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Paulo Ramírez

Monumentalidad y Louis Kahn


Antes de poder comentar que hay de monumental en las obras Kahn, porque al decir hay
ya se acepta de alguna manera el carácter que sus obras guardan, se debe conocer un poco
del tema. La primera idea al pensar en monumento puede hacer referencia a tamaño o escala,
de gran magnitud y proporciones gigantes, y aunque esta idea no se puede descartar totalmente
del concepto, no es la principal y tampoco la esencia de lo que se busca. Se puede decir que
es una característica que viene dada por la misma obra. En su escrito “Monumentalidad” Kahn
no da una definición precisa, pero nos acerca un poco a su pensamiento de como concibe estas
obras.

“La monumentalidad en arquitectura debe definirse como una cualidad, una cualidad
espiritual inherente a aquella estructura que porta en sí la inmortalidad, nada se le puede
agregar o cambiar. Reconocemos esta cualidad en el Partenón, el símbolo reconocido de la
civilización griega.” (Kahn 1944)

En esta primera frase nos habla de una “cualidad espiritual inherente”, lo cual no precisa
ningún elemento arquitectónico, tampoco físico. Un elemento completamente perceptual el cual
las personas reconocen en elementos físicos que los representan, o en este caso representan
a una civilización antigua como lo fue la griega. Y es una cualidad increíblemente difícil de
definir, ya que cada persona tendrá una percepción diferente de ese elemento. En este
momento podemos introducir una segunda frase:

“La monumentalidad es enigmática. No puede crearse intencionalmente. No son necesarios ni


el material más exquisito ni la tecnología más avanzada”. (Kahn 1944)

Ahora está “cualidad espiritual inherente” es enigmática, de cierta manera difícil de


comprender. Es un pensamiento que aún se mantiene fuera de la idea de algo tangible, es
algo que no podemos prever pero lo tenemos a la mano, lo cual deja a la definición de
monumentalidad en un concepto perceptual, sensorial, más allá de cualquier elemento
arquitectónico tangible o estilo definible. Así que esos elementos que buscaremos en la
arquitectura de Kahn se tienen que percibir a través de los sentidos, ¿Qué emociones me
causan los edificios de Kahn? Es una buena pregunta para empezar.
El recorrido por sus edificios a través de la perspectiva de su hijo y sus compañeros de
trabajo observado en el documental "Mi arquitecto: el viaje de un hijo" (2003) deja ver
mayormente más emoción en sus narradores que elementos arquitectónicos de las obras, y
aunque sean esos elementos los que causan emoción como comenta Sostres J. M. (1951),
“no se trata de que sus dimensiones estén o no a escala humana o de un presupuesto más o
menos amplio, sino de una justa proporción de todos los aspectos”, recordamos a los griegos
y el establecimiento de órdenes para el desarrollo de sus obras.
Hablando un poco de sus edificios se puede decir que ese carácter monumental viene
dado por una serie de condiciones que acomodan a sus espectadores en espacios que
generan emociones y sensaciones enigmáticas. Y en un carácter formal estos espacios son
formados por volúmenes fácilmente reconocibles como lo son el paralelepípedo, el cilindro y el
propio cubo, acompañados por elementos geométricos como cuadrados, triángulos y
circunferencias visibles ampliamente en sus fachadas y cubiertas. El posicionamiento de la
pieza arquitectónica en el espacio también influye ampliamente en sus características,
sobretodo en el caso de la biblioteca de Exeter y el conjunto gubernamental de Bangladesh,
los cuales se encuentran en un punto aislado, sin grandes edificaciones alrededores. Sumado
a la disposición de planos, vanos y muros de una manera bien pensada. Comenta Sostres
(1951) de instituto de óptica de Madrid, “no es necesario recurrir a las “dimensiones
sobrehumanas” ni a la retórica arqueológica para lograr la monumentalidad; basta con unos
huecos bien proporcionados y dispuestos”.

Bibliografía
Kahn L. (1944). Monumentalidad. Publicado en Wrigting, Lectures, Interviews. Rizzoli, 1991.
Recuperado de: http://louiskahn.es/Conferencias.html#up (28-10-2019)
Sostres J. M. (Mayo 1951). La Arquitectura Monumental. Revista Nacional de Arquitectura.
Núm 113, pág 24 – 27.
Recuperado de: http://www.coam.org/es/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100-anios/etapa-1946-
1958/revista-nacional-arquitectura-n113-Mayo-1951 (28-10-2019)

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