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modo siguiente:
Apagadas todas las luces del templo, se recita con voz potente y entonada el pregón de navidad:
1. Vladimir: Hace muchos siglos, cuando las noches eran interminablemente largas
y la luz del día se resistía aparecer en el horizonte.
Cuando los hombres dejaron de darse la mano
y de ofrecerse, los unos a los otros, como ayuda en el camino.
Hace muchos siglos, cuando las injusticias
se desplegaron como un inmenso paraguas
sobre los más pobres y necesitados.
Cuando miles de hombres miraban hacia el cielo
esperando respuestas que, a pie llano, se les negaba
Hace muchos siglos se comenzó a hablar del Nacimiento de un Niño
Un Niño que, con rostro de humano, sería semblante de Dios
Un Niño que, al venir, cumpliría promesas, deseos y sueños de la humanidad
Un Niño que, cuando vino, convirtió el mundo en un remanso de paz
Un Niño que, cuando apareció, se vio el brillo de la bondad
Un Niño que, cuando nació, vino con un corazón rebosante de paz
Con unas manos llenas de amor
Con miradas y llantos con sabor a Dios.
Hace muchos siglos, en Belén, en el silencio
el amor habló de una forma infinitamente humilde:
¡Dios se hizo hombre!
El cielo se rebajó a nivel de la tierra
La humildad asomó por todos sus costados
El perdón y la paz, alcanzó a toda buena voluntad
Después de esta proclamación los niños nuevamente salen por todo el templo con sus pitos y sus
panderetas, mientras nueve de ellos enciende nueve cirios que estarán esparcidos por todo el
templo…. Al terminar de encender los cirios, regresan a la entrada del templo.
Al terminar la segunda lectura, los niños vuelven a entrar repartiendo entre la gente buenas
noticias del inicio de la Navidad. Al terminar vuelven atrás y previamente organizados, introducen
al Niño en el templo acompañados del Gloria de Navidad instrumental, todos se ponen de pie. Los
niños dejan al Niño Jesús sobre la corona de adviento. Al dejarlo en la corona, se entona el aleluya,
se encienden las luces del altar y se proclama el Evangelio.
Homilía.
Después de la Homilía, se desarrolla un acto de Adoración ante la Imagen del Niño Jesús:
Querido Niño Jesús:
Estoy aquí, junto al pesebre, mirándote,
y me siento muy feliz y muy agradecido contigo.
Es muy lindo pensar que tú naciste
para mostrarnos el amor que Dios nos tiene.
Es muy lindo verte ahí, tan pequeño,
y saber que a la vez eres tan grande,
tan importante, porque eres el Hijo de Dios.
Desde aquí, Jesús, quiero decirte que te amo mucho,
y que mi más grande deseo es amarte cada día más.
Amarte y ser bueno como tú nos enseñaste.
Te pido que todos los niños y niñas del mundo
tengan a alguien que les hable de ti,
para que se sientan felices como me siento yo;
y te pido también que todos los grandes, hombres y mujeres,
pensando en ti y mirándote en el pesebre,
aprendan a querer, a respetar y a proteger a todos los niños y niñas.
Querido Niño Jesús,
¡Qué bueno es estar aquí, junto al pesebre!
¡Qué bueno que todos los días fueran Navidad,
y hubiese paz en la tierra,
porque tú estás con nosotros!
Bendice, Señor, nuestras familias para que, ayudados con esta imagen tuya que
durante este tiempo estará en nuestras casas, nos acerque al Misterio de la Navidad y
crezca en nuestros corazones el deseo de abrirlos a tu venida a nuestras vidas.
Ayúdanos a descubrirte en la ternura y en la fragilidad, en la necesidad y en la pobreza,
en el extraño y en el que está lejos, en nuestros seres queridos y en los que viven
alrededor nuestro. Que descubramos a un Dios que está a nuestro lado y que ha venido
para quedarse. Amén.
Al terminar esta oración, el sacerdote entrega el niño Jesús para que lo muestren a la comunidad,
mientras se entona el himno del Gloria (festivo), los niños tratan de presentarlo a toda la
comunidad, después lo acercan al pesebre, se lo entregan al sacerdote y este lo acuesta en el lugar
del pesebre.
Hace la oración al Niño y luego los niños traen los nueve cirios y los dejan a los pies del pesebre.