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stá durmiendo lo suficiente por la noche?

Según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH),


aproximadamente 70 millones de personas en los Estados Unidos tienen problemas del sueño que
los mantiene despiertos cuando quieren dormir y, por lo tanto, en estado adormecido cuando
requieren estar despiertos.

Los NIH afirman que los adultos necesitan de 7 a 8 horas de sueño cada noche para estar bien
descansados, sin embargo, la mayoría de la gente duerme menos de esa cantidad de horas. A
continuación, se presenta lo que recomiendan para tener un buen descanso nocturno.

Vaya a dormir a la misma hora cada noche, levántese a la misma hora cada mañana.

Evite las siestas después de las 3 p.m.

Manténgase alejado de la cafeína y el alcohol por la noche.

Evite la nicotina por completo.

Haga ejercicio con regularidad, pero evite hacerlo 2 a 3 horas antes de la hora de acostarse.

No coma una comida pesada a la noche, opte por una merienda liviana.

Haga que su dormitorio sea cómodo, esté oscuro, tranquilo y que no esté demasiado cálido, ni
muy frío.

Siga una rutina que le ayude a relajarse antes de dormir (por ejemplo, leer o escuchar música).

No repose en la cama despierto. Si no puede quedarse dormido después de 20 minutos, haga algo
tranquilizante hasta que tenga sueño, como leer o escuchar música suave.

Consulte a un médico si continúa teniendo problemas para dormir.

Los adolescentes y el sueño

Los problemas del sueño constituyen una preocupación especial para los adolescentes. El
adolescente promedio necesita aproximadamente 9 horas de sueño por la noche, sin embargo, la
mayoría no duerme esa cantidad de horas. Según la Fundación Nacional del Sueño (National Sleep
Foundation, NSF), la falta de sueño en los adolescentes se relaciona con los síntomas del estado
anímico depresivo. Esto también puede perjudicar el rendimiento académico en el salón de clases
y el rendimiento físico en los deportes.

Un adolescente adormilado al volante de un automóvil es una combinación especialmente


peligrosa. La NSF afirma que los conductores somnolientos causan más de 100,000 accidentes o
colisiones cada año.
Además de los consejos sobre el sueño para los adultos, los adolescentes también pueden probar
lo siguiente:

Evitar el tiempo frente a cualquier tipo de pantalla (TV, PC, etc.) al menos una hora antes de irse a
dormir.

Prohibido pasar toda la noche haciendo tareas (¡No deje la tarea para último momento!).

Hacer anotaciones en un diario o en una lista de pendientes justo antes de dormir, para reducir el
estrés.

Dormir no más de 2 horas más tarde las mañanas de fin de semana que las mañanas de días de
entre semana. Dormir hasta tarde más de ese tiempo alterará el reloj biológico de un adolescente
y hará que sea aún más difícil levantarse temprano el lunes por la mañana.

¿Cómo puedo dormir mejor?

Usted puede tomar medidas para mejorar sus hábitos de sueño. En primer lugar, asegúrese de que
tenga suficiente tiempo para dormir. Con dormir lo suficiente cada noche, usted puede sentirse
mejor y más productivo durante el día.

Para mejorar sus hábitos de sueño, también puede ayudar:

Irse a la cama y despertar a la misma hora todos los días

Evitar la cafeína, especialmente por la tarde y noche

Evitar la nicotina

Hacer ejercicio con regularidad, pero no demasiado tarde

Evitar las bebidas alcohólicas antes de acostarse

Evitar comidas y bebidas pesadas por la noche

No tomar siestas después de las 3 de la tarde

Relajarse antes de acostarse, por ejemplo, tomando un baño, leyendo o escuchando música suave

Mantener su dormitorio con una temperatura fresca

Deshacerse de distracciones como ruidos, luces brillantes y el televisor o computadora en el


dormitorio. Además, no se sienta tentado de usar su teléfono o tableta justo antes de acostarse

Obtener suficiente sol durante el día

No se acueste en la cama despierto. Si no puede dormir por 20 minutos, levántese y haga algo
relajante
Consulte a un médico si tiene problemas constantes para dormir. Usted puede tener un trastorno
del sueño, como insomnio o apnea del sueño. En algunos casos, su médico puede sugerir usar
medicamentos para dormir disponibles con o sin receta médica. En otros casos, puede solicitar un
estudio del sueño para diagnosticar el problema

A continuación se detallan los puntos que podrá consultar a lo largo de esta hoja informativa:

Dificultad para dormir.

Dormir bien.

Rutina.

Reducir el estrés.

Comer y beber adecuadamente.

Ejercicio físico.

Cuidados.

Dificultad para dormir

Puede preocuparse si no es capaz de conciliar el sueño y dormir bien pero que esto ocurra una o
dos noches no es perjudicial para la salud. Esto le hará sentirse cansado, pero descansar las noches
siguientes le permitirá encontrarse en forma.

Sin embargo, si no concilia el sueño varias noches seguidas, puede comenzar a sentirse:

- Constantemente cansado.

- Adormilado durante el día e incluso quedarse dormido.

- Incapacitado para concentrarse.

- Indeciso.

- Depresivo.
Esto ocurre cuando el problema comienza a afectar su salud y deberá empezar a plantearse si su
estilo de vida o el entorno que le rodea alteran su sueño.

Dormir bien

Puede parecer obvio, pero si usted duerme en un colchón lleno de bultos o lleva teniendo vecinos
molestos durante años, es fácil pasar por alto estas cosas como causa de su privación de sueño. Es
recomendable que reflexione los siguientes puntos:

- ¿Su colchón es cómodo? Un colchón que es muy duro o blando no es un soporte adecuado.
Generalmente, debe cambiar su colchón cada 10 años para asegurar el máximo confort.

- Asegúrese de que su habitación es silenciosa y cómoda, y no muy calurosa ni muy fría.

- Piense si existen ruidos o luces que le hacen estar despierto –si esto ocurre, ¿puede reducir los
efectos? Es posible que necesite cortinas o persianas si se despierta cuando ya hay luz, sobre todo
en los meses de verano. Los tapones para los oídos le ayudarán si los ronquidos de su pareja son
los causantes de sus problemas.

- Utilice su habitación únicamente para dormir o mantener relaciones sexuales –más que para
trabajar, comer o ver la televisión. Esto le ayudará a asociar su dormitorio con un entorno
relajante.

Rutina

Nuestro cuerpo necesita una rutina. Si usted se levanta pronto por las mañanas o se acuesta tarde
durante varios días seguidos, su cuerpo no estará preparado para dormir si intenta acostarse
pronto la noche siguiente.

- Intente acostarse y levantarse a la misma hora cada día –incluso los fines de semana.

- No eche cabezadas durante el día.


- Establezca unos horarios de sueño regulares –tómese su tiempo para relajarse antes de
acostarse, tomando un baño, sentándose en un lugar tranquilo o leyendo.

Reducir el estrés

Sentirse estresado o con ansiedad es la principal razón que produce insomnio. Si está estresado o
preocupado, puede ayudarle el tomar nota de sus pensamientos y preocupaciones antes de
dormir. Si no puede dormir porque siente ansiedad, levántese y haga algo relajante durante 20
minutos, como leer un libro o ver la televisión –después intente dormir.

Algunas personas encuentran útil el practicar técnicas de relajación –como la meditación o el tai
chi antes de dormir, ya que le pueden distraer y hacerle sentir calmado antes de descansar.

Es importante reconocer si se siente estresado y hacer algo si esto se convierte en un serio


problema y comienza a sentirse cansado. Hable con un amigo, un familiar o con su médico de
cabecera para que le ayuden a exteriorizar su problema.

Comer y beber adecuadamente

Todo lo que come y puede afectar a sus niveles de energía. La cafeína y el alcohol pueden
dificultar el sueño o hacerle despertarse en mitad de la noche, por lo que debe evitar tomar estas
sustancias antes de dormir.

Comer alimentos azucarados o pesados por la noche afectan al sueño; por lo tanto, tome la
principal comida pro la mañana en lugar de por la noche.

Ejercicio físico

Combinar una dieta sana y equilibrada con ejercicio físico –se recomienda 30 a 45 minutos al día,
cinco días a la semana- le ayudará a dormir mejor, y tendrá más energía para afrontar un nuevo
día. Si no ha practicado ejercicio durante un tiempo, comience despacio y aumente
progresivamente la actividad. Cuando entre en una rutina, no sólo se sentirá en forma y menos
cansado, sino que sentirá que duerme mejor. No es recomendable realizar ejercicio justo antes de
dormir, ya que se sentirá más despejado y despierto –dificultando el hecho de que pueda dormir.
Cuidados

Si no duerme bien y esta cansado, es recomendable que no realice actividades que le puedan
poner a usted o a otros en peligro. Esto incluye conducir, manejar maquinaria o tomar decisiones
cruciales en el trabajo o en casa.

Si continúa teniendo problemas de sueño tras probar estas medidas –especialmente si se alarga
durante más de un mes- debe consultarlo con su médico de cabecera.

1. Haz ejercicio: Mantenerse físicamente activo cada día con actividades al alcance de la mano
como caminar, correr o nadar, nos aportan tres beneficios clave de cara a obtener un sueño
reparador: cuando uno está cansado por el ejercicio se duerme más rápido, consigue un mayor
porcentaje de sueño profundo y se despierta con menos frecuencia durante la noche.

2. La cama es sólo para dormir y para tener relaciones sexuales: El resto de actividades como
tumbarse en la misma para ver la televisión, leer las redes sociales, revisar el correo o jugar en el
móvil, tableta o portátil no nos aporta ningún factor positivo si queremos dormir mejor al final del
día.

3. Horarios y rutina: Para conseguir dormir bien necesitamos organizar nuestro sueño y hacerlo de
forma responsable. Hay que irse dormir a la misma hora cada día y despertarse también a la
misma hora, en la medida de lo posible. Entrenar a nuestro cuerpo de cara al sueño hará que nos
durmamos también más rápidamente y nos despertemos más frescos.

4. Adiós al tabaco: Fumar es un gran enemigo del descanso, aparte de nuestra salud en general. La
nicotina provoca en nuestro organismo un efecto que dificulta que nos quedemos dormidos con
facilidad.

5. Una buena zona de descanso: El lugar donde duermes debe ser un templo de tranquilidad y
silencio. El móvil, el portátil o la televisión deberán estar fuera de la zona de descanso. Lo ideal es
que esté oscuro, relativamente fresco y todo lo tranquilo que sea posible. La habitación deberá
estar ordenada y con pocos objetos alrededor para facilitar ese ambiente de tranquilidad que
requiere un sueño reparador.

6. Menos bebidas con cafeína: El café, el té o los refrescos pueden apetecer mucho a lo largo del
día pero la cafeína nos provocará más dificultad para dormir por la noche y también aumentan la
necesidad de despertarse para hacer pis durante la noche.

7. Los somníferos tampoco son buenos aliados: Intenta evitar las pastillas para dormir y consulta
con un especialista la forma más eficaz de tomarlas durante el período de tiempo más corto
posible.

8. Beber menos alcohol: El alcohol deprime el sistema nervioso, lo que ayuda a quedarse dormido.
Sin embargo, este efecto desaparece a las pocas horas, lo que provoca que podamos despertarnos
varias veces a lo largo de la noche, impidiendo un buen sueño. Además de esto, el alcohol
magnifica los ronquidos y otros problemas respiratorios relacionados con el sueño.

9. Siestas sí, pero cortas: Dormir la siesta es beneficioso para continuar con energía el resto del
día, pero no si son extensas. Un máximo de 20 minutos nos sentará fenomenal. Más, sólo impedirá
que por la noche no consigamos conciliar el sueño.

10. Si no consigues dormirte, levántate: Quedarse en la cama tras 20 minutos de haberse ido a
dormir es un indicador de que no estamos relajados y por tanto, nos va a costar quedarnos
dormidos. Levántate, ponte a leer un poco, y luego vuelve a la cama. Dar vueltas y vueltas en la
misma durante horas no acelerará el proceso.

No estás condenado a dar vueltas en la cama todas las noches. Considera consejos simples para
dormir mejor, desde establecer un horario de sueño hasta incluir actividad física en tu rutina
diaria.

Escrito por el personal de Mayo Clinic


Piensa en todos los factores que pueden interferir en una buena noche de sueño —desde el estrés
laboral y las responsabilidades familiares hasta los desafíos inesperados, como una enfermedad—.
No es de extrañar que, a veces, resulte difícil lograr un sueño de calidad.

Si bien es posible que no puedas controlar los factores que interfieren en el sueño, sí puedes
adoptar hábitos que fomenten una mejor calidad de sueño. Comienza con estos consejos simples.

1. Respeta los horarios de sueño

No reserves más de ocho horas para dormir. La cantidad de sueño recomendada en un adulto
sano es de por lo menos siete horas. La mayoría de las personas no necesita pasar más de ocho
horas en la cama para lograr este objetivo.

Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días. Trata de que la diferencia en las horas de
sueño entre las noches de los días de semana y de los fines de semana no sea superior a una hora.
Ser constante refuerza el ciclo de sueño-vigilia del organismo.

Si no te duermes después de 20 minutos, sal del dormitorio y haz alguna actividad relajante. Lee o
escucha música relajante. Vuelve a la cama cuando estés cansado. Repite este procedimiento la
cantidad de veces que necesites.

2. Presta atención a lo que comes y lo que bebes

No te vayas a la cama con hambre ni sintiéndote muy lleno. En especial, evita las comidas pesadas
o muy abundantes un par de horas antes de acostarte. Es posible que esa incomodidad te
mantenga despierto.

También tienes que tener cuidado con la nicotina, la cafeína y el alcohol. Los efectos estimulantes
de la nicotina y de la cafeína tardan varias horas en desaparecer y pueden causar estragos en la
calidad del sueño. Y si bien el alcohol puede hacer que te sientas somnoliento, es posible que
interrumpa el sueño más adelante durante la noche.

3. Crea un entorno relajado

Crea una habitación ideal para dormir. A menudo, esto significa una habitación fresca, oscura y en
silencio. La exposición a la luz puede hacer que resulte más difícil quedarse dormido. Evita el uso
prolongado de pantallas que emiten luz justo antes de irte a dormir. Considera el uso de cortinas
para oscurecer la habitación, tapones para los oídos, un ventilador u otros dispositivos para crear
un ambiente que se adapte a tus necesidades.

Hacer actividades relajantes antes de la hora de acostarte, como tomar un baño o usar técnicas de
relajación, puede promover un mejor sueño.

4. Limita las siestas durante el día

Las siestas largas durante el día pueden interferir en el sueño nocturno. Si optarás por dormir una
siesta, no lo hagas durante más de 30 minutos ni al final de la tarde.

Sin embargo, si trabajas por la noche, podrías necesitar una siesta a última hora del día antes de ir
a trabajar para compensar la falta de sueño.

5. Incorpora la actividad física a tu rutina diaria

La actividad física regular ayuda a dormir mejor. Sin embargo, evita el exceso de actividad cerca de
la hora de acostarte.

También puede ser útil pasar tiempo al aire libre todos los días.

6. Controlar las preocupaciones

Intenta resolver tus preocupaciones o inquietudes antes de irte a dormir. Toma nota de lo que
piensas y déjalo para el día siguiente.

El manejo del estrés puede ser ayudarte. Comienza con los conceptos básicos, como organizarte,
establecer prioridades y delegar tareas. La meditación también puede aliviar la ansiedad.

El estrés y determinadas enfermedades (síndrome de las piernas inquietas, hipertiroidismo, reflujo


gástrico...) pueden estar detrás, pero muchas veces el culpable no es otro que una mala higiene
del sueño, es decir, malos hábitos que interfieren en tu descanso.

HÁBITOS QUE PERJUDICAN TU SUEÑO

Cuando anochece, tu cuerpo se prepara para el descanso. Pero según lo que hagas, ese equilibrio
se altera y, en lugar de relajarte, te activas. Las situaciones que te planteamos a continuación
pueden ser la causa de tu insomnio. ¿Te reconoces en alguna de ellas?:
¿Ves la televisión en el dormitorio?

¿Acostumbras a revisar el correo electrónico o los mensajes de WhatsApp antes de acostarte?

¿Sueles llevarte trabajo a casa y te quedas hasta tarde haciéndolo?

¿Te encantan los libros de tensión, lees antes de dormir y más de un día no ves el momento de
apagar la luz porque te enganchan tanto las tramas que te desvelas?

¿Antes de acostarte, cuando toda la familia duerme, aprovechas para revisar facturas o hacer
tareas pendientes?

¿Las actividades que realizas justo ante de irte a dormir podrían describirse como llenas de
energía?

En la cama, ¿escuchas las noticias en la radio hasta tarde?

¿Sueles irte a dormir cada día a una hora distinta?

¿Te levantas también a horas diferentes?

GESTOS QUE TE RELAJAN DE INMEDIATO

Por supuesto, lo ideal sería evitar todas las situaciones anteriores. Sin embargo, hay algunas más
fáciles que otras de controlar. Puedes "sacar" la tele de tu habitación o abandonar la mala
costumbre de acostarte con los auriculares de la radio puestos.

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Sin embargo, evitar cualquier actividad estimulante un par de horas antes de meterte en la cama
(no mirar el móvil, tabletas, etc.) no es tan fácil. ¿Cómo relajarte entonces y prepararte para el
sueño? Te sugerimos dos opciones:

1. DESCONEXIÓN DE 5 MINUTOS

Realiza este sencillo ejercicio antes de dormir:

Quédate 5 minutos en una habitación a oscuras; sentada, con los ojos cerrados y la mente en
blanco.

Esa breve señal de oscuridad que le envías al cerebro es suficiente para favorecer la relajación.

Si te sientas en una mecedora, mejor. Su balanceo aumenta las ondas del sueño
2. GAFAS ÁMBAR 2 HORAS ANTES

La luz azul que emiten las pantallas del móvil o la tableta reducen la melatonina, la hormona que
induce al sueño. Por eso tampoco conviene usarlos de noche.

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Sin embargo, un estudio de la Universidad de Columbia (EE. UU.) ha demostrado que utilizar gafas
con cristales ámbar al final del día podría ser un buen antídoto porque bloquean la luz que emiten
estos dispositivos.

3. ¿LA TELE AMENAZA TU DESCANSO?

El profesor Van den Bulck, del Departamento de Comunicación de la Universidad de Michigan (EE.
UU.), estudia la relación entre la televisión y el sueño desde 1999 y ha declarado a Saber Vivir que
puede llegar a ser una "amistad" muy dañina:

"Quedarte hasta tarde viendo tu programa favorito o mirando más de un capítulo de una serie que
te gusta afecta a la calidad del sueño. Y no solo porque la luz de la pantalla reduce la melatonina, o
porque te metes en la cama más tarde..."

"Duermes peor porque produce lo que los expertos llamamos excitación cognitiva. Cuando te
enganchas a un programa que te gusta mucho, provoca dentro de ti sentimientos fuertes. Te hace
reír, llorar, pasar miedo o tensión y, sobre todo, te mantiene súper despierto. Esa excitación no
solo hace que tardes más en dormirte, también puede provocarte pesadillas, despertares... ".

La tele produce una excitación cognitiva

"Puede ocurrirte sin darte cuenta. Ver mucha tele no siempre es voluntario. Te sientas frente a
ella y, sin querer, te engancha. No te das cuenta de la excitación cognitiva. El 71 % de los atracones
de tele son por accidente".

4. ACOSTARSE TEMPRANO ES CLAVE

Un estudio del Hospital Brigham and Women’s (EE. UU.) revela que la hora de ir a dormir es tan
importante como el tiempo que duermes. ¿Y cuál es la ideal?

Entre las 10 y las 11 de la noche. El cortisol, la "hormona del estrés", te mantiene en estado de
alerta. Lo normal es que el pico más alto sea a las 9 de la mañana y el más bajo hacia las 10 de la
noche. Por eso, si te acuestas a esta hora aprovechando que está bajo te duermes antes. Pero si te
acuestas pasadas las 11 de la noche y estás activo hasta entonces, es normal que te cueste dormir
porque el cortisol no bajará lo suficiente.

La hora a la que te acuestas es tan importante como las horas que duermes

Una alarma... también para dormir. Ir a dormir a la misma hora y temprano es bueno para mejorar
la calidad el sueño. Tanto, que ya hay teléfonos móviles con una función que permite activar una
alarma para avisarte de “tu hora” de dormir.

Cómo dormir bien

Parece que todo está en calma, pero mientras dormimos nuestro cuerpo se regenera,
consolidamos la memoria y desconfiguramos redes neuronales que podrían ser perjudiciales para
nuestra salud mental. Mantener un horario constante y eliminar interferencias son dos claves para
favorecerlo.

Un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. Si vivimos 90 años, estaremos 30 durmiendo: 22


y medio en un sueño profundo y siete y medio soñando.

Pero no es tiempo perdido. Es un estado activo durante el que se producen cambios metabólicos,
hormonales, en el aprendizaje, en la memoria... y en el que influyen multitud de factores.

El sueño, como otras funciones vitales (presión arterial, temperatura, niveles hormonales, de
atención...) responde a un ritmo circadiano (con un patrón de 24 horas), regulado por un reloj
interno –el núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo– y es sensible a la influencia de
sincronizadores del entorno, especialmente a la luz.

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Durante el sueño cortamos los estímulos externos, porque el tálamo (puerta de entrada de la
información de los sentidos) entra en un ritmo autogenerador impidiendo el paso de datos
sensoriales hacia la corteza.
Por el contrario, se producen estímulos en el tronco cerebral, que se dirigen a la corteza visual
occipital y nos permiten generar la información que construirá nuestros sueños.

RUTINAS PARA COMBATIR EL INSOMNIO

Algunos hábitos y actitudes te ayudan a disfrutar de una mayor calidad de sueño:

Mantén un horario constante de vigilia-sueño y evita dormir de día.

Haz ejercicio de forma habitual y bebe agua en abundancia durante el día.

Haz que tu dormitorio sea un lugar regenerador ventilando y haciéndolo acogedor.

Toma cenas ligeras de fácil digestión y evita las bebidas estimulantes.

Toma infusiones de plantas relajantes.

Mantén conversaciones agradables durante la cena, y evita los programas de televisión que te
generen tensión.

Genera pensamientos positivos al acostarte, confía en la sabiduría reparadora de tu esencia.

Respira pausadamente por la nariz, centrando tu atención en este acto.

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Pautas para un sueño reparador

Hay personas que necesitan dormir más; hay quien descansa mejor si lee un rato antes; los hay
que prefieren no tomar café por la tarde por si se desvelan… En todo caso, tal y como indica Carles
Gaig, coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española
de Neurología (SEN), “es fundamental mantener unos horarios regulares, tanto en el tiempo que
se descansa como en las horas de acostarse y levantarse”. Estas son las principales pautas para un
sueño reparador:

Tiempo de descanso

Los humanos necesitamos dormir un mínimo de 6-8 horas. La SES recomienda una duración del
sueño de entre 7 y 9 horas entre los 18 y los 64 años, tiempo que en los adolescentes se ampliaría
a 8-10 horas y ascendería a entre 11 y 14 en los niños muy pequeños.

Condiciones ambientales
Se recomienda dormir con una temperatura ambiental de entre 18 y 20º C y, siempre que sea
posible, en absoluto silencio. También es aconsejable que la oscuridad sea total.

La cama, para dormir y poco más

Los expertos recalcan que la cama solo debería utilizarse para dormir y mantener relaciones
sexuales. Ver la televisión, consultar el móvil o leer son actividades que las personas con
especiales dificultades para conciliar el sueño deberían realizar en otro lugar de la casa.

No comer ni beber alcohol antes de acostarse

Las cenas copiosas no auguran noches tranquilas. Además de cenar de forma moderada, se
aconseja no comer ni beber alcohol dos horas antes de irse a la cama. “El alcohol induce el sueño,
pero es ligero, fragmentado y, en definitiva, no reparador”, apostilla Iranzo. Tampoco conviene
abusar del café en las horas previas al descanso nocturno.

Uso moderado de las pantallas

La luz que emiten las pantallas de televisión, tabletas, ordenadores y móviles, cuando se utilizan
justo antes del horario habitual de sueño, produce un retraso en la secreción de melatonina -a
hormona de la noche-, lo que aumenta el estado de alerta y pospone el inicio del sueño.

El trabajo se queda en la oficina

Los asuntos laborales o los conflictos familiares son lo último en lo que hay que pensar al irse a
dormir. “Un rato antes de acostarse conviene dedicarse a una actividad relajante, algo que baje el
nivel de actividad mental”, apunta Gaig. Por ejemplo, “leer o ver una serie en la televisión”. Por
supuesto, fuera de la cama.

Los expertos reiteran que hábitos como ver la tele o leer en la cama no tienen el mismo impacto
en todas las personas. Ahora bien, si una persona sigue la mayoría de los consejos mencionados y,
a pesar de ello, nota que no descansa adecuadamente, es posible que tenga algún problema que
debe consultar al médico para evitar males mayores.

En esos casos, estas son algunas de las señales que, si se producen día tras día, pueden alertar de
la presencia de insomnio u otras enfermedades:

Despertarse con sensación de haber dormido pocas horas o haber tenido un sueño no reparador
Padecer somnolencia diurna.

Tener dificultades de concentración durante el día.

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