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Salmos 34:19 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

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Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.

En primer lugar, ¿qué significa confiar? El diccionario define confiar como, “la creencia de que
alguien o algo que es fiable, tiene la integridad, y es honesto.”

Todos sabemos que Dios es la personificación de esta definición y mucho más. Entonces ¿por qué
es tan difícil para la gente e incluso los cristianos a confiar en Él?

Como creyentes, tenemos que entender que confiar es una de las partes más importantes de
nuestra relación con Dios. Cuando los tiempos son difíciles y las cosas no van bien, es cuando a
muchos les resulta más difícil confiar en Dios, y dudamos de que Dios nos ayudara. Les falta la fe
en Sus promesas, y se preocupan con pensamientos sinfín acerca de lo que va a pasar con ellos.

Al igual que las personas en Juan 6 que habían sido testigos de la alimentación milagrosa de Jesús
de los 5.000 mil con cinco panes de cebada y dos peces… al día siguiente, estaban la preguntando
“¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos y te creamos? ¿Qué obra haces?” (Juan 6:30). Así
que mismo después de todos los milagros que Jesús había hecho, todavía ellos no confiaban en Él.

Dios quiere que confiemos en Él cuando tenemos dudas y no estamos seguros de qué hacer, así
que tenemos que dar a Dios todos nuestros problemas. Debemos darnos cuenta de que hay una
fuerza sobrenatural a nuestra disposición desde el cielo, y cuando aceptamos estas verdades,
nuestra perspectiva de la vida va a cambiar.

Tenemos que reemplazar los pensamientos negativos con los positivos, en consecuencia, cuando
nos encontramos con pensamientos negativos que están nos deprimiendo, tenemos que empezar
a pensar en escrituras positivas que nos ayudarán. Proverbios 3:5-6 nos dice: “Confía en Jehová
con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos y
él hará derechas tus veredas.”

Dios nos responderá en el momento adecuado. Él nunca nos abandonará, pero tenemos que estar
especialmente cerca de Él durante los tiempos difíciles porque nuestra fe será probada. Durante
tiempos difíciles, tenemos que pedirle a Dios que nos dé la perseverancia a confiar en Él, porque
Dios sabe lo qué es mejor para nosotros, y muchas veces Dios tiene que hacer una obra en
nosotros por primera vez en la enseñanza, la purificación y moldeándonos antes de que la
respuesta vendrá.

Por favor entienda que no hay temor cuando confiamos, ya que los dos son opuestos. Tampoco
hay preocupación cuando confiamos, porque cuando nos preocupamos por algo, es porque no
damos el problema a Dios. Confiar en Dios quita la ansiedad y el miedo, y en su lugar da la calma y
la paz.

Es triste ver a tanta gente usando una gran parte de su energía en la preocupación. Siempre hay
algo que les preocupa. Sus días y noches están llenos de ansiedad y la preocupación se convierte
en un hábito fijo con ellos. La paz, la tranquilidad y la seguridad son una rareza en sus vidas. Estas
personas tienen que aprender que la cura para la preocupación es confiar en Dios, porque el
confiar trae aseguramiento. El confiar nos enseña que Dios está en control, asegurándonos de que
Dios es nuestro amparo y fortaleza, que nuestra vida y todo lo demás están en Sus manos, y que Él
va a llevar a cabo lo que es mejor para nosotros en Su tiempo.

Confiar en Dios nos permite ver Su verdadero carácter y nos da confianza. Esto hace que nos
damos cuenta de la grandeza y ternura de Su amor y nos da conciencia de Su poder. Como escribió
el salmista: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo
a Jehová: Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.” (Salmo 91:1-2)

Hay tantas promesas acerca de confiar en la Biblia, pero nunca llegará a ser real para nosotros
hasta que realmente aprendemos a confiar en ellos.

Otra forma de ver el confiar es que implica la sumisión. Muchas veces Dios no hace las cosas para
nosotros, porque no Lo permitimos. Queremos planificar nosotros mismos. Queremos que las
cosas se hagan de la manera que le parezca mejor a nuestra sabiduría finita, pero Dios quiere que
confiemos en Él solamente.

El confiar también implica obedecer. Significa trabajar con Dios para producir los resultados. No
podemos sentarnos y estar esperando que las cosas se resuelven por sí mismos. Debemos ser
trabajadores y no ser perezoso, ya que el hombre que ora por una cosecha abundante, pero no
preparan el terreno, y siembra la semilla ora en vano. El confiar, la fe y las obras deben trabajar en
armonía.

Tenemos que entender que nuestros intentos de confiar servirán para nada si no estamos
dispuestos a obedecer. Tenemos que obedecer a lo que Dios nos manda hacer, y no lo que
elegimos hacer.

El confiar implica paciencia, “pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la
voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreos 10:36). Así que muchas veces queremos las
respuestas a nuestras oraciones de inmediato, y si no vienen, nos volvemos impacientes y
pensamos que Dios no va a responder. Es inútil tratar de presionar al Señor, y sólo vamos a
detenerlo si hacemos esto.

Recuerde, que si usted ha confiado en el Señor como su Salvador que las cosas no siempre será
fácil, ya que “muchas son las aflicciones del justo, pero el Señor lo libra de todos ellos.” (Salmo
34:19)

Y, “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha


confiado.” (Isaías 26:3)

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