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CARTOGRAFÍA SOCIAL PEDAGÓGICA

Alba Cristina Rincón Vidal -Valeria Blandón Valencia-Angie Lizeth Gañan García -
Yesica Alejandra Cruz Ortiz

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Octubre 15 de 2019

Notas del autor

Alba Cristina Rincón Vidal -Valeria Blandón Valencia-Angie Lizeth Gañan García -
Yesica Alejandra Cruz Ortiz

Corporación Universitaria Minuto de Dios

Contacto: alba.rincon@uniminuto.edu.co-valeria.blandon@uniminuto.edu.co-
angiel.ganan@uniminuto.edu.co-yesica0818@uniminuto.edu.co
Cartografía social pedagógica

“El análisis del entorno para entender y reformular nuestro quehacer pedagógico.”

Abordando los elementos esenciales de la cartografía social en el análisis de contextos del


territorio y de las asociaciones o conflictos que emergen en ellos, entendemos que cuando
cerramos el ojo analítico a una dimensión académica vemos que la multiculturalidad, los
patrones marcados de una institución como la familia y las huellas del territorio y sus conflictos
marcan en los niños,dinámicas sociales que debemos comprender e internalizar para ejercer un
buen papel dentro del modelo educativo al nivel de primera infancia y cumplir los objetivos
propuestos dentro del modelo pedagógico colombiano.

Una herramienta como la cartografía social y esta a su vez como un instrumento y


metodología para la planeación de los espacios escolares es necesario compartirla, socializarla e
institucionalizarla como la forma de construcción colectiva con todos los actores que rodean la
educación de los niños de nuestro país, y es responsabilidad de las instituciones promover el
desarrollo de esta para idear modelos de trabajo acordes a los contextos en los que se
desenvuelve nuestra niñez, y mediante la cual con participación activa se pueden ver resultados
acordes a las expectativas de la comunidad y blindar el proceso formativo de los conflictos que a
diario se generan, sea bien por el factor económico o por el ostracismo de aquellos que tienen
conocimiento, pero que no se toman un tiempo para leer el contexto y entorno en el que prestan
su labor docente.

Que mágico y revolucionario puede ser “mapear” nuestros escenarios de practica


pedagógica, y en ellos identificar y resaltar a cada uno de esos pequeños seres dispuestos a
aprender como cada uno de esos fragmentos interrelacionados de emociones, de sueños, de
ilusiones y de un futuro que se dibuja con cada clase, con cada aprendizaje, es ahí donde las
herramientas dispuestas en nuestro quehacer como docentes deben tener un fin, deben propender
por exaltar cada territorio, cada habitante con sus virtudes y con la reformulación de aquellos
elementos conductuales que no sean acordes a la dinámica social, y es ahí donde la cartografía
social pedagógica nos da luces para alcanzar estos objetivos. Porque muchos de nuestros pares si
bien, conocen el territorio escolar, desconocen el territorio sensitivo y vivencial de aquellos
niños al exterior de nuestros centros de enseñanza, y que es este último quien en ocasiones es la
base para entender esas realidades.

Vale la pena mencionar que no podemos caer en el error de proponer el mapeo, realizarlo
y evaluarlo, todo esto desde nuestra subjetividad, incurriríamos en el mismo error de aquellos
maestros que realizan los mismos procedimientos y dinámicas pedagógicas, sin aprender del
momento, sin comprender que nuestros estudiantes son cambiantes, son permeados por la
realidad, deberíamos impulsar la inclusión y participación efectiva de toda la comunidad en la
visibilización a través de herramientas metodológicas como la cartografía social para avanzar en
la adecuación de cátedras acordes a las realidades de nuestras instituciones y contrastadas con los
avances en términos cognitivos y motivacionales de nuestros niños. Dado que de lo anterior
podemos entender que un mapa realizado desde una sola visión es corto para explicar todo,
enfrentado al realizado con los aportes de diversas visiones, ahí estaríamos más cercanos a la
realidad.

No sobra mencionar la importancia de estos ejercicios cartográficos de la realidad de


nuestros entornos escolares, en los que podemos evidenciar cuales con las realidades no solo a
las que nos enfrentamos en nuestro papel como docentes, sino las realidades de esos niños que
llegan con un puñado de buenas o malas historias desde sus hogares y a las cuales debemos
hacerles frente para poder impartir nuestras cátedras, incluso sanar aquellas heridas generadas al
exterior de las aulas y que inconscientemente se visualizan en la comunión de los salones y de
las relaciones entre los niños y nosotros como educadores. Esto es importante resaltarlo, dados
los diversos instrumentos de la política social y educativa para abordar estas problemáticas, las
cuales debemos hacer visibles y trabajar para subsanarlas como una respuesta interinstitucional
en pos de armar de futuro a nuestros educandos.

Es tan importante la provocación de la discusión alrededor del territorio físico (el aula),
como el territorio interno (del ser), que no solo podemos pretender que todas las miradas se
enfoquen en los niños, sino que puedan leerse otros elementos de la realidad de ellos, como son
las relaciones interpersonales a nivel familiar, como se desenvuelven en el ámbito de la
comunidad en la que habitan y sobre lo que cimentan sus bases teórico afectivas, para así poder
adelantar procesos desde la base (la familia), en los que con apoyo interinstitucional se vean
notorios avances hacia seres que a futuro contribuyan no solo a su familia, sino a la sociedad.
En la interpretación y construcción de estos mapas cartográficos de realidad,
quienmásidóneo para llevarlo a cabo que el actor principal de este entramado, sin negar que la
participación de analistas y de personas neutras, pero con conocimientos para conducir este
proceso es vital para que no se quede tan solo en un ejercicio descriptivo de realidad, sino que
sea la base y el preámbulo de la edificación de alternativas para allanar el camino de una práctica
educativa influenciadora positiva para los estudiantes.

La necesidad permanente de indagar sobre la cotidianidad dentro del aula, de indagar


sobre los avances cognitivos en los niños, de cuestionar permanentemente el acompañamiento de
las familias a los estudiantes, debe ser la inspiración para adelantar con todo el ahínco estas
metodologías tan sencillas, pero a la vez tan cargadas de realidad, una realidad que debemos
cambiar o profundizar, según sean las lecturas de la misma, esto para bien de nuestros niños.

La realidad dibujada, se vuelve realidad vivencial y positiva en función de la importancia


que cada actor le brinde a los acontecimientos narrados a partir de los trazos, si bien el resultado
es una experiencia en colectivo, cada actor se interpreta, y las tareas pos cartografía deben
encaminar a que cada actor cumpla su rol y que más adelante cuando se convoque de nuevo el
ejercicio se haya avanzado y superado lo que se evidencio que pudo haber sido un conflicto para
las partes.

Particularmente, se considera que la cartografía social pedagógica debe ser


permanentemente puesta en marcha, porque gracias a este tipo de herramientas podemos
relacionarnos y entender nuestro entorno mas allá de la teorización cotidiana que asumimos, y de
la búsqueda de explicaciones a los fenómenos cotidianos sustentada en las teorías sobre la
educación, ya que es allí donde podemos aterrizar muchas de nuestras prácticas y los resultados
de las mismas extrapolándola con el seguimiento que le hacemos a nuestros estudiantes, y con la
retroalimentación constante como respuesta de este tipo de ejercicios metodológicos.

A manera de conclusión, es importante destacar que una observación y análisis desde lo


básico, desde lo cotidiano, sin menoscabo de lo teórico, siempre brindara materia prima para
poder incidir en la realidad del ámbito educativo, es ahí donde nuestra habilidad para adaptar
nuestras bases conceptuales a la realidad especifica en pos del trabajo como docentes debe estar
acorde al contexto y de ahí él porque nos podemos valer de instrumentos como la cartografía
social pedagógica dentro del aula.

A partir de la experiencia investigativa de los autores, los artículos muestran algunos


elementos constitutivos de la cartografía social-pedagógica, que, como estrategia investigativa,
permite reconfigurar el nivel de actuación de diversos actores educativos. La primera parte del
escrito, sitúa las problemáticas de la escuela en relación con cuatro ejes articuladores: currículo,
práctica pedagógica, procesos académicos y contexto. La segunda sección muestra algunas
aproximaciones teóricas sobre la cartografía social, en clave de su uso pedagógico, para así
aproximarse a las diversas situaciones problemáticas que aparecen en la escuela. La tercera parte,
pone al descubierto algunos pasos, que desde los usos prácticos de los investigadores, les han
permitido desarrollar este ejercicio investigativo. En una última sección, se reflexiona sobre las
limitaciones y posibilidades de esta ruta investigativa. Por último, indicar que el docente
investigador, trabajando en equipo con el alumno habido por aprender, y donde ambos se
reconozcan dentro de su territorio y se sientan partícipes de su reconstrucción, es una prioridad
para nuestra sociedad.
Bibliografía

 La cartografía social-pedagógica : una oportunidad para producir conocimiento y re-


pensar la educación, Diego Fernando Barragán Giraldo (Universidad de la Salle, Bogotá)
 Cartografía social-pedagógica: entre teoría y metodología, Diego Fernando Barragán
Giraldo (Universidad de la Salle, Bogotá)

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