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CIENCIA
DE LA
ADMINI5TRACION
Traducci6n, adaptación y prólogo de
EDICIONES RIALP, S. A.
MADRID, 1961
Título original:
Elementi di Scienza dell'A mministrazione.
(Casa Editrice Dott. A. Giuffre, Milán, 1960.)
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Todos los derechos reservados para todos los países de habla española
por EDICIONES RIALP, S. A.-Preciados, 44.-MÁDRID
EL CAMPO DE LA CIENCIA
DE LA ADMINI5TRACION
2
CAPITULO 1
l. Introducción
2 Charles A. BBAIID, Public Policy and General Wel/are, New York, 1941,
página 148 y sigs.; véase también, del mismo autor, el interesante artículo
The Role 01 Administration in Government, en "The Work Unit in Federal
Administration", Chicago, 1937, pág. 3.
28 EL CAMPO DE LA CIENCIA DE LA ADMINI5TRACION
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.seos colectivos de todos los países de la tierra se hacen cada vez más
\ idénticos, índice seguro de la universalidad de los problemas de la
\ administración pública. Sobre este presupuesto y sobre la fuerte
\necesidad que existe de formar personas especializadas, capaces de
tusar de manera racional los medios de la acción administrativa, se
I apoya la universalidad de la Ciencia de la Administración.
EVOLUCION DE LOS ESTUDIOS ADMINISTRATIVOS 31
ley fundamental y perpetua de la vida de los estados que "abre los horizontes
a la Ciencia de la Administración y define las funciones del Estado moderno"
(véase RAVA, op, cit.).
11 Cfr. Giovanni GIANQUINTO. Prelezioni al corso di scienza della Pubblica
A mministrasione, Florencia, 1876; Wautrin CAVAGNARI, Saggio sulla scienza
dell'amministrazione, Turin, 1882; Luigi MIRAGLIA, La scienza dell'amminis:
trazione e il diritto amministrativo (en "Atti della Regia Accademia di Scienze
rnorali e politiche", Nápoles, 1883, 17, págs. 1-38); Dornenico GIURA, Intro-
duzione allo studio del1a scienza dell'amministrazione, Bolonia, 1895; C. F. FE-
RRARIS, Saggio statistico e Scienza dell'amministrazione, Turin, 1880; Attilio
BRUNIALTI, La scienza della Pubblica Amministrazione, Turin, 1897.
12 Cfr. V. E. ORLANDO, Diritto amministrativo e scienza dell'amministra-
zi.one ~en "Archiv~o Giuridíco", 28, pág. 5 Y sigs.); Principi di diritto ammi-
ntstrativo, Florencia, 1915; U. BORSI L'unita didattica del diritto amministra-
tivo e della scienza dell'amministrazio~e, Nápoles 1906' L. MEUCCI lnstituzioni
di diritto amministrativo, Turin, 1909' A. PIms'UTTI Principi fondamentali dt
scienza deTfamministrazione, Milán, 19'10. '
-
EVOLUCION DE LOS ESTUDIOS ADMINISTRATIVOS 39
***
Por caInillos distintos, y a través de cOJlcepc:iones_~ªreIl~sms:,me \
diversas, el 'movimiento de pensamiento en la evolución d~ la cien- \:
Cía administrativa en todo el mundo determina necesidades.comu- J
nes. Por todas partes se siente la necesi<Iadde~h'~er'-~ásr~ciona1, 1,.
~s eficaz, más adecuada a las exigencias colectivas la acción admi- y
nistrativa; por todas partes se reconoce la necesidad de formar los
cuadros administrativos, con vistas a una mayor y más calificada
profesionalidad de los funcionarios públicos; por todas partes se
reconoce la necesidad de estudiar la Ciencia de la Administración,
superando las limitadas miras del siglo pasado, y limpiar el campo
de todos los prejuicios de orden dogmático y tradicional. Si en Euro-
pa los estudios jurídicos pueden haber obstaculizado y viciado en
parte los estudios administrativos, en los Estados Unidos es el prag-
matismo el que puede haber exagerado la visión empírica del fenó-
meno. He aquí por qué, inmediatamente después de la guerra, la
crítica se ha hecho cada vez más intensa y la necesidad de un acerca-
miento entre la tradición europea y la norteamericana se hace por
ambas partes evidente por la utilidad recíproca que puede derivarse
de ello. La experiencia adquirida por las escuelas estadounidenses y
británicas, especialmente en el plano de la investigación y de la ense-
ñanza, favorece el desarrollo de la Ciencia de la Administración no
4
50 EL CAMPO DE LA CIENCIA DE LA ADMINISTRACION
l. Introducción
hecho, si los tres informes pudiesen, por una mágica virtud) fusio-
narse de forma que constituyesen uno solo, es muy posible que se
adquiriese un conocimiento más completo y profundo del fenómeno.
Pero no basta lógicamente esta hipotética y mágica intervención para
adquirir la verdad del fenómeno en cuestión.
También en nuestra materia es lógico encontrar la existencia de
muchas perspectivas, a través de las cuales la administración pública
ha sido y es estudiada. Ello no significa que los diversos puntos de
vista deban ser necesariamente opuestos entre sí; al contrario, 10
que intentaremos en este capítulo es acercar entre sí las distintas
direcciones de pensamiento, con la pretensión-quizá excesivamente
ambiciosa desde el punto de vista científico, pero muy útil desde el
didáctico--de alcanzar una única dirección.
Históricamente aparece bastante claro que la materia de la ad-
ministración en general, y de la pública en particular, ha pasado por
distintas fases de pensamiento, diversas entre sí y con perspecti-
vas distintas.
En un sentido más amplio, estas diversas fases del estudio de
la administración reflejan el curso de la historia del propio pensa-
miento humano. Es un hecho cierto el que la existencia de co-
rrientes de pensamiento diversas entre sí es común en muchos
fenómenos sociales, esto es, se encuentran en muchos campos del sa-
ber humano y terminan por resultar una visión casi microcósmica del
tema general del pensamiento de toda la sociedad. Es un hecho
este particularmente significativo en la época en que vivimos, en
un período que presenta los síntomas característicos de un profundo
cambio del pensamiento filosófico social.
Repasando la literatura administrativa estadounidense, por ejem-
plo, es fácil notar que la actual concepción de los estudios es dife-
rente de la que existía en 1930, o de las corrientes de pensamiento
de 1900, las cuales, a su vez, se distinguían ya mucho respecto de
los primeros movimientos de estudio de la administración, formados
hacia la mitad del siglo XIX.
Respetando, sin embargo, en los límites de lo posible esta exi-
gencia histórica de marcar las fases más salientes del pensamiento
humano, advertimos que no tenemos ninguna intención de exami-
nar todas las escuelas de pensamiento que se han demostrado im-
portantes para el estudio de la ciencia administrativa. Nos ha pare-
CONCEPCIONES Y ESCUELAS 55
2. La concepción jurídica
3. La concepción productivista
--
CONCEPCIONES Y ESCUELAS 79.
5. La concepción política
6· La concepción psicosociológica
LA ADMINISTRACION PUBLICA
EN SU AMBIENTE SOCIAL Y POLITlCO
l. Introducción
río italiano. Otro ejemplo reciente de la eficacia del factor que dis-
cutimos sobre la actividad administrativa se deduce de la polémica
surgida en Italia a renglón seguido de algunos lamentables accidentes
ferroviarios debidos al particular sistema de pasos a nivel, además
de a la imprudencia o impericia de las personas responsables, la cam-
paña que se ha seguido ha impuesto al Ministerio de los Transportes
la solución inmediata del problema de renovar las actuales estruc-
turas técnicas en uso para los ferrocarriles, tal vez con menoscabo
de otras actividades emprendidas entre tanto, como, por ejemplo,
la electrificación de algunos nudos ferroviarios. Pero el más elocuen-
te ejemplo de calamidad, provisto de significado universal, es quizá
la guerra; el último conflicto mundial nos ha probado cuánta infíuen-
cia puede tener este doloroso acontecimiento en al posguerra inme-
diata, caracterizada por una larga serie de innovaciones y transfor-
maciones sobre el plano tecnológico, sobre el plano éticosocial,
sobre el plano de la asistencia social, sobre el de la prevención de
eventuales conflictos ulteriores. La Historia nos dice, en resumidas
cuentas, cuán radical ha sido el cambio de ciertas concepciones polí-
ticas, sociales y económicas, a continuación de la conocida crisis esta-
dounidense de 1929; no sin razón seafirma que la filosofía del New
Deal constituye-al menos por lo que respecta a los fines de la ad-
ministración pública de los Estados Unidos-la muerte del libera-
lismo puro y el nacimiento de nuevas funciones administrativas que,
antes de la crisis, se habrían considerado en abierto contraste con la
serie de valores que inspiraba la política económica y social de aque-
lla nación. E incluso a través de episodios menos importantes es
posible reconocer la influencia de las calamidades sobre la política
administrativa pública: hace pocos años, un incendio ocurrido en
un club nocturno, que causó numerosas víctimas, abrió el camino a
la obra de reforma-sobre el plano internacional-de los medios de
prevención contra incendios para los locales de espectáculo público.
Lo mismo puede decirse del nuevo reglamento de prevención contra
los accidentes de trabajo, aplicado en Italia hace algunos años bajo
el empuje de una larga y dolorosa serie de desgracias que afectaron
profundamente a la opinión pública.
* * *
El elenco antedicho no tiene la pretensión de ser completo y
preciso, porque otras muchas categorías de factores se presentan
entre sí superpuestas; sin embargo, sugiere a título indicativo al-
gunas de las más relevantes fuerzas sociales que imprimen carácter
dinámico a la organización relativa y a sus institutos. No puede sor-
prender, por consiguiente, si los criterios de gobierno y modos de
administrar sufren un continuo proceso de renovación.
Quien se pone a observar tal proceso no puede por menos que
notar la carencia de una cierta uniformidad y regularidad en las re-
formas sociales. Algunos sectores parecen, de hecho, estar en un
estado de continua agitación, otros manifiestan mayor lentitud en
esta obra de renovación, otros, por fin, parecen estáticos o comple-
tamente indiferentes y resistentes a cualquier transformación. El
cuadro que aparece al observador-si pudiésemos, en hipótesis, abs-
traer la escena social de su continuo devenir y pararla en un deter-
minado momento-es una mezcla de viejo y de nuevo, de estable y
de transitorio, de permanente y de temporal. Las ciudades italianas,
incluso para el turista más superficial, son un ejemplo bastante vivo
de tal contraste: a una periferia donde aglomerados urbanos y esta-
blecimientos industriales hablan el lenguaje de la moderna estética
124 EL CAMPO DE LA CIENCIA DE LA ADMINI5TRACION
4. Política y administración
ción, Casi todos los procesos políticos citados antes parecen hoy
basarse sobre la estructura administrativa del país, y, por consi-
guiente, sobre la colaboración y participación activa de los órganos
administrativos. Ello es debido, en parte, al hecho de que la evolu-
ción social puede predecirse fácilmente-y no solo en sus líneas
esenciales-por los órganos administrativos, por las razones indi-
cadas en los parágrafos precedentes; pero es asimismo debido al
hecho de que el progreso tecnológico y .la creciente complejidad
de la vida social requieren conocimientos técnicos especializados
y hacen que los órganos administrativos sean instrumentos indis-
pensables para la recogida de informaciones necesarias para preci-
sar el alcance y el carácter de las distintas instancias sociales, y
para la redacción de planes operativos a discutirse y aprobarse suce-
sivamente. Los políticos, a semejanza de los ciudadanos, pueden
difícilmente, y con los solos medios de que disponen, anticipar con
exactitud los efectos potenciales del Mercado Común europeo sobre
el precio de determinados productos o las consecuencias de deter-
minados convenios internacionales. Políticos y ciudadanos deben,
por consiguiente, contar con la asistencia técnica especializada, donde-
quiera que esté disponible. Y, a tal respecto, la función consultiva
del administrador público es casi exclusiva y desarrollada en con-
diciones de monopolio casi absoluto, si se piensa en la posición
estratégica de que goza, por su estrecha relación bien sea con la
naturaleza del problema o con los medios administrativos nece-
sarios para su solución.
El ejecutivo se sirve continuamente de la administración públi-
ca para obtener informaciones y sugerencias; el legislador cuenta
con ambos; la entera colectividad descansa sobre sus instituciones
políticas. Pero es fácil individuar, en toda esta cadena, el punto
clave de la entera organización política en su devenir y en su operar.
Entre los procedimientos políticos antes indicados, aquellos en
que la administración pública y sus cuadros están íntimamente liga-
dos y casi siempre llamados a participar, pueden resumirse en las
tres clases siguientes: procedimientos legislativos concernientes a
la producción de normas jurídicas y a la aprobación de los presu-
puestos; procedimientos que conciernen a las relaciones entre direc-
ción política del gobierno, de una parte, y ministerios y sus cuadros,
de otra; y, en fin, procedimientos dictados por las relaciones entre
136 EL CAMPO DE LA CIENCiA DE LA ADMINI5TRACION
Quizá una de las diferencias más visibles entre los dos sectores
está en el carácter tutelar de la administración pública sobre la
privada, carácter que se manifiesta según distintos grados de inten-
sidad de país a país, encontrando-al menos en los estados de base
democrática-la propia justificaci6n en el hecho de que la inicia-
tiva privada cuenta con la actividad de coordinación y promoci6n
del gobierno, dentro de los límites constitucionales-se entiende-
del respeto de dicha libertad.
Sin embargo, si se quiere distinguir la actividad administrativa
pública de la privada, no es suficiente analizar la posición que una
asuma respecto de la otra. Es necesario buscarla en los caracteres
típicos de la funci6n desenvuelta por cada sector.
Caracteres distintivos de la actividad administrativa pública son,
según ApPLEBY 3, la amplitud del radio de acci6n, la medida de
responsabilidad, el contenido político de los actos ejecutados. Aña-
dimos nosotros que, a causa de la serie de valores netamente dis-
tinguibles en su naturaleza y alcance, la administraci6n pública en-
cuentra en el hecho una individualidad propia, distinta de la que
se presenta en la actividad privada; y si el procedimiento adminis-
trativo se entrevé como relación entre medios y fines, no hay
duda que la semejanza entre los dos tipos de administraci6n es
posible solo cuando para un mismo fin se hayan empleado medios
sustancialmente análogos; 10 que no constituye la regla, en la rea-
lidad de los hechos.
Es cierto, por otra parte, que la administraci6n pública puede
obtener ventajas en el acoger y adaptar a sus esquemas algunos de
los métodos en uso en la empresa privada; pero es igualmente
cierto 10 contrario 4. Existe, en todo caso, una diferencia intrínseca
ESTRUCTURA DE LA ORGANIZACION
ADMINISTRATIVA
11>
CAPITULO IV
l. Organización y sociedad
to, etc. Todos estos elementos juegan 'su parte cuando el sujeto se
dispone a medir los valores de cambio de cada una de las alter-
nativas, de tal modo que una elección de este género es extrema-
damente subjetiva, reflejando las características de la personalidad
del sujeto, de sus ideas sociales, etc. Nuestra hipótesis puede adap-
tarse, por tanto, de forma que absorba tales factores, pero se arriesga
a perder, haciéndolo así, la simplicidad que le es propia.
Se podría objetar que, en determinados casos, la libre elección
falta totalmente, como sucede cuando un muchacho está obligado
a ir a la escuela o un joven debe cumplir con las obligaciones del
servicio militar. Por otra parte, incluso en estos supuestos es igual-
mente posible ver un mínimo de elección, si bien la alternativa
pueda resultar menos atrayente; en este sentido, el muchacho po-
dría optar por un correccional, como supuesto diferente a la de la
asistencia a la escuela y el joven escoger la cárcel para no ser reclu-
tado por el Ejército. La relación entre prestación y contrapresta-
ción, entre dar y recibir, puede, por consiguiente, existir incluso
en los casos más extremos (si bien no son interesantes para nues-
tra investigación, que quiere limitarse a la conducta individual de
aquellos que desean entrar en una organización administrativa). Los
casos extremos que acabamos de explicar, sin embargo, nos sirven
para subrayar el escaso relieve de una valoración exclusivamente
cuantitativa, entre el dar y el recibir en cada una de las situacio-
nes que se ofrecen al sujeto. Sin contar, además, que para nuestro
análisis no es tanto la relación entre estos dos términos 10 que nos
interesa como la confrontación entre los valores de cambio, tal
como 10 hace el sujeto en cada una de las alternativas.
Una vez que el individuo ha decidido entrar en la organización,
nuestra hipótesis prevé la persistencia de esta relación, de conve-
niencia subjetiva, resultante de la confrontación entre el valor de
cambio, que se refiere a la situación experimentada por el sujeto y
los valores atribuidos, siempre por el sujeto, a las situaciones u
oportunidades existentes para él fuera de la organización. Se puede,
por consiguiente, afirmar. que el mismo criterio en base al cual el
individuo ha decidido entrar en la organización le sirve para aban-
donarla. A este propósito, conviene resaltar la posición de relativa
ventaja que asumen los valores de cambio respecto a la situación
que el sujeto experimenta en el momento actual, en relación con
NATURALEZA Y TENDENCIAS COMUNES 169
Planning - Programación.
Organizing - Organización.
Staffing - Selección y reclutamiento de personal.
Directing - Dirección o mando.
Coordinating - Coordinación.
Reporting - Redacción de rapports y actividad informativa.
Budgeting - Balance (más exactamente actividad presupuestaria).
,,"
NATURALEZA Y TENDENCIAS COMUNES 119
Ingreses
Público o
clientela espec,
influencia
ORGANlZACION
ADMINISTRATIVA
(dir=ióD)
'"trabaiO"""-I ___
Fuentes de aprovisionamiento
Personal
J
b) EL SISTEMA DE COORDINACIÓN Y DE COMUNICACIóN.-Se ha
visto que para que. una organización pueda existir, es necesario que
NATURALEZA Y TENDENCIAS COMUNES 181
* * *
La exposición que acabamos de hacer de la función directiva,
según una terna de categorías, se aparta un tanto de otras definicio-
nes, pero respeta su contenido. La torta, en suma, se reparte de
manera distinta, respecto a como lo hace GULICK en su POSOCORB,.
pero se trata siempre de la misma torta.
La función que GULICK llama de budgeting o de presupuesto,
se refleja en cada una de las tres categorías anteriores en aspectos.
más o menos diversos. La organización estructural si bien es vital
para la función de coordinación, es también un aspecto importante
de las otras dos categorías; ella, en efecto, se concibe con dificul-
tad si se hace abstracción del fin de la organización. En resumen,
un plan organizativo que se dirija a los aspectos estructurales del
ente es, en sí mismo, una forma de presentar y definir un cierto'
objetivo. Análogamente, la estructura organizativa es un elemento'
esencial a considerar en el intento de asegurarse la necesaria apor-
tación de energías humanas. Los dos capítulos siguientes están dedi-
cados a un análisis de los dos tipos principales de la organización
administrativa, el tipo vertical (jerárquico) y el horizontal (división
del trabajo). A estos seguirá una exposición sobre la actividad auxi-
liar y sobre los aspectos de ella que más interesan a la función del
administrar. Los tres capítulos siguientes, pues, constituyen un aná-
lisis de cuanto se ha dicho hasta aquí, a propósito de la organiza-
ción en general y de la administrativa en particular: el aspecto ho-
rizontal constituye el tipo de organización funcional, que utiliza la
especialización como remedio a la complejidad del fenómeno admi-
nistrativo; el aspecto vertical constituye el tipo de organización je-
rárquica (la más antigua quizá), a la que es necesario recurrir para
mantener la coordinación entre las diversas funciones o especializa-
ciones. A estos dos aspectos clásicos de la organización administra-
tiva hemos añadido un tercero (que podría llamarse función de los
dos primeros), en el cual reconocemos un tertius genus organiza-
tivo llamado jerárquico-funcional, que a grosso modo corresponde
al binomio, tan popular en la literatura administrativa anglosajona>
de line amistaff, de actividad operativa y actividad auxiliar.
CAPITULO V
l. Introducción
los más bajos. Por ejemplo, cuando un gobierno crea una oficina
central de contabilidad para atender a las necesidades de cada una
de sus administraciones sobre esta materia, la institución que nace
está organizada según procedimiento, con el fin de lograr el má-
ximo de las ventajas de la especialización en el campo de la conta-
bilidad a nivel administrativo nacional. Sería, asimismo, organiza-
ción según procedimiento, una oficina que preste un cierto tipo de
servicio técnico, como el de la construcción y mantenimiento de las
instalaciones de las oficinas operativas que están organizadas según
el fin. De esta forma, un Ministerio de Obras Públicas se dedicaría
a la realización de obras fundamentales, para la consecución de cier-
tos fines, sin tener ninguna responsabilidad directa por cada uno
de dichos fines, v. gr., escuelas para llevar a cabo los programas de
enseñanza pública, carreteras para transportes, pantanos para la pro-
visión de agua, edificios públicos para las oficinas gubernativas, etc,
Por ello, lo que en realidad mantendría unido al Ministerio de
Obras Públicas, sería, por consiguiente, el procedimiento. Ahora
bien, un procedimiento es, en muy raras ocasiones, el fin último de
una organización administrativa.
La organización según procedimiento que funciona al lado de
organizaciones según el fin, crea, sin embargo, problemas de natu-
raleza directiva. Sucede, a menudo, que una sección establecida en
base al procedimiento tiende a debilitar su relación con el fin úl-
timo dé la organización, y'cuanto más lejana se encuentra-en tér""
minos de distancia organizativa-de las secciones que están encar-
gadas de la realización de los fines últimos del organismo, tanto más
difícil resulta la coordinación con estos últimos. Al personal de una
sección organizada según procedimiento, el único fin último que le
interesa es el de la perfección del propio procedimiento y alguna
vez sucede que los fines últimos de la organización se olvidan, o in-
cluso se ignoran, al querer alcanzar una perfección abstracta del
procedimiento, sin tener en cuenta que al cambiar al personal de
su trabajo anterior, en el que estaban en constante relación con los
fines últimos y generales de la organización, provoca un alejamien-
to y un desinterés por los mismos, deprimiendo su moral y hacien-
dodnsígnífícante y sin interés su trabajo, 10 que determina, con fre-
cuencia, problemas humanos dentro de toda la organización.
Finalmente, la creación de organismos según procedimiento jun-
ORGANIZACION HORIZONTAL 233
l. Introducción
en el caso de una acción de guerra, puede ser tan amplia que com-
prenda toda posible e hipotizable orden recibida. El mismo grupo,
examinado en tiempo de paz, presenta zonas de indiferencia con-
siderablemente más restringidas. Las sanciones serán más graves
ante una violación de la autoridad en tiempo de guerra y se esta-
blecerán mayores recompensas para quien obedece, con el fin de
determinar la más sensible variación en dicha zona. En cuanto a
las variaciones entre los individuos, son muy pronunciadas y cons-
tituyen objeto de atentos estudios por parte de la psicología. Algu-
nos son obedientes por naturaleza, humildes, ansiosos de obedecer
a la autoridad; sus respectivas zonas de indiferencia o aceptación
son, pues, muy amplias. Otros, en cambio, son más independientes,
más inclinados a pensar con su cabeza, y por ello presentan zonas de
aceptación potencialmente pequeñas. En la mayor parte de los or-
ganismos administrativos modernos. (donde se hace uso de técnicas
selectivas del personal), se intenta hoy día equilibrar estos dos
extremos, reclutando individuos que se encuentren a medio ca-
mino. Pero, a pesar de esto, cualquier organización presenta casi
invariablemente una escala de distintas reacciones individuales ante
la autoridad.
El administrador tiende a ampliar cada vez más la zona de in-
diferencia de sus subordinados hacia la autoridad organizativa. Esto
se refleja en parte en las directrices que se refieren al reclutamien-
to y a la selección del personal, en los programas de adiestramiento,
concebidos para inculcar en la mente de los adiestrados un mayor
grado de comprensión y aceptación del fin organizativo, en la po-
lítica de las retribuciones y en todo 10 que respecta a los beneficios
accesorios, por medio de los cuales estimula a cada uno de los em-
pleados a permanecer en la organización y a identificarse cada vez
más con las directrices de esta última. Esta tendencia ha sido, ade-
más, evidenciada por los recientes programas de adiestramiento
para el personal directivo, donde la importancia de dar órdenes e
instrucciones fácilmente comprensibles al subordinado se resalta
continuamente.
Se puede decir que una de las reglas generalmente aceptadas
para la conducta administrativa directiva es la de evitar, en interés
de la misma función directiva, dar órdenes que se sabe casi con
certeza queino serán obedecidas. Esto supone que el administra-
ORGANIZACION VERTICAL 251
las tres pueden usarse, y de hecho así sucede, en una misma orga-
nización. La primera de ellas es la que busca la organización estruc-
turada según el principio de unidad de mando; la segunda se ha
llamado (según la concepción de la escuela taylorista) de la super-
visión múltiple o funcional; la tercera forma, la más reciente, es la
que se denomina de supervisión doble.
La idea de la unidad de mando es una de las más antiguas y
respetadas entre los llamados principios o criterios de organización.
Tuvo su origen probablemente dentro de los primeros organismos
militares y se encuentra aún hoy día respetada, en las organizaciones
donde la pirámide jerárquica se presente, a grosso modo perfecta.
La unidad de mando deriva del .mismo proceso de división de las
responsabilidades a que hemos aludido antes. Una persona distri-
buye y delega las propias responsabilidades a otros, los cuales son
llamados a responder de ellas. Responsabilidad y autoridad no son
susceptibles de división ulterior. La unidad de mando, por consi-
guiente, se expresa de manera muy simple con la afirmación de
que cada persona, en cada nivel organizativo, tiene un solo jefe.
Resultan evidentes las ventajas de simplicidad y de claridad, tanto
para los individuos que forman parte de la organización como para
los terceros extraños a ella. Casi todos los organismos clásicos se
conciben en base al principio de unidad de mando. Pero, como ve-
remos más adelante, esta simplicidad es un espejismo producido
por la realidad operativa. De hecho, poquísimas organizaciones de
naturaleza compleja, que actúen en una sociedad asimismo com-
pleja, pueden recurrir, con facilidad, a una versión integral del
principio de unidad de mando. En realidad, poquísimos entes ad-
ministrativos trabajan efectivamente de la forma indicada en los
organigramas formales.
El segundo modelo o tipo de organización vertical, el llamado
de supervisión múltiple, 10 concibió e introdujo por primera vez
el padre de la organización científica del trabajo, Federico TAYLOR.
T AYLOR partió de dos premisas fundamentales: la primera, que en
toda organización de trabajo los supervisores debían conocer el
trabajo en todos sus aspectos, tanto cuanto (y preferiblemente más
de cuanto) fuese la experiencia profesional dé cada uno de los tra-
bajadores. De hecho, TAYLOR. lamentaba que los equipos de traba-
jadores pudiesen conocer mejor que sus directos superiores 10 que
ORGANIZACION VERTICAL 257
GRAFICO 2
Supervisión múltiple
DDDDDDOO
--_ --_ ........... \ I ,,/ »> __ - -
jefes de
equipo
- - - - - - - ...... \ 1,'" -,"" ~ _ -
-------~ .....
O O O O O O O O 0- o-o-o O O O O O O O O
" ,~~~:--...- o empleados
GRAFICO 3
Supervisión doble
GRAFICO 4
- I ' .. '.-
._·r
-' -'------'
'I'-'-'~"~~~r I
I I
I I
I I
LA ORGANIZAClON. DE LA FUNCION
CONSULTIVA y AUXILIAR
ción dispondrá, lo mismo que sus análogos (se habla de los italia-
nos), de una dirección de asuntos generales y de personal. El esta-
blecimiento de una nueva organización lleva a seguir la estructura
de los órganos consultivos y auxiliares de organismos ya existentes,
sin que se deba averiguar antes cuáles son las necesidades efectivas
que legitiman la existencia de las oficinas auxiliares. Nuestra expo-
sición, por consiguiente, tiene un mero valor histórico-descriptivo.
ción, además del trabajo que ya tenían asignado, o bien puede tra-
tarse de individuos que no pertenecen a la administración y que
-al asumir dicha función consultiva-eontinúan sin formar parte
de ella. La característica principal de este tipo de oficina se encuen-
tra en la presunción de su escasa duración. Una vez que el estudio
se ha llevado a cabo, se supone que esta oficina establecida para la
ejecución del mismo se suprimirá. Normalmente, sin embargo, su-
cede que se asignan a estas oficinas otros encargos para estudiar
nuevos problemas accesorios a aquel estudiado y, alguna vez, se da
el caso de que lleguen a establecerse como instituciones permanen-
tes del organismo. En esta hipótesis, evidentemente, cesan de ser ofi-
cinas ad hoe y dejan de pertenecer a esta clasificación.
1-------
I
DIrector o Jete -----,
I
I 1
Relaclo-
nes Pá-
bUcas
(UnIdades operaUvas)
Aó62J Ó
PROCEDIMIENTO DE LA ORGANIZACION
ADMINISTRATIVA
CAPITULO VIII
EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
l. Introducción
2. El modelo lineal
Fases Consideracto~
Fases Corisider-acíonea
1. Estado de necesidad.
2. Valoración de la necesidad.
3. Objetivo a alcanzar.
4. Proyección necesaria.
5. Organización a disposición.
6. Decisión adoptada.
7. Instrumentación correspondiente.
8. Ejecución.
9. Efectos o resultados.
10. Valoración de los resultados.
OBJETIVO ADMINISTRATIVO
PrograJnación de las actividades Programación estr-uctural
PROGRAMACION y SU PROCEDIMIENTO
l. Elementos de la programación
.-
316 PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS
2. El procedimiento de programación
t
I probación de
resultados.
1 probaci6n de
resultados.
decisión decisi6n
t t
instrumentación instrumentación
t t
ejecución ejecución
t t
efecto. efecto.
Fases Descripción
1. Inicio de la programación el momento en que de la previsron
o constatación de una necesidad
o problema, de la aceptación de
un nuevo fin o del surgir de nuevas
circunstancias y condiciones, se da
curso al procedimiento.
2. Determinación de los objetivos ... para resolver el problema o satisfa-
cer la necesidad; el objetivo pue-
de comportar factores cuantitativos,
cualitativos, de lugar, de tiempo, de
costo, etc.
3. Investigación................ .. . .. o recogida de informaciones y datos
relevantes del pasado y presente, con
referencia a elementos de predicción
futura.
4. Análisis. .. .. . .. . ... ... ... ... ... o bien organización de tales datos in-
fonn'ativos y utilización de los dis-
tintos instrumentos de análisis, cuan-
do sean aplicables (análisis estadís-
tico, matemático, etc.).
5. Elaboración... ... ... ... ... ... . .. de un programa o varios programas
alternativos, en los que se compren-
dan las respectivas previsiones sobre
las consecuencias probables de cada
uno.
6. Ensayo o revisión ... ... ... ... ... del programa o programas alternati-
vos bien mediante ejecución concre-
ta ~n período de prueba o mediante
prueba por campos o con la revi-
sión y valoración a juicio ~e otros.
7. Reelaboración ............... sobre la base de las observaciones re-
cogidas en la fase de ensayo o re-
visión.
8. Propuesta ... ... ... .. . .. . ... consistente en la oferta concreta he-
cha a la persona u órgano respon-
sable de la decisión para la adop-
ción de tal programa; esta fase
comprende la redacción de memo-
rias, la presentación oral del pro-
grama y de sus aspectos esenciales,
la elaboración de gráficos y otros
... instrumentos idóneos para evidenciar
Decisión los méritos del mismo, etc.
dente, sino que puede constituir una cómoda excusa para justificar
la ausencia de una idónea programación. Proyectar una presa en un
río sin tomar en consideración los numerosos aspectos hidrográficos
de él y los posibles usos del agua de la presa constituye, sin duda,
un modo de programar demasiado improvisado.
Aun aceptando, sin embargo, el fundamento de tales objeciones,
resulta inevitable en algunos sectores el recurso a la programación
para cada uno de los problemas, a medida que se presentan al ad-
ministrador; sería absurdo pretender conocer o hipotizar con anti-
cipación todos los eventuales problemas que en materia de política
exterior podrían surgir a un gobierno que actuase bajo el principio
de la autodeterminación o el de la neutralidad. Y más ingenuo sería
aún el pretender determinar con anticipación la acción a desarrollar
si o cuando tales problemas surgen. Pero tratar un específico pro-
blema o un caso particular no es, por otra parte, programar. Para
que tal procedimiento pueda merecer el título de programación son
dos los requisitos mínimos que debe poseer. El primero, que cada
problema o caso sea de naturaleza suficientemente relevante como
para constituir un útil precedente para casos o problemas futuros;
ello impone la existencia de un criterio general que oriente tales ca-
sos semejantes hacia un único fin lógico, una especie de obligación
hacia el stare decisis apreciable en algunos comportamientos de los
jueces anglosajones. Debe, además, existir un sistema y un método
de clasificación (implícito o explícito) de los casos o problemas sin-
gulares, de modo que los futuros puedan encontrar fácilmente su
relación lógica con aquellos ya pasados y pertenecientes a la misma
clase y categoría. Debe, en fin, existir un eficiente sistema de archi-
vo y de comunicación de las decisiones relativas a los casos concretos.
El segundo requisito de carácter general para conferir justamente
al procedimiento indicado el título de programación es que, en el
curso de la formación de una decisión que se refiere a un problema
concreto, la persona ocupada en la programación considere tal pro-
blema no solo por los méritos y los defectos que contiene, sino como
instancia representativa de una serie potencial o actual de casos
análogos, en otras palabras, de una categoría de problemas substan-
cíalmente idénticos para los que la acción en curso revista carácter
de precedente de un cierto valor.
22
338 PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS
3. Predicción y probabilismo
tos que esta producirá en relación con otras acciones puestas en eje-
cución por el mismo órgano o por órganos diversos; es aquí donde
la predicción se hace verdaderamente comprometida.
B
: SIstema :
.--__--, y, prE'd~¿lones ""- I
COMUNICACION
y PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
SuMARIO: 1. Introducción.-2. Significado y objetivos del
sistema de comunicación.-3. Fases y medios del proceso
de comunicación.-4. Comunicación y estructura organiza-
tiva.-5. Comunicación y su influencia sobre el comporta-
miento administrativo.--6. Conclusiones.
l. Introducción
lisis, del contenido del mensaje, que a su vez queda influido por la
medida en que el fin último es conocido y por el grado mayor o me-
nor de relación que el mensaje manifiesta respecto al fin al que va
instrumentalmente dirigido; ello debe ser además considerado en re-
lación a la situación-ya conocida-en que se encuentra el que re-
cibe, en sus aspectos potenciales y concretos. Después debe hacerse
un particular examen de la opinión que el que recibe tiene del trans-
mitente, de su capacidad de mando, de los atributos de competencia
específica que éste posee, de la estima personal que se haya creado
en el ambiente y en particular de la que goza para el que recibe, etc.
Y, por fin, debe tenerse en cuenta la consideración que el que recibe
es inclinado a hacer del contenido del mensaje, en relación a los
atributos de autoridad objetiva en él reflejados o directamente ex-
presados.
Estos son los factores que condicionan la influencia de la co-
municación. Pero no se descuida el hecho de que, si bien la persona
humana manifiesta una innata aptitud para aprender, y por consi-
guiente para percibir una comunicación, otros factores subjetivos y
organizativos intervienen (y no ciertamente de modo positivo) en
el realizar, en una medida más bien que en otra la función que la
comunicación se propone. Bastaría pensar, por ejemplo, el papel que
juega-no solo en el proceso espontáneo o informal de la comu-
nicación-la motivación individual cuando expresamente se evita
el transmitir una información por temor de desagradables consecuen-
cias a la propia persona; esto sucede de manera especial en las co-
municaciones dirigidas de abajo arriba, para las que una informa-
ción tendrá vía libre solo cuando ella no perjudica la posición de
quien la transmite, o cuando resulta evidente que el que ha de reci-
birla tendrá noticia por otro conducto; o bien, cuando es indispen-
sable al que recibe para desarrollar las funciones que le han sido
confiadas y de las cuales debe responder en vía jerárquica. Pero
se podría decir casi 10 mismo de las comunicaciones que van desde
19 alto hacia abajo, o de aquellas que discurren por vías laterales.
En todo caso el conocimiento analítico de los factores indicados
antes (problema arduo de acuerdo con la dificultad de aislar un fac-
tor de otro, por estar íntimamente ligados) puede facilitar la función
integradora de la comunicación. A través de un análisis de tal na-
COMUNICACION 397
6. Conclusiones
• Kenneth
York. BoULDING, The Organizational Revolution, Harper, 1953, New
1
PrC88, Dwigbt
1956.
WALDO, Perspectives on Administration, University of Alabama
CAPITULO XII
EL PRESUPUESTO Y SU PROCEDIMIENTO
l. Introducción
.
"
CAPITULO XIII
1. Introducción
informen. Son estas razones administrativas las que nos han permi-
tido examinar algunos presupuestos fundamentales del programa
e incluso algunas características típicas del mismo. Conseguido esto,
cualquier discusión sobre los medios adquiriría carácter de detalle,
tanto más si se piensa que cualquier medio (además de aquellos
tradicionales y comunes a cualquier servicio informativo o divulga-
dor), puede resultar útil, para quien conozca su uso, con vistas a los
fines inmediatos que se pretende alcanzar.
PARTE CUARTA
EL EMPLEO PUBLICO
CAPITULO XIV
l. Introducción
2. Evolución histórica
I
EVOLUCION DEL EMPLEO PUBLICO 443
..
~ . q$e~~ los xnediqs mej9re8 para ellOgtQ"~aque1.ideal
450 EMPLEO PUBLICO
l. Introducción
2. El sistema de carrera
3. Sistemas alternativos
l. Introducción
sobre todo, resaltar la suma de los atributos subjetivos, las dotes per-
sonales de aquel que debe ejercer funciones de guía y de control en
el trabajo de los demás. Esta suma de atributos concurre a formar la
personalidad directiva y a imprimir en la conciencia del sujeto al-
gunas actitudes y cualidades, sin las cuales cualquier atributo for-
mal de poder está destinado a tener muy poco éxito en el ámbito
de la organización. La capacidad de mando tan espléndidamente
resumida en el término anglosajón leadership, es un concepto muy
difícil de fijar en una definición que refleje todos sus aspectos ca-
racterísticos, permitiendo percibir su significado exacto. Estudiosos
de psicología industrial, se han preocupado de buscar una adecuada
respuesta a la pregunta dirigida a conocer el significado de lea-
dership, pero no lo han logrado aún en forma satisfactoria; si bien
pudiendo afirmar que tal atributo de la personalidad humana con-
cierne a una capacidad subjetiva de mantener unidas a varias
personas en la consecución de un objetivo, a través de la adecuada
combinación de factores subjetivos y extrasubjetivos, relativos en
todo caso a la psicología humana.
Es un hecho cierto que la aptitud para el mando, aun sin con-
siderarse innata al individuo, y, por tanto, pudiendo adquirirse me-
diante la práctica y la experiencia, reside, sin embargo, en gran
parte en el sujeto y se manifiesta solamente cuando las circunstan-
cias objetivas así 10 permiten, ya se trate de una organización y
de su escala jerárquica, o bien de situaciones de emergencia en las
que la guía de los demás constituye, para quien es capaz, un deber,
aparte de una oportunidad que se le ofrece para manifestar unas
cualidades escondidas hasta entonces.
Entre las aptitudes y capacidades personales del dirigente, o de
cualquiera que tenga funciones de supervisión, es necesario recor-
dar las siguientes: la capacidad de organizar, que es como decir la
capacidad para delegar funciones y responsabilidades, para hacer
claros los encargos que no 10 son a primera vista y para evitar es-
fuerzos innecesarios; la capacidad de seleccionar el personal ade-
cuado y de formarlo para las diferentes necesidades del presente
y-dentro de los límites de 10 posible-del futuro; la capacidad
mediante la cual saca rápidas conclusiones de los hechos, decide
en el momento oportuno y somete a revisión crítica sus propias de-
RELACIONES HUMANAS 525
EL ESTUDIO DE LA CIENCIA
DE LA ADMINISTRACION
CAPITULO XVIII
vidad social no empieza cada día desde el principio, sino que, por
el contrario, progresa continuamente en base a las experiencias y
conocimientos acumulados en el pasado. En tal sentido, la prueba
evidente de los magníficos resultados obtenidos por las ciencias so-
ciales, nos 10 ofrece la complejidad de la vida moderna, complejidad
que busca una organización en la que pueda desarrollarse mejor la
actividad de cooperación. Ahora bien, continúa el autor, mientras
nosotros admiramos los resultados de las ciencias exactas, dema-
siado a menudo infravaloramos e, incluso, ignoramos los milagros
llevados a cabo en el plano de la organización humana. Bastaría
confrontar el ambiente social en el que el hombre moderno trabaja,
con la experiencia de las sociedades primitivas, respecto de la física,
la química, etc. Si el hombre moderno está en situación de percibir
todo esto, gracias al milagro de su organización social, la distinción
entre ciencias sociales y ciencias naturales es muy artificiosa, ya
que las unas no pueden progresar sin las otras, y a las innovaciones
de las unas contribuyen, en gran medida, las de las otras.
La moderna balística, los intentos actuales de realizar viajes espa-
ciales, son, sin duda, una prueba de 10 avanzado de nuestros cono-
cimientos físicos; pero constituyen, además, la prueba más elo-
cuente de 10 adelantado de las ciencias sociales, que han permitido
la organización de empresas tan colosales.
Podríamos continuar con la discusión, pero no es este el
sitio más adecuado para promoverla. Juzgamos que, para los fines
didácticos que el texto se propone, la cuestión acerca del contenido
científico de la Ciencia de la Administración es un tanto superflua.
Pensamos, por otra parte, haber demostrado, a 10 largo de los ca-
pítulos anteriores, que la materia tiene un contenido científico, aun-
que sus postulados provengan de una concepción más amplia, como,
por ejemplo, la de una ciencia de la organización.
Junto a la controversia universalmente conocida acerca del ca-
rácter de ciencia o de arte de la administración, aparece otra dispu-
ta que merece recordarse por el interés que tiene para los países
europeos, donde la tradición jurídica de los estudios administrati-
vos ha tenido mayor relieve. Se trata de la cuestión del uso del
término ciencia administrativa, o del de ciencias administrativas.
El término en plural, capaz de recoger bajo una sola expresión toda
536 CIENCIA DE LA ADMINISTRACION
los cuales nos dicen que una elección o decisión administrativa será
tanto más racional y eficaz cuanto más pueda madurarse y adoptarse
en aquel punto de la organización en el que se dispone de mayor
experiencia específica. El principio de unidad de mando se redimen-
siona, pero el resultado que de él obtenemos es bastante relativo;
si dos mandos están en conflicto entre sí, el subordinado tiene la
obligación de respetar uno solo, el de aquel que tiene el poder de
aplicar sanciones al subordinado. Ahora bien, semejante criterio
resuelve solo problemas administrativos marginales y no ofrece un
camino seguro para la consecución de la tan suspirada eficiencia ad-
ministrativa. Esta última, se dice además, es inversamente propor-
cional a la amplitud de la esfera de control; ahora bien, si es verdad
que disminuyendo la esfera de control o de competencia de cada
individuo, se deriva una mayor eficiencia para la organización, ello
contradice otro principio administrativo, según el cual, si se quiere
aumentar el grado de eficiencia de un organismo, es necesario redu-
cir al mínimo indispensable el número de los niveles organizativos,
a través de los que un problema ha de pasar antes de ser resuelto
definitivamente.
Las consideraciones expuestas hasta ahora requerirían un trata-
miento más amplio, 10 que no es posible en este lugar. Preferimos
recomendar el texto de Herbert SIMON 5, exponiendo a título de
conclusión 10 que el citado autor juzga que constituye el estado ac-
tual de la teoría administrativa. Esta, dice, se encuentra en un im-
passe en el cual corre el peligro de permanecer mutilada para siem-
pre. El error consiste en haber considerado como principios 10 que
eran solamente criterios de descripción o diagnósticos de situaciones
administrativas. El problema no es el de destruir dichos criterios,
sino más bien el de cómo revalorizarlos frente a la realidad admi-
nistrativa, para descubrir, en caso de incompatibilidad entre ellos,
de qué forma estos proverbios de administración pueden emplearse
útilmente.
6. Conclusiones
HOMANS, George C.: The Human Group, New York, Harcourt Brace, 1950
BIBLlOGRAFIA 569
SABJNE, George H.: Storia delle dottrine politiche, Milán, Comunitá, 1953.
SIMON, Herbert A.: Jl comportamento amministrativo, Bolonia, 11 Mulino,
1958.
SIMON, SMITHSBURGH y ThOMPSON: Public Administration, New York, Knopf,
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SMITHIES, Arthur: The Budgetary Process in the United States, New York,
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SPlNETTI, Silvano G.: Le Relazioni Pubbliche nella P. A., Roma, Istituto Stu-
di sul Lavoro, 1957.
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1956.
STEIN, Harold (Ed.): Public Administration and Policy Development (A case
book), New York, Hareourt Brace, 1952.
REVISTAS
Admtntstrative Science Quarterly, a cargo de la School of Busines Admín,
Cornell University, Ithaca, New York, U. S. A. (cuatrimestral).
Advanced Management, a cargo de la Society for Advanced Management,
New York n, New York, U. S. A. (mensual).
American Political Science Review, a cargo de la American Political Scien-
ce Association, New York, U. S. A. (cuatrimestral).
American Sociological Review, a cargo de la American Sociological Society,
New York U. S. A. (bimensual).
Amministrazione civile, revista de estudios y política administrativa, Roma,
Via Arcione, 71 (mensual).
Behavioral Science, preparado por el Mental Health Research Institute, Uni-
versity of Michigan, Ann Arbor, Michigan (cuatrimestral).
Burocrazia, revista de actualidad política y administativa, Roma, Via Gaeta, 16
(mensual).
Capo (11), revista para jefes intermedios, Milán, Angeli ed., Via Senato, 19
(mensual).
Fattore umano, revista de dirección empresarial, Milán, Via Parini, 3, a cargo
del Instituto Addestramento Industria (bimensual).
Homo Faber, revista a cargo de la Rassegna internazionale del lavoro e de1-
l'istruzione, ed. FIli. Palombi, Via dei Gracchi, 181, Roma (mensual).
Human Relations, revista de estudios para la integración de las ciencias so-
ciales, 2 Beaumont Street, Londres W. 1, Engl. (cuatrimestral).
Management Review, a cargo de la American Management Association, Times
Square, New York (mensua!).
Management Science, a cargo del Institute of Management Sciences, New York
cuatrimestral).
Manager (The), a cargo del British Institute of Management, Management
House, 80, Fetter Lane E. C. 4, Londres (mensual).
572 CIENCIA DE LA ADMINISTRACION
PRÓLOGO , , . 9
PARTE PRIMERA
PARTE SEGUNDA
PARlE lERCERA
1. Introducción......... .., ... ... ... ... ... ... ... ... 400
2. Actividad de programación y preparación del presupuesto... 406
3. El procedimiento de preparación del presupuesto 410
a) Previsión de los gastos... .., ... .. , 411
b) Previsión e integración administrativa , 412
e) Presentación, discusión y aprobación del presupuesto en
el parlamento ... ", ..... , .. , " , , 413
d) Ejecución del presupuesto... 413
e) Revisión final de cuentas.. , .., 414
4. Evolución contemporánea de la actividad presupuestaria:
presupuesto funcional ... ... ", ... ... ... ... ... ... 414
1. Introducción...... ... ... ... ." ... ", ." ... ... ... ... 420
2. Aspectos técnicos de la actividad de "relaciones públicas",». 425
576 INDICE
PARTE CUARTA
EL EMPLEO PUBLICO
PARTE QUINTA
BIBLIOGRAFÍA , . 567
ESTE LIBRO SE TERMINO DE IMPRIMIR
EN "SELECCIONES GRAFICAS", MADRID,
EL DlA 16 DE ocrusas DE 1961.