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CONSTITUCION Y DEMOCRACIA

Unidad 1.
Caso Practico 1, U1.

Estudiante:
Rodrigo A. Londoño Pardo

Profesor:
Milton Marino Gómez Ortiz

Corporación Universitaria UNIASTURIAS


ADMINISTRACION Y DIRECCION DE EMPRESAS
2017
CASO PRÁCTICO 1, U1

En las dos décadas finales del siglo XX, la mayor parte de las propuestas de cambio
institucional no prosperan en el Congreso Nacional. En el gobierno de López Michelsen
(1974-978), se buscó realizar algunas modificaciones a la Constitución de 1886, a través de
un mecanismo extraordinario, una asamblea constituyente, la cual debería analizar:

a) El régimen territorial.
b) La posibilidad de crear un órgano especializado en el control constitucional,
derente a la Corte Suprema de Justicia.

Pero debido a que se planteaba que el legislativo, como constituyente secundario


ordinario, le subdelegara esta atribución a la Asamblea Constituyente, una vez se
demanda el respectivo acto legislativo ante la Corte Suprema, ésta lo declaró contrario a
la Carta Constitucional, bajo el supuesto que la facultad que tiene el Congreso es derivada
del pueblo (constituyente primario) y por ende, no puede ser subdelegada en otro órgano.

Luego, el presidente Julio Cesar Turbay (1979), presentó una nueva propuesta de reforma
constitucional al Congreso Nacional, con unos temas centrales. ¿Cuáles eran estos temas?

Reformas a la Justicia y el ministerio publico

En consecuencia, el gobierno de Julio César Turbay no presentó proyectos de reforma del


Congreso. Se limitó a ejercer las presiones políticas necesarias para que los quince
proyectos introducidos por congresistas pertenecientes a diversos grupos políticos se
unificaran en un solo proyecto de Acto Legislativo, y que la ponencia fuera favorable a las
iniciativas que el gobierno estimaba más apropiadas. Posteriormente, el Presidente urgiría
la aprobación de la reforma de una manera más personal.

Tanto los problemas de la inseguridad, los secuestros, la acumulación de expedientes en


los juzgados, el hacinamiento en las cárceles, los problemas de la droga, etc. , como los
problemas políticos emanados de la dificultad con la cual operan los partidos políticos y el
Congreso, se consideran susceptibles de mejoría mediante la reforma de las leyes o de la
Constitución. En Colombia se cree firmemente que un gobierno debe hacer reformas
legales para enfrentarse a problemas que en otros términos serían considerados fallas
estructurales de la sociedad, cuya solución no dependería exclusivamente del marco legal.
Es lo que algunos estudiosos llaman el "fetichismo" legal de los colombianos. Por otra
parte y casi simultáneamente se ven con escepticismo estos cambios, pues parece que
aún es válido aquello de que "las leyes se obedecen pero no se cumplen"

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