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Universidad Nacional de Colombia

Alumno: Juan Esteban Caicedo Meléndez


Profesor: Juan J. Botero
Asignatura: Propedéutica
Informe: Sexta sesión
Semestre: 2019-3

El siguiente análisis, procura dar una revisión al capítulo quinto del libro de Russell. A
continuación el orden a seguir. Se enunciaron algunos términos contextuales durante el
desarrollo del texto, lo que me lleva a darles una pequeña mirada. Una vez salido de las bases,
por medio del propósito central, que, se supone, guía la temática del capítulo, se buscará
determinar si este es logrado. Por último, se intentará ver la cohesión que hasta el momento
lleva el libro en su totalidad, es decir, se verá como el capítulo presente se relaciona con los ya
trabajados.
Diferenciado los tipos de conocimiento, estos referente al conocimiento de las cosas, se
establecen dos definiciones, conocimiento directo y conocimiento por referencia.
Cuando hablamos de conocimiento directo nos referimos a aquel que recibimos directamente,
es decir, aquel que nos es presentado tal como es, careciendo de procesos deductivos. Así
mismo, el conocimiento directo es independiente al conocimiento de las verdades o las cosas
en sí. Siendo así, este se ve expresado en cosas como los datos de los sentidos, nuestro
recuerdos de estos o los elaboramos en la consciencia.
En cuanto al conocimiento por referencia, decimos, es aquel que nace del conocimiento directo,
pues se da por medio de las relaciones que podemos hacer con los conocimientos directos,
permitiéndonos conocer algo sin necesidad de experimentarlo directamente aquello de lo que
hablamos.
El capítulo, hablando de cómo podemos obtener conocimiento de las cosas, nos pone como
propósito, más allá de ver y entender los dos tipos de conocimiento, el que todo conocimiento
se halla ligado al conocimiento directo.
Una vez alejado el Idealismo y determinado que aquello que suponemos hay, es decir las cosas,
puede ser conocido, parte haciendo la distinción entre lo que nos es directo y lo que nos es
referenciado en el conocimiento. Puesto que todo conocimiento de verdad o de las cosas en sí,
nos es del todo esquivo, y aunque no podamos negar que cuando conocemos algo, conozcamos
a su vez su verdad, determinamos que aquello en que debemos centrarnos es en las cosas que
podemos conocer.
Sabiendo que lo que nos es lícito conocer son las cosas, y que estas solo nos son conocidas por
medios directos, podemos decir que todo conocimiento surge del conocimiento directo, puesto
incluso el conocimiento referencial necesita del directo para ser formulado.
Puesto que esto, Russell acierta en su división y logra demostrar argumentativamente que todo
conocimiento nace de bases directas.
Desde la crítica hecha al Idealismo, Russell parece haberse comprometido con hablarnos con
mayor esmero acerca del lenguaje, como este media en el conocimiento y entendimiento que
tenemos del mundo. Dado que el conocimiento va más allá de las meras experiencias “físicas”,
pues este es ideas y conceptos en la mente, da forma a aquello que conocemos. Es así cómo
puedo decir, que Russell, aun cuando busca plantear los problemas más relevantes de la
filosofía, procura, con todo lo hasta ahora visto, empezar la creación de un sistema filosófico
propio.

Bibliografía:
Russell, Bertrand. Los Problemas de la Filosofía. Barcelona: Editorial Labor S. A., 1988.

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