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Secretaría Nacional de Defensa Civil (Ministerio de la Integración

Nacional)

La defensa civil en Brasil está organizada bajo la forma de sistema, denominado Sistema
Nacional de Defensa Civil-SINDEC, compuesto por varios órganos.La Secretaría Nacional de
Defensa Civil - SEDEC, en el ámbito del Ministerio de Integración Nacional, es el órgano
central de este Sistema, responsable de coordinar las acciones de defensa civil, en todo el
territorio nacional.

La actuación de la defensa civil tiene el objetivo de reducir desastres y comprende acciones de


prevención, de preparación para emergencias y desastres, de respuesta a los desastres y de
reconstrucción, y se da de forma multisectorial y en los tres niveles de gobierno - federal,
estatal y municipal Con una amplia participación de la comunidad.

La acción organizada de forma integrada y global del SINDEC proporciona un resultado


multiplicador y potencializador, mucho más eficiente y eficaz que la simple suma de las
acciones de los órganos que lo componen.

Todos los órganos del SINDEC tienen atribuciones, pero la actuación del órgano municipal de
defensa civil, COMITEC es extremadamente importante, teniendo en vista que los desastres
ocurren en el municipio.

El municipio debe estar preparado para atender inmediatamente a la población afectada por
cualquier tipo de desastre, reduciendo pérdidas materiales y humanas, hecho que constatamos
diariamente por los medios. De ahí la importancia de cada municipio para crear su COMDEC.

Hay una gran diversidad de desastres naturales, humanos y mixtos, según la clasificación
adoptada por el Sistema Nacional de Defensa Civil y aprobada por el Consejo Nacional de
Defensa Civil, la Codificación de Desastres, Amenazas y Riesgos - CODAR.

La realidad brasileña, en este contexto de desastres, puede ser caracterizada por la frecuencia
de los desastres naturales cíclicos, especialmente las inundaciones en todo el país, seca en la
región Nordeste y un creciente aumento de los desastres humanos, debido al crecimiento
urbano desordenado, a las migraciones internas y al crecimiento El fenómeno de la
urbanización acelerada sin la disponibilidad de los servicios esenciales.
Esplanada dos Ministérios, Bloco E, S/N - Zona Cívico- Administrativa, sala 701
Brasília/DF - CEP 70 067-901
Gubernamental
Punto Focal Operacional Nacional (PFON)

NEWTON RAMLOW, Renato (Secretario Nacional de Defensa y Protección Civil)

E-mail: sedec@integracao.gov.br
Fax: (55) 61 3226 7588/3414 5858
Teléfonos: (61) 2034 - 5800
URL: http://www.mi.gov.br/web/guest/defesacivil
Descripción geográfica (sobre amenazas y desastres)
Brasil ocupa casi toda la mitad de América del Sur. Limita con todos los países
sudamericanos, a excepción de Chile y Ecuador. Las condiciones climáticas
van de climas tropicales a templados. Más de dos tercios de Brasil están
drenados por las cuencas de los ríos Amazonas y Tocantins-Araguaia,
alrededor de un quinto por la cuenca del río de la Plata y el resto por el río São
Francisco y otros ríos pequeños.

En la parte nordeste del país son recurrentes las sequías, mientras que en el
sur son frecuentes las inundaciones y heladas ocasionales.

Los estudios epidemiológicos demuestran que, en los últimos años, los


desastres de origen natural produjeron daños superiores a los provocados por
las guerras.

En Brasil, los desastres antrópicos son cada vez más intensos a causa del
desarrollo económico y tecnológico; en numerosos distritos industriales, éste ha
provocado el deterioro ambiental y ha agravado las vulnerabilidades de los
ecosistemas humanos, contribuyendo a aumentar los niveles de inseguridad.
La crisis económica que ocurrió en el país a partir de la década de los años
setenta generó reflejos altamente negativos sobre el proceso de desarollo
social y sobre la seguridad de las comunidades frente a los desastres. El
crecimiento desordenado de ciudades ha reducido la disponibilidad de terrenos
en áreas seguras, y la consecuente valorización de estos terrenos ha
provocado que una gran parte de la población tenga que asentarse en áreas
propensas al riesgo.

Parte institucional

Brasil posee un Sistema Nacional de Defensa Civil (SINDEC) que fue


reorganizado a partir del Decreto Nº 5.376 del 17 de febrero de 2005. Este
Sistema Nacional está constituido por órganos y entidades de la Administración
Pública Federal, de los Estados, del Distrito Federal, de la Defensa Civil y del
Ministerio de la Integración Regional. Los objetivos del SINDEC son
principalmente planear y promover la defensa permanente contra los desastres
de origen natural o antrópicos; actuar en una situación inminente o en caso de
desastres; prevenir o minimizar los daños, socorrer y asistir a las poblaciones
afectadas y recuperar las áreas deterioradas. El SINDEC tiene una estructura
particular conformada por:

- CONDEC: Consejo Nacional de Defensa Civil, constituido por los


representantes de los ministerios. Es el órgano responsable de la formulación y
deliberación de las políticas y directivas del Sistema.
- SEDEC: la Secretaría Nacional de Defensa Civil es el órgano central del
Sistema responsable de coordinar las acciones de defensa civil en todo el
territorio nacional.
- CORDEC: las Coordinaciones Regionales de Defensa Civil son órganos
regionales localizados en cinco macro regiones geográficas de Brasil,
responsables de la articulación y la coordinación del Sistema a nivel regional.
- CEDEC: las Coordinaciones Estatales de Defensa Civil son los órganos
estatales y distritos federales responsables de la articulación y la coordinación
del Sistema a nivel estatal.
- COMDEC: las Coordinaciones Municipales de Defensa Civil son los órganos
municipales responsables de la articulación y la coordinación del Sistema a
nivel municipal.
- Órganos sectoriales: órganos de administración pública federal.
- Órganos de apoyo: órganos públicos y privados, ONG y comunidades.

Además, a nivel local el país cuenta con los Núcleos Comunitarios de Defensa
Civil, que representan un instrumento para estimular una mayor participación y
una mejor comprensión de la realidad local. Estos núcleos tienen como objetivo
estimular el ejercicio de la ciudadanía para despertar una conciencia
socioambiental.

Señal de la evolución de los esfuerzos brasileños hacia una mayor información


pública ha sido la intensa actividad de capacitación que se llevó a cabo en todo
el país y que permitió capacitar desde el 2003 a alrededor de 7.400 personas
de manera presencial y 6.000 personas a distancia, con el fin de reducir la
vulnerabilidad de la población a los desastres.

Por lo que resulta de los planes o iniciativas sectoriales que incorporen


conceptos de la reducción del riesgo en cada área respectiva del desarrollo, el
Ministerio de Medio Ambiente ejecuta el Plan Nacional de Respuesta Rápida a
los Accidentes Ambientales. La Secretaría de la Infraestructura Hídrica del
Ministerio de Integración Nacional realiza acciones para prevenir y minimizar
los riesgos de accidentes en todo el país.
Cooperación triangular entre Brasil, Mozambique y Alemania: Gestión del
riesgo de desastres en Mozambique

Descripción breve del proyecto

Denominación: Fondo regional para el fomento de la cooperación triangular en


América Latina y el Caribe. Medida individual: Gestión de desastres y gestión
de riesgos en Mozambique (INGC)

Comitente: Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ)

Países: Brasil (país socio), Mozambique (país receptor)

Duración total: 2013 a 2015

Situación de partida

Debido a su situación geográfica, Mozambique está expuesto a menudo a


desastres naturales. Las precipitaciones se producen de manera irregular
según la época del año y con fuertes variaciones de intensidad, ocasionando
con frecuencia inundaciones y sequías. A ello se añaden las frecuentes
tormentas tropicales (ciclones), que agravan su vulnerabilidad a inundaciones
catastróficas. El Instituto Nacional de Gestión de Catástrofes (INGC) de
Mozambique, fundado en 1999, impulsa la modernización de los sistemas
existentes y la introducción de nuevas estrategias para proteger a la población
de los desastres.

La Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH


colabora desde 2002 con el Instituto Nacional de Gestión de Catástrofes, por
encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ)
de Alemania. Dada la extensa experiencia y las capacidades que posee el
Brasil, en particular la Dirección de Hidrografía y Navegación (DHN) y el
Instituto Nacional de Meteorología (INMET), en los ámbitos del pronóstico
meteorológico, inundaciones y mareas de tormenta, los socios mozambiqueños
y alemanes estaban muy interesados en cooperar con el Brasil. En 2010 se
iniciaron las conversaciones, y al año siguiente se hicieron los preparativos
correspondientes. Finalmente, en marzo de 2012, las partes firmaron un
acuerdo de proyecto trilateral. El financiamiento del Fondo regional para el
fomento de la cooperación triangular en América Latina y el Caribe permite
continuar e intensificar las actividades del proyecto a partir de 2013.

Objetivo
En el marco de la cooperación triangular se ha puesto a disposición
infraestructura para la vigilancia de los riesgos y la previsión y gestión de
situaciones de emergencia. En los ríos Buzi y Save se han establecido
sistemas de alerta temprana que funcionan bien y una gestión de desastres
eficaz, a fin de evitar que se produzcan víctimas entre la población y limitar los
daños materiales en caso de inundación.

Procedimiento

Se brinda fortalecimiento institucional al Instituto Nacional de Gestión de


Catástrofes (INGC) y al Instituto Nacional de Meteorología (INAM). Ambos
institutos son responsables de la coordinación del proyecto, la infraestructura,
la asignación de personal y el mejoramiento de la gestión del riesgo de
desastres y de la preparación y respuesta a situaciones de emergencia en los
ríos Buzi y Save. El INAM está especializado en sistemas de alerta temprana,
mientras que el INGC es competente en materia de evacuación y ayuda de
emergencia.

La coordinación de la contribución brasileña está a cargo de la Agencia


Brasileña de Cooperación (ABC), que también suministra apoyo financiero para
la construcción de centros de coordinación de la preparación y respuesta a
situaciones de emergencia. Varias instituciones brasileñas especializadas,
como la DHN, el INMET, la Agencia Nacional de Aguas, el Instituto de
Agronomía de Campinas, la Universidad de São Paulo y la Universidad Federal
de Alagoas, aportan sus conocimientos sectoriales en pronóstico meteorológico
y prevención de inundaciones y mareas de tormenta.

La GIZ, el Instituto de Tecnología y Manejo de Recursos en los Trópicos y


Subtrópicos (ITT) de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Colonia y el
Servicio Meteorológico Alemán (Deutscher Wetterdienst, DWD) cooperan con
sus socios en materia de gestión del riesgo de desastres y gestión de
desastres, especialmente en zonas rurales. A partir de 2013, el aporte alemán
intensificará su apoyo a los municipios en la consolidación de los sistemas de
alerta temprana y la utilización de informaciones

Resultados

A fin de evitar víctimas entre la población y limitar los daños materiales en


futuros casos de inundaciones se están introduciendo, con apoyo del proyecto,
sistemas de alerta temprana eficaces y fiables así como una gestión de
desastres moderna para los ríos Buzi y Save.

Hasta la fecha se han instalado estaciones automáticas para realizar


mediciones climatológicas e hidrológicas, y se ha establecido un sistema para
obtener datos hidrometeorológicos. Numerosos técnicos del Instituto Nacional
de Gestión de Catástrofes (INGC) y del Instituto Nacional de Meteorología
(INAM) han recibido formación en gestión de desastres, observación
meteorológica y manejo de sistemas de alerta temprana marítima.

ada vez que cae una fuerte lluvia sobre las ciudades o la sequía afecta a alguna
región de Brasil, la economía del país sufre un golpe considerable.

Los desastres causan daños a la infraestructura, a los cultivos, a los servicios


públicos y a la industria. A menudo, los gobiernos gastan más con acciones de
emergencia para abordar la reconstrucción que con los recursos originalmente
previstos para áreas tales como saneamiento y transporte. En Brasil, las pérdidas
por desastres alcanzaron 2.800 millones de dólares anuales entre 1995 y 2014, o
lo que es lo mismo: 56.700 millones durante estos 20 años.

Eso demuestra que, contrariamente a una percepción muy popular, Brasil sí es


afectado por los desastres naturales, aunque no sufre con eventos naturales de
gran magnitud, como terremotos (como Chile o Haití) o huracanes (como el
Caribe).

Conocer el impacto preciso sólo fue posible porque Brasil tiene ahora una base de
datos sobre los daños sufridos por los municipios: el Sistema Integrado de
Informaciones sobre Desastres (S2ID), de la Secretaría Nacional de Protección y
Defensa Civil. Pionero en Latinoamérica, el sistema impulsó un estudio que ha
examinado cerca de 53.800 registros de desastres en Brasil entre 1995 y 2014.

Los datos fueron recopilados en el informe Daños Materiales y Pérdidas Causadas


por los Desastres Naturales en Brasil, publicado a finales de 2016 por el Banco
Mundial y el Centro de Estudios e Investigación sobre Desastres, de la Universidad
Federal de Santa Catarina.

De acuerdo con la encuesta, las sequías - que evolucionan lentamente y, por lo


tanto, los gobiernos reaccionan con lentitud - son los fenómenos reportados con
más frecuencia por los municipios. "Ellas representan el 48% de los registros y se
producen más en el noreste y el sur", explica Rafael Schadeck, uno de los autores
del informe. Los desastres relacionados con el exceso de lluvias, documentados
principalmente en el sureste, vienen en segundo lugar, con el 39% de los casos.

El S2ID se transformó en una fuente de información para los que trabajan en la


gestión de riesgos de desastres e hizo posible un importante cambio de
mentalidad.

"Los municipios sólo reportaban desastres si tenían interés en acceder a los


fondos del gobierno federal para ayuda humanitaria y respuesta a los desastres.
Más recientemente, se observa que muchos municipios reportaron casos de
desastres sin tener estas intenciones, lo que nos permite comprender mejor la
magnitud del desafío en Brasil, así como sus características específicas", dijo
Frederico Pedroso, experto en gestión de riesgos de desastres del Banco Mundial.

" En Brasil, las pérdidas por desastres alcanzaron 2.800 millones


de dólares anuales entre 1995 y 2014 "

Protección financiera

El sistema y el nuevo estudio son parte de un esfuerzo mayor para entender cómo
los desastres naturales afectan América Latina y el Caribe y cómo se puede
prevenir daños más graves. Un informe lanzado a finales del año pasado estima su
impacto en los pobres y reveló que las pérdidas provocadas por desastres en la
región equivalen al doble de estimaciones anteriores y alcanzan un promedio de
84.000 millones de dólares al año.

Cuando los pobres son víctimas de una catástrofe, su pérdida proporcional de


riqueza es dos o tres veces superior a la de los no pobres debido a la naturaleza y
la vulnerabilidad de sus bienes y medios de vida.

En 2014, más de 500,000 familias pobres de Nicaragua, El Salvador, Honduras y


Guatemala no tenían qué comer debido a una escasez de lluvias sin precedentes.
Y en Guatemala, la tormenta Stan en 2005 aumentó la probabilidad de trabajo
infantil más de un 7% en las zonas afectadas.
Otro importante hallazgo: cada dólar invertido en protección social después de un
desastre representa 4 dólares en beneficios en países como Bolivia, Brasil,
Colombia, Honduras y Panamá.

Datos como estos apoyan cada vez más a los países latinoamericanos para que
adopten políticas públicas inteligentes e inviertan en la prevención y en una rápida
respuesta. En Brasil, por ejemplo, el Banco Mundial presta apoyo técnico a los
gobiernos nacionales, estatales y locales para calcular la exposición de los bienes
a los peligros naturales, proporciona herramientas para la protección financiera
contra desastres y evalúa los daños posteriores a los desastres.

Todas estas actividades, cuyos resultados aparecerán en largo plazo, son clave
para reducir cada vez más los impactos en daños y víctimas de las lluvias,
sequías, tormentas de viento, granizo y otros fenómenos naturales y su efecto
sobre la fragilizada economía brasileña.

Misiones
Civil Defense es una organización de defensa propia en toda la sociedad a través de acciones
de prevención, mitigación, preparación, respuesta y recuperación dirigidas a la protección y
defensa civil.

Una comunidad bien preparada es la que tiene más probabilidades de enfrentar situaciones
adversas.

Entre otras medidas, es responsable de coordinar y supervisar las acciones de defensa civil,
mantener y actualizar información específica, diseñar e implementar programas y proyectos,
proporcionar recursos presupuestarios para acciones de asistencia, capacitación de recursos
humanos, distribución y control de suministros. y proponer la promulgación o aprobación de
una emergencia o estado de calamidad pública.

Acciones de Defensa Civil, con la función básica de proteger la vida, a través de acciones de
prevención, mitigación, preparación, respuesta y recuperación dirigidas a la protección y
defensa civil.

Uno de los problemas más serios en la organización de la prevención de desastres y el trabajo


de lucha es lograr la participación comunitaria. Esto se debe a que, en la era actual,
especialmente en las grandes ciudades, debido a sus características psicosociales, los
ciudadanos se ven obligados a situarse en un universo más amplio, neutralizando su
sensibilidad y reduciendo su atención a intereses más cercanos e inmediatos o problemas
locales. pequeño El hombre tiende a preocuparse cada vez más por asuntos extraños y
distantes, e incluso ignora las dificultades de sus vecinos.

La comunidad se caracteriza por el consenso de trabajo, cooperación y competencia de


esfuerzos, existente en un determinado grupo de personas o entidades, frente a intereses
comunes que deben prevalecer en situaciones normales o anormales. Todo hombre debe
sentirse parte integral del lugar donde vive, influyendo y recibiendo influencia del medio
ambiente, tradiciones, hábitos y costumbres. Debe participar en los problemas y aspiraciones
locales. Será necesario alentar la participación social, individual y colectiva por todos los
medios para lograr la movilización y la motivación que despierta la creatividad en la gestión de
la solidaridad humana, manteniendo al mismo tiempo un sentido de defensa propia.

Solo de esta manera podemos al menos evitar la pérdida de vidas preciosas, reducir el daño y
aliviar el sufrimiento de las poblaciones afectadas por desastres que no pueden evitarse por
completo.

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