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El documento describe la filosofía del convencionalismo, la cual acepta la construcción de sistemas de clasificación de los hechos siempre que sean coherentes, manteniendo intacto el núcleo del sistema mientras sea posible y solo cambiando los alineamientos periféricos ante anomalías. El convencionalismo no considera ningún sistema verdadero por prueba sino por convención. Las versiones revolucionarias pueden abandonar sistemas si se vuelven burdos por otros más simples.
El documento describe la filosofía del convencionalismo, la cual acepta la construcción de sistemas de clasificación de los hechos siempre que sean coherentes, manteniendo intacto el núcleo del sistema mientras sea posible y solo cambiando los alineamientos periféricos ante anomalías. El convencionalismo no considera ningún sistema verdadero por prueba sino por convención. Las versiones revolucionarias pueden abandonar sistemas si se vuelven burdos por otros más simples.
El documento describe la filosofía del convencionalismo, la cual acepta la construcción de sistemas de clasificación de los hechos siempre que sean coherentes, manteniendo intacto el núcleo del sistema mientras sea posible y solo cambiando los alineamientos periféricos ante anomalías. El convencionalismo no considera ningún sistema verdadero por prueba sino por convención. Las versiones revolucionarias pueden abandonar sistemas si se vuelven burdos por otros más simples.
( p�i 1 convencionalismo acepta la construcci�n de cualquier
sistema de casillas que organice los hechos en alg�n todo coherente^ Decide mantener intacto el n�cleo del sistema de casillas mientras sea posible: cuando se presentan dificultades a cuenta de una invasi�n de anomal�as, s�lo cambia y complica los alineamientos perif�ricos. Sin embargofel convencionalismo no considera ning�n sistema de casillas verdadero por prueba, sino s�lo ^erdadero por convenci�n' (o incluso, ni verdadero ni falso)p En las ramas revolucionarias del convencionalismo no hay obligaci�n de adherirse para siempre a un determinado sistema de casillas: puede abandonarse- si deviene intolerablemente burdo y si se propone otro m�s simple que lo reemplace" La versi�n del convencionalismo es epistemol�gicamente, y en particular l�gicamente, mucho m�s simple que el inductivismo: en �l V no hay necesidad de inferencias inductivas v�lidas. El aut�n- 'tico progreso de la ciencia es acumulativo y tiene lugar en el terreno uniforme de los hechos 'comprobados''''; los cambios a nivel te�rico son meramente instrumentales. El 'progreso' te�rico es solamente de conveniencia ('simplicidad'), y no ata�e al contenido de verdad''. Desde luego el " Para el motivo de esta denominaci�n de convencionalismo revolucionario, ver mi (1970), pp. 105-6 y 187-9 " Examino aqu� principalmente s�lo una versi�n del convencionalismo revolucionario, la que AGASSI, en su (1966), ha llamado 'no-compleja': aquella que supone que las proposiciones faxstuailes �a diferencia de los sistemas de casillas� pueden ser 'probadas' (DUHEM, i>or ejemplo, no se�ala claramente la distinci�n entre hechos y proposiciones tactuales). " EB importante observar que la mayor parte de los convencionalisitas son reacios a abandonar las generall�saciDnes inductivas, distinguen entre 'nivel de hechos' y 'nivel de leyes' (i.e. genetrailzaciones inductivas a partir de 'hechos') y 'nivel de teor�as' (o de sistemas de casillas) los cuales olasifican convenientemente los hechos y las leyes. (WHEWELL, convencionajllsta conservador, y D�HEM, convencionalista revolucionarlo, difie^ren menos de lo que gener 18 IHRE LAKATOS convencionalismo revolucionario se puede tambi�n introducir en el nivel de las proposiciones 'factuales', en cuyo caso se aceptar�an proposiciones factuales por decisi�n m�s bien que por medio de 'pruebas' experimentales. Pero entonces, si el convencionalista ha de mantener la idea de que el desarrollo de la ciencia 'factual' tiene algo que ver con la verdad objetiva y factual, debe idear alg�n principio metaf�sico para imponerlo a sus reglas de juego de la ciencia i*. Si no lo hace, no podr� escapar al escepticismo o, al menos, a alguna forma radical de instrumentalismo. (Es importante clarificar la^ relaci�n entre el convencionalismo y el instrument�lismd^l convencionalismo descansa sobre el reconocimiento de que supuestos falsos pueden tener consecuencias verdaderas y, por tanto, falsas teor�as pueden tener un gran valor predictive Los convencionalistas tuvieron que afrontar el problema de comparar teor�as rivales falsas. La mayor parte de ellas encubren verdad entre sus signos y establecen como fimdamento propio alguna versi�n de la teor�a pragm�tica de la verdad. Pue la teor�a de POPPER sobre el contenido de verdad, verosimilitud, y corroboraci�n la que finalmente sent� las bases de una versi�n del convencionalismo filos�ficamente impecable. Por otra parte algunos convencionalistas no pose�an la suficiente formaci�n l�gica para darse cuenta de que algunas proposiciones pueden ser a la vez verdaderas y no-probadas, y que proposiciones falsas tengan consecuencias verdaderas, e incluso que algunas sean ambas cosas: falsas y aproximadamente verdaderas. ^* Tales principios meta��sioos pueden denominarse 'principios inductivos'. Para un 'pirlnclpio inductivo' que �toscamente hablando� haga de los 'grados de corroboraci�n' de POPPER (una evaluiad�n coixvencionailista) la medida de verosimilitud, seg�n POPPER (contenido de verdad menos contenido de falsedad), ver mi (1968a), pp. 390-408 y (1971a), p. 2. (Otro 'principio inductivo' ampliamente extendido puede �orniulanse como sigue: �Lo que el grupo cient�fico, formado por expertos, decida aceptar como 'verdad', es verdad�.) HISTORIA DE LA CIENCIA 19 Este tipo de gente opt� por el 'instrumentalismo': llegaron a considerar las teor�as no como verdaderas o falsas sino meramente como 'instrumentos' de predicci�n. El convencionalismo, tal como lo hemos definido aqu�, es una postura filos�ficamente correcta; el instrumentalismo constituye una degeneraci�n del mismo, que se basa en luia simple confusi�n filos�fica producida a su vez por ima penuria de competencia l�gica elemental.) El convencionalismo revolucionario surgi� como la filosof�a de la ciencia de los bergsonianos: libre arbitrio y creatividad fueron sus slogans. El c�digo de honor cient�fico del convencionalista es menos riguroso que el del inductivista: no pone en entredicho la especulaci�n no comprobada, y acepta un sistema de casillas que est� construido sobre una idea imaginaria. Adem�s el convencionalista no califica como acient�ficos los sistemas abandonados: el convencionalismo ve en la historia real de la ciencia mucha m�s racionalidad ('interna') que el inductivista. Para el historiador convencionalista, los mayores descubrir�ientos son primordialmente las invenciones de nuevos y m�s simples sistemas de casillas) En consecuencia los est� comparando constantemente en busca de simplicidad: las complicaciones de los sistemas de casillas y su reemplazo revolucionario por otros m�s simples constituyen la m�dula de su historia interna. Para el convencionalista, el ejemplo paradigm�tico de una revoluci�n cient�fica es la revoluci�n coperniCana". Tamtai^ se han realizado esfuerzos para mostrar que las " La mayor parte de exposiciones hist�ricas sobre la revoluci�n copernicana est�n escritas desde el punto de vista convencionalista. Algunos defienden que la teor�a de Cop�mlco fue una 'generalizaci�n inductiva' a partir de ciertos 'descubrimientos factuales'; o que fue jyropuesta como una teor�a audaa ilara reemplazar la teor�a de Ptolomeo que hab�a sido 'refutada' por adg�n c�lebre experimento 'crucial'. Paras un examen m�is amplio de la historiograf�a de la revoluci�a �opemlcama, cf. mi (1971b). 20 IMRE LAKATOS revoluciones de LAVOISIER y de EINSTEIN fueron sustituciones, de complicadas teor�as por otras m�s simples. I La historiograf�a convencional�sta no puede ofrecer una ej^licaci�n racional de por qu� determinados hechos fueron seleccionados con preferencia a otros p de por qu� fueron aceptados ciertos sistemas de casillas particulares en lugar de otros, en una �poca en la que sus relativos m�ritos todav�a eran discutibles. De este modo el convencionalismo, como el inductivismo, es compatible con varios programas emp�rico-externos diferentes. Por �ltimo, el historiador convencional�sta, al igual que su colega inductivista, tropieza frecuentemente con el problema de la 'falsa conciencia'. Seg�n el convencionalismo es una 'cuesti�n de hecho' el que, por ejemplo, los grandes cient�ficos Uegen a sus teor�as por medio de los vuelos de su imaginaci�n. �Entonces por qu� afirman los cient�ficos que hacen derivar sus teor�as de los hechos? La reconstrucci�n racional del convencional�sta difiere casi siempre de la propia reconstrucci�n de los grandes cient�ficos �el historiador convencional�sta traspasa los problemas de falsa conciencia al historiador externalista �'.
CHITARRONI, H (2008) La Ciencia Como Forma de Conocer, Qué Es Investigar: Producción de Conocimientos. Ciencia Como Producto y Como Proceso. Criterios de Verdad en Ciencias