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PROCESO DE LA SANACIÓN DE FAMILIAS – MIÉRCOLES DE PROFUNDIZACIÓN

CAPÍTULO 5: Primer Punto de Acceso de satanás: LA FALTA DE PERDÓN.

Las gracias y bendiciones de Dios son rechazadas por la falta de perdón, de ahí que satanás nos incite o ponga a otros
en contra nuestra para que nos encerremos en no perdonar. Es ahí donde inician los problemas. Efesios 4, 26-27: “Si se
enojan, no pequen. Que la puesta del sol no los sorprenda en su enojo, dando así ocasión al demonio”. ¿Qué pasa
cuando me enojo? Robo, mato o hago daño de alguna manera. Entonces sabemos quién anda cerca (Juan 10, 10).
Somos responsables de nuestras acciones, aunque nos enojemos. Entonces con nuestro libre albedrío le damos
entrada a satanás y cualquier consecuencia que él haga, derivada de esto, es responsabilidad nuestra. Así las gracias y
bendiciones de Dios son rechazadas, particularmente la sanación. Cuando hay perdón la sanación fluye en abundancia.
Para sanar hay que perdonar, de lo contrario seguirán los problemas.

Catecismo de la Iglesia Católica: en adelante lo citaremos con las iniciales CIC.

Debemos aprender a ver y convencernos que la falta de perdón es un pecado y éste rompe la comunión con Dios, con
la Iglesia (la comunidad) y nos aparta de Dios.

CIC 1440: El pecado es, ante todo, ofensa a Dios, ruptura de la comunión con Él. Al mismo tiempo, atenta contra la
comunión con la Iglesia.

CIC 1443: Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, también manifestó el efecto de este perdón: a
los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los
había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su
mesa, más aún, Él mismo se sienta a su mesa, gesto que expresa de manera conmovedora, a la vez, el perdón de Dios
(cf Lc 15) y el retorno al seno del pueblo de Dios (Lucas 19,9).

CIC 1451: Entre los actos del penitente, la contrición aparece en primer lugar. Es "un dolor del alma y una detestación
del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar" (Concilio de Trento).

CIC 1849: El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con
Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta
contra la solidaridad humana. Ha sido definido como “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna” (San
Agustín)

CIC 1850: El pecado es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Salmo 51,
6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado,
es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”, pretendiendo conocer y
determinar el bien y el mal (Génesis 3, 5). El pecado es así “amor de sí hasta el desprecio de Dios” (San Agustín, De
civitate Dei, 14, 28). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús
que realiza la salvación (Filipenses 2, 6-9).

CIC 1855: El pecado mortal destruye la caridad en el corazón del hombre por una infracción grave de la ley de Dios;
aparta al hombre de Dios, que es su fin último y su bienaventuranza, prefiriendo un bien inferior. El pecado venial
deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la hiere.

CONSULTAR: Catequesis del Papa Francisco sobre el perdón recíproco y el amor duradero.
CIC 2838 – 2845: Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Carta Apostólica Misericordia et Misera del Santo Padre Francisco.
Tres grandes historias de perdón: David… Pedro… Pablo… y ¿Cuáles otras historias conoces y cuál es la suya?

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