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Examen parcial 1
Pablo salvador Vergara de la Fuente
Tema 1
La relación entre emoción y música se puede corroborar desde un aspecto subjetivo y objetivo.
La evidencia subjetiva de que la música lleva una emoción está dada por un sistema básico de
inducción y reacción que consta de un estímulo (la música) y el testimonio verbalizado de los
oyentes como resultado. En este sentido, el aparato interpretativo de esta verbalización
correspondería al área de la psiquiatría y no un crítico musical, como señala Mayer, puesto que
para los que tenemos un interés científico en las respuestas de la música solo podemos captar
la evidencia de que hay una respuesta musical, pero no podemos aseverar que esa respuesta
emocional es una respuesta musical, debido a que cuando se participa de la experiencia
musical no se puede señalar el proceso musical que creó tal o cual emoción específica y
menos aún el funcionamiento puntual de este proceso. Es decir, solo podemos decir que la
música funge como un detonante de estímulos emocionales, pero no tiene la capacidad de
controlarlos, graduarlos o dirigirlos. Desde el aspecto objetivo se puede establecer la relación
entre el estímulo y la respuesta en el comportamiento y psicológica, en ambos casos no se
puede estudiar directamente la emoción suscitada, sino los efectos concomitantes de esta.
Así, podemos decir que existe una relación de la emoción con la música debido a que las
condiciones que provocan afecto son generales y muy diversas; estas activan tendencias
fisiológicas, psicológicas o del comportamiento. Estas condiciones generales, amplias, van a
reproducirse en la experiencia musical además de que si bien en la vida común, los estímulos
afectivos por sí solos no tienen la capacidad de inhibir o suministrar resoluciones significativas
o relevantes, la música sí está dispuesta u organizada de cierta manera inteligible que lo
permite o propicia.
El estudio de esta relación desde psicología musical surge de la necesidad de una respuesta
más fidedigna acerca del estímulo musical debido a que como antes se mencionó, los que
participan de una manera más experimentada de la música no tienen el presupuesto técnico
para elaborar hipótesis para explicar o profundizar en los procesos de cognición y respuestas
emocionales que la música provoca.