Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1
REFLEXIÓN COMPROMISO SOCIAL Y PROFESIONAL: ANTE LA SITUACIÓN DE
POBREZA EN NUESTRO PAÍS ¿CUÁL ES MI RESPONSABILIDAD SOCIAL Y
PROFESIONAL?
Para poder dar respuesta a la pregunta antes mencionada, parto de mi realidad que soy
ciudadano y al mismo tiempo Sacerdote, esto último puede limitar al primero, es decir, en
México en el art. 130 de la Constitución Mexicana, restringe (hasta cierto punto) los derechos
como ciudadano al Sacerdote o Ministro de culto, no obstante en cuento a la responsabilidad
ante la situación de la pobreza en nuestro país, por ser ciudadano y Sacerdote se duplica, por
tanto, como ciudadano es inherente a mí la responsabilidad ciudadana del compromiso de
tomar interés en la resolución del problema de la pobreza a pesar de la aparente limitación de
ser sacerdote y por otra, como Sacerdote, he optado el proyecto de Jesús del Reino de Dios (o
de los cielos) como estilo de vida cuyos principales destinatarios son los pobres, este principio
evangélico me responsabiliza a ser agente activo en la solución del problema de la pobreza y
estar del lado de los pobres.
Ahora bien, cómo puedo colaborar ante esta situación si, como ya lo he dicho, hay una
aparente restricción, desde luego no es un limitante para poder acompañando a los pobres en
su pobreza, la Iglesia no entra entre las organizaciones como competencia para poder resolver
los problemas sociales como la pobreza pero sí las universidades y por tato la educación, la
Iglesia desde su labor con la educación puede tomar partida ante el problema.
Yo, parte de la jerarquía de la Iglesia (vida y profesión), mi principal labor es acompañar, estar y
alentar a los pobres (la pobreza), en la ardua lucha por salir de esta situación que no les
corresponde, son víctimas colaterales de un sistema globalizado (neoliberal) que México ha
optado como sistema de desarrollo. Ayudar al estado, empresas, universidades, desde los
2
mismos pobres, a que sean conscientes que es urgente un cambio en las estructuras
económicas, en la producción y distribución de las riquezas, que impidan la realización histórica
del proyecto del Reino de Dios; que la economía es una actividad humana autónoma pero que
debe estar regulada por el servicio de los fines, orientada por valores éticos y medida por la
dignidad de la persona, fomentar una democracia desde la solidaridad y responsabilidad
ciudadana, así como un dialogo incluyente.