Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Universidad de Alicante
Los decretos de Nueva Planta, aplicados por FelipeV a los territorios de la Corona de
Aragón ,supusieron para estos reinos la pérdida de sus instituciones de autogobierno, aunque
mantuvieron su derecho privado y elementos de derecho penal y procesal.El Reino de Valencia, sin
embargo, tiene la particularidad de haber sido el único de los territorios al que se le despojó de los
fueros y privilegios en su totalidad. Si bien esto fue así, y Felipe V suprimió los fueros después de la
batalla de Almansa, también se mostró dispuesto a restaurarlos, en cuanto al derecho privado, aunque al
final, esta disponibilidad no llegó a materializarse en los intentos que se llevaron a cabo.1
Martínez Aloy,consiraba este hecho como una ruina para Valencia. Refiriéndose a ello decía
“borrar de un solo golpe y a impulsos vengativos,la legislación tradicional de un pueblo, los actos
recíprocos del Príncipe con sus vasallos, garantizados con juramentos, sellados con la generosidad Real
y obtenidos con la riquezas y sacrificios populares; deprimir en aras del inerme cuerpo los órganos más
robustos que constituían su natural complexión y rasgar, a despecho, lazos benditos de los cuales
1 CASEY,J .: De Reino a Provincia :De la Valencia Foral a la Absolutista. En “Historia del pueblo Valenciano”.Alzira
1988. T,II, Pag 453
1
depende, en momentos supremos la salvación de la patria, fue grave desacierto, que trajo para toda
España su postración lamentable. Para Valencia fue una muerte moral e irreparable ruina” 2
Para de Nicolas S.de Otto, son desconocidas las razones por las que Valencia perdió para
siempre su derecho, pues no cree que hubiera ninguna razón política que justificase el hecho de su no
reintegración a los valencianos, ya que no se significó más este pueblo que el aragonés ó el catalán en
sus simpatías por la casa de Austria, y ,por lo tanto, Felipe V no tendría mayor encono por los
valencianos que por los demás que le habían combatido.
“Ignoramos si fueron razones políticas las que motivaron esté hecho, o bien que Valencia
no supo defender sus instituciones con el tesón de los aragoneses y catalanes”, se planteaba el
mencionado profesor. 3Por su parte, Barrachina consideraba que Valencia se había convertido en la
cenicienta española; sus hermanas Aragón, Cataluña y Baleares conservaron, al menos, su derecho
privado y ella, en cambio, lo perdió sin que la historia haya podido justificar esa pérdida de la que fue
objeto por parte de Felipe V,”. 4
Para Barrachina las causas habría que buscarlas en: “El reconocimiento de los señoríos,
cuyos poseedores se rebelaron contra el Rey, unido a la división y rivalidades existentes entre los
brazos de las Cortes, que entregados a la discordia, no se acordaron de pedir el restablecimiento de
2 MARTÍNEZ ALOY , J..: “Provincia de Valencia”. En Geografía general del Reino de Valencia”.f. V.I Pag.493
3 TAULET Y RODRIGUES-LUESO ,E .: “Derecho foral valenciano”. En Publicaciones de la academia valenciana de
jurisprudencia y legislación. Cuaderno nº 35, Pag. 32.Valencia 1950
4 BARRACHINA.: “Derecho foral y español, T,I. Pag. 43
2
aquéllos, cosa que, con tenacidad y perseverancia laudables de su parte, lograron los aragoneses.” 5Por
su parte, Marichalar y Manrique censuraba a los valencianos por su descuido en la impresión y cuidado
de sus fueros, llegando a pensar que Felipe V bien pudo tener en cuenta esta indiferencia, cuando
después del triunfo de Almansa, les quitó “ los fueros en que tan poco tenían.” 6
Beneyto explicaba que Valencia no recuperó sus fueros porque siempre le faltó un
patriótico sentido nacionalista aplicado a la vida y a la cultura. “¿Cómo será posible-se preguntaba-sino
el hecho de que, precisamente fuera Valencia la región cuyo derecho foral no renació después de las
medidas de Felipe V? Cuando se han dado casos de particularidades forales nacidas con incubadora,
aquí, en Valencia, ha faltado siempre el calor del estudio y el aprecio de las cosas propias.” 7
Pérez Puchal, cuando se ocupa de la abolición de los fueros valencianos reconoce la falta de
arraigo a las instituciones y al sentido de tradición que tenían los valencianos, en diferencia con los
otros reinos de la Corona de Aragón. 10Casey resalta que ,a pesar de que Felipe V se mostró dispuesto
restaurar el derecho valenciano, en el sector privado de su ordenamiento, hubo sectores de la nobleza
valenciana que lo impidió. En su opinión esta nobleza se apoyaba, colaboraba y dependía
constantemente de la autorídad real, que en el territorio valenciano gozó siempre de un extraordinario
5 BARRACHINA.: “Ob.Cit. T. I, pág. 40
6 MACHARLAR Y MANRIQUE.: Historia de la legislación, T. VIII pág.18
7 BENEYTO,J.: Boletín castellonense de cultura. T,XII. Pag197
8 VILLARROYA,T.: Apuntamienos para la historia del derecho valenciano.
9 MONFORTE BAGUENA,A .: Los contrato acerca de la tierra en Valencia.Valncia, 1922.Pag. 31
10 PEREZ PUCHAL, P.:La abolición de los fueros de Valencia y la Nueva Planta. En ,,Saetabi. XII Valencia 1962.Pag,198
3
prestigio, probablemente debido a que la creación del propio Reino no surgió más que por esa voluntad
real. 11
Por su parte Lalinde Abadía, encuentra precisamente en esa falta de raíz popular en el
origen de las instituciones valencianas y en el débil pactismo existente en el Reino, una de las razones
de la abolición del derecho valenciano. 12Mariano Peset nos habla del desinterés y la indiferencia de las
clases dirigentes, especialmente la nobleza y la Iglesia, en la recuperación de su propio derecho, ya que
a ellos no les perjudicaba especialmente el cambio. 13.
Hay, incluso, quienes consideran que el derecho valenciano, en lo que respecta al derecho
privado, fue restituido. Es el caso de Vicente Jimeno cuando comenta que “Estando Su Majestad de
tránsito en Valencia, desde el 5 hasta el 8 de mayo del año 1719, vista nuestra fidelidad y amor, volvió
a conceder a la ciudad y Reino los antiguos fuerosen orden a lo civil, y es lástima ver el olvido con que
4
ha quedado sepultada una gracia tan importante”. 18Hinojosa , por su parte, indica que Felipe V
restableció los fueros valencianos, dándole fuerza legal en lo que respecta al derecho privado. 19 Es
cierto que Felipe V, como antes hemos manifestado , mostró disposición a su restablecimiento, pero el
hecho fue que esto no llegó a producirse.
Como se observa, las explicaciones sobre la no recuperación del derecho privado, por parte
de los valencianos son variadas y, en cierto modo, están en consonancia con la perspectiva ideológica
con la que cada cual se aproxima a la explicación de este hecho histórico en el Reino de Valencia. Sin
embargo ,en general, hay una coincidencia en considerar que la pérdida del derecho valenciano
dolió,como afirma Tomás y Valiente , mas que nada, en lo que tuvo de castellanización.20
Las observaciones del propio Olivares, respecto de ese comportamiento de los valencianos,
cuando manifestaba que “ los valencianos son mas muelles”, o las del obispo de Seo de Urgell al
intentar disuadir a los catalanes , en 1640,de las expectativas de ayuda que podrían ofrecerles, ya
que”los valencianos se contentan con el solo nombre de reino que poseen”, vienen a corroborar el
Como señala Joan Fuster, “las anomalías de un pueblo nunca son fortuitas; nunca vienen
provocadas tampoco por las crisis de una generación, ni la aleatoria deslealtad de unas oligarquías.
Tienen su origen en zonas mas internas y en móviles mas incisivos del ser colectivo, en los cuales
también tienen su parte, azares, generaciones y oligarquías. Hay que percutir sobre la realidad del
momento, pero también acudir a su genealogía.” 23
En este trabajo intentaremos seguir este procedimiento preconizado por Fuster. Describir
los hechos que dan lugar a la abolición del derecho valenciano, analizando sus causas más inmediatas,
pero, también, indagar en las razones subyacentes que los han propiciado.
Todas las tensiones existentes en el seno de la sociedad valenciana, larvadas a lo largo del
del XVII, afloraron durante este conflicto generado por la sucesión a la Corona española. A ello
contribuyó, sin duda, la acción de la potencias extranjeras en el territorio valenciano, enfrentadas en
esta contienda por razón de mantener el equilibrio que supuestamente se vería perjudicado con el
ascenso al trono de España de Felipe V.Austria aspiraba, con carácter prioritario a las posesiones
españolas en Italia; Holanda a la evacuación por los franceses de los Países Bajos españoles y a la
obtención de ventajas comerciales; Inglaterra, a que su comercio con España e Indias quedara
salvaguardado, gozando, de las mismas condiciones que pudieran disfrutar los franceses.
A la muerte de Carlos II, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, es designado
sucesor mediante declaración testamentaria, frente a las pretensiones del archiduque Carlos de Austria.
Entró en Madrid, como Felipe V, el 18 de febrero de 1701. Ese mismo año se le juró fidelidad en
22 DE MELO, F. M.: Guerra de Cataluña. Barcelona 1969
23 FUSTER, J.: Nosotros los valencianos. Barcelona. 1976. Pág. 11
6
Barcelona y en 1702 en Zaragoza; en Valencia se hicieron los preparativos para la convocatoria de
Cortes y para el juramento, pero el Monarca no pudo acudir por encontrarse en Italia. De ello se
quejaron amargamente los valencianos en el memorial que le presentaron al Rey en 1707: “ Habiendo
logrado su real presencia los vecinos reinos de Aragón y Cataluña, sólo este infeliz, que no mereció tan
dilatado favor…”.24
No obstante Felipe V fue aceptado por la casi totalidad de los valencianos . La ciudad de
Valencia y la Generalitat le apoyaron en la lucha armada mediante la constitución de un tercio y la
organización de milicias para defender Cádiz y la costa de los ataque aliados. En principio, por lo tanto,
no se manifiesta, entre los valencianos, ningún signo de rechazo a la entronización de FelipeV de
Borbón. 25
Sin embargo a partir de 1702 Se produce un incremento de la inquietud social por razón de
las deficientes cosechas de trigo en los dos primeros años del siglo, con las consiguientes dificultades
para su abastecimiento, así como por la existencia de numerosos focos infecciosos que provocaron un
aumento de la mortalidad. Junto a ello y agravando la situación, la falta de comercio con los aliados,
especialmente con Inglaterra y Holanda, afectaba a todo el Reino en general, pero especialmente al
Marquesado de Denia y a la comarca de la Marina que tradicionalmente exportaban la almendra a
Inglaterra. Lo mismo sucedía en el Bajo Maestrazgo, Vinaroz y Benicarló.
Las concesiones comerciales que el rey Felipe hizo a Francia aumentaron el malestar. Los
comerciantes franceses, especialmente numerosos en Alicante, Altea, Denia, Valencia y Vinaroz se
aprovecharon de esta situación para controlar los mercados. Los altercados entre estos y los
valencianos no tardaron en producirse, especialmente en Alicante. La Audiencia de Valencia tuvo que
intervenir para solucionar los problemas surgidos entre el consulado francés y los alicantinos, que
acusaban a aquéllos de obstaculizar el comercio.
24 Bulas, constituciones y documentos de la universidad de Valencia (1707-1724). La nueva planta y la devolución del
patronato, edición y estudio preliminar de M.PESET,Mª.F:MANCEBO,J.L.PESET Y A.M.AGUADO,Valencia,1977,Nº
1,Pags 49-51
25 GIMENEZ LOPEZ,E.: La guerra de Sucesión y las instituciones borbónicas. En Historia del País Valenciano. PAG.495-
496. Alzira 1988
7
Todas estas circunstancias hicieron que el clima de adhesión a la causa felipista comenzase a debilitarse
y, al mismo tiempo, renaciese el sentimiento antifrancés existente entre algunas capas de la sociedad
valenciana , que todavía mantenian en su recuerdo los conflictos bélicos franco- españoles habidos
durante el reinado de Felipe IV. 26
A todo esto , cabía añadir la persistencia, entre los campesinos ,de un clima social tenso
como resultado de los conflictos antiseñoriales de 1693 conocidos como la Segunda Germanía.27
Porque “ Aunque en lo exterior los labradores vivieron quietos en sus casas, siempre les quedaron la
esperanza y deseos de lograr la excepción de los tributos, en adelante, si se les ofrecía ocasión. Y
cuando Francisco García de Ávila ,Gil Cabezas,Vicent Ramos y Pere Dávila fueron sonando los lugares
de la Marina, sabiendo que estaban los labradores mal contentos, les fue fácil persuadirles a la sedición
prometiéndoles darles franqueza en sus heredades en nombre del señor archiduque Carlos ,si les
28
ayudaban a proclamarlo Rey…”
Los campesinos, pues, esperaban obtener la abolición de los derechos señoriales si ayudaban la
causa del Archiduque. De manera clandestina se preparaban los ánimos para la sublevación
contribuyendo a ello ,de forma decisiva, algunos eclesiásticos. Tanto el virrey, marqués de Villagarcía,
como el arzobispo, Tomás de Racabertí llevaron una intensa campaña contra todos ellos, con
encarcelamientos, destierros y amonestaciones hechos por la jurisdicción real, “Algunos del pueblo,
ociosos, todos gente ordinaria”,29 según el virrey ,y por la eclesiástica a religiosos de diversos
conventos y pueblos, como el convento de los capuchinos de Alcira, el de los agustinos de Vinaroz o el
30
de las carmelitas descalzas de Alicante etc.
En estas circunstancias, la exhibición de fuerza que las potencias del Archiduque Carlos
hicieron en la costa valenciana en 1703, al mando del almirante Schovell y en 1704 al mando de
Rooke, junto a las veladas promesas que sus enviados hicieron de la abolición de los derechos
señoriales, propiciaron que los campesinos, habitantes de estas zonas de señorío, estuviesen dispuestos
En esta situación de inestabilidad interna, la armada aliada se presentó antes las costas de Denia
en agosto de 1705 tomando la ciudad con la ayuda de los campesinos que habían sido alzados en
armas, extendiéndose después la conquista a las comarcas de las Safor y la Ribera, alzándose nuevos
núcleos en el Bajo Maestrazgo.
El 16 de diciembre capituló Valencia . Las fuerzas del Archiduque” Fueron recibidas con grandes
aplausos por el pueblo, como un Dios propicio que habría de colmar de bienes a la patria y… la plebe,
aquella noche, para manifestar su afecto, encendió fogatas en las calles.”35 Posteriormente se conquistó
Játiva. El gobernador de Orihuela, marqués de Rafal, se declaró a favor de don Carlos por
31 GIMÉNEZ LOPEZ,E.:La guerra de Sucesión … Ob.Cit. Pag. 497
32 PESET,M.:Notas sobre la abolición de Derecho valenciano. En Primer Congreso de Historia del Pais Valenciano.VoIII.
Pag525-536. Valencia 1976
33 PEREZ APARICIO,C.:Laguerra de successió:.Ob... Cit. Pag 514.
34 PESET,M.:Notas sobre la abolición del dercho valenciano. En AHDE.T,XLII, Pag. 657ss. 1978
35 MIÑANA,J.M.: Debello rusticovalentino.La Haya 1732. traducción de V. Castañeda, en Revue Hispanique, T LV. New
york-Paris,1922,.Pag.466
9
desavenencias con el obispo Belluga. El 7 de septiembre de este mismo año, cuando se rindió la
fortaleza de Alicante, la totalidad del Reino, excepto Peñíscola y Castalla, se encontraba bajo control de
los austracistas
. Los vasallos quedaron exentos del pago de sus derechos señoriales y los campesinos obtuvieron
franquicias fiscales en sintonía con las reivindicaciones que los campesinos habían planteado en
1693.Se siguió una política antinobiliaria que obligó a marchar al exilio a numerosos valencianos. El
desconcierto administrativo y militar eran generales, posibilitando pequeños éxitos Borbones en Chiva
y Burjasot.
Pero el radicalismo maulet sólo duró un breve período comprendido entre la toma de Valencia por
Baset y el nombramiento del Conde de Cardona como Virrey, el 23 de enero de 1706 . La llegada del
conde de Cardona y el conde de Peterborough con tropas aliadas dio un giro a la situación. Baset fue
detenido y acusado de haber cometido irregularidades; se dio participación a la nobleza austracista en
la administración y el gobierno y se abandonó toda veleidad antiseñorial. 36
La llegada del Archiduque a Valencia el 30 de septiembre de 1706, ratificó el giro dado por Cardona,
pero la situación militar comenzaba a ser desfavorable para sus partidarios. Madrid, en manos aliadas,
desde finales de junio de 1706, fue recuperada por Felipe V, tras cortar las comunicaciones del ejército
austracista con sus bases en Portugal. A partir de ahí se inicia, por parte de las tropas borbónicas, la
recuperación de los territorios perdidos mando del duque de Berwick.
El giro dado en los acntecimientos belicos obligó al archiduque Carlos a abandonar Valencia el 7 de
marzo de 1707, dirigiéndose hacia Barcelona. 37.
Después de ocupar Caudete, Villena, Elda, Novelda y Elche, las tropas borbónicas al mando del duque
de Orleans ,DÁsfeld ,el Duque de Berwick y los generales Galway y Das Minas se situaron ante la
ciudad de Almansa, el 25 de abril de 1707, entrada natural a Valencia desde Castilla.La victoria en esta
batalla abrió las puertas del reino valenciano a FelipeV. Posteriormente, después de la conquista de
Requena, entraron en Valencia sin resistencia. El 7 de mayo el Consejo entregó la ciudad a las fuerzas
de FelipeV comandadas por Berwick y el Duque de Orleans . Játiva ,que presentó resistencia, fue
36 GIMÉNEZ LOPEZ,E.:La guerra de Sucesión .Ob…Cit. Pag.497
37 PEREZ APARICIO,C.:Laguerra de successió. Ob... Cit. Pag.516.
10
incendiada y arrasada por D’Ásfeld, como medida de ejemplo para otras poblaciones valencianas como
Alcoy, Denia o Alicante que se aprestaban a la defensa.
En diciembre de 1708 entraban las tropas felipistas en la ciudad de Alicante. Con estas acciones se daba
fin a la guerra en el territorio valenciano, a pesar de que las tropas borbónicas ,durante el resto de la
Guerra de Sucesión fueron hostigadas por partidas de miqueletes, sobre todo en 1710, cuando una
segunda ocupación de Madrid por parte del Archiduque, hizo pensar en la posible reconquista del
territorio valenciano.
Tras la victoria borbónica existía expectación sobre la actitud que tomaría Felipe V respecto a la
organización del Reino.
Aunque de los acontecimientos bélicos puede dar la impresión de unanimidades populares en los
sentimientos austrófilos de los valencianos, en realidad esto solo es una apariencia .
Según Carmen Pérez Aparicio, la adscripción de los valencianos a los distintos bandos contendientes se
basaba en el esquema siguiente: los grupos sociales inferiores, especialmente el campesinado de
señorío, el bajo clero regular y secular, los comerciantes y artesanos, los profesionales liberales así
como un sector de la nobleza valenciana que de esta manera trataba de mantener el statu quo anterior,
se declararon mayoritariamente por la causa austracista; mientras que la gran nobleza terrateniente, la
jerarquía eclesiástica, los jesuitas, los campesinos de realengo, fueron los apoyos del bando
borbónico,así como los franceses, unidos todos ellos en defensa de intereses económicos desde el punto
de vista comercial o señorial.38Sin embargo esta descripción sociológica parece que se adecuaba para la
ciudad de Valencia, pero difícilmente era generalizable al resto del antiguo Reino. 39
Es evidente que los campesinos afectados por las rentas señoriales se mostraron partidarios del
Archiduque Carlos, pero no es menos cierto que los habitantes de los señoríos de realengo, para los que
la abolición de los tributos señoriales no significaba nada, se mantuvieron fieles a Felipe V.
Por lo que respecta a la nobleza, entre los seguidores de Felipe V había teóricos del absolutismo, pero
también, en puestos relevantes de la Monarquía, había defensores del régimen foral, como es el caso
del consejero de Castilla y antiguo miembro de la Audiencia valenciana Lorenzo Mateu y
Villamayor.De igual modo entre los austracistas había defensores del absolutismo como Francesc
Grases i Gralla. Aunque es cierto que se decantó mayoritariamente por el bando borbónico, no hay que
infravalorar el número de miembros de la nobleza valenciana que se contaban entre los partidarios del
Archiduque, poco dispuesto a variar la esencia del régimen señorial, como lo demostraría el inmediato
ostracismo de Baset y su radicalismo maulet y su sustitución por el conde de Cardona.
El clero presentaba una notable de división durante la primera fase de la rebelión campesina. El
arzobispo de Cardona mantuvo una postura ambigua hasta que sus enfrentamientos con el realista
Macanaz le empujaron a abrazar la causa austracista en 1710.Los obispos de Orihuela y Tortosa se
mantuvieron leales a Felipe V, mientras que el obispo de Segorbe, Antonio Ferrer formó parte del
gobierno austracista.
Los grupos urbanos intermedios constituyeron en algunos casos, como el de Alicante, la única fuerza
que contraponer a los partidarios de Archiduque que sitiaron la ciudad en 1706. En realidad la guerra
fue tremendamente impopular para todos los valencianos, sobre todo cuando ésta conllevaba actos de
12
rapiña, saqueos y venganzas personales, como así sucedió. El sentimiento de impopularidad quedó
perfectamente manifestado en una cerámica en la que se representa aun hombre desnudo con una
leyenda que dice” Carles tres i felipe cinc, m’han deixat amb lo que tinc”
Por lo tanto ,no parece claro que el factor foralismo-centralismo fuera un elemento clave en la división
valenciana durante la guerra, puesto que la cuestión foral no se planteó hasta la abolición del
ordenamiento constitucional valenciano en 1707, cuando la casi totalidad del Reino había pasado a ser
controlado por el ejército borbónico.40
Conviene desechar, pues, la idea de que el pretendiente austriaco fuese más respetuoso con el
ordenamiento foral que el borbónico, ni tuviese pretensiones, como se demostró mas tarde ,de aliviar el
régimen señorial Los valencianos seguían a un partidario u otro en función de sus intereses, sin que se
pueda observar un comportamiento o espíritu colectivo aunado en la defensa de un interés común.41
Felipe V, formado en la cultura absoltista de Luis XIV, era partidario de abolir los viejos privilegios
forales y conseguir de esta manera un mayor control de la Corona. Su Consejo de Gabinete constituido
En virtud de estos consejos el Rey consultó al Consejo de Aragón que le orientó en la introducción de
modificaciones que removiesen los obstáculos para el desarrollo del poder monárquico en los reinos
forales, pero manteniendo sus peculiaridades institucionales. En virtud , quizas de todo esto, Rey se
limitó, en un primer momento, a nombrar, en los antiguos cargos y empleos a personas fieles,
suspendiendo otros nombramientos como los de profesores y rector de la universidad, y creando algún
organismo nuevo como la Junta de Confiscaciones.
Nada se estableció sobre la figura del Virrey. Se nombraron nuevos jurados y se modificó
sustancialmente el procedimiento de insaculación. Se prohibían las reuniones para lo estamentos del
reinos, Juntas de Electos y Junta de Contrafuero. La Baylia y la Audiencia funcionaría con ministros
castellanos y valencianos distribuidos en paridad.42
Estas primeras soluciones eran, sin duda, mucho más benévolas que las que posteriormente se llevarían
a caboy hay que circunscribirlas dentro del espíritu de magnanimidad con el que el Rey se manifestó
en el indulto del 5 de junio de 1707:
“Por cuanto al tiempo de la entrada de mis armas en la ciudad y Reino de Valencia el Serenísimo
Duque de Orleáns mi tío, en mi nombre ,enterado de mis Reales intenciones, ánimo y propensión,
inclinado siempre al favor de todos mis vasallos, más a la piedad y benignidad que al rigor de la justicia
, dio a entender con bando público a los de aquel Reino la seguridad en que podían estar de mi
clemencia, ejecutando prontamente las órdenes que les diese en mi nombre el mariscal Duque de
Berwick y , prestándome la obediencia debida en conformidad de aquella expresión tan propia del amor
que tengo en común a todos mis reinos y vasallos, aunque por delito de infidelidad en que han
incurrido muchos sujetos de aquel Reino debían ser castigados según justicia con todo el rigor de ella.
He venido en conceder el perdón general del referido delito, indultándoles de la vida y demás penas
42 PESET,M.:Notas sobre la abolición del derecho valenciano. En AHDE.T,XLII,Pag.660.1972. Tambien, sobre el tema
,PRADELL NADAL,J.:Del foralismo al centralismo.Alicante 1984
14
corporales de que se hicieron reo, así por esta razón, como por todos los demás crímenes que hubieren
cometido en las turbulencias pasadas, hasta el día de la publicación de este despacho. “43
De este modo el Rey respondía al memorial del 28 de mayo, enviado por el Reino al monarca a través
del Duque de Medinaceli y de Segorbe.Esta actitud de benevolencia duró poco.FelipeV en estos
momentos de la guerra, queria presentarse con una actitud fuertemente vindicativa y ejemplarizante
para el resto de los territorios . Influenciado por Amelot , dictó el decreto de 29 de junio de 1707, que
supuso la abolición definitiva del derecho valenciano:
“Considerando haber perdido los reinos de Aragón y Valencia y todos sus habitadores por el delito de
rebelión que cometieron, faltando enteramente al juramento de fidelidad que me hicieron como a su
legítimo rey y señor, todos los fueros, privilegios, exenciones libertades que gozaban y que con tan
liberal mano se les había concedido, así por mi como por los señores reyes mis predecesores,
particularizándolos en esto de los demás Reinos de mi corona; y tocándome el dominio absoluto de los
referidos Reinos de Aragón y Valencia, pues a la circunstancia de ser comprendidos en los demás que
tan legítimamente poseo en esta monarquía, se añade ahora la del justo derecho de conquista que de
ellos han hecho últimamente mis armas con el motivo de su rebelión; considerando también que uno
de los principales atributos de la soberanía es la imposición y derogación de leyes, las cuales con la
variedad de los tiempos y mudanza en las costumbres podría yo alterar, aun sin los graves y fundados
motivos que hoy concurren para ello en lo tocante a las de Aragón y Valencia. He juzgado por
conveniente, así por esto, como por mi deseo de reducir todos mis reinos de España a la uniformidad de
unas mismas leyes, usos, costumbres y tribunales, gobernándose igualmente todos por las leyes de
Castilla tan loables y plausibles en todo el universo, abolir y derogar enteramente, como desde luego
doy por abolidos y derogados, todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí
observadas, en los referidos reinos de Aragón y Valencia…”44
Este decreto constituía un éxito de las posturas absolutistas mas radicales. Abolía los fueros y
privilegios del Reino de Valencia y reducía al mismo a las leyes de Castilla sin diferencia alguna en
nada. La tradición jurídica valenciana, con su rico derecho consuetudinario, también se veía afectada.
La medida era de gran trascendencia ya que con ella se quebraba el pactismo político que
históricamente había regulado las relaciones entre Rey y Reino y se le sustituia por el absolutismo
regio. Sin embargo conviene precisar que este pactismo, de naturaleza débil en el reino valenciano, se
encontraba ya bastante moribundo despues de las últimas Cortes de 1645.
43 ORTÍ MAYOR,J.V.: Manifiesto de que no hubo rebelión en Valencia en los sucesos del año 1705 y siguientes.
BUV,mss17,fol 75-76
44 Novisima Recopilación.Lib.III,Tit III.Ley I.
15
En su justificación el decreto señalaba como motivo fundamental, la rebeldía de los valencianos . El
Rey dueño de la soberanía según, la doctrina absolutista de Bodin, estaba dotado de una potestad
mayor que la de la comunidad, pero sobre todo el Rey ejercía derechos que le correspondían como
vencedor del campo de batalla en una guerra justa. De esta manera, el decreto respondía a un viejo
ideal unificador presente en los monarcas españoles desde el emperador Carlos y que había alcanzado
su ápice en la memorial del Conde- Duque de Olivares. Conviene destacar que la alusión al delito de
rebelión, no fue recogido posteriormente en los decretos que se aplicaron a Aragón y Cataluña.
Felipe V heredero de esta tradición política , puso la idea de uniformidad siguiendo el modelo
castellano por ser Castilla donde la monarquía absoluta había alcanzado un mayor grado de desarrollo.
Atendiendo a la naturaleza jurídica de los fueros, debía mediar quiebra previa del pacto por parte del
Reino. Es por ello el interés de Felipe V en declarar rebeldes a sus súbditos valencianos.
La noticia del decreto llegó a Valencia mediados de julio. El 21 y 25 de ese mes se reunió en el
ayuntamiento un grupo de destacados borbónicos valencianos, entre los que se encontraba una nutrida
representación eclesiástica, desde el obispo de Croya, antiguo miembro del consejo de Aragón, a los
provinciales de las órdenes de franciscanos y agustinos, así como algunos miembros del Cabildo
Catedralicio, otros de la orden de Montesa entre los que se encontraba el marqués de Mirasol.
Todos ellos, después de largas deliberaciones con los jurados, el Racional y el Síndico, fueron del
parecer que se de se presentase a Su Majestad “El dolor que afligia als seus bons vassalls que ho han
sigut quasi totes les persones més visibles, tant d’esta ciutat com de les de més viles i llocs del Regne,
deuen seu veure’s compresos davall la universalitat de tal decret, i tacats amb la nota de rebels, quan
per no incórrer en eixa tatxa, uns han abandonat les seues cases i hisendes i altres que per justos
impediments, no els deixar-vos, han patit presó, desterrament i altres considerables treballs que són bé
públics, i així mateix que per la raó i crim d’infidelitat que a tots generalment s’aplica, es perden les
lleis i privilegis i que els seus progenitors van arrancar dels sereníssim senyors Reis d’Aragó i Castella
amb la seua sang tan generosament vessada en les conquistes… i que s’implorara de la Real clemència
de sa majestat, tinga a bé la revocació de tal decret, per a l’efecte de la qual sense tindre en compte tots
els gastos possibles, s’envia s’unisca persona a la Vila de Madrid, que prostrada davant dels peus de sa
majestat en nom d’esta ciutat i Regne i comunitats eclesiàstiques… per això les seues senyories tenen
16
eixe dictamen per molt encertat, proveïxen, delibera en i determine en es faça esta ambaixada amb el
menor gasto possible, per encaminar-se més ala manifestació de dolor que una altra cosa i mentrestant i
esta es disposa, es faça representació per mitjà d’un memorial a Sa Majestat.”45
Se comisionaron a los jurados Pedro Luis Blanquer y José Ortí para redactar un memorial,
aprovechando el parto de la reina que había dado a luz al infante Luis, para presentarlo a monarca. En
el se suplicaba al Rey la revocación del decreto derogatorio, negando que hubiera existido rebelión en
Valencia a pesar de lo que había sido dispuesto en el decreto de 29 de junio.
Se argumentaba que el gobernador que entregaba la plaza por no tener suficiente guarnición no cometia
delito; su entrega no podía consideraser como re-belión. También se ponía de manifiesto como podían
verse afectadas las clases más altas por la derogación de los fuero, puesto que el decreto quitaba la
autonomía y la fuerza que éstas poseían ya que los rústicos y las clases más sencillas quedaban de igual
forma en relación al poder.
El memorial elaborado por Ortí y Blanquer se despachó el día 2 de agosto y se presentaría el día 4 de
septiembre. El día 12 del mismo mes se conocieron los primeros resultados. Luis Blanquer y José Ortí
fueron enviados a las Torres de Serrano y separados con orden de que nadie les hablase. La respuesta
fue contundente. El día 14 Orti y Blanquer fueron detenidos y desterrados a Pamplona.47
Días más tarde, el 12 de octubre la ciudad se rendía ante los designios del Rey: “La ciudad tomó
ayer el pie de las de Castilla y dejó las gramallas y todas las demás ceremonias de que antes usaba”….
Se pedía asimismo la puesta en libertad tanto Ortí como de Blanquer, como así se hizo de inmediato,
El memorial iba dirigido a Amelot.48 Este en su respuesta alaba la rendida resignación a las órdenes del
Rey, y conformándose obediente con su real voluntad; pone de manifiesto que se ha escogido el mejor
y más acertado camino para conseguir los efectos de la clemencia Real y así debe de esperarse. Y, es
más sigue diciendo “le ha dispensado un singular favor, en igualarse con su amada Castilla,
concediéndole todas las leyes, fueros privilegios y costumbres que a costa de tantos, tan antiguos
méritos y servicios ha adquirido, no excusó darle la enhorabuena…”. 49
Años mas tarde 1713 el sobrino de Ortí volvió sobre las justificaciones que se habian vertido en el
manifiesto de su tio . Consideraba que el abandono y la dejación de las autoridades de Valencia fueron
la causa de la rendición, así como que los principales del Reino se mantuvieron al lado dde FelipeV, ya
apoyando el virrey o sufriendo privaciones.
En sus argumentaciones jurídicas se basa tanto en criminalistas como en escritores de derecho militar,
o en la doctrina de algunos juristas valencianos como Crespí de Valldaura. Estima que no hubo delito
de rebelión porque se dejó a la ciudad indefensa y porque la venida de los enemigos aterrorizó a las
gentes y todos los sucesos que se produjeron como incendio de cárceles, delincuentes sueltos, griterío
del pueblo bajo, impidieron toda acción por parte de los fieles del Rey.
Cuando se recuperó la ciudad todos esperaban paz clemencia. “Pues inmediatamente que llegó el
mariscal de campo Antonio del Valle al lugar de su habitación, halló todas sus salas, antesalas y toda la
casa llena de títulos, caballeros, canónigos, personas de graduación los rimeros en virtud, nobleza y
estado de la ciudad; que estos eran todos aquellos que el griterío, persecución desgobierno tenían
retirados y oprimidos en sus casas” 50
El autor llega a afirmar que el decreto es un deseo de los castellanos por hundir las instituciones que
regían en el Reino valenciano. Cuestionaba incluso la actitud de la Corte ante el descuido y abandono
También se quejaba del encarcelamiento de su tío “Porque decía la verdad, le pusieron al autor en el
Castillo de Pamplona, a mi me consta que que ni al tiempo de enviarle preso, ni cuando volvió, ni
hasta el día de hoy, ni ministro ni émulo ni quién lo influyó, hayan increpado una sílaba del papel, que
faltase a la verdad; ni al autor se le ha dicho en que estaba el delito; pues si eso sucede por sola nula
relación del suceso, ¿Cómo puede ser tiempo de sacar a la luz las consecuencias que se quieren inferir
de él mismo suceso?.51Finalmente las esperanzas de devolución de los fueros comienzan pues, a
disiparse y el Rey y sus consejeros comenzarán a establecer su poder y sus criterios sobre las
instituciones valencianas.
La represión institucional siguió al decreto. Se dictaron medidas muy duras para mantener el
orden público. D´Asfeld imponía su autoridad. Parecía le faltaban árboles con los que ahorcar a los
rebeldes. Se inició la confiscación de los bienes de los austracistas más destacados. La operación fue
dirigida por Macanaz quien se apropió de muchas propiedades de los disidentes y las utilizó para
premiar a los vasallos leales.
Hubo también una política de uniformidad lingüística por la que desde 1707 el castellano pasó a ser la
lengua de la administración y se fomentó su uso en otras instancias. La mayoría de nuestros los
ilustrados no escribió en valenciano ya que el castellano era considerado desde el siglo XVI el medio
de expresión más adecuado para personas sensibles y cultas. 52
A partir de entonces, se instaura en el reino de Valencia una administración tipo castellano con
elementos y modelo propios de un régimen burocrático regresivo, caracterizado por la presencia
mayoritaria de militares en la administración civil.53 Estaría estructurado por un Capitán General
encargado de afirmar la autoridad de la nueva monarquía centralista y uniformizante. Era la suprema
51 ORTÍ MAYOR,J.V.: Manifiesto…,f. 72.Citado por PESET,M., en Notas sobre… Ob.Cit. Pag.667
52 GIMÉNEZ LOPEZ,E.:La guerra de Sucesión.. .Ob.Cit. Pág. 499
19
jerarquía castrense de los reinos de Valencia y Murcia y delegado de gobierno central del primero con
atribuciones incluso más poderosas que los antiguos virreyes forales, puesto que bajo su mando tenían
una fuerza armada sin precedentes en la historia valenciana
.
Generalmente eran extranjeros, de origen italiano o francés. Algunos de ellos destacaron en diplomacia
como el Príncipe de Campoflorido o el Conde de Aranda que posteriormente presidíría el Consejo de
Castilla. Se establecería también una Chancillería para atender al gobierno administrativo y político del
Reino e impartir justicia como su más alto tribunal. En principio tenía como objetivo servir de
contrapeso a los poderes militares del Capitán General. Generalmente tenía una mayoría castellana
entre sus miembros, en cualquier caso, el cargo más relevante, el de Regente, siempre recayó en un
castellano, quedando excluidos juristas valencianos célebres omo Gregorio Mayans. En los conflictos
que tuvo con el Capitán General, perdió su condición de Chancillería para convertirse en Audiencia el
26 de julio de 1716, situándose jerárquicamente por debajo de la autoridad militar. 54
Para las funciones administrativas, se constituía un conjunto denominado Real Acuerdo, formado por el
Capitán general y Gobernador de Valencia de una parte y la Audiencia por otra, presidido por el
primero. Este Real Acuerdo por lo tanto, era la expresión máxima del poder en el Reino de Valencia
durante esta época borbónica.
La Intendencia se constituía en el tercer elemento de poder sobre el que asentó la autoridad borbónica.
Se constituía en el soporte financiero de este poder. Su función básica era la administración de las
rentas reales en Valencia, tanto las que anteriormente estaban a cargo de la Baylía General, como los
nuevos impuestos creados por la Corona. Esta institución, era de origen francés. A las anteriores
funciones fiscales se le añadían otras militares y de fomento. A través de esta intendencia se conseguía
la antigua aspiración de la Monarquía de hacer contribuir a los territorios forales de una forma
equiparable a la de Castilla. En 1715, Rodrigo Caballero regularizó el sistema contributivo mediante un
impuesto general denominado equivalente, consistente en grabar las propiedades rústicas, urbanas e
El intendente, durante la mayor parte del siglo XVIII también fue o ejerció funciones de corregidor en
la ciudad de Valencia Por lo que respecta a la administración local, el municipio valenciano se organizó
bajo el modelo castellano,y basado en regidores nombrados por el Rey. En los municipios menos
importante sería la Real Audiencia quien efectuaría los nombramientos entre personas de probada
fidelidad a la monarquía.
La escasa preparación técnica de sus titulares hizo que su actuación se desarrollase con un cierto
desdén hacia las formalidades jurídicas, con cierto abuso de su autoridad, circunstancia esta que en
ocasiones le llevó a conflictos con la Audiencia. También hubo corrregimientos de Capa y Espada,
aunque en circunscripciones territoriales de menor entidad.
Por último los Alcaldes Mayores que eran profesionales del derecho que actuaban como jueces en
pleitos civiles y criminales por delegación del corregidor y la gestión administrativa y económica de
las capitales de Corregimientos. Eran sesores jurídicos de los corregidores militares y les sustituían al
frente de la administración territorial durante sus ausencias. Su cargo era concebido como funció
nública y su promoción se realizaba atendiendo criterios de eficacia. 56
D).-INTENTOS DE RECUPERACIÓN.
Con el transcurso de la guerra fueron cambiando las condiciones que llevaron a la implantación
de los nuevos decretos de Nueva Planta para el Reino de Valencia. En 1711 el archiduque Carlos fue
coronado emperador. Poco poco fue decayendo el influjo de Amelot en el gabinete de Felipe V. En
realidad la nueva planta iba dirigida fundamentalmente a cambiar la estructura organizativa política y
gubernamental del Reino y por tanto no había razón para mantener la supresión del derecho privado en
el territorio.
Así el 5 de febrero de 1710 una Real cédula propone una mejora de la situación tanto para Valencia
como para Aragón. “Cuando recuperado gloriosa y felizmente por mis armas ese Reino y el de
Zaragoza, resolvía con la abolición de sus fueros y leyes, fuesen gobernados por la dulzura y prudencia
de los demás reinos de Castilla y, me propuse por fin especial de esta convenientísima providencia
hacer a los buenos partícipes de sus bienes, quitando estorbos a la mayor y más fácil administración de
justicia y privar a los malos de los medios de serlo, con la disposición que les resultaría de sus antiguas
observadas costumbres, como lastimosamente se experimentó en las revoluciones e infeliz pérdida de
dichos reinos, pero como entre el estruendo inquieto de las armas sea tan difícil la práctica de los
mejores establecimientos y la envejecida habitación haya sido poderosa en aquellos naturales para no
permitirles percibir y entender todo el provecho de esta providencia. Y no haya faltado malicia que les
interprete como gravamen este beneficio, y en vez de gozo y reconocimiento haya producido en
algunos desconsuelo y tibieza esta nueva forma; atendiendo yo a la mayor satisfacción de tanta
comunidad y particulares que acreditaron su celo, honra y fidelidad en los mismos trabajos y turbación
de la opresión de dichos reinos, y compadeciendo la flaqueza de los que no los limitaron, estoy
inclinado a moderar y alterar las providencias dadas hasta aquí, y aquello que, sin limitación de mi
suprema y absoluta potestad y soberanía real y cuanto ello comporta, como su rey y señor natural, se
considere pueda ser a propósito.”.
… “He resuelto que esa Chancillería y la de Zaragoza mi informen en qué cosas y en que casos, así en
lo civil como en lo criminal, según la calidad de cada reino, sería bien tomar temperamento
proporcionado a los fines referidos y la satisfacción de sus naturales, que les podría conceder en orden
al gobierno de los lugares entre sí económico y político, forma de justicias, administración de propios,
22
orden y repartí- miento de tributos, observancia de ordenaciones particulares que hayan de tener los
pueblos para su gobierno y todos los demás puntos que se creyeran dignos de atención y que en nada se
opongan en lo sustancial ni en el nombre al uso y ejercicio de mi suprema potestad y regalías.”57
Como puede observarse en estas manifestaciones, las intenciones del Rey han cambiado. Ya no utiliza
la palabra rebelión, y en cierta manera el decreto de 1707 queda soslayado por haberse hecho “ entre el
estruendo inquieto de las armas”, en los momentos de la guerra. Esta propuesta de reforma alcanzó
efectos positivos en la Audiencia de Zaragoza, razón por la cual el Reino zaragozano recuperó su
derecho privado. Sin embargo esto no sucedió así para el Reino de Valencia. Parece que este nuevo
cambio no interesaba a la Chancillería valenciana.
Por desavenencias con el Capitán General, la Chancillería fue reducida Audiencia en el año 1716. Si su
primer presidente Pedro Colón de Larreatégui había conseguido imponer su autoridad frente a las
demás instituciones de nueva planta que se habían establecido en el territorio valenciano, su sucesor
Juan de Valcárcel y Dato no consiguió una convivencia equilibrada con el Capitán General. La
intención inicial era conseguir un equilibrio entre las funciones militares, que recaerían sobre la
Capitanía General y las funciones judiciales y gubernativas, a través del Real Acuerdo, que estarían
determinadas por la Chancillería.
Sin embargo una serie de incidentes ,pusieron de manifiesto la pugna existente entre las dos
instituciones acerca de quién mandaba realmente en Valencia. Aunque el Rey intentó mantener el
equilibrio a fin de evitar conflictos de jurisdicción entre ambos poderes y el intendente, como lo
demuestra el acuerdo de 19 de junio de 1714 “Si se ofreciese alguna duda o competencias tenga cada
Sin embargo estos intentos no llegaron a fructificar y finalmente la Chancillería fue reducida a
Audiencia y subordinada al Capitán General de Valencia. “Por cuanto hallándose informado de las
competencias de jurisdicción que se han suscitado entre el Gobernador y Capitán general del Reino de
Valencia y el presidente y oidores de mi Real Chancillería de él, queriendo unos y otros introducirse y
mezclarse en ajenas jurisdicciones… he resuelto que la Chancillería de mi orden que se formó en el
expresado Reino de Valencia se reduzca Audiencia en la misma forma que la de el de Aragón…”60
“…Que la mente de S.M. y del Consejo y la literal de dicha carta, es que no se haga novedad ni en el
uso y observación de las leyes de Castilla para lo ordinario y decisivo de los pleitos, ni en el número de
ministros, ni en el modo de despachar, ni en el sitio de la audiencia, ni en la forma de los estrados, ni en
los asientos de ellos, sino sólo en el nombre de Chancillería”.61
Aprovechando la visita que Felipe V hizo a la ciudad el 5 de mayo del año 1719, nuevamente se
planteó la posibilidad de la devolución de los fueros. La guerra había terminado y Valencia celebraba
con fiestas y procesiones las victorias felipistas.
“Habiéndose adornado vistosamente todo el tránsito de vistosas tapicerías y cortinajes, siendo recibidos
con universal aclamación, numeroso concurso y sumo alborozo”.62
En Valencia todo era alegría y el Rey expresó su gratitud por haberle recibido con tan felices
demostraciones vítores y aplausos, concediéndole al Reino poder juzgar según sus leyes.
Posteriormente nada se llevó a cabo. Silencio durante años. En 1720 el Cabildo eclesiástico formula
una nueva petición, que es detenida por el Ayuntamiento bajo la justificación de que era conveniente
esperar.64
“Don Felipe por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón… a vos el duque de San Pedro,
Gobernador y Capitán general de nuestro Reino de Valencia, Presidente de la nuestra Audiencia que
reside en dicha ciudad, Regente y jueces de ella, salud y gracia. Sabeb que por parte de esta ciudad se
nos ha representado que habiendo logrado en el año 1719 la más imponderable dicha, de que nuestra
Real Persona la ilustrarse con su presencia, logró igualmente todo el Reino valenciano le honrase
mandando,a súplica de esta ciudad, queen ella y en todo el Reino se estableciesen observasen todas las
leyes municipales civiles con que se había gobernado hasta el año de 1707, no contrarias a la soberanía
y regalías de nuestra Real Persona, y que con este motivo se repitió en dicha ciudad a sus reales pies y
besó la Real mano. Y respecto de que hasta hoy no había tenido ejecución esta merced y se hallaban
privados Ciudad y Reino del consuelo que entonces solicitaron y debieron a la Real Clemencia. Por
tanto nos suplica fuésemos servidos mandar se pusiese en ejecución dicha merced, de que en todo este
Reino se observasen las leyes municipales civiles concebidas por los progenitores de nuestra Real
Persona hasta el año 1707, no contrarias a sus Reales Regalías y Soberanía. Y que para ello se
despidiese el despacho correspondiente. Y visto por los de Nuestro Consejo con lo que sobre ellos se
dijo por el nuestro fiscal, a quien se mandó la diere por auto que prveyese en 20 de este mes, se acordó
expedir esta nuestra carta.
Por lo cual os mandamos que dentro de quince días primeros siguientes de cómo os sea presentada
informéis a los del Nuestro Consejo por mano del licenciado don Tomás Melgarejo, nuestro fiscal,
63 Memorial 1719, .Editado por PESET,M. en ,Notas sobre… Apendice II, Pag.714
64 Libro Capitular,1720,fol.146
65 Libro Capitular, 1721,93vº. s., 99,101 vº.s. Editado por PESET,M. :, en Notas sobre… Apendice III Pag. 715
25
distinta y determinadamente cuales de las leyes municipales y fueros observados en lo civil en este
Reino, antes de su abolición, son incompatibles y obstáculos a la Regalía e interés de nuestra Real
Persona, inmediata o indirectamente, o contra el beneficio público, así en la generalidad del país, como
en lo particular de esa Ciudad capital y demás Villas y lugares de ese Reino y uso de propios y rentas
de que gozaban, para que en vista de todo ello se provea y mande lo que convenga, que así es nuestra
voluntad, de lo cual mandamos dar y damos esta nuestra carta sellada con nuestros Sello y librada por
los del Nuestro Consejo en la Villa de Madrid a 28 días del mes de mayo de 1721.” 66
Con la petición de informes de esta Real provisión, se abriría un expediente en el Consejo de Castilla.
Por Real acuerdo 9 de junio de aquel año se pasaría a informe del fiscal de la Audiencia. Después se
pierde el rastro. De nuevo indiferencia y desinterés. 67Es evidente que para los altos organismos del
Reino, les resultaba indiferente ala devolución de los fueros.
Gregorio Mayans en su correspondencia acusa a personas determinadas años más tarde de los
acontecimientos. En carta a Nebot del 26 de abril de 1749 afirmaba: “Los aragoneses y catalanes
pusieron en práctica la restitución; los valencianos no, por la malicia del Conde de Bicorp, que quería
continuar en manipular las cosas de la ciudad, y el detestable parecer y perfidia que dio y practicó el
pavorde Arbuxech que probablemente emitiria una opinión contraria a su devolución.” 68
Conviene traer a colación las reflexiones expuestas, al principio de este trabajo, por Joan Fuster: , “las
anomalías de un pueblo nunca son fortuitas; nunca vienen provocadas tampoco por las crisis de una
generación, ni la aleatoria deslealtad de unas oligarquías. Tienen su origen en zonas mas internas y en
móviles mas incisivos del ser colectivo, en los cuales también tienen su parte, azares, generaciones y
oligarquías. Hay que percutir sobre la realidad del momento, pero también acudir a su genealogía.”
Asi vamos a proceder. Desde la descripción de hechos hasta ahora realizada, estableceremos dos
niveles de análisis,el primero referido a las causas inmediatas o coyunturales y el segundo de las que
entendemos que son las causas mediatas o estructurales y que preparan o sientan las bases del
comportamiento de la sociedad valenciana que desembocó en la irreparable pérdida de su derecho.
26
a).-Causas inmediatas ó coyunturales.-
Como apunta Peset, el comportamiento generalizado de las autoridades valencianas ,en los momentos
posteriores a la abolición de su derecho,es el del mayor desinterés, si exceptuamos las actuaciones del
Ayuntamiento y del cabildo eclesiástico.
El Capitán General, extraño al Reino,ya que en su mayoría eran de origen italiano ó francés, carecía de
interés en que la legislación fuese devuelta. Fundamentalmente se preocupaba de imponer su alto
mando en las cuestiones de protocolo y asiento de la Audiencia. Esta institución, por otro lado, puesto
que la mayor parte de sus componentes desconocían el derecho valenciano, ya que estaban formados en
el derecho castellano, tampoco tenía demasiado interés en su recuperación.
Por lo que se refiere a la Iglesia su situación no se había visto perjudicada. Por la Real cédula de 7 de
septiembre de 1707 se decía: “declaro que mi Real animo ha sido y es de mantener la inmunidad de la
iglesia, personal y local, la jurisdicción eclesiástica y todas sus preeminencias en la posesión en que
estaba la iglesia en ambos reinos antes de la pasada turbación. Como asimismo que todas mis regalías,
jurisdicción Real y uso de la potestad eclesiástica para con los eclesiásticos, como los demás fueros,
usos costumbres favorables a mis regalías y que limiten o moderan la jurisdicción e inmunidad
eclesiástica, en la forma que se ha practicado en ambos reinos, o sea por concordias con la Sede
Apostólica o de privilegios de los Santos pontífices o de posesión inmemorial, práctica o de por otro
cualquier título o razón, aunque sea contra el derecho común… aunque por las leyes de Castilla y en us
reinos se practique lo contrario.”69
En lo que tocaba a la nobleza, la mayor parte de ella permaneció fiel a la causa de Felipe V y como
consecuencia de ello,éste les premiará en un decreto de 29 de julio de 1707 manteniendoles en todos
sus privilegios. “… Les concedo la manutención de todos sus privilegios,franquezas y libertades
concedidas por los Señores reyes mis antecesores ó por otro justo título adquiridas…”.70.Un año mas
tarde se le confirmaria en sus jurisdicciones alfonsinas, es decir en la situación jurídica que disfrutaban
69 Acuerdo,1707,167 s.
70 Novisima Recopilación. Lib.III, Tit,III, Ley,II
27
desde el siglo XIV. 71 Por tanto para ellos nada cambia con la abolición de los fueros. Por otro lado, de
nuevo el monarca logra, para aquellos que están en situación económica difícil, ayudas en forma de
moratorias. Un ejemplo de ello es el duque de Gandía.72 Aunque su antigua participación en Cortes
desaparecía,la nueva legislación no afectaba a este grupo social.
Los hacendados y burgueses valencianos, y, en general todos aquellos que eran poseedores de rentas
,donde se incluye naturalmente la nobleza y la Iglesia, alcanzaron del Rey ,que sus rentas no se viesen
afectadas por la introducción del derecho castellan.
Consiguieron que no se aplicase hasta mediados de siglo, la Real pragmática de 23 de febrero de 1705,
que reducia el rédito anual de los censales castellanos del 5 al 3%. Como el decreto de 29 de junio de
1707 introducía automáticamente esta norma en el Reino de Valencia, se hizo una fuerte contestación
hasta conseguir que aquella disposición no se aplicase, por lo menos hasta 1750.
La oposición más fuerte se llevó cabo por parte de la iglesia través de su penitenciario Luis Rocamora
quien argumentaba que los censos de Valencia eran de naturaleza enfiteutica y que por lo tanto la
propiedad pertenecía al dueño directo, dejando la útil al cultivador, por “ficción de breve mano”; por lo
tanto es discutible que pudiesen tasarse los réditos pues ello iría en contra de a observancia del
contrato, no que habiendo equidad en los contratos jurados; era necesario por lo tanto, preteger la buena
fe en los que se concertaron y por tanto no debían bajarse. Junto a estas razones jurídicas, había otras
razones económicas: si se bajan los censos disminuirá el comercio y se arruinará el pais. Ello provocará
la percepción de menos impuestos.
En abril de 1710, se permite que los censos del Reino se sigan pagando al 5%, a pesar de que el fiscal
de la Chancillería de Valencia instó a la igualdad con Castilla. De nuevo la catedral, por medio de su
canónigo Pedro Lazer Domenech reproduciria los argumentos anteriores. Ahora se añade, que la
pobreza llegaría hasta las rentas reales. En resumidas cuentas en materia censos la se rentas quedarían
tal y conforme estaban durante todo el reinado de Felipe V.En este aspecto se encontró un equilibrio73
71.Novisima Recopilación. Lib III,Tit. III. Ley III. ROMEU,S. : Fueros de Valencia y Fueros de Aragón : Jurisdicción
alfonsina. En AHDE XLII 1972. Pag. 75-10
72 Acuerdo 1709,438 ss.
73 PEST,M.:Notas sobre… Ob.Cit. Pág.682-693
28
b).- Causas mediatas o estructurales.-.
Conviene tener presente que, la mayor o menor cohesión y homogeneidad en los modos y relaciones
de producción existentes en un territorio, determina, en cierta medida, el grado de fortaleza
institucional y por ende el de conciencia identitaria de ese territorio. El análisis de estos elementos en el
Pero además, no hay que descartar lo importancia que tienen los referentes indigenistas o
espiritualistas en la aparición y fortalecimiento de los sentimientos de adhesión institucional ó en la
conformación de la conciencia nacional, por lo que también habrá que prestar atención a la dinámica
politico-institucional del Reino de Valencia, pues, sin duda, contribuirá a implementar las explicaciones
que buscamos, como coadyuvadora de este desenlace abolicionista.
Nos estamos refiriendo a la indagación del peso que podía tener, en la conciencia de los valencianos,
su percepción como pueblo. Una sociedad política se define por la memoria, esto es por la historia, no
necesariamente por la historia que pasó, sino por la historia tal como es conocida ó percibida. 78¿Cual
era el grado de percepción identitaria de los valencianos en cuanto pueblo?
El cronista Escolano definía a lo valencianos como “Participes de una República libre y súbditos a su
rey y señor”79 . ¿Se percibían los valencianos como ciudadanos de una república ó como súbditos de un
rey? ¿La historia del pueblo valenciano ha favorecido el fortalecimiento de los sentimientos identitarios
ó, por el contrario, los de dependencia?
El País valenciano, durante el siglo XVII se encontraba, todavía, en un marco económico –social, en
transición entre el mundo medieval y el mundo moderno, con una economía subdesarrollada y no
plenamente urbanizada. Era un producto a medio acabar, en transición entre el mundo medieval y el
mundo moderno, donde se reflejaba una tensión entre unidad y pluralidad, típica del mundo medieval
y moderno y lógica, si tomamos en consideración el proceso de afirmación de la soberanía del Rey y su
despliegue y cristalización en una administración al servicio de este poder.
78 PEREZ COLLADOS, J. M .: Una aproximación histórica al concepto jurídico de nacionalidad. Zaragoza 1993. Pág. 117
79 Décadas ,I, Pág. 545
30
En este atraso económico valenciano, la expulsión de los moriscos jugó un papel fundamental ,junto a
otros factores como la peste y las malas cosechas. Pero, sin duda, y dentro de ese marco, conviene
subrayar como elementos agentes de ese estancamiento, el comportamiento de una nobleza
empobrecida, de unos censalistas acomodados y de un bandolerismo y unas mafias que, aunque eran
productos de una economía en decadencia , monopolizaron el poder y contribuyeron, en general a
elaborar una estructura social opresiva y un marco político conservador que, sin duda, determinaron el
atraso económico de esta época80
La sociedad valenciana se perfilaba como una tierra de oligarquías urbanas exclusivas y de poderosos
señores feudales, fragmentada en ricos y pobres, que acude a la Monarquía para salvaguardar sus
privilegios. Una sociedad como esta ,con claras muestras de dependencia del poder Real, no podía
ofrecer excesivas muestras de fortaleza en la defensa de sus instituciones representativas.
Se fue forjando una clase terrateniente de abogados, comerciantes, agricultores, que a finales del siglo
XVII, controlaba aproximadamente un quinto de las tierras alrededor de las grandes ciudades y que
tenían como objetivo vivir de rentas, ya fuese mediante la explotación directa de esas tierras o mediante
los intereses de los censos y que comienza a consolidarse como una élite que emerge entre la
estructura feudal que se mantiene en Valencia durante este periodo .
Todos ellos son censalistas sobre los señoríos, las ciudades o los particulares. Es un grupo rentista e
inactivo cuya aspiración es seguir el modo de vida aristocrático de la nobleza.81Su ascenso social y sus
aspiraciones de inversiones fáciles, propician que inviertan su dinero en censos que, aunque tienen
Los más ricos procuraban comprar un título de nobleza cuando, Felipe IV, debido a sus necesidades
económicas, propició la venta de estos títulos. Esta práctica continuaría durante el reinado de Carlos II.
Este proceso de asimilación aristocrática se extenderá al abandono del uso del valenciano y su
sustitución por el castellano.83 En 1638 el Consejo General de la ciudad de Valencia deliberaba cada
vez más en castellano, contrariamente a lo que había sucedido tiempo atrás cuando, en las juntas de la
ciudad, estamentos y otras comunidades, se enfurecían si alguno de los valencianos hablaba en
castellano, exigiéndole que hablase en su lengua vernácula.84
Pero hubo otras causas que contribuyeron a desencadenar la utilización del castellano en el Reino
Valenciano. La presencia de los Virreyes con todo su aparato de burócratas foráneos, La Universidad de
Valencia, donde algunos profesores comenzaron a enseñar en castellano, La Iglesia, desde 1511, cuyos
obispos actuaban en sus comparecencias al modo lingüístico de la aristocracia. La predicación se hacia
en castellano. La Inquisición, regida por castellanos, redactaba en castellano sus documentos85
Como señala Belenguer Cebriá, aunque esta cultura de elite quería diferenciarse de la popular, no lo
consiguió absolutamente del todo. Siempre hubo mutuas influencias y no siempre se puede reconocer
una imposición de la cultura aristocrática sobre la popular.86 Este grupo social, que a lo largo del siglo
XVIII será, junto a la Iglesia, el que abandone el régimen de censales y opte por la compra masiva de
82 CASEY, J.: Irrigación y economía i al País Valencia, en Primer congreso de historia del País valenciano. Valencia
1971.Vol III Pág.281-289
83 FUSTER, J.: Algunas puntualizaciones a la cronología de la decadencia, en Primer congreso de historia del País
Valenciano. Valencia 1971.Vol III. Pág.227-238.
FUSTER, J.: La decadencia al País Valencíá. Barcelona 1976.Pág. 15 Ss.
CASEY ,J.: De Reino a Provincia…Ob. Cit .T II, Pág. $76
84 FUSTER, J.: Nosotros los valencianos. Barcelona1976. Pág. 152-157
85 FUSTER, J.: Nosotros los valencianos. Barcelona1976.Pag154-155.
86 BELENGUER CEBRIÁ, E.: La ciutat de Valencia a la época foral, en Dels Furs al Estatut. Valencia 1992. Pag43-442
32
tierras , que después arrendará como mejor forma de inversión, frente al sistema censal anterior,87
impedirá, con su comportamiento rentista, durante el siglo XVII, que se produzca, en el territorio
valenciano, el proceso de modernización económica que hubiese supuesto el que sus inversiones se
hubiesen encaminado a potenciar la industria y el comercio. Este afán por la rentabilidad fácil, propició
un cambio de manos en la propiedad de las tierras, pero mantuvo la misma estructura social señorial
anterior.
GUIA MARIN, LL.: Precedencias protocolaries i poder politic: Algunes dades sobre la conflictividad valenciana a mitjan
segle XVII, a “Homenatge al Dr. Sebastiá Garcia Martinez”.Valencia 1988. Vol II. Pág. 43-53
87 PESET, M.: Ob.Cit. Pág. 270-71
88 ARDIT, M., GIL-MASCARELL, M. , GLIK,THOMAS F. , FURIÖ, A. GARCIA MONERRIS, C. : Historia del
PaísValenciá 1992. Pág. 168 y Ss.
89 FERRERO MICO; R., GARRIDO MAYOL, V.: Del Reino de Valencia a la Comunidad Valenciana. Ciudades y Cortes.
Valencia 2000.Pág.63
90 GARCIA MARTINEZ ,S. Els fonaments del País Valenciá.Valencia 1968.Pág. 85-94
91ALBEROLA ROMÁ,A: Els municis realencs valencians durant lèpoca foral moderna:estructura politica i funcionament,
en Dels Furs al Estatur. Valencia 1992. Pág. 445-453;
92 ALBEROLA ROMÁ,A: Els municis realencs.., Ob.Cit.. Valencia 1992. Pág. 445-453;
33
El pueblo pequeño estaba excluido del gobierno municipal. Mientras que en Barcelona dos de los cinco
puestos de magistrados se reservaban para mercaderes y artesanos, no sucedía así en el gobierno
valenciano, que alegaba falta de entendimiento de los artesanos, intereses particulares en los
mercaderes y la necesidad de dignidad en las personas y en los padres de la República.93.Estos
comerciantes y artesanos ,por otro lado dependían ,para su comercio ´del trigo .la lana y las pieles
castellanas,por lo que tampoco tenían mucho interés en afirmarse frente a este territorio.
El Reino de Valencia, por lo tanto, nunca supuso un obstáculo serio en el proceso de afirmación
monárquico. Los grandes conflictos de la historia valenciana no han sido de carácter político –
institucional, sino, fundamentalmente, de tipo social. Así lo fueron la primera Germanía de 1519 y la
segunda de 1693. El País valenciano de Luis Feliperia (1646) y de Francésc García (1693) nada tiene
que ver con la Cataluña de Pau Clarís, sino más bien con las revoluciones de Nápoles y Sicília.94
. Y esto sucedió así porque la solución pro- nobiliaria de los problemas que se plantearo co la
expulsión de los moriscos, propició una notable cohesión política y social95 entre la elite constituida por
los ciudadanos honrados y la pequeña nobleza, íntimamente asociadas en intereses comunes y ligadas
por lazos familiares y alianzas políticas ,dominando los estamentos, aunque ocupasen brazos distintos
en las Cortes, la Audiencia y los Consejos de las ciudades.96 La expulsión de los moriscos deparó al
régimen señorial valenciano una intensidad excepcional”.97
Aunque, esta interpretación es muy matizada por Mariano Peset y Manuel Ardit en el sentido de no
reconocer, tras la expulsión, un proceso de refeudalización, a pesar que las condiciones de repoblación
para los nuevos pobladores, no fuesen, en muchos casos, tan ventajosas como en la huerta valenciana,
con plena propiedad, ó en los señoríos donde había desaparecido la partición de frutos. 98Lo cierto es
Los señores poseían derecho de percepción del cinco por cien del producto agrario sobre tres cuartas
partes de la superficie del País valenciano.99 Valencia era junto con Cantabria, Galicia y Andalucía el
lugar donde los nobles eran más poderosos. La base del mantenimiento de la nobleza valenciana seguía
siendo la renta de los campesinos, tanto antes, como después de la expulsión. 100
Se solicitó ayuda a la Corona para conseguir una moratoria en el pago de los intereses, y una
protección judicial ,que permitiese frenar las solicitudes de embargo de los acreedores sobre los bienes
vinculados ó mayorazgos. El Monarca acudió en su auxilio, arbitrando soluciones, entre esta nobleza y
propietarios de la huerta de Valencia, o la de otros señoríos de donde habían desaparecido la partición de frutos y pagaban
censos reducidos. Como es lógico, los señores no regalaron las tierras ni las gravaron con centros reducidos, como existían
por la devaluación en otras zonas; les exigieron lo que se acostumbraba en otros lugares de cristianos viejos… algunas veces
exigieron asimismo” entrada” , costumbre usual en el acceso del nuevo poblador al dominio útil. En conjunto, no parece
existir esa pretendida refeudalización, sino simple reajuste dentro de las condiciones de la época, en un dominio señorial
fuerte como era valenciano hasta aquel momento. La expulsión de quienes habían sido básicos para mantener el poder, los
moriscos, significó más bien el inicio del debilitamiento del régimen feudal valenciano. PESET, M.: Dos ensayos sobre la
historia de la propiedad de la tierra. Madrid 1988. Pag197 y Ss.
ARDIT, M.: Expulsió dels moriscos i creixement agrari al País Valenciá,en “Afers”, 5-6,1987.Pág. 273-31 HALPERIN, T. :
Un conflicto nacional .Moriscos y cristianos viejos en Valencia. Valencia 1980
PRADELLS; J.: Estudios sobre los moriscos. Valencia 1971.
LAPEYRE, H.: Geographie de l´Èspagne morisque. Paris, 1959
99 BORONAT, P.: Los moriscos españoles y su expulsión .Estudio histórico-critico. Valencia1901,II ,Pág.620-622
100 CASEY, J.: El regne de Valencia al segle XVII. Barcelona 1981. Pág. 64 y Ss. Recoge el estudio de S .de MONXÓ, La
disolución del régimen señorial en España. Madrid 1965. Pág. 9-10 Vid. ALBEROLA ROMÁ; A: .Jurisdicción y propiedad
de la tierra en Alicante (XVII y XVIII). Alicante, 1984
TORRES MORERA,J. R. : La repoblación del reino de Valencia después de la expulsión de los moriscos. Valencia 1969.
Pág. 73 y Ss.
ARDIT,M.,GIL-MASCARELL,M. , GLIK,THOMAS F. , FURIÓ,A. GARCIA MONERRIS,C. : Historia del PaísValenciá
1992. Pág. 162 y Ss.
101 CASEY, J.: La situación económica de la nobleza valenciana en vísperas de la expulsión de los moriscos, en
“Homenaje a J.Reglá. Valencia,1975,I
35
los acreedores, consistentes en convenios o asientos particulares de pensiones anuales indefinidas, ó a
fondo perdido, en embargos de la renta de los nobles en bancarrota ó en la administración de sus
bienes a través de la Audiencia.
Al propio tiempo que se les ofrecíeron bienes de los vasallos moriscos alrededor de las ciudades reales
y se les concedíó una rebaja en los intereses de los censos.102 Estas propuesta vnieron a solucionar,,
poco a poco,el conflicto a lo largo del reinado de Felipe IVLa solución auspiciada por la Monarquía y
el Consejo de Aragón en apoyo de la nobleza, se orientaba primordialmente a no permitir la
disgregación y venta de los mayorazgos, por ser el más firme apoyo que el Trono podía encontrar .Ello
supuso una consolidación de la nobleza 103valenciana y un fortalecimiento de los lazos de
interdependencia entre el poder monárquico y el nobiliario, al tiempo que acalló las protestas de los
acreedores, que de este modo, al menos ,podían redimir los capitales debidos, aunque al final no se les
pagasen los intereses.
Estos acreedores, pertenecientes a la aristocracia urbana que dominaba los estamentos y que poseía los
censos,no era un grupo diametralmente opuesto a la nobleza ,sino que tenían lazos de interdependencia
económica y familiar. Ambos, pues, colaboraron con el Monarca y establecieron con él relaciones de
interdependencia para el mantenimiento de intereses comunes.Se produjo,pues, una colaboración entre
la monarquia, la nobleza y la oligarquia urbana.
Por otro lado, los devaluados censos monetarios de esta nobleza, abrieron la posibilidad, a la nobleza
mas poderosa de los ducados de Segorbe, Gandia, Marques del Infantado, Lerma ,el marqués de
Guadalest , el conde de Cocentaina,etc., de extender su control sobre aquella .
Así pues, mientras en el País valenciano hay una tendencia a la concentración de la propiedad señorial,
en el resto de España se manifiesta una tendencia inversa, con la conformación de señoríos
relativamente reducidos, en fechas de concesión tardía.104 Un ejemplo concreto del caso valenciano es
el marquesado de Elche, que se anexionó la villa y lugar de Crevillente. Esta debilidad económica y su
102 CASEY, J.: Las consecuencias de la expulsión de los moriscos en la agricultura valenciana”, en Actas del tercer,
congreso de historia de la medicina, Valencia, 1971.
Del mismo autor. De Reino a Provincia…Ob. Cit T. II. .Pág.$74
103 SERRA I PUIG,E.: El régimen senyorial al País Valenciá en el segle XVII, en Primer congreso de historia del País
valenciano. Valencia 1971. Vol III. Pág. 345
104 OLCINA, A.: Ob. Cit. Pág.31
36
afán por mantener su espíritu jerárquico y elitista, colocó a la nobleza valenciana en una situación de
arribismo y de debilidad ante cualquier petición del poder central, aunque lesionase los intereses del
Reino.
En lo que se refiere a los campesinos repobladores las condiciones laborales en que se encontraban,
constituirán un problema social que estará latente en la sociedad valenciana hasta la desaparición de los
señoríos en el siglo XIX.105 Su situación económico-social, será una continuación de la existente en la
centuria anterior, en un contexto de deterioro económico y malas cosechas, siguieron manteniendo las
prestaciones personales, aunque en 1614 se ordenase que se convirtiesen todas en una módica suma de
dinero.
Para aquellos que pasaron a repoblar las tierras que habían abandonado los moriscos, la situación no
será mejor. Sus condiciones de asentamiento, reguladas en las nuevas cartas puebla, se establecieron en
circunstancias mucho más complejas, puesto que, en un mismo señorío, podía haber cristianos viejos,
que poseían la tierra que cultivaban, y moriscos. La confiscación se extendió a las tierras de los
expulsados; y como al venderlas de nuevo, los señores ponían condiciones gravosas, resultó la
diferencia que hoy se conoce de tierras libres y tierras pechadas en un mismo señorío.
106
En estas cartas se regulaba la cantidad de tierra que se podría disponer, siempre condicionado a la
obligación de residir en ellas, para adquirir el dominio útil de las mismas. Igualmente se establecían los
censos en dinero, generalmente poco relevantes, así como los censos en especie con particiones al
tercio, al cuarto o quinto del total de la producción, además de detraer, previamente, el diezmo y el
tercio-diezmo. También se regulaba la supervisión y control generalizado del nombramiento y
actuación de los cargos directivos locales como el justicia y los jurados.107
Un tercio de los campesinos eran muy pobres, la mayor parte de ellos no llegaban a las ocho hanegadas
de tierra que se consideraban imprescindibles para subsistir. Las rentas que estos campesinos tenían
105 . TORRES MORERA,J.R.: Ob. cit. Pág. 75 y Ss.
106 CAVANILLES, A .J. : observaciones sobre la historia, natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reino de
Valencia Madrid,1795-97 (Zaragoza,1958),Vol.2,Pág. 161-162
107 CASEY, J.: De Reino a Provincia… Ob. Cit. T.II. Pág. 478. PEST, M.: OB.CIT. Pag.198
TORRES MORERA, J: R: Ob.cit. Pág. 57
CISCAR PALLARÉS, E.: Tierra y señorío en el País Valenciano (1570- 1620). Valencia 1977.Pag88-113-
37
que pagar a los señores, censalistas aristócratas, clérigos y abogados, que tomaron tierras pero no las
cultivaron, provocaba una escasez de recursos que traía como consecuencia unas condiciones de vida
caracterizada por la miseria y el endeudamiento.108
A pesar de que las condiciones eran difíciles, no hubo una protesta generalizada de los campesinos,
porque las cartas de repoblación que se hicieron no estaban dictadas por el señor, sino que eran
contratos negociados y aunque las comunidades de campesinos del País valenciano estaban organizadas
políticamente y tenían una larga tradición de ampararse en los tribunales reales, eran los consejos
locales quienes tenían que ratificar la decisión de designar abogados para traer a los señores a los
tribunales reales. En las cartas de repoblación había una cláusula en la que se requería la aprobación del
señor para que tales consejos tuviesen lugar.
En estas circunstancias resultaba difícil que los lugareños se moviesen contra su amo. Los procesos
podían ser largos. 109Si se presentaban ante la Audiencia, se nombraba un árbitro aceptado por ambas
partes .Si el resultado no era satisfactorio se podía acudir a los tribunales reales y, si eran rechazados en
su pretensión, se podía acudir de nuevo a la Audiencia. Ante tal farragosidad, era preferible llegar a un
compromiso.110
En algunos casos las deudas contraídas por los campesinos, con respecto a sus señores, fueron
resueltas a través de concordias, a semejanza de las que se produjeron entre la nobleza y los acreedores,
mediante la condonación de parte de la deuda y el pago aplazado de la otra parte. Pero, en esas
circunstancias, muchos repobladores, en general pobres, tuvieron que vender sus tierras a otros que
tenían dinero111. Desde esta perspectiva se puede comprender el bajo índice de matrimonios y
natalidad, así como el alto índice de mortalidad existente durante este periodo.112
Estas condiciones de precariedad económica supusieron una fuente importante de inestabilidad social,
concretada en el desarrollo de una delincuencia y bandolerismo, que, aunque hunde sus raíces a
108 MONFORTE BÄGUENA, A.: Los contratos acerca de la tierra en Valencia. Valencia,1922.Pág.62
109 SERRA I PUIG, E.: El régimen senyorial al País Valenciá en el segle XVII, en Primer congreso de historia del País
valenciano. Valencia 1971. Vol III. Pág. 353
110 CASEY,J.: El Regne…Ob. Cit. Pág. 137
111 MARTINEZ NAVARRO J.F.: Estudi de la mortalidad infantil y preescolar a Serra, en Primer congreso de historia del
País valenciano. Valencia 1971.Vol III .Pág. 361-370. TORRES MORERA ,J.R. : Ob. Cit. Pág. 19
112 CASEY, J.: El Regne… Ob. Cit. Pág.57
38
mediados del XVI, su auge en el XVII hay que relacionarlo con la crisis económica y con las
dificultades del campesinado en el proceso de repoblación.113
A finales del siglo XVII, aún a pesar de que las condiciones de vida de los campesinos fueron
mejorando debido a las mejores cosechas y a los signos de reactivación económica, su malestar latente
durante todo el siglo, desembocó en la Segunda Germanía, donde contaron con el apoyo de una
pequeña burguesía rural de notarios, abogados, ricos propietarios y, con la solidaridad de frailes e
incluso con el apoyo de algunas cuadrillas armadas de bandoleros. 116Reclamaban contra la ilegalidad
de las particiones señoriales, alegando una normatividad que arrancaría de los tiempos de Jaime I.
Poco tiene que ver, por lo tanto, esta estructura económico- social valenciana con la de Cataluña,
donde, sobre todo, a partir de la sentencia arbitral de Guadalupe, el régimen señorial experimentó una
paulatina suavización. La movilidad de los payeses, sin pérdida de tierras y con licencia del señor,
permitió la formación de un escalonamiento de diferentes propietarios sobre las tierras, con una
burguesía rural fuerte, por la extensión de sus dominios y grandes masías como núcleos de explotación
rural, que no se disgregaron, merced a la institución del “ hereu”, que conectaron a la burguesía urbana
de Barcelona y a la agricultura mediante el abastecimiento de la ciudad y el comercio exterior,
constituyendo compañías que desarrollaron buenos negocios con los arrendamientos de los derechos
señoriales y reales .117En resumen comenzaron a elaborar un espacio económico propio.
113 GUIA MARIN,L.J.: La represión del bandolerismo durante el virreinato de Urbina, en Primer congreso de historia del
País valenciano. Valencia 1971.Vol III. Pág.411-419
114 GARCIA MARTINEZ, S.:Bandolers, corsaris i moriscos.Valencia 1980.
115 FUSTER, J.: Nosotros los valencianos. Barcelona1976.Pág. 82
116 Basándose en pragmáticas reales publicadas en 1268 y 1363, los dirigentes agermanados alegaban que estaban exentos
de pagar ni los derechos exorbitantes ni otros por ser regalía del Rey. CASEY, J. De Reino a Provincia…. Ob. Cit T .II
Pág.480 Véase sobre este asunto: GARCIA MARTINEZ, S.: Valencia bajo CarlosII. Bandolerismo, agitaciones agrarias y
servicios a la Monarquía. Valencia, 1984. Del mismo autor,: Villena y la segunda germanía. Villena 1970. También véase,
MOMBLANCH, F: La segunda germanía del reino de Valencia. Alicante ,1957.
117 PESET, M.: Ob.Cit: Pág. 198-99
39
b.2).-Contexto politico administrativo.-
b.2.1).- El rey.-
El País valenciano debía su propia existencia a la voluntad del Rey.Esta circunstancia supuso un
enaltecimiento de su fundador Jaime I y sus descendientes continuaron gozando, de una manera
especial, de ese prestigio y autoridad.118 La situación geográfica del Reino de Valencia como territorio
fronterizo, con una gran población infiel, le situaban desde sus comienzos, en una posición de
dependencia, para su supervivencia, respecto de ese poder real.
Cabría pensar que con las enajenaciones que se hicieron del patrimonio real podrían haber disminuido
su poder. Sin embargo, a pesar de esto, se consolidó en los aspectos que realmente importaban, el fiscal
y el politico-jurídico.El monarca no quedó en manos de sus acreedores, como sucedió en Nápoles
donde se apoderaron de sus rentas, ni en manos de los señores, a pesar de que en algunos momentos,
por necesidades de tesorería, se llegase a la venta de jurisdicciones.
A pesar de la bajada de las rentas que se produjo en el siglo XVII, “Por la esterilidad de la época,” el
Rey pudo compensar esta deficiencia en sus ingresos, logrando un fortalecimiento frente a la nobleza.
La balanza financiera del seiscientos se inclinaba más de parte del Monarca que de los barones del
Reino Valenciano. Por otro lado,la política de Olivares constituyó un triunfo en su interés de integrar al
territorio valenciano en los gastos de la Monarquía.119 Supuso, además, su fortalecimiento económico y
la afirmación y consolidación del gobierno real en el País valenciano. Aunque la Unión de Armas no
dió todos los resultados planteados, lo que acarreó fue un mayor grado de integración militar y fiscal
del propio territorio de Valencia.
El Rey era visto por los valencianos como el primer y principal dador y mantenedor de la ley, el padre
de su pueblo. Lorenzo Matheu i Sanz, opinaba que el Rey podía denegar las peticiones de las Cortes y
119 DE LARIO, D.: El Comte-Duc d´Òlivares i el Regne de Valencia. Valencia 1986.Pág. 63-64
40
guardar, sin embargo, el servicio que le ofreciesen. La fuerza de la ley nacía de la autoridad real y no
del contrato mutuo celebrado entre Su Majestad y el Reino. 120
El paternalismo con el que los valencianos contemplaban la figura del Monarca quedó de manifiesto
cuando, en 1645, los jurados de Valencia expresaban sus esperanzas de evitar la bancarrota con la
presencia física de Felipe IV en la ciudad, " Porque la experiencia enseña y la razón persuade que
cuando el príncipe con sus ojos está viendo y oyendo los gemidos y aprietos del pueblo, el remedio
vendrá de seguro y el reparo cierto".
Como vimos anteriormente, la Valencia del último siglo foral presenció el fin de los señores como
poder político. A partir de entonces el poder se centraliza cada vez más en torno al Palacio Real, no en
Madrid, no en la burocracia estatal, sino en los pasillos de aquella Corte local, la del Virrey y los
oidores de la Audiencia, cuyas relaciones personales con la élite, separada de su pueblo por su cultura
cada vez más aristocrática y cercana a la Corte, eran la garantía más firme de la autoridad real.
No hubo, en la Valencia del seiscientos, ninguna confrontación entre la Monarquía y las instituciones
forales y mucho menos con la espectacularidad como la que se produjo la Cataluña de 1640.
El avance del absolutismo en el siglo XVII de Valencia, descansó en su progresión en el apoyo en dos
culturas, la nobiliaria y la burocrática. Ello permitió un clima de colaboración que evitó mayores roces
de los que hubo. Se gozaba de una vida política inmensamente ordenada y conservadora. Era un
gobierno de burócratas que ocupaban una posición central y que de alguna manera reflejaban las
divisiones y defectos de esta sociedad, pero que contribuyeron a someter el poder de los señores.
Como en la España de los Austrias no existía una conciencia nacional fuerte estructurada a lo largo de
todo el territorio peninsular, mas bien, por el contrario, como ya sabemos, los distintos reinos se
resistían a encajar en los ideales castellanos, la conciencia de nación hispánica sólo se manifestaba con
auténtica fuerza en Castilla. Esa conciencia nacional castellana se proyectaría hacia la soberanía a
través de la administración monárquica.
La intervención de los valencianos era, por lo tanto, decisiva cuando se trataba de negocios de su
Reino, por el monopolio de información de que gozaban. Además, los puestos oficiales de Valencia, por
fuero, tenían que ser ocupados por indígenas. Por lo tanto era necesario contar con su colaboración.
Esta colaboración se canalizará a través de la reserva de oficios admuinistrativos.121 Una de las formas
de incorporación de esta oligarquía a los oficios administrativos serán los memoriales. Por medio de
ellos la monarquia fue comprando voluntades y concediendo mercedes a las oligarqias valencianas.
Aunque fuesen servidores del Rey, los jueces y demás empleados de esta administración, estaban sin
embargo, identificados con su patria nativa. Fue el equilibrio que lograron establecer entre los intereses
del Rey y los de su territorio el que aseguró la estabilidad política del Reino valenciano. Los lazos de
dependencia personal que habian establecido, impedían el desenvolvimiento de cualquier fractura entre
gobernantes y gobernados.
De esta manera, la carrera administrativa iría, poco a poco, materializando la construcción del Estado
autoritario y centralista mediante la fusión que se produjo entre la soberanía y los miembros de la
121 PEREZ COLLADOS,J.´M.: Una aproximación histórica al concepto jurídico de nacionalidad. Zaragoza 1993. Pág.
175y ss.
42
comunidad valenciana que habían alcanzando los cargos administrativos, participando en esa
administración pública del Estado.122
Esta comunión de intereses entre la burguesía ennoblecida y la vieja nobleza, conformaría un grupo de
poder lo suficientemente compacto como para permitir que, a través de su actividad administrativa, el
poder real pudiese ejercer su autoridad, destinando, en los diversos cargos administrativos, a aquellos
naturales que estuviesen más implicados en la forma de concebir y organizar el Estado. De este modo
la administración desempeñó un papel integrador y actuó como disolvente de las posibles
contradicciones que se pudiesen entablar entre los distintos componentes sociales del territorio
valenciano”.123
En la cúspide de esta estructura de poder se situaba el Consejo de Aragón, con sus dos regentes
valencianos, nombrados por el Rey entre los letrados del país.124El Virrey gozaba de una amplia gama
de poderes administrativos y militares. Sin embargo, los virreyes más efectivos fueron los que optaron
por el juego político típico de esa época, de mecenazgo y cooperación con las élites del país. De esta
manera se conseguían muchos mas objetivos a favor de la Monarquía.
Cuando el Duque de Arcos sacó por primera vez las tropas fuera del Reino de Valencia, lo consiguió,
más que como una exigencia centralizadora, por razón de sus relaciones personales con la nobleza del
país, ya que era consuegro del Duque de Gandía.
En realidad, el poder se canalizaba a través de redes de parentesco y relaciones caballerescas entre los
ministros del Rey y la nobleza local, de manera que se producía el doble fenómeno del ejercicio del
poder soberano del Monarca en la sociedad valenciana través de esta elite, y el de la penetración y
122 PEREZ COLLADOS, J .M.: Una aproximación histórica al concepto jurídico de nacionalidad. Zaragoza 1993. Pág. 245
y ss.
123 PEREZ COLLADOS, J .M. Una aproximación histórica al concepto jurídico de nacionalidad. Zaragoza 1993. Pág.
265y ss.
124 PEREZ I APARICIO, M. C...: foralisme y centralisme en el País valenciá modern, en” Del FURS al Estatut. Valencia
1992.Pag 135 yss.
43
configuración de su soberanía a través de los valores culturales propios de la colectividad a la que
pertenecía esa elite, que en este caso, además, desempeñaba los cargos de la administración125
Algo parecido se podría decir del Consejo del Rey, es decir la Audiencia, cuyos miembros, de
formación jurista, pertenecían, por sus antecedentes familiares, a la vez que por su cultura, a la élite, si
no señorial, al menos aristocrática del Reino. Los más influyentes tenían lazos familiares con la alta
aristocracia, como Francisco Castellví ó Cristóbal Crespí.126
Esta Audiencia se erigia en el Tribunal Supremo del Reino. Su auge se puso de puesto de manifiesto,
entre otras cosas, en una intervención creciente en la administración de los pueblos de realengo, en
concreto con las visitas a la hacienda municipal desde 1624. Aunque esta actuación fue condenada a
veces por los estamentos como infracción a los fueros, fué en las detenciones sin proceso de miembros
de la nobleza sospechosa de criminalidad-bandolerismo, donde el creciente intervencionismo de esta
institución demostró el evidente del avance hacia el absolutismo.
b.3).-Contexto político-institucional.
Si el contexto económico-social del seiscientos valenciano fue perfilando de una manera nítida
esquemas de colaboración entre los grupos dominantes de la sociedad valenciana y el Monarca a través,
fundamentalmente , de la administración real en el Reino, con el consiguiente fortalecimiento de su
poder y por lo tanto, de su ascendiente y autoritarismo, ese mismo contexto y entramado relacional a
traves de la administración y los mecanismos de colaboración mencionados, provocaría ,poco a poco,
el deterioro y marginación de las instituciones representativas del Reino, hasta su total desaparición. Y
todo ello, como es lógico, porque la situación anteriormente descrita tuvo su reflejo en las instancias
representativas valencianas.
125 PEREZ COLLADOS, J. M.: Una aproximación histórica al concepto jurídico de nacionalidad. Zaragoza 1993. Pág.
245y ss.
126 PASTOR I FLUXA, J.: Un jurista al servei de la Monarquia. El vice-canciller Diego de Covarrubias, en Dels Fuers al
Estatut. Valencia 1992. Pág.195
44
Por lo que se refiere a los estamentos, el eclesiástico era el más débil y poco numeroso. Sólo tenían
protagonismo los abades y canónigos de las metrópolis. Su preocupación era el mantenimiento de sus
privilegios, como los derechos de amortización, que se concedían en las Cortes. El liderazgo lo
ostentaba el canónigo de Valencia.127
Con respecto al nobiliario,todos estaban pendientes de obtener un privilegio a cambio del donativo. La
organización interna de este patriciado, dependientes unos de otros, hacía las cosas fáciles al Rey, que
podía tomar represalias contra los más destacados opositores, revisando sus cuentas, subsidios,
donaciones, rebaja de intereses etc. En realidad, aunque la nobleza salió reafirmada después de la
expulsión de los moriscos, su dependencia del Monarca fue total, tanto social como económica. Su
actitud fue de colaboración con el poder real. Siempre antepuso sus intereses a los del Reino.
El brazo real era el que cargaba con la mayor parte del servicio y, sin embargo, su influencia política
era menor. La razón habría que encontrarla en las crisis de las finanzas municipales. Por otro lado,
tampoco era un cuerpo homogéneo. Las oligarquías locales eran grupos minoritarios pero ostentaban la
representación de la comunidad. Accedían a esta representación por el sistema de insaculación, y eran
quienes llevaban el gobierno y la administración de la comunidad. Los consejos eran meros órganos
asesores.
El control real sobre las ciudades fue, por tanto, cada vez mayor, puesto que estas oligarquías tenían
una base social muy estrecha, circunstancia esta que favorecía este control. Por otro lado también
dependían del Rey para defender sus privilegios.
Pero este estamento tampoco podía prestar mucha oposición a los requerimientos del Monarca,
divididos conforme estaban entre oficios mayores, oligarcas y consejos populares.
Los estamentos, pues, adolecían de una debilidad estructural importante y una falta de cohesión política
que obstaculizaba hacer frente a los avances del autoritarismo real. Los miembros de estos estamentos
dependían demasiado del patrocinio del Rey como para realizar actuaciones por las que pudiesen ser
excluidos de los grupos dirigentes, o de su posible acceso al favor real.
Aunque tenían un sentimiento nacional diferenciado, del que se vanagloriaban frente los castellanos,
sus intereses de grupo dominaban sobre sus intereses nacionales, que no estaban respaldados por una
superestructura política como podía haber sido una monarquía propia, no compartida con otros
territorios. Se tendía a confundir libertades tradicionales con sus propios privilegios, lo que diluía
cualquier reivindicación nacional en el momento en que esos privilegios encontrasen en una vía de
satisfacción.
Se puede situar en las Cortes de 1626, el principio del desmantelamiento institucional del Reino
valenciano como consecuencia del proceso de castellanización y unificación de la monarquía
auspiciado por el Conde Duque de Olivares. Estas cortes supusieron la quiebra de la resistencia de los
estamentos a la instauración de la Unión de armas y pusieron de manifiesto el verdadero carácter del
absolutismo y el auténtico fuste de la clase política valenciana. Los valencianos terminaron
concediendo, en aquella ocasión, el servicio más elevado de su historia parlamentaria al tiempo que, en
la práctica, se suprimían las funciones legislativas de sus Cortes.128
Los contrafueros fueron un intento para que se respetase el derecho valenciano, pero la tentativa sólo
quedó en la letra de la ley. Se trataba de mantener en pie lo que quedaba en el Reino del cuerpo jurídico
valenciano, ante la fuerte la debilidad institucional, económica y social de Valencia
Los representantes valencianos no tuvieron el coraje ni la valentía de los catalanes ante la serie de
violaciones forales de que fueron objeto en estas Cortes. Los tres brazos se encontraban bastante
debilitados por las razones económicas anteriormente señaladas. Estaban demasiado preocupados en
que fuesen juradas sus leyes y no calibraron la importancia de la aceptación de una propuesta de este
tipo.
No podemos olvidar la importancia de Olivares en todo este proceso, sin embargo, también conviene
destacar la presencia de una serie de intereses creados que suavizaron las opiniones de los
representantes, en perjuicio de los representados, especialmente, las clases medias y bajas. Estos
intereses se acrecentaron ante la promesa de concesión de títulos al finalizar las Cortes.
Resulta una paradoja importante que el Reino de Valencia en un momento de crisis, concediese el
servicio más importante de su historia. A la vista de todo ello cabe preguntarse si el conde Duque de
Olivares tendría razón cuando decía que los valencianos “eran más muelles. 130 .Lo cierto es que
después de estas Cortes, la indolencia para los asuntos públicos, fue la nota característica de los
valencianos del antiguo régimen.131
Se dio así un paso decisivo, para que la legislación foral fuese incumplida por los propios valencianos.
Los estamentos, por el miedo anteriormente expuesto, se adhirieron a dar donativos fuera de las Cortes
al Rey. El Rey ya no tenía que batallar con la legislación foral. No obstante procuró no presionar
demasiado. También el monarca tenía miedo a los sucesos del Principado.132 En cualquier caso, se puso
de manifiesto la tradicional dependencia de los valencianos con respecto a la Monarquía, así como el
ascendiente y autoridad que el Rey tenía sobre aquellos. 133
Los valencianos, en estas Cortes, se conformaron con dar autobombo a los signos externos de su
personalidad, organizando la escenografía que acompañaba a las Cortes, para dar honor y gloria a su
territorio y rendir pleitesía al Monarca. De esta manera, los oligarcas locales, en un acto socio- político
de esta índole, por otro lado poco frecuente, se afirmaban como clase dirigente frente a las capas
populares,
Sin embargo,frente a este comportamiento autafirmativo, permitieron,en estas Cortes, que sus tropas
saliesen fuera de sus fronteras, en concreto a Tortosa, en contra de lo estipulado en la legislación
foralLa idea de Olivares de que los reinos de la Monarquía contribuyesen con tropas en una empresa
común, a lo que los valencianos habían habitualmente accedido, recibía ahora un espaldarazo legal que
sentaría un indiscutible precedente. En adelante los estamentos no podrían negarse a que sus tropas
saliesen a otros territorios.
La utilización de esta institución para la casi exclusiva tarea de la concesión del servicio, así como la
creación de la Junta de Servicio y una Junta de Contrafueros, tuvieron un efecto nocivo para el
funcionamiento institucional del Reino, ya que de este modo se separaban dos funciones que siempre
habían estado juntas y que daban sentido el pactismo, al concederse los servicios a cambio de la
reparación de contrafueros y la sanción de los fueros y actos de Corte.
Ni esta Junta de Levas, ni la Junta de Servicio tuvieron una total autonomía en su funcionamiento, ya
que el estamento militar las paralizaba e impedía cualquier reunión en las decisiones consideradas de
importancia. Con ello se evitaba dejar la dirección política del país en manos de un pequeño grupo de
estamentalistas que hubieran podido, en ocasiones, plantear una mayor oposición a los continuos
avances de autoritarismo Real. 134
Se va efectuando, pues, un debilitamiento de las instituciones representativas del Reino al socaire de las
necesidades que la Monarquía tenía de agilizar sus gestiones que se veían obstaculizadas por las
dificultades establecidas por los regímenes forales. El desmantelamiento de las Cortes a causa de la
progresiva creación de juntas especializadas y de la actitud real de legislar por decreto, era fruto
también de una evolución natural de las funciones del Reino.
Las innovaciones aceptadas por los estamentos, no eran más que respuestas, desde perspectivas
defensivas, a los problemas planteados por absentismo real y los progresivos avances del autoritarismo
monárquico, en un intento de adecuarse a las nuevas circunstancias y evitar una fosilización del
régimen foral. Por eso, estas innovaciones, en opinión de Guía Marín, hubiesen podido llegar a ser una
buena solución de recambio si la guerra de sucesión no hubiese truncado ese proceso.
En tiempos de Carlos II los estamentos intentaron de nuevo volver a poner en relación la concesión de
servicios y la reparación de agravios, pero ya partían en una posición de desventaja al conceder el
servicio previamente. Las condiciones del pactismo, tal y como se había dado en Cortes, era
difícilmente repetible. El Rey había conseguido plena potestad para conceder, o no, las peticiones del
Reino y era difícil que renunciara a ello. El poder absoluto del Monarca se iba reafirmando en tanto que
el Reino, como tal, dejaba poco a poco de serlo al perder su preeminencia política.
Por lo que respecta a la Diputación de Cortes, adolecía de una importante debilidad. Su falta de
autoridad repercutió en la aparición de enormes dificultades a la hora de recaudar los impuestos
49
indirectos votados en Cortes. La Diputación del Reino de Valencia nunca alcanzó tanta plenitud de
poder como las diputaciones de Cataluña y Aragón.135Despues de los decretos de nueva planta siguió
funcionando hasta 1714, aunque desprovista de sus trdicionales funciones que recayeron en el
superintendente y los coadministradores136
Sin duda contribuyó a ello la pretensión de la metrópoli, Valencia, de representar por sí sola al
País, como cuando en 1598 rechazó la propuesta emanada de los estamentos militares y eclesiástico
para mandar una embajada conjunta a dar el pésame a Felipe III por la muerte de su padre, alegando
con marcada soberbia, que eso era propio de la ciudad,” que en este duelo es la cabeza a la cual vienen
a dar todos el pésame y a ella toca hacer la embajada a su Rey y no a los estamentos”.
En definitiva, los dirigentes de esta sociedad no habían conseguido sacudirse la imagen que
ellos tenían de si mismo como simples ayudantes de campo del Rey. El País valenciano dividido racial,
social y jurídicamente, durante una gran parte de su historia, había fracasado notablemente en el intento
de desarrollar un fuerte sentimiento de su propia identidad. 137
El proceso de afirmación de la soberanía del Monarca, siguiendo el modelo castellano, tuvo en el Reino
Valenciano, sus mecanismos de vehiculización, como hemos señalado anteriormente, a través de la
administración y el entramado de relaciones personales que se establecieron entre sus funcionarios y la
Corte del Rey.Este proceso vino, además, favorecido por un contexto económico depresivo que acentuó
la dependencia de las clases dirigentes valencianas tanto de Castilla como del Monarca en particular.
135 MARTINEZ ALOY, J.: La Diputación de la Generalidad del Reino de Valencia. Valencia 1930.
136 ROMEU,S.:Notas sobre la diputación valenciana y su extinción con FelipeV. En Actas del IV symposium de historia de
la administracñón. Madrid 1974. Pag.549-583
137 CASEY ,J. : El Regne … Ob. Cit Pág.280
50
lugar, un factor espiritual y en segundo lugar un factor que tiene que ver con la formación de unas
relaciones económicas homogéneas y una política monetaria y fiscal elaborada desde una instancia
política superior y un sistema de proteccionismo comercial que, proyectados sobre un espacio
geográfico concreto, producen unas peculiaridades en las relaciones de producción de ese territorio que
conducen a la formación de espacios nacionales”.138
Ambos elementos, en Valencia, se manifestaron con extrema debilidad, entre otras razones porque,
como ya hemos señalado, el absolutismo monárquico fue desplazando hacia la Corte las esferas de
decisión político administrativa, al mismo tiempo que aumentaba su absentismo en las instituciones del
Reino.
En Europa será, sin embargo, será esa nueva aristocracia la que potenciará el desarrollo de los Estados
que comenzaron a proliferar a partir de la reforma protestante. Porque encontrarían, en esos estados, un
medio deconformación de mercados y de protección al comercio exterior,al tiempo que se iniciába la
disolución de las barreras y fronteras de la antigua organización feudal, comenzando a formarse un
espacio económico nacional y único.
Aplicando este esquema al Reino valenciano del XVII, en nada se ajusta a su contenido. La cultura pro-
castellana de las elites administrativas en el Reino de Valencia se dejaba notar, no sólo en la utilización
del castellano, como ya hemos visto, sino también en la defensa de los intereses de la Monarquía,
ofreciendo una colaboración con los intereses del Rey, mediante el estableciendo de redes económicas
y familiares .
138 PEREZ COLLADOS, J. M.: Una aproximación histórica… Ob. Cit. Pág. 83 y ss. Zaragoza 1993.
51
se impedia el crecimiento de una burguesia que configurase un espacio económico propio y fortaleciese
,como resultado, la aministración y las instituciones representativas de ese espacio ,en este caso ,el
valenciano.Tal vez eso fue debido, como apunta Guia Marin,a la inexistencia de un monarca propio,
pero tampoco la tenían los catalanes y ellos si lo conformaron.
Pero las razones economicas y sociales ,siendo importante ,no son las unicas.Existen otros factores
culturales y de mentalidad colectiva que tambien contribuyen a la configuración de las conciencias
identitarias o nacionalistas.
Uno de esos elementos es la nostalgia. Pero la nostalgia entendida aquí como un elemento positivo de
transformación y progreso. La nostalgia sirve para transformar el descontento del presente y se
convierte en acicate para volver a conseguir aquel estado utópico, avivado por el recuerdo de una
historia contada, no vivida. A fin de cuentas, un grupo social, una sociedad política, una civilización se
define por la memoria, eso es por la historia, no necesariamente por la historia que pasó, sino por la
historia que le contaron sus historiadores. La vida y solidaridad de las entidades políticas depende
menos de sus instituciones que de las ideas, sentimientos y creencias de los gobernados, y estas
mentalidades las moldea la conciencia que se forma uno del pasado.139
En Aragón, ese recuerdo o ese mito era el legendario Reino de Sobrarbe. Con el tiempo aparecería otro
mito, el de los buenos fueros del Reino de Sobrarbe. El mito portaba así, no sólo el origen mágico de
un reino, sino también el de su derecho. El Rey deberá respetar la personalidad jurídica del Reino.
No hace falta decir que un sistema como el que se describe no fue nunca una forma de democratización
del poder, sino una fórmula para reconocer la alianza entre la monarquía y lo estamentos privilegiados.
Cuando se habla de Reino se hablaba en virtud de lo intereses de una minoría aristocrática.140 Un
esquema similar al origen del reino aragonés aparece en la restauración iniciada por Pelayo en Asturias
ó por García Jiménez en Navarra.
Sin embargo no existe en la mentalidad colectiva valenciana, ese sentimiento de nostalgia respecto de
un origen mítico. La fundación "ex novo " del Reino de Valencia, por voluntad exclusiva del rey Jaime
I, le impide la recreación de un pasado mítico sobre sus orígenes.
139 PEREZ COLLADOS, J. M.: Una aproximación histórica… Ob. Cit.Pag. 83yss
140 PEREZ COLLADOS, J. M.: Una aproximación histórica… Ob. Cit. Pág. 84 y ss.
52
En un primer momento la intención del rey Jaime I no era la creación de un reino, pero a partir de la
conquista de Valencia, se decidió a dotar de entidad propia a este territorio, otorgándole un derecho de
carácter burgués, en un afán de contrarrestar el poder de la nobleza aragonesa, apoyándose en la
burguesía catalana.141
Esta forma de creación, por voluntad real, supuso que la Monarquía, en cuanto tal, gozase durante la
existencia del Reino, de una importante autoridad y prestigio, consiguiendo así una paulatina
consolidación de su poder frente al de los estamentos del Reino, apoyándose en unos u otros según las
circunstancias fuesen determinando.142
El pueblo valenciano tampoco participó en la elaboración de un derecho propio, que en aquella época
se refería fundamentalmente a los fueros locales. La Costum fue redactada por Jaime I con el concurso
de obispos y nobles, pero todavía a la manera altomedieval, es decir, recabando de ellos únicamente el
consejo. No tuvo un carácter pactado. Hay por lo tanto una falta de raíz popular en el origen del
derecho valenciano.143
Este tiene, en sus orígenes, una base erudita, frente a la popular aragonesa y sus instituciones son
tributarias del derecho aragonés, catalán y castellano. No es descabellado suponer que esta tributación
jurídica se corresponde también con una tributación espiritual o cultural, que en alguna medida influirá
en un cierto desprendimiento del pueblo valenciano respecto de sus instituciones jurídicas.144
Sin embargo el pactismo valenciano es de naturaleza muy concreta. Las leyes se consideran pactadas
cuando se realizan en Cortes y mediante contraprestación en dinero. El pacto no aparece como una idea
o como un universal, con carácter abstracto y validez general, sino como realización concreta de cada
momento. Por tanto el fuero aprobado en Cortes no se considera pacto y, por ende, impuesto al
Monarca sino en aquellos casos en los que hay una contraposición de dinero o compraventa. 146
Consecuentemente con ese pensamiento Matheu i Sanz no consideraba pactados e irrevocables los
fueros otorgados por Jaime I, pues no se concedieron en Cortes ni intervino dinero.147El monarca en
Valencia puede hacer leyes, como las pragmáticas, con tal que no sean contrarias a los fueros.148 Crespí
de Valldaura no ha intentado nunca equiparar la situación de Valencia a la de Aragón y no le reconoce
el pacto reservativo que tuvo este último Reino.149
Lalinde entiende que el hecho de que en Valencia haya existido este pactismo débil es una de las
razones que justifican el que los decretos abolicionistas de Felipe V hayan le hayan afectado más que al
resto de los países de la Corona de Aragón.150
Por su parte Pérez Puchal al ocuparse de la abolición de los fueros valencianos ha reconocido que
Valencia no tenía el sentido de la tradición tan arraigado como el de otros reinos de la Corona de
Aragón.151
146 LALINDE ABADÏA, J.: El pactismo en Aragón y Valencia, en, El pactismo en la historia de España. Madrid 1980.
Pág. 113-143
Del mismo autor, La institución virreinal en Cataluña-(1471-1716).Barcelona ,1964
147 MATHEU I SANZ, L.: Tractatus de regimine Regni Valentiae, Lyon,1704
148 VILLARROYA, J.: Apuntamientos para escribir la historia del derecho valenciano. Valencia 1840. Pág.13-14
149 CRESPI DE VALLDAURA,C.:Observaciones illustratae Decisionibus Sacre Supremi Regnii Aragonum Consilii. Lyon
1677. Observatio prima
150 LALINDE ABADIA, J.: El sistema normativo valenciano .Ob.Cit. Pág.329
151 PEREZ PUCHAL, P.: La abolición de los fueros de Valencia y la Nueva Planta,. en ,,Saetabi. XII Valencia
1962.Pag,198
54
El rasgo mas dominante que podemos observar en el Reino de Valencia ,desde sus orígenes es el de su
dualidad.152 La dualidad insoluble de la que habla Joan Fuster.153 Esta dualidad se manifiesta en varias
vertientes. Derecho aragonés y derecho valenciano. Lengua castellana y lengua catalana. Sociedad
feudal y sociedad burguesa. Sociedad cristiana y sociedad mudéjar por lo menos hasta la expulsión de
los moriscos.
El derecho catalán en Valencia no presenta problemas de dualidad. Existe una influencia de este
derecho en el núcleo originario del derecho valenciano de la costa, a través de derechos locales, que no
impiden que exista un derecho general como supletorio de los mismos, de ahí que la extensión de un
derecho general supletorio, desde el punto de vista jurídico, podía acogerse sin fricciones tal como
sucedió en Cataluña con sus Usatges, con el Liber o con las Constituciones.
El problema se seguirá arrastrando durante años hasta que en las Cortes de 1329-30, Alfonso II intenta
dar una solución, creando la llamada "jurisdicción alfonsina". Con esto se consigue moderar el
problema pero no extinguirlo de raíz, puesto que la duplicidad legislativa se prolongará hasta las Cortes
de 1626.
Tras la toma de la ciudad y después de haberse dado un derecho propio, se afianza la pretensión de
extenderlo territorialmente. Para los aragoneses que han repoblado lugares del país conforme a su
propio derecho, los fueros de Valencia suponen una limitación, en cuanto que quedarían sujetos a la
jurisdicción Real en detrimento de sus peculiaridades y prerrogativas. La victorias que la nobleza
consigue en Aragón, con el establecimiento del Justicia o el reconocimiento de sus privilegios, es lo
que intentan conseguir en Valencia.
No es por lo tanto por un ordenamiento jurídico concreto por lo que se lucha, sino por un sistema de
privilegios, de ahí que la dualidad legislativa se convierta en una lucha sorda cuya resolución no
responde a una línea recta. 155
El antagonismo entre el Rey y la nobleza feudal, creó un dualismo entre los núcleos urbanos de
repoblación catalana, sometidos a una legislación romana y burguesa, y los señoríos de la aristocracia
aragoneses. Esta situación podría mantenerse en equilibrio, pero también habría sus tiempos de crisis.
Esta circunstancia marcará la historia del país. 156
Los momentos críticos de esta historia comienzan en el los hechos de la Unión en 1287 donde el rey
juró los Privilegios de la Unión. Estos hechos enlazan con lo que anteriormente había ocurrido. Los
Reyes cuando estaban en Aragón, presionados por la nobleza, reconocían la aplicación del derecho
aragonés y cuando estaban en Valencia, lejos de la influencia aragonesa, rectificaban, anulaban estas
órdenes y procuraban una intensificación del derecho valenciano.157
La solución a esta problemática jurídica como ya hemos dicho, la intentó Alfonso II mediante la
aplicación de la denominada jurisdicción alfonsina. En ella se facultaba a los nobles caballeros y
155 ROMEU ALFARO; S: .Los fueros de Valencia y los fueros de Aragón, en Anuario de Historia del Derecho Español,
1972, XLII. Pag75-115
156 REGLÁ, J.: Aproximació… Ob. Cit. Pág. 151-155
157 ROMEU ALFARO; S:.Los fueros de Valencia y los fueros de Aragón…Ob. Cit. Pág.89
56
generosos que se sometiesen a los fueros valencianos, para comprar bienes de realengo, los cuales
serían poseídos libres y francos de toda carga o servidumbre.
Esta transacción supuso un perjuicio para legislación foral valenciana , pues si por un lado se consiguió
una mayor extensión de los fueros valencianos, por otro, estos sufrirían profundos retoques, sobre todo
en la esfera jurisdiccional, al quedar fuera de la competencia de los oficiales reales gran número de
lugares y personas .Tambien supuso la entrada en los municipios a los caballeros al disponerse que, en
la elección del justicia y jurados, pudiesen ser designados tanto caballeros como ciudadanos. Por lo
tanto, no se consiguió el triunfo del derecho valenciano, sino más bien el fortalecimiento de un
importante régimen señorial.158
. Será en las Cortes de 1626 cuando se promulgue la prohibición de alegar en poblado ó lugar alguno
del Reino de Valencia los fueros de Aragón, eliminándose, de este modo, la dualidad legislativa.
Por lo que respecta al dualismo entre sociedad feudal y sociedad burguesa hay que tener en cuenta
que ,cuando Jaime I conquista el Reino, éste se instala sobre un antiguo Reino musulmán de Valencia,
constituido sobre el territorio en el que había venido proyectándose ,anteriormente, la influencia y el
prestigio de la antigua ciudad de Valencia, ciudad romana y visigoda.
Esta circunstancia ayuda a explicar el hecho de que Valencia fuese una especie de sociedad colonial, en
donde los cristianos eran la clase dirigente. Valencia fue repoblada por aragoneses y catalanes los
cuales, a grandes trazos, habitaron las comarcas del interior los primeros, mientras que los catalanes se
instalaron más en el litoral.En general las comarcas aragonesas fueron repobladas con los fueros de
Aragón, de carácter señorial, en contraste con las comarcas del litoral que fueron repobladas en la
legislación municipal, inspirada en el derecho romano, por aquellos sectores del país donde la industria
y comercio florecía en el los núcleos urbanos.
.
Este dualismo es expresivo del antagonismo entre el Rey y la nobleza feudal, entre los núcleos urbanos
de repoblación catalana romanizada y proburguesa y los señoríos de la aristocracia aragoneses, y
explica porqué Valencia no se convirtió en un apéndice feudal, una especie de Andalucía de la Corona
de Aragón.
158 ROMEU ALFARO; S: .Los fueros de Valencia y los fueros de Aragón…Ob.Cit. Pág. 106
57
Hasta mediados de la Baja Edad Media, se mantuvo el equilibrio. La presión de la nobleza aragonesa es
neutralizada por la expansión económica de la ciudad de Valencia en contacto con el mundo musulmán
del sur. Cuando los dos elementos dejaron de neutralizarse se produciría una crisis, esto es, un
desequilibrio con el predominio de uno y la satelización del otro.
A mediados del siglo XIV, con la crisis de la Baja Edad Media, se impondría el espíritu señorial de la
aristocracia del interior del Reino de Valencia con la guerra de la Unión y ofensiva de los elementos
feudalizantes, réplica de los elementos burgueses y triunfo de Pedro el Ceremonioso. Medio siglo
después, el Compromiso de Caspe, supuso una reafirmación del mundo feudal.
A mediados del siglo XV la ciudad de Valencia se impondría a la economía catalana, por razón
de la guerra civil y el colapso económico de esta. El mundo burgués, industrial y mercantil valenciano
se expandiría respeto de una Cataluña en declive. La reacción aristocrática subsiguiente con el triunfo
del campo sobre la ciudad, supuso un nuevo desequilibrio ,con las germanías de comienzo del siglo
XVI, que practicamente ya no se restableceria por la crisis general del siglo XVII y se acentuase con la
guerra de sucesión.159
Por último no hay que olvidar la dualidad lingüistica, desde el punto de vista cultural, la mas
importante.“La consciencia,aunque sea primaria de una personalidad colectiva,necesita descansar en
una visión clara de la propia unidad, y ,por lo tanto,siente repugnancia instintiva a tomar en
consideración los factores heterogéneos que por una u otra razón,tenga que abarcar.Las divergencias de
matiz enriquecen la idea de personalidad, las disparidades esenciales la imposibilitan.Los valenciano-
catalanes,no hallan la forma de conciliar,en su personalidad unos elementos,aragoneses, castellanos ó
murcianos que les son extraños.Solo la inercia histórica hace posible la conjunción de grupos tan
disímiles.Y el tiempo solo ha creado lazos de naturaleza administrativa o económica.”160Son reflexiones
de Joan Fuster que evidencian como la dualidad cultural que, desde su fundación, se mantiene en el
territorio valenciano ,ha dificultado la conformacón de una cociencia identitaria que posibilitase un
apego y fortalecimiento de sus instituciones.
59
60