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La erradicación de la pobreza, un objetivo lejano en Colombia

Pese a que erradicar la pobreza extrema y el hambre es uno de los objetivos del milenio

propuesto por las Naciones Unidas, este se ha convertido en un propósito difícil de cumplir,

especialmente en Colombia, un país que ha sufrido en carne propia el conflicto armado y que

hoy en día ha pasado a una etapa de posconflicto, esto después de la firma de los acuerdos de

paz, pero aún con eso todavía se ve reflejada la mísera pobreza no solo en las zonas más

apartadas sino también en esos lugares que los gobernantes pintan como “las ciudades turísticas

de la nación”.

Durante los últimos años la pobreza en Colombia ha crecido, según el DANE el 27% del

total de la población es considerada como pobre, lo anterior debido a las altas tasas de

desigualdad y la creación de las llamadas clases social. No puede ser coincidencia que las

regiones con más escasez sean la Costa Pacífica y el Caribe, dos lugares olvidados por los

gobernantes, esto sin contar el sur de dicho país, un territorio olvidado y que no tiene relevancia

en el ámbito nacional.

El posconflicto en Colombia ha sido útil para que estas poblaciones vulnerables se hagan

visibles, pero no basta solo con eso, de nada sirve los reportajes y los artículos noticiosos con los

niños muriéndose de hambre en la Guajira, con esos infantes comiendo residuos del basurero en

Puerto Carreño; mientras no se tomen medidas a fondo esto seguirá siendo más común, lo

anterior lo podríamos asociar con el argumento que da Néstor García Canclini, sustenta que el

especialista en estudios culturales debe tener como principal objetivo entender y nombrar los
problemas, y así ayudar a dar una solución eficiente y contundente al conflicto, esto

dependiendo del entorno social, cultural y político en el que se desarrollan los hechos1

La pobreza se podría mirar desde diferentes ángulos o características específicas, entre

ellas están la carencia de bienes y la exclusión social, la primera parte de la noción de

privatización de medios vitales para satisfacer las necesidades básicas, por tanto, se constituyen

un conjunto de indicadores diversos (educación, salud, nutrición, entre otras)2. Según lo anterior

podemos decir que la pobreza nace del no poder educarse, de allí parte el no tener los servicios

fundamentales para sobrevivir; no es posible que en un país “democrático” como Colombia no

existan estos servicios para una vida digna, todo parece normal, lo cierto es que no lo es y se

seguirá extendiendo esa tendencia de que para existan los ricos tienen que haber pobres.

Lo que plantea Harold Garfinkel (uno de los promotores clave de la tradición

fenomenológica en la sociología y la etnometodología estadounidense)3 es muy relevante para

este tema de la pobreza, pone en referencia el mundo de la felicidad y el opuesto en un mundo de

realidad, esta comparación la hace con el fin de mostrar qué hace diferente al hombre común y al

hombre científico, el primero no tiene la verdad y es feliz, mientras el científico y experto se

pregunta el por qué de las cosas y no se queda con lo básico4. Todo lo anterior lo podemos

comparar y/o asociar a la pobreza en Colombia, todas esas personas que se dice que son pobres

sufren de un síndrome de inferioridad, hay que crear en esas personas una idea de que no el que

nace pobre seguirá pobre, habría que sacar a flote todas esas capacidades culturales y cognitivas,

1
Néstor García Canclini (1997), “El malestar de los estudios culturales”, pág. 11.
2
Definición de problemas públicos y de pobreza, el discurso de la pobreza – Yudi Buitrago Pontificia universidad
Javeriana, Bogotá 2010.
3
https://revistadesociologia.uchile.cl/index.php/RDS/article/download/27606/29273/
4
Harold Garfinkel, el mundo de la vida – Lo que construyo cada día.
se sabe que los gobernantes quieren un pueblo godo e ignorante, pero hay que ir más allá y creer

que esa popular enfermedad llamada pobreza se puede superar.

Todo este tema de la pobreza un país llamado Colombia se ha convertido en todo un

signo, ya parece un momento de la cotidianeidad, de la rutina, se ha convertido en esa moda que

nunca se le acabará su momento, es así como Ferdinand de Saussure (padre de la semiología

moderna) da las bases para hablar de ese fenómeno que se ha creado no solo en Colombia sino

también en diferentes países latinoamericanos que sufren de dicho problema; él dice que la

semiología funciona como ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social5,

la anterior afirmación sirve de sustento para demostrar que todo el accionar de las personas o

individuos se le está dando un significado, la rutina y el vivir en el mismo entorno influye en el

comportamiento de las personas, en el caso específico de la pobreza, sirve como referente para

explicar cómo las personas son influenciadas o se influencian frente a este fenómeno, estos

individuos siguen esta mentalidad de que se nace y se muere pobre, no se cambia ese chip de que

soy lo que las antepasadas generaciones fueron.

Todos estos autores llegan a una única conclusión o finalidad, que es el entorno en el que

se vive día a día, esa cotidianeidad, que todo lo que se hace depende de un contexto y un entorno,

estos dos aspectos hacen que muchas cosas cambien o se adapten en un medio socialmente

constituido. También es importante en el caso de la acción colectiva realizar trabajos para la

mejora de las condiciones de vida de las personas de escasos recursos, es necesario hacerse sentir

como sociedad, no puede ser que los gobiernos de turno prioricen recursos para la guerra y para

finalidades inútiles. Todo anterior lo podemos respaldar con un ícono de la protesta argumentada

5
Peirce y Saussure: el signo lingüístico – Lic. Luis Enrique Elías Villanueva.
y pacífica en Colombia, Camilo Torres que decía “Pero cuando el pueblo se decida luchar hasta

el fin, no habrá ninguna potencia que pueda ser superior a la potencia de ese pueblo que quiere

su libertad”6, sin dudas es una afirmación contundente, que invita a salir a las calles y hacerse

sentir como ciudadanos, no más borreguitos, no más miedo, basta de ese nacionalismo falso que

se cree que se tiene; ojalá algún día todo eso cambie para tener un país no ideal sino vivible.

Por: Leandro Andrés Vásquez Ríos

6
https://www.google.com/url?q=http://www.colombiainforma.info/camilo-torres.

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