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ISSN: 0185-3716
del Fondo de Cultura Económica
Ciudades
Bogotá, Bruselas, Buenos Aires, Ciudad de México,
Hong Kong, La Habana, Lisboa, Madrid, Palermo, París,
Pompeya, Sevilla, Veracruz
➜Sumario
SUMARIO
JULIO, 2002
del Fondo de Cultura Económica
EFRAÍN HUERTA: Juárez-Loreto • 3
JAIME GARCÍA TERRÉS: Nuestra ciudad • 4
DIRECTORA
Consuelo Sáizar Guerrero GUILLERMO CABRERA INFANTE: La casa
de las transfiguraciones • 5
EDITOR R. H. MORENO DURÁN: De la Arcadia a la ciudad • 7
Francisco Hinojosa EDUARDO LIZALDE: Ciudades • 12
FERNANDO PESSOA: Lisbon Revisited (1926) • 11
CONSEJO LAURENCE STERNE: Otro viaje sentimental • 13
DE REDACCIÓN JOSÉ EMILIO PACHECO: Cuatro ciudades • 15
Adolfo Castañón, LEÓN ROZITCHNER: Mi Buenos Aires querida • 16
Joaquín Díez-Canedo Flores, RENATO LEDUC: París • 18
Mario Enrique Figueroa, ALFONSO REYES: Urbanismo en general • 19
Daniel Goldin, JULIÁN MEZA: Palermo • 20
Lorena E. Hernández, CONSTANTINOS CAVAFIS: La ciudad • 22
Jorge Ruiz Dueñas
CLAUDIA HERNÁNDEZ DE VALLE-ARIZPE: Bruselas • 23
ARGENTINA: Alejandro Katz
COLOMBIA: Juan Camilo Sierra NICOLÁS GUILLÉN: Habana • 24
ESPAÑA: María Luisa Capella, MARCO ANTONIO CAMPOS: Modigliani en Montmartre
Héctor Subirats y Montparnasse • 25
PERÚ: Germán Carnero EUGENIO D’ORS: Madrid • 26
JORGE ARTURO OJEDA: Hong Kong • 27
REDACCIÓN
Marco Antonio Pulido
DISEÑO, TIPOGRAFÍA
Y PRODUCCIÓN
elδorado
Snark Editores, S. A. de C. V.
IMPRESIÓN
Impresora y Encuadernadora
Progreso, S. A. de C. V.
La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es una publicación
mensual editada por el Fondo de Cultura Económica, con domici-
lio en Carretera Picacho-Ajusco 227, Colonia Bosques del Pedre-
gal, Delegación Tlalpan, Distrito Federal, México. Editor responsable: ‹ ‹ ILUSTRACIONES HISTORIA DE LA ARQUITECTURA
TOMADAS DEL LIBRO
Francisco Hinojosa. Certificado de Licitud de Título número 8635 y de
Licitud de Contenido número 6080, expedidos por la Comisión Califi-
Y EL URBANISMO MEXICANOS, VOLUMEN II (EL PERIODO VIRREINAL),
cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas el 15 de junio de 1995. TOMO II (EL PROCESO DE CONSOLIDACIÓN DE LA VIDA VIRREINAL),
La Gaceta del Fondo de Cultura Económica es un nombre registrado
FCE-UNAM (FACULTAD DE ARQUITECTURA. DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE
en el Instituto Nacional del Derecho de Autor, con el número 04-2001-
112210102100, de fecha 22 de noviembre de 2001. Registro Postal, POSGRADO), 2001. COORDINADOR: CARLOS CHANFÓN OLMOS › ›
Publicación Periódica: PP09-0206. Distribuida por el propio Fondo de
Cultura Económica.
Correo electrónico: lagacetafce@fce.com.mx
JULIO, 2002
SUMARIO
LA GACETA
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Juárez-Loreto
3 Efraín Huerta
3
La del piernón bruto me rebasó por la derecha: que son Horacio, Homero y, caray (aguas, aguas),
rozóme las regiones sagradas, me vio de arriba Ejército Nacional.
abajo Rozadora, pescadora en el río revuelto
y se detuvo en el aire viciado: cielo sucio de las horas febriles; ladrona de mi mala suerte,
de la Ruta 85, donde los ladrones abyecta cómplice del “dos de bastos”, hembra de
me conocen porque me roban, me pisotean los flancos
y me humillan: seguramente saben como agua endemoniada;
que escribo versos: ¿Pero ella? ¿Por qué cachondísima hasta la parada en seco
me rebasa en esa forma tan desleal? ¿Por qué del autobús de la Muerte.
me faulea, madruga, tumba, habita, bebe? Alabada seas, bandida de mi lerda conmiseración,
Tiene el pelo dorado de la madrugada Escorpiona te llamas, Cancerita, Cangreja,
que empuña su arma y dispara sus violines. amada hasta la terminal, hasta el infinito trasero
Tiene un extraño follaje azul-morado que me despertó imbecilizado en el boulevard
en unos ojos como faroles y aguardiente. ¡Miguel de Cervantes Saavedra y demás clásicos!
Es un jazmín angelical, maligno, Porque luego de tus acuciosos frotamientos
arrancado del zarzal en ruinas. y que cada quien llegó a donde quiso llegar
A los rateros los detesto con todo el corazón, (para eso estamos y vivimos en un país libre)
pero a ella, que debe llamarse Ría, Napoleona, hube de regresar al lugar del crimen
Bárbara o Letra Muerta o Cosa Quemada, (así llamo a mi arruinado departamento de Lope
empiezo a amarla en la diagonal de Euler de Vega),
y en la parada de Petrarca ya soy un horno y pues me vine, sí, me vine lo más pronto posible
pálido de codicia, de sueños de poder, en medio de una estruendosa rechifla celestial.
porque como amante siempre he sido pan comido
migaja llorona (Ay de mí Llorona), y si ayer Adoro tu nalga derecha, tu pantorrilla izquierda
pasadas las diez de la noche tus muslos enteritos, lo adivinable y calientito, tus
fui el vivo retrato de la Novena Maravilla, pechitos pachones
ahora sólo soy la sombra de una séptima colina y tu indigno, antideportivo comportamiento.
desyerbada. Que te asalten, te roben, burlen, violen,
Nariz de Colibrí, Doncella Serpentina,
Alabados sean los ladrones, dice Hans Magnus. Suripantita de Oro, Cabellitos de Elote,
Pues que lo sean: los veo hurtar carteras, relojes, porque te amo y alabo desde lo alto de mi aguda
orejas, marchitez.
y ella, que debe llamarse Escaldada, ni se inmuta.
Vuelve al roce, al foul, al descaro; Hoy debo dormir como un bendito
se alisa la dorada cabellera y despertar clamando en el desierto de la ciudad
(¡Coño, carajo, caballero, qué cabellera de oro!), donde el Juárez-Loreto que algún día compraré
se marea, se hegeliza, se newtoniza, me espera, como un palacio espera, adormilado,
y pasamos por donde Maimónides y Hesiodo a su viejo-príncipe-poeta
¡y pone todavía más cara de estúpida soberbiamente idiota.
cuando Alejandro Dumas, Poe y Molière y los
cines cercanos!
Malditilla, malditita, putilla camionera,
vergüenza seas para las anchas avenidas 22 de octubre de 1970
• Tomado del libro de Efraín Huerta (1914-1982) Poesía completa (FCE, 1988, Letras Mexicanas). Compilación de Martí Soler
y prólogo de David Huerta.
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Nuestra ciudad
3 Jaime García Terrés
Texto tomado de La feria de po en recuperarnos de aquel desengaño. si se la quiere integral y positiva, exige
los días (1953-1994), tercer tomo Pero ello nos sirvió, en cambio, de estí- un marco propio. A primera vista, la im-
de las Obras de Jaime García mulo a ciertas apremiantes reflexiones. portancia de un jardín, de una unidad
Terrés, compiladas por Rafael La ciudad de México ha crecido. Es- estética en los edificios, resulta casi nula
Vargas y publicadas el año pasado to es evidente. Mas su crecimiento ha si- frente a los inmensos problemas de toda
en coedición con El Colegio do arbitrario. No se ha desenvuelto de comunidad moderna. Pero a poco pen-
Nacional. Próximamente nuestra acuerdo con un plan orgánico, como sar reconoceremos que ese prado, que
casa editorial publicará una cualquiera de las principales capitales esa arboleda, que esa unidad estilística,
Iconografía de García Terrés europeas. Ni ha cuidado nadie de man- constituyen, ellos mismos, problemas
a cargo de Alba C. de Rojo. tener en ella un estilo uniforme, como fundamentales. El rostro de una ciudad
ha sucedido, por ejemplo, dentro de un influye sin duda en el ánimo de quienes
espíritu legítimamente innovador, en la pueblan. Suponiendo idénticos ele-
Nueva York o en Río de Janeiro. No. Lo mentos materiales, parejas capacidades
que hasta hace algunos años era un lugar intrínsecas de acción, no se trabaja de igual
amable, discreto, auténtico, se ha con- manera cuando se sabe que el camino a
os ocurrió el otro día subir vertido en la flor del mal gusto, por obra casa transcurrirá frente a perspectivas
Noviembre de 1953
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La casa • Marcapasos •
de las transfiguraciones
3 Guillermo Cabrera Infante
Las páginas siguientes han funciones domésticas: aunque era pleno El Premio Internacional de
sido tomadas de La Habana para un verano, temprano en la mañana había Literatura Octavio Paz fue
infante difunto, incluido en fresco y una corriente venía del interno.
concedido este año a Juan
Infantería (FCE, colección Tierra El tiempo se detuvo ante aquella visión:
Firme, 2000), compilación, selección con mi acceso a la casa marcada Zulueta Goytisolo, para muchos el
e introducción de Nivia Montenegro 408 había dado un paso trascendental más latinoamericano de los
y Enrico Mario Santí. en mi vida: había dejado la niñez para en- escritores españoles. “Es
trar en la adolescencia. Muchas perso-
un hombre de acción y re-
nas hablan de su adolescencia, sueñan
con ella, escriben sobre ella, pero pocos flexión —escribe Javier
pueden señalar el día que comenzó, la Aranda Luna para La Jorna-
niñez extendiéndose mientras la adoles- da—. Va del estudio sobre la
ubí, subimos, la que era para cencia se contrae —o al revés—. Pero yo
S
ambigüedad del lenguaje de
mí entonces suntuosa escale- puedo decir con exactitud que el 25 de
ra. Era la primera vez que su- julio de 1941 comenzó mi adolescencia. San Juan de la Cruz a su tra-
bía una escalera: en el pueblo Por supuesto que seguiría siendo un ni- bajo como ‘reportero sin
había muy pocas casas que tuvieran ño mucho tiempo después, pero esen- fronteras’ en Sarajevo o Pa-
más de un piso y las que lo tenían eran cialmente aquel día, aquella mañana, lestina. Lo mismo rastrea la
inaccesibles. Éste es mi recuerdo inau- aquel momento en que enfrenté el largo
presencia de las palabras y
gural de La Habana: ir subiendo unas corredor de cortinas, contemplando la
escaleras con escalones de mármol. Hay vista interior que luego asustaría hasta a la sintaxis del árabe en
la memoria intermedia de la estación de un veterano de la vida bohemia, el pin- nuestro idioma que los peli-
ómnibus y el mercado del frente, la Pla- tor primitivo Chema Bue, que visitó la gros acechantes sobre la
za del Vapor, arcadas ambas, colmadas casa mucho tiempo después y se negó
plaza de Marrakech, cuya
de columnas, pero en el pueblo también de plano a quedarse en ella un momen-
había portales. Están, además, un jardín to siquiera, espantado por la arquitectu- protección por la UNESCO lo-
elaborado y una casa de rocalla, al pasar, ra de colmena depravada que tenía el gró hace un año.”
que luego se revelarían como otra esta- edificio, aquel a cuya formidable entra-
;
ción, la estación de policía, lugar de cui- da había un anuncio arriba que decía:
dado, por lo que tiendo a olvidarlo. Así, “Se Alquilan Habitaciones-Algunas con
mi verdadero primer recuerdo habane- Días Gratis”, ese día preciso terminó mi
ro es esta escalera lujosa que se hace os- niñez. No sólo era mi acceso a esa insti-
cura en el primer piso (tanto que no re- tución de La Habana pobre, el solar (pa-
gistro el primer piso, sólo la escalera labra que oí ahí por primera vez, que A fines de mayo, la Universi-
que tuerce una vez más después del aprendería como tendría que aprender
dad de Salamanca otorgó el
descanso) para abrirse, luego de una vo- tantas otras: la ciudad hablaba otra len-
luta barroca, al segundo piso, a una luz gua, la pobreza tenía otro lenguaje y grado de doctor honoris
diferente, filtrada, casi malva, y a un es- bien podía haber entrado a otro país: causa a dos de nuestros au-
pectáculo inusitado. Enfrento (para este tiempo después, cuando llegaron las eti- tores: Carlos Fuentes y
momento mi familia había desaparecido mologías, aprendí que solar era una me-
George Steiner. Las investi-
ante mi asombro) un pasillo largo, un tú- ra degradación de casa solariega, la pa-
nel estrecho, un corredor como no había labra cortada, el edificio transformado duras, aprobadas por el
visto nunca antes, al que se abrían mu- en falansterio), sino que supe que había Consejo de Rectores de esa
chas puertas, perennemente abiertas, comenzado lo que sería para mí una universidad, fueron conce-
pero no se veían los cuartos, el interior educación.
didas por ser “los mejores
oculto por unas cortinas que dejaban un Avanzamos todos juntos ahora, inti-
espacio, largo, arriba, y otro tramo, cor- midados, por el largo pasillo hasta la representantes de lo univer-
to, abajo. El aire movía los telones de única puerta cerrada, que enfrentaba
distintos colores que no dejaban ver las otro pasillo más largo (el interior del
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colección Tierra Firme. rica: las ciudades y las ideas, “la ciudad fue
no sólo la forma de vida adoptada por
las nuevas sociedades que se consti-
tuían, sino que demostró ser el más activo
instrumento de cambio del sistema de
Enhorabuena también para
LOS MITOS DE LA OLIGARQUÍA relaciones económicas y sociales”.
No fue por ello casual que España Eduardo Lizalde por haber
¿ ero qué es lo que deno- se empeñara en prolongar las fronte- sido merecedor del Premio
P minamos Arcadia? La
Arcadia no es más que
el desaliñado espíritu
conservador, monolítico y exclusivista
que la retardataria oligarquía latinoa-
ras de su Imperio merced a una densa
red de ciudades y que en la mayoría de
los casos la fundación estuviera signada
por un rito: el conquistador se inclinaba
y arrancaba un puñado de hierba, luego
Iberoamericano de Poesía
Ramón López Velarde que
otorga el Instituto Zacateca-
no de Cultura en el marco de
mericana ha hecho subsistir, e impone daba con su espada tres golpes sobre el las Jornadas Lopezvelardea-
aún como memoria sobre los centros ur- suelo y, por último, retaba a duelo a nas 2002. De Lizalde, también
banos en los que se atrinchera: la Arcadia quien osara oponerse al acto de funda-
cobra sentido con su visión hacia el pasado ción. Y tras el acto, el acta: la ceremonia,
Premio Nacional 1988, hemos
y con su profunda convicción feudal. La registrada por el escribano, ante la espa- publicado en Letras Mexica-
Arcadia, en casi todos los países latinoa- da del fundador y la cruz del monje, nas su obra poética de 1949
mericanos, no es más que una particular quedaba así concluida. Tal fue la histo- a 1991, bajo el título de Nue-
hipocresía elevada a rango de fasto por ria de la ciudad en América, y lo que
va memoria del tigre, así co-
los que se benefician con los instrumentos vino luego no fue más que la periodi-
y prerrogativas del Poder, a cuyo ampa- zación de sus formas: la ciudad-fuerte, mo los dos tomos de Table-
ro, y mediante este tipo de artificios, la ciudad-frontera, la ciudad-avanza- ro de divagaciones, que
manipula impunemente la conciencia da, la ciudad-emporio. Como recuerda reúne su obra ensayística y
social a nombre de una historia carnava- Romero, el fundador se arrogaba los
periodística.
lesca que, tal vez por ironía de la mis- privilegios del demiurgo: “Fundaba
ma historia, revierte en la aceptación sobre la nada. Sobre una naturaleza
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de la falacia como si la gran mentira que se desconocía, sobre una socie-
nacional se convirtiera en verdad in- dad que se aniquilaba, sobre una cul-
cuestionable aun para aquellos que for- tura que se daba por inexistente. La ciu-
jaron la farsa. Y sólo porque la Arcadia dad era un reducto europeo en medio
es pasado nos remitimos retrospectiva- de la nada”.
mente a la época colonial, génesis del or- El Imperio se extendió, pues, desde Cuatro mil millones de pe-
gullo burgués latinoamericano. Sin em- el norte de América hasta la Patagonia, sos serán destinados a po-
bargo, la historia de esta pretensión es y el castellano devino red parlante, ve- ner en marcha el programa
mucho más remota y compleja y puede hículo eficaz de diligencias administra-
Hacia un País de Lectores.
advertirse en los dos polos de la con- tivas, fervor evangelizador y, sobre to-
ciencia urbana de América, desde el do, patente de precursoras vanidades. El plan incluye un donativo
fuerte Navidad y la Isabela hasta Brasi- Las Arcadias —Romero las llama “Ciu- de 30 millones por parte de
lia misma. La ciudad como ideología se dades Hidalgas de Indias”— comienzan Bill Gates para equipar 1 200
impuso incluso desde antes del Descu- a cobrar forma, y todo un sistema de va-
bibliotecas con computado-
brimiento, y los primeros europeos que lores, reales o ficticios, se impone. La
pusieron sus pies en el Nuevo Mundo ciudad ya es un innegable centro de po-
instalaron en él una cartografía defini- der administrativo y político y al ampa-
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UNIVERSÓPOLIS
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tan profusa la sucesión de iglesias “que que tanta carrera hicieron durante el lar-
se siente la necesidad de pecar”. Astu- go periodo colonial, ni los crímenes pa-
ras e internet, un nuevo edi-
rias, en otro libro suyo, El espejo de Lida sionales, tan devotamente recogidos por
Sal, a la vez que hace el homenaje a una autores como Juan Rodríguez Freyle en ficio para la Biblioteca Méxi-
ciudad como Tikal, joya de los mayas, El carnero, y así se advierte en cuentos co y la creación de salas de
fustiga a la ciudad de los conquistado- como “Los pelícanos de plata” y “El es- lectura, librerías y bibliote-
res: “Pobre España. Se llevó el vacío pejo desordenado”. En el primero, el cas municipales y escola-
convertido en oro y dejó una tradición adulterio de una dama precipita la
de sangre, saber y sentir que floreció en muerte del marido y la huida con su
res, entre otras acciones.
cruces y espadones sobre ciudades tan amante, y en el segundo, otro adulterio Esperamos que este esfuer-
antiguas como ésta de Antigua Guate- es revelado gracias a un espejo mágico, zo ayude a revertir las tris-
mala, cacofónica y medrosa”. Y como si variante de lo que en El carnero refleja el tes estadísticas que sitúan
tuviera que recordar que la heráldica no agua de la bruja Juana García: el espejo,
a nuestro país entre los me-
es exclusiva del vencedor, Asturias evo- el agua, son instancias de una verdad
ca la etimología de Guatemala, la ciu- que pone sobre aviso al cónyuge enga- nos lectores del mundo.
dad que le dio nombre al país: Quacte- ñado. No faltan tampoco los héroes
:
mallan: el águila cautiva que el guerrero locales, como el protagonista de “Cre-
de la región exhibe en sus armas, el sím- púsculo”, que no sólo ha vencido a los
bolo de su escudo y de su causa. indios calchaquíes, sino que también ha
Y es ya la ciudad hispana la que en el buscado la Ciudad Perdida de los Césa-
otro extremo del continente, asediada res y añora ahora, en el “crepúsculo” de
por los nativos y el hambre, recoge Mu- su vida, sus conquistas eróticas. ¿No es Recibimos los dos últimos
jica Láinez en Misteriosa Buenos Aires. éste un magnífico prolegómeno de lo libros de nuestro amigo
Una treintena de relatos, que temporal- que años después hará Antonio di Bene-
mente se inician en 1536 y culminan en detto con don Diego de Zama, protago-
Juan Manuel Roca: Las pla-
1904, hacen de la ciudad del Plata el tea- nista de la novela homónima? gas secretas y otros cuen-
tro de un discurso ficticio en el que na- Las modas, las nuevas tendencias tos y Ciudadano de la no-
da falta: el cerco de los indios, la prime- sociales, los tics y las poses, todo esto che. El primero, editado por
ra fundación de la rústica ciudad y ese aflora lentamente en el libro de Mujica
la Universidad de Antioquia,
orgullo que sustenta el falso pedigrí de Láinez, con una fidelidad próxima al
los fundadores, como lo pone de mani- documento y que, sin embargo, no fue merecedor del Premio
fiesto Baitos en el primer cuento, “El despoja al texto de su intención ficti- Nacional de Cuento, y el se-
hambre”: “España no envió a las Indias cia. La esclavitud, la peste, las injus- gundo es una reedición del
armada con tanta hidalguía como la que ticias de la administración, todo apun-
poemario de 1989, publica-
fondeó en el Río de la Plata. Todos se las ta a épocas menos sumisas, apoyadas
daban de duques...” A continuación se su- en las ideas de la Ilustración. Tras la In- do por Estoraques en Bogo-
ceden algunas anécdotas representativas, dependencia, la figura del dictador Ro- tá. Al final de este último
como la que recrea “La enamorada del sas —la gran obsesión política de Sar- Óscar Collazos dice que la
pequeño dragón”: tras la segunda fun- miento y los emigrados— aparece como de Roca es “una poesía que
dación de Buenos Aires, los ataques de fondo de “El vagamundo”. Con “El sa-
los charrúas se suceden, y un inglés, so- lón dorado” —en plena Belle Époque—
ha establecido un vínculo
brino de Drake, busca refugio en la ciu- culmina esta peculiar visión de Buenos cada vez mayor con sus lec-
dad. El tío de su novia lo apresa y lo en- Aires, iniciada en los días tempranos de tores en un país donde la
trega al Tribunal del Santo Oficio, en la urbe, entre conquistadores e indios, y poesía es ceremonia de ini-
una anécdota que nos remite a la nove- que se extiende hasta la última imagen
ciados y ‘aroma espiritual’
la La novia del hereje, en la que el narra- de falsa hidalguía que agoniza entre ar-
dor y ensayista argentino Vicente Fidel tesanos y sastres, la historia gráfica de para quienes —otra parado-
López reconstruye la Lima virreinal y el una ciudad que en muchos aspectos es ja— ya nada entienden del
orbe cerrado de la sociedad de ese tiempo. paradigma de las otras urbes del conti- espíritu. He visto sorprendi-
Como en la novela de López, la criolla nente. El proceso que va de la ciudad hi-
do a jóvenes que llevan en
de Mujica Láinez es la novia del hereje y dalga a la ciudad criolla y la ciudad pa-
la Inquisición su máxima amenaza. En tricia, termina en Mujica Láinez en la las manos un libro de Roca.
“El libro” se plantea el cruel panorama ciudad burguesa. La urbe contemporá- He leído citas de sus poe-
de la cultura y la difícil difusión de nea riñe un poco con su estética y así se mas en los muros públicos.
ideas durante la Colonia: cómo el pro- advierte en la novela De milagros y de He asistido por fortuna a
pio Quijote es materia de peligroso con- melancolías, donde se “funda” de nuevo
trabando en las Indias y cómo se violan la historia patria en un texto cronológi-
esa rara comunión creada
esas prohibiciones. No faltan los mila- camente gemelo a Misteriosa Buenos Ai- entre el poeta y su público”.
gros ni las historias extraordinarias, res, apoyado también en un cuadro de
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aristocráticos por los principios de-
moburgueses de la revolución li-
bertadora. Este sencillo cambio le
permitió conservar sus privilegios
de “encomendero” y latifundista.
Por esta metamorfosis, así como no
tuvimos bajo el Virreinato una au-
téntica aristocracia, no tuvimos
tampoco bajo la República una au-
téntica burguesía.
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Las páginas que ofrecemos a gación, casi insuperable, de procurarse obligándole a buscar siempre corredo-
continuación pertenecen al libro el sustento y de aguantar los reveses de res más equitativos para la pobre con-
Viaje sentimental por Francia e Italia la fortuna dentro de su patria. Sólo allí versación de que dispone —ya se com-
(traducción de Alfonso Reyes), proporciona la naturaleza al hombre prenderá, sin ser adivino, las molestias
reeditado recientemente por aquellos objetos acomodados a compar- que le procura—.
nuestra casa editorial en su tir su felicidad o a ayudarle con el peso Esto me lleva a mi asunto principal,
Colección Popular. de esa desgracia que, en todos los tiem- y me invita naturalmente a escribir (si es
pos y lugares, ha parecido excesiva para que el balanceo de la Désobligeante me lo
un par de brazos. Verdad es que tam- permite) sobre las causas eficientes y las
bién estamos dotados de cierta facultad causas finales del viajar.
restringida que nos permite expandir Toda esa gente ociosa que abandona
nuestra felicidad más allá de sus límites. su país natal por el extranjero tiene su
uando un hombre está dis- Pero el desconocimiento de las lenguas, razón o razones, las cuales derivan de
PREFACIO
EN LA “DÉSOBLIGEANTE”
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magistrado, y a los jóvenes trasladados estas horas, algún tinte o semejanza que aun los que no pagan pueden dis-
por la crueldad de sus padres o tutores, de lo que durante sus viajes adquirie- frutarla. Pero no hay nación bajo el cielo
que viajan bajo la dirección de algún ra o manifestara. —y Dios me es testigo, ante cuyo tribu-
ayo recomendado por las Universida- El hombre que trasplantó la primera nal habré de comparecer un día para
des de Oxford, Aberdeen o Glasgow. cepa de Borgoña al Cabo de Buena Es- dar cuenta de esta obra, y lo digo sin os-
Todavía hay una cuarta clase, pero peranza (y nótese que era holandés) tentación—; pero no hay nación bajo el
es tan corta que apenas merecería men- nunca pensó en beber en el Cabo el mis- cielo donde más abunden las erudicio-
ción aparte, si la naturaleza de esta obra mo vino que la misma cepa produjera nes variadas; donde con más aptitud se
no exigiera la mayor exactitud y la ma- en las colinas de Francia: ¡oh!, era de- siga la carrera de las ciencias o se con-
yor claridad para evitar toda confusión masiado flemático para eso. Pero no ca- quisten más seguramente sus frutos,
entre los diversos caracteres. Me refiero be la menor duda que esperaba poder que aquí; donde las artes son más prote-
a los que cruzan el mar y se establecen paladear algún licor vinoso; si malo o gidas y ofrecen mejor porvenir; donde
en tierra extraña, con el fin de ahorrar bueno, si indiferente, él conocía ya el la naturaleza, en conjunto, deja tan poco
dinero, por varias razones y bajo pretex- mundo lo bastante para comprender que desear; y, en suma, donde hay ma-
tos cualesquiera. Pero como podrían que eso no dependía de su voluntad, y que yor ingenio y variedad de caracteres con
ahorrarse y ahorrar a los demás muchas sólo lo que llamamos el azar decidiría que apacentar el espíritu... ¿Adónde
molestias inútiles ahorrando su dinero el resultado. En todo caso, esperaba lo vais, pues, amados compatriotas?
sin salir de casa, y como sus razones pa- mejor; y, animado de esta esperanza y —Nada más estábamos viendo el co-
ra viajar son menos complejas que las de de una presuntuosa confianza en la soli- che —me contestaron.
las otras especies de emigrantes, a éstos dez de su cabeza y en la infabilidad de —Servidor de ustedes —les dije, sal-
les designaré con este nombre: su prudencia, Mynheer pudo haber aho- tando fuera y descubriéndome.
Simples viajeros. gado ambas cosas en los deleites de su fla- —Nos preguntábamos —dijo uno de
De modo que el ciclo completo que- mante viñedo y, descubriendo sus desnu- ellos, que era, sin duda, un tipo de via-
da reducido a estas secciones: deces, convertirse en risa del pueblo. jero curioso— a qué obedecería el movi-
Viajeros ociosos, Otro tanto puede acontecer al pobre miento del coche.
Viajeros curiosos, viajero que navega o corre las postas a —Era —contesté yo con mucha fle-
Viajeros embusteros, través de los reinos más civilizados del ma— la agitación del hombre que escri-
Viajeros vanidosos, mundo en busca de conocimientos y be un prefacio.
Viajeros melancólicos. provechos. —En mi vida había oído decir —ob-
A continuación vienen los viajeros Claro está que una y otra cosa pue- servó entonces otro, que era un simple
de necesidad: den adquirirse navegando o corriendo viajero— que se escribieran prefacios en
Viajeros felones y delincuentes, tierras; pero que los conocimientos re- una Désobligeante.
Viajeros inocentes e infortunados, sulten útiles y reales los provechos es ya —Sí; habría resultado mejor en un
Simples viajeros. una suerte de lotería. Y aun cuando vis-à-vis —dije yo.
Y, finalmente, con vuestro permiso: nuestro aventurero tenga éxito, hará Y como un inglés no viaja para ver
El viajero sentimental bien en usar de sus ganancias con toda ingleses, me retiré a mi aposento.
(o sea yo), de quien ahora voy a daros sobriedad y cautela para sacar verdade-
cuenta y razón, y que ha viajado por im- ro partido. Pero como abundan las pro-
perio de la necesidad y por el besoin de babilidades contrarias, tanto en punto a Traducción de Alfonso Reyes
voyager en igual grado que cualquiera la adquisición como en cuanto a la apli-
de los incluidos en esta categoría. cación, yo opino que obrará muy sabia-
Comprendo muy bien, por otra par- mente el que pueda dispensarse de co- NOTA
te —puesto que tanto mis viajes como nocimientos extranjeros y extranjeros
mis observaciones serán completamente provechos; y más si vive en un país don- 1. Coche así llamado en Francia porque
distintos de los de mis predecesores—, de ni una ni otra cosa faltan en absoluto. sólo tiene asiento para una persona. [N.
que bien pude haber exigido una cate- Que en verdad me causa mucha pena y del A.]
goría para mí solo. Pero empeñarme en mucho tiempo me cuesta el considerar
llamar la atención sobre mi interesante todos los pasos inútiles que da el viajero
persona, no teniendo para ello mayores curioso para adquirir puntos de vista y
títulos que la novedad de mi vehículo, hacer descubrimiento que, como Sancho
sería incurrir en la categoría de los viaje- Panza le decía muy bien a Don Quijote,
ros vanidosos. Al lector le bastará —si, lo mismo pudiera haber logrado con es-
como supongo, también ha sido viaje- tarse quieto en su casa.
ro— el poder, mediante un poco de es- Vivimos en siglo de tantas luces, que
tudio y reflexión, determinar el lugar apenas habrá rincón de Europa cuyos
que le conviene en el anterior catálo- rayos no se entrecrucen o cambien con
go, lo cual, en todo caso, será un gra- los demás. El saber, en casi todos sus ra-
do más en el camino del propio cono- mos, y en muchos negocios, viene a ser
cimiento, si es que todavía conserva, a como la música en las calles de Italia,
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Cuatro ciudades
3 José Emilio Pacheco
POMPEYA
BOGOTÁ
SEVILLA
VERACRUZ
• Poemas tomados de Tarde o temprano (poemas 1958-2000), FCE, 2000, Letras Mexicanas.
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Texto tomado de Mi Buenos to del arquitecto aquí no interesa. Sólo para la plebe y otra para la nobleza. La
Aires querida, recientemente se hace visible cuando la vivimos. Parti- nuestra ya no necesita tantas distincio-
publicado por nuestra filial en mos del llano donde los habitantes re- nes: cada uno sabe caminar la suya.
Argentina dentro de la Colección siden, desde que nacemos hasta que
Popular. El volumen incluye morimos: “la ciudad en que vivo, pero
también Tres propuestas para el en la que no nací y en la que no quiero PENSEMOS
próximo milenio (y cinco morir”, como escribía Martínez Estrada.
dificultades), de Ricardo Piglia. Presupuesto negativo para poder hablar A nuestra ciudad la pensamos como
de ella. Amor contrariado el del ciudada- una figura humana, antropomórfica, pe-
no que querría amarla y se ve defrauda- ro eso no es cierto. La ciudad no es como
¿ eorizar la ciudad, nos do: amores que matan los de algunas el cuerpo del Estado que tiene el monar-
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hicieron: un poder sobrehumano se yer- cuerpo la primera casa. (“La casa de mi la allanen. La casa está en orden si sus
gue y se impone. En verdad todos, como madre, la obra de su industria, cuyos habitantes obedecen al orden. Ser un de-
Martí decía de los yanquis, residimos en adobes y tapias pudieran computarse en saparecido no es una fantasía loca, total
las entrañas del monstruo. Y no nos da- varas de lienzo que su mano tejía”, nos ni nos vemos: vivimos en ella como si
mos cuenta, aunque nos devore. dice Sarmiento en Recuerdos de provincia. nadie se diera cuenta de que existimos
Pero el cuerpo más extenso y más Lo aprendí en la escuela, lo sé de memo- juntos. La ciudad disuelve al individuo
mersa de nuestra urbe está hecho de ca- ria, no me lo olvidé nunca.) en sus multitudes: el anonimato res-
sas levantadas por los constructores y Si es ciudad natal pasa entonces co- guarda. Eso nos consuela.
maestros de obra, ingenieri italianos: las mo con la madre: cada uno tiene la ciu- Pero la ciudad espía, nos sigue los
casas “chorizo” de un país ganadero. O dad que no se merece. Cuando es bue- pasos. Toda ciudad vive en estado de si-
los pobres remedos de las villas de lata y na, porque nos excede, cuando es mala, tio. La ciudad sigue llena de tanques de
cartones. Los arquitectos son los traduc- porque nos frustra y limita. Ciudad ma- guerra y de Fords Falcon que como fan-
tores o más bien quienes transplantan la y ciudad buena, como los pechos le- tasmas circulan por las mismas calles
un mismo discurso de piedra y argama- chosos y esquivos que Melanie Klein aunque estén ahora ausentes: de profun-
sa creados en los centros de la cultura describía. La ciudad como horizonte de dis sabemos que pueden volver a circu-
ajena, y a los que dan vida en tierras ex- la vida más secreta. Pero aparece ino- lar cuando a ellos les plazca. La ciudad
trañas (como las iglesias medievales que cente como lo más visible y no puesto en está curada de espanto. Por eso no tiene
los norteamericanos se llevan piedra a duda: todo está a la vista, cantante y so- gracia, aunque la embellezcan toda.
piedra para darse el lujo de comprarlo nante, y al mismo tiempo es invisible y ¿Quién puede acercarse al río de La Pla-
todo: hasta el pasado que pertenece a muda. Decimos “la ciudad” sabiendo ta sin recordar oscuramente, aunque no
otros). La ciudad recrea una historia cu- que es una cosa, pero como toda obra lo sepamos con clara conciencia, que allí
ya última entrega se piensa como eter- humana las marcas del hombre la han fueron arrojados con vida cuerpos de
na, cuando en realidad lleva el germen convertido en signo. Pero es mucho más los desaparecidos? (Una amiga mía si-
mortífero de su destrucción futura. que signo. El signo nos distancia y nos gue coloreando con su cabellera el color
dice: soy índice de algo que no soy yo león del río, y con el verde de sus ojos la
mismo, sino de aquello hacia lo cual reserva ecológica de la Costanera.) Ya
SU CUERPO Y EL NUESTRO apunto. Aquí la ciudad, la cosa misma, han desaparecido las imágenes pintadas
habla de sí misma y de nosotros: es el de los soldados que apuntaban con sus
Si cambia el cuerpo objetivo de la ciu- lugar de un sacrificio humano que de- armas a los caminantes o a los autos pa-
dad visible cambia el cuerpo de nuestra jó en cada uno sus marcas. Somos per- ra que no se detuvieran frente a los
subjetividad, que se extiende sobre ella sonas, pero nos confundimos con la cuarteles. Los sigo viendo todavía y
formando una unidad que nada desata. cosa como si fuéramos ella: es dura y dan miedo. La ciudad del campo de
Cómo repercute la ciudad en el ser más es blanda. concentración Olimpo donde fui a que
propio que cambia y se transmuta con el municipio me certificara la propie-
ella: la imagen del cuerpo la construyen la dad del auto: sus paredes exudaban un
ciudad y el barrio. Nos interpenetramos, EL RETORNO AL HOGAR pavor burocrático.
no nos subsumimos. No nos damos cuen-
ta pero al mismo tiempo ella nos engen- Hay lugares íntimos que parecen seguros:
dra: es como si fuese un organismo vi- el hogar lo llaman. Por fin estamos so-
vo que nos alberga pero también nos los, los demás no existen, ya nadie nos
ataca. La ciudad paranoica nos persi- mira, hacemos el amor o nos hacen la
gue, nos transfigura, nos aniquila día a cama. Hacemos lo que nos da la real ga-
día, nos enloquece, nos aprisiona en sus na. Comemos, dormimos, vamos al ba-
tentáculos: no podemos zafarnos de su ño donde nadie espía. Contamos secre-
abrazo, convertido en mortal cuando tos que otros no sospechan. Vivimos lo
quiere. Y podemos quererla sólo porque íntimo, lo más escondido, lo más ver-
nos deja estar vivos y, por momentos, li- gonzoso. El hombre aislado puede por
bres. La ciudad se nos enrosca como una fin decirse la verdad a sí mismo. Esta-
boa constrictora y sólo pocas veces nos mos en casa.
protege con una gasa muy fina. Pero la casa puede ser violada en
Es lo más objetivo en lo más subjeti- cualquier momento: las violaciones de
vo: hay tantas ciudades como hombres, domicilio y los secuestros de la dicta-
o más bien la ciudad es la verdadera cu- dura son un destino que siempre ame-
na del recién nacido que hemos sido to- naza. Hay una intemperie en los inte-
dos. Ciudad natal, le dicen. Ciudad ma- riores donde la represión se ha filtrado
dre como lo es para el hijo: sangre de su abriendo las puertas de nuestras pro-
sangre y huesos de sus huesos, ladrillos pias casas. Cada uno al llegar a la suya
de sus muros. Hay tantas ciudades co- hace un raconto interno de sus infraccio-
mo madres que engendran desde su nes ciudadanas: si puede temer o no que
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París
3 Renato Leduc
• Tomado de Obra literaria, FCE, 2000, Letras Mexicanas. Prólogo de Carlos Monsiváis; compilación e intro-
ducción de Edith Negrín.
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Urbanismo en general
3 Alfonso Reyes
Reproducimos aquí un cruce de Corrientes y la diagonal Roque bre estas playas. Con la última gran cri-
fragmento del tomo I de Misión Sáenz Peña, formando una espaciosa sis tal situación llegó a ser extrema. El
diplomática, coeditado el año plaza, se alza ahora el gran obelisco en actual gobierno ha procedido, bajo la
pasado por el FCE y la Secretaría memoria de los héroes de la Indepen- denominación de expropiaciones por
de Relaciones Exteriores en la dencia, obelisco que, por no ser monolí- utilidad pública, a una serie de compras
colección Tezontle. Compilación tico como los clásicos, sino hecho de ce- de los suntuosos palacios que tales fa-
y prólogo de Víctor Díaz Arciniega. mento armado a la manera de hoy, ha milias poseían, para aplicarlos a la insta-
merecido algunas censuras y ha desata- lación de sus servicios e institutos, cada
I do toda una literatura epigramática se- vez más multiplicados. El Palacio Un-
mejante a la que, en nuestro país y en zué pronto se convertirá en residencia
a ciudad de Buenos Aires, otro siglo, provocaran el traslado y la presidencial, echándose abajo la tradicio-
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Palermo
3 Julián Meza
D se al aeropuerto de Palermo,
Falcone Borsellino (antes lla-
mado Punta Raisi), que está
situado en la base del monte Pellegrino,
se pueden apreciar las oscilaciones en el
gación del rugido de los motores. Me
equivoqué. Las voces de los palermita-
nos están hechas de sonidos graves de
gente que no grita, sino que habla y, por
lo tanto, escucha, hasta donde me di
rrios, al igual que en todo el mundo. La
pulcritud prevalece en las grandes ave-
nidas, casi todas arboladas. En algunas
esquinas, próximas a mercados como el
della Vucciria, se dan cita estrafalarios
color del agua, que va del cobalto a un cuenta. En establecimientos y calles se marginados y basura, pero no más que
azul próximo al del mar Egeo o, vecino comunican con discreción gustos, nece- en Roma, en Madrid o en Londres. Bien
distante, al del mar Caribe. sidades, deseos, ofrecimientos, recla- visto, hasta se podría pensar que lo su-
Ya en tierra el primer contacto con la mos, cortesías. Los palermitanos son de cio es el resultado de una estudiada negli-
isla es al pie de un enorme risco, de una una enorme civilidad. En el restaurante gencia. La ciudad, llamada Ziz por los fe-
acerada montaña que de tan desafiante La Casa del Brodo, que parece decorado nicios y más tarde Panormos por los
parece esculpida por perfectas manos para personas solitarias y parejas que de griegos, vive bajo el signo de una bella
griegas de remotas edades. tan antiguas resultan ultramodernas, un indolencia a la que no escapa su museo
Tras el paraíso marítimo está el in- hombre gordo y sudoroso conversa con arqueológico cuyas piezas dan la im-
fierno urbano, presidido por la festiva envidiable mesura (no gesticula ni voci- presión de languidecer en los patios,
barbarie de los conductores de coches, fera) con otro, sentado dos mesas más o de haber sido abandonadas en los co-
de autobuses, de motocicletas. Palermo allá, mientras un joven que contempla rredores y en las salas. Prevalece, sin
es un pandemonium vial que, sin pre- carente de asombro su ensalada habla embargo, el cuidado en monumentos
tenderlo, sólo halla su equivalente en el por el móvil sin que se entienda lo que extraordinarios como la estupenda fa-
caos vehicular de Nápoles, y es supera- dice, y no porque lo haga en siciliano, si- chada de la catedral, la iglesia de San
do, sin mediar discusión alguna, por el no porque su voz es apenas un susurro. Domenico, el Palazzo Abatellis, donde
de la ciudad de México. Ahí siempre se El patrón y su mujer dan órdenes a los está vivo ese espectacular fresco del si-
puede girar a la izquierda cuando está camareros casi en silencio, y éstos res- glo XV que es El triunfo de la muerte, el
prohibido; circular en sentido contrario; ponden de la misma manera. oratorio del Rosario di Santa Zita, el Pa-
es casi una norma no escrita adelantar El habitante de la isla es amable, lazzo dei Normanni y, sobre todo, la Ca-
por la derecha o ensordecer al viandan- educado, hecho de maneras hoy casi pella Palatina, que pudimos ver debido
te con la bocina. El peatón es una extra- inexistentes en otras latitudes. Tanto en a que Filareti, con cara de angustia, pi-
vagancia que expone su imaginaria Palermo como en cualquier otra ciudad dió permiso para entrar en los lavabos,
existencia a cada ilusorio paso en esqui- de Sicilia cuando el extranjero quiere sa- desde donde, casi a ras del suelo, nos
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te el peso de la lápida inquisitorial cin- Lucky Luciano tras haber sido libera-
celada por la contrarreforma y sellada do por los norteamericanos para ayu-
con el ostentoso escudo del Vaticano. darlos en su empresa mafiosa en Sicilia.
Por oposición a la amalgama cate- No conforme con vestir por comple-
dralicia está la síntesis del arte árabe- to la iglesia de San Domenico y el orato-
normando representado por la Capella rio del Rosario di Santa Zita, al igual
Palatina que, en un arranque de buen que en sus metáforas el barroco se repi-
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La ciudad
3 Constantinos Kavafis
Traducción de Selma Ancira y Francisco Segovia
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Bruselas
3 Claudia Hernández de Valle-Arizpe
iteraria, musical, pictórica, his- escritora belga dispuestos en un círculo San Miguel es una joya. Se comenzó
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Amedeo Modigliani
pintor
des limitaciones pecuniarias, Modiglia-
ni no imaginó al llegar a París que los 14
años que le quedaban de vida, salvo un
par de breves estancias en Liorna, sólo
los viviría en Francia. Un telegrama
dibujante y escultor italiano Amedeo nació en Liorna el 12 de julio de 1884 funesto cerraría el círculo el 24 de ene-
Clemente Modigliani Barsin, hijo de los muerto en París el 24 de enero de 1920 ro de 1920. La madre, al evocarlo des-
judíos sefaradíes Flaminio Modigliani, la muerte lo tomó pués de muerto, solía decir de entrada:
nacido en Liorna, Toscana, quien fuera cuando “Mi pobre hijo”.
comerciante en carbón y madera y luego alcanzaba la gloria. Al primero que buscó Modigliani en
agente corredor, y de Eugenia Barsin, Jeanne Hébuterne París, por recomendación del amigo, el
nacida en Marsella, mujer inteligente, nacida en París el 6 de abril de 1898 pintor español-chileno-italiano-francés
librepensadora para la época y el lu- muerta en París el 25 de enero de 1920 Manuel Ortiz de Zárate, a quien conoció
gar, que tuvo con los años que opo- compañera devota hasta en Venecia, fue al pintor y escultor Gra-
nerse al cerrado conservadurismo de el último sacrificio. bowski. Modigliani, que entonces anhe-
los Modigliani, para trabajar y apoyar laba ser escultor y construir estatuas co-
a sus hijos que seguían profesiones li- losales, se dio a entender con éste, quien
berales. 2 apenas sabía francés. Con la misma ti-
Gracias a la mediación de Emanuele, midez con la que llegó Modigliani se
hermano de Amedeo, quien convenció a Paseé por los rumbos de la plaza de la fue, dijo Grabowski. No sabemos si vol-
los padres de Jeanne, se realizó el trasla- Madeleine, donde Modigliani se quedó vieron a verse.
do. “Por fin duermen juntos”, dijo Ema- en un hotel la primera ocasión que llegó Por recomendación viva de Picasso,
nuele, activo militante socialista. a París en el invierno helado de 1906, quien vivía en el Bateau-Lavoir, conjun-
Hace cinco años, el 27 de enero de cerca de la Rue Laffitte, punto nodal de to de estudios para artistas emplazado
1920, Jeanne fue enterrada dos días des- la aventura vanguardista. Entonces ha- en una antigua manufacturería de pia-
pués de Amedeo, en el pequeño y aban- bía en la calle galerías, local de una re- nos en la Rue Ravignan 13, Modigliani
donado cementerio de Bagneux. Se ha- vista, comerciantes de arte, especialistas se mudó pronto a las alturas de Mont-
bía suicidado la madrugada del día 26. en artes. Hijo de francesa del sur culti- martre, donde moraban, trabajaban y
Recuerdo que la familia se sentía a la vada y sensible, quien siempre tuvo una bebían hasta romper el alba los artistas
vez desconsolada y aterrorizada, y que- relación de inteligencia con él, que le en- de vanguardia, sin excluir a una cáfila de
ría terminar el asunto de manera peren- señó el francés como su propia lengua, y esnobs y de farsantes, no sólo parisien-
toria. Asistían también, acompañados lo protegió hasta donde pudo y le envió ses. Su estudio se hallaba a un costado
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al lado de la iglesia de Saint Pierre y al Pierre Reverdy, que causó en 1918, con
pie de la iglesia del Sacré-Coeur, fue el una campaña llena de rencor envilecido,
alma social y artística de Montmartre. que a Diego Rivera se le viera en el me-
Caminamos por las callejuelas estrechas dio como un apestado. Ya no visitaban
pero encantadoras, que nos descubrían el sitio André Derain, la inteligencia he-
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Hong Kong
3 Jorge Arturo Ojeda
Texto tomado de Ciudades de por la mañana el desayuno continental, Desde el ferry, barco de transporte
América, Europa y Oriente, que consiste en jugo de fruta, café y pan urbano, se ve impresionante el grupo
reeditado recientemente por el danés exquisito. Me dicen que el hotel masivo de edificios altísimos, de los que
FCE en la colección Vida y Península es el mejor (al que ni siquiera sobresale el Central Plaza, con 78 pisos.
Pensamiento de México. visité para mirar) y está al lado de un En bancos y oficinas no hay nadie du-
planetario. rante la noche pero todas las luces per-
La Tienda de Mao se llama así por- manecen encendidas.
que todo lo que se vende procede de la Dan servicio varios ferries de ida y
China comunista, como su dueño. Ca- vuelta a la isla Victoria. Todos los auto-
mino frente a colmillos labrados, relojes, buses por tierra son de dos pisos. Sobre
estatuillas de porcelana; unas lámparas las avenidas hay largos pasillos sosteni-
singulares tienen de base un recipiente dos por columnas para que caminen los
como olla y la pantalla arriba alrededor peatones, quienes miran desde arriba el
espués de la primera guerra de una luz. paso de autobuses y coches.
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asegura que el hongkongués es el mejor los que lo hicieron me dijeron que no yerías y con tres esposas, que viven en
apostador del mundo en caballos y el valía la pena. Hay gente aquí que vive esa casa. Me parece un ascenso inútil,
más arriesgado en los casinos. de lo que pesca: el pescado es muy bien pues no puedo contemplar nada. Dicen
Un chino que habla español, pues pagado. La carne roja no es apreciada. que la cima se parece a Londres por la
tiene un tío en Buenos Aires que posee También se come pollo. Después, en la neblina. Pero yo me sospecho que la ne-
una lavandería (más típico no se puede), distancia, me nació el deseo de haber co- blina se produce a causa de los 100 000
hace singulares declaraciones, a saber: nocido a los residentes del lugar, pero ingleses que allí residen.
Wan Chai es un mundo de cabarets, atribuyo mi negativa a que no traía yo el En una avenida importante está el
y para tener una idea más clara, es el dinero menudo en el bolsillo y tengo Kowloon Mosque and Islamic Center.
mundo extraño de Suzie Wong (¿y eso por costumbre el nunca pedir prestado Me quito los zapatos para entrar, subo
qué es?). Ya que en Hong Kong hay más aunque vaya a pagarlo horas después. las escaleras, tres jóvenes conversan,
hombres que mujeres, éstas son muy La pobreza tiene distinta medida según uno de ellos apoyado en el palo de un
costosas (para la vida nocturna). Con ri- cada región del mundo. Comienzo a mechudo de limpieza. Recorro las es-
sa altiva declara que las criadas vienen imaginar cómo eran esos pobres... tancias muy iluminadas por techos con
de Filipinas (de allá proceden 150 000 En el Club Marina Aberdeen más de grandes tragaluces. El diseño es moder-
personas, pero yo me pregunto: ¿serán 20 personas estamos sentadas alrededor no aunque no lo sé realmente, pues nun-
todas criadas?). Muchos solteros van a de una gran mesa. Una ensalada de en- ca he estado en mezquitas. Hay alfom-
China a casarse, pues “la mujer es como trada se complementa con pimiento mo- bras. Un mueble de madera, no sé para
la vaca” (mi informante debe padecer rrón verde, rojo y amarillo. El pescado qué sea y no lo pregunto, pero es lo úni-
misoginia). Aquel que ya se ha casado exquisito es elogiado por una señora co que ocupa lugar.
debe esperar que dejen salir a la novia. mayor que sabe de alta cocina: Abandono Hong Kong que tanto ha-
Su última frase es totalmente enigmáti- —Está tan bien preparado que ni sa- bía visto en documentales.
ca: “A veces sale un día”, y suelta la risa be a pescado. Como los sueños que se repiten, co-
haciendo con el dedo índice el número El postre tiene una mermelada de mo los discos rayados de acetato, como
uno. fresa en el vaso del que se toma con cu- las imágenes proyectadas desde un aro
En una joyería detiene mi atención chara y siento que algo más por el aro- giratorio que dio origen al cine: Kow-
un zafiro de azul profundo, una agua- ma... loon Mosque and Islamic Center está en
marina, una amatista guinda; al fin una —Sí, y un licor... —afirma la señora, una avenida importante. Una persona
piedra amarilla, verdosa, cetrina junto a y luego sugiere—: algún ron quizá... reverencia mi interés diciendo gracias,
otra cambiante y ambas son ópalos. Pido más pan pero sólo del que tiene gracias varias veces, me indica quitarme
A la orilla de la playa hay kioskos trigo integral; sonríen los meseros por la los zapatos y luego señala la escalera
con esculturas de Buda, de cabras, de precisión. Pido más café y el joven se re- por donde debo subir. El recinto princi-
elefantes, caballos, leones, escaleras tira hacia atrás un metro de la mesa, lle- pal tiene una alfombra azul. La cons-
que forman puentes sobre cuyos muros na la taza y luego se acerca (lo ha hecho trucción es moderna. En el extremo está
se levanta una sucesión de budas pe- para no gotear). Todos hemos sonreí- un mueble y no sé para qué sirve, ¿aca-
queños. Un restaurante con arquitectura do unos a otros: el negociante con su so para poner el Corán? Tragaluces,
de pagoda ofrece a los ojos de los clien- hija, la doctora en filosofía, la esposa a ventanales. Un hombre se apoya en un
tes todo este paisaje con árboles. Cuatro la que el marido le regaló un viaje pa- cepillo de limpieza y conversa con otros
viajeros me piden que les tome una foto- ra que lo hiciera sola, el viejo retirado dos.
grafía, pero como están de pie sobre es- de la lucha libre, el matrimonio dicha- Me vuelvo a poner los zapatos, salgo
calones, su distinta estatura los hace rachero y gordito, la química farmaco- a la avenida, me despido de Hong
desnivelados para que pueda aparecer bióloga que tiene casa de descanso en Kong.
detrás de ellos un monumento; me es- Cuernavaca, el hombre y el joven que
fuerzo entonces buscando el ángulo, me hacen pareja y viven con amplitud de
agacho, me agacho más, casi me tiendo las colegiaturas que da la mecanografía, Marzo de 1994-26 de mayo de 1995
sobre el suelo cuando aprieto el botón, el ganadero que organiza rodeos y pe-
suena clic, y todos están sonrientes pues leas de gallos en palenques... Al despe-
han visto mi sucesivo esfuerzo para ha- dirse, la señora mayor que sabe de al-
cer su imagen duradera. Luego me de- ta cocina regala billetes a las personas
tengo a contemplar esculturas con cuer- de servicio, pues ha estado encantada
po de hombre y cabeza de cuadrúpedo con la comida.
salvaje, que parece jabalí. Siento alegría Las residencias que están a la mitad
quizá por el amarillo y el rosa, por el ro- de la montaña en el ascenso de la isla
jo y el azul chillones que consiguen que Victoria son muy caras y pertenecen a
éste sea un lugar de recreo. ingleses en el estilo de su patria de ori-
Aberdeen es un pueblo de pescado- gen, pero hay una de típico estilo chino
res de 50 000 habitantes. No quise pagar tradicional, el que siempre me recuerda
el paseo en barca para ver pobres. El re- a una pagoda, que pertenece a Choi Tai
corrido duró unos cuantos minutos y Fuk, el hombre más rico, dueño de 50 jo-
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Manuel Miño se propone en esta obra hacer una sín- A partir de una perspectiva original que relaciona la et-
tesis sobre la extensa historiografía en torno a la con- nología con la historia, esta coedición con El Colegio de
formación de la sociedad colonial mexicana a partir de México nos muestra la vida, las costumbres y las creen-
un enfoque que centra la observación en el desarro- cias de los chiyapas, pueblo indígena perteneciente a
llo de los pueblos y centros urbanos, los cuales, no la familia de los urus, ubicados en la zona andina de
obstante las grandes diferencias y especificidades Bolivia. Esta obra abre nuevas vías para abordar el es-
en las distintas zonas del territorio, fueron los ejes tudio antropológico, basándose en la minuciosa obser-
articuladores de las regiones tanto política como vación de los mecanismos que emplea un grupo hu-
económicamente. mano para seguir el paso del tiempo, sin perder su sin-
gularidad frente a los demás.
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• Librería Daniel Cosío Villegas • Librería Un paseo • Librería Juan José Arreola
Avenida Universidad 985, por los libros Venustiano Carranza
Col. Del Valle, Pasaje Zócalo-Pino Suárez y Eje Central,
México, D. F. del Metro, Centro Histórico
Tel.: 5524 8933 Centro Histórico, México, D. F.
México, D. F.
Tels.: 5522 3016 y 78
4
gran atractivo el descubrir las modalidades de la evolución his- ortogonal, con grandes plazas y jerarquía de espacios se han
tórica de la arquitectura y el urbanismo —en distintos rincones mantenido a través de los siglos, no es porque así lo hubiera
de nuestro territorio— y captar los diversos enfoques y conte- ordenado el rey de España, sino porque son expresión de la
nidos del concepto de espacio abierto que se han conservado cultura local...
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Programa nacional
Hacia un País de Lectores
El gobierno de la República pone en marcha el programa nacional Hacia un País de Lectores, con el propósito
de incorporar la lectura en la vida de los mexicanos, a partir de un esfuerzo colectivo sin precedentes, con la
unión y la colaboración de todas las esferas de la sociedad.
Principales Acciones
• Aumento del presupuesto de 150 a 600 millo- • Incremento de la adquisición de libros a la
nes de pesos anuales, para la adquisición de acer- industria editorial, pasando de 20 a 50 millones de
vos destinados a la creación de 100 000 bibliotecas y ejemplares anuales y ampliación de la colección
750 000 bibliotecas de aula en escuelas. “Libros del Rincón” de 500 a 1 000 títulos publicados.
• Construcción del nuevo edificio de la Bi- • 1 100 nuevas bibliotecas públicas munici-
blioteca de México José Vasconcelos, que in- pales y rehabilitación y ampliación de 2 000
corporará los más avanzados desarrollos biblioteca- bibliotecas existentes; creación de 12 000 salas
rios, tecnológicos y arquitectónicos, y servirá de eje de de lectura y apertura de 50 librerías CONACULTA.
integración y enlace con las bibliotecas públicas del
país. • Capacitación y actualización anual de
50 000 maestros, bibliotecarios y asesores
• Aportación de 300 millones de pesos por la técnicos como promotores de la lectura.
Fundación Bill y Melinda Gates, para dotar a
1 200 bibliotecas públicas de nuevas tecnologías de la • Fortalecimiento de las bibliotecas y los
información y las telecomunicaciones. centros de información universitarios con tec-
nología de punta.
• Donación de hasta 100 millones de pesos
de la empresa Microsoft de México en progra- • Participación de las empresas de comuni-
mas de software educativo para los módulos de cóm- cación públicas y privadas en la difusión y estí-
puto a 1 200 bibliotecas públicas en todo el país. mulo a la lectura.
; ORDEN DE SUSCRIPCIÓN
Señores: sírvanse registrarme como suscriptor de La Gaceta por un año,
a partir del mes de: _____________________________________________
;
Nombre:
Domicilio:
Colonia:
Ciudad: C.P.:
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tos de envío por la cantidad de $150.00. O, en su caso, ficha de depósito al fax (55) 5449-1827.
Este depósito deberá hacerse a la cuenta No. 51908074799 del Banco Santander Mexicano,
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