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Concepto
La evaluación de inversiones implica formular proyectos de inversión, estimar sus
posibles flujos de fondos y evaluarlos, seleccionar proyectos según un adecuado criterio
de aceptación y finalmente reevaluarlos sistemáticamente después de haberlos aceptado.
Modelos de inversión
Existen varios modelos de inversión:
Diferencial de precio: Consiste en comprar barato y vender caro. Puede ser, por
ejemplo, comprar el vehículo de tu vecino a $10 mil, para venderlo en $12 mil
El Precio: Este modelo es conocido bajo la famosa frase “compro barato, vendo caro”. La
idea básica es adquirir algo de valor, que pueda venderse a un precio mayor para así
obtener una ganancia. Con esta estrategia de inversión debemos tener en claro qué
ganamos al momento de entrar al negocio y no al momento de salir de él. Por ejemplo, si
adquirimos un producto determinado a un precio menor al normal, estamos ganando
apenas entramos al negocio. Ahora, la tarea consiste en encontrar un mercado a quién
ofrecerle dicho producto. En este caso, lo ideal sería tener ese mercado preparado
previamente.
Justamente, lo complicado en este modelo de inversión –al igual que toda inversión- es
asegurar la salida. Por eso, la clave es tener siempre asegurada una estrategia de salida
antes de ingresar al negocio. De nada sirve conseguir 1000 remeras a un precio inferior al
habitual, si luego quedarán apiladas en algún rincón.
Retener valor: Con este modelo se busca básicamente retener algo que el día de
mañana tendrá valor, ya que desde allí se generará la ganancia. Si bien a simple vista,
llevar a cabo esta estrategia parece complicado, son cada vez son más los coleccionistas
de arte, compradores de terrenos y otros inversores, que deciden operar bajo este
modelo.
La clave en este caso es ser objetivos al retener valor, con el fin de obtener ganancias en
el mediano o largo plazo. Además, es necesario tener en cuenta que ciertos objetos
pueden deteriorarse, romperse o tener algún tipo de problema, ya sea desde un terreno
hasta una obra de arte mal cuidada. Este modelo es lo más parecido a una apuesta, dado
que se basa en la intuición que tenga el inversor más que en sus conocimientos.
Asumamos que realizas una inversión, y tienes claro tu plan de cómo entrar, cómo salir, y
cómo esperas que vas a producir ingresos. Se requiere una mentalidad adecuada para
controlar dos emociones que afectan a cualquier persona que realiza una inversión:
MIEDO y AVARICIA. Es normal que las tengas cuando haces una inversión, pero tienes
que aprender a controlarlas, y que tus acciones no se vean mal influenciadas por éstas
dos emociones:
El miedo puede ser a perder tu capital, o a no ganar. Incluso hay quienes que temen tener
éxito, o ganar mucho. Ésta emoción te puede estancar, o evita que puedas invertir, o
retirarte de una inversión antes de tiempo
La avaricia puede hacerte querer ganar “un poquito” más, y arriesgar más de la cuenta, o
persistir en una inversión que no está dando frutos, por no querer reconocer el fracaso.
Incluso la avaricia puede hacer que pretendas hacerte millonario en la primera inversión
que hagas, cuando lo más probable es que eso no suceda.
Existen varios tipos o vehículos de inversión. Como podrás ver, cada uno de estos
vehículos de inversión puede generar ingresos por renta, plusvalía o ambas. Todos tienen
sus riesgos, y en todas debes establecer tu plan antes de realizar la inversión. Además,
todos se pueden ajustar a uno o varios de los modelos de inversión que mencioné con
anterioridad:
Conclusiones
En un entorno de recursos limitados las empresas debe aplicar criterios que permitan
agregar valor a sus negocios por lo que deben aplicar instrumentos sofisticados para
evaluar sus inversiones, el VAN permite tomar decisiones para medir los beneficios de un
proyecto con capacidad de un agregación de valor a la empresa, solo se aceptaran
aquellas inversiones que tengan un VAN positivo, considerando un nivel de riesgo,
expresado en la tasa de descuento aceptada. La TIR mide la rentabilidad esperada de
una inversión medida en términos porcentuales, solamente se aceptaran proyectos que
superen la rentabilidad mínima exigida.
El “modelo de fijación de precio de los activos” se vale del coeficiente beta para vincular el
riesgo de mercado de un activo con su rendimiento requerido. El beta mide el riesgo no
sistemático o diversificable expresando el grado de respuesta del riesgo de un activo ante
cualquier cambio en los rendimientos del mercado. La tasa libre de riesgo mide el
rendimiento esperado seguro de una inversión. El rendimiento de los bonos del tesoro se
tiene como referencia para su cálculo.