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ENSAYO:

ARTE COMUNITARIO EN LA ESCUELA

ESTUDIANTE:
LADY YOMARA JEREZ ESCAMILLA

SEMINARIO: ARTE COMUNITARIO


MAESTRO: JAIME CHAPARRO NEIRA.

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES
ESPECIALIZACION EN EDUCACION ARTISTICA
2019
INTRODUCCIÓN

El arte comunitario en la Escuela debería ser uno de los temas principales en las

instituciones educativas que pretenden dar una formación integral a sus estudiantes. Las

prácticas educativas y culturales deben ser encaminadas al desarrollo de proyectos que

contribuyan al aprendizaje a través de las distintas manifestaciones artísticas y así

involucrar a la comunidad en estos procesos.

En aras de dar una postura frente al tema, a continuación, se mostrarán algunos

conceptos con enfoques de diferentes autores y mi opinión acerca de ¿qué es el acto

creativo?, ¿qué es arte?, ¿qué es artesanía?, ¿qué es escuela?, ¿cómo veo la comunidad?;

todos estos con el fin de poder dar respuesta a la gran pregunta ¿Cómo puedo aportar

desde mi entorno laboral a la estructuración de un proyecto de arte comunitario en la

escuela?.

COMPRENDIENDO LO QUE ES CREAR.

Todas nuestras relaciones con el mundo son hoy exclusivamente locales y perdemos

completamente nuestra capacidad de captar totalidades. (Neef)

Hace un par de años mientras leía un libro titulado “El hombre frente al espejo” de

Patrick Morley; me llamó la atención que en una sección, el autor hizo referencia al

término “carrera de ratas” creado por Kiyosaki; en donde el significado en palabras

coloquiales es “entre usted más gane, más va a gastar”, acción que a la larga genera, en

los que caen allí, una especie de círculo vicioso; debo confesar que éste concepto se

tornó mucho más interesante en el momento en el que Morley lo trae a colación, para

aplicarlo no solo en el ámbito económico sino de manera holística en la cotidianidad de

la humanidad, es decir, hemos llegado al punto en el que el anhelo por saciarnos de más
en cada aspecto de nuestra vida nos ha enfrascado en una rueda de la rata, en la que

corremos y corremos y corremos fragmentados por el sistema, generando serias

afecciones en nuestro desarrollo integral.

Ahora bien, se estará preguntando, ¿afecta la carrera de ratas al acto creativo?, a lo que

debo responder con total convencimiento, sí. Si lo afecta, pues según Manfred Max

Neef en su conferencia dada en el marco del primer seminario de la creatividad,

celebrado en la Universidad Javeriana. Santafé de Bogotá, 1987 dice: “Para mí el acto

creativo comienza cuando yo me integro con, cuando soy parte de, cuando penetro

profundamente algo y sobre todo si lo penetro con amor, es decir, con el deseo de

poderme potencia sinérgicamente con ello”.(p.62) y la carrera de ratas es todo lo

opuesto a ello, coincide más bien con el humano fragmentado, creado por Roger Bacon

y Descartes, que pretende conocer mejor el mundo, fragmentando en pedazos la realidad

y volviéndola a armar con el objeto de conocerla. Pero que en la aplicación nos lleva a

conocer mucho de algo, pero a comprender poco y según Neef, comprender es un acto

creativo.

¿TE COMPLEMENTO? (Una mirada entre el arte y la artesanía).

Colombia es un país en el que ser artista o ser artesano se convierte en una batalla

enorme de supervivencia (desafortunadamente). Voy a hablar desde mi experiencia,

cuando decidí formalizar mis estudios para continuar en aras de mi aprendizaje como

artista, mi padre la primera pregunta que me formuló fue, ¿Usted está segura de que eso

le va a dar para comer, por qué no mejor lo toma como un hobbie?,a lo que le respondí

que en definitiva esto era mi pasión; y aunque no fue difícil convencerle de su apoyo, a

la mayoría de artistas nos han pegado un “portazo” en la cara por decidir hacer algo que
en nuestra sociedad aún es visto con el tabú de las variadas carreras artísticas son para

vagos y que de eso no se vive.

Tal vez por ello, durante años una de las palabras más complejas de definir en mi vida

fue arte, no por su estructura o formación lingüística; a decir verdad, era porque esa

palabra abarcaba una parte de lo que soy, de lo que hago. Cada vez que alguien me

preguntaba por el concepto que tenía de ella, respondía con ligereza, pero llena de un

mar de dudas, arte es la manera en la que expreso lo que siento… y no daba lugar a nada

más; hoy me veo en la necesidad de aclarar y ahondar acerca de lo que realmente

significa, y a su vez, comprender que es artesanía y poder contestar si se complementan

la una con la otra.

Según Montaña (1971) La palabra arte viene del latín arts que designaba, al igual que la

palabra griega techné, una suma o conjunto de conocimientos o una forma de

adiestramiento especializado (p.16); el arte tiene como particularidad el uso no sólo de

objetos físicos, sino de la emoción, de la capacidad creativa del artista para llevar a cabo

una obra, empleando lenguajes variados. Por ejemplo, puedo ver perfectamente un

proceso creativo artístico cuando realizo una composición que tendrá como producto

final implícito un sello personal, y que aunque tenga elementos específicos en cuanto al

ritmo, estilo siempre tendrá un sello personal, irrepetible.

Ahora bien, no es lo mismo ser artista que artesano, aunque los dos cumplen una

función muy importante.

Según Montaña (1971): Entendemos como labor artesanal aquella que partiendo de un

material dado lo convierte, buscando un fin determinado. En la artesanía hay claramente

una meta. El producto artesanal puede ir de generación en generación siendo repetitivo

en su creación, por ejemplo, la empresa familiar que crea bisutería por décadas, y este
proceso puede verse con poca autonomía. Una de las necesidades básicas para crear una

obra artesanal es la materia prima, y aunque es importante el ser, su emoción, nunca son

elementos “necesarios” para crear obras artesanales.

La artesanía y el arte se pueden complementar más no necesitan la una de la otra para

sobrevivir. Tienen en común la técnica como se muestra en la conferencia de Antonio

Montaña (1971) en el texto: Que es arte, versión taquigráfica de la biblioteca

colombiana: “El saber técnico es una nota para definición de la artesanía y para la

clarificación de que es arte, pero en tanto que la técnica resulta básica para la artesanía y

para el arte, no se pueden definir el arte con ella sin quebrar el criterio de diversidad. La

técnica resulta complemento de aquello que llamamos arte, materia prima de quien

denominamos artista, pero nunca sustento básico, sino “asesoría” del arte”.

UN LUGAR LLAMADO ESCUELA

Escuela espacio atemporal no físico.

No se necesita tener un salón y sillas para enseñar y aprender.

Espacio abierto de aprendizaje colaborativo

(Notas colectivas conceptos dados en clase).

Escuela Urbana Los Comuneros, sí señores, ese era mi lugar de “tortura” y no

precisamente porque me lastimaran físicamente, no. Mmm… aunque ahora que lo

recuerdo, tuve una maestra que usaba el reglazo para castigarnos, o la silla del diablo…

vaya recuerdos que evoco al intentar definir que significa escuela para mí. Todo lo

contrario a lo que se refiere Restrepo (2010) en su libro El derecho a la ternura “Así


carezcamos de un vocabulario amplio para designar los variados matices que asume el

componente afectivo en el acto educativo, es imposible desconocer el papel de la

emoción como moduladora y estabilizadora de los procesos de aprendizaje, ni dejar de

pensar en la aventura pedagógica como una búsqueda afectiva de figuras de

conocimiento, compromiso pasional que busca afanoso hundir su huella en la rejilla

intelectiva Lo que queda, al final de un período de formación académica, no es sólo un

conjunto de conocimientos sino también, y de manera muy especial, un conjunto de

hábitos, de escrúpulos morales y rutinas conductuales que terminan ejerciendo un gran

poder de reglamentación cognitiva sobre el educando”.

Escuela fue un lugar al que me llevaban muchas veces en contra de mi voluntad, en la

que las reglas y las normas estudiantiles no daban cabida a aquel que pensara diferente a

lo que el sistema ofrecía, por lo que imaginar un proceso formativo desde las artes era

nulo. A duras penas, se podía trabajar artística, que tenía en su estructura, la realización

de un sinfín de trazos y planas y ese era el aporte al desarrollo artístico.

Aún recuerdo una tarde fría como solían ser los días en mi pueblo natal, por allá como

para el año 96 mi madre me lleva a la vieja casa de la cultura, pisos desgastados de

madera, escaleras que retumban al caminar y olor a guardado con polilla que emanaban

de unos cuantos libros puestos en estantes propios de la Biblioteca Municipal, recorro

el pasillo y al llegar al salón principal me encuentro con un señor quien lleva en su

mano una especie de varita que no tengo ni idea para qué sirve...acto seguido el profe

“chucho” como lo apodaríamos más adelante nos cuenta quien es y que está ahí para

enseñarnos a tocar flauta dulce y otros instrumentos si somos juiciosos y trabajamos.

Mi primer contacto con lo que iba a ser el resto de mi vida. Y es que traigo al tintero

este recuerdo, porque allí es donde inicio el proceso de formación artística, mi escuela

de música, espacio para anclar conocimiento, lugar de enseñanza y aprendizaje. Y


aunque en algunos momentos del proceso fue evidente la implementación de

metodologías netamente europeas, lo que me trae a la memoria un aparte del texto del

artículo Hacia una pedagogía en clave decolonial: entre aperturas, búsquedas y

posibilidades, escrito por Diaz (2010) que cita: “Bajo los mismos patrones de la

colonialidad, la historia de la educación en nuestro medio es la historia de los grandes

pedagogos, usualmente europeos, y la historia de los sistemas de enseñanza que

corresponden a las etapas progresivas de las naciones, que se encaminaron hacia la

conquista del ideal civilizatorio procurando articularse debidamente con los criterios de

la escuela moderna”. Puedo decir que se mitigaba tal hecho con lo que habla Assmann

en su libro: Placer y ternura en la educación: hacia una sociedad aprendiente: “la

escuela debe ser un lugar agradable” (p.23). Y sí que lo era, afortunadamente conté con

un maestro que se apasionaba por su labor y a pesar del mismo sistema hallaba la

manera de impartir sus conocimientos en los espacios habilitados, porque aún subidos

en una volqueta amenizando una fiesta patronal nos compartía su saber.

Gracias al Señor por docentes como “Cucho”.

¿NOS INTERESAMOS?

Compartir espacios determinados, idiomas, costumbres, tener reglas en común, roles,

edades, entre otras; estas características en común, hacen que un grupo de personas sea

llamado “Comunidad”. y es que el ser humano por naturaleza tiene una necesidad

grande de sentir que es aceptado o que hace parte de; por ende pertenecer a una

comunidad es vital para el desarrollo integral del ser.

¿Realmente nos estamos interesando los unos por los otros dentro de las comunidades?

Lamentablemente el humano fragmentado del que hablábamos al inicio de éste ensayo,

sale a relucir en todo su esplendor en cuestión de si realmente lo que hacemos para


según el sistema tener más habilidades y enriquecer a la comunidad está teniendo el

efecto contrario. ¿Qué opinan?

MI APORTE AL ARTE COMUNITARIO EN LA ESCUELA.

Dios me ha dado la oportunidad de llevar procesos de formación musical con diferentes

comunidades. He trabajado con niños de 2 años hasta señores de 40 años, con personas

con necesidades específicas y aquellos que tienen específicamente

necesidades…academias, colegios, universidades, centros de ayuda al niño diferente,

pero en todas he visto lo mismo; (exceptuando un par de colegios privados, de los que

me reservo el nombre), en la mayoría de escuelas el proceso de formación se ve

afectado por la falta de recursos y sobre todo el apoyo de las directivas que han tomado

la cátedra de música como una materia de “relleno”. En ese contexto el panorama suele

ser desalentador, pero por amor a la música y a los estudiantes los formadores solemos

trabajar como dicen en la jerga común, con las uñas. Porque nuestra labor más allá de

recibir remuneración económica, nuestra labor es aportar al crecimiento íntegro del ser

humano, por ello debemos reinventarnos la manera de sacar adelante cada instante de

aprendizaje como lo muestra Carlos Torres en un aparte de su artículo para el periódico

el Espectador titulado Querido Colegio: Ojalá pudiera olvidar todo lo que me

enseñaste. Y dice: “La académica española Isabel Fernández, en su charla La

creatividad y el rol del profesor, dice que los educadores son los responsables de crear

las condiciones para que el estudiante quiera y pueda aprender. ”Nos hemos convertido

en controladores de tráfico aéreo y somos los responsables de encender la mecha del

espíritu crítico. Profesores: antes de entrar en el aula piensen si lo que va a ocurrir ahí va

a preparar profesionales que serán capaces de desarrollar distintas profesiones que no

hemos inventado” No obstante, creo que el problema es latente y el sistema educativo

en la actualidad del país está cada vez más en declive.


Ahora bien, desde mi quehacer docente, puedo aportar en la generación de una serie de

talleres para capacitar a la comunidad de mi iglesia, con clases gratuitas de iniciación

musical a los niños que asistan allí, ya que, la mayoría de la población no posee los

recursos suficientes para pagar una clase particular, y es evidente el anhelo de recibir la

capacitación.

¿Cómo sería esto arte comunitario? El impacto no solo sería individual, sería a la

comunidad cuadrangular en general, puesto que tendría un beneficio a los padres en

cuanto al espacio para que sus hijos se capaciten, compartan, generen amistades con un

ismo objetivo e incluso puedan por medio de su experiencia invitar a otros a la

formación del proyecto.

También se involucraría a la congregación en general, en el momento en que se realicen

las muestras musicales, pequeños conciertos que permita evidenciar el trabajo realizado.

La iglesia cuenta con algunos instrumentos, pero será necesario realizar algunas

actividades con el ánimo de recolectar fondos para adquirir los que hacen falta. Desde

allí también será evidente la participación comunitaria.

La proyección a mediano y largo plazo es que se pueda mantener y que a medida que

pasa el tiempo se consolide como un espacio importante en la comunidad; no solo con

música, sino ir añadiendo más formas de expresión artística.

Mi aporte como docente, desde mi trabajo habitual, será el fomentar espacios en donde

los alumnos de las electivas puedan tener contacto con algún concierto. También en el

colegio, continuar con la elaboración de instrumentos para el desarrollo de la asignatura

empleando materiales reciclables.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

- Assmann, H. (2002) Placer y ternura en la educación: hacia una sociedad

aprendiente, Narcea, s. a. de ediciones Madrid

- James, C. (2010) Hacia una pedagogía en clave decolonial: entre aperturas,

búsquedas posibilidades, Tabula Rasa. Bogotá - Colombia, No.13: 217-233.

ISSN 1794-2489.

- Max Neef, M. (1987) Conferencia: seminario de la creatividad, la Javeriana,

Santafé de Bogotá.

- Morley M. Patrick. (2007) El hombre frente al espejo, Editorial Vida.

- Montaña (1971) Que es arte, texto versión taquigráfica, biblioteca colombiana

- Restrepo (2010) El derecho a la ternura, Edición digital de “El derecho a la

ternura” VirtualBox imagen & comunicación www.virtualbox.com.co Bogotá –

Colombia.

- Torres, C. (2019) Querido colegio: ojalá pudiera olvidar todo lo que me

enseñaste, recuperado de: https://www.elespectador.com/cromos/estilo-de-

vida/querido-colegio-ojala-pudiera-olvidar-todo-lo-que-me-ensenaste-articulo-

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