Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Analgesia
ANALGESIA
Hasta el 78% de las visitas a urgencias tienen como causa fundamental el dolor. Los factores
asociados al mal manejo del dolor se han atribuido a la falta de educación y conciencia por
parte de los profesionales de salud, dificultades en la evaluación y reevaluación de los
paciente, saturación en los servicios urgencias, etc. Se ha constatado mal uso de los
medicamentos como, por ejemplo, utilizar dos fármacos con el mismo mecanismo de acción,
evidentemente sin obtener mejor resultado, pero exponiendo al enfermo a los efectos
adversos.
Hay situaciones especiales en el manejo del dolor, como son los pacientes comprometidos de
conciencia ya sea por TCE o algún evento cerebrovascular, en los que se debe estar atento a
otras manifestaciones de dolor como taquicardia, agitación e hipertensión arterial entre otras
y así tratarlo de manera oportuna. También en los ancianos debemos tener en cuenta las
dificultades en la correcta evaluación del dolor, sobre todo cuando hay demencia, hipoacusia o
delirium, ya que no pueden comprender las preguntas y manifestar adecuadamente su dolor,
por lo que se debe buscar la fuente dolorosa con un examen físico minucioso.
La escala analgésica de la OMS propone tres escalones terapéuticos. Como regla general,
empezaremos administrando analgesia del primer escalón e iremos pasando a los siguientes
escalones cuando no se controle el dolor. Aunque en el caso de dolor intenso podemos iniciar
el tratamiento con fármacos del segundo y tercer escalón directamente. Los fármacos
analgésicos del primer escalón se podrán combinar con los de los otros escalones analgésicos.
Los fármacos coadyuvantes también se utilizarán en cualquier escalón.
Bloque 2 Protocolos asistenciales médico-quirúrgicos del Servicio de Urgencias.
Analgesia
Tercer escalón
Opioides potentes
Segundo escalón - Morfina
- Fentanilo
Opioides débiles - Oxicodona
- Codeína - Metadona
- Dihidrocodeína - Buprenorfina
Primer escalón - Tramadol
Paciente adulto sin comorbilidades, con dolor leve. Ejemplos: esguinces, odinofagia,
odontalgias, cefalea leve, mialgias por viriasis, etc.
Estos escenarios son los más frecuentes de encontrar en urgencias. Aquí las opciones
terapéuticas que se utilizan son básicamente paracetamol y AINEs, siempre y cuando no haya
presencia de alergias.
No existe evidencia que respalde que la analgesia intramuscular sea más efectiva ni eficiente
que la analgesia oral, por lo que esta última vía de administración sería la de elección en este
tipo de paciente, tanto porque disminuye los efectos adversos del procedimiento, como
porque disminuye el trabajo de enfermería asociado a la atención clínica.
Son numerosas las contraindicaciones para el uso de AINEs, las más frecuentes son:
Insuficiencia renal crónica o aguda, insuficiencia cardíaca, alergia a AINEs, úlcera péptica o
antecedentes de sangrado gastrointestinal, antecedentes de cirugía de bypass coronario,
infarto agudo al miocardio reciente, uso de diuréticos e insuficiencia hepática. Además,
debemos recordar la interacción de los AINEs con los anticoagulantes orales, antiagregantes,
litio, fenitoína, ciclosporina y otros AINEs, que muchas veces los pacientes toman de forma
Bloque 2 Protocolos asistenciales médico-quirúrgicos del Servicio de Urgencias.
Analgesia
frecuente, pero no los mencionan al momento de la anamnesis.
La gran alternativa que se presenta para todos estos pacientes es el uso de paracetamol, el
cual puede combinarse con un opioide de baja potencia como tramadol si así lo requiriera el
enfermo.
Paciente adulto sin comorbilidades con dolor moderado a severo Ejemplos: Cólico renal,
quemaduras, fracturas, dolor abdominal severo.
Para los pacientes con dolor moderado se puede iniciar el tratamiento con AINEs
convencionales o COX-2 selectivos y reevaluar frecuentemente para ver la necesidad de
asociar paracetamol. Si la analgesia no fuera suficiente con el uso de un AINEs, no tiene
ninguna racionalidad utilizar un segundo AINE o COX-2 selectivo, por el contrario, es
perjudicial.
La combinación de paracetamol, AINEs y opioide es una muy buena estrategia para los
pacientes con dolor severo (≥7/10) dado que los 3 fármacos utilizan rutas diferentes para
tratar el dolor y el paracetamol con los opiáceos actúan de forma sinérgica.
Es importante conocer las ventajas e inconvenientes de cada uno de los opiáceos de los que
disponemos para poder sacarles el mejor provecho. Cabe destacar que para el tratamiento del
dolor agudo intenso, la mejor elección será un opioide de alta potencia como morfina o
fentanilo. Debemos tener en cuenta al elegir el fármaco, su velocidad de inicio, su potencia,
duración de su efecto y sus efectos adversos. Hay que monitorizar los signos vitales y el nivel
de consciencia del enfermo mientras se aplican estos fármacos por sus efectos sedativos, y en
caso de que exista sobresedación o depresión respiratoria puede revertirse el efecto con
naloxona.
Fentanilo: Poca reacción cruzada con alergia a morfina. Tiene un efecto clínico rápido en 1-2
minutos lo que confiere un muy buen perfil para aliviar el dolor agudo en urgencia. Efecto pico
a los 5 minutos, su duración es de 0.5-1 hora (corto), por lo que hay que valorar el inicio de
otro analgésico no opioide u otra dosis de refuerzo. Es el opioide de elección en pacientes con
fallo renal y en el politrauma. En urgencias frecuentemente se administra vía intravenosa.
Dosis habitual: 1–2mcg/Kg. Dosis de rescate de 0.25mcg/Kg cada 15min. En ancianos se utiliza
la mitad de la dosis. Tener en cuenta que la dosis terapéutica es cercana a la dosis letal, sobre
todo en ancianos y que produce rápida tolerancia.
Morfina: Opioide prototipo. Inicia su efecto a los 5 minutos, con su pico a los 15–30 min y su
duración es de 3 a 4 horas por lo que otorga analgesia mantenida más estable. Al administrar
en bolo tiene más liberación histamínica que fentanilo, produciendo más hipotensión y
Bloque 2 Protocolos asistenciales médico-quirúrgicos del Servicio de Urgencias.
Analgesia
broncoespasmo. No se recomienda en fallo renal ni en politrauma grave.
La dosis habitual de 0.1 mg/Kg, aunque algunas veces insuficiente para el manejo de dolor
agudo en urgencia por lo que se debe buscar una dosis individualizada para el paciente. Se han
descrito numerosos esquemas de posologías, por ejemplo, 2mg en <60Kg ó 3mg en >60Kg,
refuerzos de rescate de 3mg cada 5 minutos hasta obtener analgesia o inicio de efectos
adversos. En ancianos administrar la mitad de la dosis.
Tramadol: Molécula no opioide. Esta droga tiene una potencia analgésica menor respecto a la
morfina 1:10. Ventajas respecto de los opiáceos anteriormente descritos son su estabilidad
hemodinámica y menor riesgo de depresión respiratoria. Dosis habitual: 1.5-2mg/Kg. No
recomendado en ancianos por asociación a mareo severo, disminución del umbral
convulsivante y requiere ajuste renal. Induce recaptación de serotonina y noradrenalina por lo
que no debe combinarse con Inhibidores selectivos de la recaptación de Serotonina (ISRS) por
riesgo de síndrome serotoninérgico.
Finalmente es prudente recomendar que el servicio de urgencia no debe ser una unidad desde
donde se prescriban recetas para uso de opiáceos de manera domiciliaria. Esta debe ser una
de las funciones de su médico de atención primaria, para poder llevar a cabo un control
exhaustivo de su efecto analgésico o de la aparición de reacciones adversas.
COADYUVANTES:
Dolor abdominal agudo indiferenciado. Existe la falsa creencia de que los analgésicos podrían
ocultar síntomas relevantes para la correcta evaluación del cuadro, pero distintos estudios han
demostrado lo erróneo de estas afirmaciones. Se recomienda iniciar la analgesia en este
escenario con AINEs, si no existe contraindicación. En caso de que la haya una buena
alternativa sería paracetamol intravenoso. Es habitual la necesidad de complementar la
analgesia con antiespasmódicos y antieméticos. En el caso particular del cólico renal severo,
los opiáceos son una buena y segura alternativa de rescate en este escenario. No se
recomienda usar opiáceos para el manejo del dolor en enfermos con patología biliar o
pancreática (en estos casos es preferible el uso de la meperidina).
Adultos mayores con dolor moderado a severo. Los AINEs no son una terapia recomendada
en este escenario. Así, un primer nivel de analgesia consistirá en el uso de Paracetamol
intravenoso. Si la condición basal del enfermo permite usar AINEs, se utilizan en la dosis más
baja y asociar fármacos para protección gástrica. Un segundo nivel de analgesia consiste en el
uso de opiáceos, particularmente morfina en dosis escalonadas desde la dosis más baja. No se
Bloque 2 Protocolos asistenciales médico-quirúrgicos del Servicio de Urgencias.
Analgesia
recomienda el uso de otros opiáceos como meperidina o metadona. El uso de tramadol en
ancianos no está indicado por sus efectos adversos ya comentados.
Trauma. El dolor asociado a trauma es algunas veces infratratado por la distracción que
genera el manejo de las lesiones en un ambiente muchas veces complejo. El uso de AINEs es
insuficiente y potencialmente dañino. El manejo correcto contempla el uso precoz de opiáceos
como fentanilo o morfina, utilizando una estrategia de dosis escalonadas con mucha
consideración y alerta del estado de conciencia y hemodinámico del enfermo. Es de gran
utilidad asociar Paracetamol intravenoso.
1. Cuando subir de escalón: Cuando exista una analgesia insuficiente con las dosis
máximas tolerables. No se debe retrasar el uso de fármacos de segundo y tercer
escalón.
2. Cambio de un analgésico por otro en un mismo escalón: la sustitución de un fármaco
por otro del mismo grupo, salvo tercer escalón, no proporcionará por regla general
mejor analgesia.
3. Paso del segundo al tercer escalón: los opiáceos del segundo escalón tienen dosis
techo, por lo que si la analgesia es insuficiente se debe pasar al tercer escalón.
4. Uso de co-analgésicos: se deben prescribir en función de la etiopatogenia del dolor y
mantener cuando subimos de escalón.
5. No mezclar opiáceos débiles con potentes.
6. Prescribir cobertura analgésica del dolor irruptivo.