Universidad Nacional de Mar del Plata - Facultad de Humanidades - Departamento de
Historia
Historia Americana General, Pre- Independiente
Primer Parcial
Alumna: Casco, Daniela Soledad
DNI/Matricula: 36331903
Fecha de entrega: martes 8 de octubre
Desarrolle las siguientes consignas en una extensión total no superior a las doce (12) carillas: 1.- Analice y confronte las siguientes afirmaciones de T. Todorov y S. Gruzinski sobre la conquista europea de Mesoamérica: “El comportamiento semiótico de Cortés es característico de su lugar y de su época. En sí, el lenguaje no es un instrumento unívoco: sirve tanto para la integración en el seno de la comunidad como para la manipulación del otro. Pero Moctezuma otorga la primacía a la primera función y Cortés a la segunda”. (Todorov, T., La Conquista de América. La cuestión del Otro, Siglo XXI, México, 1992, p. 135.) “Hemos de considerar; por tanto, los mestizajes americanos como un esfuerzo de recomposición de un universo pulverizado y, a la vez, como una adecuación local a los nuevos marcos impuestos por los conquistadores. Estos dos movimientos son inseparables”. (Gruzinski, S., El pensamiento mestizo, Paidós, Barcelona, 2000, p. 110.) 2.- Compare la primera fase de la conquista y colonización castellana de América con la experiencia portuguesa en función de la interrelación de al menos dos de las siguientes variables a su elección: Sociedades indígenas - Conquistadores/ colonos - Corona - Iglesia. 3.- Explique el marco histórico en el que se inscriben los siguientes fragmentos de fuentes documentales, considerando la relación entre: reformas toledanas, minería, integración del espacio económico y estrategias andinas. “[…] conseguir el fin que todos pretendemos, que es librarlas de la tiranía de sus caciques, y que sepan los días que han de servir a ellos y a sus encomenderos, para que todo el tiempo que les quedare fuera de los setenta días ya dichos, sepan que ha de ser para si mesmos, y que lo que ganaren es suyo, y sepan que es tener cosa propia, para que se inclinen a trabaxar, y dexarlos en su libertad es enseñarles a trabaxar, pues les conviene tanto para aprender la pulicia y ser hombres. No es quitarles su libertad hacer que trabaxen […]”. (Fragmento de Matienzo, Juan de, Gobierno del Perú, con todas las cosas pertenecientes a él y a su historia, 1567). “Y es cosa maravillosa que, en comensando a labrar las minas es tanta la riqueza// que se descubre, que espanta y admira. Y a mi, mucho más ver la ceguera de este padre y obispo de Chiapa tuvo en condenar el sacar riquezas y minas, poniendo orden y medios como ahora se hace, porque bien considerando ¿qué quiere decir el aver puesto Dios a estos indios tan miserables en las almas, y tan desamparados de Dios, tan ynabiles y bestias en unos Reynos tan grandes y valles y tierras tan deleitosas y tan llenas de riquezas de minas de oro i plata y otros muchos metales? Y esto, no como quiera, sino que todas estas montañas están llenas dello, y tierras ay en las casas y en los campos y adonde quiera esta la tierra mesclada con polvo de oro. ¿Qué significa esto? Sino que ubo Dios estos gentiles miserables y con nosotros como sea un padre que tiene dos hijas: la una mui blanca, mui discreta y llena de gracias y donaires, la otra mui fea, lagañosa, tonta y bestial […]”. (Fragmento del Anónimo de Yucay, Dominio de los Ingas en el Peri y del que su Magestad tiene en dichos Reynos, 1571). “[…] Iten mando dichas chacaras hombradas Ocovaya y Copachullpa se den a Bonifacio Guarache y a Juan Guarache mis hijos naturales y la chacara de Quisñapo y Cachacacha se den y dexo a Ignacio y Francisco Guarache, asimismo mis hijos naturales y a Don Diego Guarache dejo la chacara y haziendas de Haza en el valle de Cavari, para que las gosen con la bendición de Dios y la mia con calidad que los dichos mis hijos no las puedan vender ni enagenar y el que tratara de vender la parte de chacara que tuviera conforme ba declarado a de perder y pierda el derecho a ellas y entre y vuelva al tronco de los demás vienes y herederos porque para en este casso los dejo por modo de vincuyo (tic) y que si acaso faltaren y no tuvieren hijos dentren los demás hermanos y herederos legitimos porque asi es mi voluntad; pues el motivo que tengo para dejarles las dichas chacaras a los dichos mis hijos naturales es porque están sujetos a los enteros de la mita en que no ay duda que padeseran siendo capitales de la dicha mita y sus suplementos como también en los de la tassa, que con esto y trabajando como hombres de bien que asi se lo encargo atendiendo lo primero al servicio de Dios guardando su santa Ley y siendo muy observantes de sus mandamientos divinos y muy devotos de la Serenissima Reyna de los Angeles Santa María Madre de Nuestro Señor Jesuchristo en quien confíen tener muy buen acierto en todos los sucesos y casos que tuvieren y les subrevinieren; como en la lealtad y puntualidad de acudir como buenos vasallos al Rey Nuestro Señor tendrán muy felices aumentos en sus haziendas.” (Fragmento del Testamento de Gabriel Fernández Guarache, Potosí 1673) 1. En cuanto a la conquista, Todorov afirma que ese éxito obedeció fundamentalmente a la convicción europea de su superioridad cultural. Esto permitió a los colonizadores desarrollar una gran capacidad de adaptabilidad, de entendimiento de los signos del Otro, de comunicación de sus propios signos al Otro, y de convergencia en los aspectos pragmáticos que la Conquista incluía: otra vez, la certidumbre en la necesidad de asimilar al indígena. La capacidad de adaptación de los españoles puede apreciarse en el primer encuentro entre Cortés y los mensajeros de Moctezuma. Posteriormente, Cortés entendió y tomó ventaja de la estructura política y religiosa de los aztecas, y se adaptó a ella. Se habla de una asimilación obligatoria de la cultura, desde el relato de cómo van surgiendo las relaciones entre indígenas y españoles, se muestra como la relación de Hernán Cortés con los indígenas se da en esta lógica de poder. Gruzinski, por su parte, ahonda en los mestizajes, y como ambos sectores, el indígena y el español, estaban determinados a preservar limpia o pura su descendencia, mostrando de forma bilateral como, tanto Atahualpa como los reyes de Castilla pretendían mantener sus descendencias libres de intromisión sanguínea o mestizaje entre ambos bandos. E necesario aclarar que estos mestizajes, y la idea de recomposición se van a dar en un contexto de caos por la conquista de América es por eso, que se va a hablar de “choque de la conquista” porque no solo intenta rescatar la perturbación causada en la cultura indígena sino también, aquella que le fue propia a los españoles. Si bien la conquista fue un enfrentamiento de ambas partes, no lo explicaría como un enfrentamiento bélico tradicional en el sentido de intencional sino más bien por adaptación a las circunstancias, para sobrevivir a la perturbación de ese “choque”. Además, la conquista no significó solamente una guerra entre civilizaciones diferentes, sino que existió un conflicto cotidiano en la comunicación entre los grupos.
2. No fue fácil, para españoles y portugueses, la conquista del Nuevo Mundo. Al
menos durante un siglo hubo luchas y enfrentamientos entre los ejércitos europeos y los indígenas. En el caso de España, se puede decir que la colonización se caracterizó desde un principio por el mestizaje. La población europea se mezcló con los indígenas americanos y la población traída de África. El mestizaje no impidió que la sociedad colonial tuviera una estructura claramente racial con la población blanca en la cúspide social. La experiencia española comienza con la expedición de Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492 a las Antillas. Posteriormente, se fue explorando y estableciendo nuevas colonias, primero en las Antillas, y luego en “tierra firme”. Aquí es cuando surge la discusión con Portugal por los derechos de expansión. Fue necesaria la intervención del Papa Alejandro VI, por medio de la Bula Inter Caetera en 1493 para que ambas Coronas llegaran a un acuerdo. Luego del conflicto, hay dos momentos que son los más importantes en el proceso de conquista, y son la invasión del imperio Azteca por Hernán Cortés entre 1519 y 1521, y la del Imperio Inca por Francisco Pizarro entre 1532 y 1533. Antes de la llegada de Hernán Cortés, los españoles habían realizado dos expediciones a México sin que ninguna fuera exitosa. Como todos sabemos, el principal factor histórico en aquella época era la minería. Así es que una vez agotados los recursos naturales de las Antillas, Los conquistadores españoles iniciaron exploración de tierras nuevas. En 1519, Hernán Cortés llegó a México y durante los tres años siguientes tenía guerras tanto con los aztecas como con sus enemigos compatriotas para finalmente en 1921 triunfó en ambas con la subyugación de los indios y la rendición de otros conquistadores de Cuba. Después de la caída de los aztecas México pasó una época de anarquía con la gobernación muy floja de Hernán Cortés y de los gobernantes que dejó cuando él mismo realizaba nuevas conquistas, hasta en 1935 vino a México el primer virrey Antonio de Mendoza. Francisco Pizarro llega en un primer momento a lo que hoy es Panamá. Pizarro es un hidalgo venido a menos, un noble descendiente, pero dada la situación precaria en la que España se encontraba, estos hidalgos son los que van a encabezar las conquistas, en búsqueda de las fortunas que no pudieron conseguir en España. Luego de todo esto, van a llegar los llamados encomenderos, la encomienda era una institución de inspiración feudal que establecía la servidumbre a los señores a cambio de la protección que éstos brindaban a los siervos. En la América colonial, la encomienda de una comunidad de indios se entregaba a los españoles como recompensa de sus servicios prestados a la corona. La encomienda, en principio, no implicaba nada más que la concesión por parte de la corona de los tributos y trabajo del indio, ya que los indígenas encomendados eran libres y la encomienda era una posesión inalienable e intransferible, y no una propiedad. Al morir los encomenderos las encomiendas debían volver al monarca. Sin embargo, en la práctica, la encomienda se transformó en un sistema de explotación y control de los indígenas por los colonos encomenderos. Debido a la presión laboral, la mala alimentación y las terribles epidemias que sufrió la población indígena, la encomienda terminó por destruir gran parte de la mano de obra nativa. Estos encomenderos van a acumular cada vez más poder y riqueza, por lo que en un momento se van a enfrentar a la Corona, por lo cual el rey ante la amenaza por sobre su poder va realizar lo que conocemos como Reformas Toledanas en 1571, encabezadas por el virrey Toledo. Lo que va a hacer como medida principal es terminar la encomienda. En Francia, a comienzos del siglo XVII, Samuel de Champlain exploró la desembocadura del río San Lorenzo y las costas de Acadia hasta fundar, en 1608, la primera ciudad francesa bautizada con el nombre de Quebec, con esto dio inicio a la colonización francesa en América. Se llevó a cabo durante el reinado de Francisco I, cuando trataron de ocupar partes de Canadá y Florida. Fue sólo en suelo canadiense, cuando no fue posible establecer algunas colonias que sufrieron las dificultades naturales de la región y la falta de patrocinio estatal. La participación de Francia en el proceso de colonización de las Américas tuvo lugar al final en relación con las naciones ibéricas. Este retraso es por lo general vinculado a la falta de interés del Estado para llevar a cabo un programa de expansión en el extranjero y los desacuerdos constantes entre la Corona y la burguesía. Entre los siglos XVI y XVII, los intentos de ocupar áreas de la colonización ibérica fueron duramente increpados. Al mismo tiempo, desde los primeros años de la colonización portuguesa, los franceses también llegaron a la costa brasileña con el fin de pasar de contrabando de madera, plantas y animales. Con el estallido de la Guerra de los Siete Años (1756 – 1763) el proyecto francés colonial sufrió un duro golpe al tener que ceder parte de sus dominios a Inglaterra. Con el fin del conflicto, establecida con la firma del Tratado de París (1763), Francia reconoció la derrota y cedió una parte de las Antillas francesas, la región al este del río Mississippi, la colonia de Quebec y la región de Louisiana. En Inglaterra, la incursión inglesa en los procesos de colonización americano tiene características significativamente diferentes con respecto a la experiencia colonial portuguesa o española. Una de las características principales es el proceso tardío de colonización, ya que los primeros inmigrantes de lo que ahora es Estados Unidos atravesaron el Atlántico mucho tiempo después de que los españoles hubieran establecido sus primeras colonias en el resto del continente americano. Es recién bajo el reinado de Isabel I de Inglaterra cuando Gran Bretaña entra en la economía mercantil bajo un gran proceso de adquisición y construcción de barcos y rutas comerciales y, junto con esto, se trató de llevar a cabo la colonización de la región de América del Norte con las expediciones de Walter Raleigh. Estas expediciones fracasaron y recién en 1607 se fundó la colonia en Virginia. Es recién ahí que las expediciones cobran poder en el contexto de una sociedad violenta, en plena tensión debido a dos importantes sucesos: el de una política británica en el que se expulsó a pequeños agricultores de sus propiedades, lo que obligaba a buscar otras oportunidades en el Nuevo Mundo; y además, los conflictos religiosos que se apoderaron de Inglaterra después de la Reforma Anglicana, que impulsó también la inmigración de puritanos ingleses para América. Las colonias que se fueron formando, eran autosuficientes y estaban provistas de una salida propia al mar. Llegaron a ser entidades individuales y separadas una con la otra. Pero, a pesar de todo, se presentaban problemas de comercio, navegación, manufactura o moneda comúnmente que hicieron necesario un reglamento en común, que más adelante darían paso a la Federación. A contraposición de la colonización de otros países, la emigración hacia el Nuevo Mundo no estaba patrocinada por el reinado, sino que era por grupos de ciudadanos particulares cuyo único motivo principal era lucrar. 3. El marco histórico en el que se inscriben los fragmentos, cabe destacar el objetivo que tenían los españoles, que era el de desestructurar la sociedad inca, y el agente que va a mediar entre la Corona y los incas va a ser el curaca, que es el cacique. Los españoles van a “comprar” al curaca, y éste último lo que va a hacer es coaccionar su propia aldea donde va a asignar los puestos de trabajos del clan local. El objetivo de los colonizadores españoles fue desde un principio la explotación económica del territorio conquistado y la cristianización de los indios. Las violencias del proceso de conquista dieron lugar a un vivo debate en España. Finalmente se llega a una “certeza” de que los indígenas son una especie de menores de edad y la Corona es la encargada de ser tutores de ellos por medio del evangelio. Esto también viene de la mano de lo que se llama “extirpaciones de idolatrías” llevada a cabo por la Corona con el objetivo principal de una conformación en el orden y la sociedad colonial, y lo que se hizo fue extirpar cualquier dios, ídolo o personificación a la cual se le rinda tributo por parte de éstos nativos, y van a obligar, por medio de la evangelización, que el único culto que tengan que rendir, sea únicamente a Dios. Por otra parte, el análisis de los testamentos de las elites nativas coloniales ha recibido importantes avances en los últimos años, uno de los rasgos que caracterizaron el proceso de transformación de las autoridades nativas durante el período colonial fue la incorporación de pautas culturales propias del mundo hispánico. La memoria genealógica era eminentemente oral, la situación abierta por el dominio colonial implicó la incorporación de la escritura, sus soportes específicos y un nuevo conjunto de prácticas asociadas. En su calidad de escritura pública, los testamentos de los caciques coloniales constituyen verdaderas ventanas de acceso al conjunto de sus relaciones y redes personales y familiares, y si bien la voz del testador se halla mediada por notarios y escribanos, la intencionalidad manifiesta de cifrar y delinear una memoria genealógica da cuenta de una práctica de “apropiación del signo”. Hacia fines del siglo XVI, y a partir de la implementación de las reformas toledanas, quedaron establecidos tres criterios básicos para acceder al cargo de “cacique principal y gobernador”: cristiandad, heredabilidad y habilidad. Del mismo modo que las probanzas de méritos y servicios, los testamentos pueden ser leídos como un alegato autolegitimador por parte del testador. En una misma pieza escrita, el “buen cacique colonial” reafirmaba sus convicciones en la fe católica, propugnaba su observancia entre sus súbditos y su difusión a través de las disposiciones testamentarias, conjuraba cualquier atisbo de prácticas “idolátricas”, establecía una o más líneas de ascendencia a través de la memoria genealógica, delimitaba su propio núcleo familiar al distribuir su patrimonio y se mostraba como diestro conocedor de los vericuetos del sistema colonial.