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Sister’s Keeper Marilyn Lee

Sister’sKeeper
Marilyn Lee

Sister’s Keeper Marilyn Lee


La presente traducción ha sido llevada a cabo sin ánimos de lucro, con el
único fin de propiciar la lectura de obras cuya lengua madre es el inglés.
El staff de LuckyGirls apoya a los escritores en su trabajo, incentivando la
compra de libros originales si estos llegan a tu país.
Todos los personajes y situaciones recreados pertenecen al autor.

Queda totalmente prohibida la comercialización del presente documento.

¡Disfruta la lectura!

LuckyGirls

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Staff
Traducido por:

Ivi

Loly

Corregido por:

GrizeldaDC

Ivi

Diseñado por:

Nohe48

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Índice
Staff

Sinopsis

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Sobre la autora

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Sinopsis:
Kelly siempre se consideró la hermana responsable. Así que cuando su
hermana gemela se fuga abruptamente con un ex novio, se siente obligada
a dar la noticia al hombre que esperaba pasar un fin de semana romántico
con Karen. Su plan de hacer lo correcto sale mal cuando él la confunde
con Karen. Un beso apasionado y ella es incapaz de detenerse a sí misma
de ser arrasada en una apasionada relación con el amante despechado de
Karen.

A pesar del deseo que se libra entre ellos, Kelly está destrozada por las
necesidades que compiten. Una parte de ella quiere confesar su verdadera
identidad. Una parte más sensual y fuerte, la insta a desechar su
personaje de niña buena y deleitarse con el conocimiento de que el hombre
de sus sueños no puede mantener las manos o los labios lejos de ella.

Dom Evans, acaba de salir de una mala relación, se sorprendió cuando él


abrió la puerta una noche y se encontró mirando a una tímida, pero sexy
mujer a la no puede resistirse.

Aunque él sabe que ella está jugando un juego de simulación, se pregunta


cuánto tiempo pasará antes de que ella se dé cuenta de que está
guardando un secreto que no tiene intenciones de compartir con ella,
hasta que se ve obligado a hacerlo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Capítulo 1
Traducido por Ivi

―Dime una vez más, cómo es que Damon Evan se ha convertido en tu


problema.

Kelly Brooks se detuvo con un tenedor lleno de cheesecacke de chocolate a


medio camino entre el plato y su boca. Conocía muy bien la mirada en el
rostro moreno de la otra mujer. Estaba a punto de decirle que una vez más
que no era la guardiana de su hermana Karen. Bajó su tenedor,
intentando interceptar a su mejor amiga, BethnaeWills. Se reclinó en el
asiento de su lugar de almuerzos favoritos, Mama Callie’s.

―Él no es mi problema.

Bethnae dio un sorbo a su batido y arqueó una ceja.

―¿Entonces por qué te encargas de entregar las malas noticias? ¿Por qué
no dejas que Karen haga su trabajo sucio por una vez?

―Me gustaría hacerlo.

―¿Excepto? – Bethnae la pinchó.

―Excepto que ella se ha marchado,

―¿Y?

―Que habiendo estado en los zapatos donde está él ahora, no creo que sea
demasiado tratarlo como habría deseado que me trataran a mí. Creo que
merece que le digan la verdad, y decepcionarlo con cuidado.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Ambas cosas puede hacerlas Karen cuando regrese.

―Lo sé, pero de esa no se siente bien.

―Bueno, no está bien, pero eso suena a hacer de él tu problema. ¿Cuándo


dejarás de ser su guardiana y dejarla crecer, Kelly?

―Ahora ella está casada.

―¿Y?

―Creo que podemos asumir que madurará, Beth.

―Entonces deja que lo demuestre haciendo su trabajo sucio.

―Lo haré, la próxima vez. – Bethane sacudió la cabeza.

―Veo que nada de lo que pueda decir te hará cambiar de idea.

Kelly rió.

―Veo que tu visión sigue siendo realista.

Bethnaerió a carcajadas.

―A veces no sé qué hacer contigo.

―Solo continúa siendo mi amiga.

―Siempre, Kel. Ahora, ¿cuándo planeas hacer de Florence Nightingale?1

―Humm creo que el viernes a la noche será lo mejor.

―¿En serio? ¿Por qué?

1
Florence Nightingale: fue una enfermera, escritora y estadística británica, considerada
pionera de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería.
De fe anglicana, creía que Dios la había inspirado para ser enfermera. Alcanzó fama
mundial por sus trabajos pioneros de enfermería en la asistencia a los heridos durante la
guerra de Crimea. A partir de ese momento fue conocida como «la dama de la lámpara»,
por su costumbre de realizar rondas nocturnas con una lámpara para atender a sus
pacientes.

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―Porque eso es cuando él espera verla de nuevo.

―Bien. El viernes a la noche. ¿Quieres que vaya contigo? – Bethnae le


ofreció.

Kelly vaciló.

―Es una oferta tentadora. Eres tan buena con la gente… especialmente
con los hombres.

Bethnae frunció el ceño, sus oscuros ojos se estrecharon.

―Solo con los que no cuentan.

Kelly suspiró.

―No puedo creer que no esté interesado – dijo sobre el jefe de Bethnae.

―Créelo. Si no ha hecho ningún movimiento en cinco años, creo que es


seguro asumir que no lo hará. Necesito seguir adelante.

―Estás segura, Beth? A veces puedo jurar que veo brillar sus ojos cuando
te mira.

―Si siempre estuvo allí, nunca lo he visto. ― Bethnae negó con la


cabeza―. Pero no estamos hablando de mí. Estamos hablando de ti y de tu
necesidad siempre de limpiar los desastres de Karen.

Ella se encogió de hombros.

―Solo estoy haciendo lo que me hubiera gustado que hicieran los amigos
de Barry conmigo. Además, ha tenido suficiente dolor últimamente. Se
merece un poco de consideración.

―Está bien. ¿Voy? ¿Sí o no?

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―Estoy muy tentada de decirte que vengas conmigo, pero estas no son
noticias a las que a un hombre le gustaría tener una audiencia.

Bethnae asintió.

―Es cierto.

―Así que creo que será mejor que vaya sola.

―Si cambias de opinión, házmelo saber.

Ella asintió.

―¿Quieres hacer algo luego de consolarlo por un rato?

―Depende de qué tan bien o no, vayan las cosas con él.

―Llámame luego de verlo, e improvisaremos.

―Está bien. ― Tragando su creciente malestar, tomó el tenedor ―. Esto se


ve delicioso.

Bethane tomó un sorbo de su batido.

―Lo es. Disfruta por ahora. Recuerda, la próxima semana comenzaremos a


correr, hacer ejercicio en el gimnasio, y reducir el azúcar.

Kelly hizo mueca. Las curvas que los hombres encontraban voluptuosas en
Karen, siempre se habían hecho sentir a Kelly como una sedentaria. A
pesar de que no quería ni esperaba ser una huesuda, había decidido que
era el momento de quitarse lo que siempre había considerado como exceso
de peso.

―Entonces será mejor que disfrute todo lo que pueda durante este fin de
semana.

―Bien dicho.

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Aliviada de haber resuelto la conversación sobre Damon Evans, Kelly se
puso a saborear uno de sus últimos excesos culinarios.

¿Qué estás haciendo aquí?

La pregunta resonó en la mente de Kelly dos noches después, mientras


estaba de pie delante de la gran puerta de roble. Miró a su alrededor. La
calle era tranquila, amplia y arbolada. Las casas, todas las casas con
decoradas puertas de seguridad y garajes privados, susurraban dinero y
elegancia en la cálida noche de mayo. Bethnae tenía razón. No debió
permitir que Karen hiciera de Damon Evans su problema.

Ese era, probablemente, la razón por la que ninguno de los amigos de


Barry había estado dispuesto a decirle que había sido desechada. Era
condenadamente difícil. Si alguna vez hubo un momento para salir
corriendo, éste lo era. De todo lo que había oído, Damon Evans era un
chico grande habituado a cuidar de sí mismo. Las noticias sobre Karen
podrían doler, pero sobreviviría. Ella dejaría caer la carta “Querido Damon”
en el bolso, en el correo a su casa.

En lugar de pasar su noche tratando de inventar excusas para Karen, ella


y Bethnae podrían reunirse con algunas amigas y tener alguna salvaje
fiesta de chicas en uno de los clubes de Boulevard, o visitar el primer
casino de Filadelfia.

Kelly dio un paso hacia atrás y luego se congeló cuando la puerta de


entrada se abrió.

El hombre parecía como si hubiera salido de la portada de una novela de


romance erótico. Su hermoso rostro con sus rasgos cincelados, un labio

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inferior sensual y lleno y ojos oscuros y sexuales. Era alto y con un
cuerpo musculoso, piernas largas y caderas estrechas.

Ni la descripción de Karen de él como alto, moreno y pecaminosamente


guapo ni la instantánea que había visto de él le hacía justicia. El trozo que
tenía delante era tan sexy que solo mirarlo le disparó el corazón y le hizo
aletear sus regiones inferiores y el pulso con la lujuria. No era de extrañar
Karen hubiera estado tan dispuesta a cruzar la línea de color por primera
vez para salir con él.

Sus ojos de color verde oscuro le hicieron una rápida evaluación de su


cuerpo antes de trabar su mirada con la de ella.

Por qué no se había puesto un vestido que habría halagado sus largas
piernas y resaltar sus pechos, que ella consideraba su mejor activo?

―¿Karen?

Kelly inhaló bruscamente. Maldita sea, él lo tenía todo. Un hermoso rostro,


un cuerpo grande, y una voz que hizo le hicieron correr un escalofrío. Él
encarnaba la completa fantasía femenina. O lo haría si los músculos más
importantes de su parte inferior del cuerpo coincidían con las de sus
partes superiores en el tamaño.

Se mordió el labio en un esfuerzo por luchar contra la tentación de echar


un vistazo rápido para ver.

―¿Karen? ― dijo de nuevo.

Kelly parpadeó. ¿Este hombre sexy y apetecible era Damon Evans? Karen
debe haber estado loca al haberlo llamado viejo. Los cuarenta y nunca
habían lucido tan absolutamente deliciosos en cualquier hombre.

―Que encantadora sorpresa. Has llegado temprano y mucho más hermosa


de lo que recordaba.

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¿El pensaba que era hermosa y no simplemente linda? Luego, parte de sus
palabras le llamaron la atención.

―¿Temprano? – Parpadeó―. ¿Qué? ¡Oh! ¡No! crees que soyKa…

―Lo que creo es que deberíamos conocernos mejor.

Sin darle tiempo a que encontrara una forma delicada de decirle quien era
y por qué estaba allí, él la empujo entre sus brazos.

―¡Ey! Espera, yo no…

El silenció su protesta aplastando sus labios bajo los suyos. Un choque de


necesidad sacudió su cuerpo. Cerró los ojos y saboreó sus labios mientras
disfrutaba la sensación de su gran cuerpo contra el suyo. Lego,
necesitando más, se acercó, separando sus labios.

Succionando su legua dentro de su boca, él la sostuvo con un brazo


alrededor de su cintura, dejando la otra mano libre para vagar por su
cuerpo. Ella gimió contra sus labios cuando sintió su mano deslizarse por
debajo de la cintura para tocar y acariciar a cada una de sus nalgas, y
luego la metió entre sus cuerpos. Rozó con sus dedos los botones que
mantenían cerrada la blusa.

Esto es una locura, Kelly. Detenerlo antes de que empiece a desabrocharla.

Ignorando la voz de la razón, frotó sus pechos contra él.

En respuesta, él rápida y hábilmente le desabrochó varios botones y


deslizó sus dedos dentro de su sostén.

Una sacudida de necesidad envió un diluvio de humedad en su ropa


interior.

―Oh. ― ella se estremeció y arqueó la espalda, presionando tanto la parte


inferior del cuerpo como sus pechos más cerca.

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Levantó su boca de la suya.

―¿Te gusta esto?

La pregunta, formulada con su voz suave y ronca, avivó sus pasiones.


¿Qué era mejor que tener una mano grande y caliente sobre sus
desatendidos pechos? Y podía sentir el contorno de lo que parecía ser una
polla de buen tamaño presionada contra ella. ¿Cómo podía no describir las
emociones que se graban en su interior?

Impulsado por una necesidad primaria, deslizó su mano arriba de la nuca


sobre el cuello para acunar su cabeza. Poniéndose de puntillas, ella buscó
su boca.

―Si ― murmuró contra sus labios―. Me gusta y tú también me gustas.

―Créeme. El sentimiento es mutuo. ― Puso su otro brazo alrededor de


ella, posicionándola contra la puerta abierta y devoró su boca.

Kelly respondió abrumada, sintiendo los duros contornos de lo que sin


duda era una muy buena verga íntimamente presionada contra ella,
mientras se besaban el uno al otro. Con cada beso y caricia se volvía más
caliente y más desesperada por sentir su polla deslizándose dentro de su
coño vacío, dolorido.

―Dios ― gimió, pensando en ello. Ella coló una mano entre sus cuerpos y
acopló su mano sobre su ingle, masajeando y acariciando su pene y bolas
a través de sus pantalones.

Empujó sus caderas hacia adelante contra su mano.

―Maldición. No lo hagas a menos que vayas en serio.

La advertencia expresada roncamente fue suficiente para devolverle la


cordura.

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Ella quitó su mano y miró hacia arriba, inhalando profundamente. ¿Cuán
lejos quería llevar todo eso?

Él la observó por varios minutos en silencio. Luego suspiró y finalmente


alejó su parte inferior del cuerpo del de ella. Mantuvo un brazo alrededor
de su cintura, y le abotonó la blusa.

Kelly estaba agradecida por su brazo porque le resultaba imposible


mantenerse de pie sin apoyo. Confesarle que había estado besando y
excitando a la hermana equivocada estaba fuera de discusión.

Le pasó el dorso de su mano contra su mejilla.

―¿Estás bien?

¿Bien? Ella anhelaba arrancarse la ropa, separar las piernas y que la


tomara allí mismo en los escalones. Deseaba bajar su cremallera, meter
sus manos dentro de sus pantalones y acariciar su polla, deslizándola
suavemente entre sus labios. Una vez que estuviera lo suficientemente
húmedo y duro, ella se imaginó guiándolo profundamente en su cuerpo.

Un gran momento lujurioso se apoderó de ella momentos después de


reunirse con el amante despechado de su hermana. ¿Estaba bien?
Absolutamente no.

―¿Estás bien?

―No estoy segura ― admitió.

―Creo conocer la sensación. Entra y descubrimos cómo lo estamos


haciendo juntos. ― Apretó el brazo alrededor de su cintura, y la metió en
una gran y elegante sala de estar perfectamente amueblada; sabía que
había sido decorada por un decorador profesional. Él le indicó un sofá de
cuero en medio de la habitación ―. Toma asiento, te traeré una bebida. ―
se detuvo ―. ¿Lo de siempre?

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Una bebida era lo último que necesitaba. Sin embargo, asintió y se obligó a
no seguir su movimiento hasta una barra larga, de color crema – cuero y
en su lugar observó un par de ventanas francesas.

Tira de las riendas, Kel. Tira de las riendas. Es sólo un hombre. Bueno es
un hombre con una sonrisa asesina, guapo, besos devastadores y una
verga grande y dura. Pero es sólo un hombre. Dale su "Querido Damon" y
emprende el camino. No es el único hombre en la ciudad con una polla
grande y dura.

Había superado a Barry y estaba lista para conseguir un hombre por su


propia cuenta. La fase operativa, tenía que ser un hombre suyo, no uno de
los desechos de Karen.

El cruzó la sala y se sentó a su lado en el sofá del amor. Encontró su


mirada y le entregó un vaso.

Su presencia fue todo el estímulo que necesitaba. Aun así, ella aceptó el
vaso y lo colocó sobre la mesa al lado del sofá.

―Gracias.

El deslizo un brazo sobre sus hombros.

Su corazón se disparó y el respirar sevolvio difícil. Debía salir de allí antes


de que cometiera una locura.

―¿Karen?

Dile la verdad.

Se volvió para verlo.

―¿Si?

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―Luces diferente – ladeó la cabeza, su mirada escudriñadora―. ¿Qué le
has hecho a tu cabello?

Ahora era el momento de decirle la verdad. Eso era por lo que había venido
– para darle malas noticias― no para enamorarse. Ella se pasó una mano
por sus cortos rizos negros. Karen usaba su cabello en una larga y negra
nube que enmarcaba su rostro y abrazaba sus hombros.

―Lo corté – se maravilló de oírse responder tan rápido.

―Lo veo, pero ¿por qué?

Ella siempre había encontrado que el pelo largo era más trabajoso de lo
que lo valía. Luego de que Barry la dejara por otra mujer, finalmente había
tomado la decisión y se lo había cortado.

―Este estilo es sencillo de mantener – arrugó los labios―. Sé que me hace


lucir diferente, pero… ¿te gusta?

El pasó sus dedos por su cabello y los posó en su cuello.

―Deja ver un perfecto cuadro de tu hermosa cara y lleva la atención hacia


esos precisos ojos oscuros tuyos – sonrió y tocó con sus labios el cuello de
ella―. ¿Por qué no me gustaría?

Un choque de deleite bajó a lo largo de su columna vertebral. Ella presionó


sus labios para reprimir el impulso de ronronear de placer.

―¿Entonces te gusta?

―Me gusta, y me gustas tú.

―¿Si? ¿Te gusto?

―Oh sí.

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Parecía sincero, pero luego pensó que ella era Karen, quien había estado
dejando a hombres sin aliento desde que eran adolescentes.

―Déjame mostrarte cuanto me gusta la nueva tu.

Ella vio deseo y una pregunta en su mirada. Humedeció sus labios.

―¿La nueva yo? Te refieres a mi nuevo peinado. ¿No?

―Si tú lo dices. – Inclino la cabeza permitiendo que sus labios flotaran a la


distancia de un suspiro de los de ella.

Le gustó que le ofreciera la oportunidad de decir no y retroceder. No se


movió.

Tocó la boca a la suya. Sus labios, separados, eran firmes. Y cálidos y


dulcemente irresistibles.

Se inclinó más cerca, ansiosa por tener su boca otra vez.

Presionó la boca sobre ella en un beso lento, dulce, lleno de promesas de


pasión interminable.

Ella se apoderó de su camisa con una mano mientras la otra se deslizó


para acariciar su cabello.

Mientras quemaba el sabor de su boca sobre ella, deslizó sus manos sobre
sus pechos, por su estómago, debajo de la falda y las bragas.

Su palma izquierda dio calor por todas partes que tocó en su piel desnuda.
Un disparo de deseo la sacudió cuando pasó su pulgar contra su clítoris
varias veces.

Aun besándola, deslizó un dedo en su vagina.

Ella tembló.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Otra vez frotó su pulgar sobre su clítoris.

Gimiendo, cerró sus ojos, alzó las caderas, sacudiéndose desesperada por
mantener su clítoris en contacto con su pulgar. Parte de su mente gritaba
que lo dejara.

Otra parte sabía que no podía. Su capacidad de pensar racionalmente


desapareció cuando él le separó los pliegues del sexo y deslizó un dedo
dentro de ella.

―Oh.

Se detuvo, como si esperara que protestara.

No había una oportunidad en el infierno de que eso ocurriera.

Después de un momento, él rápidamente retiró sus dedos de su coño


inundado.

Abrió los ojos y lo miró, pidiéndole silenciosamente que no se detuviera.

Ella sonrió.

―No te preocupes. Apenas hemos comenzado, dulzura. Si realmente voy a


complacerte y confía en mí, voy a complacerte, necesito algo de espacio
para trabajar.

Ella mordió su labio. ¿Espacio para trabajar? ¿Qué quería decir? ¿Y no


debería detenerlo? Tal vez sí, pero el infierno se congelará antes de que lo
hiciera.

―¿Quién te detiene?

Se deslizó del sofá, se arrodilló a sus pies y le quitó las sandalias. No


llevaba calcetines. Levantó sus pies sobre su regazo y masajeó suavemente
sus plantas.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Tienes unos pies hermosos.

Ella sonrió.

Sus manos se deslizaron hasta sus piernas a sus gemelos―. Y las piernas
aún más hermosas.

Cambió a su pie derecho, presionándolo contra su entrepierna.

―Me haces mojar.

―Me estás haciendo poner muy duro. ― Se inclinó hacia adelante para
plantar un beso en cada muslo.

―La dureza en un hombre es muy deseable. ―Empujó contra su ingle ―.


Mientras estamos hablando de la cantidad y tipo de dureza.

―Soy muy duro.

Ella tragó rápidamente ―. ¿Haremos algo por mi condición de mojada y la


tuya de duro?

―Oh, sí. ― se levantó, colocándola de pie. Le tocó la mejilla ―. Eres


encantadora ¡quitas el aliento!

Sabiendo que la encontraba tan atractiva le quietó sus inhibiciones. Quiso


decirle que le metiera su longitud entre las piernas.

―¿No es algo bueno?

Su vacilación la sorprendió.

―¿Damon? ¿No es una buena cosa?

―Lo sería…en otras circunstancias.

―¿Otras circunstancias? ― mordió su labio. ¿S había dado cuenta de lo


había engañado?

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―Así no es como esperaba que sucediera esta noche.

Lo sabía. Sin embargo, si lo sabía, ¿por qué no la desafió?

―Las cosas no están saliendo como lo esperaba.

Dejo escapar un suspiro.

―¿Entonces qué demonios? Hagamos lo que sintamos bien y


arrepintámonos después.

Así que él sabía.

―¿Quieres seguir y ver dónde nos lleva eso?

Descartó el pinchazo de su conciencia. Sólo por una vez se comportaría


como la gemela imprudente sin preocuparse por las consecuencias.

―Oh, sí.

―¿Estás segura?

Ella asintió.

―¿Tu no?

―No, pero seguiré la corriente de todos modos.

―¿Por qué no estás seguro?

―Podemos discutir eso más adelante.

Mucho más tarde.

Le tocó la boca con la suya en una serie de fugaces besos tan breves pero
emocionantes, que cada toque enviaba un torrente de deseo a través de
ella.

Ella separó sus labios, invitando a trabar más profundamente sus labios.

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Después de una serie de besos más cálidos, más profundos, él se alejó de
ella.

―Estás vestida.

Sintiéndose caliente y lujuriosa, pasó su lengua a lo largo de sus labios.

―¿Que planeas hacer al respecto?

―Quitarte toda la ropa innecesaria. Comenzando por esto ― tocó su blusa.

―No veo a nadie que te detenga.

Le quitó la blusa lentamente, dejándola con un escaso sostén rojo que


apenas cubría sus pechos. Deslizó los dedos debajo de su corpiño, se lo
quitó de los hombros, quitó su sostén y lo tiró a un lado.

Kelly humedeció sus labios, sintiendo sus mejillas arder.

Él ahuecó sus manos sobre sus pechos.

―Oh... Maldita... tienes los pechos más bonitos que he visto.

―Son míos ―dijo ella, sintiéndose malvada ―. Y todos naturales.

―¿En serio? Yo juzgaré eso, después de que los saboree.

Ella ahuecó sus manos debajo de ellos.

–Entonces pruébalos.

Inclinó la cabeza, rozando sus labios contra sus pezones.


Ella suspiró de placer. Esta iba a ser una noche para recordar con placer.
―Muy Bien ― le dijo, levantando la cabeza ―. Ahora vamos a ver qué otras
delicias me esperan.

Un nudo de calor y necesidad se apretó en su vientre mientras se quitaba


la falda.

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Se puso de pie delante de él, desnuda excepto por sus bragas de manzana
rojas de caramelo que dejaban la mayor parte de su trasero expuesto.
Mientras que normalmente habría sido un poco reacia a revelar su cuerpo
llena de figuras a un hombre en una primera cita, pero sus grandes,
cálidas manos acariciando y ahuecando sus nalgas, eliminaron todas esas
preocupaciones.

―Damon...
Tomándola por la cintura, la bajó hasta el sofá. Se quedó mirándola
fijamente.

―Eres tan hermosa con tus grandes y firmes pechos, tus largas piernas y
tu gran culo marrón. ¿Por qué no me muestras lo que hay bajo esas
bonitas bragas?

Cualquier inhibición persistente fue arrastrada por una ola de sensual


necesidad más fuerte que cualquier emoción sexual que jamás hubiera
experimentado.

―¿Por qué no me las quitas y lo averiguas?

Él sonrió.

―Prefiero que lo hagas tú, y me muestres el tesoro enclavado entre tus


piernas preciosas. Quítatelas lentamente. Quiero saborear cada momento.ǁ
Tragó saliva, mirándolo fijamente. ¿Él quería que hiciera un mini
striptease? ¿Ella? Se mordió el labio.

―Nunca antes he hecho nada como eso.

―Eso hará que todo sea más dulce, sabiendo que soy el primer hombre
para el que lo hagas. Hazlo ahora. Quítatelas lentamente.

Obediente a la suave orden y sintiéndose sexy, ella le dio una sonrisa


nerviosa y levantó las caderas.

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―Eso es ― la alentó. –Despacio.

Aún más lentamente, mantuvo sus bragas sobre sus caderas,


manteniendo su entrepierna cubierta por el mayor tiempo posible.

―Ahora me estas poniendo a prueba. Me gusta.

―¿Y?

―Me gusta que lo hagas.

Trabó la mirada con la suya, ella bajó el suave material de seda hasta que
la parte superior de su triángulo cubierto de vello fue visible. Hizo una
pausa, disfrutando del sonido de su respiración acelerada y el hecho de
que su mirada estaba ahora firmemente clavada en su parte inferior del
cuerpo.

―Oh, dulzura, déjame ver tu tesoro.

Meneando sus caderas sugestivamente, bajó gradualmente sus bragas,


dejando al descubierto la parte superior de su coño.

―Oh, Sí. Quítatela, cariño.

Ella quitó una pierna través de la abertura y luego la otra. Completamente


desnuda, tiró las bragas a un lado.

Él las atrapó en el aire.

Kelly miró con deleite mientras él enterraba su cara en ellos, cerró los ojos,
y pasó varios momentos respirando profundamente.

La visión de él oliendo sus bragas húmedas por ella, envió una nueva
oleada de humedad llenando su coño ahora tembloroso. Nunca se había
sentido tan totalmente femenina antes. La sensación era estimulante.

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Cuando bajó la tanga y abrió los ojos, ella abrió las piernas, dándole una
vista completa, liberando su húmedo canal.

―Me duele ― susurró en una voz ronca y desvergonzada.

―Entonces déjame aliviar tu dolor.ǁ Se guardó las bragas en el bolsillo del


pantalón y se colocó de rodillas entre sus piernas. Pasó los dedos a lo largo
de la parte interior de sus muslos, enviando calor por todo su cuerpo.
Doblando su hermosa cabeza, los labios, cálidos y suaves, siguieron el
camino que sus dedos habían tomado. Tocó ligeramente y mordisqueó su
carne con la lengua, los labios y los dedos.

Disfrutando de las deliciosas olas pasando sobre ella, murmuró


suavemente:

―Más... por favor.

―Te daré más de lo que puedas manejar.

El aire quedó atrapado en la garganta y ella se estremeció cuando besó su


muslo derecho y luego su montículo.

Apretó varios besos calientes a lo largo de la parte exterior de su vagina


antes de deslizar varios dedos en ella y separarle los labios — mientras
chasqueaba la lengua contra su clítoris endurecido.

Sus músculos vaginales se contrajeron y convulsionaron alrededor de sus


dedos. Placer se irradiado de su estómago y la vagina, hasta los pies. Si
golpeaba y rosaba un poco más su clítoris, explotaría. Ella movió las
caderas, impacientes porque él desencadenara su clímax. ―No pares, por
favor.

―No pienso detenerme hasta que te estremezcas en éxtasis.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Gimió en protesta cuando él se alejó. Entonces el sonido de su cremallera
bajando llenó sus oídos. Con el corazón acelerado, el coño mojado y
dolorida, esperó.

Momentos más tarde, sintió su cuerpo desnudo mientras él se colocaba


entre sus piernas.

Su lengua se introdujo entre sus labios separados.

Ella gimió con impaciencia cuando dirigió su mano hacia su pene. Estaba
duro y caliente al tacto, grande y muy grueso. No necesitó ningún estímulo
para cerrar sus dedos alrededor de él y suavemente comenzar a
bombearlo.

Inhaló bruscamente.

―Oh, maldita sea, eso se siente bien.

Ella se esforzó para mantener constante el movimiento de su mano en su


polla. Ella lo quería lo más duro posible, pero no quería que él se corriera
hasta que no estuviera dentro suyo.

Él había ahuecado una mano sobre la parte posterior de su cabeza.

―Oh, claro que sí.

Kelly exprimió y masajeó su carne caliente, y deslizó la otra mano a sus


testículos. Las bolas eran grandes y pesadas. Ella les dio un apretón suave
y aumentó los movimientos en su eje, llena de lujuria mientras pensaba en
él disparando su simiente dentro de ella.

Él gimió, se estremeció y empujó sus caderas hacia adelante. Sin previo


aviso, una rápida explosión de semen se disparó desde su punta para
cubrirle los dedos.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Satisfecha por haberlo hecho correrse, sonrió y sintiéndose malvada, se
lamió los dedos hasta limpiarlos.

―Amo tu sabor.

―Amaras la sensación de mi dentro tuyo también.

―¿Estás seguro?

―Absolutamente.

Respiró profundamente.

―Muéstramelo.

El movió su cuerpo sobre el de ella hasta que se tocaron. Presionando su


espalda contra el sofá, apoyó su cuerpo sobre el de ella, ahuecando las
manos en sus nalgas.

―Amo a una mujer con un hermoso y redondo culo, suave y deliciosas


curvas, y piel tan lisa y oscura que me recuerde al más lujurioso y
decadente chocolate.

―¿Y qué tal sobre una mujer con un coño dolorido y húmedo?

―Oh, ciertamente amaré tu coño. Pero si comenzamos a follar ahora


mismo, jamás llegaremos a la orilla.

No había manera en que ella permitiría que él se levantara de ese sofá sin
un rapidito. Ella pasó una mano por sus hombros.

―La orilla puede esperar. Te necesito dentro de mí ahora mismo.

Su duda la sorprendió.

―¿Estas realmente segura?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


La pequeña parte de su mente que aún era racional, la irguió a decir no.
La ignoró.

―Sí, estoy segura. ¿Tú no?

―Estoy seguro de que ardo por ti, pero no estoy seguro si no debería
detenerme ahora, mientras puedo.

―No tengo intenciones de permitir que te detengas.

―Entonces sería un tonto si luchara contra mi deseo por ti.

Ella se humedeció los labios y esperó. Él se estiró entre sus cuerpos y


tomó su semi erecto pene― y lo frotó contra su clítoris.

Kelly tembló y abrió las piernas.

―¿Condón?

Él se puso rígido.

―¿Condón?

―Si – ella sabía que Karen no tendría sexo sin protección con él―. Vienen
en unos paquetitos plateados, y nos ayudará a que no nos arrepintamos
mañana.

Él rodó encima de ella y se levantó. Luego se la quedó mirando por tanto


tiempo, que sintió sus mejillas arder.

Ella se sentó y se cubrió los pechos con una mano.

―¿Has cambiado de opinión?

―No. dame un momento. – se dio la vuelta y abandonó la habitación.

Kelly aspiró profundamente.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Claramente, él sabe o sospecha que algo no está bien. Junta tus cosas y sal
de aquí antes de que hagas el ridículo.

Justo cuando se levantó, el regresó a la habitación. Se miraron el uno al


otro.

―¿Ibas a algún lugar? – le preguntó.

Con el condón cubriendo su completa erección, ella sacudió la cabeza y se


hundió en el sofá.

―Creí que habías cambiado de idea.

―No hay una oportunidad en el infierno de que eso suceda – dijo.

Ella dejo escapar un suspiro de alivio y esperó.

El rápidamente cruzó la habitación y se arrodillo en el sofá.

Kelly cerró los ojos mientras sus cálidos dedos pasaban por sus muslos.

―Lindo – susurró y separó las piernas.

―Muy lindo – respondió con una voz brusca por la pasión. Besó
calientemente uno de sus muslos antes de pasar sus labios y lengua por
su clítoris. Un completo golpe de placer sacudió su cuerpo. Dejándose ir en
frescas oleadas de placer, abrió los ojos y enredó sus dedos en su cabello.

―Cómeme – gimió.

En respuesta, deslizó dos dedos dentro de su coño y sostuvo su clítoris


entre sus cálidos labios. Luego procedió a comerla con toda la maravilla y
disfrute de un hombre al comer su primer coño.

Sus caderas se resistieron violentamente y ella tiró de su cabello cuando


su clímax se encendió en su vientre e hizo temblar todo su cuerpo.
Mientras que ella permaneció inmóvil en la agonía de éxtasis, él se unió a

Sister’s Keeper Marilyn Lee


ella en el sofá, se deslizó entre sus muslos, y empujó su polla dura en su
coño inundado.

Depositando todo su peso sobre su cuerpo, la folló con estocadas


profundas y duras.

Kelly lo rodeó con sus brazos y piernas y lo recibió de nuevo con todo el
hambre y el entusiasmo de una mujer demasiado tiempo privada de
experimentar las alegrías de una polla verdadera.

Él deslizó sus manos debajo de su culo y empujó su dura y maravillosa


polla en su coño, aumentando la potencia. A los pocos minutos de haber
entrado, su coño estaba inundado de nuevo y ella volcó todo encima de su
polla. Mientras yacía jadeando bajo él, hundió los dedos en su culo y se
corrió. Luego enterró sus labios contra su cuello mientras él yacía
tomando respiraciones lentas y profundas.

Kelly lo abrazó con una mano mientras acariciaba desde su cabello oscuro,
la espalda y sus tensas nalgas.

―Maldita sea, fue bueno ― susurró en su oído.

Sonriendo, ella deslizó le su dedo entre las nalgas para frotarle el agujero
del culo.

Se estremeció y mordisqueó su oreja en respuesta.

―Detén eso a menos que estés preparada para dame un poco más coño.
Ella contuvo el impulso de decirle que podía tener tanto coño como
pudiera manejar.

Quitó dedo de la grieta, mientras acariciaba sus nalgas.

Él levantó la cabeza para mirarla.

―¿Lo harás?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella parpadeó hacia él, complacida por la mirada de deseo en sus ojos.

―¿Haré qué?

―¿Me darás un poco más de tu coño?

Los músculos de su estómago se revolvieron. Él era tan condenadamente


sexy que sólo mirarlo le daba ganas de pasar la noche con su dura polla
enterrada hasta las bolas profundamente en su interior.

―No sé ―dijo ella en voz baja.

―¿No sabes qué?

―Si Estoy lista para tener otro asalto como el que acabo de tener.

Él se puso rígido.

―¿Te lastimé?

Kelly negó con la cabeza apenas logrando suprimir un escalofrío de placer.

―No. No me lastimaste, pero me diste una grave paliza. ― Ella acarició su


culo.

―Tenía intención de tomar las cosas con calma, pero una vez que estuve
dentro de ti y sentí tu cálido, acariciante y apretado coño masajear mi
polla como un guante de terciopelo, lo perdí. Maldita sea, tu coño es
bueno.ǁ

Acostada debajo de él, todavía empalada en su eje, ella se sonrojó de


placer.

―Una follada más haría mi día. Mierda, una follada más haría mi semana
completa.

Bajó la cabeza y le susurró palabras lascivas contra su oído.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Estoy ardiendo por volver a saborear tu dulce coño.

A pesar de la tentación, ella pensó que era hora de tirar de las riendas de
su deseo. Levantó las manos para empujar contra sus hombros.

―Si permito que ataques mi coño ahora, estaré demasiado sensible para
darle la bienvenida a tu polla de nuevo.

―Es dulce de tu parte que te preocupes por cómo tengo la intención de


pasar la noche, pero acababa de asumir tendría más coño ahora. Muchas
gracias.

Ella se echó a reír, pero negó con la cabeza.

―Maldición.

La soltó y se puso de pie.

Ella lo vio salir de la habitación.

¿Qué debía hacer? ¿Viste e irse? ¿O quedarse y ver qué otras delicias de la
noche podría ofrecerle?

Antes de que pudiera decidir, él volvió a entrar en la sala y se sentó a su


lado en el sofá.

Insegura de su estado de ánimo, ella abrió los ojos lentamente.

Él rozó el dorso de los dedos contra la mejilla.

―¿Estás bien?

Sin ver evidencia de irritación en sus ojos o contacto, ella asintió.


Hizo una mueca.

―Estoy contenta de que uno de nosotros lo esté.

Ella se echó a reír.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―¡Zorra sin corazón! ― Él se apoyó en el sofá y ella se acomodó en sus
brazos.
Cuando ella levantó la cara, rozó suavemente su boca contra la de ella.

Tocado por la suavidad de su caricia, ella se acercó más.

―¡Oye! No empieces algo que no estás dispuesta a terminar―ǁle dijo.


Ella dio un beso en la boca en respuesta, disfrutando de la intimidad.

Se besaron y acariciaron perezosamente antes de, contenida por el


momento, se durmió.

Más tarde, él la despertó mordisqueando sus labios.

Con el borde de su frustración sexual, sus dudas regresaron.


Él rozó sus labios contra los suyos.

―¿Tu bolso está en el auto?

La pregunta le recordó por qué había venido en primer lugar. Ella se


estremeció, imaginando su reacción cuando se enterara de la verdad. Él
estaría enojado y probablemente herido, pero era obra de Karen, no de
ella. O al menos lo hubiera sido si no se hubiera permitido que la situación
se le escapara de las manos.

Se mordió el labio. ¿Cómo saldría de ese lio sin parecer que no tenía moral
ni escrúpulos?

El bajo una mano para ahuecar su culo.

―¿Algo va mal, dulzura?

Kelly miró a regañadientes sus ojos verdes. Un hambre de pasar el fin de


semana follando con él eclipsó cualquier vestigio restante de sentido

Sister’s Keeper Marilyn Lee


común. Ella lo quería y sabía cómo llegar a él. Karen y ella eran muy
diferentes. Karen era una fotógrafa independiente que le gustaba ir de
fiesta. Kelly era una contadora pública que disfrutaba de noches
tranquilas en casa dedicada a la lectura de un buen libro o viendo una de
sus westerns de favoritos, a la espera del “señor correcto”.

Caída debajo de su gran cuerpo, llena de una combinación de lujuria y


necesidad, aunque sabía que no era su hombre correcto, lo quería a él de
todos modos. Y ella sabía qué hacer al respecto... si se atrevía.

Y se atrevió. Una lista interna de todas las razones por las que necesitaba
para hacer una rápida retirada brilló en su cabeza. Ella los consideró; una
voz interior le advirtió que si se alejaba de él ahora, ella pasaría el resto de
su vida arrepintiéndose.

¿Se atrevería? Ella no había pretendido ser Karen en años. Aun así,
siempre y cuando tuviera cuidado, debía ser capaz de llevarlo a cabo.
Haciendo caso omiso de los últimos vestigios de su cordura, se agachó y
tocó ligeramente su polla ahora flácida. La frotó contra su montículo y
sintió que empezaba a agitarse ante su toque.

―Nada va mal.

Excepto que claramente se había tomado una licencia de sus sentidos.


¿Quién se preocupaba por el sentido común en la presencia de un hombre
hermoso, bien dotado que quería pasar el fin de semana follando su
demasiado tiempo descuidado coño?

Él le quitó la mano de su polla y la miró directamente a los ojos.

―¿Estás segura, dulzura?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella frunció el ceño. ¿Qué le pasaba? En primer lugar quería follarla hasta
hacerla picadillo Luego pareció inseguro de lo que quería. Bueno, ella no
tenía dudas en cuanto a lo que necesitaba y quería.

Arreglando su mente, asintió.

―Sí, Pero me gustaría que tú también lo estuvieras.

―Estoy seguro de que quiero pasar el fin de semana contigo ― le aseguró.

―¿Pero? ― preguntó.

―No tengo ningún pero real ― dijo―. Ahora ¿Dónde están tus maletas? ―
Ella le sonrió, rozando las puntas de sus pechos contra su pecho.

―En casa, esperando a ser empacadas.

―¿Por qué no están aquí contigo?

―Quería asegurarme de que nos entendíamos primero.

Sus ojos se estrecharon.

―¿Qué hay que entender? Compartimos una atracción mutua y queremos


estar juntos. Si prefieres que no sea así, sólo tienes que decirlo. No tengo
planes para tomar en contra de tu voluntad.

Se levantó y se quedó mirándola fijamente, mientras casualmente puso su


polla en sus calzoncillos.

Ella reacciono instintivamente, adelantándose para tomar una de sus


manos entre las suyas. Sus manos eran grandes, con la palma ligeramente
rugosa.

―¡No! No, me gustaría mucho quedarme contigo.

Él la miró fijamente, su mirada intensa.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


–¿Estás segura?

Ella se sentó desnuda delante de él después de dejarlo follarla casi cruda.


Peor aún, ella había prometido sólo pasar el fin de semana con él, sin
decirle que no era Karen. Era loco e irresponsable. Sin embargo, iba a
hacerlo porque se sentía bien. Asintió rápidamente.

―Estoy muy segura.

―Extrañamente suficiente, lo estoy.

Seguramente, como Karen, habría esperado a pasar el fin de semana en la


cama.

―¿Por qué extrañamente?

Él se encogió de hombros.

―Mala elección de palabras.

¿Lo era? ¿O es que él sospechaba su verdadera identidad?

Él sonrió y se inclinó para tomar suavemente sus pechos en sus palmas.

―No puedo decirte las muchas ganas que tengo de pasar el fin de semana
contigo.
Ella sonrió.

–¿Estás seguro que quieres asar el fin de semana conmigo y no con mis
pechos? Parece que te gustan.

Él se echó a reír, sofocando cada pezón con besos.

―¿Quién me puede culpar? Son absolutamente exquisitos.ǁ Levantó la


cabeza y la miró a los ojos―. Pero no son el único o incluso el principal
atractivo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Complacida por su evidente deseo, ella sonrió.

―¿Oh?

Se agachó para ahuecar una mano sobre su coño.

― El honor pertenece a este dulce, fragante tesoro.

―Oh ― murmuró, reprimiendo las ganas de decirle que no había mejor


momento que el presente. Ella no había tenido un amante durante más de
un año y otra follada rápida y caliente sería demasiado deliciosa para
decirlo en palabras.

Deslizando un dedo dentro de ella, levantó la barbilla y la miró.

―Realmente me gustaría follar de nuevo ― le dijo―. ¿Tú no?

―No particularmente.

Incluso mientras bromeaba, metió la mano en los calzoncillos y envolvió


sus dedos alrededor de su carne palpitante.

―¿Tiene...?

―¿Tiene?

¿Y que si él era uno de esos? Ella reprimió una sonrisa.

―¿Tiene nombre?

―Aún no ― Él la besó―. Pero él siempre ha querido uno.

―Así que hay que dárselo.

―Yo pensaba darle ese honor a la mujer en su vida.

Ella se tensó

―¿La mujer en su vida? ¿Hay una mujer en su vida?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Sí ― dijo en voz baja―. Tú.

Kelly sonrió.

―¿Cómo debo llamarlo?

―Puedes llamarlo como quieras, después de que le des un poco más de


coño.

Ella lo masajeó, amando la sensación de su calidez contra sus dedos.

―¿Chantaje?

―Por supuesto que no, pero él es el tipo sensible. Después de que se


familiariza con tu dulce tesoro un poco mejor, él estará feliz de que lo
llames como se te antoje. ― Movió un dedo en su clítoris ―. ¿Tiene este
tesoro nombre?

―Claro que sí. Gracias por preguntar.

Él se echó hacia atrás y la miró con sus cejas levantadas.

―¿Sí? ¿Cómo se llama?

―Coño de Damon ―dijo con malicia.

Para su sorpresa, su mirada se estrechó y apretó los labios.


Ella lo miró fijamente. ¿Qué demonios lo había molestado? Justo cuando
estaba a punto de preguntarle, él negó con la cabeza. Una lenta sonrisa se
extendió por su hermoso rostro ―. Afortunado Damon.ǁ― Acarició sus
pechos de nuevo―. Necesito un poco de tu coño ― susurró de nuevo.

Una sacudida de necesidad sacudió su cuerpo.

―Dile que se coloque su capa para la lluvia y que venga a jugar.


Se pellizcó los pezones.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Él quiere tomarte en crudo.

Sólo la idea de sentir su polla dentro de ella desnuda, envió su deseo


espiral casi fuera de control. Casi, pero no del todo. Lo que había hecho
era lo suficientemente loco como para tener relaciones sexuales sin
protección.

―Bueno, dile por mí que una vez que se coloque su capa, mi coño caliente
y húmedo estará ansioso por tenerlo a él y su capa de lluvia capa
profundamente adentro.

Se levantó rápidamente y salió de la habitación.

Esperó en silencio, confiando en que regresaría preparado para el sexo


salvaje, pero protegido.

Cuando regresó a la habitación, un condón cubría su eje totalmente


erecto.
Se mordió el labio y esperó a que él se arrodillara frente a ella.
Él acarició su rostro con sus dedos.

―Espero estar en el lugar correcto, ― él dijo sonriendo ―. Alguien dijo que


podría encontrar un coño caliente y húmedo necesitado de que lo penetren
por aquí.

Ella separó los muslos y se pasó un dedo a lo largo de su húmeda raya.

―Creo que es aquí es donde quieres estar.

Él avanzó hacia delante sobre sus rodillas entre sus muslos.

―Eso es sin duda donde queremos estar.

Momentos más tarde, él deslizó su lengua y los dedos dentro de ella.

Ella cerró los ojos y apretó los dedos en su cabello.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Mientras que él apresuró sus dedos dentro y fuera de ella haciéndola
ponerse más húmeda y húmeda, exploró su raya y el clítoris con la boca y
la lengua.

Se sentía como si su cuerpo se hubiera convertido en calor líquido.


Mientras que ella se aferró a él, devoró su coño. Con sus caderas
levantándose del sofá y otra dulce liberación a unos segundos de
distancia, quitó de pronto la lengua y los dedos de ella.
Sus ojos se abrieron de golpe.

Interpretando correctamente la expresión de pánico en sus ojos, él negó


con la cabeza.

―No te preocupes, dulzura. No voy a ninguna parte excepto dentro de ti.

Aliviada, lentamente se estiró sobre su espalda.

Deslizándose entre sus muslos, rápidamente empujó dentro de ella.

Kelly cerró los ojos, perdiéndose en la maravilla de las relaciones sexuales


con un hombre que la encontraba tan deseable. Él se movió dentro y fuera
de ella con los empujes más duros. Sus dedos se cerraron y su espalda se
arqueó. Desde que había estado a punto de correrse cuando él se retiró,
sólo tomó un par de embestidas para enviarla por encima del borde.
Ella gritó, le clavó las uñas en su culo, y corrió.

Manteniéndose a sí mismo enterrado profundamente dentro de ella,


extendió sus brazos, y la folló con una furia apasionada que amenazaba
con destruirlos por completo.

Abrumada por las sensaciones de estar a su merced, se estremeció y se


acercó de nuevo.

La intensidad casi dolorosa de que el orgasmo la llevó a separar sus labios


de los de él y empujar a sus hombros.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Él la agarró más cerca y chupó duro en el costado de su cuello, él se
corrió.
Cuando se detuvo, temblando, la aplastó contra el sofá. Sus labios rozaron
su oreja.

―Mierda, doble mierda.

Kelly sonrió, pasando los dedos por el pelo. Después de que Brian
prácticamente la dejó plantada en el altar, la respuesta de Damon fue
gratificante.

―S¿ólo un doble mierda? Pensé que era por lo menos una triple mierda.
Ella sintió que su pecho se movía antes de su cálida risa le llenara sus
oídos.

―Fue por las nubes ― admitió en una voz llena de sorpresa y asombro.

Se sentía como si ronroneara mientras acariciaba sus dedos por la espalda


a su culo.

―Sí. Lo fue. ―Ella movió sus caderas y separó sus piernas sugestivamente.

Pero él gimió y salió de ella.

―Si no nos vamos ahora, no vamos a lograr salir de aquí esta noche.

A ella no le importaría pasar la noche en su cama, pero decidió el atractivo


de hacer el amor con el sonido del océano proporcionando música de fondo
era aún más emocionante.

―Entonces vamos.

―Ok. Vamos a darnos una ducha rápida. Entonces recogeremos tus bolsos
antes de echarnos a la carretera.

―¿Ducha? ― Se humedeció los labios―. ¿Juntos?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―No me tientes. ― Él se echó a reír, la atrajo a sus pies, y dio una
palmada en el culo.

―¡Ouch! Eso dolió.

Él la sorprendió deslizando sus brazos alrededor de ella y abrazándola. Él


sonrió y dio una palmada en el culo de nuevo.

―Esa es la idea general, dulzura.

Ella se apoyó en él, mirando para arriba en sus hermosos ojos verdes.

―Esto es una locura ― le dijo.

Aspiró lentamente, asintiendo.

–Lo sé. ― Sus grandes manos se deslizaron por su espalda, acariciando su


culo―. Pero nunca he sentido nada tan correcto como lo que acabamos de
compartir.
Tocado y aliviada, enlazó sus brazos alrededor de su cuello.

―Créeme, conozco el sentimiento, cowboy.― Ella tiró de su cuello hasta


que inclinó la cabeza. Cuando sus labios estaban a un suspiro, ella le dio
un beso, empujando su lengua entre sus labios y boca.

Después de varios besos apasionados, él se apartó.

―Me estas poniendo duro de nuevo.

Sonriendo, ella permitió que sus brazos cayeran lejos de él. Luego se volvió
y desfilo hacia lo que esperaba que fuera el cuarto de baño.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Él la vio alejarse, incapaz de apartar la mirada su hermoso y marrón culo
redondo. Imaginarse deslizando su polla entre los dos preciosos
montículos y en el culo envió una oleada de lujuria a través de él.
Entonces, para su sorpresa, experimentó el deseo de comer y beber de ella.

Él no era aficionado a la danza, pero planeaba apoderarse de todos y cada


oportunidad de bailar lento y junto con ella durante los próximos dos días.

Pero primero, tenía que darle flores. No. Rosas rojas que complementaran
su cálido tono de piel de chocolate con leche. Entonces él bañaría con su
vino caro y champán, y entonces…

Y entonces tal vez estarías listo para una revisión de la realidad.

Él contuvo el aliento, descartando pensamientos de follar ella toda la


noche. Tenía suficiente experiencia con mujeres para sospechar que ella
no era ni de cerca de la misma calaña que su ex novia Gina. A pesar de
que le permitió hacer el amor con ella dos veces, tenía la sensación de que
no eran relaciones ocasionales.

Si no tenía cuidado, podía terminar lastimándola al final del fin de


semana, mientras él se alejaba sexual y emocionalmente ileso. Toma el
control y dejar de pensar con la polla.

Pero recordar el sabor de sus labios y la sensación de su cuerpo


voluptuoso amortiguando mientras la follaba, sabía que sería más fácil de
decir que de hacer.

Hizo dos llamadas mientras se duchaba. La primera fue a su primo y


mejor amigo. El macho en el otro extremo del teléfono tomó varios minutos
para superar su conmoción antes de que le ofreciera asesoramiento.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Sé que ella es sexy como el infierno, pero no es tan resistente como su
hermana. Confiesa. Si ella todavía quiere ir estar contigo, bien. Pero no la
tomes sin decirle la verdad.

Debía decirle la verdad y tomar el riesgo de que se alejara de él – cuando el


infierno se congelara.

―¿Estas bien?

―No negaré que estuviera esperando el fin de semana y que se desarrollara


la relación, pero mi corazón no está roto. Dame una semana o dos y estaré
bien. ¿Qué pasa con Gina?

―Voy a llamarla en este momento. Te llamaré luego.

La segunda llamada fue más larga y polémica. Para el momento en que


Gina colgó el teléfono que había reforzado su decisión de terminar
formalmente su relación lo antes posible.

Mientras tanto, planeaba disfrutar de su fin de semana. Hizo una mueca.


Bueno, tal vez no tanto como lo que pretendía antes de hacer esa primera
llamada telefónica.

Pero él no tenía intención de gastar más del fin de semana pensando en


Gina.
No cuando la mujer más exquisita que había conocido en años estaba
desnuda bajo el agua en ese mismo momento. No había absolutamente
nada que le impidiera unirse a ella. A excepción de la advertencia que
recibió de su primo.

Maldita sea, muchacho, ¿en qué diablos te has metido y cómo demonios vas
a sacar tu culo de allí?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Contuvo el aliento, en silencio reconociendo que no tenía ganas de hacer
eso, al menos no hasta después de que hubiera pasado el fin de semana
con ella, quien diablos quiera que fuera.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Capítulo 2
Traducido por Loly
Corregido por GrizeldaDC

Sentada junto a él mientras conducía a la costa de Jersey esa misma


tarde, Kelly luchó por recordar todo lo que Karen le había dicho acerca de
él: como el hecho de que él era socio de un prestigioso buffet de abogados
y un viudo, su esposa había muerto dos años antes. Tenía una brillante
hija de diecisiete años de edad en la escuela en Boston.

Ella frunció el ceño, ¿O tenía 16 y estaba en la escuela en California?


Decidió que lo mejor sería no hablar de ella ya que no podía recordar si
Karen nunca la había llamado por su nombre. No serviría de nada que la
enviaran a empacar antes de que ella tuviera la oportunidad de
demostrarle que estaba tan dispuesta como Karen había estado para
cautivarlo. A diferencia de su hermana gemela, no podía imaginar dejarlo
plantado por cualquier otro hombre.

—Cuéntame acerca de tu hermana, dulzura, —dijo después de casi media


hora de silencio cómodo.

Kelly parpadeó y se volvió para mirar a su perfil.

—¿Quién?

—Tu hermana.

—¿Mi hermana? ¿Qué hermana?

Mantuvo la mirada fija en la carretera.

—Kelly. Ella es tu única hermana, ¿No?

Ella se sonrojó.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—¡Oh! Ella. —Forzó una risa rápida.

—Sí ella. ¿Se llevan bien?

—Claro que nos llevamos bien.

—Y Ella sigue siendo tu hermana. ¿No es así?

Ante la sospecha de a dónde se dirigía, ella forzó una carcajada.

—Claro que sigue siéndolo. Estaba en mi propio mundo cuando hiciste la


pregunta.

—Así que háblame de ella.

Se humedeció los labios.

—¿Qué es lo que quieres saber?

—Todo.

Ella vaciló, insegura de lo que ya podría saber.

Él lanzó una rápida mirada hacia ella.

—¿Demasiado para empezar?

—No Exactamente, pero...

—Entonces permíteme hacerlo más fácil para ti, dulzura.

A pesar de su nerviosismo, ella sonrió. A ella le gustaba la inflexión de su


voz cuando utilizaba el apodo.

—Por favor.

—Sé que tienes una hermana gemela.

Kelly apretó el puño izquierdo a su lado.

—Sí, la tengo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—Hmm. ¿Dos mujeres tan encantadoras como tú? Polla estate quieta.

Se mordió el labio y luego se echó a reír.

Él también se rió.

—Entonces. Esta gemela tuya, Kelly. ¿Son idénticas o fraternales?

Reprimió las ganas de mentir.

—Idénticas de algún modo.

—¿Diferentes cómo? ¿Físicamente o en el temperamento?

¡Maldita sea él! Estaba decidido a atraparla. Él debe saber o sospechar que
ella no era Karen. Pero si lo hacía, ¿Por qué no acaba de decirlo
directamente en lugar de realizar este proceso de lenta tortura?

—Tenemos muy diferente temperamentos.

—¿Pero son físicamente idénticas?

Se humedeció los labios.

—Sí.

—Veo. No sé nada más sobre ella. ¿Cómo usa su pelo?

Tragó saliva.

—Largo... Sólo más abajo de sus hombros.

—¿Cómo solías tenerlo?

Ella acarició el pelo corto en la nuca.

—¿Estás decepcionado de que me lo corté?

—Tengo que admitir que hay algo sexy como el infierno de atractivo en una
mujer hermosa con el pelo largo y oscuro cayéndole en cascada alrededor
de su cara y sobre sus hombros.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


¿Bueno, no un maldito destructor de pelotas?

—Por otro lado hay algo igual de sexy en una mujer hermosa con
suficiente confianza en su atracción por el sexo opuesto para llevar el pelo
corto y en un atrevido corte como el tuyo.

Maldita sea, pero él era tan suave como lo era sexy y guapo.

¿Qué podría haber estado pensando Karen dejando a un hombre así? Él


hacía que el ex novio de Karen y nuevo marido pareciera como un niño
jugando en un mundo de hombres. Claramente había ventajas de salir con
un amante más hábil y de más edad.

Mientras que Kelly sabía que no tenía esperanza de mantener su atención


más allá del fin de semana, planeaba sacar el máximo provecho de todas
las oportunidades para disfrutar de conocerlo en el sentido bíblico. Las
consecuencias tendrían que esperar hasta el lunes.

—Gracias, Damon.

—De nada, pero dudo si era sólo el pelo lo que mantiene... volviendo.

No. Había sido la personalidad de Karen, la que, por desgracia, no


compartía.

—Podría dejarlo crecer. Crece muy rápido.

—Qué encantadora oferta, pero no es necesario. —Su mano derecha, dejó


el volante para acariciar su pierna—. Tengo la sensación de que puedo
amar el pelo corto muy rápidamente, siempre y cuando el pelo en cuestión
pertenezca a ti.

—Gracias, Damon.

—De nada, dulzura. ¿Me harías un favor2?

2
Español original.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—Claro, si puedo.

—Llámame Dom.

—¿Dom?

—O Nick, si prefieres.

Ella frunció el ceño, mirando a su perfil.

—Ok, Pero ¿cómo se llega a Dom o Nick desde Damon?

Él se encogió de hombros.

—No hay nada de misterioso en mi solicitud, dulzura. Mi nombre es


Dominick Damon Evans Jr. Algunas personas me llaman Damon. Algunos
me llaman Dom. Otros me llaman Nick.

Karen siempre lo había llamado Damon, pero no podía muy bien señalarlo
sin preguntarse por qué su nombre era un problema con ella. —Oh, está
bien. ¿Qué prefieres? ¿Dom o Nick? ¿Y por qué de repente quiere ser
llamado algo más que Damon?

—Elección de las damas, dulzura, pero yo sugiero que uses los dos.

—¿Ambos? —Ella sonrió—. ¿Tienes una doble personalidad que requiere


dos nombres?

Él se echó a reír.

—No, pero pensé que podrías querer nombrarlo a él ahora.

—¿Él? —Ella parpadeó y luego se dio cuenta de que se refería a su polla.


Sus mejillas se calentaron—. No Estoy seguro de que estoy lista para eso
todavía.

—¿Por qué no?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—Pensé que yo podría... llegar a conocerlo un poco mejor antes de
realmente darle un nombre a él

La comisura de su boca se levantó.

—Tienes un punto ahí.

—Pero probablemente deberías saber que me estoy inclinando a llamarlo


Nick.

—Nick, será.

Para su alivio, no sólo no le preguntó más sobre ella, sino que no


mencionó a su hija. ¿Pero no debería ella hacerlo? Seguramente pensaría
que era muy egocéntrica, si no lo hacía. Y curiosamente, ella quería saber
todo sobre él, lo que sin duda incluirá su única hija.

Se aclaró la garganta.

—Así. ¿Cómo es ...? —Ella hizo una pausa, esperando que él llene el
espacio.

No hubo suerte.

—¿Cómo está quién?

Maldito sea el hombre.

—Tu Hija. —Ella dijo rápidamente antes de perder el coraje.

—¿Mi hija? Que hi… ¡Oh! Ella. —Él se echó a reír—. Ella está bien.

¿Ella? Kelly lanzó una mirada molesta en su dirección. Hombres. ¿Habría


sido demasiado para él decir en realidad su nombre? —Bien.

Casi como si supiera el origen de su molestia, él se echó a reír de nuevo.

—Vete a la mierda. —Murmuró.

—Esa es un poco la idea de este fin de semana, dulzura.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella apretó los labios, pero decidió no permitir que su obvia diversión se le
metiera bajo la piel. Haciendo caso omiso de su réplica, se acomodó en su
asiento, y se quedaron en silencio de nuevo.

Aunque emocionada ante la idea de pasar las próximas dos noches


compartiendo una cama con él, se recordó que en esas mismas noches se
presentaría un sinfín de oportunidades para que ella tropiece y se
descubra su verdadera identidad.

Él mantuvo los ojos en la carretera y las manos quietas con dificultad


durante el resto del viaje. En lugar de rendirse a la tentación de agarrarle
un hombro con la esperanza de un par de besos, se obligó a darle el
espacio y el tiempo que sospechaba que ella necesitaba.

Lanzó una rápida mirada hacia ella. Ya habría tiempo para toda la
intimidad que tanto deseaba más tarde. Por ahora él se ha concentrado en
conducir y en mantener su libido hiperactiva bajo control. El hecho de
saber que ella estaba probablemente tan excitada como él lo estaba, era
suficiente.

Él la miró de nuevo y encontró su mirada se volvió hacia él. Él le dedicó


una rápida sonrisa y volvió su atención a la carretera. Ella se va a ver
absolutamente irresistible en la luz de la luna. La noche sería muy
interesante para ambos.

Karen le había dicho que la casa de su Damon estaba en la playa. Kelly se


puso de pie en el porche que corría a lo largo de la casa mirando las olas
suavemente romper contra la orilla mientras llevaba sus bolsas y
comestibles dentro.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Se dio la vuelta para admirar su apretado y firme culo. Recordando lo
como se había sentido abriéndose y cerrándose cuando él la folló antes, se
estremeció. Pronto, si todo iba bien, estarían yaciendo en la playa
haciendo el amor a la luz de la luna. El agua lamiendo suavemente sus
pies y piernas. La arena suave y húmeda proporcionaría un colchón
delicioso cuando Damon estuviera encima de ella, su gran polla palpitante
y golpeando en su coño... no en el coño de Damon.

El pensamiento envió un cosquilleo de placer anticipado a través de ella y


sonrió.

—La casa más cercana está a un kilómetro de la playa. Podemos estar casi
solos aquí. Sólo tú, yo, la luz de la luna, y todo el romance que puedas
manejar, dulzura...

Encantada de que él parecía querer al menos una apariencia de romance


entre ellos, ella se volvió hacia él para encontrarlo de pie detrás de ella.
Tomando nota de la mirada de deseo en sus ojos verdes habló
impulsivamente. .

—¡Oh Damon!, es tan hermoso aquí ...

Él arqueó una ceja.

—Así es, dulzura. Pero lo dices que como si no hubieras estado aquí sólo
tres semanas atrás...

Kelly tomó aire y se alejó. Ese es el error número uno, chica. Y es una
mentira. No puedes permitirte más. Un error tan grande no es un buen
augurio para el resto del fin de semana.

—Sólo quise decir… no tenía ni idea de que estar aquí contigo de nuevo
podría ser muy…uh… lindo. —Se mordió el labio. Esa explicación sonaba
débil, incluso a sus propios oídos.

Él puso sus manos sobre sus hombros y la volvió hacia él.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella mantuvo su mirada en la mata de pelo visible debajo de los botones
abiertos de su camisa.

Deslizando un brazo alrededor de su cintura, él le levantó la barbilla con


su otra mano.

—Dices las cosas más dulces. Pero entonces tú eres muy dulce. ¿No es
así?

Estaba tan cerca que le resultaba difícil respirar normalmente.

—¿Lo soy Damon?

—Dom. —Le recordó él antes de que bajara la cabeza hasta que sus labios
estaban tan cerca que podía sentir su calor en la boca—. Oh sí, tu lo
eres...

—¿Qué piensas hacer al respecto ? —Preguntó.

—Apenas esto. —Él la tomó en sus brazos.

Ella levantó la cara con los labios entreabiertos ya.

Su beso fue lento e íntimo, la punta de la lengua tocando la suya antes de


deslizarse en su boca.

Ella suspiró y sus besos se volvieron calientes mientras ella se aferra a él,
amando la forma en que su cuerpo se moldeó a su tembloroso cuerpo .Ella
frotó las caderas contra las suyas. Hacer el amor con él esa noche iba a ser
demasiado erótico para decirlos con palabras.

Después de unos momentos, él la soltó.

—Si esto fuera más dulce, me moriría de una sobredosis de azúcar...

Ella sonrió, inclinando la cabeza hacia un lado.

—Y tú eres muy zalamero para un hombre de tu edad...

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Ella vio un destello de molestia en sus ojos verdes antes de que él se
encogió de hombros.

—Tienes la habitación del medio de nuevo. ..

Ella parpadeó, aturdida. Oh, mierda. ¿Seguramente él no iba a reaccionar


de forma exagerada ante una broma sin sentido?

—¿Habitación del medio?¿Tengo la habitación del medio?

Él asintió con la cabeza.

¿No iban a dormir juntos?

—Yo …¿La tengo?

—La tienes a menos que prefieras la uno de nuevo…

Tragó el por qué que temblaba en sus labios. Así que no estarían haciendo
el amor en la luz de la luna en la playa después de todo. La decepción se
alzó cuando la bilis bloqueó sus cuerdas vocales. ¿Cómo él podría querer
dormir en habitaciones separadas después del sexo caliente que tuvieron?
¿Debería decir lo obvio y decirle que sólo estaba bromeando sobre su
edad?

Una mirada al brillo determinado en sus ojos le aseguró que hablaba en


serio. Después de una breve consideración de tirar lo que quedaba de su
orgullo y rogarle que pasara la noche con ella, le sonrió y lo siguió al
interior.

Cenaron a luz de las velas en el patio. Justo antes de comer, Dom colocó
un florero que contenía una sola rosa.

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—Una oscura, rosa roja cuya belleza palidece en comparación con la mujer
más sensual y más bella que he conocido.

Una oleada de calor se precipitó a través de Kelly.

—Eso es tan dulce.

Se inclinó sobre la mesa para estrechar sus manos entre las suyas.

—Puedo ser más dulce todavía.

Ella sonrió.

—Eso es con lo que yo estoy contando.

Él sonrió.

-¿Lo haces ahora?

Ella sospechaba que lamentaría su comportamiento desvergonzado más


tarde. Pero su único deseo actual era que él le hiciera el amor. O mejor
aún, la follara duro y profundo. Estaba mojada sólo de pensarlo.

—Oh, sí.

—Entonces los dos tenemos algo que esperar.

Ella asintió con la cabeza.

Él le sostuvo la mano mientras caminaban por la playa después de la


cena. De vez en cuando, se la llevaba a la boca y le besaba los dedos.

Aunque la noche parecía llena de romance, cuando ella lo miró, lo


encontró mirándola con el ceño fruncido lo que crea un aire de inquietud
en ella. Eso es hasta que de repente se detuvo y le dio vuelta en sus
brazos.

Ella se apretó más cerca.

—Maldita sea, eres hermosa.

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Ella unió sus brazos alrededor de su cuello y levantó la barbilla.

—¿Qué piensas hacer al respecto?

Él rozó suavemente sus labios contra los suyos. Permitiendo que sus
labios se deslizaran sobre su mejilla, le susurró algo al oído. Aunque
inaudible sonaba suave y romántico.

—No entendí ni una palabra de lo que dijiste, pero me gustó el sonido de


las mismas. —Le dijo.

Él sonrió y le dio un rápido beso en los labios antes de soltarla. Sin sus
brazos alrededor de ella, sintió un escalofrío. Tomando su mano en la suya
de nuevo, siguió caminando sin hablar.

Se detuvo varias veces más para besarla y acariciarla. Cada vez que sus
labios tocaron los suyos y sus manos rozaban su culo, se sentía mareada
con anticipación de la noche por venir. Cuando él la tomara, ella iba a
volverse totalmente salvaje y darle a él una jodida follada que quitaría los
pensamientos de Karen completamente de su hermosa cabeza.

Para cuando llegaron de vuelta a la casa, ella estaba mojada y lista. Para
su consternación, una vez dentro, él la dejó en la puerta de su dormitorio
con un beso cálido pero breve.

—Dulces sueños. —Le susurró.

Ella lo miró fijamente, rogando con los ojos para que la llevara a la cama y
le hiciera el amor.

—¿Dulces dulces?¿No vamos a dormir juntos?

Él la besó de nuevo, lamiendo y mordiendo suavemente su labio inferior.

—No.

¡Maldito sea!

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—¿Por qué no?

—Creo que tenemos que pasar la noche solos.

—¿Por ?

—Yo quiero que estés muy segura antes de que…

—Ya estoy muy segura y ya hemos tenido relaciones sexuales ...

—Yo sé eso. Créeme, lo se…

—¿Entonces cuál es tu problema?

—¿Estás segura de que yo soy el que tiene el problema?

Ella se puso tensa.

—¿Qué se supone que eso significa?

Él se encogió de hombros y la besó en la mejilla.

—Así que si estás segura ahora, todavía estarás segura en la mañana. Te


veré luego.

Recogió los restos de su orgullo, asintió con la cabeza, entró en el


dormitorio del medio, y cerró la puerta con un golpe decidido. Llena de
deseo frustrado, ella caminó hacia el tocador y se sentó a mirar su reflejo.
¿Qué tiene ella que yo no tenga? Ella tenía los mismos ojos marrones y
rasgos faciales que los hombres encuentran tan fascinante en Karen. El
mismo hoyuelo adorna su mejilla derecha. Dom había pasado las últimas
seis semanas agasajando a Karen y cayendo bajo su hechizo. Suertuda
Karen.

Kelly tenía un solo fin de semana para llegar a conocerlo. Odiaba


admitirlo, pero ella había contado que con el sexo se hiciera más fácil
decirle la verdad. Ahora tendría que encontrar otra manera. Se desnudó
hasta la ropa interior y se metió en la cama. Ella se quedó allí por mucho

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tiempo, saboreando el recuerdo de los besos cálidos de Dom y su forma de
hacer el amor.

Luego, se burló de la idea de que estaba tan cerca y sin embargo fuera de
su alcance, no podía dormir. Después del placer que se habían dado uno
al otro antes, ella había estado tan segura de que la noche iba a
encontrarlos saboreando el placer, juntos de nuevo.

Le pego con un puño a su almohada. Si ella fuera Karen, no había manera


de que ella estuviera yaciendo en la cama solo. Karen sabría qué hacer y
qué decir para que él le rogara placer en la cama. En algún nivel
subconsciente, debe sospechar que ella no era Karen. Ella sacudió enojada
su cabeza. Mañana sería otro día y maldita si no encontraba una manera
de hacer que la tomara.

Temprano a la mañana siguiente, ella encendió la cafetera, puso la mesa


en la cocina, llenó dos tazas con café, y llamó a la puerta del dormitorio de
Dom.

Su profunda voz de dormido gritó in.

—Pase.

Entrar en el dormitorio de un hombre que ella no conocía no era algo que


ella hubiera hecho antes. Pero entonces, hasta antes de ayer, ella nunca
tuvo relaciones sexuales con un hombre que no conocía tampoco. Además,
tenía que aprovechar al máximo todas sus posibilidades, empanzando
desde ahora. Ella abrió la puerta del dormitorio y entró en la habitación,
tratando de proyectar un aire de una mujer que pertenecía allí.

Sus ojos fueron inmediatamente atraídos a la cama donde estaba sentado.


Ella lo miró. Tenía hombros anchos y musculosos y un pecho grande
cubierto por una masa de cabello fino y oscuro. Se veía tan sexy que ella
sintió que sus músculos del estómago se apretaban y su coño palpitaba.

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Una sábana hasta la cintura escondió el resto de su cuerpo. Pero ella
conocía los placeres que la sábana cubría y no podía apartar los ojos de él.

Él sonrió.

—Buenos Días. ¿Café?

Ella asintió con la cabeza. Y un coño, si lo deseas.

Acarició la cama.

—Ven a compartirlo conmigo.

—¿Tú crees que debería?

—Probablemente no. —Él sonaba divertido—. Ven de todos modos. No voy


a morderte... bueno, no mucho.

Ahora era el momento para detener la locura antes de que quedara


completamente fuera de control. Ella quería desesperadamente dormir con
él la noche anterior. Por razones propias, había ignorado sus invitaciones
descaradas. Ella sólo tenía que poner la taza sobre la mesa y salir. En
cambio, ella se sentó en el borde de la cama y le dio la taza. —Es Negro,
sin azúcar.

—Gracias. —Después de tomar un sorbo, él dejó la taza—. Eso fue bonito,


pero sólo sirvió para ir abriéndome el apetito para otras cosas. —Su voz
era suave, sugerente.

—¿Qué otras cosas?

—Pasé la mayor parte de la noche pensando en un tesoro encantador


llamado el Coño de Dom. —Él pasó el dorso de sus dedos contra su
mejilla—. Necesito algo de él ahora. ¿Estás todavía interesada?

—¿Qué hay acerca de tus dudas ... de anoche? —Preguntó.

—Te necesito y quiero ahora mismo. ¿Te interesa?

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Su coño palpitaba. Ella asintió con la cabeza.

Él pasó un dedo por sus labios entreabiertos.

—¿Estás segura? Yo quiero que estés segura.

—¡Si me lo preguntas una vez más, voy a azotar tu culo apretado!

—Probablemente eso me gustaría —bromeó.

Ella se sonrojó.

Su sonrisa se desvaneció.

—¿Existe algo que quieras decirme antes de que hagamos esto otra vez?

Ella contuvo la respiración en una ola de pánico. Él lo sabía. Querido Dios


sabía que ella no era Karen. El pánico fue arrastrado por una rabiosa
lujuria. ¿Y qué si él lo sabía? ¿Qué importaba, siempre y cuando él la
follara?

Ella levantó la barbilla y miró a los ojos.

—La única cosa que quiero decirte es cuánto te quiero dentro de mí. ¿Es
esa explicación suficiente o tengo que humillarme rogándote para ser
follada?

Él le acarició la mejilla.

—Esa no es exactamente la respuesta que yo quería, pero te puedo


asegurar, no tengo ningún deseo de humillarte.

—Entonces ¿Qué estás esperando?

—Buena pregunta. —Tomó la taza intacta de sus dedos temblorosos y lo


colocó en la mesita de noche. Luego suavemente la llevó a la cama—.
¿Cómo lo quieres? —Él habló en contra de su boca abierta mientras se
estiraba en la cama, llevándola con él.

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—De cualquier modo que quieras dármelo. —Pateó la sábana y contuvo el
aliento.

La única cosa debajo de la sábana era su fuerte y hermoso cuerpo. Se


permitió unos momentos para contemplar el objeto de sus fantasías, su
polla totalmente erecta levantándose dentro de su vello púbico oscuro. No
sólo era de un muy buen tamaño, sino que también tenía una cabeza
grande y gruesa. Dios, no podía esperar a sentirlo deslizándose dentro y
fuera de su coño de nuevo.

Ella cerró las dos manos a su alrededor.

—¡Oh Dom! Te deseo.

—Soy todo tuyo, cariño. —Susurró con voz profunda y ronca.

Ella quería hacer el amor rápido y apasionado, seguido de una follada


explosiva, pero él tenía otras ideas.

Depositó una lluvia de besos hambrientos, dulces y calientes, contra su


boca, su cuello, sus pechos y el estómago, antes de que finalmente
hundiera la boca y la cara entre sus muslos. La lengua, los dedos y los
dientes enviándole intensas sensaciones, casi insoportablemente deliciosos
recorriendo a través de su cuerpo.

—¡Oh ... Dios!

Él la comió con el avaro disfrute de un hombre que había hecho un arte de


el acto de comer un coño.

Su corazón latía, el aliento atrapado en su garganta, y su coño chorreaba


mientras se corría.

Él ahuecó su culo en sus manos, levantó sus caderas contra su boca, y


con entusiasmo chupaba los jugos que fluían de su coño satisfecho.

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Aturdida por la fuerza de su respuesta a él, ella gimió y le agarró la cabeza
entre sus piernas.

—¡Oh ... Dios!

El siguió besando y acariciando hasta que ella cayó hacia atrás contra la
cama, respirando con dificultad. En lugar de alejarse de ella, Dom se
acostó apretando su rostro contra su estómago.

Ella enredó los dedos en su cabello.

Él le acarició suavemente sus muslos, mientras que su corazón volvió a la


normalidad.

—¿Estás bien? —Preguntó.

—Nunca he estado mejor. —Admitió.

—-Yo tampoco. —Él respondió, sonando sorprendido. Después de un


momento de permanecer entre sus muslos, se puso de rodillas.

Kelly se humedeció los labios.

Extendió su gran cuerpo encima de ella entre sus piernas.

Sintiendo su polla dura presionado contra su canal empapado, su corazón


latía a un nuevo ritmo de deseo contra su pecho.

Cuando él la besó, el olor de ella en sus labios llenó sus fosas nasales.

Él le frotó la cabeza de su pene contra la longitud de su vagina, iniciando


un fuego ardiente en la boca del estómago.

—¿Estás lista para ser follada? —Preguntó en voz baja.

—Sí. —Ella deslizó sus brazos alrededor de su cuello—. ¡Oh, sí, por favor!

—¿Con o sin condón?

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Ella estaba tomando la píldora y quería sentir su polla desnuda dentro de
ella. Sabía que con la cabeza fría no era el camino a seguir, pero tenía que
sentirlo desnudo dentro de ella.

—Sin. —Le dijo.

—Eso es un paso muy grande.

Maldito. ¿Estaba ahora teniendo dudas?

—Lo sé.

—¿Estás protegida?

—Sí.

Él mordisqueó sus labios.

—¿Normalmente utilizas condón?

—Siempre. —Ella gimió.

—Yo también. Así que sólo por esta vez... —Descansando su peso sobre
sus rodillas y un brazo extendido, él presionó la cabeza de su polla contra
su coño.

Kelly temblaba de necesidad y le pasó las manos por su cuerpo.

—¡Tómame y fóllame ahora!

—Oh, nena, voy a tomarte justo ahora. —Empujó sus caderas hacia
delante. Su polla empujó lentamente entre sus pliegues húmedos y dentro
de ella.

—¡Oh! ¡Dios! ¡Sí! ¡Sí!

Con sólo la cabeza de su pene quieta en su interior, se detuvo para


mirarla.

—¿Estás bien?

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Ella nunca había tenido un amante con la cabeza de su polla tan gruesa y
grande. Con ganas de sentirlo tomar plena posesión de ella, ella asintió
con la cabeza.

—Sí.

—¿Estás segura?

—Positivamente. —Ella levantó las caderas de la cama.

Él la besó suavemente, descansó más de su peso sobre ella, y empujó


contra ella.

Ella gimió con placer, sintiendo su coño estirándose para dar cabida a su
resbalosa carne caliente. Era una sensación maravillosa. Sus dedos se
cerraron y su espalda se arqueaba mientras le dio la bienvenida a la
invasión insistente en su cuerpo. Esta vez no se detuvo hasta que toda su
polla estuvo enterrada profundamente dentro de ella.

Ella respiró en cortos jadeos través de su boca, saboreando la maravilla de


tener su coño lleno de una gruesa polla tan dura. Celestial.

Él levantó la cabeza y la miró.

—¿Yo estoy haciéndote daño? ¿Quieres que la saque un poco?

Le encantaba la plenitud que sentía con él enterrado profundamente


dentro de su coño. Si le dolía un poco, pero bueno, Señor, era un dolor
dulce que gustosamente iba a soportar una y otra vez.

—No.

—¿Estás segura? —Él rozó sus labios contra su cuello—. No necesito estar
todo entero en tu interior para disfrutar de hacer el amor contigo.

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A Kelly le gustaba que él hablara de hacer el amor con ella en vez de
follarla. Ella pasó los dedos por el pelo corto que comenzaba a ser plateado
en las sienes.

—¿No quieres estar completamente dentro de mí?

—¡Diablos, sí! Estás tan estrechas, resbaladiza y caliente.

—Son cosas buenas ¿No es cierto?

—¡Oh, demonios, si! —Movió sus caderas suavemente contra las de ella,
enviando un estremecimiento desde su coño hasta los pies—. Pero no si es
incómodo para ti. Quiero que disfrutes de nuestro hacer el amor tanto
como tengo la intención de hacerlo yo.

Ella tenía su coño lleno de la polla más dulce que había tenido en su
interior. ¿Cómo podía no disfrutarlo? Ella extendió la mano y lo atrajo
hacia ella hasta que su pecho estaba contra sus pechos.

—Oh, tengo la intención de disfrutar de cada centímetro de tu polla


deliciosa. Ahora, por favor, deja de hablar y empieza a follar.

Él la besó de nuevo, esta vez su boca se sentía dura y exigente. Él se retiró


de la calidez de su cuerpo, y luego empujó sus caderas hacia adelante,
enviando su polla profundamente al interior de ella.

Ella se aferró a él, moviendo sus caderas contra las suyas, haciendo gala
de la pasión ardiente entre ellos. Podía sentir el calor, no sólo en la polla
ahora empujando dentro y fuera de su cuerpo resbaladizo, sino también en
los hambrientos labios devorando su boca de manera exigente. Temblando
al borde de otro clímax, ella se rindió completamente a él, guardándose
nada para sí misma, dándole el acceso total y completo a su coño, sus
labios y su corazón. El roce de sus labios, la emoción de sus manos
acariciándola, los empujes rítmicos de polla dentro y fuera de su coño la
llevaron a un nivel de placer que nunca había sentido o esperado. Perdió la

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noción de qué tan alto su placer se elevó antes de que ella estallara en
pedazos a su alrededor. Sólo entonces le dio mordida en el costado de su
cuello, agarrando su culo en sus palmas, y conduciendo su polla duro y
profundo dentro de ella con una fuerza que la dejó sin aliento, y
estremeciéndose cuando finalmente se corrió.

Se desplomó sobre ella, presionando su cara contra su hombro.

—Oh, maldita sea, eres tan dulce.

Ella lo abrazó, lamiendo su hombro.

—Tú también, Dom. Tú también.

Suspiró y rodó sobre su espalda, sosteniendo su cuerpo encima del suyo.


Mientras ella estaba en sus brazos maravillándose de lo satisfecha que
estaba, empezó a besar y acariciarla de nuevo, haciendo bocina con las
manos sobre su culo.

—Eso fue bueno, pero te necesito de nuevo. —Susurró las palabras contra
su pelo, como si fuera una pregunta.

Ella se sorprendió de lo rápido que estaba dispuesto a follarla otra vez. ¿No
necesitaban los hombres de su edad más tiempo entre folladas? Ella hizo
girar sus caderas.

—Tómame, soy tuya.

—Sí, tú eres mía. —Él la empujo sobre su espalda y la montó,


hundiéndose en ella hasta las pelotas con una delicioso empuje—. Este
coño es todo mío.

Ella jadeó, arqueando la espalda.

—¡Oh, sí! ¡Sí, Dom!. Te sientes tan bien dentro de mí. ¡Por favor , por favor¡
Fóllame de nuevo duro y profundo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Levantó la cabeza para mirarla a los ojos.

—Me encanta cuando una mujer ruega por una follada. —Él la agarró por
las caderas, los mantuvo quieta, chupando uno de sus pechos en su boca,
y le dio una increíble, corta y dura follada que la tuvo gimiendo en
cuestión de minutos. Apuñalando su resbaladizo coño, él explotó,
llenándola con chorros de su semilla.

Él gimió, sosteniéndola con tanta fuerza, que casi con toda seguridad
llevará las marcas de su amor en cuestión de horas. Pero a ella no le
importaba. Esto era maravilloso más allá de toda creencia.

—Me encanta ser llenada con tu polla y su semen.

Él mordisqueó sus labios.

—Ha pasado mucho tiempo desde que me corriera dentro del coño una
mujer. Y tú eres tan malditamente dulce.

Ella volvió la cabeza e intercambiaron besos lánguidos. La acarició con


suavidad, su polla aún dentro de ella. Se quedó dormida en sus brazos con
sus palabras cariñosas susurradas llenando sus oídos.

—Oye, ¿estás planeando dormir todo el día, mi exquisita preciosa?

Suspirando con satisfacción, Kelly abrió los ojos.

Dom se acercó a ella con una bandeja. Se había afeitado y estaba vestido
con un par de pantalones cortos y un jersey.

—¿Con hambre? —Preguntó.

Se incorporó lentamente, sosteniendo la sábana contra sus pechos


desnudos y doloridos. Tendría que acostumbrarse a tenerlos succionados

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de nuevo. No es que alguien alguna vez le había parecido disfrutar
chupando sus pechos tanto como lo hizo Don.

—¿Exquisita preciosa?

—Sí. Estás preciosa y exquisita. —Él le acarició la mejilla—. Y mía.

Ella era sin duda era suya. Ella sonrió.

—Y hambrienta. ¿Qué tiene que hacer una preciosa deliciosa para


conseguir algo de comer por aquí?

—Dar un poco de coño.

Una ola de calor se disparó a través de ella. Ella permitió que la sábana
caiga de su cuerpo, dejando al descubierto sus pechos.

Puso la bandeja sobre la mesita de noche y se sentó en la cama.

—¿He dicho lo hermoso que tus pechos son últimamente?

Ella se rió y los sacudió hacia él.

—¿Quieres chuparlos?

—No me tientes. —Se inclinó y la besó en los labios—. Antes de que me


tientes a volver a la cama, pensé en a dar un paseo en la playa. ¿Te unes a
mí?

—¡Prefiero follarte! —Ella dijo sin rodeos.

Él tomó los pechos con las manos.

—¿Eres siempre tan desinhibida?

—No —admitió—. Tú sacas la chica mala en mí.

Él sonrió.

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—Me encantan las chicas malas con los pechos hermosos, un buen culo,
un coño apretado y labios dulces y calientes. —Besó sus pezones antes de
levantar la cabeza para mirarla—. ¿Vienes conmigo?

Ella asintió con la cabeza.

—¡Sí! Dame media hora. —Olió la bandeja—. Esto huele bien.

—Es mi especialidad, omelet de huevo y salchicha picante. —La besó


varias veces, lentamente y con gusto, antes de llegar a sus pies—. Mejor
espero fuera. De lo contrario me uniré a ti en la cama de nuevo.

Ella le sonrió.

—Ahora esa una idea que me gusta, vaquero.

—Te gustan los Vaqueros, ¿verdad?

—Me encantan.

—Por suerte, soy originario de Texas. ¿Cómo te gustan tus vaqueros,


cariño?

—Así como tu ... alto, con el pelo oscuro, guapo, y muy bien armado.

Apretó un cálido y persistente beso en la boca antes de dejarla sola en la


habitación.

Sonriendo, ella se levantó y se dirigió al cuarto de baño. Mientras se


duchaba, decidió que había sido una tontería preocuparse la noche
anterior. No había manera de que pudiera saber que no era Karen a menos
a que ella se lo dijera. Y ella no iba a hacer eso hasta que estuviera lo
suficientemente segura de él como para confesar su verdadera identidad.
Esperemos que, en el momento en que lo hiciera, esté tan compenetrado
con ella, que estaría dispuesto a perdonarla.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Fueron a Atlantic City en la noche. Durante la cena, levantó la mirada
para encontrar que la observaba con una mirada cansada en el rostro. —
¿Qué está mal? ¿Está mi nariz brillante o algo así? —¿O se había de
alguna manera delatado?

Él negó con la cabeza lentamente.

—No. Me pregunto por qué te conformas con un fin de semana con un


hombre trece años mayor que tú.

Se relajó y lo miró a los ojos.

—Yo considero estar aquí contigo un privilegio, Damon, no conformarme.


Además, sé que a un montón de mujeres les encantaría estar en mis
zapatos. —Sin mencionar llena de su polla voluptuosa.

—¿Y tú? —Ella sintió que su zapato la toca suavemente debajo de la mesa.

—Estos son los únicos zapatos en los que estoy interesado.

Ella sonrió.

—¿Cómo de interesado estás?

—Mucho.

—Tienes que saber que el sentimiento es mutuo, Dom.

Él asintió con la cabeza, pero ella vio la mirada cansada todavía en su


mirada.

Después de la cena pasaron una hora de juego. Después de que ambos


perdieron, caminaron brevemente por el paseo marítimo antes de regresar
a la casa de la playa.

Ellos se sacaron sus zapatos y caminaron de la mano a lo largo de la costa


hasta que se detuvo y volvió a inclinarse en su contra.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Él se inclinó para besarla.

—¿Lista para volver adentro?

Ella asintió con la cabeza.

Dieron media vuelta y regresaron a la casa en silencio.

Una vez dentro, le consternó cuando él la llevó a la puerta de la habitación


del medio.

—¿Por qué estamos parados frente a este dormitorio, Dom?

—Me tienes comportándome como un adolescente loco por el sexo desde el


momento en que te vi. Y seamos sinceros, yo no soy un niño. Es el
momento de que me acuerde de eso y deje de pensar con mi polla.

—¿Qué?

—Es tan difícil pensar con claridad a tu alrededor, pero venir aquí, cuando
yo sabía que no estaba en control total no era una buena idea. Quiero,
pero no creo que deberíamos complicar las cosas más por dormir juntos
nuevo.

¿Cuál demonios era su problema? ¿Qué le hizo pensar que podía seguir
haciéndome una paja a su alrededor para adaptarme a su estado de
ánimo? Estaba enfadada hasta que un súbito pensamiento la golpeó. Tal
vez él no podría follarla de nuevo tan pronto, pero no quería tener que
admitirlo. ¿Era su deseo sexual esporádica responsable de la pérdida de
interés de Karen en él?

Si ese fuera el caso, pensó que Karen había hecho una mala elección, pero
el pensamiento ayudó a entender su acto frío-caliente. Ella no lo empujaría
ni haría nada que empeorara las cosas para él.

—Ok. —Ella dijo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Él le tomó la cara entre sus manos y la besó hasta que ella no podía
respirar. Entonces la abrazó brevemente antes de que la insitara a entrar a
la habitación.

Kelly se tragó su decepción mientras se desvestía. Una vez en la cama, ella


permaneció despierta durante mucho tiempo, con la esperanza de que él
fuera a buscarla. No lo hizo y pasaron su última noche juntos en camas
separadas. Marcó un puño en la almohada y volvió la cara en la hendidura
resultante.

No puedes perderlo, Kelly. No puedes. Si hay períodos de tiempo en que no


se puede follar, aprenderás a tratar con él. Sólo tienes que encontrar una
manera de transmitirle esa información a él sin dejar que sepa que sabes de
sus limitaciones sexuales. Si tienes suerte, va a recargar sus baterías
durante la noche y estar listo para un poco de amor mañanero.

A la mañana siguiente se despertó para encontrar que había café


preparado y le había hecho una deliciosa tortilla y tostadas francesas. A
pesar de que le dio un beso en la mañana, no mostró ningún deseo de un
polvo rápido.

Hicieron el viaje de regreso a Filadelfia casi en silencio. Él parecía


preocupado y ella se sentía miserable y confundida. Él la besó en la mejilla
y se despidió en el vestíbulo del apartamento en el centro de la ciudad que
ella y Karen habían compartido.

—¿Adiós? —¿ No buenas noches?

Él le acarició su mejilla con el dorso de la mano.

—Creo que ambos necesitamos un poco de tiempo para tomar decisiones


racionales antes de que nos veamos nuevo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


¿Él dijo eso después de follársela? Encantador. Ella apretó la mano en un
puño y se resistió a la tentación de rogarle que se quedara. En cambio, lo
vio caminar fuera de su vida a través de una bruma de lágrimas.

Apretando los labios, se subió al ascensor y se dirigió hasta su piso. Una


vez dentro de su apartamento, la realidad de lo que había hecho la golpeó.
Ella se dejó caer en su sofá de dos plazas y llamó Bethnae.

—Necesito hablar. ¿Puedes venir?

—Ah, claro. Dame una hora.

Cuando él entró a casa, se encontró con su primo y mejor amigo


esperándolo. Nacidos con siete días de diferencia, habían crecido juntos.
Ellos nunca habían pasado más que unos pocos años alejados. No
guardaban secretos el uno del otro. En el momento en que se enfrentaron,
vio la clara desaprobación a los ojos tan parecidos a los suyos, mirar en
ellos era casi como mirarse en un espejo.

Suspiró.—Adelante. Dímelo.

—Ok. Estabas claramente pensando con tu polla durante el fin de semana,


Dom.

Se sirvió un whisky y se lo bebió de un trago antes de responder.

—No es como si me propuse engañarla y ¿sabes qué? No estoy de humor


para un sermón. Así que si eso es todo lo que tienes que decir, creo que me
acostaré temprano. —Se alejó sin esperar una respuesta.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Bethnae escuchó en silencio mientras que Kelly le dijo lo que había pasado
el fin de semana.

Cuando Kelly terminó de hablar, Bethnae dejó escapar un suspiro.

—Así que en realidad...

Ella asintió con la cabeza.

—Sí. Permití que me hiciera el amor a mí, pensando que yo era Karen.

—Diablos, Kel. Yo no habría pensado que lo tenías en ti.

—Ni yo, pero en el momento que lo vi, lo perdí.

—Claramente, pero como Karen no lo quiere, ¿Dónde está el daño?

—¿Dónde está el daño? Beth, es sólo una cuestión de tiempo antes de que
visite el estudio de Karen y se entere de que ha sido estafado. Entonces
¿qué va a pensar de mí?

—Si Eso es tan importante, ¿por qué te acostaste con él, Kel?

—Creo que me enamoré de él en el momento que él me besó. Sé que suena


loco, pero este dolor en mi corazón me dice que es verdad. Me he
enamorado de un hombre que está loco por Karen. Cuando se entere de lo
que he hecho, me despreciará.

—Vamos no vayas ahí. —Bethnae suspiró—. Vamos simplemente a ver


dónde estamos parados. ¿Cómo se separaron?

Ella suspiró, sacudiendo la cabeza.

—Dijo que necesitábamos tiempo para pensar racionalmente antes de que


nos viéramos de nuevo.

—Entonces tal vez no hay un problema.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella asintió con la cabeza. —Sí existe porque lo que siento por él es real,
Beth.

—Entonces ¿Qué vas a hacer al respecto?

—No hay nada de que pueda hacer al respecto de ellos.

—¿No lo hay?

Ella negó con la cabeza. —No puedo seguir pretendiendo ser Karen.

—¿Por qué no? ¿Dónde está el daño?

—Cuando él se entere de ello me despreciará. Ese será el daño.

—Sabes lo que dicen de que todo vale en el amor y la guerra, Kel. Karen no
lo quiere y tú lo haces. Por eso digo que se justifica el hacer lo que sea
necesario para mantenerlo.

—¿Qué clase de relación podría esperar sobre la base de una mentira tan
flagrante?

--No Sé. ¿Por qué no lo consultas con la almohada antes de tomar


cualquier decisión?

Ella asintió con la cabeza.—Probablemente sea lo correcto.

—¿Así que vas a estar bien?

—Sí.

Bethnae miró su reloj.

—Si estás segura, voy a ir a casa.

—Lo estoy. Gracias, Beth.

Después de que Bethnae se fue ella se metió a la cama, sólo para pasar en
vela por lo que parecieron horas. A la mañana siguiente, cansada e
incierta, se fue a trabajar. Incapaz de concentrarse, se esforzaba por pasar

Sister’s Keeper Marilyn Lee


el día sin cometer demasiados errores. Cuando llegó a casa, el portero le
entregó una docena de rosas rojas. Sonriendo, ella se apresuró a subir a
su apartamento y leer la tarjeta, que decía simplemente,

—Gracias para un fin de semana encantador. Espero verte pronto. Dom.

—¡Sí! —Ella levanto su puño en el aire. Él quería volver a verla. La realidad


rápidamente eclipsa la sensación de euforia. Tarde o temprano, iba a
descubrir su identidad. ¿Por qué ella no había sido honesta con él? Si a él
le gustaba Karen, ¿Por qué no habría de gustarle ella? Por supuesto, ella
no era tan salidora o ingeniosa como Karen, pero tenía sus momentos. Y
no había duda de que ella lo había complacido en la cama. Así que ¿por
qué no había hecho él una cita definitiva para volver a verla? Durante las
seis semanas que él y Karen habían salido, lo habían hecho por lo menos
cuatro veces a la semana. Ella quería desesperadamente volver a verlo,
pero decidió que había hecho suficiente lío de las cosas.

No volvería a verlo hasta que ella hubiera encontrado una manera de


decirle la verdad. Sin embargo, cuando el teléfono sonó mientras estaba en
la ducha esa noche, ella pensó que era Dom. Agarrando una toalla, ella se
apresuró a agarrar su teléfono celular.

—¡Hola!

—¡Hola, Kel!

Se envolvió la toalla alrededor de ella y se sentó en el borde de la cama. —


¡Kai! ¿Cómo va todo? ¿Eres feliz? —Preguntó con ansiedad. Ella había
rogado a Karen que llegara a conocer a Mike de nuevo antes de fugarse
con él. Por supuesto, como estaban las cosas, era una buena para hablar
de impetuosidad. Ella y Karen eran obviamente más parecidas de lo que
había admitido.

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—¡Sí!¡Oh sí, Kel!. No te preocupes. Todo está genial. —Ella suspiró feliz. —
¡Mike es aún fantástico! Es como si no hubiéramos estado separados
durante los últimos cuatro años. La química sigue ahí y es fuera de serie.
Y oh, Kel, ¡él es absolutamente el mejor amante que he tenido! Hablo de
una buena polla.

Kelly levantó una ceja. Le resultaba difícil creer que Mike era mejor
amante que Dom. No es que ella pudiera admitir eso.

—Genial.

Karen habló después de una breve pausa.

—¿Bueno?

—Bueno, ¿qué?

—Bueno, ¿No vas a echarme en cara para hablar de polla y sexo?

No cuando ella había dejado de pensado muy poco sobre la polla de Dom
desde que lo conoció.

—No. Si dices Mike el mejor amante del mundo, ¿Quién soy yo para
discrepar? ¿Así que es bueno entre ustedes todavía?

Karen se rió.

—Oh Kel. La vida es mejor que bien. ¡Es genial! Estoy tan feliz.

Ella sonrió.

—Estoy tan aliviado al escuchar eso, Kai. Estaba tan preocupada.

—Lo sé Kel, pero no necesitabas estarlo. Sé que piensas que era una
tontería fugarme con Mike después de una separación de cuatro años,
pero a veces sólo sé que algo está bien. Y cuando lo vi de nuevo, sólo sabía
que estábamos destinados a estar juntos. Ambos lo sabíamos. ¿Lo puedes
entender?

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Oh chico podía entender. Ella asintió con la cabeza.

—Sí. Y estoy tan aliviada y feliz por ti.

—Escucha, nos estamos preparando para ir a cenar, pero yo quería hablar


contigo acerca de Damon primero.

Kelly se mordió el labio.

—¿Damon? ¿Qué pasa con él?

—Bueno, Mike dijo que no era justo que yo te permita que le digas a
Damon acerca de nosotros. Insistió en que le dijera yo misma a Damon
cuando lleguemos allí. —Allí estaba su oportunidad de decirle a Karen que
ella y Damon habían sido amantes y para decirle sobre el fin de semana
que había pasado con él. Pero ella no podía. No por teléfono.

—Oh. —Ella dijo débilmente.

—Me alegra haberte encontrado antes de ir a verlo. En realidad, yo le dejé


un mensaje.

Kelly palideció. —Tú…¿Qué hiciste?

—Sí, pero no sé si él entendió el mensaje. De todos modos, sé lo mucho


que temíamos que le dieras malas noticias, a pesar de que creías que
había que hacerlo. Por cierto, ¿Dónde has estado? He estado tratando de
llamarte todo el fin de semana entre las sesiones de sexo con mi adorable
esposo.

—He estado saliendo... —Ella se mordió el labio de nuevo. No había


ninguna razón o necesidad de mentir a Karen. Sobre todo, si hubiera oído
realmente su mensaje. Ella frunció el ceño. Damon no era el primero de los
parias3 de Karen que había codiciado. No era más que el único que

3
Personapertenecientealaclasesocialbaja

Sister’s Keeper Marilyn Lee


realmente importaba, y la única atracción en la que en realidad había
actuado.

—Es hora de que tengas un poco de diversión, Kel. Espero que hayas
disfrutado.

—Lo hice. —Ella rezó en silencio que Karen no le preguntara nada más
que la condujera a otra mentira.

—Bueno, tengo que correr. Yo sólo quería quitarte el peso de encima. ¡Te
amo!

—¡También te amo! —repitió ella, y colgó.

Permaneció en el lado de la cama, tratando de decidir la mejor manera de


salir del lío en el que había aterrizado. ¿Lo sabía Dom? ¿Había realmente
escuchado el mensaje? Finalmente se decidió que no lo había hecho. Su
secreto estaba a salvo hasta que lo hiciera.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Capítulo 3
Traducido por Loly e Ivi
Corregido por Ivi

Kelly estaba en su segunda taza de café cuando Dom llamó a la mañana


siguiente. En el momento en que oyó su voz, su corazón se aceleró y se
sintió casi mareada de placer.

—¡Dom!

—Hola para ti, mi deliciosa encantadora. Escucha, sé que es poco tiempo,


pero estaba esperando que cenar conmigo esta noche. ¿Estás libre?

Todas sus buenas intenciones y el sentido común volaron por la ventana.


Claramente, él no había escuchado el mensaje de Karen, así que ella podía
ser sensible en otro momento.

—Sí, lo estoy.

—Genial. Te recogeré en el trabajo digamos que a las cinco y media— le


dijo.

Ella peleó contra el pánico. Si él iba al estudio de Karen, él sabría que ella
estaba en su luna de miel.

—¡Oh, no! No... Voy a... Voy a tener que cambiarme primero. Uh, ¿me
recoges en casa a las seis y media?

—Bien. Te veré después, cariño.

Cariño. Sostuvo el teléfono contra sus pechos después de que colgó. Si ella
realmente fuera su novia en lugar de Karen.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Le resultaba difícil concentrarse en el trabajo. Sus pensamientos seguían
yendo hacia a él. Al final de la jornada, corrió a su casa para prepararse.

Llegó esa noche con otra docena de rosas. Después de que ella las puso en
un florero, él la tomó en sus brazos.

—Hola dulzura.

Ella silenciosamente levantó la boca.

Inclinó la cabeza y ahuecando una mano sobre su culo, le dio una


palmada varias veces antes de que él la besara hasta dejarla sin aliento.

Con el escozor en el culo y temblando de deseo, ella finalmente se quedó


sin aliento y tiró de sus brazos.

—Hola, Dom.

Él sonrió, acariciando su mejilla.

—¿Lista para ser agasajada con una buena cena?

Ella asintió.

—Sí. Oh, sí, Dom.

—Me gusta la forma en que dices mi nombre casi sin aliento— le dijo. Él la
atrajo a sus brazos. Deslizando sus manos debajo de su vestido y en sus
bragas, él acarició sus nalgas mientras su boca la tomaba por varios
minutos muy dulces.

Cuando levantó la cabeza, ella se apartó antes de que ella cediera a la


tentación y se agachara para descomprimir sus pantalones.

—Será mejor irnos ahora.

Él asintió, respirando profundamente.

—Si... Antes que me olvide de la cena y vaya derecho al postre.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Haciendo caso omiso de la voluntad de instarlo a comer tanto dulce como
él podía manejar, ella sonrió.

—Entonces, ¿nos vamos?

Él golpeó su culo bien fuerte.

Ella contuvo el aliento.

—Si sigues haciendo eso, no voy a ser capaz de sentarme.

Él se rió y tomó su mano entre las suyas.

—Muéstrame el camino.

Cenaron en un restaurante italiano antes de ir a un club a bailar. Con su


mejilla presionada contra su hombro, y sus labios en su pelo, era lo único
que podía hacer para no levantar la cabeza y dejar escapar la verdad. Él lo
sabría muy pronto cuando Karen y Mike regresaran de su luna de miel.
Hasta entonces, ella planeaba disfrutar de cada precioso momento con él.

Una vez, cuando estaba a punto de admitirlo, él la interrumpió.

—Vamos a mantener las cosas tranquilas, cariño. En este momento sólo


quiero abrazarte y bailar— dijo estrechándola lentamente.

Entonces cerró los ojos y flotó alrededor de la pista de baile en su cálido


abrazo.

En el camino a su apartamento, escucharon jazz suave en silencio.

—¿Te gustaría entrar?— preguntó ella cuando estaban fuera de su puerta.

Vaciló antes de ahuecar su rostro entre sus manos.

—Me encantaría, pero tengo una conferencia mañana a la mañana.


Necesitaré toda mi ingeniosidad.

Le acarició una mano por su pecho.

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—No te mantendré mucho tiempo despierto y no tenemos que tener sexo si
lo prefieres.

Él frunció el ceño.

—¿Por qué demonios no iba a querer tener sexo contigo?

—¿Entonces entrarás?

—Si entro, será follarte hasta dejarte sin sentido.

Ella le agarró de la corbata.

—Entonces entra.

—No puedo permitírmelo. — Inclinó la cabeza y suavemente tocó sus


labios a los de ella. —Así que voy a regañadientes a decir buenas noches.

Oh, maldita sea. Aunque decepcionada de que no podía cambiar su mente,


él parecía tan tierno que se preguntó si él estaría de humor para
perdonarla si le dijera la verdad. Ella le cogió la mano mientras se alejaba.

—¿Dom?

—¿Sí, mi preciosa? ¿Qué sucede?

—Yo... Eh... yo... no estoy tan segura que lo soy.

—¿Preciosa?— Él le sonrió. —Oh, te garantizo que eres preciosa. Pero dime


lo que te molesta. ¿Hay algo que tienes que decirme?

Ella vaciló. Era casi como si supiera, pero no podía. Había sido demasiado
cuidadosa. Y ella sabía que no había escuchado el mensaje de Karen.
Teniendo en cuenta este hecho, si confesaba y él la rechazaba, ella tendría
que acortar innecesariamente su tiempo juntos.

—No. No hay nada que contar. Me gustó estar contigo esta noche. Y
desearía que no estuviéramos despidiéndonos esta noche.

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Él la abrazó y ella sintió el bulto inconfundible de su polla dura.

—El sentimiento es mutuo, cariño, pero si paso la noche no voy a querer


levantarse temprano por la mañana y dejarte.

Ella alcanzó entre sus cuerpos para colocar su mano sobre su polla.

—¿Seguro que no quieres pasar un rato? No voy a mantenerte toda la


noche. Lo prometo. Sólo quiero un poco de polla para calmar el dolor en mi
coño.

Él respondió apretando sus brazos alrededor de ella y deliberadamente


frotando su entrepierna contra la de ella.

Ella se estremeció y se aferró a él, levantando sus labios entreabiertos a


los suyos.

Él la besó, su lengua deslizándose dentro de su boca en busca de la de


ella. El bulto entre las piernas se hizo más grande y más fuerte y el
corazón le latía en anticipación de sentirlo deslizarse dentro de ella otra
vez.

En cambio, él apartó la boca y levantó la cabeza.

Ella lo miró.

—¿Dom?

—Oh, diablos, tengo que salir de aquí.

—¡No! — Ella gimió en protesta cuando de pronto se apartó de ella. —¿Por


favor, quédate?

Él negó con la cabeza.

—No me tientes más allá de mi resistencia, mi preciosa. Mi cliente se


merece mis mejores esfuerzos mañana. Y yo no le puedo dar eso si estoy

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agotado de haber pasado toda la noche haciéndote el amor.— Él rozó su
boca contra su mejilla. —¿Voy a verte mañana por la noche?

Ella se frotó la mejilla contra su pecho.

— Sí, pero ¿me follarás entonces.

Él se rió, dándole una palmada en el culo.

—Vamos, no hagamos ninguna promesa hasta que tengamos la


oportunidad de hablar. Mañana por la noche tocaremos de oído y veremos
donde la noche nos lleva. ¿Está bien?

No estaba bien, pero si él no deseaba saltar de nuevo en su cama, no


había mucho que pudiera hacer al respecto. Ella desvió la mirada.

—Bueno.

La besó en la comisura de la boca.

—Resiste conmigo, mi preciosa ¿Está bien?

Él le preguntó que como tuviera una elección. Ella forzó una sonrisa.

—Está bien.

— Gracias.— Él la besó en la mejilla y abrió la puerta — Buenas noches.


Dulces sueños.

Cero oportunidades de un sueño tranquilo cuando ella se sentía a punto


de estallar por la frustración sexual.

—Tú también, — dijo y entró. ¡Oh, maldita sea! ¿Qué tenía que hacer para
volver a llevarlo a la cama?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Aunque cenaron dos veces más esa semana, al final de cada noche, él
ofreció una excusa para no pasar la noche con ella o incluso darle un
rapidito. Cada vez que intentó confesar, él la detuvo.

Una semana más tarde, mientras estaban tomando una copa rápida en el
intermedio de una obra de teatro de Broadway, él le pidió que pasara un
fin de semana largo con él en las montañas de Pocono.

La idea de un largo fin de semana pasado en habitaciones separadas era


poco atractivo. Sin embargo, ella no iba a estar rogándole que la follara de
nuevo.

—Déjame que lo piense en ello y me pongo en contacto contigo.— ella dijo


y se alejó.

Él la tomó la mano y la giró para que se enfrentara a él.

—Piensa al respecto ahora y dame una respuesta ahora.

Su insistencia la sorprendió.

—¿Por qué el apuro, Dom?

—Quiero una respuesta justo ahora.

Ella tomó una respiración molesta.

—Bien. Sí.

Él sonrió, dando a su mano un suave apretón.

— Esta vez no vamos a tener que fingir que necesitamos habitaciones


separadas.

Después de que tan despiadadamente hubiera rechazado todos sus


intentos para meterlo en su cama la manera de decirle que él esperaría
que ella durmiera con él, le molesto. Por supuesto, después de la forma

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descarada que ella se había comportado, era ridículo esperar que él la
trate como una virgen tímida. Ella se encogió de hombros.

—Bien, Dom.

Él estudió su cara durante un momento, luego se acercó y le acarició la


mejilla.

—Lo Siento, dulzura. Eso salió todo mal. Quiero, tengo que hacerte el
amor de nuevo, pero no quise hacer ninguna suposición que te molestara.

Ella era la única que había sido cruda, siempre pensando en términos de
su polla y coño. ¿Cómo podía culparlo por responder de la misma manera?

Ella apretó la mejilla contra su mano.

—No hay necesidad de disculparte. No me he comportado exactamente


como una virgen tímida contigo.

Suavemente le levantó la barbilla, lo que le permitió mirarla a los ojos.

—Si ambos nos sentimos de la misma manera, no hay necesidad de ser


tímida conmigo. Aunque tengo que admitir que tu timidez es sólo una de
las muchas razones por las que te encuentro tan deliciosamente
irresistible.

¿Deliciosamente irresistible? Ella parpadeó. Ningún hombre la había


descrito de esa manera. Probablemente ninguno jamás había pensado en
ella de esa manera. Sabiendo que él sentía lo mismo por ella fue una
emoción. Ella suspiró. Pero entonces él realmente no sentía lo mismo por
ella. Él pensaba que era Karen.

—Oh vaquero. Si tan sólo pensaras así.

—No tartamudeo. Te acabo de decir que yo lo hago.— Él levantó sus


manos a sus labios. —¿Estás segura de que no hay algo que tienes que
decirme? Me comprometo a escuchar cualquier cosa que tengas que decir.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella quería confesar, pero ¿cuánto tiempo duraría su paciencia, cuando se
enterara de la verdad? Ella apartó las manos y negó con la cabeza.

—No. No hay nada que decir.

Él recuperó una de sus manos.

—Todo bien, dulzura.

Ella suspiró. ¿Cómo puede algo estar bien mientras ella lo estaba
engañando?

Cenaron después de la obra. Durante el café, él se inclinó sobre la mesa


para colocar su mano sobre la de ella.

—¿Estás viendo a alguien?

—¿Qué si estoy viendo a alguien? ¿Quieres decir alguien que no seas tú?

—Sí. Aparte de mí.

—No.

—¿Así que no estás saliendo con alguien más?

— No, Dom, no lo hago.

—¿Por qué no?

—No Sé. Tal vez porque yo ya estoy saliendo con un hombre con el que
me interesa salir. Sólo para que no haya malentendidos. Ese serías tú.

Él sonrió.

—No sabes cuánto me alegro de oír eso.

—¿Y tú? ¿Estás saliendo con alguien más, Dom?

Su vacilación fue demasiada larga para ser su imaginación.

—No, ya no.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Ella retiró su mano de la suya.

—¿Oh?

Él se encogió de hombros.

—Tengo que admitir que había alguien hace un par de semanas, pero no
fue nada serio y lo terminé de forma permanente después de nuestro fin de
semana en la costa.

Ella lo miró fijamente.

—Así que le eras infiel a Ka…— Ella se contuvo y miró hacia otro lado.

Él recuperó su mano.

—Nunca tuve que mentir acerca de mis enredos románticos. Nunca fue
realmente serio y ahora se terminó.

Ella no era un ejemplo para hablar cuando Karen se había fugado de él.

—Bueno. ¿Así que ahora estamos saliendo data entre sí exclusivamente?

Él asintió con la cabeza.

—Sí. Salir exclusivamente contigo es la única manera de continuar.

Ella sonrió y le apretó la mano.

—Eres tan romántico y dulce, Dom.

—Y tú eres tan hermosa y sexy que mereces mi atención completa


y…devoción.

—¿Devoción? Me gusta cómo suena eso.

Él se rió y le soltó la mano.

Hablaron casualmente por el resto de la comida. Más tarde, cuando él le


dio el besó de las buenas noches, deslizó una mano bajo su vestido y
pellizcó sus mejillas del culo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


En el momento en que levantó la boca de la de ella, se sentía a punto de
estallar. Pero el infierno se congelaría antes de que ella le rogara y le diera
otra oportunidad de rechazarla.

—Buenas noches, — susurró ella y se deslizó en el interior de su


apartamento, cerrando la puerta antes de que pudiera responder.

Pedaleando en la bicicleta fija en el gimnasio dos noches más tarde con


Beth, Kelly lanzó una rápida mirada a su amiga.

—Se honesta conmigo. ¿Crees que estoy loca?

—Creo que estás locamente enamorada de él. Y que puedo entenderte.

Ella hizo una mueca ante el sentimiento de camaradería que escuchó en la


voz de Bethnae.

—¿Ningún movimiento de él todavía?

—No. Y ahora es tiempo de que me enfrente al hecho de que él no está


interesado y siga adelante.

—¿Qué hay de Todd?

—¿Qué hay con él? — Bethnae contrarrestado. -—El es bastante


agradable, pero...

—¿Pero qué?

—No es lo que yo quiero.

Kelly suspiró.

—Somos un triste dúo, ¿no?

—No tú. Tú has llegado al menos a la primera base con su Damon.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—Dom. Él prefiere ser llamado Dom.

—¿Por qué? Karen siempre lo llamó Damon.

—No sé por qué. Además, sólo he llegado a la primera base un par de


veces porque él cree que soy Karen.

—No creo eso.

Se volvió para mirar el perfil de Bethnae.

—¿Qué quieres decir con que no lo crees?

Bethnae se encogió de hombros.

—Quiere decir que no estoy tan segura de que él piensa que eres Karen.

—¿Qué?

—Mira, este es un chico de alto perfil, nunca perdió un caso como


abogado defensor. Estoy pensando que ha descubierto por ahora que no
eres Karen y a él no le importa.

Ella negó con la cabeza.

—No. Él no puede saberlo.

—¿Y por qué no puede él saberlo?

—He sido muy cuidadosa.

Bethnae negó con la cabeza.

—Si yo fuera tú, me gustaría dejar de preocuparme por qué él descubriera


algo que probablemente ya sabe. Lo mejor es concentrarte en mantener la
pasión bien alta entre ustedes dos.

—Si se pone más alto, los dos vamos a estar descerebrados.

Bethnaerió.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—¡Bien ahí y sigue adelante, chica!

Sonriendo, intensificó su pedaleo.

—Eso intento hacer.— Al menos hasta que llegó el momento de pagar los
platos rotos.

Kelly y Dom pasaron su fin de semana en los Poconos montando a caballo,


jugando al tenis, nadando y dando largos paseos. Le gustaba hacer todas
esas cosas con él casi tanto como ella disfrutaba haciendo el amor con él y
despertar a su lado en la mañana. Una noche alquiló un saco de dormir
doble y pasaron la noche en un sendero de montaña. Acostada sobre su
espalda con Damon en su interior y las estrellas en lo alto añaden una
chispa extra para hacer el amor. Su clímax fue tan intenso, que la dejó
totalmente sin aliento y letárgica.

—Oh, Dom, eso fue más que maravilloso— susurró, aferrándose a él.

Él le chupó el cuello, todavía totalmente erecto y dentro de ella.

—Lo fue. Pero tengo mucha hambre esta noche y quiero y necesito más, mi
deliciosa preciosa.

Ella susurró.

—Estoy sintiéndome feliz y lánguida.

—Entonces prepárate para sentirte aún más feliz.

Se estremeció cuando él salió de ella. Abrió la cremallera de la bolsa y


salió. Ella se puso boca abajo, presionando su mejilla contra la parte
inferior de la bolsa de dormir. Momentos más tarde, él volvió a dejarse caer
en la bolsa. Él suavemente la puso de lado, apretó su cuerpo detrás de

Sister’s Keeper Marilyn Lee


ella, la besó en el cuello, y le levantó una pierna. Ella sintió su polla en su
entrada y se estremeció.

Aspiró a su oído.

—Todavía te necesito, mi preciosa.

—Entonces tómame. Soy tuya... toda tuya.

—¡Malditamente cierto que lo eres!—Poniendo una mano sobre su coño, la


penetró desde atrás, deslizándose lentamente su casa.

—¡Oh, Dios, Dom, tu polla se siente tan maravillosa!

—También lo hace tu coño, mi preciosa— Él tiró de sus caderas, tirando


de ella hacia atrás hasta que su culo se apoyó en su entrepierna.
Acariciando su dura longitud sin prisa dentro y fuera de ella, él tocó su
clítoris con la otra mano, y enterró sus labios contra su cuello, debajo de
la oreja.

—No puedo recordar la última vez que necesité o deseé tanto a una mujer
como a ti. Oh, maldita sea, me haces sentir tan condenadamente bien—.
Tienes el coño más dulce y apretado que tuve el placer de follar en un
tiempo muy largo. No puedo tener suficiente de ti. Tú y tu coño resbaladizo
me encantan. —Las palabras lujuriosas, combinadas con el poderoso
movimiento de su polla, y su asalto suave, pero implacable en su clítoris,
la envió a un clímax demoledor en cuestión de minutos.

—Oh, Dios…oh, Dom… ¡voy a correrme!

Él empujó profundamente en ella, en varias ocasiones, haciéndole daño.

—Córrete por mí. Córrete para, dulzura. Eso es , aprieta y convulsiona a


mi alrededor…oh, demonios …¡aquí me corro yo también, bebé! —
Suavemente le mordió en el cuello y la apretó con fuerza mientras la
llenaba con su semen. Cuando se dejó caer contra su espalda, ella sonrió

Sister’s Keeper Marilyn Lee


adormilada, empujando sus caderas contra él para mantenerlo dentro el
mayor tiempo posible.

Al salir de ella, sus jugos corrían por su pierna. Sintiéndose totalmente


sensual y encantada, ella sonrió y se volvió en sus brazos. Se besaron,
abrazados. A punto de quedarse dormida, ella sabía que se estaba
metiendo en la línea para un corazón roto. Pero ella no podía renunciar a
él hasta que tuviera que hacerlo. Sus relaciones sexuales ese fin de
semana estaba completamente desinhibido y cada fibra de su ser le dijo
que ella y Dom pertenecía juntos. Ella no sabía cómo podía mantenerlo
una vez que él se enterara de la verdad, pero ella tenía que encontrar una
manera. Ella no iba a perderlo.

Sus ojos brillaban con lágrimas en el camino de regreso a Filadelfia. Ella


había tenido una probada del paraíso con él y no quería pensar más allá
del momento. Pero el regreso de Karen expondría su mentira. ¿Entonces
qué?

Cada vez que miraba en su dirección, ella notó la forma tensa en que
agarraba el volante.

—Dulzura, ¿me preguntaba si habías pensado en el matrimonio? —


Preguntó mientras se encontraban fuera de la puerta del apartamento
diciéndose buenas noches al final de su fin de semana largo.

Su corazón se aceleró y tomó varios momentos antes de que sus músculos


de la garganta estuvieran lo suficientemente flojos para que hablara.

—¿Matrimonio? ¿Has dicho matrimonio? ¿Con quién?

—¡Conmigo! ¿A quién demonios te crees que me refiero?

Ella parpadeó.

—¿Contigo? Yo no sé qué decir, Dom.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


—¿No lo sabes? Un sí sería lindo.

¿Cómo iba a gritar que sí cuando él pensaba que estaba proponiéndoselo a


Karen?

Él suspiró.

—Mira, sé que está la diferencia de edad, pero sin sonar poco modesto,
creo que tengo mucho que ofrecer para compensar eso.

—Tu edad no es un problema, Dom.

—Me parece recordar un par de comentarios que indicaban que podría


serlo…

—¡Fueron pensados como chistes!

—Sólo en caso de que no lo fueran, quiero señalar que yo soy muy bueno
en lo que hago. Tú no necesitarías trabajar a menos que lo desees. Puedo
darte lo que quieras dentro de lo razonable y...

Su primera reacción fue de total júbilo. ¡Bethnae tenía razón! Él la quería a


ella. Entonces la realidad se impuso. Era Karen con quería casarse. Ella
apretó un dedo contra sus labios cálidos.

— La edad nunca ha sido el problema conmigo, Dom...

―¿Pero hay un problema?

―Yo… ¿Por qué preguntaste…. Me refiero al matrimonio.

―¿Por qué crees? – a pesar de que sonrió, parecía inseguro de sí mismo―.


No esperaba sentir este nivel de… alegría y placer. Estar contigo hace que
todo en mi vida valga la pena.

―¡Oh Dom! Me siento de la misma manera.

―¿Así que estás de acuerdo conmigo de que juntos somos perfectos?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Sí ― admitió―. Y sí que me gustaría casarme...

Su sonrisa se desvaneció. ―Hay un ‘pero’ en tu voz.

―No lo quiero todavía, sólo es eso ― mintió.

―Somos perfectos juntos y los dos estamos solos y saliendo. Los dos
queremos casarnos. ¿Por qué no ahora?

―He recibido una... Kel...carta de “lo siento Jane” una vez y sólo quiero...
necesito de ir poco a poco. ¿Sí?

― ¿No lo quieres por el momento o que no lo quieres conmigo?

Ella lo miró. ¿Cómo podía preguntar eso luego de que se había entregado
tan libre y desvergonzadamente a él?

―No lo quiero por el momento. Eres un gran tipo...

―¿Pero?

―No, no hay ningún ‘pero’ en relacionarme contigo, Dom. Eres un gran


tipo, un amante fantástico, dulce, y considerado. ¿Qué más podría desear
una mujer?

― No lo sé. Parece que quieres más. – Él parecía dudoso.

―¿Debería sentirme desalentado?

―Oh, no, Dom. ― Si sólo pudiera encontrar una manera de salir del
desastre que había creado, se casaría en un minuto. Olvida el
matrimonio. Viviría con él si él quisiera.

―¿Estas segura, cariño? Prefiero saber ahora si no estás interesada en mí


de esa manera. Yo…

Ella se extendió para apretar contra presionar sus labios contra los suyos
en una serie de besos muy íntimos y de boca abierta. Él respondió con
una pasión y deseo que la dejaron temblando de necesidad.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―¿Se sintió como como si no estuviera interesada en ti?

―Eso fue muy bonito, pero fue sólo físico. Quiero y necesito más que deseo
de ti.

Ella le acarició la mejilla.

―Estoy muy interesada en ti, Dom, y estoy muy segura que no debes
desanimarte. Y créeme, esto no es sólo lujuria.

El suspiró.

―Bien, pero me gustaría que dieras una seria consideración a casarte


conmigo.

Ella se mordió su labio y evitó a su mirada.

―Lo haré, Dom. Dame un poco de tiempo para acostumbrarme a la idea


que quieres casarte conmigo.

Se volvió para enfrentarse a él.

―En caso de que no lo sepas, permíteme asegurarte que todo lo que te


esté preocupando no va a hacer ninguna diferencia para mí.

¿Diría eso si supiera la verdad? Si tan solo tuviera el coraje de ser honesta
con él. Decidió que esperaría hasta el último minuto. Entonces quizás de
alguna manera... si se alejaba de ella, no dolería tanto. O por lo menos ella
habría pasado cada momento posible con él

―¿Se lo has propuesto sin decirle quién eres?

Dom camino de un lado al otro por el piso del salón de su primo después
de llevar a Kelly a casa.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―No quiero un sermón, Damon.

―Lo que quieres y lo que necesitas al parecer son dos cosas diferentes.

Le dio por mirar fijamente la cara tan similar a la suya propia, que la gente
pensaba con frecuencia que eran gemelos.

―Ella no aceptó, así que no hay daño. Además, no es como si ella no


estuviera haciendo lo mismo.

―Tal vez sí, pero por lo menos tuvo la decencia de no aceptar sabiendo que
ella no estaba siendo sincera contigo. Tienes que decirle quien eres.
Claramente Dom., tiene sentimientos por ti. Tú tienes sentimientos por
ella. No continúes haciéndole creer que eres yo.

―Ella ha hecho un par de comentarios sobre mi edad.

―¿Y? No la hicieron dejar de verte y dormir contigo. No harán que ela deje
de aceptarte por quien eres. ― Se levantó y colocó una mano sobre su
hombro. ―Eres un consumado y exitoso. Dile la verdad y luego propónselo
otra vez. Hazlo pronto.

―¿Por qué? ǁ

―Estoy ansioso por conocer a la mujer capaz de ponerte de rodillas por


completo, señor – yo soy – no – del – tipo – que― se― casa y que lo ha
propuesto luego de unas semanas.

―La amo.

―Apuesto a que ella también te ama.

―¿Cómo has llegado a esa conclusión? Ni siquiera la conociste.

―De lo que Karen me dijo, son tan cercanas como nosotros. Y por lo que
me dijo, ella es muy tímida y reservada. No hay manera que hubiera

Sister’s Keeper Marilyn Lee


continuado durmiendo contigo a menos que sintiera algo real. Es tuya
para que la tomes, Dom. Tómala.

Asintió.

―Gracias por la charla.

―Harás lo mismo por mi algún día.

―Lo sabes.

La noche antes de que Karen y Mike debieran regresar de Las Vegas, Kelly
le pidió a Dom que la acompañarla en una cena crucero por el río
Delaware.

― Yo invito ― le dijo ella.

―¿Y quieres pasar a buscarme a mi casa, pagar por la cena y conducir de


regreso a mi hogar? – le preguntó.

Su evidente placer por la simple invitación la sorprendió.

―¿Nunca has sido invitado a salir por una mujer?

―Nunca por una que me importara. No puedo esperar para verte esta
noche, dulzura.

―Lo mismo ― dijo―. Hasta esta noche.

―Hasta esta noche, dulzura. Que tengas un buen día y piensa en mí a


menudo.

―Siempre lo hago, Dom ― admitió antes de colgar.

Cuando llegó a buscarlo para cenar con rosas rojas, él le envolvió en un


cálido abrazo y la besó.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Gracias, dulzura. Son casi tan hermosas como tú.

―Oh, Dom, ¡gracias! ― resbaló a través de su brazo. ―Comencemos la


noche, así puedo llevarte a por vino y cena.

La noche era hermosa y la comida perfecta, pero Kelly no tenía apetito.

Karen regresaría dentro de veinticuatro horas. Luego después de su


regreso, ella sin duda se pondría en contacto con Dom y expondría a Kelly
como un fraude.

Después de que salieron del barco, caminaron a lo largo de la orilla del río
bajo la luz de la luna, de la mano.

―¿Qué va mal, dulzura? ― preguntó súbitamente.

Ella meneó la cabeza. Su mundo estaba a punto de caer su alrededor y no


había nada que pudiera hacer al respecto. Una vez que supiera la verdad,
sabía que nunca lo volvería a ver. ―¿Mal? No hay nada. ¿Por qué lo
preguntas?

―Has estado preocupada toda la noche. Espero que no esté empezando a


aburrirte.

Se sorprendió de que un hombre guapo y encantador podría ser tan


inseguro de sí mismo.

―¿Aburrirme? No hay ninguna posibilidad de que tú nunca me aburras,


vaquero.

―Bueno, así que no te aburro. ¿Cómo te hago sentir?

―¿No es obvio?

Él se detuvo en la sombra proyectada por el barco atracado y miró hacia


abajo a sus ojos. ―Sino lo fuera no lo estaría preguntando.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Oh, Dom... ― Frotó su mejilla contra su hombro. ―Me encanta estar
contigo.

―¿No estás molesta por la diferencia en nuestras edades?

Él lo miró.

―¡Por última vez, no! Me gustan los hombres mayores en general, siempre
me han gustado. Te adoro en particular ― admitió ―. No me importaría si
tuvieras 60.

―Me alegra oír eso, porque llenas mi cabeza, K.

Estaba emocionada por sus palabras, pero fría por el hecho de que no la
había llamado Karen durante algún tiempo.

―¿Por qué... por qué me llamaste K así?

Sus ojos se achicaron.

―Pensé que preferirías ser llamada así antes que Karen.

Lo sabía, por supuesto. Bethnae había estado en lo cierto después de todo.


Había sido una idiota para pensar que podría continuar a engañándolo. Se
alejó de él e inmediatamente se sintió fría sin el calor de sus brazos
alrededor de ella. Lo observó, tratando de calibrar su reacción.

Él miró su reloj.

―Vayamos a tu casa para que podamos terminar esta discusión en


privado.

Ella asintió en silencio.

Caminaron hacia su coche sin tocarse. Le resultaba difícil concentrarse en


conducir. Cada vez que lanzaba un vistazo en su dirección, encontró
mirándola.

Una vez en su apartamento, se enfrentaron entre sí en su sala de estar.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―¿Desde?... ¿Desde hace cuánto lo sabes?

Él arqueó una ceja.

―Desde la primera noche, por supuesto.

―¡La primera noche! ¿Pero cómo? ¿Cómo lo supiste?

El apretó un dedo pulgar contra la boca de Kelly, y ella tembló.

―Eras tan refrescante y tímida, te ruborizabas cada vez que estaba cerca
tuyo, incluso después de que hubiéramos hecho el amor.

Acariciaba su mejilla.

―Gemelas idénticas o no, entiendo que las dos son muy diferentes.
Además, Karen siempre ha llamado ‘abogado’ a Damon, no vaquero. Nunca
te vi con una cámara. Entiendo que ella raramente estaba sin una.

―Desde que supe que no eras Karen, tenías que ser Kelly. ― Sonrió
burlonamente.

La vergüenza de Kelly se convirtió en ira.

―Me has llevado a la orilla y has hecho amor bajo falsos pretextos ― dijo
fríamente.

―¿Puedes liberar ese cargo con una expresión seria?

―¡Sí! ¿Por qué no me dijiste que sabias la verdad? ¿o no conocías la


diferencia entre nosotras?

―¿Alguna vez te llamé Karen cuando hacíamos el amor?

―No. ― Por lo menos no lo había notado. Por supuesto cuando hacían el


amor, sus pensamientos estaban revueltos generalmente durante
segundos luego ser besada y sentir su dura polla. En el calor de la pasión,
él podría haberla llamado una perra inmoral y no lo habría notado o
importado.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Malditamente cierto, no lo hice porque sabía a quién le estaba haciendo
amor cada vez que te tocaba. Mientras que estabas obviamente contenta
de jugar conmigo.

―¡No lo hice! ― Pero por supuesto que era así cómo debía parecerle a él ―.
No fue así en absoluto.

―¿Planeabas decirme la verdad? ¿O nunca ibas a decir la verdad? Te he


dado varias oportunidades para confesar.

―Y tu me detuviste varias veces cuando sabias qu quería decirte la verdad.


– Frunció los labios―. Y tengo que preguntarme por qué.

Suspiró.

―Deberías hacerlo ya que he estado guardando un secreto similar.

―¿Lo tienes? ¿Cuál es tu secreto?

Pasó una mano a través de su pelo.

―No soy Damon.

―¿Qué? ¿Quieres decir que has mentido acerca de tu nombre?

―No. En realidad, mi nombre es Damon — por lo menos uno de ellos lo es.


Como te dije, mi nombre es Dominick Damon Evans Jr.

―Entonces ¿de qué estás hablando, Dom?

―El hombre de la cita de tu hermana es Damon Dominick Evans, Jr.

Ella meneó la cabeza.

―Es el mismo nombre y eres el hombre de la foto que ella tenía como u
protector de pantalla.

Movió la cabeza.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Mi nombre es Dominick Damon y el suyo es Damon Dominick. He visto
una foto de ella, pero nunca he conocido a tu hermana. Salía con mi primo
Damon.

Recordó su respuesta cuando le preguntó sobre su o la hija de Damon y


creyó él y Karen nunca habían salido.

―¿Por qué llamas a tu hermano tu primo?

―Damon y yo somos primos nacidos con una semana de diferencia.


Nuestras madres son dos hermanas gemelas idénticas casadas con
hermanos gemelos idénticos. Uno de sus hermanos nos dijo que mientras
seamos primos legales, somos en realidad genéticamente gemelos idénticos
— lo que sea que eso signifique.

―¿Primos idénticos? ¿Hablas en serio?

Absolutamente. Incluso nuestros propios padres solían decirnos que


costaba separarnos. Pero no estoy interesado en conversar sobre Damon.

―No. Hablemos de tu engaño, ― dijo, hurgando en su pecho. ―¿Por qué no


me dijiste la verdad cuando llegué?

―¿Por qué estabas ahí si no era para meterte en su cama? ― respondió.

―Fui a decirle que lo suyo y Karen se había terminado! No fui a fingir que
era Karen. ¿Qué hacías tú ahí y él no?

―Estuve viviendo en Los Ángeles durante diez años. Cuando mi última


relación se mudó hacia el sur y Damon me pidió unirme a su bufete, decidí
venir. Voy a quedarme con él hasta comprar un lugar propio. Él había
recibido el mensaje de tu hermana temprano ese día y voló a las Bahamas
para ahogar sus penas. Cuando abrí la puerta y te vi, me quedé duro.

―¿Y eso te hizo decidir engañarme?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Tú también lo has hecho ― le recordó―. Y cuando asumiste que era él,
decidí ir con la corriente.

Se encogió de hombros.

―Ves, somos muy parecidos y obviamente destinados a estar juntos.

―Nunca tuve la intención de engañarte, Dom. Pero antes de que pudiera


decir nada, me besaste y supe que eras todo lo que siempre había deseado
y necesitado en un hombre. Karen no te quería — a él, pero yo sí.

―¿Y no confesaste porque….?

―¡Porque pensé que querías a Karen y yo nunca podría ser ella!

―Creo que eso es bueno, dulzura. Damon se enamoró de ella, pero no lo


suficiente como para proponerle matrimonio. Tú me tuviste a tus pies
desde el primer momento en que te vi. No necesitas ser alguien que no
seas tú. A Damon le gustaba ella mucho. Yo te amo.

―¿Me amas? ¿Estás seguro?

―Diablos, sí estoy seguro. Tengo cuarenta años y nunca he considerado


pedirle a alguna otra mujer que se casara conmigo. Esta no es la primera
vez que he estado enamorado, pero es la más intensa. He estado
esperando casi un mes para que te encariñaras en bastante conmigo para
que me dijeras quien eres. ― Inclinó su cabeza y presionó un beso largo y
dulce contra su boca, permitiendo que sintiera su polla en su contra ―. Si
pudieras aprender a quererme un poco, estaría satisfecho― le susurró ―.
Apenas un poco.

―¿Aprender a amarte un poco? ― ella miraba su cara ―. ¿Estás loco?

Suspiró.

―¿Es demasiado pronto para esperar que te sientas lo mismo por mí?

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―Hombre, ¡tomate un viaje a la realidad!! Te amo. Te amo desde la primera
noche que nos conocimos.

―¿En serio? ¡Gracias a Dios! ― él enterró su rostro en su cuello y ella se


dio cuenta que sus mejillas estaban húmedas. Le tocó la cabeza.

―¿Dom?

Levantó la cabeza y vio que había lágrimas en sus hermosos ojos verdes.

―Creí que no te importaba, Kelly.

―¿Creías que no me importabas? Pero, ¿cómo podría haber pensado eso?


¿Por qué te hubiera dejado hacerme el amor?

Su sonrisa era cálida y tierna.

―Eres realmente muy dulce, ¿no? Eso podría haber sido sólo una cosa
física. La gente tiene sexo todo el tiempo sin estar enamorado o amar.

Ella se ruborizó.

―Quizás la gente, pero yo no.

―No lo sabía hasta entonces, dulzura. Lo único que sabía es que


necesitaba más que buen sexo de ti.

Ella sonrió, deslizando los brazos alrededor de su cintura.

―Puedes tener lo que quieres de mí, vaquero. Todo. Y tienes tanto como
puedes manejar… durante toda la noche.

―Quiero todo, Kelly… tu inteligencia, tu belleza y por supuesto, tu dulce


coño todas las noches… Año tras año.

―¡Yo y mi dulce coño son tuyos, vaquero!

Tomó su mano y lo sostuvo sobre su polla endureciéndose.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


―¿Estás segura de eso? Me siento extremadamente caliente. ¿Puedes
manejarlo toda la noche?

Ella separó sus piernas, pegando la parte inferior de su cuerpo firmemente


contra la suya y enganchando sus brazos alrededor de su cuello.

―Te amo y me encanta tu gran polla. Puedo manejarlos a ambos durante


toda la noche. Todas las noches. Vamos a la cama, vaquero, así te puedo
dar un sabor de las alegrías que aguardan por ti.

Le palmeó el trasero.

―Suena como un plan. Enséñame el camino, dulzura, y estaré justo detrás


de ti. Cada paso del camino del resto de nuestras vidas.

―¿Por el resto de nuestras vidas? Me gusta como suena.

―Amarás la sensación de ello – le prometió.

―Cuento con ello, vaquero. – Le tomó la mano y lo guió hacia su


habitación.

Fin.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Sobre la autora:
Marylin Lee.

La galardonada autoraMarilynLeevive,
trabajay escribeen la costa estedeEstados
Unidos. Como adicional, disfruta a
fondoescribirnovelaseróticasenvarios
géneros, disfruta delpatinaje sobre ruedas,
pasar tiempo con sugranfamilia, yalentar
atodossusequipos deportivosfavoritosde su
ciudad natal. Susotrosintereses
incluyenconseguir novelas de PulpFiction
deDocSavagede losaños treinta y
cuarentayconseguir delos cómicsde Marveldelosaños setenta y
ochenta(particularmente ThoryLosVengadores.) Susprogramas de
televisión favoritossonlos espectáculosforenses,westerns(“Gunsmoke and
HaveGun” y “WillTravel”son particulareslos viejos favoritos), y de
misterio(las películasde Charlie Chan, en particular). Supelícula de
misteriofavorita de todos los tiemposes,probablemente: “Morir todavía”

Ella ha vistocasitodas las películasde vampirosoprogramas de


televisiónque se han hecho sobre ello(“ForeverKnight”,y “Conde Yorga,
Vampiro”,sonsus favoritos. Elladisfrutaa fondodeinteractuar consus
lectores, ya sea a través decorreo electrónicooa través desu grupo dewebde
Yahoo.

Sister’s Keeper Marilyn Lee


Te esperamos en:

http://luckygirls.foroactivo.com/
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