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Bogotá D.C.,
Doctora
CAROLINA POMBO RIVERA
Jefe Oficina Asesora Jurídica
Secretaría Distrital de Movilidad
Avenida Calle 13 No. 37- 35
Ciudad
Conforme a lo solicitado por esta Secretaría, mediante oficio con radicado 1-2018-13640,
su Despacho expuso la posición jurídica frente al asunto, planteando “la posible
configuración de un conflicto de interés en relación con la aprobación del Plan
Estratégico de Seguridad Vial, teniendo en cuenta que si bien la mencionada disposición
normativa no señala taxativamente ante qué Autoridad debe un Organismo de Tránsito
registrar el Plan Estratégico de Seguridad Vial para evitar ser juez y parte en la
estructuración y posterior aprobación de su propio Plan Estratégico, la Secretaría
Distrital de Movilidad, como Organismo de Tránsito, autoridad determinada para revisar y
avalar los Planes Estratégicos, se hallaría incursa en conflicto de interés al estructurar su
Plan Estratégico y proceder a su aprobación”.
El Título 2 del Decreto Nacional 1079 de 2015 “Por medio del cual se expide el Decreto
Único Reglamentario del Sector Transporte”, modificado y adicionado por el Decreto
Nacional 1906 de 2015, regula lo concerniente a la Seguridad Vial, entendida como e l
“conjunto de acciones, mecanismos, estrategias y medidas orientadas a la prevención de
accidentes de tránsito, o a anular o disminuir los efectos de los mismos, con el objetivo
de proteger la vida de los usuarios de las vías”.
Dentro de las estrategias previstas para el efecto, se encuentra la formulación de un
Plan Estratégico de Seguridad Vial, que como instrumento de planificación debe
contener las acciones, mecanismos, estrategias y medidas que deberán adoptar las
diferentes entidades, organizaciones o empresas del sector público y privado existentes
en Colombia que para cumplir sus fines misionales o en el desarrollo de sus actividades
posean, fabriquen, ensamblen, comercialicen, contraten, o administren flotas de
vehículos automotores o no automotores superiores a diez (10) unidades, o contraten o
administren personal de conductores, los cuales, deben adecuarse a las líneas de acción
del Plan Nacional de Seguridad Vial 2011-2016 1, con el fin de alcanzar la Seguridad Vial
y así evitar o reducir la accidentalidad vial de los integrantes de sus compañías,
empresas u organizaciones y disminuir los efectos que puedan generar los accidentes de
tránsito.
Teniendo en cuenta que las normas citadas no disponen nada en relación con el
procedimiento de adopción de los Planes Estratégicos de Seguridad Vial que formulan
los propios organismos de tránsito y, en concreto, si en dicho caso, es menester que una
1
Adoptado mediante Resolución 1282 de 2012 del Ministerio de Transporte. Mediante Resolución 2273 de
2014 de la misma entidad, se amplió su vigencia hasta el año 2021.
autoridad distinta a aquella, revise y avale tales Planes, conviene analizar el alcance de
las normas sobre conflicto de intereses para determinar si la formulación y posterior aval
por parte de la Secretaría Distrital de Movilidad de su Plan Estratégico de Seguridad Vial,
se enmarca en alguna de las causales previstas en la norma.
Sobre el conflicto de interés, la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado 2
ha señalado que:
“(iv) Debe tratarse de un asunto específico, esto es, que el conflicto ocurra frente a una
situación o actuación particular y concreta, pues no es dable predicarla de situaciones
hipotéticas generales y abstractas, en donde no es posible identificar los elementos
objetivos y subjetivos de las situaciones que entran en conflicto.
(vi) El conflicto debe ser actual y cierto, pues la sola eventualidad de su ocurrencia
futura o el hecho de que su configuración dependa de otras situaciones, hechos o actos,
impide su estructuración (...).
Así, el interés debe ser real y cierto para que se configure el conflicto, pues un interés
futuro o eventual no tiene la característica de existencia requerida por la ley 734 de 2002.
Del mismo modo, desde la perspectiva subjetiva del servidor público o la esfera de su
convicción íntima, puede afirmarse que el conflicto ha de aparecer de tal manera grave,
que pueda afectar su discernimiento o imparcialidad al punto de separarlo del interés
general y llevarlo al propio beneficio o el de sus allegados.
“Según la jurisprudencia de esta Sala, el interés que genera el conflicto debe ser directo,
es decir que la decisión debe redundar en beneficio del servidor público en
forma inmediata, esto es, sin necesidad de que medien circunstancias o elementos
externos a la misma; que se produzca un beneficio especial, particular y concreto
en favor suyo, de su cónyuge o de un pariente; y que además no se manifieste el
impedimento por esa situación personal o familiar en el trámite del asunto, tal como lo ha
señalado la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, al pronunciarse de fondo en
procesos de pérdida de investidura de los congresistas. Así, por ejemplo, en la sentencia
de 20 de noviembre de 2001, exp. núm. IP-0130, Consejero Ponente, Dr. Germán
Rodríguez Villamizar, la Sala señaló:
Asimismo, se ha dicho que el aspecto deontológico de esa figura radica en que es deber
de los referidos servidores públicos poner de manifiesto ante la corporación respectiva,
las circunstancias que por razones económicas o morales pueden afectar su objetividad,
imparcialidad o independencia frente al asunto oficial o institucional que les compete
decidir. De suerte que la causal no se configura por el sólo hecho de encontrarse en una
situación personal o familiar que puede ser directa y específicamente afectada por la
respectiva decisión, sino por no manifestarla, a sabiendas de encontrarse en situación de
impedimento para tomar parte en aquélla.”
Lo anterior, atendiendo el alcance que conforme al Consejo de Estado tiene la figura del
conflicto de intereses, sumado a que, de acuerdo con el Código Único Disciplinario, el
cual incorporó las inhabilidades, impedimentos, incompatibilidades y conflicto de
intereses señalados en la Constitución y en la ley, los sujetos disciplinables son
exclusivamente los servidores públicos.
3
Sentencia con Radicación No. 25000-23-15-000-2010-001610-01 del 17 de marzo de 2011. Consejero
Ponente: Rafael Ostau De Lafont Pianeta.
Así las cosas, a más del análisis que eventualmente adelanten los servidores públicos
individualmente considerados en relación con la configuración de alguna de las causales
de impedimento previstas en la Ley para el caso concreto, y en la medida que la
Secretaría Distrital de Movilidad no puede desprenderse de una función legal como la
aquí estudiada, lo procedente es determinar de qué manera la entidad puede atenderla
en atención a los principios de la función administrativa y a la estructura orgánica de la
citada entidad.
Esta Secretaría encuentra que el caso concreto es susceptible de ser analizado a la luz
de los principios de la función administrativa, concretamente, los de imparcialidad,
moralidad y coordinación, respecto de los cuales, el Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, se ha referido en los siguientes
términos:
“Artículo 3°. Principios. Todas las autoridades deberán interpretar y aplicar las
disposiciones que regulan las actuaciones y procedimientos administrativos a la
luz de los principios consagrados en la Constitución Política, en la Parte Primera
de este Código y en las leyes especiales.
(…)
4. En virtud del principio de buena fe, las autoridades y los particulares presumirán
el comportamiento leal y fiel de unos y otros en el ejercicio de sus competencias,
derechos y deberes.
(…)
Sobre el principio de coordinación, dispuso el alto tribunal que el mismo “tiene como
presupuesto la existencia de competencias concurrentes entre distintas autoridades del
Estado, lo cual impone que su ejercicio se haga de manera armónica, de modo que la
acción de los distintos órganos resulte complementaria y conducente al logro de los fines
de la acción estatal. Esa coordinación debe darse desde el momento mismo de la
asignación de competencias y tiene su manifestación más clara en la fase de ejecución
de las mismas”6.
De acuerdo con el artículo 3 de la Ley 769 de 2002 “Por la cual se expide el Código
Nacional de Tránsito Terrestre y se dictan otras disposiciones”, son autoridades de
tránsito:
El Ministerio de Transporte
Los Gobernadores y los Alcaldes.
Los organismos de tránsito de carácter departamental, municipal o distrital.
La Policía Nacional en sus cuerpos especializados de policía de tránsito urbano y
policía de carreteras.
4
Sentencia C- 095 de 2003.
5
Sentencia C-046 de 1993.
6
Sentencia C-049 de 2010.
Los Inspectores de Policía, los Inspectores de Tránsito, Corregidores o quien
haga sus veces en cada ente territorial.
La Superintendencia General de Puertos y Transporte.
Las fuerzas militares para cumplir exclusivamente lo dispuesto en el parágrafo 5o.
de este artículo.
Los agentes de Tránsito y Transporte.
“a. Elaborar los estudios y las recomendaciones para fijar las políticas en materia de
ordenamiento del tránsito y seguridad vial.
(…)
c. Preparar los proyectos para reglamentar y regular el tránsito y la seguridad vial en el
Distrito Capital.
d. Elaborar los estudios técnicos necesarios para garantizar la seguridad vial en la
Capital.
e. Formular las estrategias, planes y programas en materia de seguridad vial en la ciudad
de Bogotá, con el propósito de reducir la accidentalidad, la contaminación ambiental y
promover el mejoramiento del tránsito.
(…)
h. Establecer los parámetros generales para la aprobación de todos los planes de manejo
de tránsito que se sometan a consideración de la Secretaría de Movilidad”.
A saber, dicha Subsecretaría tiene, entre otras funciones, las de “d. Diseñar y establecer,
como autoridad de tránsito y de transporte, las políticas sobre el tránsito y el transporte en el
Distrito Capital; h. Planear la operación, entre otros mecanismos de seguridad vial, de la
semaforización y señalización de los segmentos viales del Distrito Capital; s. Dirigir, coordinar
y controlar el buen desarrollo de los estudios técnicos sobre los subsistemas de movilidad y
sus elementos, adelantados por la Secretaría de Movilidad; y t. Elaborar los proyectos y
programas en materia de seguridad vial, para el Distrito Capital”8.
V. Conclusiones.
Hechas las anteriores consideraciones, se concluye que la estructuración y aval del Plan
Estratégico de Seguridad Vial de la Secretaría Distrital de Movilidad, por parte de la
Dirección de Seguridad Vial y Comportamiento del Tránsito no constituye por sí mismo un
conflicto de intereses, puesto que este se predica de los servidores públicos y no de la
entidad en sí misma.
Con lo anterior, considera esta Secretaría que, por un lado, se descarta la configuración
de un conflicto de intereses y, por el otro, la Secretaría Distrital de Movilidad se atiene a
las competencias funcionales que le fueron asignadas a cada una de sus dependencias
y da cumplimiento al mandato legal dado por el Decreto Nacional 1079 de 2015. Una
posición en contrario, implicaría que en ningún caso la administración podría cumplir sus
atribuciones valiéndose de la organización jerárquica o funcional que para el efecto le
fue prevista en, por ejemplo, los artículos 74 o 93 del CPACA, para los casos del recurso
de apelación o de la revocatoria directa, por cuanto ello implicaría que se hiciera juez y
parte dentro de una misma causa.
En todo caso, esta Secretaría llama la atención respecto de que, de persistir la duda en
relación con la posible configuración de un conflicto de intereses, los servidores de la
Secretaría Distrital de Movilidad que se consideren incursos en el mismo, deben
evaluarlo y plantearlo en los términos previstos en el artículo 12 del CPACA. Asimismo, a
efecto de desatar cualquier reparo en relación con la distribución de competencias al
interior de la Secretaría Distrital de Movilidad en el marco de la formulación, revisión y
aval de su propio Plan Estratégico de Seguridad Vial, se sugiere analizar la pertinencia
de efectuar las precisiones que sean del caso, mediante el acto administrativo
pertinente.
En los anteriores términos se resuelve la consulta formulada, que para todos los efectos
se adecua al artículo 28 de la Ley 1437 de 2011, sustituido por el artículo 1 de la Ley
1755 de 2015.
Atentamente,
c.c. N.A
Anexos: N.A