Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1
El clásico libro de Darwin argumentaba tres proposiciones importantes
relacionadas. La primera era que «las especies no son inmutables». Con eso
se refería a que han aparecido nuevas especies en el largo decurso de la
historia de la tierra mediante un proceso natural que llama «descendencia con
modificaciones». La segunda proposición era que este proceso evolutivo puede
extenderse para que dé cuenta de toda o casi toda la diversidad de la vida,
porque todos los seres vivos descendieron de un número muy pequeño de
antecesores comunes, quizá de un solo antecesor microscópico. La tercera
proposición, y una de las más distintivas del darwinismo, era que este vasto
proceso fue conducido por la selección natural, o «supervivencia de los más
aptos», una fuerza conductora tan eficaz que podía lograr prodigios de
manufactura biológica que las personas de épocas anteriores habían creído
que exigía la mano conductora de un creador.1 El tema de este capítulo es la
prueba que haya en favor de esta tercera proposición.
2
Cuando Darwin escribió El Origen de las Especies, no pudo
presentar ningún caso de selección natural porque nadie los había
buscado. Recurrió en lugar de ello a una analogía con la selección
artificial que emplean los criadores de animales y de plantas para
mejorar variedades domesticadas de animales y plantas. Al criar
sólo en base de las ovejas más lanudas, de las gallinas más fértiles,
etc., los criadores han tenido unos éxitos espectaculares en alterar
casi cualquier rasgo imaginable de nuestros animales y plantas
domésticos, hasta el punto en que la mayoría de ellos difieren de
sus antecesores silvestres mucho más que difieren de ellos las
especies relacionadas.
3
cosa de opinión o de clasificación subjetiva, sino una realidad
mensurable. El hecho es que la selección da forma tangible a y
reúne todas las variedades que un genoma es capaz de producir,
pero no constituye un proceso evolutivo productor de innovaciones.
4
simplemente un grupo capaz de interfertilizarse. El éxito en dividir una
población de moscas de la fruta en dos o más poblaciones separadas que no
pueden fertilizarse entre sí no constituiría evidencia de que un proceso similar
puede producir con el paso del tiempo una mosca de la fruta de una bacteria.
Si los criadores consiguiesen un día producir un grupo de perros que puedan
reproducirse entre ellos pero no cruzarse con otros perros, habrían sólo dado el
más pequeño de los pasos hacia la demostración de las importantes
pretensiones de Darwin.
5
descendencia. Si la mayor velocidad lleva a caídas más frecuentes, o si los
corceles más veloces tienden a alejarse de las yeguas y a perder
oportunidades reproductivas, entonces la mejora puede ser desventajosa.
6
cuenta del enorme poder de este principio como instrumento de
explicación.
7
darwinismo, Patterson escribe que la teoría puede presentarse en forma de un
argumento deductivo, por ejemplo:
Patterson observa que el teorema establece sólo que tendrá lugar alguna
selección natural, no que sea una explicación general para la evolución.
Realmente, el teorema no establece siquiera que los organismos cambiarán. El
margen de las variaciones hereditarias puede ser estrecho, y las variaciones
que sobreviven pueden ser sólo lo suficientemente favorables para mantener la
especie como es. Posiblemente las especies cambiarían mucho más (en
dirección de una eventual extinción) si los individuos menos favorecidos
consiguiesen reproducir su tipo con mayor frecuencia. Que el efecto de la
selección natural sea el de impedir que una especie cambie no es una mera
posibilidad teórica. Como veremos en el Capítulo Cuatro, la característica
dominante de las especies fósiles es la estasis, la ausencia de cambio. Hay
numerosos «fósiles vivientes» que son muy parecidos en la actualidad a como
eran hace millones de años, al menos hasta donde podamos determinarlo.
8
En realidad, la raza tiene a menudo gran éxito en su resistencia a los
cambios, a menudo durante millones de años, por lo que ha de haber algo muy
errado con esta lógica. Esta vez la confusión la genera la palabra «ventaja».
Ventaja en el sentido propiamente darwinista, como nos lo explica George
Gaylord Simpson, no significa mejora tal como los humanos la concebimos.
Las hormigas y las bacterias poseen tantas ventajas como nosotros mismos, si
lo medimos por el exclusivo criterio del éxito en la reproducción. En cualquier
población, algunos individuos dejarán más descendencia que otros, incluso si
la población no está cambiando o si está dirigida directamente hacia la
extinción.
Hasta este punto hemos estado eliminando algunas falacias simples para
despejar el campo de distracciones, pero ahora llegamos a la importante
categoría que merece nuestro escrutinio más respetuoso. Estoy seguro que en
la actualidad la mayoría de los científicos evolucionistas insistirían en que la
selección natural darwinista es una hipótesis científica que ha sido tan
ampliamente ensayada y confirmada por la evidencia que debería ser aceptada
por las personas razonables como una explicación presumiblemente adecuada
de la evolución de las formas complejas de vida. Esta hipótesis, para ser
precisos, es que la selección natural (en combinación con la mutación) es un
proceso evolutivo innovador capaz de producir nuevas clases de órganos y de
organismos. Esto nos lleva a la pregunta crítica: ¿qué evidencia confirma que
esta hipótesis es cierta?
9
volverán a evolucionar a su estado anterior si el medio revierte a la
normalidad,3pero en este ejemplo podemos ver lo que podría suceder si a los
pájaros se les forzase a vivir en un medio constantemente seco: evolucionarían
una adaptación permanente a aquella clase de semillas que estuviesen
constantemente disponibles. Esto es selección natural en acción, y no es cosa
del azar».
Hay algunos pocos ejemplos más en el capítulo de Futuyma, pero creo que
tienen la intención de ser ilustraciones para mostrar cómo el darwinismo explica
ciertas anomalías como la conducta abnegada y el abanico del pavo real, y no
como ejemplos adicionales de observaciones que confirmen el efecto de la
selección natural para producir cambios. Si tomamos estos seis ejemplos como
los mejores disponibles de pruebas observadas de selección natural, podemos
extraer dos conclusiones:
10
así, las poblaciones de bacterias sensibles a los fármacos, los pájaros
pequeños y las polillas claras pueden quedar reducidas por un cierto período
de tiempo, o en tanto prevalezcan aquellas circunstancias.
Pierre Grassé se sentía tan poco impresionado por esta clase de evidencia
como yo, y resume sus conclusiones al final de su capítulo sobre evolución y
selección natural:
Esta conclusión parece tan evidentemente correcta, que se suscita con ella
otro problema. ¿Por qué otras personas, incluyendo expertos cuya inteligencia
e integridad intelectual yo respeto, creen que la evidencia de fluctuaciones
locales de población confirma la hipótesis de que la selección natural tiene la
capacidad de obrar maravillas de ingeniería, de construir maravillas como el ojo
y el ala? Todos los que estudian evolución saben que el experimento
de Kettlewell con la polilla del abedul es la demostración clásica del poder de
la selección natural, y que los darwinistas tuvieron que esperar un siglo para
ver siquiera esta modesta confirmación de su doctrina cardinal. Todo aquel que
estudia este experimento sabe asimismo que no tiene nada que ver con el
origen de ninguna especie, ni siquiera de ninguna variedad, porque a través de
todo el experimento ya había polillas oscuras y claras. Lo único que cambió fue
la proporción de una variedad respecto a la otra. ¿Cómo puede haber gente
inteligente tan crédula como para imaginar que el experimento
de Kettlewell apoya en manera alguna las ambiciosas pretensiones del
darwinismo? Para responder a esta pregunta hemos de considerar una cuarta
manera en que se puede formular la selección natural.
11
La Academia Nacional de las Ciencias manifestó ante el Tribunal Supremo
que el rasgo más básico de la ciencia es que «se apoya en explicaciones
naturalistas», en contraste a «medios sobrenaturales inaccesibles a la
comprensión humana». En esta última categoría de lo inaceptable los
científicos contemporáneos ponen no sólo a Dios, sino toda fuerza vital no
material que supuestamente pueda conducir a la evolución en la dirección de
una mayor complejidad, conciencia o lo que sea. Si la ciencia ha de llegar a
cualquier explicación en absoluto de la complejidad biológica, tiene que
conformarse con lo que queda cuando se ha excluido lo inaceptable. La
selección natural es la mejor de las alternativas restantes, probablemente la
única alternativa.
12
otros en la manada. ¿Cómo alienta la selección natural la evolución de un
rasgo de sacrificio propio? Algunos darwinistas atribuyen la aparente anomalía
a «selección de grupo». Las naciones humanas se benefician si contienen
individuos dispuestos a morir en batalla por su país, y del mismo modo los
grupos animales que contengan individuos abnegados pueden tener una
ventaja sobre grupos compuestos exclusivamente de individuos egoístas.
13
principalmente un tratado sobre selección sexual.) El ejemplo más famoso de
selección sexual es el llamativo abanico del pavo real, que es evidentemente
un estorbo cuando un pavo real quiere escapar de un predador. El abanico, sin
embargo, es estimulante para las pavas, por lo que su posesión aumenta la
probabilidad de que el pavo real consiga producir descendencia aunque
disminuya su expectativa de vida.
Referencias :
1. Darwin no insistió en que toda la evolución tuvo lugar por selección
natural, ni lo hacen sus sucesores. Él escribió al final de la introducción a la
primera edición (1859) de El Origen de las Especies: «Estoy convencido de
14
que la selección natural ha sido el principal medio de modificación, pero no el
exclusivo», y más adelante se quejó de la «constante tergiversación» que
ignoraba esta salvedad. Por otra parte, Darwin era impreciso acerca de la
importancia de las alternativas, una de las cuales era «variaciones que nos
parece en nuestra ignorancia que surgen espontáneamente». Los
neodarwinistas contemporáneos también practican una flexibilidad
tácticamente ventajosa acerca de la frecuencia e importancia de la evolución
no selectiva. Stephen Jay Gould escribió que esta imprecisión «impone una
gran frustración a todo aquel que quiera caracterizar la moderna síntesis a fin
de someterla a crítica», y estoy seguro de que cada crítico comparte esta
frustración. Los lectores, por tanto, deberían ser cautos y no creer de entrada
las declaraciones de autoridades neodarwinistas de que algún crítico ha
comprendido mal o tergiversado su teoría.
2. «Mutación», según se emplea aquí, es simplemente una etiqueta para
designar al conjunto de mecanismos que proveen la variación genética sobre
la que la selección natural puede actuar. Este conjunto incluye las mutaciones
puntuales, el doblaje cromosómico, la duplicación genética y la
recombinación. El punto esencial es que las variaciones se suponen al azar.
La evolución creativa sería mucho más fácil de concebir si alguna fuerza
conductora hizo que las mutaciones adecuadas llegaran en el momento
oportuno. La teoría genética ortodoxa insiste en que no existe ningún principio
conductor así para las mutaciones, de modo que las criaturas tienen que
arreglarse con todo aquello que la naturaleza ciega les provea al azar.
3. De hecho, eso es exactamente lo que sucedió. El artículo
de Gibbs y Grant(Nature,vol. 327, pág. 511, 1987) informa que los adultos
pequeños sobrevivieron mucho mejor que los grandes después del año
húmedo de 1982-83, lo que invirtió totalmente la tendencia de 1977-82.
Agradecimientos:
SEDIN-Servicio Evangélico
© Copyright 2012, SEDIN - todos los derechos reservados.
Apartat 2002
08200 SABADELL
(Barcelona) ESPAÑA
Se puede reproducir en todo o en parte para usos no comerciales, a condición
de que se cite la procedencia reproduciendo íntegramente lo anterior y esta
nota.
Artículos Relacionados:
Este artículo es un capítulo del libro Proceso a Darwin escrito por Phillip
E. Johnson, A.B., J.D. El resto de los capítulos de este libro están disponibles
también:
Capítulo 1: El Marco Legal.
Capítulo 2: Selección Natural.
Capítulo 3: Mutaciones, Grandes y Pequeñas.
Capítulo 4: El Problema de los Fósiles.
Capítulo 5: El Hecho de la Evolución.
Capítulo 6: La Secuencia de los Vertebrados.
Capítulo 7: La Prueba Molecular.
15
Capítulo 8: La Evolución Prebiológica.
Capítulo 9: Las Reglas de la Ciencia.
Capítulo 10: La Religión Darwinista.
Capítulo 11: La Educación Darwinista.
Capítulo 12: Ciencia y Pseudociencia.
16