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los orígenes de la ciencia procesal

El Derecho Procesal germina al desarrollarse la idea de que no es lícito hacer justicia por propia
mano, y los conflictos entre los miembros de la agrupación deben ser sometidos a la decisión del
jefe. La noción evoluciona cuando se acepta que la autoridad debe someterse a normas previas para
administrar justicia.

En el desarrollo evolutivo del derecho procesal, aprendemos que el que nos rige tiene sus remotas
raíces en el derecho romano, en el cual se originan la mayoría de las instituciones que conocemos.
Unas pocas nos vienen del proceso germano por medio de la integración del proceso romano-
canónico que se gestó en la Edad Media. La revolución francesa trajo importantes modificaciones a
este proceso intermedio, en materia tanto civil como penal, producto de lo cual son los códigos
franceses del proceso civil de 1806 y del proceso penal (instrucción criminal) de 1808, que
constituyen los más importantes modelos de los códigos modernos y contemporáneos.
También nos enseña la historia que nuestro derecho procesal, como el de los demás países
hispanoamericanos, proviene del de España. En efecto, la metrópoli instituyó en la Colonia sus
propios tribunales y reglas procedimentales, que continuaron rigiendo después de la independencia,
y los códigos de nuestros Estados se inspiran, luego, en ellas y también en las nuevas disposiciones
de nuestra madre patria Especialmente en la Ley de Enjuiciamiento Civil (leyes de 1855 y 1881) y de
la Instrucción Criminal (ley de 1882). En todo caso debemos saber que estas leyes, sobre todo la
procesal civil, se encontraron, ya en su época, atrasadas –separándose, en muchas partes, del
régimen francés- y que ese atraso pasó a nuestros códigos. Por lo cual no es de extrañar que nuestra
legislación procesal ostente un sensible retraso con respecto a los nuevos códigos y doctrinas.

La evolución de la humanidad y el desarrollo de la conciencia en los grupos sociales por el respeto


frente a cada individuo, va opacando la idea de hacer justicia por sí mismo como método para
resolver los conflictos particulares y emerge el postulado de que la justicia exige la presencia de un
tercero imparcial para declarar el derecho; y las comunidades mejor organizadas se van percatando
de la importancia de reglamentar los conflictos que puedan suscitarse entre sus miembros, con
normas que hagan efectiva la reparación de los daños y las sanciones a las conductas ilícitas.

Se llega al desarrollo de la idea del proceso, confrontándola con otras eventuales soluciones, para
dirimir las controversias. Cada vez que se quebrante una previsión de la ley sustantiva los fines de
ésta enervan y deben buscarse una solución al conflicto.
Tres posibilidades son factibles:

a)La autotutela, o sea, la reacción directa y personal del afectado quien pretende hacer justicia por sí
mismo. Esta conducta está prohibida por la ley penal, tipificando el delito de hacer justicia por sí
mismo (Art. 270 CP).

Pero no todas las formas de autotutela están prohibidas. Hay casos excepcionales tal como la
legítima defensa de la vida o de los bienes, la defensa putativa, el estado de necesidad, en los cuales
el sujeto que causa un daño en defensa de su persona o de otro no responde ni penal ni civilmente
(artículo 65 numeral 3 del Código Penal y artículo 1188 del Código Civil); otro ejemplo, es el derecho
de retención del depositario (artículo 1774 del Código Civil).

b)La otra posibilidad es que la persona titular del derecho, renuncie a su derecho, bien sea
parcialmente a través de una transacción extrajudicial, o bien sea totalmente mediante la remisión
de la deuda.

c)La tercera solución es el proceso. Las personas optan por dirimir su conflicto ante la autoridad
judicial y quedan sometidas a su decisión. Esta es la esencia del Derecho Procesal.

Recapitulando tenemos pues, que en las inteligencias primitivas, se resolvían las controversias con la
fuerza y la violencia, mezclándose con la noción confusa de lo que era derecho. Pero la necesidad del
orden se hizo sentir y soluciones pacíficas, de mutuo avenimiento o de decisiones impuestas por la
autoridad imperante, fueron reemplazando a aquellas otras, por medio de una lenta pero constante
evolución.

La idea del derecho y el concepto de justicia fueron alcanzando con el tiempo perfil determinado en
el criterio humano. Y los primeros elementos del Derecho Procesal se destacan precisos y distintos
cuando las sociedades adquieren noción exacta de lo justo. Fue así que las asociaciones humanas
reconocen la necesidad de crear una autoridad investida del poder de hacer efectivo lo que es justo
en caso de desacuerdos, bien sea promoviendo la conciliación o sometiendo el conflicto a árbitros o
bien resolviéndolo por medio de sentencias; y lo más importante de hacer cumplir la sentencia.

El derecho viene a ser un termómetro para saber el grado de cultura de los pueblos, y ha ido
corriendo parejo con el desarrollo de las sociedades. El Derecho Procesal hubo de desarrollarse,
conforme a los intereses del hombre, hasta llegar a constituir una garantía de paz, que en manos de
los jueces les asegura a cada quien, su persona, su familia, la propiedad, la libertad, así como
cualquier otro derecho. Esta es la razón de ser del Derecho Procesal en general, que después se
convierte en Derecho Procesal Civil, en razón del objeto al cual se refiere, o sea, los asuntos
relacionados con el Derecho Civil, por oposición a otros asuntos. Y estamos en presencia del Derecho
Procesal Penal cuando se pretende hacer valer el poder punitivo del Estado; el Derecho Procesal
Administrativo, para dilucidar las diferencias entre la Administración Pública y los individuos, con
motivo de los actos administrativos de efectos particulares y de efectos generales, así como la
tramitación de las impugnaciones o recursos respectivos; el Derecho Procesal Laboral cuando se
diluciden las controversias de los trabajadores con sus patronos con motivo de la relación laboral y
del Derecho Procesal Constitucional para preservar la vigencia de los derechos y garantías
constitucionales.

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