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Oración: "Bendición en el hogar "

Padre, como sacerdote y cabeza de este hogar, declaro y decreto: “Mi casa y yo
serviremos a Jehová.”

Te alabo a Ti, el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque Tú nos has
bendecido en los lugares celestiales con toda bendición en Cristo. Te reverenciamos y
adoramos en espíritu y verdad.

Señor, reconocemos y damos la bienvenida a la presencia de Tu Santo Espíritu acá en


nuestro hogar. Te agradecemos, Padre, que Tu Hijo, Jesús, está acá con nosotros
porque nosotros estamos reunidos en Su nombre.

Señor Dios, Tu divino poder nos ha dado todo lo que necesitamos para la vida y la
piedad por medio de nuestro conocimiento de Ti que nos has llamado por Tu propia
gloria y bondad.
Como líder espiritual de este hogar, declaro en la autoridad de Tu Palabra que mi
familia será poderosa sobre la tierra; esta generación de justos será bendita.

Padre, Tú te deleitas en la prosperidad de Tu pueblo; y te agradezco que bienes y


riquezas están en nuestra casa y que nuestra justicia permanece para siempre.
En el nombre de Jesús, amén.

Oración: "Por Paz en la Familia "


Padre, en el nombre de Jesús, te agradezco que Tú has derramado de Tu Espíritu
sobre nuestra familia desde lo alto. Nuestro desierto se ha vuelto un campo
fructífero, y valoramos nuestro campo fructífero como un bosque. La justicia mora en
nuestro desierto y la rectitud (rectitud espiritual y moral en toda área y relación)
habita en nuestro campo fructífero. El efecto de la justicia es paz (interna y externa),
y el resultado de la justicia, tranquilidad y confianza segura para siempre.

Nuestra familia mora en una habitación de paz, en lugares seguros y tranquilos. Y hay
estabilidad en nuestros tiempos, abundancia de salvación, sabiduría y conocimiento.
Allí, el temor reverente y la adoración del Señor son nuestro tesoro y el Tuyo.

Oh, Señor, muestra tu gracia para con nosotros; hemos esperado (con expectativa)
por Tí. Sé Tú el Brazo de Tus siervos, nuestra Fortaleza y Defensa cada mañana,
nuestra Salvación en el tiempo del problema.

Y, Satanás, en el Nombre de Jesús, te reprendo. Te hecho fuera de mi casa. ¡Quita


tus manos de mi dinero! Esta no es tu semilla. No es tu tierra. Es mía y de Dios. ¡Sal
de mi jardín! ¡Sal de mi campo, sal de mi casa, suelta mis negocios, suelta mis
finanzas en el nombre de Jesus. Padre, te agradecemos por nuestra paz, nuestra
seguridad y nuestro bienestar este día. ¡Aleluya! Amén.
Oración: "La Paz de Dios "
Padre, gracias que he sido liberado del poder de las tinieblas y trasladado al Reino de
Tu querido Hijo. Me comprometo a vivir libre de la preocupación en el nombre de
Jesús, porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha hecho libres de la ley
del pecado y de la muerte.

Me humillo bajo Tu poderosa mano para que a su debido tiempo Tú puedas


exaltarme. Echo todas mis preocupaciones (nómbrelas) – todas mis ansiedades,
inquietudes una vez y por todas en Ti. Tú cuidas de mí con afecto y velas por mí. Tú
me sostienes. ¡Nunca permitirás que el justo sea movido – resbale, caiga, o falle!

Padre, me deleito en Ti, y Tu perfeccionas lo que está relacionado conmigo.

Derribo imaginaciones (razonamientos) y toda cosa alta que se exalte en contra del
conocimiento de Ti, y llevo cautivo todo pensamiento a la obediencia de
Cristo. Pongo de lado todo peso y el pecado de la preocupación, el cual intenta
fácilmente acosarme. Corro con paciencia la carrera que está establecida delante de
mí, mirando a Jesús, el Autor y Consumador de mi fe.

Gracias, Padre, que Tú eres capaz de guardar aquello que te he encomendado. Pienso
(fijo mi mente) en esas cosas que son verdaderas, honestas, puras, llenas de amor,
con buena reputación, virtuosas, y que merecen alabanza. No permitiré que mi
corazón sea atormentado. Habito en Tu Palabra, y Tu Palabra habita en mí.

Por lo tanto, Padre, no olvido la clase de persona que soy. Miro la perfecta ley de la
libertad y continuo en ella, siendo no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la
Palabra y, por lo tanto, bendecido en lo que hago.

Gracias, Padre. Estoy libre de las preocupaciones. ¡Camino en esa paz que sobrepasa
todo entendimiento, en el nombre de Jesús! Amén.
5-- Mi Prosperidad y Provisión Diaria

Jehová es mi Pastor y nada me faltará. Ahora soy un hijo de Dios, heredero de Dios y
coheredero con Cristo. Doy gracias al Padre que me hizo apto para participar de la
herencia de los santos en luz. Estoy bendecido con toda bendición en Cristo en
lugares celestiales. Como estoy en obediencia a Dios y medito en su Palabra de día y
de noche yo hago prosperar mi camino, y todo me sale bien. Todo lo que yo hago
prospera, y soy como un árbol plantado junto a corrientes de aguas. Cristo me
redimió de la maldición de la ley, Cristo me redimió de la muerte espiritual, Cristo me
redimió de la enfermedad, y Cristo me redimió del fracaso y la pobreza. Yo soy la
simiente de Abraham, sigo las pisadas de la fe de Abraham, y soy heredero de
Abraham según la promesa. Yo conozco la gracia de mi Señor Jesucristo, que por
amor a mí se hizo pobre, siendo rico, para que yo con su pobreza fuese enriquecido.
Yo temo a Jehová y me deleito en su Palabra en gran manera, y por eso bienes y
riquezas hay en mi casa.

Siempre me acuerdo de Jehová mi Dios, porque Él me da el poder para hacer las


riquezas a fin de confirmar su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Como soy un
diezmero fiel, no estoy bajo maldición; las puertas de los cielos están siempre
abiertas sobre mí; Dios envía sobre mí bendición hasta que sobreabunda, y Dios
reprende al devorador de mis finanzas. Yo siembro abundantemente y cosecho
abundantemente al ciento por uno. Yo he dado y me será dado: medida buena,
apretada, remecida, y rebosando darán en mi regazo porque con la misma medida
que yo mido, me vuelven a medir. Yo soy un dador alegre y el Poderoso Dios hace que
abunde en mí toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo
suficiente, yo abunde para toda buena obra. Dios me da semilla y yo siembro sin
detener mi mano, y estoy enriquecido para toda liberalidad. Por esta razón soy un
imán que atrae las riquezas del pecador a mis manos.

Mi Dios suple todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Dinero viene de todas las direcciones, y estoy libre de deudas. Tengo más que
suficiente para sembrar en el Reino de Dios, suplir mis necesidades y ayudar al
necesitado. Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan
siempre: “Sea exaltado Jehová, quien tiene placer en la prosperidad de su siervo”.
Como yo obedezco y sirvo a Dios, acabaré mis días en prosperidad y mis años en
dicha. ¡Oh, Jehová, sálvame ahora!, te ruego que me hagas prosperar ahora. Dinero
viene para mí ahora, aumento viene para mí ahora, promoción viene para mí ahora,
abundancia viene para mí ahora. El favor de Dios está sobre mí ahora. En el nombre
de Jesús.
Confesiones para Prosperidad Financiera.
La bendición del Señor me hace rico (Proverbios 10:32).
Dios, tomo la decisión de ser alguien en quien Tu puedes confiar dinero.
La gente está buscando bendecirme y dar en mi regazo hoy (Lucas 6:38).
Estoy esperando favor, iluminación, poder, ideas y conceptos que lluevan sobre mí.
Estoy colmado de beneficios (Salmo 68:19).
Tengo conocimiento de inventos ingeniosos (Proverbios 8:12).

Confesiones para las Bendiciones de Dios en la vida.


Señor, lo que Tu ya has hecho, lo recibo.
¡Es tiempo de celebración en mi vida!
La sequía no está más sobre mi vida y la maldición está quebrada.
Las bendiciones me están acorralando.
¡No puedo fallar, estoy marcado y la sangre de Jesús clama por mí! (Génesis 4:10)
Estoy marcado para el bien, la bendición y el favor.
Estoy marcado para resultados extraordinarios inusuales en mi vida.
Mis días de fracaso y derrota, errores y tropiezos se terminaron para siempre.
Nada es imposible para mi (Mateo 19:26).
¡Jesús me dio Su gozo! (Juan 15:11)
No puedo arruinar una victoria.
Dios hace mi nombre famoso y distinguido.
Ejercicio espiritual : "Confesiones de sanidad"
Jesús es el Señor de mi vida. La enfermedad y las dolencias no tienen poder sobre
mí. Yo soy perdonado y libre del pecado y de la culpa. Estoy muerto al pecado y vivo
a la justicia. (Col. 1:21, 22).
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Cuando necesito sanidad, voy a la Palabra de Dios y me edifico en escrituras de


sanidad en mi espíritu. Mi cuerpo está sano porque la Palabra se vuelve vida para mí.
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Soy libre de la falta de perdón y de la contienda. Perdono a otros como Cristo me ha


perdonado a mí, porque el amor de Dios ha sido derramado en mi corazón por el
Espíritu Santo. (Mat. 6:12; Ro. 5:5)
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Recibo el poder sanador de Dios en mi cuerpo ahora, y espero recuperarme. El poder


sanador de Dios está obrando en mi cuerpo para sanarme.
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Padre, debido a Tu Palabra soy un vencedor. Venzo al mundo, la carne y el diablo,


por la sangre del Cordero y la Palabra de mi testimonio. (1ª Juan 4:4; Ap. 12:11)
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Creo con mi corazón y digo con mi boca que la Palabra de Dios es verdad en mi
vida. Su Palabra dice que yo soy sano por las llagas de Jesús. El poder en esa Palabra
está obrando en mí ahora, sanándome, fortaleciéndome y restaurando mi salud.
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Tú me has dado vida abundante. Recibo esa vida por medio de Tu Palabra y ella fluye
por todo órgano de mi cuerpo trayendo sanidad y salud.
(Juan 10:10; Juan 6:63)
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Padre celestial, atiendo a Tu palabra. Inclino mis oídos a Tus dichos. No permitiré
que se aparten de mis ojos. Los guardo en medio de mi corazón, porque ellos son
vida y salud a toda mi carne. (Prov. 4:20-22)
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Ningún mal caerá sobre mí, tampoco ninguna plaga se acercará a mi morada. Porque
Tú me has dado Tus ángeles para que me guarden. Ellos me guardan en todos mis
caminos. En mi camino hay vida, sanidad y salud. (Sal. 91:10,11; Prov. 12:28)
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Tú has olvidado todas mis iniquidades; has sanado todas mis dolencias; has redimido
mi vida de la destrucción; has satisfecho mi boca con cosas buenas de modo que mi
juventud es renovada como las águilas. (Sal. 103:2-5)
Confesión: "Mi ciento por uno "
“Padre, Tu Palabra dice que Aquel que ministra la semilla al sembrador ministra tanto
pan para mi comida y multiplica mi semilla sembrada e incrementa los frutos de mi
justicia. Por lo tanto, estoy enriquecido en todo abundantemente, lo cual provoca a
través nuestro acción de gracias a Dios. Te agradezco, Señor.

“En el nombre de Jesús, recibo ahora por fe el retorno del ciento por uno de esta
semilla que está en mi mano. Lo hago en obediencia a la Palabra.

“Y, Satanás, en el Nombre de Jesús, te reprendo. Tu estás persiguiendo mi


semilla. ¡Quita tus manos de mi dinero! Esta no es tu semilla. No es tu tierra. Es mía
y de Dios. ¡Sal de mi jardín! ¡Sal de mi campo, porque la cosecha es mía!

“Señor Jesús planto esta semilla en este ministerio y creo en su retorno porque Tu lo
dijiste. La dedico a Tu servicio, para Tus asuntos, en el Nombre de Jesús. Será como
los panes y los peces cuando usaste el principio del ciento por uno para alimentar a la
gente. ¡Amén!”

Referencias en la Confesión: 2ª Corintios 9:10-11; Marcos 4, 6:33-44; 10:29-30

Cuando usted siembre, crea una cosecha al ciento por uno. Usted será una bendición
a otros y estar fuera de la deuda. Dios lo bendecirá y “para hacer que abunde en
vosotros toda gracia, a fin de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo
necesario, abundéis para toda buena obra” (2ª Co. 9:8).

CONFESIÓN DE FÉ.
Señor Jesús yo creo firmemente que tu eres el Hijo de Dios.
Tu eres el Cristo, el Mesías que vino a deshacer toda obra del diablo, toda obra de
maldad. Diste tu vida en la cruz por mis pecados y resucitaste de entre los muertos.

Te confieso que he andado por malos caminos, he sido rebelde, he sido desobediente,
he tenido malos pensamientos y malas intenciones y he hablado cosas perversas. Me
arrepiento de todo lo malo que he hecho, pido perdón y me vuelvo a tí Santo de
Israel. Lávame, limpia mi conciencia con tu Sangre. Creo que tu Sangre me limpia
ahora de toda maldad, de todo pecado. Saca, destruye, arranca de mí todo lo que
impida que TÚ bendigas y gobiernes mi vida. Quiero ser guiado, dominado solo por Tí
Padre Santo Altísimo. Te pido que te quedes conmigo, en mi corazón y seas dueño y
Señor de mi vida. Recibo ahora a Cristo Jesús en mí corazón, lo invoco, lo llamo para
que venga y haga morada en mí.

SEÑOR JESÚS: Te confieso como mi único y verdadero Dios. Apártame para servirte,
amarte, obedecerte. Dedico y consagro a Tí mi vida. Gracias por redimirme, por
limpiarme, por justificarme y santificarme, muchas gracias. TE AMO PADRE SANTO.
Amén.

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