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Tercera meditación: de Dios; que existe
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Ponencia Otro
AUTOR/AUTORES: Descartes, René AÑO: 2008 EDICIÓN: Primera edición
EDITORIAL/PAIS: Porrúa, México UBICACIÓN ACTUAL Nº TOPOGRÁFICO :ISBN 9700763498
RESEÑA:
Descartes lo que se propone en la tercera meditación es, después de haber llegado a afirmar el cogito, ergo sum, saber si se puede afirmar la existencia de algo externo al
cogito. Así pues, tratando en un comienzo al genio maligno emprende su investigación. Busca el filósofo francés decir si Dios puede engañar o no, y para esto acude a la
cuestión de la idea y sus tipos1. La idea de más perfección ontológica es la idea innata. Y desde este punto ya toma parte su argumento para demostrar la existencia de Dios.
Por tal, dice Descartes. La idea de ser infinito que se tiene en la mente, en cuanto realidad objetiva debe tener una causa con tanta realidad formal como la propia idea, así,
debe existir un ser infinito que sea la causa de la idea de infinito contenida en mi mente. De este modo, para el filósofo Dios ha puesto la idea de su ser en nosotros, como el
obrero que pone el sello en su obra.
Y concluye sosteniendo que en Dios están contenidas todas las perfecciones y por tal, entre sus perfecciones no está el engaño, pues éste proviene del defecto. En efecto, se
afirma la existencia de Dios en razón de las perfecciones y con ello se elimina toda posibilidad de engaño que venga de fuera.
Delimitación conceptual
Espacial: las meditaciones metafísicas son escritas por René Descartes en sus años de retiro en Holanda. Se encuentra en un ambiente propicio para llevar a cabo sus
meditaciones filosóficas.
Temporal: las meditaciones metafísicas es publicada en 1641 en Latín y en 1647 es publicada y traducida al francés.
Sujetos investigados: en la tercera meditación metafísica Descartes investiga sobre la existencia de Dios.
Propósito: dar un argumento sólido para demostrar la existencia de Dios y con ello afirmar que sin el conocimiento de Dios no se puede conocer nada, no se da el
conocimiento de lo claro y distinto.
1
Innatas, adventicias e imaginarias.
Quién habla:
Temas secundarios:
El hombre posee la idea innata de la infinitud y de perfección.
Sin el conocimiento de la substancia infinita no se pueden conocer las demás
substancias.
Ideas centrales:
El genio maligno no cabe en la esencia de Dios, pues Dios siendo perfecto no
tiene defectos.
Dios existe y se demuestra su existencia porque es la causa formal de la idea
innata que tenemos de Infinito.
Todos los hombres y las cosas del mundo han sido creados por Dios
Metodología de trabajo:
Descartes partiendo de que las cosas concebidas clara y distintamente son verdaderas afirma que en su propia experiencia, él ha concebido varias cosas como verdaderas sin
que lo sean. A esto se le suma que si en sus cogitaciones está el dudar, el dudar de las cosas, es porque existe la posibilidad de que hay un Dios que hace que pensar humano
se equivoque. Y esto es lo que le da comienzo al filósofo francés para comenzar a plantear la pregunta sobre la existencia de Dios y saber si en su esencia está el engañar o
no al hombre.
Así pues, diferenciando los géneros del pensar (idea, juicio) estudia separadamente la idea y afirma que hay tres tipos: las adventicias, las imaginarias y las innatas. Así la idea
innata posee un fuerte estatuto ontológico ya que en ella se entrevé el criterio de verdad. Entonces sostiene Descartes si en nuestra mente tenemos la idea de Infinito es porque
esa idea tiene una causa formal, entonces ha de existir un ser infinito que haya dado tal idea. Y ese ser es Dios.
Por ese motivo, Dios que contiene todas las perfecciones no puede engañar al hombre. Es decir, que Dios no engaña a la razón humana y en su infinitud le da la posibilidad de
conocerlo mediante la meditación en Él.
Pero de aquí se desprende también, que si no conocemos a Dios, es decir su existencia, no podremos conocer las demás cosas
naturales. Es decir, desde Dios se conoce el mundo y todo lo que circunda al hombre
Observaciones:
Aún no logro comprender cómo Descartes pasa de la idea de la substancia pensante a la de la substancia Infinita. Considero que no se puede argumentar la existencia
de Dios desde algo que no conocemos con certeza (aunque afirme lo contrario el Filósofo) y es la idea innata. Pues por sí misma la idea no tiene un sustento formal en
la realidad. Entonces desde ese punto no se puede desde allí argumentar la existencia de Dios.
En segundo lugar considero que Descartes sin querer volver a la discusión filosófica de la escolástica, vuelve a caer, y se encuentra en un ámbito del cual le es difícil
dar la vuelta. Vuelve a plantear un argumento metafísico de las perfecciones. Pero que no da con todo el quid del asunto. Pues es un argumento a priori.
Ahora, no se logra dar del todo la claridad entre el conocimiento de lo finito a partir de infinito ¿toda la realidad se conoce desde la sustancia infinita? Y responde
Descartes que sí. Considero más bien que se dan mutuamente, sin Dios no conocemos el ser de las cosas y sin las cosas, en nuestra finitud no podremos conocer a
Dios.