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La Capacidad legal (o simplemente, capacidad) es, en el vocabulario jurídico, la

aptitud para ser titular de derechos y obligaciones; de ejercitar los primeros y contraer
los segundos en forma personal y comparecer a juicio por propio derecho.

Una clasificación de las capacidades propone la distinción de la capacidad política y


la civil. La primera pertenece al derecho público, y la segunda es de orden privado.

Ambas capacidades son absolutamente independientes entre sí.

Otra forma de clasificar la capacidad legal es:

De derecho: se refiere al goce de los derechos. En principio, todas las personas son
capaces de derecho.

De hecho: se refiere al ejercicio de los derechos. No todos las personas tiene


capacidad de hecho absolutas, como es el caso, en algunos países de los menores
impúberes, los dementes o las personas por nacer.

También pueden clasificarse en "capacidad de goce" y "capacidad de ejercicio"; la


primera constituye: 'la capacidad de ser titular de derechos y obligaciones'; en tanto
que la segunda se compone por 'la capacidad de ejercitar los derechos y, contraer
obligaciones en forma personal y comparecer a juicio por propio derecho.'

La capacidad va paralela a la personalidad, debe ser necesariamente persona para


tener capacidad; es por eso que algunos jurisconsultos han confundido los términos,
sin embargo son diferentes. Lo mismo aplica para la diferenciación entre capacidad
de 'goce' y de 'ejercicio'; ya que de hecho, puede tenerse capacidad de goce mas no
de ejercicio, un ejemplo sería el nasciturus, quien, aunque aún no ha nacido, pero ya
puede ser titular de ciertos derechos; o yéndonos menos al extremos, podríamos
hablar de los infantes que son propietarios de un bien inmueble, y aunque tienen
derechos sobre la propiedad, no pueden ejercitar sus derechos vendiendo o
arrendando.

La imposibilidad de ejercer o gozar de la capacidad legal se conoce como


incapacidad'.

En la legislación mexicana, todos tenemos por el simple hecho de existir capacidad


Jurídica o de Goce. Esta capacidad la adquirimos al momento de nuestro nacimiento
y la perdemos al morir, sin embargo, el Código Civil Federal establece que desde el
momento en que el individuo es concebido se le tiene por nacido y está bajo la
protección de las Leyes de dicho código.
Para obtener la capacidad de ejercicio debemos cumplir con algunos requisitos que
la ley señala. En el caso de México, se necesita tener 18 años cumplidos, es decir,
ser mayor de edad para ejercer la capacidad.

Aunque existe la figura de la emancipación donde un menor puede adquirir un grado


de capacidad de ejercicio casi idéntica a la de un adulto, excepto que no puede
casarse sin consentimiento de su tutor legal.

En el derecho romano, los esclavos no tenían personalidad, eran reducidos a bienes


propiedad de un dueño y al ser bienes su status en la sociedad era de cosas, no de
personas.

Capacidad.
La capacidad es única, indivisible, e intransferible.

Es la aptitud que tiene la persona que actúa cuando adquieren derechos en referencia
a lo lícito.

Su naturaleza es un atributo de la persona que sirve para definir, la esencia de la


persona.

Es susceptible de grado, ya que se puede tener capacidad para tener ciertos


derechos y no otros. La desigualdad no afecta la igualdad de la ley.

La regla general es la capacidad. La excepción es la incapacidad.

Las incapacidades emanan de la ley.

Las incapacidades son irrenunciables.

El enriquecimiento sin causa.

Era considerado por los antiguos romanos, el enriquecimiento sin causa, como un
caso responsabilidad civil nacida como obligación cuasicontractual. Significa el
incremento de un patrimonio a expensas de la disminución de otro, sin causa que lo
determine, de índole legal.

“Dado que la noción de enriquecimiento sin causa se funda en la idea o necesidad de


restituir o restablecer el equilibrio patrimonial entre dos sujetos de derecho (el
enriquecido y el empobrecido), y no en la idea de reparar ningún daño injusto
causado, la indemnización objeto de la acción in rem verso tiene por finalidad la
restitución o restablecimiento del equilibrio patrimonial alterado; por lo tanto, es una
acción de equidad que no aspira a indemnizar al empobrecido de todo su
empobrecimiento, ni tampoco despojar al enriquecido de todo su enriquecimiento,
sino persigue restaurar en lo posible el equilibrio patrimonial entre dichas partes.”

Fundamento legal

El enriquecimiento sin causa constituye una de las fuentes de las obligaciones de


nuestro ordenamiento jurídico positivo.

"Aquél que se enriquece sin causa en perjuicio de otra persona, está obligado a
indemnizar, dentro del límite de si propio enriquecimiento, de todo lo que aquella se
haya empobrecido".

Efecto jurídico

Los efectos jurídicos están dados por la creación, extinción y modificación de un


derecho.

El efecto del enriquecimiento sin causa es el nacimiento de la obligación de


indemnización, por parte del enriquecido a favor del empobrecido. La acción del
enriquecimiento sin causa tiene un doble tope o límite: el monto solicitado en concepto
de indemnización no puede exceder al monto del empobrecimiento del accionante.

Es decir, la acción se acuerda únicamente por el "quantum" del empobrecimiento


sufrido por el demandante, aunque el enriquecimiento provocado pudiera ser superior,
pero, a la inversa, si el empobrecimiento fuera mayor que el provecho producido, la
acción sólo prosperará en la medida del enriquecimiento.

Del Enriquecimiento Sin Causa previsto en la ley en el cual fundamenta la acción la


parte accionante, tal procedencia requiere de ciertos requisitos:

1. - El enriquecimiento.
2. -El empobrecimiento.
3. - La relación de causalidad.
4. -La ausencia de causa.

Un enriquecimiento: consiste en todo aumento del patrimonio del enriquecido o


demandado.

Un empobrecimiento: consiste en toda disminución del patrimonio de una persona,


pudiendo efectuarse mediante una disminución del activo; o en un no aumento del
activo.
Relación de causalidad entre el enriquecimiento y el empobrecimiento: la disminución
de patrimonio experimentada por el empobrecido va a convertirse en el incremento
del patrimonio experimentado por el enriquecido; donde el empobrecimiento
representa la causa y el enriquecimiento el efecto.

Ausencia de culpa: por ausencia de culpa se entiende que el enriquecimiento debe


carecer de una causa que lo justifique, conforme al ordenamiento jurídico positivo.

Enriquecimiento sin causa.

Hay personas que se enriquecen sin causa justificada y cuando este enriquecimiento
es de rango elevado trae incluso descontento social como se sabe.

Sin embargo, el código civil se refiere al caso concreto de que una persona reciba un
dinero o un bien sin haberlo ganado o incluso, se ahorre un dinero, pero siempre a
costa de la otra que lo pierde y establece la obligación de indemnizar o devolver.

Gestión de negocios

Acción y efecto, en una persona, el gerente, de realizar actos de administración en


interés de un tercero, el administrador o dueño del negocio sin que este último se lo
haya encargado.

Los elementos para la existencia de una gestión de negocios son: que el negocio
objeto del trámite sea de otro; que el gestor obre voluntariamente y que obre sin
mandato.

No obstante lo anterior y tratándose de un cuasi-contrato, el gestor adquiere


obligaciones, por ejemplo; el gestor debe, necesariamente, obrar por los intereses del
dueño; debe desempeñar su cargo con diligencia como si fueran los propios y tan
pronto como sea posible, dar aviso de la gestión al propietario.

Evidentemente tiene responsabilidad civil al fallar sus obligaciones, por ejemplo, si no


desempeña su cargo con toda la diligencia como si fueran negocios propios, el gestor
indemnizará los daños y perjuicios que por su culpa o negligencias, sean en daño del
dueño; si el trámite tiene por objeto evitar un daño, el responsable no responde más
que por su dolo o falta grave, es decir, si uno interviene en el negocio de la venta de
un auto y por culpa nuestra el auto se pierde, tendremos que pagar el auto nosotros
mismos; no obstante lo anterior, si intervenimos para evitar que le cobren recargos de
un pago y por culpa nuestra no se paga, sólo responderemos por los recargos
cobrados.
El dueño del negocio de un asunto que hubiere sido útilmente gestionado, debe pagar
los gastos que se eroguen de éste, pero no paga al gestor; es decir, el propietario
solo está obligado a pagar los gastos que genere su negocio y apreciar la utilidad que
haga el gestor.

Debemos considerar que cuando el dueno ̃ del negocio no ratifique la gestión, es decir
que la desconozca, solo responderá por los gastos que originó el negocio, pero no
responderá por los beneficios ni por la concurrencia de un eventual bien no obstante,
si se generan ganancias ratificada la gestión, serán únicamente para el dueño toda
vez que el gestor no pueda percibir provecho alguno.

Por otro lado, la ratificación se considera “gestión útil” cuando es confirmada, una vez
que el encargado ha cumplido las obligaciones de ésta y se den las consecuencias
de derecho; por ejemplo, intereses del trámite de negocios o la plusvalía de una casa;
la validación del dueño del comercio produce los mismos efectos de un mandato y la
confirmación tiene efecto retroactivo al diá que la gestión comenzó.

Existe un caso especial, que ordena que cuando no exista consentimiento del
obligado a prestar alimentos, los diese un extraño (un gestor de negocios), éste tendrá
derecho a reclamar del dueño el importe, siempre que no sea por obtener un beneficio
sino un acto de buena fe.

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