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FINANZAS.

Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título Socialismo: desde
aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien común e igualdad social, hasta los proyectos
reformistas de construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o las variantes
pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones
de socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los interlocutores
políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor medida de su etimología: estatistas,
nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado
o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.
El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el
establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una clase
trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe
crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o
mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases
estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario
socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del
pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios
que se persiguen.
DIFERENCIAS ENTRE SOCIALISMO Y CAPITALISMO.
1. El papel otorgado al Estado
En el capitalismo, el Estado es visto fundamentalmente como una entidad que se encarga de evitar
que los habitantes del mismo violen los derechos fundamentales de sus conciudadanos, ya sea
atacando físicamente o robando y destruyendo elementos de su propiedad. Adicionalmente, el
Estado puede poner más o menos énfasis en la redistribución.
En el socialismo, en cambio, el Estado es visto como una maquinaria por la que una clase social
impone sus intereses a la otra. Por ello, las minorías acomodadas pueden resguardarse de las
tentativas de colectivizar los recursos.
La crítica a la propiedad privada, o la ausencia de ella
La propiedad privada es la piedra angular del capitalismo, dado que el capital es siempre algo que
pertenece a una serie de personas concretas, y no a todo el mundo. Es por eso que en este sistema
económico y productivo se presta mucha atención a la defensa de la propiedad privada.
En el socialismo, en cambio, se asume que la propiedad privada no tiene razón de ser, y que lo
deseable es la colectivización de los recursos (si bien algunas de sus variantes solo defienden la
colectivización de los medios de producción, no de cualquier bien).
Énfasis en la libertad o énfasis en la igualdad
En el capitalismo lo que importa es que todo el mundo tenga la capacidad de elegir entre el mayor
número posible de opciones, al menos teóricamente. Se entiende, por tanto, que la ausencia o escasez
de prohibiciones y la existencia de un amplio repertorio de acciones a realizar y productos que adquirir
equivale a la libertad.
En el socialismo, en cambio, se huye del consumismo y se defiende más el principio de la igualdad,
ya que sin este hay personas que se ven obligadas a elegir entre un abanico reducido e opciones poco
atractivas, debido a que existe una clase dominante (lo cual, a la práctica, significa que no hay libertad).
4. En uno se motiva a competir, en el otro no
Otra de las grandes diferencias entre el socialismo y el capitalismo es que en este último se educa a
las personas para que compitan entre sí, dado que no hay unas garantías mínimas de calidad de
vida garantizadas sistemáticamente para la mayor parte de la población.
En el socialismo no todo gira en torno a la competición, lo cual no significa que no se trabaje (en caso
de no hacerlo siendo capaz, hay sanciones). Esto es así porque en este sistema sí se atienden las
necesidades básicas.
5. Sistema de producción
En el capitalismo se presta especial atención a la necesidad de producir constantemente y de abrir
nuevos tipos de mercados creando productos o servicios. Esto es así porque por la lógica de su
funcionamiento centrada en la competitividad siempre hay entidades o personas interesadas en
desplazar a la competencia y vender a sus clientes, o de abrir un nuevo nicho de mercado con un
producto o servicio que no tiene nada parecido con lo que competir.
En el socialismo, en cambio, no existe la necesidad de producir constantemente nuevos bienes y
servicios, sino que tan solo se hace cuando hay una necesidad clara.
6. Focalización o no en el interés individual
En el capitalismo priman las voluntades de los individuos, lo cual significa que se rechaza la idea de
una economía planificada. Esto es así porque se entiende que es necesario que haya libertad de
mercado, entendida como un contexto en el que hay las mínimas regulaciones posibles en el
intercambio de bienes y servicios. Además, se asume que el valor de un bien o servicio es subjetivo,
por lo que todos aquellos cuya comercialización sea viable tiene razón de ser: si hay quien lo compra,
es útil.
En el socialismo, en cambio, se pone énfasis en los intereses colectivos, por lo que se trata de abordar
fenómenos que afectan a todo el mundo, como por ejemplo las crisis de la preservación del medio
ambiente o el sexismo. Sigue existiendo el mercado, pero este es visto como un medio por el que
circulan elementos objetivamente útiles para la población.
DERECHOS ECONÓMICOS.
El Capítulo VII de la Constitución venezolana de 1999 corresponde exactamente al enunciado que
intitula: “Derechos Económicos”. En realidad casi todas las disposiciones del mencionado Capítulo se
refieren a tales derechos, que junto con los sociales completan el antiguo cuadro de los derechos
individuales con las modificaciones que éstos sufren en la nueva organización jurídica de la sociedad
en el ámbito mundial.
1. Libertad de Industria y Comercio
Es el derecho de dedicarse libremente a cualquier actividad económica sin más limitaciones que las
previstas en la Constitución y las leyes por razones de desarrollo humano, seguridad, sanidad,
protección del ambiente u otras de interés social. (Art. 112).
Con toda claridad expresa la nueva Constitución la filosofía con que encara el Estado la promoción
de la iniciativa privada: “El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la
cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley”. (Art. 114).
2. Prohibición de Monopolios
Artículo 113: “No se permitirán monopolios. Se declaran contrarios a los principios fundamentales de
esta Constitución cualquier acto, actividad, conducta o acuerdo de los y las particulares que tengan
por objeto el establecimiento de un monopolio o que conduzcan, por sus efectos reales e
independientemente de la voluntad de aquellos o aquellas, a su existencia, cualquiera que fuere la
forma que adoptare en la realidad. También es contraria a dichos principios el abuso de la posición de
dominio que un particular, un conjunto de ellos o ellas o una empresa o conjunto de empresas,
adquiera o haya adquirido en un determinado mercado de bienes o de servicios, con independencia
de la causa determinante de tal posición de dominio, así como cuando se trate de una demanda
concentrada. En todos los casos antes indicados, el Estado adoptará las medidas que fueren
necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio, del abuso de la posición de
dominio y de las demandas concentradas, teniendo como finalidad la protección del público
consumidor, los productores y productoras y el aseguramiento de condiciones efectivas de
competencia en la economía”.
No obstante la prohibición de monopolios, en la propia Constitución se establece una excepción que
se justifica por si sola: “Cuando se trate de explotación de recursos naturales propiedad de la Nación
o de la prestación de servicios de naturaleza pública con exclusividad o sin ella, el Estado podrá otorgar
concesiones por tiempo determinado, asegurando siempre la existencia de contra prestaciones o
contrapartidas adecuadas al interés público”.
3. Derecho de Propiedad
Uno de los derechos más importantes de las viejas constituciones que ha padecido la más radical
transformación en las nuevas declaraciones es el derecho de propiedad.
En la Constitución de 1999, siguiendo los más avanzados conceptos de la de 1947 y 1961, el Estado
garantiza el derecho de propiedad. Pero: “La propiedad estará sometida a las contribuciones,
restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general”.
a. La Expropiación
Tal vez no exista en la Constitución Venezolana disposición más constante que la expropiación por
causa de utilidad pública. Constituciones jurídicas o inauténticas la contienen. En cambio, la actual no
le dedica un artículo especial, sino que la engloba con el derecho de propiedad y habla del pago
“oportuno” de justa indemnización. Ella establece en el artículo 115 que “sólo por causa de utilidad
pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización podrá ser
declarada la expropiación de cualquiera clase de bien”.
b. La Confiscación
La Carta actual incluye entre los derechos económicos y como una garantía inherente al derecho de
propiedad, la prohibición de las confiscaciones de bienes.
La confiscación, o sea la expropiación sin compensación de las propiedades y pertenencias de una
persona en beneficio del fisco o del Tesoro Público, es una de las instituciones más antiguas y de las
muy pocas que no han perdido a través de los siglos su significación original.
Por lo que respecta a la Constitución del 99, se mantuvo en ella el principio que prohíbe la confiscación
de bienes con las excepciones en materia de bienes provenientes de delitos cometidos contra el
patrimonio público, de los bienes de quienes se hayan enriquecido ilícitamente al amparo del Poder
Público, y de los bienes provenientes de las actividades vinculantes al tráfico ilícito de sustancias
psicotrópicas y estupefacientes.
4. Derecho a bienes y servicios de calidad
Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una
información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios
que consumen, a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno. La ley establecerá los
mecanismos necesarios para garantizar esos derechos, las normas de control de calidad y cantidad
de bienes y servicios, los procedimientos de defensa del público consumidor, el resarcimiento de los
daños ocasionados y las sanciones correspondientes por la violación de estos derechos. (Art. 117).
5. Derecho de Asociación Económica
En la Constitución vigente, entre los derechos económicos, aparece “el derecho de los trabajadores y
de la comunidad para desarrollar asociaciones de carácter social y participativo”, y la Constitución de
1999 es amplia y explícita al respecto. Se le llama así no sólo porque consagra el reconocimiento de
las asociaciones, cooperativas, cajas de ahorro y mutuales, en las que los trabajadores se integran
para el mejor desarrollo de beneficios colectivos, sino porque van encaminadas principalmente a
proteger a las comunidades menos favorecidas en su condición social y participativa.

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