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LAS DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA

_¿ Que habría querido ser?


“uno va siendo lo que le sale, algunos rumbos truncos: Político, periodista, tal vez prosista.
En el plano más radical, me gustaría ser negro. Ser un traidor a la Raza blanca. Ser es devenir, devenir negro,
devenir mujer, devenir loca, devenir niño.”
Néstor Perloguer [1]

Como me ha costado encontrar el punto de apoyo para llegar a compartir ideas a raíz de la lectura de la prosa de
Néstor Perlonguer, y sobre todo aquella en la que trata sobre políticas del deseo e identidad; a las que me voy a
limitar.

Antes les comento; desde hace unos años con algunas amigas, he ido convenciéndome cada vez mas de la urgencia
de producir a través del registro escrito, fotográfico y la discusión interna una historiografía trans. Y aquí tal vez
convenga explicar que significa trans para nosotras. La persona trans para el grupo: es aquella que se construye a si
misma con una moral propia, lejos de todo tipo de mandato impuesto, y que por ello se considera única. Las más
radicales y quienes llevamos adelante la propuesta podemos ser las personas trans-géneros; personas con un sexo
que siendo definido- varón mujer o indefinido, intersexos optamos por una orientación genérica opuesta o diferente a
la asignada por la cultura; varón-masculino, mujer-femenino. Pero no las únicas.

Por que de una historiografía trans, sucede que de modo cíclico, somos las y los trans por complejas situaciones
caminos truncos como afirma La Perloguer en la cita del principio, somos siempre un comienzo en absoluta soledad, y
sobre todo atravesar el periodo de consolidación de la personalidad es enfrentar desvalidas un contexto social hostil,
capaz hasta de producir muerte. En el año 2004 en La Ferrere, partido de la Matanza, vasto sector de pobreza de
nuestra provincia de Bs. As. Una Trans pre-adolescente encontró la muerte según versión de sus padres, por haberse
caído dos veces del techo de su casa, versión resistida por el barrio precisamente por el hecho de sucederse luego de
la decisión de la niña de vestirse-vivirse como niña, en el seno de un hogar machista.
Esto me es necesario explicarlo para que se comprenda el sentido de mi lectura sobre la prosa de La Perlonguer,
como la leo, la reconozco en una unidad de la que formo parte.
Somos ella y yo como caras de una moneda, solo que somos caras opuestas, somos una moneda fuera de circulación,
su cara se preocupa por tener un valor en relación con otras de circulación y la mía solo de buscar el valor íntimo. Mi
unicidad con ella radica, en el haberse manifestado La Perlonguer desconfiada de la identidad gay, reconociéndose,
loca, marica, términos que si bien han sido agrupados bajo una serie de estereotipos cada loca es peculiar aún con
nuestros lazos culturales comunes como: la jerga, los modos, los gustos.
Nuestra moneda es sureña, barrosa, subversiva ¿quiénes mas nos encontramos en ella ? cartonera/os , aunque la
madrina de mi niño se muestre orgullosa de haber firmado el petitorio Blumberg por una política de mano dura, y ella
es cartonera; las personas comprendidas en la llamada diversidad sexual, aunque la Comunidad Homosexual
Argentina afirmara en la Sesion N° 60 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra que “En
Argentina, el Presidente de la Nación apoya el reconocimiento de los derechos humanos de todas las
personas, respetando la orientación sexual e identidad de género. También lo acompaña la sociedad civil
Argentina, a través de las mas importantes organizaciones de derechos humanos, sociales y sindicales”
Así desde mi lado de la moneda voy a intentar proponer continuar sus caminos truncos en búsqueda de que no
sigamos siéndolo y de persistir en corroer hasta la medula el carácter ordenador, clasificador y represivo de un
sistema social que se auto-adjudica una normalidad absolutamente cuestionable.
Las afirmaciones de La Perlonguer sobre la potestad de una normalidad para definir la otroreidad por su elección del
objeto de deseo, cuestiona de manera formal la constitución de una clasificación con la clara intencionalidad de
control sobre las conciencias que provoque una pasividad en el sujeto social capaz de llevarlo a una inmovilidad
plena, necesaria condición para el sostenimiento de un sistema de poder basado en la verticalidad, donde la tensión
entre poder y des-poder se sostiene en base al horror . horror que deriva siempre de la posibilidad de quedar del oro
lado; dice la Perlonguer: “el prohibicionismo sexual atiza el miedo a un deseo horroroso. Erige un paradiso policial
para oponerlo a un infierno perverso ” [2]. Cuando La Perloguer descalifica la palabra homosexual y la contrapone a
la denominación “la loca” continua empleándolas de manera alternada, dejando trunco el camino de eliminarla,
incluso aún hablando de diferentes géneros, engloba a las travestís dentro del universo de la prostitución masculina,
dejando trunco el camino de cuestionar falogocentrismo, si tiene pene es varón, si no es mujer, yo aquí voy a
eliminar la palabra homosexual espero no usarla de nuevo.
Con la palabra nomadismo que emplea en dos sentidos, uno material: trasladarse un sujeto en una cartografía
determinada de un punto otro. Y otro subjetivo, en la interioridad identitaria; de chongo a loca, de taxi a gay, de loca
a travestí. Y deja de lado el reconocer que sigue siendo en su mayoría una forma micro de cómo la normalidad califica
la otroreidad perversa, por que es el gay que califica de loca, es la travestí que califica de marica, es la marica que
califica de taxi. Son en su raíz modos de descalificación de la otroreidad y pocas veces una auto identificación.
Y por otro lado resta preguntarse que tipo de nomadismo en los dos sentidos abarcados puede considerarse una
determinación libre siempre qué al fugarse un niño/a o joven, arriba a una realidad pre-establecida en la que debe
aceptar un rol y su rotulo y una cartografía señalada. Digo ser marica no le significa al socius probable, “le gusta
jugar con muñecas” mas bien le sigifica: “ es penetrable, por la boca o por el ano, por dinero por el sándwich, por la
fuerza; en un sucio baño anónimo y nunca en otro sitio claro y expuesto“.
Por ello voy a dejar de lado, también, la palabra nomadismo y proponer la palabra trashumancia, que significa: ir en
búsqueda de los campos mas ricos en humus para extraer un mejore fruto.
El nomadismo, “tiene un territorio, sigue trayectos rutinarios, va de un punto a otro, establece localizaciones ; pero
no para de circular, de derivar. Los puntos son solo consecuencia y no principio de la vida nómade............ Aunque se
trate de una trayectoria entre dos puntos, es el “entredeux” lo que toma consistencia, es ese entre lo que se
materializa” [3] a sus dichos yo me permito afirmar que la vida nómade es consecuencia de la fuga y esta de la
imposibilidad de asentamiento en un contexto que es hostil, si reposo el aparato policial me traga; si transito, entre
punto y punto, tengo la posibilidad de vivirme. No creo en la constitucionalidad del nomadismo de las personas, de la
misma manera que no creo en los tipos penales de autor. Y en todo caso somos todos nómades, todos transitamos,
de lo contrario seriamos simios, en inmovilidad cultural y evolutiva. El sedentarismo, en la experiencia humana, es la
consecuencia de lo que nos dice la Loca “ la erección de todo un aparato policial, social, familiar destinado a
perseguir….” [4]
Cuando La Perlonguer nos dice: “ hablar del sexo de las locas es enumerar los síntomas, las penetraciones, las
eyaculaciones, las erecciones, las insinuaciones de una enfermedad fatal, aquella que corroe la normalidad en todos
sus wins” [5] Creo que no intuye la visibilidad como revolucionaria, la visibilidad que no se logra en las orgías
eclesiásticas, ni en los baños públicos, ni en las fiestas castrenses, son esos los sitios donde la funcionalidad como
válvula de escape de la tensión entre el macho y su deseo se hace palpable, no así en la marica que se exhibe
plumífera en las calles de la villa, no en la travestí que se muestra exuberante en la prostitución. Hasta el presente la
sintomatología de la diferencia se ha ido aglutinando cada vez mas perdiéndose los matices, llamadas unas a in-
visibilizarse en la gaytud; transgrediendo la corporalidad las mas radicales, La Perloguer desconfiaba de esta
identidad gay impuesta como ghetto social, porción de mercado, refugio, clasificación, normalización de lo anormal y
consecuente exclusión de todas aquellas y aquellos que no cumplan con tales requisitos, modo funcional para que se
enmascare el rostro fascista de un sistema heterosexista, capitalista, machista, misógino, Trans-fóbico, mitológico, en
plena decadencia.
Por ello la identidad de que La Perlonguer desconfía es aquella que opera como un nuevo ghetto y opone al
argumento identitario todo a la idea planteada por Deleuze en el “antiedipo”, también planteada por el en la cita del
principio, la idea de DEVENIR; “devenir mujer”” puerta de todos los devenires” [6], esto desde mi lado de la moneda
me resulta liviano, y aquí me parece se abre la brecha de lo constitutivo de cada una de las caras de la moneda. La
radicalidad en la construcción de la personalidad; yo no dudo de que se pueda devenir mujer, en un juego de roles
como dice la Perlonguer en una “exaltación pasajera” [7] pero construirse como persona desde este lado es mas que
un devenir, es un SER, y serlo duele mucho como para ser definido de modo tan liviano, “lo que la marica desea es
ser violada” “lo que la marica desea es sentirse una mujer violada” [8] contrapone La Perlonguer a un Miche y un
cliente; reduciendo la construcción de subjetividades al plano profundamente limitado de la prostitución, donde los
sujetos son en realidad objetos de mercado de un lado y consumidores de fantasías del otro, fantasías que ahí si
pueden ser tomadas como devenires “exaltaciones pasajeras” condensaciones de un camino trunco y truncado.
Trunco por que falto determinación para construirse de un modo y no de otro, truncado desde el afuera por la
opresión y el horror. “la normalidad precisa de la represión policial para imponerse no es tan “espontánea” cuanto
pretende” [9]lo dice la Loca. Y dice:” la sexualidad loca, la sexualidad que es una fuga de la normalidad, que la
desafía y la subvierte” [10]y ¿por que no se anima a subvertirse la Perloguer?, a escucharse, he aquí la cuestión por
la que somos caras diferentes de la misma moneda, por la radicalidad en le decisión de subversión, subjetiva y social,
ella aceptando los parámetros de un mundo instituido, marica en la oscuridad en lo brumoso y riesgoso, marica para
el macho que sostiene el andamiaje policiaco, usándola como válvula de escape para aliviar la tensión impuesta entre
la realidad macho y su propia y compleja subjetividad.
Hay una serie de pares opuestos por La Perlonguer pobre/rico; joven/viejo; macho/marica, prostituto/cliente, ¿en
cual de los bandos se pone el?, es marica en un devenir cliente o cliente en devenir mujer, que el ruido no lo deja
escucharse. Romper con el paradigma marica: “la mujer”, inasible por la multiplicidad de identidades mujeres, ¿de
que habla cuando dice mujer? De una mujer negra violada por un blanco en una plantación de la EEUU esclavista, de
una mujer violada por el marido, de la mujer sola que juega ser violada para aliviar el peso de tener que decidir la
entrega, la lesbiana violada para que se vuelva mujer, la de una niña devenida mujer por violación, de una marica
devenida mujer en “exaltación pasajera” por un macho-masa que la humilla tanto como a una mujer.
La subversión pretendida no esta en el mero hecho de corroer el panóptico social y la horda de agentes represores, si
no en el cuestionar todas las identidades impuestas y los modos de imponerlas, es exponerse al panóptico sin
mascara o con la que una elige, y exigir en la vinculación interpersonal la misma visibilidad y plantear que se desea
¿que mujer quiere ser violada? ¿Que hombre quiero a mi lado? ¿ que pareja quiero? ¿ que familia construyo? ¿qué
vínculos construimos? ¿ por que ser traidor a la raza blanca y no a la masculinidad ? ¿por qué no traicionar el propio
deseo?
Kim Perez transexual española dice ; “que a ella le importaba mas no tener pene, que se lo quiten, que la
construcción de una vagina. Que si la opción hubiese sido pene u orificio para orinar, esta ultima hubiese sido su
elección”. Ella plantea la negación a pertenecer a un sitio social tanto o mas movilizadora que el deseo positivo a
estar en otro; negarse a portar un corporalidad que se comprende socialmente amenazante, perforante, penetrante,
violenta. Que determina un poder que es rehusado. Un poder que la Perlonguer subliminalmente exorciza diciendo “
devenir negro, ser un traidor a la raza blanca”. Por que en lugar de DEVENIR intelectualmente negro no construirse
femineidad, la femineidad es la subversión concreta y factible al poder. Ser una construcción femenina sin ser mujer,
subvierte en cualquier punto del plano temporal, en cualquier cartografía y contexto social. Devenir negro es cerrar
una puerta y guardarse las llaves; construirs4e femineidad, negra, blanca o amarilla es arrojarse por completo al
plano de la hiper - visibilidad que provoca una subversión sustantiva. Travestí, sin techo, cartonera/o, niña/o de la
calle, drogadicta/o, prostituta/o; Son visibilidades para las que el antídoto de un sistema perverso como lo es la
verticalidad, falogocentrica, heterosexual, monogámica, conyugalizada, católica, capitalista; naturaliza en el acto de
nombrar clasificándolas y otorgándole un sitio y constitucionalidad en las cartografías sociales, el gesto de producir
palabras confunde con cierta liturgia, ficción con acción, al nombrar pobreza, sustantivarla corre la sensación de que
se acciona en el plano de lo real, naturaliza una condición y le da existencia al pobre, desempleada/os, piquetra/os,
travestis a 200 mts. de un lugar habitado por decentes ciudadana/os, cuando en realidad la nomenclatura, lo que nos
permite es no accionar con tranquilidad. Entrar en la iglesia o el supermercado y que nos no duela una condición
naturalizada y mas tarde exigirle que cumpla un rol dentro de la ley; el excluido es excluido y no puede pretender
inclusión; y en ello si accionamos con el aparato represor. Queda flotando una pregunta ¿ el excluido devino por si o
lo devenimos?
La estructura de volutas voluptuosas de La Perlonguer me recuerdan mucho a la practica del travestido artístico de su
época y que se extiende hasta hoy, el sujeto construyendo una imagen a través de la exterioridad, todo un mascaron
no corporal que produce la fantasía por medio del ocultamiento de un falo - macho negado y renegado en “exaltación
pasajera” Leerlo me significó mucho trabajo, demasiada gente en sus textos, demasiadas volutas voluptuosas, me
costo encontrarlo, me encontré si, con Guattari, Deleuze, Maffesoli, Lamburguini, Sarduy, y otros por su afinidad y
hasta con Freud y Reich por su categórica critica irónica; con tanta gente en sus textos, escarbo en busca de “La
Néstor” y no la hallo. Surgen preguntas ¿por qué se esconde la marica?

La identidad es tramposa; si es un devenir momentáneo, si se practica de modo nómade, ¿ que sucede cuando esas
identidades fragmentadas son aunadas? La Perlonguer se identifica poeta, aún reconociendo que para escribir poesía
deben darse, deseo de escribir y una serie de condiciones que lo mantengan inmerso en la tarea y deviene poeta,
¿ deja de serlo cuando escucha música, compra libros, es amante, es decir cuando se alimenta de experiencias para
la poesía?
Esas dualidades que confronta La Perlonguer de clase pobre/rico; de genero, marica/macho; etaria, joven/viejo; de
mercado, cliente/prostituta/o; son así en un sistema que los nombra y los genera, produce un excluido para que
exista un no excluido. Produce otro/as para que existan yoes y nosotra/os. Mujer se nombra para que exista, se
clasifique y produzca un destello que ilumine al macho, focalizandolo, por que el macho no se define por si mismo.
Cuando desde nuestra propuesta hablamos de personas Trans, hablamos de sujetos transitando una experiencia
humana de manera vertical en un socius horizontal. Somos verticalidades en un socius horizontal, la permanente
tensión entre diversidad subjetiva y la igualdad constitutiva humana. Un sujeto masculino o femenino para y por si
mismo; no para una normalidad habilitante. Yo me construyo Marlene y me nombro Trans y soy, relacionándome con
migo, con otro/as y con el mundo; no devengo Marlene para y por un macho, marica para y por mis amigas, hombre
para y por el Estado policíaco. Marlene ES femineidad y deviene conferencista, madre, amante, asistente, asesora,
piquetera, latina, barrosa, feminista, zurdita, o anarca me traslado de modo trashumante cuando soy libre; nómade
cuando mi libertad es cercenada

Marlene Wayar

[1] Entrevista publicada en la revista BABEL nro 9, Junio de 1989.


[2] “EL SEXO DE LAS LOCAS” conferencia dada en el Centro de Estudios y Asistencia Sexual (CEAS) y se publico en el suplemento
Cerdos y Peces de la revista El Porteno en su nro 28 en mayo de 1984
[3] “AVATARES DE LOS MUCHACHOS DE LA NOCHE” se publico como “VICISITUDES DO MICHE” en Temas IMESC, vol. IV nro 1 San
Pablo, 1987, como “DESEO Y DERIVAS URBANAS” en Fahrenheit 450 nro. 4, Buenos Aires, 1989, como “ AVATARES DE LOS
MUCHACHOS DE LA NOCHE” en Nueva Sociedad nro. 109, Caracas, 1990, y como “ LES VICISITUDES DES GARCONS DE LA NUIT”
en Chimeres nro. 10, Paris, 1990/91, revista dirigida por Gilles Deleuze y Félix Guattari.
[4] “EL SEXO DE LAS LOCAS “
[5] “EL SEXO DE LAS LOCAS”
[6] “EL SEXO DE LAS LOCAS”
[7] “AVATARES DE LOS MUCHACHOS DE LA NOCHE”
[8] “AVATARES DE LOS MUCHACHOS DE LA NOCHE”
[9] “EL SEXO DE LAS LOCAS”
[10] “AVATARES DE LOS MUCHACHOS DE LA NOCHE”

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