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EL MATRIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS

Luis Floriano. Mensaje adaptado del capítulo 2 del libro Preparándonos para el
Matrimonio de John Piper.

Introducción
El título de este tema es “El matrimonio para la gloria de Dios”. La palabra clave en este
título es la palabra “para”. “El matrimonio para la gloria de Dios.” Esta pequeña palabra
“para” significa que hay un orden de prioridad. El orden es claro: Dios es supremo, no
el matrimonio. Dios es la realidad más importante; el matrimonio es menos importante,
infinitamente menos importante.
I. LA GLORIA DE DIOS ES LA RAZÓN DE EXISTIR DEL MATRIMONIO.
Dios no existe para magnificar el matrimonio; el matrimonio existe para magnificar la
verdad de Dios; para magnificar la dignidad de Dios, para magnificar la belleza de
Dios; para magnificar la grandeza de Dios. Hasta que este orden no sea claro y
apreciado, que Dios es más importante que el matrimonio, el matrimonio no será
experimentado como medio para la gloria de Dios, sino como un rival de la gloria de
Dios.
El título responde a la pregunta: ¿Por qué existe el matrimonio? ¿Por qué vivimos
en matrimonios? De hecho el título responde a otras preguntas: ¿Por qué existen
ustedes? ¿Por qué existe el sexo? ¿Por qué existen la tierra, el sol, la luna y las
estrellas? ¿Por qué existen los animales, las plantas, los océanos, las montañas,
los átomos y galaxias?
La respuesta a todas estas preguntas, incluyendo la referente al matrimonio, es:
todo existe por y para la gloria de Dios. Es decir, todo existe para magnificar la
verdad, el valor, la belleza y la grandeza de Dios.
a. Ilustración: Magnificación telescópica no microscópica.
El matrimonio existe para magnificar la gloria de Dios no como un microscopio
magnifica las cosas, sino como un telescopio lo hace.
Los microscopios hacen que las cosas pequeñas se vean grandes. Los
telescopios hacen que las cosas grandes puedan ser visibles en su grandeza
real al ojo humano que no las puede ver sin ayuda de sus lentes. El
matrimonio es uno de los lentes que Dios usa para dejar ver la grandeza de
su gloria.
b. Base bíblica.
La Biblia es clara en cuanto a la grandeza del valor y de la belleza de Dios.
Veremos solamente cuatro ejemplos.
“Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza
es inescrutable” (Sal 145:3).
Todo lo que existe está destinado a magnificar esa realidad.

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“Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra, a
todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria”
Isaías 43:6-7
Hemos sido creados para mostrar la gloria de Dios.
Pablo concluye los primeros once capítulos de su gran carta a los Romanos
con la exaltación de Dios como el origen y fin de todas las cosas:
“Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para
siempre. Amén” Romanos 11:36.
Pablo lo expresa aún con más claridad en Colosenses 1:16, donde dice:
“Porque en Él (Cristo) fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos
como en la tierra... todo ha sido creado por medio de Él y para Él”.
Colosenses 1:16
¡Ay de nosotros si pensamos que “para Él” significa “por Su necesidad”, “para
Su beneficio” o “para Su perfeccionamiento”!
Pablo dejó claro en Hechos 17:25 que Dios no es “servido por manos
humanas, como si necesitara de algo, puesto que Él da a todos vida y aliento
y todas las cosas”. No, las frases “para Su gloria” y “para Él” significan, “para
la manifestación de Su gloria” o “para mostrar Su gloria” o “para la exaltación
de Su gloria”.
c. Profundicemos el punto
Profundicemos en esto. Antes de que todo fuese creado, Dios existía.
Solamente Dios. El universo es Su creación. No es eterno como Dios.
“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era
Dios... Todas las cosas fueron hechas por medio de Él...” (Juan 1:1,3).
Todo lo que no es Dios fue hecho por Dios. Así que, antes de que todo fuese
creado, Dios existía.
El universo es una creación de Dios. También el matrimonio. Ambos, son de
Él, por Él y para Él. Ese es el punto de partida para entender el matrimonio.
Si malentendemos esto, todo irá mal. Pero si lo entendemos bien —
realmente bien, en nuestra mente y en nuestro corazón— entonces el
matrimonio se convertirá en lo que fue creado por Dios para ser: una
expresión de la verdad, del valor, de la belleza y de la grandeza de Dios.
d. Una conclusión lógica.
Si queremos ver el matrimonio ocupar el lugar que realmente debe tener en
el mundo y en la iglesia, esto es, si el matrimonio ha de glorificar la verdad, el
valor, la belleza y la grandeza de Dios— necesitamos aprender más de Dios
que del matrimonio.
II. EL LUGAR DE DIOS EN LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS.

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La mayoría de los hombres y mujeres de hoy llegan al matrimonio sabiendo muy
poco o casi nada acerca de cómo es Dios. De hecho, en el mundo, casi no hay
visión de Dios. Él es simple e impresionantemente ignorado. Aun en la iglesia, la
idea que muchas parejas cristianas tienen de Dios es tan pequeña, tan
secundaria en lugar de central, tan vaga en vez de clara, tan impotente en lugar
de determinante y tan aburrida en lugar de deslumbrante, que sus matrimonios
son vividos para sus conveniencia. Cuando ellos oyen que el matrimonio debe
ser vivido para la gloria de Dios les parece algo sin sentido y sin contenido.
III. ALGUNOS EJEMPLOS (QUINCE) DE LA MULTIFORME GLORIA DE DIOS
¿Qué significa la “gloria de Dios” para una esposa o esposo que casi no dedica
tiempo ni esfuerzo a conocer la gloria de Dios, o la gloria de Jesucristo, Su divino
Hijo? Cualquier cosa menos la realidad. Cuando la Biblia habla de la gloria de
Dios, se refiere a…
1. La gloria de Dios es la gloria de Su eternidad … que hace que la mente
quiera explotar con el pensamiento infinito de que Dios nunca tuvo un
principio, sino que simplemente siempre fue.
2. La gloria de Dios es la gloria de Su conocimiento … que hace que la
Biblioteca del Congreso de los EEUU parezca una mensaje de texto y la
física cuántica parezca una suma de dos más dos.
3. La gloria de Dios es la gloria de Su sabiduría … que nunca ha sido y
nunca podrá ser aconsejada por los hombres.
4. La gloria de Dios es la gloria de Su autoridad … sobre el cielo, la tierra y
el infierno, sin cuyo permiso ningún hombre y ningún demonio puede
moverse una pulgada.
5. La gloria de Dios es la gloria de Su providencia… sin la cual ni una sola
ave cae al suelo o un solo cabello se vuelve gris.
6. La gloria de Dios es la gloria de Su palabra … que sostiene el universo y
mantiene todos los átomos y las moléculas juntas.
7. La gloria de Dios es la gloria de Su poder … para caminar sobre el agua,
limpiar a los leprosos, sanar a los cojos, abrir los ojos de los ciegos, hacer
que los sordos oigan, calmar tormentas con una palabra y resucitar a los
muertos.
8. La gloria de Dios es la gloria de Su pureza … para nunca pecar, ni tener
una mala actitud ni siqiera un mal pensamiento.
9. La gloria de Dios es la gloria de Su fidelidad … para nunca romper Su
palabra ni dejar una sola de sus promesa en el olvido.
10. La gloria de Dios es la gloria de Su justicia … para resolver todas las
cuentas morales del universo, ya sea en la cruz o en el infierno.
11. La gloria de Dios es la gloria de Su paciencia … para soportar nuestra
torpeza década tras década, año tras año, días tras día.

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12. La gloria de Dios es la gloria de Su soberanía… que Cristo mostró con la
obediencia de un esclavo que sobrellevó voluntariamente el insoportable
dolor de la cruz.
13. La gloria de Dios es la gloria de Su ira… que un día causará que gente
clame para que rocas y montañas caigan sobre ellos.
14. La gloria de Dios es la gloria de Su gracia… que justifica al impío.
15. La gloria de Dios es la gloria de Su amor… que muere en la persona de
Jesucristo por nosotros aun cuando éramos pecadores.
IV. ¿CÓMO PODRÁ SUCEDER ESTO?
a. Cuando hablemos más de Él.
¿Cómo las personas van a vivir sus vidas de modo que sus matrimonios
muestren la verdad, el valor, la belleza y la grandeza de esta gloria en sus
matrimonios cuando no dedican casi ningún tiempo o energía para conocerla
y apreciarla?
Las iglesias deberían existir para ayudar a cada hombre, a cada mujer y a
cada matrimonio a descubrir la gloria de Dios, adisfrutar la gloria de Dios, y a
diseminar la gloria de Dios revelada en nuestro Señor Jesucristo.
Hasta que no haya una pasión por la supremacía y la gloria de Dios en los
corazones de los casados, el matrimonio no será vivido para la gloria de
Dios.
Y no habrá una pasión por la supremacía ni por la gloria de Dios en los
casados hasta que ellos lo conozcan. Y nunca lo conocerán hasta que las
iglesias, sus pastores y maestros comiencen a hablar de Él sin descansar, de
una manera constante, profunda, bíblica, fiel, clara, completa y apasionada.
El matrimonio vivido para la gloria de Dios será el fruto de iglesias
impregnadas de la gloria de Dios.
b. Ilustración: De la luna al sol
La triste realidad es que Dios no es el sol alrededor del cual todos los
planetas de nuestra vida diaria se mantienen en órbita y encuentran su lugar
apropiado. Él es más como la luna, que crece y mengua, y que puedes pasar
varias noches y nunca pensar en Él.
Para la mayoría de nuestra gente, Dios es secundario y hay muchísimas
“cosas buenas” que usurpan Su lugar. Pensar que los matrimonios de esta
gente podrían ser para la gloria de Dios al enseñarles sobre la dinámica de
las relaciones, cuando esa gloria de Dios es tan periférica, es como esperar
que el ojo humano glorifique las estrellas cuando no contemplamos el cielo
nocturno y nunca hemos comprado un telescopio.
Por lo tanto, conocer a Dios, anhelar a Dios y apreciar la gloria de Dios sobre
todas las cosas, incluyendo el cónyuge, es la clave para vivir un matrimonio
para la gloria de Dios. Esto es cierto en el matrimonio, así como en todas las

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demás relaciones: Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más
satisfechos en Él.
V. EL PRIMER SECRETO
Salmo 63:3 dice: “Porque Tu misericordia es mejor que la vida.
Una mayor satisfacción en Dios por sobre todas las cosas de la tierra,
incluyendo el cónyuge, la salud y hasta la propia vida es la gran fuente de
paciencia, sin la cual los maridos no pueden amar como Cristo, y las esposas no
pueden seguir a sus esposos como la esposa de Cristo, la Iglesia.
a. Aplicado al matrimonio.
Efesios 5:22-25 habla a los casados. Ahí se les enseña a los maridos que
sigan el ejemplo de liderazgo y amor de Cristo y a las esposas, que sigan el
ejemplo de sumisión y amor que muestra la Iglesia por quien Cristo murió.
Pero ambos actos de amor — dirigir y someterse— son imposibles de
sostener para la gloria de Dios si primeramente no hay una satisfacción
superior en todo lo que Dios es para cada uno de los casados.
b. Dicho de otra manera.
Permítanme decirlo de otra manera. La gloria de Dios resplandece a través
de un matrimonio cristiano cuando ambos cónyuges cumplen los roles que
Dios quiere para ellos. Cuando el hombre es líder igual que Cristo, y cuando
la esposa promueve y sigue ese liderazgo, la gloria del amor y la sabiduría
de Dios en Cristo son mostradas al mundo.
Conclusión
 Resumen: El amar a una esposa impertecta y el respetar a un marido imperfecto
requiere un grado de autonegación, una muerte diaria al yo mismo que solo brota
de una alma satisfecha en el Dios de la esperanza y amor. Nuestro amor por
nuestras esposas, o el de ellas por nosotros, no glorificará a Dios hasta que brote
de un corazón que se deleita en Dios más que en el matrimonio.
 Ilustración: El manantial de agua fresca que sacia la sed, donde el agua es Dios, y
el estánque es el matrimonio, Dios es quien me sacia no mi matrimonio.
 Reto: Cuando podamos decir con el apóstol Pablo: Y aún más, yo estimo como
pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús,
mi Señor” (Filipenses 3:8), cuando podamos decir eso de nuestro matrimonio —
acerca de nuestro esposo o esposa— entonces nuestro matrimonio será vivido para
la gloria de Dios.

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