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La evaluación de los aprendizajes, una visión para mejorar la educación.

Alguna vez, estando dentro o fuera del aula, atendiendo a tu grupo de primaria, terminando
de ver un tema, te has llegado a preguntar ¿y ahora como evaluó? ¿Cómo mido el
aprendizaje? Yo creo que más de una vez lo has hecho; reflexionando en estas preguntas me
llega a la menta que el hecho de evaluar es una de las tareas más ingratas, más complicadas
y sin embargo crecidamente necesaria.
Evaluar para aprender, eso dicen algunos autores, evaluar para crecer, llegan a comentar los
directivos o autoridades educativas de nuestro centro escolar, y yo como docente puedo
decirte que la evaluación va más allá de aprender y crecer, la evaluación tiene su inicio y su
fin en mejorar el aprendizaje compartido con mi alumno, y por ende en avaluar la manera en
como compartirlo, sin duda estamos en un mundo globalizado que nos obliga y pide que mi
alumno sepa todo y nada, sí, todo al mismo tiempo, que conozca su historia, y la del mundo,
que aprecie su cultura y la del vecino, que se conozca así mismo y sea empático, y nada,
porque pareciera que entre tanto y tanto conocimiento mi alumno se pierde, se conflictúa, en
fin, nos pide una educación holística e integral , y por ende una evaluación creativa, flexible
y humanista.
Con todas las ideas generadas anteriormente quiero plantear la primera conexión que la
evaluación de los aprendizajes tiene con la mejora continua de la educación, y es que parece
simple, pero no lo es, evaluar para mejorar es una formula sencilla que engloba miles de
resultados y formas de llegar a dicha acción, pero ojo, evaluar no sucede solo en un momento
o en un hecho, como lo mencione líneas atrás evaluar es cambiar, modificar, generar nuevas
ideas, opciones, maneras de enseñar y de aprender, si percibimos que evaluar no es crear un
juicio de valor ya estamos del otro lado, si notamos que la evaluación es un acto natural del
ser humano que debe ser bien orientado, entonces estamos entendiendo que nuestro objetivo
como docentes al evaluar a nuestros alumnos y sus procesos de aprendizaje radica en
promover la creatividad, el análisis crítico y el autoconocimiento; si es así, ya estamos
entendiendo y comprendiendo en que consiste verdaderamente evaluar para mejorar.
Hemos analizado que es o podría ser ciertamente la evaluación para la mejora de los
aprendizajes y de la educación, pero, ¿en verdad la evaluación es la única opción para
mejorar? Tal vez si, tal vez no, y es que todo depende del contexto en el que nuestros alumnos
se desarrollen, se desenvuelven, es decir, del cómo y de las razones por las cuales están
dispuestos a aprender.
Es decir, como docentes tenemos un trabajo didáctico, entiéndase como didáctica el arte de
enseñar, de compartir lo que sabemos, y de impactar en la manera en que lo enseñamos,
partiendo de esta idea, cada alumno entiende y comprende de manera diferente lo que
enseñamos, es decir, estamos hablando de una evaluación basada en la cultura, en prácticas
sociales, yo docente no puedo evaluar de igual manera a un alumno que viene de una
comunidad rural y a un alumno que ha crecido en una zona urbana, este sería el primer gran
paso en la tarea de una evaluación para la mejora de la educación, la inclusión en la
evaluación.
¿Cómo generamos una inclusión dentro de la evaluación? No es sencillo, cada profesor tiene
una manera de evaluar, manera adoptada ya sea por algún profesor que le enseño, por
capacitaciones o por el simple hecho de una herencia entre docentes, sea cual sea el caso todo
docente debe saber que la inclusión en la evaluación es un tema que radica en cuestiones
culturales, lingüísticas, emocionales y sociales, no todos los alumnos aprenden igual, ni al
mismo ritmo, pero si debemos de asegurarnos que todos aprendan el mismo contenido, vaya,
que mi alumno de una zona rural se identifique con su contexto y el del mundo, y que un
alumno de zona urbana sea capaz de valorar su riqueza cultural y promoverla dentro de sus
esferas sociales, de este modo estamos dando un gran paso en generar aprendizajes auténticos
basados en la realidad de cada estudiante. Lo anterior funciona como un sinónimo y un
ejemplo de inclusión en la educación y por ende una opción de mejora en la evaluación,
porque logramos abarcar diversas ideas, formas, tiempos, pensamientos, culturas, lenguas
dentro del aula, y para evaluarlas basta darnos cuenta en como alumnos de diferentes lugares
comparten lo que saben, y así generamos nuevamente una evaluación cultural dentro del aula
que quizás está basada en una evaluación formativa en pro de la educación cultural.
La evaluación nos permite ir cambiando y mejorando la forma de enseñar y así mismo la
manera en que aprenden nuestros alumnos, integrar ideas, pensamientos, y generar nuevas
representaciones de como percibir el mundo, pero ¿Qué nos garantiza que la evaluación
mejore la educación?
Quizás nada nos pueda garantizar la gran incógnita que lance en el párrafo anterior, porque
la evaluación no se presenta en un solo formato o edición, la evaluación solo se usa para
medir o evaluar, la evaluación también suele utilizarse para crear nuevos estándares, nuevas
formas de aprender o enseñar, nuevas ideas de como iniciar; es bien sabido que existen dos
grandes tipos de evaluación en la educación, la formal y la sumativa, ambas juegan un papel
importante, la sumativa porque nos genera un estándar más objetivo para guiar nuestros
procesos de enseñanza y la formal que nos ayuda a mejorar dichos procesos, pero esto no
significa que al combinarlas estemos generando evaluaciones de calidad y meramente
orientadas a una realidad autentica, por ejemplo, un alumno de quinto grado que entrego
todos sus trabajos, tareas, participo de manera activa y frecuente en clase, llego puntual, con
su uniforme completo se vueleve un alumno ideal o ejemplar para la clase y el profesor, en
cambio un alumno que hizo todo lo contrario desempeña un papel de cómo no debería ser un
alumno ¿creen que es justo? ¿creen que ese alumno que no cumplió deba ser evaluado con
los mismos estándares? Quizás la normativa nos diga que sí, pero la realidad nos dice que
no, la realidad nos indica que debemos hacer adecuaciones a nuestras formas de entender y
aplicar la evaluación, si podemos y somos capaces de entender y comprender este hecho,
entonces, ya estamos evaluando una realidad y no una mera utopía de lo que viene siendo la
educación en México.
Utopías, eso es lo que llega a evaluar un maestro, aprendizajes, así les solemos llamar a dichas
utopías, yo no puedo terminar esto sin decir que la evaluación en México en pro de la mejora
de la educación y por ende de los procesos de enseñanza y aprendizaje debe estar basada, y
siempre debería de estar basada, en la realidad y no en políticas, en necesidades auténticas
de nuestra aula y no en mera carga administrativa, bajo el estandarte de mejorar la educación
que cada uno de nuestros alumnos recibe. Este es el verdadero objetivo de la evaluación.
En conclusión, puedo decirles que la evaluación para la mejora de la educación se resume a
tres ideas básicas o fundamentales, la primera es hacer hincapié y tener muy en claro la idea
de que la evaluación debe estar basada en factores culturales y sociales, es decir, en la realidad
a la que me enfrento como docente, no puedo evaluar a alguien o a algo si no estoy consciente
del lugar donde me encuentro y hacia donde quiero ir.
La segunda idea base es reconocer la diversidad dentro y fuera de mi aula, y por ende
reconocer que la educación es sinónimo de diversidad y al mismo tiempo sinónimo de
inclusión, educar significa ver mis procesos de enseñanza y los procesos de aprendizaje desde
diferentes perspectivas y vértices, si somos capaces de hacerlo, logramos un aprendizaje y
una educación autentica en los centros educativos.
Por último, pero no menos importante, debemos aceptar que evaluar para mejorar la
educación es una tarea continua, holística, cambiaste y modificable, y que no existe una sola
fórmula para llegar a realizar dicha acción, debemos estar atentos a los cambios que nos
rodean, y estar en la total idea que educar para mejorar igual es generar una evaluación que
nos permita englobar.

Bibliografía
Arriola, P. (18 de Junio de 2019). La nueva escuela mexicana. El sol de Hidalgo , págs. 14-15.

L., F. (2006). Educación proyectiva. Montevideo : Tradinco .

L., S. (2006). La evaluación en el aula. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la


Educación (INEE). Ciudad de México : ACE/Praeger .

Pedro Ravela, B. P. (2017). ¿cómo mejorar la evaluación en el aula? Ciudad de México : Grupo
MAgro Editores .

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