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:: LA CA N CION : :
DEL DEPORTADO
LA MAÑANA.— Marqué» de Mo*a«teri#,
E*t. Tlp.
ALBERTO GHIR ALDO
DEL DEPORTADO
MADRID
PROLOGO
Digitized by the Internet Archive
in 2013
http://archive.org/details/lacanciondeldepoOOghir
Mi expulsión del Reino
En la Dirección.
—¿El señor Ghiraldo?
LA CANCIÓN DEL DEPORTADO
Con el sargento.
—¿Qué desea preso? el
—¿Por qué?
—Porque está usted incomunicado.
—¿Por orden de quién?
—Por orden del Gobierno, señor.
—Escribiré ministro.
al
de nuevo en meditación.
Í.A CANCIÓN DEL DEPORTADO 19
monotonía de la Cárcel.
Alberto Ghiraldo-"
Alberto Ghiraldo.
;: LA CANCION ::
DEL DEPORTADO
La canción del deportado
Hacia la cárcel
y yo con mi pensamiento.
¿Entonces no es expresión
de la raza esta crueldad?
Si yo soy la fiera ahora,
II
III
Un cerrojo: el de la luz.
i
Parece el grito de un loco
a quien muerde una serpiente!
IT
Intercálase el silencio
y, transformado en piltrafa,
implorar, ¡perdón!, vencido.
ALBERTO GHIRALDO
44
1 Somos I09 pistoleros de Barcelona!
I Somos los terroristas de la comarca!
lAnte todos se cuadra nuestra persona,
50 ALBERTO GHIRALDO
III
Y, al reventar, ha sido
fuerte como la gloria
Ya flota en el ambiente
un rumor de victoria;
presagio de torrente;
III
Galopo en la sombra,
llevando a la grupa del potro alazán,
un fantasma que, fiero, me nombra
y que me amenaza con rudo ademán.
Trasiglos y vestiglos,
Extraños rumores
invaden solemnes la enorme llanura.
Ya tiemblan las carnes llenas de pavore9
y se hace la noche más honda y oscura.
Tu audacia es eí fuego
I Detente! \
Detente! ¡Detente!
Yo busco el camino
de una nueva Damasco brillante.
En esta fiesta,
dada en obsequio
de un porta-lira,
vaya mi cuento.
llamó a su corte,
con mucha urgencia,
al bardo altivo
rival del César.
lUnico intacto
de la urbe entera!
— ¡Bardo! — le dijo —
sé que te quejas,
pues de tu lira
Si hoy te lamentas,
quizá mañana,
con tu cabeza
tan sólo aplaques
la ira de César.
LA CANCIÓN DEL DEPORTADO 75
III
— ¡Señor!, me admira
tu prepotencia
replicó, firme,
recio, el poeta.
Mas no te temo.
jDado me fuera
forjar un látigo
de siete cuerdas
con esta lira
que te subleva,
y, ¡por Apolo!
jura mi diestra
que te azotara
por tu vileza!
¿Mi vida? Puedes
disponer della.
Bebe la sangre
que arde en mis venas.
La sangre es tuya,
tienes la fuerza.
Corra en el circo
ALBERTO GHIRALDO
sobre la arena.
Pero la música
de mis ideas
sonará siempre
sobre tu fuerza,
i Te desafío!...
Oésar, airado,
llamó sayones a su presencia,
y los sayones cayeron presto
sobre el poeta.
Después la sangre
manchó la arena
en el cesáreo
circo de fieras.
FIN
INDICE
Págnas.
PRÓLOGO
Mi expulsión del Reino 7
LA CANCIÓN DEL DEPORTADO
Hacia la cárcel 33
En el gabinete antropométrico 39
En la celda 41
Noche 43
El grito del condenado 45
Desolación 47
Los pistoleros de Barcelona 49
Denominaciones nuevas 53
La idea en marcha 55
El grito redentor 59
El caballero incansable 61
La diana 63
La luz 65
El gesto 69
La afrenta 71
Símbolo final 73
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