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¡Oh Divino Redentor mío!

, Jesús, te suplico que Aprovechemos este tiempo para que sea un viaje
junto con tus tres amados apóstoles me lleves hacia lo profundo de nuestro corazón y que podamos
también a mí para asistir a tu agonía en el Huerto escuchar la voz del Señor que desde allí nos habla.
de los Olivos. Prevenido por el dulce reproche que
le hiciste a Pedro y a los otros dos apóstoles que se Antes de leer La Palabra pidamos al Espíritu Santo:
encontraban durmiendo, yo quiero velar por lo Ven Espíritu Santo
Y envía desde el cielo
menos una hora contigo en este huerto de
Un rayo de tu luz
Getsemaní, quiero sentir por lo menos una herida Ven Padre de los Pobres
de tu Corazón agonizante, uno de los alientos de Dios espléndido
tu respiro afanoso. ¡Quiero fijar mi mirada sobre Luz de los corazones
tu divino rostro y contemplar cómo empalidece, Amén.
cómo se turba, cómo se angustia, cómo se encorva
hasta la tierra! 1º Momento: Entrando en el desierto
Ya veo, oh querido Jesús mío, cómo tu divina Lectura: Oseas 2,16 “Por eso ahora la seduciré, la
persona vacila y cae, cómo tus manos entumecidas llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón.”
se unen. ¡Comienzo a oír tus gemidos, tus gritos
de amor y de incomprensible dolor que elevas al Reflexión
cielo! ¡Oh Jesús mío, agonizante en este lúgubre Para comenzar esta Noche en el huerto es necesario
huerto de Getsemaní, haz correr en mí, en esta disponer el corazón. Por eso los invitamos a hacer
hora en que te acompañaré, un río, unas gotas de silencio, un silencio interior para acallar todo lo
tu adorabilísima sangre que ya de todos tus que nos impide escuchar la voz de Dios. Un silencio
adorables miembros estás sudando como a lleno de respeto y de amor a Jesús y a nuestros
torrentes! ¡Oh baño preciosísimo de mi Sumo hermanos, con los que compartimos hoy, este
Bien que por mí agoniza, ah, haz que yo te beba encuentro con el Señor.
Así como Jesús camina por el desierto durante
hasta la última gota, que contigo beba al menos un
cuarenta días y cuarenta noches, animémonos a
sorbo del amargo cáliz de mi amadísimo Jesús, y entrar nosotros también en nuestro propio desierto,
que sienta dentro de mí las penas de su Divino dispuestos a descubrir lo que Él tiene para decirnos.
Corazón; es más, haz que sienta que se me rompe
el corazón por el arrepentimiento de haber (Momento de silencio)
ofendido a mi Señor, que por mí se encuentra
reducido a una agonía mortal! Extracto de oración: “Déjate llevar al desierto” de
Marcelo Murúa.
¡Ah, Jesús mío, dame la gracia, ayúdame para
poder penar, suspirar y llorar junto contigo, por Déjate seducir por el Señor,
lo menos una sola hora en el Huerto de los Olivos! Escucha su voz
¡Oh Madre Dolorosa, haz que yo sienta la que te habla al interior.
compasión de tu Corazón traspasado por la Siente su abrazo
agonía de Jesús en este huerto! que te rodea
con la ternura
Así sea. de una madre por su hijo.
En esta noche nos reunimos para acompañar a Jesús Permite que su mirada
en sus horas más difíciles, aquellas que vivió desde te alcance
su Última Cena hasta su muerte en Cruz. para llenarte con su luz.
El objetivo de este encuentro no es el hecho de estar
despiertos simplemente, sino de permanecer orando Déjate conducir por el Señor.
como Él se lo pidió a sus discípulos en el Huerto de que él tome la iniciativa,
los Olivos, en el Getsemaní. Por eso, preferimos que dé los primeros pasos,
llamar a este momento: “Noche en el Huerto”. que te revele el horizonte de tu vida.
Deja que sea él quien hable.
Quien llegue con su Palabra María que nos dé un corazón manso para aceptar la
A lo profundo de tu corazón. voluntad del Padre y obrar según el camino de Jesús.
Haz el esfuerzo del silencio,
disfruta el remanso Ave María.
de la contemplación. Conclusión final:
Aprende a escuchar,
tan solo a escuchar. Habiendo compartido esta noche con Jesús, vayamos
a nuestros hogares con la esperanza de la
No planifiques demasiado, Resurrección, firmes en nuestra fe, dispuestos a ser
más bien ofrece tu esfuerzo herramientas en manos de Jesús. Demos testimonio
en la disponibilidad de discípulo, de Él a los jóvenes. Que así sea.
que, con las manos vacías,
se presenta, Finalizamos rezando:
al despertar de cada día, Padre Nuestro
ante el misterio renovado. Ave María
Gloria
Déjate llevar al desierto diario.

Que así sea, buen Señor.

Ave María.
En nuestra vida hemos tenido momentos de angustia,
de sufrimiento, de dolor o de muerte de algún ser
querido. Debemos tomar el ejemplo de Jesús:
abandonarnos en brazos del Padre y confiar más allá
de nuestros temores. Tenemos que tener en cuenta
cómo Jesús es consciente de su misión y cómo
enfrenta ese compromiso con Dios Padre.
Ave María.
Pidamos a María que en estos tiempos difíciles que
nos toca vivir nos ayude a mantenernos firmes y
constantes en la oración para no caer en la tentación
y permanecer atentos al llamado de Jesús.
Ave María.
Muchas veces nos cuesta mantenernos fieles al
Señor, sobre todo fuera de los ámbitos
parroquiales. Por miedo o vergüenza lo
abandonamos como lo hicieron sus
discípulos. Pidamos a María que nos de la fortaleza
para ser fieles a Jesús y acompañarlo en las horas
difíciles.

Ave María.
Nuestras actitudes pueden muchas veces ser espinas
que lastiman a mis hermanos en Jesús. Pidamos a

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