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Red semántica

Un ejemplo de red semántica.

Una red semántica o esquema de representación en Red es una forma de representación


del conocimiento lingüístico en la que los conceptos y sus interrelaciones se representan
mediante un grafo. En caso de que no existan ciclos, estas redes pueden ser visualizadas
como árboles. Las redes semánticas son usadas, entre otras cosas, para
representar mapas conceptuales y mentales. En un grafo o red semántica los elementos
semánticos se representan por nodos. Dos elementos semánticos entre los que se admite
se da la relación semántica que representa la red, estarán unidos mediante una línea,
flecha o enlace o arista. Cierto tipo de relaciones no simétricas requieren grafos
dirigidos que usan flechas en lugar de líneas.
Note que el concepto de Web semántica es diferente de Red semántica. En inglés la Web
Semántica es referida como "Semantic Web", mientras que una Red semántica se
denominaría "Semantic Network".

Definición[editar]
Existen diversos tipos de relaciones semánticas como la hiponimia, hiperonimia,
la meronimia, etc. Dado un conjunto de conceptos, elementos semánticos o términos
relacionados semánticamente mediante alguna relación semántica, una red semántica
representa estas relaciones en forma de grafo. Explícitamente, dado un conjunto de
términos {t1, t2,..., tn} y cierta relación semántica simétrica entre ellos se construye un
grafo G = (V,A) cumpliendo las siguientes condiciones:

 El conjunto V es el conjunto de vértices o nodos del grafo. Este conjunto estará


formado por n elementos (tantos vértices como términos relacionables). A cada uno de
los vértices del grafo representará uno de los términos, por tanto los vértices del grafo
se llamarán: t1, t2,..., tn.
 El conjunto A es el conjunto de aristas o líneas del grafo. Dados dos vértices
(términos) del grafo ti y tj existirá una línea aij que une los vértices ti y tj si y solo si los
términos de pona ti y tj están relacionados.
Si la relación no es simétrica, entonces se usan grafos dirigidos para representar la
relación.

Historia[editar]
Los responsables de los primeros esquemas de representación formalizados fueron
Quillian (1968) y Shapiro & Woddmansee (1971). Los esquemas de redes semánticas
tienen una fundamentación psicológica muy sólida, por lo que se han realizado numerosos
esfuerzos por llevar a cabo implementaciones importantes basadas en ellas.
Red Semántica del Método Científico.

Uno de los primeros modelos de redes fue el Teachable Language Comprehender


desarrollado por Quillian (1969)1 utilizado para describir el conocimiento semántico. Los
modelos de red de la memoria originalmente se desarrollaron para describir las relaciones
esquemáticas. Quillian (1962,2 19673) propuso que los conceptos pueden ser
representados por nodos o locaciones dentro de una estructura de red. Las ligas entre
nodos individuales representan las asociaciones entre los conceptos relacionados. Para
cada nodo existen ligas a otros nodos y estos a su vez están ligados a otros (Collins y
Loftus, 19754). Dentro del modelo de red, el significado de una palabra es una función de
los conceptos a los cuales está conectado. Existe un complejo sistema de interconexiones
entre conceptos que es visto como una representación de la riqueza y complejidad de la
memoria semántica humana.
Una característica importante de las redes semánticas es su capacidad para relacionar
conceptos y para recuperar información, para extraer conocimiento semántico de
información textual. El modelo de redes es ampliamente utilizado en el mundo de la
computación para recuperar información de gigantescas bases de datos en forma rápida y
eficiente.
Las redes semánticas han sido muy utilizadas en Inteligencia Artificial para representar el
conocimiento y por tanto ha existido una gran diversificación de técnicas. Los elementos
básicos que encontramos en todos los esquemas de redes son:

 Estructuras de datos en nodos, que representan conceptos, unidas por arcos que
representan las relaciones entre los conceptos.
 Un conjunto de procedimientos de inferencia que operan sobre las estructuras de
datos.
Básicamente, podemos distinguir tres categorías de redes semánticas:

 Redes IS-A, en las que los enlaces entre nodos están etiquetados.
 Gráficos conceptuales: en los que existen dos tipos de nodos: de conceptos y de
relaciones
 Redes de marcos: en los que los puntos de unión de los enlaces son parte de la
etiqueta del nodo.
Los modelos de redes semánticas se pueden probar empíricamente al hacer preguntas a
los sujetos acerca de la relación entre dos conceptos, entre más cerca sea la distancia
semántica dentro de la red jerárquica, menor será el tiempo de reacción para contestar.
Los primeros modelos de redes semánticas eran de naturaleza jerárquica con conceptos
superordinados y subordinados. La información se almacena como atributos de cada nodo,
que también comparten los nodos subordinados.

ANALISIS SEMANTICO PARA DETERMINAR EL SIGNIFICADO DE


UNA PALABRA DENTRO DE UN TEXTO-CONTEXTO
El análisis semántico se muestra en este momento de la comprensión del texto
de excelente utilidad, aunque su manejo especializado supera las fronteras del
principiante: la indagación del contenido semántico de cada palabra o frase
importante ha de estar guiada por un método o sistema, ya sea personal o
apropiado de alguno bien experimentado. En castellano tenemos el siguiente: Juan
Mateos, Método de análisis semántico aplicado al griego del Nuevo Testamento, El
Almendro, Córdoba, 1989.

Este método es el que se emplea en el Diccionario griego-español del Nuevo


Testamento, que está realizando el equipo del Prof. Jesús Peláez en la Universidad
de Córdoba (Grupo “GASCO”), y que ya ha publicado varios fascículos que hemos
comentado en este blog.

Una vez delimitada la perícopa que se desea estudiar, el análisis semántico ha de


ocuparse del tema: “¿Qué significan exactamente en castellano las palabras griegas
que aparecen en el original del texto que deseo entender?”

En concreto el análisis semántico investiga que significa cada uno de los


“lexemas” del texto, es decir, los vocablos que tienen un significado
independiente y por sí mismo, intentando establecer qué semas (unidades de
significado en el interior de un lexema) pueden hallarse contenidos en ellos.

Luego es conveniente crear un inventario semántico del texto. A este respecto los
dos pasos principales son:

• Consideración de los lexemas en sí, de modo que sea posible determinar el núcleo
no variable de significado de cada uno de los lexemas.

• Consideración de cada lexema en su contexto, lo que faculta para determinar las


variables o semas contextuales.

Una vez realizados esos dos pasos hay que reunir en grupos, o líneas de
significado, los lexemas que recorren el texto con mayor frecuencia junto con
aquellos que les son afines.

A continuación conviene resaltar los lexemas opuestos (si los hay), ya sean
explícitos o implícitos.

Si por hipótesis el texto a estudiar es breve, basta hacer un inventario y luego un


contraste de los lexemas hallados para que quede claro cuál es el significado de los
vocablos en el texto que se estudia.

Para una ampliación del tema, véase A. Piñero-J. Peláez, “El Nuevo Testamento.
Introducción al estudio de los primero escritos cristianos", el Almendro, Córdoba,
1995.

Como se ve por esta descripción abstracta del tema, no es un asunto trivial, y creo
que escapa del alcance de la mayoría del público no especializado. En concreto,
para este público, el método se reduciría a –una vez que se tiene bien claro el texto
a estudiar- hacer un elenco de los vocablos importantes que aparecen en ese texto
y ver qué significan exactamente.

Para ello hay que recurrir a un diccionario especializado (que no estará en


castellano, desgraciadamente, salvo el que está en marcha en Córdoba y que se
halla en los comienzos), sobre todo a los grandes comentarios al autor de la obra
que se está estudiando.

A veces –para algunos vocablos determinados- el análisis estrictamente


semántico no basta, o ya está hecho y no arroja especial luz, y hay que
complementarlo con el análisis comparativo, histórico, de cómo se entiende el
vocablo o frase en cuestión en otros pasajes de la época, o anterior, vinculados del
algún modo con el Nuevo Testamento. Con otras palabras: tengamos en cuenta que
en los “comentarios” no encontraremos normalmente un comentario semántico
explícitamente estructurado y como acabamos de explicar, pero sí una dilucidación
del significado de cada vocablo por medio del análisis comparativo de textos. Así se
llega a un resultado muy parecido.

Pongamos un ejemplo de este estudio comparativo: La curación de un


ciego en Marcos 8,22-26.

Lo primero, será intentar ver que la traducción, o traducciones, que tengo ante mis
ojos en castellano, es buena. Para ello, voy a un comentario bueno de Marcos.
Escojo el de Joel Marcus (Mark 8-16 [The Amchor Yale Bible, vol. 27ª. Yale
University Press, New Havwen 2009], cuya traducción estoy preparando para
“Sígueme” y que, espero, saldrá a lo largo del 2011).

Voy repasando el comentario al pasaje (vol. II, pp. 593y siguientes, y me


encuentro con lo siguiente (hago una selección):

• 8, 22. Betsaida. Sobre este lugar, cf. nota a “hacia Betsaida” en 6, 45. En 8,
23.26 Marcos la llama kōmē, aldea, aunque en otros lugares del Nuevo Testamento
(Lc 9, 10; Jn 1, 44) y en Josefo (Guerra 3, 515) se menciona como polis, o ciudad.
Pero designar a Betsaida como kōmē no es necesariamente un error o signo del
trabajo redaccional de Marcos. En otro lugar (Contra Apión 1, 197) Josefo mismo
cita sin objeción alguna el comentario de Hecateo de Abdera: “Los judíos tienen
muchas fortalezas y pueblos en diferentes zonas del país, pero sólo una ciudad
fortificada”, es decir, Jerusalén.

8, 23. Escupió en sus ojos [griego: ptysas eis ta ommata], lit. “habiendo
escupido”. En la antigüedad se creía firmemente en el uso curativo de la saliva.

y le impuso las manos [griego: epitheis tas cheiras autō], lit. “habiendo puesto
sus manos sobre él”. Del contexto (8, 25) se deduce claramente que esto significa
poner las manos sobre sus ojos. El sintagma “imponer las manos” aparece también
en contextos de curación en Mc 5, 23; 6, 5; 7, 32; 8, 25; y en otros lugares del
Nuevo Testamento.

Los antiguos sanadores curaban con frecuencia mediante un toque mágico de la


mano, que aparece dibujado a menudo tanto en representaciones pictóricas como
en las literarias. Por ejemplo, en un conjuro mágico para la sanación de niños, de
Egipto, el mago dice: “Mis manos están sobre este niño, y las manos de Isis están
sobre él, al igual que ella pone sus manos sobre su hijo Horus”.

Hay un relato especialmente cercano a nuestra historia en una inscripción en la que


un ciego se torna hacia la estatua del dios sanador Asclepio, pone (epitheinai) su
mano (en singular) sobre sus propios ojos, y comienza a ver de nuevo. Aunque el
gesto curativo de imponer las manos esté ausente del Antiguo Testamento y de la
literatura rabínica, está presente en un exorcismo descrito en 1QapGen 20, 29
(“Yo… puse mis manos sobre su ca [beza]”).

Nótese que el libro de Tobías 11, 11 (S) describe una combinación de acciones
mágicas para la curación de un ciego similares a las de nuestra historia: Tobías
sopla primero sobre los ojos de su padre, acción similar a escupir sobre ellos. Unta
entonces una pócima sobre ellos, presumiblemente con sus dedos, que es una
acción similar a la imposición de manos.

Y así continúa analizando vocablo por vocablo, o a veces frases completas, de


modo que por medio de un análisis de lo que aparece en otras ocasiones en las que
el Evangelio de Marcos utiliza el vocablo o una frase semejante, y comparando con
otros textos de la antigüedad cercanos al Nuevo Testamento por el ambiente
(judíos, griegos, de otras culturas, etc.) se llega a saber qué entiende Marcos
exactamente por las palabras y frases que está usando.

Esta tarea es una labor de muchos años, pero por suerte los comentarios al Nuevo
Testamento, que son muchos, se llevan realizando desde siempre, desde el siglo
IV, y ahora son en verdad muy completos y maravillosos.

La semántica analiza los aspectos del significado o la interpretación del


significado de un determinado símbolo, palabra, lenguaje o representación formal. Parte
de la premisa que cualquier medio de expresión admite una correspondencia entre las
expresiones de símbolos o palabras, y las situaciones o conjuntos de cosas que se
encuentran en el mundo físico o abstracto.
La noción de semántica deriva del término
griego semantikos («significado relevante»), que, a su
vez, tiene su origen en sema («signo»). Así, puede
afirmarse que la semántica lingüística pertenece al
campo de la gramática y se dedica al estudio del
significado de los signos lingüísticos.
La lengua, como un sistema compartido que permite la
transmisión de mensajes (la comunicación), necesita
que las palabras tengan cierto significado. Ya que la
gramática permite describir una lengua, una parte de ella (la semántica) debe encargarse
de analizar los significados.
Para una completa descripción de una lengua natural, deben tenerse en cuenta los datos
de significado, la referencia lingüística y las condiciones de verdad. El análisis
semántico se aplica a las palabras, pero también a las frases y a las oraciones.
La semántica, por ejemplo, se encarga del referente de las palabras, es decir, de aquello
que denotan. Como hay expresiones que pueden compartir el mismo referente pero
tener significados diferentes, el estudio de la palabra también debe tener en cuenta
el sentido (la imagen mental de lo que algo es).
La semántica, por lo tanto, se encarga de estudiar la denotación (la relación directa
entre una palabra y aquello a lo que se refiere) y la connotación (donde entran en juego
experiencias y valores asociados al significado). En otras palabras, el significado
denotativo, conceptual o lógico es el significado básico de una palabra, tal como
aparece definido en los diccionarios. El significado connotativo, en cambio, se vincula a
lo personal o subjetivo.

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