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E INVISIBILIZADAS
Liliana Pauluzzi
Lic. en Psicología, miembra fundadora
del Grupo Reflexión Rosario y Casa de la Mujer.
Desde el año 1986 se dedicó a la investigación
de la educación sexual en las escuelas primarias de Rosario.
Violencia de Género
Los mitos y creencias forman parte del imaginario social que al ser in-
separables de la cuestión del poder, organizan universos de significa-
ciones que se inscriben en la organización de una sociedad; y en sus
instituciones; y en la subjetividad de hombres y mujeres por medio de
los dispositivos de poder.
Se dan mecanismos a través de los cuales los mitos logran su violen-
cia y eficacia en el disciplinamiento social.
Repetición de los discursos: de este modo discursos científicos, polí-
ticos, religiosos, jurídicos, de medios de comunicación, pedagógicos,
novelas, cine, teatro, artes plásticas, producen y reproducen los argu-
mentos que instituyen lo femenino y lo masculino en nuestra sociedad.
Organiza un universo de significaciones totalizadoras y esencialistas:
estipulan lo que es y debe ser un hombre y una mujer, negando y ex-
cluyendo la visibilidad, invisibilizada por el proceso socio-histórico de
construcción presentado como realidades naturales y ahistóricas; re-
gímenes de verdad con un gran poder de sanción o enjuiciamiento de
cualquier práctica, pensamiento o sentimiento que transgreda estas
verdades. Sus principios son utilizados como verdades universales.
Deniegan las estrategias biopolíticas que operan en forma muy dife-
rente, según las clases sociales, grupos étnicos o culturales, y que for-
man una sociedad.
Deslizamiento de sentido: volver equivalentes cuestiones disímiles. En
el mito mujer-madre, no es lo mismo decir que para ser madre se ne-
cesita ser mujer que afirmar que para ser mujer se necesita ser madre.
Sin embargo, esta ecuación de gran eficacia simbólica en nuestra cul-
GÉNERO Y VIOLENCIAS
Violencia Sexual
alguien querido.
A veces el silencio es comprado por medio del afecto. Es bastante
común con los padres abusadores. La dependencia afectiva es la que
hace que la víctima mantenga en secreto a veces la mayor parte de su
vida y otras, la vida entera, el trauma padecido.
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La traumatización puede tener distintas facetas ya sea por reexperien-
cias e intrusión a partir de alucinaciones, labilidad emocional, trastor-
nos de sueños, hipervigilancia, hiperactividad. O también se puede
manifestar en evitación y anestesia a partir de la petrificación afectiva,
aislamiento, pérdida de interés, trastornos de memoria, evitación fó-
bica, depresión y autodestrucción.
Cabe destacar que no es el mismo camino que tiene una niña a un
niño al ser abusado.
En el varón generalmente es muy corto el tiempo de ser abusado a ser
abusador, si bien, no todos los abusados van a ser abusadores. Si,
todos los abusadores han sido abusados ya sea física, emocional o
sexualmente, lo que no significa una justificación.
En cambio en las niñas son diferentes los caminos que pueden transi-
tar, si bien en todas hay una detención de la evolución emocional, que-
dan generalmente en un estadio infantil emotivo.
De acuerdo con los mecanismos de defensas utilizados en la etapa
del trauma, lo que les permite ser sobrevivientes del mismo, van a ser
los dispositivos que la llevaran a repetir conductas y relaciones que
las remiten al trauma, aunque muchas veces no lo recuerden.
En muchos casos parecería ser que la niña violentada, abandonada
en el tiempo, se hace presente en la vida adulta para exigir justicia, pi-
diendo la atención y la protección que no pudo pedir en su infancia. Re-
sultando incomprensible para el entorno que las enjuicia y las remite
nuevamente al lugar de niñas “malas”.
Muchas conductas incomprensibles, tanto para el entorno como para
ellas mismas, se van a dar en las sobrevivientes de abuso sexual. En
aquellas que el silencio y el secreto forman parte de la construcción
de su subjetividad; generalmente se sienten divididas en una guerra
constante entre una parte de sí, infantil que lucha con furia por salir de
la cárcel emocional en la que fue encerrada en aquel tiempo y una
parte adulta que mantiene cerradas todas las posibilidades de salidas
emocionales como aprendió que por lealtad a las personas adultas
tenía que llevar adelante.
En ocasiones las víctimas de abuso sexual extrafamiliar por un cono-
cido o intrafamiliar, o incesto paterno filial en la primera infancia, son
GÉNERO Y VIOLENCIAS
El Backlash:
Bibliografía:
Barudy, J. (1998) El dolor invisible de la infancia. Ed. Paidós. Barcelona.
Fernandez, A. M. (1993) La mujer de la ilusión. Ed. Paidós. Buenos Aires.
Giberti, E. y Fernández, A. M. (1989) Comp. La mujer y la violencia invisible. Ed.
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DERECHOS HUMANOS,
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