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UNIVERSIDAD POPULAR DE LA CHONTALPA

MATERIA:
ETICA PROFESIONAL

PROFESOR:
JOSÉ ALBERTO MÉNDEZ GERÓNIMO

NOMBRE DEL ALUMNO:


JOSMAR JIMÉNEZ TOVILLA

TÍTULO DEL TRABAJO:


ANTOLOGIA

LIC.: COMERCIO Y FINANZAS INTERNACIONALES

MATRICULA: 038RS19
CUATRIMESTRE: 2 GRUPO: “A”

FECHA DE ENTREGA 22/02/2020


Índice

Introducción ............................................................................................................. 1

Ética ........................................................................................................................ 2

Los actos ................................................................................................................. 2

La axiología ............................................................................................................. 3

Las normas legales y los actos morales .................................................................. 5

La ética en el ejercicio de la profesión .................................................................... 8

Los obstáculos de la profesión en el campo de los valores .................................. 10

Nivel de satisfacción profesional ........................................................................... 12

Las competencias de acuerdo a OCDE, FMI, Banco Mundial, y otras

organizaciones internacionales. ............................................................................ 14

Conclusión............................................................................................................. 17
Introducción

El estudio del campo de la ética se hace necesario y fundamental en la formación


del futuro profesional, el propio objetivo de nuestra ciencia es el ser humano y la
interacción dinámica con este, la hacen más que importante. La competencia, la
responsabilidad y el aspecto personal son aspectos que nos servirán para plasmar
los principios fundamentales en nuestra labor profesional.
Es así que en la siguiente monografía exponemos diferentes definiciones sobre
ética profesional, la cual, abarca características, objetivos, necesidades, y otros
puntos…, etc.
La ética profesional se define como parte de la filosofía que comprende al estudio
de la moral y de las obligaciones del hombre. Por su parte el adjetivo profesional,
gramaticalmente alude a los pertenecientes a una profesión.
Nosotros como futuros profesionales podemos y debemos cambiar de mentalidad
para lograr nuestra excelencia humana.
De esta manera, se puede responsabilizar a cualquier persona por algún hecho, ya
sea por la mala aplicación de sus conocimientos o por realizar una mala evaluación,
por ausencia, abuso de poder, mala práctica y por dar informaciones tergiversadas.
Actuar éticamente implica, entonces, actuar acorde con las normas y reglas de
comportamiento impuestas por la sociedad que nos rodea, por eso la ética vive
encada ser humano sea cual sea su profesión y su entorno. La ética profesional,
por ende, nace de un trabajo al servicio de los demás. Ésta se debe vivir en cada
una de las situaciones afrontadas en nuestra vida (social o laboral), permitiendo así
la búsqueda de la excelencia profesional a través de la honestidad y
responsabilidad. De esta forma entiendo que la ETICA PROFESIONAL es parte de
la conciencia individual, que se manifiesta en un compartimiento social responsable
acerca de los deberes de una profesión, después de haber asumido un código de
ética conocido o escrito, mediante un proceso de socialización, manteniendo el
equilibrio entre lo personal y social que permita estudiar, aplicar y resolver
problemas profesionales con la mejor competencia y rectitud posibles. Es por esto
que el compromiso como integrante de un proyecto, cualquiera quesea su ramo, es
proporcionar información verídica y objetiva con alta calidad. Estamos inmersos en
un mundo que enajena con mucha frecuencia al ser humano, lo masifica, opacando
su individualidad, en un mundo que, a pesar de
haber alcanzado un alto nivel tecnológico, incluida la información cotidiana de lo que
ocurre en cualquier latitud, deja de lado los derechos individuales; es un mundo
donde el lema es la competitividad y la búsqueda del triunfo individual, sin importar
los medios para lograrlo. Por eso, no está de más hablar de la importancia de la
responsabilidad y honestidad que deben tener todas las personas, especialmente
las profesionales, que con su conocimiento tienen mayor acceso al poder y, por lo
tanto, mayor responsabilidad, porque a mayor conocimiento mayor responsabilidad.

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Ética

Concepto
Ética es una rama de la filosofía dedicada a las cuestiones morales. La palabra ética
proviene del latín ethĭcus, y esta a su vez procede del griego antiguo ἠθικός
(êthicos), derivado de êthos, que significa 'carácter' o 'perteneciente al carácter'.
Referida al ámbito laboral, se habla de ética profesional y que puede aparecer
recogida en los códigos deontológicos que regulan una actividad profesional. La
deontología forma parte de lo que se conoce como ética normativa y presenta una
serie de principios y reglas de cumplimiento obligatorio.
Definición
El término ética proviene de la palabra griega ethos, que originariamente significaba
«morada», «lugar donde se vive» y que terminó por señalar el «carácter» o el «modo
de ser» peculiar y adquirido de alguien; la costumbre (mos-moris: la moral). También
conocida como filosofía moral es una rama de la filosofía que implica sistematizar,
defender y recomendar conceptos de conducta correcta. El campo de la ética, junto
con la estética, se refieren a cuestiones de valor, y por lo tanto comprenden la rama
de la filosofía llamada axiología. Busca resolver cuestiones de moralidad humana
definiendo conceptos como el bien y el mal, la virtud y el vicio, la justicia y el crimen

Los actos

Éticos
Los valores éticos son guías de comportamiento que regulan la conducta de un
individuo. En primer lugar, la ética es la rama de la filosofía que estudia lo que es
moral y realiza un análisis del sistema moral para ser aplicado a nivel individual y
social.
Entre los valores éticos más relevantes se pueden mencionar: justicia, libertad,
respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad, equidad, entre otros.
Los valores éticos se adquieren durante el desarrollo individual de cada ser humano
con experiencia en el entorno familiar, social, escolar e, inclusive, a través de los
medios de comunicación.
En nuestras sociedades comprendemos los valores éticos como aquellos que
estructuran el comportamiento de los seres humanos, es decir, las bases sobre las
que se sustentan de una forma consciente cómo nos comportamos de una forma
positiva con el resto de las personas, animales y cosas tratando siempre de no
afectar de un modo negativo. Escoger determinados valores éticos entre los
múltiples que componen nuestras sociedades y filosofías de vida puede ser difícil,
pero sí hay cinco que destacan por encima de otros por la importancia que tienen
en todos los niveles. Estos son: respeto, justicia, responsabilidad, honestidad y
libertad.

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Morales
Un acto moral es aquella acción realizada por un individuo y que puede ser valorada
como buena o mala desde un punto de vista ético. Las acciones que realizamos
podrían dividirse en dos grupos: las que no tienen implicaciones morales porque
son neutrales (respirar, moverse, rascarse o protegerse de la lluvia) y aquellas
acciones que sí pueden tener alguna consideración moral, es decir, pueden
valorarse como buenas o malas. Este último tipo de acciones es mucho más amplio
de lo que parece a primera vista. Dar la mano a alguien puede parecer neutral, pero
dar la mano a un terrorista sanguinario ya se puede discutir moralmente. Trabajar
en una fábrica para ganarse el pan de la familia no tiene una implicación moral, pero
si la fábrica contamina un río y esto provoca enfermedades, la neutralidad del
trabajo en la fábrica desaparece. Esto quiere decir, que casi cualquier acto es un
acto moral en potencia, pues el contexto en el que se produzca determinará una
valoración determinada.
Un acto moral depende de varios elementos. Para que hablemos con rigor de acto
moral éste tiene que ser algo elegido libremente, sin ningún tipo de coacción. Por
otra parte, el acto debe tener una finalidad, un motivo por el cual se realiza. Por
último, el acto moral se encuentra dentro de un contexto humano que condiciona
cualquier análisis ético.

La axiología

Los valores
Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una
persona, una acción o un objeto que se consideran típicamente positivos o de gran
importancia por un grupo social.
Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que, a su
vez, le impulsan a actuar de una u otra manera porque forman parte de sus
creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos.
En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera
en cómo desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean.
Sin embargo, también existe una serie de valores que son compartidos por la
sociedad y que establecen los comportamientos y actitudes de las personas en
general, con el objetivo de alcanzar el bienestar colectivo.
Por tanto, los valores se pueden clasificar por su importancia según las prioridades
de cada persona o de la sociedad.
Las jerarquías
La jerarquía de los valores implica que existe un orden jerárquico, que hay valores
de rango superior y valores de rango inferior. Pero ¿cuál es el valor supremo
conforme al cual debe ordenarse la vida? Esta es una cuestión difícil y muy
debatida.

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Por ejemplo, si uno afirma que la filosofía es lo más valioso porque permite dar un
sentido humano a la vida, otro puede decir que la filosofía es la cosa más aburrida
e improductiva del mundo, que es más valioso un partido de fútbol, una película,
etc.
Para un religioso, el valor supremo es la santidad; para un político, en cambio, el
valor fundamental es la cosa pública, y así sucesivamente.
Así, las diversas concepciones de la vida resultan de sobreestimar un valor por
encima de otros: el valor moral, el artístico, el científico, etc.
Ante la complejidad de este problema, los filósofos han intentado proponer una tabla
de valores con validez objetiva.
Los principios
Los principios son normas o reglas correspondientes a leyes del código legal interno
o superyo. Estas normas son denominadas “principios” en la Escuela de Psiconomía
cuando se refieren a la formación de valores convencionales (axiología humana), o
valores personales (axiología personal).
Los principios en axiología determinan los modus operandi lícitos (personales o
sociales) para la consecución de valores, pero sobre todo determinan la forma más
conveniente (según el código personal o la convención social) de obtener valores
(hacerlos pertenencias del yo).
Normalmente los principios a seguir en la consecución de un valor influyen en el
valor mismo, en su capacidad de producir carga positiva en la autoestima.
Los valores obtenidos contrariando los “propios principios” pasan a ser antivalores
para la persona. Los valores obtenidos contrariando los “principios de la sociedad
contextual” pasan a ser antivalores para los otros. Quien falsifica un título académico
más que obtener satisfacción (valor positivo), conseguirá la zozobra del impostor
que teme ser descubierto (valor negativo o antivalor).
Sin embargo, no todo proceso de valoración necesita la presencia de principios.
Una gran parte de la creación de valores no se rige por principio alguno.
En conclusión, los principios tratan de marcar la dirección para crear o alcanzar los
valores que den sentido a la vida; pero, sólo tratan.
Las prioridades
Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado es necesario que se
comprenda primero que para hacer mejoras tenemos que fundarlas en ciertos
puntos claves. Esto se llama la axiología filosófica o axiología existencial, es decir,
los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que nos pueden llevar a
un estado mejor el día de mañana. Esto se debe a que los valores dan sentido y
coherencia a nuestras acciones.
Pensamos que es necesario reflexionar y esclarecerse, individual y
comunitariamente, sobre las prioridades axiológicas de un determinado momento y

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sobre la importancia de ciertos valores tanto para la realización personal como para
la convivencia en comunidad. Pretendemos en este trabajo, con un sentido
axiológico crítico, ver qué es lo que entendemos por valor y valioso, o por valores,
en nuestra vida actual. Para ello distinguimos entre la vertiente subjetiva y la posible
vertiente objetiva de nuestras apreciaciones o valoraciones, siempre condicionadas;
recogemos la síntesis de ciertas preferencias de personas universitarias respecto
de su orientación profesional; recordamos el esfuerzo de Max Scheller a la hora de
establecer una jerarquía de valores y el consenso al que llego el pueblo español en
el proceso constituyente de 1978 de conjugar libertad e igualdad como forma
suprema de justicia. Pero, al final, nos formulamos algunas preguntas antes de
concluir, sobre todo respecto de los valores de la vida, de la verdad y del amor.
Para dialogar, al modo socrático, sobre los valores, tenemos que proceder por
aproximación. Pretendemos, pues, provocar una reflexión personal, partiendo de la
constatación empírica de la confusión actual entre lo realmente valioso y lo útil.

Las normas legales y los actos morales

Actos considerados
Existen diferentes tipos de normas y reglas: éticas y morales, las de cortesía, de
higiene, las religiosas, etc. Asimismo, están las leyes, que son normas jurídicas que
establece la sociedad, mediante sus representantes, para ordenar la vida de la
comunidad.
Existe una diferencia muy importante entre las normas legales y las normas
morales.
-La moral está formada por normas de conducta individual dictadas por la
conciencia. Si no cumplimos nuestras normas morales, nos sentimos mal porque
sabemos que no hicimos lo que era correcto.
-Las leyes son normas establecidas por la sociedad. Las leyes establecen
obligaciones, prohibiciones y permisos concretos para determinadas acciones. Las
normas legales están publicadas en forma de códigos y decretos. Si
desobedecemos las leyes nos arriesgamos a ser sancionados con una multa o, en
casos graves, con penas de prisión.
Infracciones, sanciones y premios
Se le denomina infracción a aquella violación de una regulación administrativa,
ordenanza o código local y en algunas jurisdicciones incluyen las contravenciones
de tránsito. También, son conocidas como faltas administrativas y son tratadas
como ofensas civiles; además no traen como consecuencia una pena de cárcel o
incluso la libertad condicional (probation en inglés).
Una infracción es menos grave que un delito menor y no puede ser considerada
como un delito. Las infracciones no aparecen en el registro de conducir, registro de
la corte, registro de la policía local y en general no se reflejan en los registros del
Departamento de Justicia.

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Un orden social cualquiera se caracteriza fundamentalmente por las diversas formas
de conducta, usos y costumbres (con respectivos valores y principios, es decir,
cosmovisión), con los que los individuos y grupos establecen sus relaciones
sociales. En la medida de su importancia, y de las consecuencias que producen en
el juego social, esas conductas se respaldan en las instituciones y autoridades
oficiales, que las aprueban o desaprueban, conforme su coherencia con los
principios y valores predominantes o instituidos en el medio social. En realidad, el
poder instituido crea o simplemente sanciona, aprobando o desaprobando, los
modelos o prácticas coherentes con sus paradigmas y visión de mundo.
Por sanción se entiende la reacción de aprobación (sanción positiva) o reprobación
(sanción negativa) de una autoridad, de un subgrupo o de toda la sociedad hacia
una conducta, que puede ser organizada o difusa en el ordenamiento jurídico. Las
sanciones organizadas son las expresiones de aprobación o reprobación que están
bajo control de los subgrupos oficiales y se realizan de acuerdo con las tradiciones
y procedimientos formales; las difusas son las que promueven los individuos o
subgrupos antioficiales y oscilantes. En una sociedad, las sanciones de
reprobación, las que se refieren a lo que no se debe hacer, suelen ser más
organizadas y definidas que las de aprobación, y suelen estar explícitas en el orden
social y jurídico. Así, las obligaciones, es decir, las reglas de conducta imperativas
no observadas implican una reprobación (sanción negativa) y, por el contrario,
cuando observadas, bien como la práctica de conductas facultativas, implican una
aprobación (sanción positiva).
Un premio es una recompensa, regalo o remuneración que se emplea en
actividades promocionales para incentivar la compra de un producto o servicio, o
bien para motivar y potenciar la fuerza de ventas de una empresa. // En publicidad,
es el galardón que diferentes asociaciones, publicaciones, empresas, etc., otorgan
a los profesionales del sector en función de los siguientes criterios: eficacia en la
comunicación comercial, mejores campañas del año, creatividad en los medios,
mejor anunciante, etc.
Código de ética (código de conductas deseadas por las empresas)
Exigencias de las empresas a través de sus manuales de procedimientos o códigos
de ética. (hacer un comparativo de las principales empresas en las que se pueden
insertar laboralmente a los egresados por tipo de carrera).
Secreto profesional
El secreto profesional existe para garantizar que en la relación establecida entre las
partes se pueda transmitir toda la información necesaria para llevar a cabo de
manera correcta la labor. Debido a que al momento de llevar a cabo su intervención
el psicólogo, así como el abogado, médico o terapeuta, necesita acceder a
información que el usuario podría querer reservar para sí se hace necesario que
existan condiciones que garanticen al usuario que podrá hablar con libertad para
que así se pueda presentar un servicio adecuado. En la medida en que el usuario
reconoce que su tratante se encuentra en la obligación de reservar para sí mismo

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la información adquirida durante la consulta información, él podrá comunicar todo
aquello relevante al proceso sin temer a que sea usado en su contra.
Es de esta manera que se presenta el secreto profesional como una defensa del
derecho a la privacidad, intimidad y buen nombre de los usuarios del servicio
psicológico. Por lo tanto, la violación del mismo consta una violación de los derechos
del usuario. Adicionalmente, en la medida que el secreto es una condición necesaria
para la correcta práctica de la profesión, al violarlo se está poniendo en riesgo la
idoneidad del psicólogo para llevar a cabo sus labores; y se está afectando
indirectamente al gremio como un todo en la medida que el público podría interpretar
la falta al secreto como una conducta adecuada de todos los profesionales si esta
no es atendida. Sin embargo, se reconoce que el profesional podrá encontrarse en
situaciones límite en las cuáles proceder estrictamente de acuerdo al secreto
profesional podría considerarse como una postura incompleta. Por esto el secreto
profesional puede verse como una problemática ética y como una legal.
El secreto profesional se aplica solamente a algunas profesiones, que exigen
máxima prudencia. Básicamente lo ostentan los abogados, los médicos, los
psicólogos, periodistas y trabajadores sociales. En algunas circunstancias, también
puede ser ejercido por otros profesionales que ejerzan funciones como asesores
fiscales o depositarios de seguros.
Los principios de lealtad y fidelidad a la profesión
El término deontología profesional hace referencia al conjunto de principios y reglas
éticas que regulan y guían una actividad profesional. Estas normas determinan los
deberes mínimamente exigibles a los profesionales en el desempeño de su
actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo profesional quién determina
dichas normas y, a su vez, se encarga de recogerlas por escrito en los códigos
deontológicos. A día de hoy, prácticamente todas las profesiones han desarrollado
sus propios códigos y, en este sentido, puede hablarse de una deontología
profesional periodística, de una deontología profesional médica, deontología
profesional de los abogados, etc.
Es importante no confundir deontología profesional con ética profesional. Cabe
distinguir que la ética profesional es la disciplina que estudia los contenidos
normativos de un colectivo profesional, es decir, su objeto de estudio es la
deontología profesional, mientras que, tal como se apuntaba al comienzo del
artículo, la deontología profesional es el conjunto de normas vinculantes para un
colectivo profesional.
El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y
logía (conocimiento, estudio…); lo que significa, en términos generales, el estudio o
la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los fundamentos
del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado por
Jeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una
visión novedosa de esta disciplina. Para Bentham, la deontología se aplica
fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del hombre
que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas

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acciones que no están sometidas al control de la legislación pública. Esto sugiere
una de las intenciones de la redacción de los códigos deontológicos: explicitar la
dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos
exigibles a unos profesionales, aunque no estén delimitados jurídicamente, o quizá,
por ello mismo.
En los tiempos que corren, esos que denominan de constante y vertiginosos
cambios, parece que ha quedado relegado a un segundo plano el término
"fidelidad". Una fidelidad entendida como el sentido de pertenencia a la entidad para
la que trabajas, o al menos, una fidelidad que signifique responsabilidad total con tu
puesto de trabajo, cumplimiento e interés por los fines de la empresa donde te
dedicas profesionalmente. Fidelidad como honestidad con ese taller, hospital,
escuela, industria, administración pública o establecimiento donde, pese a los
sinsabores o los sobresfuerzos, tenemos la obligación de dar lo mejor de nosotros
mismos, debemos cumplir e implicarnos para lograr eso que suena algo demodé
hoy día: el bien común.

La ética en el ejercicio de la profesión

La vida y obra de un profesionista


Las profesiones ocupan un papel central dentro de la dinámica de la vida social y a
lo largo de la historia reciente han sido valoradas y reconocidas socialmente por el
aporte que hacen a la sociedad al contribuir a su bienestar y desarrollo.
Generalmente se concibe que una profesión es la actividad especializada del trabajo
dentro de la sociedad y a la persona que la realiza se le denomina “profesional” o
“profesionista”. Asimismo, de manera ordinaria, se entiende por profesión la facultad
o capacidad adquirida por el sujeto, para realizar un trabajo especializado, tras un
proceso de enseñanza - aprendizaje en un campo de conocimiento determinado.
Por lo anterior, resulta importante reflexionar en la trascendencia que tienen los
procesos de enseñanza – aprendizaje que se llevan a cabo en las aulas
universitarias, donde, desde una visión de educación integral, se forma a los
hombres y mujeres que, en un futuro próximo, con los conocimientos adquiridos, el
desarrollo de sus habilidades y la internalización de ciertos principios y valores,
servirán al grupo social donde se encuentran insertos.
Las profesiones tienen un carácter histórico y son cambiantes; se han ido
modificando sus metas, formas de ejercicio y relaciones entre colegas y con
destinatarios de la actividad, principalmente por la generación de conocimientos y
el aumento de la capacidad técnica y humana. Cada una de ellas busca el
reconocimiento social, especialmente las disciplinas y áreas difusas. Se fortalecen
algunas de las antiguas profesiones, surgen nuevas y se generan y desarrollan los
campos interdisciplinarios.
Conviene recordar que el desarrollo de las profesiones es una de las características
fundamentales del siglo XX. Los avances en el mundo de conocimiento y la
creciente complejidad de la sociedad han favorecido el desarrollo de las

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profesiones, las cuales a la vez han tenido la necesidad de transformarse y
actualizarse en sus conocimientos generales y en los especializados, generando a
su vez nuevas profesiones o especializaciones en las ya existentes.
Es importante puntualizar que los cambios en la sociedad, la economía, la
información y la tecnología ha provocado que los procesos de enseñanza –
aprendizaje tenga que transformarse, no sin antes hacer una reflexión en el dilema
establecido entre el compromiso social que las instituciones de educación superior
tienen en la formación integral de sus estudiantes y la formación para el empleo, la
cual reclama una orientación científico - tecnológico – técnica para desenvolverse
en una sociedad que se encuentra en el contexto de la globalización.
Por otro lado, conviene señalar que el campo de trabajo profesional ha cambiado y
está cambiando a gran velocidad, integrando nuevos campos ocupacionales,
demandando otras profesiones, por lo que la formación profesional, con base en
conocimientos especializados ya no es ninguna garantía de acceso al empleo, sino
que reclama una continua actualización, innovación y una actitud de formación
permanente para un ejercicio profesional acorde a las demandas y exigencias de la
sociedad contemporánea; Benavides puntualiza.
Con base en lo anterior, se concluye que las profesiones juegan un papel vital en el
desarrollo de la sociedad por los servicios que éstas le prestan y los cuales están
orientados a su crecimiento, expansión, progreso, bienestar y el confort, ya sea en
el plano teórico o en el práctico; toda profesión pretende contribuir al desarrollo del
individuo que la ejerce, no sólo de manera individual, sino también colectiva, dado
que el ejercicio profesional carece de sentido si no tiene una dimensión social de
servicio a otros, donde el individuo desarrolla sus habilidades, capacidades y
talentos en pro de un bien no sólo de sí, sino también de los de su especie.
El quehacer cotidiano
La ética del trabajo obliga a desear sólo que quede bien hecho lo que se hace.
Independientemente del estado de ánimo, de lo que nos sucede internamente, de
nuestra situación económica, de lo que está sucediendo en el mundo en este
momento (que inclusive puede ser algo muy grave), la responsabilidad profesional
nos obliga a hacer nuestro trabajo como siempre, de una manera tan bien hecha
como la tenemos que hacer en cualquier ocasión, pase lo que pase.
“Ética del trabajo” significa, un compromiso ineludible con nosotros mismos de hacer
bien las cosas, un compromiso que no se puede dejar de cumplir, porque tiene que
ver con un compromiso con nuestro propio ser, que nos hace más o nos hace
menos, nos hace mejores o nos empeora, nos enriquece o nos empobrece en
nuestra propia naturaleza.
La ética del trabajo es un compromiso ineludible, un principio que no se puede violar,
una lealtad que no se puede abandonar, que no se puede defraudar.
Hablamos de un compromiso con nuestro trabajo que lo adquirimos porque nació
como una lealtad con nuestro propio llamado vocacional. En una sola palabra: es el

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fundamento ético de mi ser y mi quehacer. La ética profesional se llama
precisamente así porque es el fundamente ético de lo que profesionalmente hago y
de lo que soy, en el desarrollo de una determinada forma de vida.
Sin ética del trabajo y ética profesional, lo que se hace queda reducido sólo a una
chamba, o una talacha, a un modo de obtener dinero, pero no tenemos propiamente
trabajo.
Si fallamos en los términos de ética profesional, dejamos de ser lo que éramos,
somos menos, del mismo modo como el soldado queda degradado por un acto de
deshonor.
Los hábitos de competencia
Las competencias profesionales son atribuciones o incumbencias ligadas a la figura
profesional (tareas y funciones) que «engloban el conjunto de realizaciones,
resultados, líneas de actuación y consecuciones que se demandan del titular de una
profesión u ocupación determinada», es decir, la competencia profesional alude
directamente a las capacidades y habilidades de una persona que son necesarias
de desarrollar a través de la formación. De manera que la competencia es el
resultado del proceso de cualificación que permite «ser capaz de» «estar capacitado
para».
Para tener éxito profesional, necesitamos algo más que actualizar nuestros
conocimientos, también es imprescindible desarrollar nuestras competencias y
mantenerlas alineadas a las necesidades del rol y del entorno organizacional, desde
la integración de nuestra vida profesional y personal.

Los obstáculos de la profesión en el campo de los valores

De tipo cognoscitivos
Los obstáculos cognitivos son identificados como conocimientos que han sido
satisfactorios para la resolución de ciertos problemas durante un tiempo, sin
embargo, resultan inadecuados y de difícil adaptación al enfrentarse los estudiantes
a otros problemas.
De tipo competitivo
Una economía que crece débilmente y una regulación deficiente dañan la
competencia; como muestra está la industria automotriz. Pero también hace falta
aplicar las normas y mejorar la productividad, dos de las condiciones de la
competencia.
Casi todo el mundo habla de competitividad como de algo absolutamente necesario
y positivo: se dice, por ejemplo, que “la extensión de la educación o el desarrollo de
la investigación nos hará más competitivos”. Y también que "la subida de salarios o
la adopción de medidas para reducir la contaminación encarecerían nuestros
productos haciéndolos menos competitivos". Se trata, pues, de un concepto
ambiguo, que puede expresar excelencia (el diccionario incluye, aunque, en

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segundo lugar, el significado de competir como "igualar una cosa a otra análoga, en
la perfección o en las propiedades"), pero que comúnmente es sinónimo de
contender por una misma cosa. Ser "competitivos" puede entenderse - y así se
suele hacer en la mayoría de las situaciones- como ganar a otros la partida. El éxito
de unos en la batalla de la competitividad conlleva, desde ese punto de vista, el
fracaso de otros. Constituye, pues, un concepto que responde, en general, a
planteamientos particularistas, centrados en el interés de una cierta colectividad
enfrentada a "contrincantes" cuyo futuro, en el mejor de los casos, no es tenido en
cuenta. Y esto es claramente contradictorio con las características de un desarrollo
sostenible, que ha de responder a planteamientos globales y tener en cuenta las
repercusiones a corto, medio y largo plazo, tanto para una colectividad dada como
para el conjunto de la humanidad y nuestro planeta: no es sostenible un éxito que
exija el fracaso de otros, contribuyendo a aumentar los desequilibrios o a degradar
ecosistemas.
Casos ocurridos en empresas
En poco tiempo, el país asiático se convirtió en el mayor introductor de llantas a
México, después de que en 2009 las autoridades de la Secretaría de Economía
eliminaron el arancel de 20% que se aplicaba a las llantas para camión y redujeron
de 20% a 15% las de autos y camionetas. Este fenómeno ilustra cómo un mercado
interno débil y donde la regulación no se aplica o se aplica parcialmente, vulnera la
competencia al dar entrada a productos de mala calidad y cuyo precio puede estar
por debajo de los costos de producción.
Es también un anticipo de una nueva contradicción a la que podría entrar la
economía mexicana: a la vez que abre la puerta a productos de calidad cuestionable
para forzar a una mayor competencia, el país abre la puerta con las recientes
reformas a grandes compañías que exigirán bienes y servicios con altos niveles de
calidad. “No podemos (con reformas como la energética) tener empresas de
transporte con equipos usados importados”, dice Daniel Benvenuti, presidente y
director general de Bridgestone de México, empresa que tiene dos plantas
productoras en el país.
En esas condiciones, el mensaje para los productores locales es desalentador.
Mientras que un productor nacional tiene que cumplir con la normatividad mexicana,
una llanta que entra usada no pasa por ninguna norma. Cifras de la industria indican
que México recibe en total cuatro millones de neumáticos usados. “Si un neumático
acabó su vida útil en un país, no resucita al cruzar la frontera”, dice el director de
Bridgestone de México.
El problema no se limita sólo a las llantas. También en esta industria, la debilidad
del mercado interno ha derivado en el ingreso de vehículos de calidad cuestionable,
lo que afecta las ventas de unidades nuevas y conduce a lo que la industria señala
como competencia desleal. “El único punto en el cual tenemos que trabajar con el
gobierno mexicano es en el crecimiento del mercado interno”, dijo Airton Cousseau,
presidente y director general de Nissan Mexicana, durante su participación en el
Foro Forbes.

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El año pasado, más de seis de cada diez vehículos vendidos en México eran usados
e importados, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz
(AMIA). Estos vehículos entran a México mediante amparos de algunos
importadores y pese a una serie de reglas emitidas por el gobierno para regular la
importación contemplada en el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica
(TLCAN). El gobierno debe detener el ingreso de vehículos importados usados,
demanda Cousseau.
Y en el mercado de camiones pesados ¿hay competencia? Hay mucha, pero parte
de ella está fuera de todo control, señala Gustavo García, director de operaciones
del fabricante de tractocamiones Kenworth Mexicana, una empresa que se queja
del ingreso de camiones usados importados. Por cada diez camiones nuevos que
se venden en el país, entran siete usados que son de desecho en Estados Unidos,
indican datos de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y
Tractocamiones (ANPACT).
El problema no son los grandes proveedores que abastecen directamente a las
plantas, en su gran mayoría extranjeros pero que tienen operaciones en México,
sino los llamados proveedores de segundo y tercer nivel o Tier 1 y Tier 2, que
conforman por una base amplia de empresas y que por tanto son generadoras
importantes de empleo y, por tanto, de consumidores.
México se ubica como el décimo sexto mercado, con apenas promedia un millón de
unidades anuales. El nivel de ventas es similar al que se registraba en México una
década atrás, dice la industria.

Nivel de satisfacción profesional

Calidad en el servicio
La calidad de servicio consiste en cumplir con las expectativas que tiene el cliente
sobre que tan bien un servicio satisface sus necesidades.
Calidad de Servicio es un concepto que deriva de la propia definición de Calidad,
entendida esta como satisfacción de las necesidades y expectativas del cliente o,
expresado en palabras de J. M. Juran, como aptitud de uso.
Antes de abordar la definición de la Calidad de Servicio, es pertinente hacer algunas
precisiones.
En primer lugar, hay que considerar que los bienes capaces de satisfacer las
necesidades del cliente son, de acuerdo con su contenido, de dos clases: tangibles
e intangibles.
Los bienes tangibles suelen conocerse con el nombre de productos. Tienen una
consistencia material. Se trata de objetos físicos cuya utilización por el cliente
resuelve una necesidad sentida.

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Los bienes intangibles se denominan, generalmente, servicios. Su estructura es
inmaterial. Se trata de actos que recibe el cliente, a través de los cuales soluciona
sus problemas o carencias. En general, se puede entender por producto tanto un
tangible como un intangible.
Competencias profesionales
Las competencias son todas aquellas habilidades, aptitudes y destrezas que ha
adquirido una persona a lo largo de su vida personal, profesional y académica.
En el caso de las competencias profesionales, son aquellas habilidades que se
ponen en práctica para realizar un trabajo y desarrollarlo bien. En este caso, se
identifican dos tipos de competencias:
Competencias transversales: conjunto de conocimientos, aptitudes y habilidades
que se ponen en práctica en un entorno laboral, y que se pueden generalizar en
cualquier tipo de trabajo, no son específicas de una profesión.
Competencias técnicas: estas son propias de un tipo de trabajo concreto, son los
conocimientos teóricos específicos que permiten desarrollar con éxito las tareas
propias de una profesión.
Trabajo en equipo
Trabajar en equipo es el esfuerzo integrado de un conjunto de personas para la
realización de un proyecto.
Trabajar en equipo implica la coordinación de 2 a más personas orientadas para el
alcance de objetivos comunes. Cada miembro debe aportar para la realización de
una parte del trabajo.
La denominación trabajo en equipo surgió después de la Primera Guerra Mundial.
Hoy en día, es una forma de trabajo eficiente que entrega varios puntos de vista y
que sirven para resolver más eficientemente conflictos que surgen en el ámbito
económico, político y social.
Esta forma de trabajo se ha convertido en una herramienta útil para el mejor
desempeño de cualquier empresa, quienes apuestan a la colaboración de todos sus
empleados en pro de una misma meta, compartiendo no solo trabajo, sino
responsabilidades.
Liderazgo
El liderazgo es un conjunto de habilidades que sirven para influenciar en la manera
de pensar o de actuar de otras personas.
Sin embargo, este término tampoco debe enfocarse nada más que en el hacer
cambiar de parecer a las personas. Porque un líder también tiene la capacidad de
tomar la iniciativa y proporcionar ideas innovadoras, y no solo de dar órdenes.
El liderazgo tampoco equivale a una distribución desigual de poder. Y aunque sea
el líder el que tenga la última palabra, es el trabajo en equipo el que da los mejores
resultados.

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La importancia del liderazgo es más que evidente en muchos ámbitos de la vida,
incluso más allá del liderazgo empresarial. Puesto que el líder es el responsable de
la consecución de los objetivos de una manera mucho más efectiva y rápida.
El liderazgo no es plano, y dependiendo del contexto en donde se desarrolle puede
determinar la clase de transformación social de la que es capaz. Tiene, por tanto,
una función dentro de la organización, comunidad o sociedad que destaca por su
relevancia e influencia.
Es así como las organizaciones dependen para crecer y perdurar del liderazgo, he
allí donde recae su gran importancia. Un líder será capaz de establecer una buena
comunicación y mejorar la capacidad de integración de los miembros, todo con el
fin de lograr un objetivo en común.
Desarrollo personal
El Desarrollo Personal, conocido también como superación personal, crecimiento
personal, cambio personal o desarrollo humano, es un proceso de transformación
mediante el cual una persona adopta nuevas ideas o formas de pensamiento
(creencias), que le permiten generar nuevos comportamientos y actitudes, que dan
como resultado un mejoramiento de su calidad de vida.
Ese proceso de transformación, lleva literalmente a las personas, desde un estado
en el que pueden estar enojadas, deprimidas o tristes a uno totalmente nuevo en el
que las personas se vuelven alegres, enamoradas y tienen mucha pasión por lo que
hacen. A su vez, el mejoramiento del estado emocional les permite cambiar hábitos
como dejar de fumar, dejar el alcohol o las drogas, bajar de peso, conseguir un
mejor trabajo, ganar más dinero, elevar su autoestima, conseguir pareja y mejorar
sus relaciones familiares o de pareja, entre otros beneficios.

Las competencias de acuerdo a OCDE, FMI, Banco Mundial, y otras


organizaciones internacionales.

OCDE
En el siglo XXI las habilidades, competencias y destrezas se han convertido en un
factor clave para lograr el crecimiento individual y el éxito económico de una
sociedad. Sin una inversión adecuada en estos ámbitos, el progreso tecnológico no
se puede transformar en crecimiento.
Con el objetivo de que los países puedan ser competitivos en un mundo tecnológico,
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizó un
diagnóstico de las habilidades que son necesarias fomentar desde la educación
básica.
Habilidades del siglo XXI necesarias para el mundo laboral
En el trabajo realizado por la OCDE se definen a las competencias como el conjunto
de conocimientos, habilidades y destrezas que pueden aprenderse, permiten a los

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individuos realizar una actividad o tarea de manera adecuada y sistemática, y que
pueden adquirirse y ampliarse a través del aprendizaje.
Esta definición incluye toda la gama de competencias cognitivas, por ejemplo,
alfabetización y aritmética; técnicas específicas de un sector u ocupación, así como
habilidades socioemocionales como son el trabajo en equipo y la comunicación.
Para la OCDE existen tres pilares fundamentales para desarrollar un sistema
nacional de habilidades:
Desarrollo de competencias relevantes, desde la infancia hasta la edad adulta.
Activación de esas competencias en el mercado laboral.
Uso de las competencias de manera eficaz para la economía y la sociedad.
El diagnóstico que realizó la OCDE representa un marco a través del cual los países
pueden analizar sus fortalezas y debilidades para emprender acciones concretas
relacionadas con dichos tres pilares.
En este sentido, la actual reforma educativa en México sigue la línea de la OCDE y
ha marcado como requisito que los planes de estudio contemplen la enseñanza de
habilidades del siglo XXI.
¿Cómo implementar el desarrollo de habilidades del siglo XXI en los planes de
estudio?
El uso de tecnología educativa está comprobado como una de las mejores formas
de enseñar y desarrollar las habilidades necesarias para el crecimiento y éxito, tanto
individual como social.
En este aspecto, la robótica educativa y la metodología STEM son dos elementos
que van de la mano en la enseñanza de conocimientos técnicos de programación
computacional y el desarrollo de habilidades socioemocionales, tales como el
trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, entre otras.
Edacom, como partner oficial de LEGO® Education en México, te ayuda a equipar
tu escuela con las mejores soluciones en educación tecnológica, además de brindar
asesoramiento y acompañamiento al personal docente para implementarlas bajo las
mejores y más innovadores prácticas.
FMI
La labor de fortalecimiento de las capacidades que lleva a cabo el FMI se centra en
forjar políticas e instituciones eficaces y en robustecer las capacidades humanas
correspondientes. Para ello, el FMI ayuda a los países, entre otras cosas, a movilizar
ingresos públicos, modernizar los sistemas bancarios, establecer marcos jurídicos
sólidos, mejorar la divulgación de estadísticas macroeconómicas y financieras, y
poner al día los análisis y pronósticos económicos. El FMI colabora con las
instituciones gubernamentales como los ministerios de Hacienda y los bancos
centrales a través de asesoramiento directo, talleres de aprendizaje entre pares y
formación orientada a las políticas. Este respaldo se brinda en diferentes

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modalidades: misiones a corto plazo integradas por personal técnico de la sede, el
nombramiento a largo plazo de asesores residentes en el país, centros regionales
de capacitación técnica y fondos internacionales especializados. Los socios
bilaterales y multilaterales desempeñan un papel vital y actualmente financian
alrededor de la mitad de la labor del FMI en este ámbito. El Directorio Ejecutivo del
FMI pasa revista a la estrategia de fortalecimiento de las capacidades
periódicamente; la próxima evaluación está programada para 2018.
El FMI está afianzando un marco de gestión basado en los resultados para facilitar
la sistematización de la planificación y la mejora del monitoreo de sus actividades
de fortalecimiento de las capacidades. Este sistema está complementado por un
nuevo marco de evaluación común más propicio para medir y comparar el
rendimiento de distintos tipos de asistencia técnica y capacitación en el FMI.
La evaluación ayudará a determinar, por ejemplo, el grado en que la asistencia
técnica ha mejorado la estabilidad macroeconómica, los sistemas de gestión de las
finanzas públicas, la calidad de las estadísticas económicas y la gobernanza
financiera. Análogamente, ayudará a comprobar si la capacitación ha incrementado
el rendimiento laboral de los funcionarios gubernamentales y mejorado su
capacidad para analizar la evolución económica y evaluar la eficacia de las políticas
aplicadas.
Las competencias laborales no deben confundirse con las competencias
profesionales cuando se emplea esta última expresión en el sentido de
«atribuciones o incumbencias ligadas a la figura profesional (tareas y funciones) que
engloban el conjunto de realizaciones, resultados, líneas de actuación y
consecuciones que se demandan del titular de una profesión u ocupación
determinada».
La competencia laboral no es una probabilidad de éxito en la ejecución de un
trabajo; es una capacidad real y demostrada.
Las competencias profesionales suelen establecerse legalmente y determinan qué
proyectos puede firmar (y de los que, por lo tanto, hacerse responsable)
determinado titulado. Por ejemplo, en determinados países, el proyecto de un
puente solo lo puede firmar un ingeniero de caminos, canales y puertos12 Las
titulaciones y las competencias profesionales varían de país a país, y aunque dos
países compartan el mismo idioma y la misma denominación de una titulación, en
uno de ellos las competencias profesionales de esa titulación pueden ser diferentes
a las que tiene en el otro país.
La formación de los nuevos profesionales demanda impulsar la capacidad de
innovación, la creatividad y capacidad de confrontarse con problemas complejos y
supercomplejos, las competencias laborales demandan actitudes y habilidades que
impulsan el desarrollo positivo en actividades empresariales.

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Conclusión

Para evitar en gran medida los problemas de índole ético-moral que surgen en el
ejercicio de una profesión o de un oficio, se deben poner en práctica principios éticos
que establezcan los parámetros y reglas que describan el comportamiento que una
persona puede o no exhibir en determinado momento. No es difícil poner estos
principios en práctica, pero el omitirlos redundará en perjuicio propio y en el de las
personas con quienes se interviene o se interactúa. "Una decisión en la que está
envuelto el comportamiento ético de una persona, siempre va a estar enmarcada
en uno de los principios y valores aquí señalados".
Honestidad - Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar
de superarlas, solicitando el consejo de sus compañeros de mayor experiencia.
Integridad - Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la
inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica los
medios, echando a un lado sus principios.
Compromiso - Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar
un incumplimiento o rehuir una responsabilidad.
Lealtad - Actuar honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la
adversidad y rechazar las influencias indebidas y conflictos de interés.
Ecuanimidad - Ser imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás. Mantener su
mente abierta, aceptar cambios y admitir sus errores cuando entiende que se ha
equivocado.
Dedicación - Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber
para con los demás con atención, cortesía y servicio.
Respeto - Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la
libre determinación.
Responsabilidad ciudadana - Respetar, obedecer las leyes y tener conciencia
social.
Excelencia - Ser diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su
labor con responsabilidad y eficacia.
Ejemplo - Ser modelo de honestidad y moral ética al asumir responsabilidades y al
defender la verdad, ante todo.
Conducta intachable - La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta
moral y ética irreprochable.
La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que
se quiere lograr en la transformación de nuestras vidas. Debemos desarrollar al
máximo el juicio práctico y profesional para activar el pensamiento ético, reconocer
qué es lo correcto de lo incorrecto y contar con el compromiso personal para
mantener el honor y el deber.

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