lógica la acepta íntegramente desde su juventud.
Del pensamiento musulmán y judío, además de acoger sus comentarios a
Aristóteles destaca por su atención a Avicena en su distinción (aún inexacta,
debido a su esencialismo) entre esencia y existencia, y en la formulación de
la Tercera Vía. Por otro lado, de Maimónides recoge la defensa de la
creación de la nada y su modo de entender las relaciones entre la fe y la
razón. En cuanto a lo cristiano, es fundamental recordar su adhesión
inquebrantable a la Biblia, los Decretos de los Concilios y los Papas (destaca
Gregorio Magno por sus tratados morales y pastorales). Entre los Padres de
la Iglesia destaca, eminentemente, Agustín de Hipona en la relación de los
atributos de Dios, la idea de la creación o la tesis de la inmaterialidad del
alma, la cuestión de la Trinidad entre muchas otras (afinadas por su
aristotelismo)

De otros neoplatónicos como Pseudo Dionisio Areopagita asume los


aspectos neoplatónicos de sus obras, como el concepto de participación y las
grados de perfecciones, en clave teológica. De Boecio, sus aportes a los
dogmas trinitarios y cristológicos. Alberto Magno, en último lugar, le
introduje en el conocimiento de Aristóteles y le inició en la cuestión de los
trascendentales.

Respecto a su influencia posterior, Tomás jugó un papel capital, nunca antes


visto en la Iglesia católica, como referencia y modelo de pensamiento, tanto
en la Inquisición como en el Concilio de Trento. En el siglo XV sus
seguidores son muy diversos: el canciller Juan Gerson, el inquisidor Tomás
de Torquemada y Girolamo Savonarola. En el siglo XVI defienden su
doctrina y figura el papa Pío V (que lo nombró Doctor de la Iglesia) y un
buen número de distinguidos españoles como el fundador de la Compañía de
Jesús Ignacio de Loyola (cuya lectura él decreta en el Cap. 14, punto 4° de
las Constituciones46 ), el Doctor místico Juan de la Cruz (que emplea
Vidriera de Santo Tomás
constantemente sus principios para explicar los mecanismos espirituales), el de Aquino en la Catedral
cardenal Tomás Cayetano, Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Más de Thurles.
tarde, asentando la reforma contra el protestantismo en el siglo XVII,
destacan el obispo Francisco de Sales, Juan de Santo Tomás, Francisco
Suárez y Domingo Báñez.

En el siglo XVIII, a pesar de la poderosa aparición del racionalismo y, a raíz de él, el empirismo (entre
ilustrados) y ontologismo (entre católicos como Nicolas de Malebranche) cabe mencionar las
aportaciones del cardenal Juan Tomás de Boxadors y los obispos Alfonso María de Ligorio y Jacques
Bossuet. La descripción de la ley natural de Tomás de Aquino se convirtió en la enseñanza moral católica
y fue ampliamente adoptada por los éticos no católicos anteriores al siglo XIX.34 Durante la Ilustración,
el tomismo fue visto en términos despectivos como tradicionalismo.47

Ante las nuevas corrientes intelectuales como el idealismo romántico, nihilismo vitalista, filosofía de la
conciencia (Henri Bergson) y Fenomenología, así como una rama fideísta ultra-católica (Louis Eugène
Marie Bautain, Louis de Bonald y el joven Félicité Robert de Lamennais), la Iglesia católica recomendó
directamente a Tomás para un estudio veraz, acorde a la fe católica. Según William Inge, Tomás «está
más cerca de Plotino que del verdadero Aristóteles».48 Ya en el siglo XIX, el filósofo Bertrant Russell
criticó su filosofía por tener poco del verdadero espíritu filosófico: «No se dispone a seguir, como el
Sócrates platónico, adonde quiera que su argumento le pueda llevar. [...] Antes de empezar a filosofar ya
conoce la verdad; está declarada en la fe católica. [...] No puedo, consiguientemente, admitir que merezca
ser colocado en el mismo plano de los mejores filósofos de Grecia o de los tiempos modernos».49
Anthony Kenny criticó a Russell de hacer lo mismo, ya que en el libro Principia Mathematica toma
cientos de páginas para demostrar que dos y dos son cuatro, algo que ya creía toda su vida.50

Tomás es recomendado por los papas León XIII (es famoso por su encíclica Aeterni Patris) y Pío X
(destacó su motu propio Doctoris Angelici) con el apoyo de los cardenales Désiré Félicien-François-
Joseph Mercier, Tomás Zigliara y Zeferino González, al tiempo que surgen los grandes inspiradores del
neotomismo: Pierre Mandonnet y Ambroise Gardeil. Y, al fin, en el siglo XX se trata de los papas Pío XI
(Studiorum Ducem), Juan Pablo II (formado en el Angelicum) el canciller Etienne Gilson, Josef Pieper,
Reginald Garrigou-Lagrange, Jacques Maritain, Antonin-Dalmace Sertillanges y Sebastiaan Tromp.
Alasdair MacIntyre afirma que la síntesis de Tomás de Aquino del pensamiento de San Agustín con el de
Aristóteles es más profundo que otras teorías modernas.

En la Iglesia en general, es la referencia de los Concilios Trento y Vaticano I (en la constitución Dei
Filius), a la vez que se coloca como paradigma de estudios en general en el Vaticano II (se vuelve a
nombrar como autoridad a seguir en cuestiones especulativas y metafísicas51 ) y en el Código de Derecho
Canónico (can. 589 y 1366). De hecho, hoy, numerosos escritos de los Papas vuelven constantemente a
él.

Figura en el Calendario de Santos Luterano.

Véase también
Ciencia medieval
Cinco vías
Escolástica
Ética
Filosofía
Filosofía cristiana
Filosofía medieval
Genio (persona)
Metafísica
Neotomismo
Principio de doble efecto
Summa Theologiae
Teología
Tomismo
Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino

Referencias
ilustrada) sostiene que Tomás de Aquino
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calabrés del siglo XVII, en su obra Della sostenida también por Gabriele Barrio en
Calabria illustrata (http://books.google.es/b su obra De antiquitate et situ Calabriae (htt
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22&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwihoq7T46v vierte%20en%20la%20doctrina%20domina
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page&q=%22Tom%C3%A1s%20de%20Aq C%20y%20es%20absorbida%20por%20la
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Enlaces externos
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