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1 Reanimación

cardiopulmonar

Julia Patricia Hernández Martínez

INTRODUCCIÓN

La reanimación cardiopulmonar es una serie de técnicas que se aplican a un


paciente en paro cardiorrespiratorio.
La causa más común es la brilación ventricular/taquicardia ventricular sin
pulso presente en 90% de los primeros 10 min de evolución, más tarde se con-
vierte en asistolia.
Debido a que muchos de los paros cardiacos se producen fuera del hospi-
tal y principalmente en pacientes con cardiopatía isquémica, la Asociación Ame-
ricana del Corazón difundió el concepto de cadena de supervivencia, mediante
la cual el sistema de salud permite la asistencia básica y especializada en el
periodo más corto posible ante este padecimiento.
El objetivo de la reanimación cardiopulmonar (RCP) es proporcionar y de-
volver una circulación, ventilación y oxigenación ecaces, con el n de retornar
la circulación sanguínea y con esto evitar secuelas en la función neurológica.
Las maniobras de RCP se pueden dividir en dos grupos: 1) soporte vital
básico; 2) soporte vital avanzado. Las acciones para realizar estas maniobras se
llevan a cabo bajo los siguientes enfoques sistemáticos: CAB (compresiones
torácicas, apertura de la vía aérea, buena respiración)

SOPORTE VITAL BÁSICO

Antes de iniciar el CAB, se deben evaluar los siguientes pasos para tratar cual-
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quier tipo de urgencia:

1. Vericación del estado el paciente. Se debe de evaluar la respuesta de éste,


si respira normalmente o no; si la persona no respira, sólo jadea, boquea se
debe de suponer que está en paro cardiorrespiratorio y es necesario activar
el sistema de emergencias.
2. Activación del servicio de urgencias. Hacer contacto con el servicio de ur-
gencias para que envíen a la brevedad posible una unidad de atención
médica móvil que cuente con el equipo necesario para la atención.
3. Evaluación del CAB:

C. Circulación. Evaluar el pulso carotideo durante 10 segundos (gura 1-1A), si no


tiene pulso iniciar compresiones torácicas sobre el esternón en la parte media, en
el cruce de una línea imaginaria horizontal que pase por ambos pezones. Las com-
presiones tienen que ser rápidas, fuertes y continuas, hasta descender el tórax 5
cm como mínimo, permitiendo una completa expansión del tórax posterior a cada
compresión, con una frecuencia de 30 compresiones por dos respiraciones, lo cual

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2 MIP. Manual de medicina de urgencias (Capítulo 1)

Figura 1-1. A) Evaluar pulso carotideo. B) Compresiones torácicas (espalda recta, brazos rmes).
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constituye un ciclo (gura 1-1B). Al momento de completar cuatro ciclos de venti-


lación y compresiones torácicas se vuelve a evaluar el pulso, continuando de esta
manera hasta que se tenga disponible el equipo de desbrilación.
D. Desbrilación. Si no se detecta pulso y el desbrilador está disponible, es
necesario conectarlo al paciente, en ese momento se suspenden las maniobras
que se estén realizando y se evalúa el ritmo del paciente; en caso de que se
encuentre en brilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso se aplica
la desbrilación a la brevedad, es posible aplicar 200 J, si es un desbrilador
difásico, en caso de que sea monofásico se aplican 360 J. Las dosis sucesivas
deberán de ser equivalentes, el uso de dosis mayores dependerá del escenario
clínico. Posterior a la desbrilación deben continuar las compresiones torácicas,
una vez terminado el ciclo es importante corroborar el pulso.
A. Vía aérea. Para lograr la permeabilidad de la vía aérea se inclina la cabeza y
levanta el mentón; si hay sospecha de antecedente traumático sólo se eleva la
mandíbula sin inclinar la cabeza (gura 1-2A y B).
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A B

Figura 1-2. A) Posición para permeabilidad aérea. B) Sospecha de traumatismo.

B. Buena respiración. Posterior a las 30 compresiones torácicas se efectúan


dos respiraciones con la técnica de boca a boca (usar una mascarilla facial si
está disponible (gura 1-3). Cada respiración debe durar un segundo y se tiene
que vericar elevación del tórax, cuando éstas terminen se debe de reanudar el
ciclo de compresiones.

SOPORTE VITAL AVANZADO

Se puede realizar en un medio hospitalario o bien, en una unidad que cuente


con todos los instrumentos necesarios, debe disponer de áreas especícas que
cuenten con un desbrilador, tomas de oxígeno, carro de paro y el personal
capacitado para llevar a cabo estas maniobras.
En el medio hospitalario es importante determinar la o las causas que lle-
varon al paciente a un paro cardiaco, esto con el n de determinar el tratamien-
to más ecaz durante la reanimación y aminorar las complicaciones que puedan
presentarse en un paciente posparocardiaco.
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Dentro de las causas más frecuentes se encuentran enlistadas a continua-


ción en el cuadro 1-1:

Figura 1-3. Uso de mascarilla (manteniendo la posición de la cabeza).


4 MIP. Manual de medicina de urgencias (Capítulo 1)

Cuadro 1-1. Causas más frecuentes de paro cardiaco


5H 5T
Hipovolemia Neumotórax a tensión
Hipoxia Taponamiento cardiaco
Hidrogeniones (acidosis) Tóxicos
Hipocalemia/ hipercalemia Trombosis pulmonar
Hipotermia Trombosis coronaria

Si bien, los pasos a seguir durante la reanimación se describen de forma


escalonada, hay que tomar en consideración que el equipo de reanimación tra-
baja de forma horizontal, es decir, deben realizar al unísono todas las maniobras
descritas, todas ellas con base en el enfoque sistemático CAB. el cual se explica
a continuación.

Compresiones torácicas, administración de fármacos y


desbrilación

En cuanto se detecte a un paciente en paro cardiorrespiratorio, se inician las


compresiones torácicas, que de igual manera tienen que ser rápidas, fuertes y
continuas, la diferencia con el soporte vital básico está en que se dan por inter-
valos de 2 min, de forma ininterrumpida, después de los dos minutos, se corro-
bora pulso y ritmo cardiaco para evaluar si es un ritmo desbrilable o no, si el
paciente presenta asistolia, actividad eléctrica sin pulso, es necesario continuar
con las compresiones.

Fármacos a administrar

Es importante tener en consideración que en el servicio hospitalario, mientras


se están llevando a cabo las compresiones torácicas, el personal auxiliar realiza
la colocación de un acceso venoso, se preere uno periférico con calibres cortos
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y gruesos (14 Fr o 16 Fr), ya que con este tipo de catéteres el fármaco alcanza la
circulación sistémica en un minuto.
El tipo de solución a administrar dependerá del escenario clínico en el cual se
manifestó el paro cardiorrespiratorio, por lo general se preeren soluciones salinas.
Después de suministrar el fármaco se aplica un bolo de 20 mo de solución para que
el medicamento no se quede en venoclisis y alcance la circulación sanguínea.
La Asociación Americana del Corazón recomienda el uso de diferentes fár-
macos para los pacientes que se encuentren en paro cardiorrespiratorio, algu-
nos de ellos tienen indicaciones precisas y otros se utilizan de forma rutinaria,
la elección de cada uno de ello va a depender del escenario clínico en el cual se
sitúe, dichos medicamentos se clasican en tres grupos: vasopresores (adrena-
lina, vasopresina y atropina), antiarrítmicos (amiodarona y lidocaína), y trata-
miento adjunto (bicarbonato de sodio, calcio, magnesio).

Vasopresores
La adrenalina es una de las sustanacias más utilizadas, indicados en pacientes
con brilación ventircular (FV), taquicardia ventricular sin pulso, actividad eléc-
Reanimación cardiopulmonar 5

trica sin pulso y asistolia. La adrenalina es un agente simpaticomimético que


actúa como un potente agonista adrenérgico estimulando los receptores  y ,
produciendo vasoconstricción arterial, la cual tiene efectos benécos, ya que
aumenta la presión de perfusión coronaria, el ujo sanguíneo cerebral y la pre-
sión disatólica aórtica durante la RCP. La estimulación de los receptores 1 in-
crementa la frecuencia cardiaca y contractilidad miocárdica, lo cual es útil en el
periodo posresucitación, pero estos efectos a menudo son considerados depre-
sivos porque provocan crecimiento del consumo miocárdico de oxígeno y pue-
de perjudicar la perfusión subendocárdica. La estimulación de los receptores 2
causa relajación del musculo liso respiratorio, disminuyendo la presión de per-
fusión coronaria y cerebral.
La dosis es de 1 mg cada 3 a 5 min de manera continua, ésta no tiene lími-
te, aquellas mayores no han demostrado mayor efectividad ni evidencia signi-
cativa en cuanto a sobrevida ni en el pronóstico neurológico.
Vasopresina es un péptido hormonal que por lo general se libera de la
hipósis posterior en respuesta a demandas siológicas relacionadas a hipovo-
lemia signicativa o hipoperfusión sistémica. La vasopresina sintética funciona
como un vasopresor noradrenérgico , el cual produce vasoconstricción periféri-
ca por acción de los receptores V1 en el endotelio. A diferencia de la adrenalina,
la vasopresina no tiene efectos directos sobre la contractilidad miocárdica y por
lo tanto no aumenta la demanda de oxigeno cerebral y miocárdico. Diversos
estudios han demostrado que la vasopresina incrementa el ujo sanguíneo en
órganos vitales.
La dosis inicial es 40 unidades vía intravenosa, tomando en cuenta que la
vida media es de 20 min. Se recomienda como fármaco de primera elección,
posterior a la administración de adrenalina.
Atropina. Durante el paro cardiaco el tono parasimpático esta aumentado
debido a una estimulación vagal, lo cual lleva a una disminución de la frecuen-
cia cardiaca, las resistencias vasculares sistémicas y la presión sanguínea. La
atropina es un medicamento que estimula la automaticidad del nodo sinoatrial
y la conducción auriculoventricular por acción vagolitica directa y antagonismo
competitivo de la acetilcolina del nodo sinoatrial a nodo aurculoventricular. La
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asistolia puede precipitar o exacerbarse por exceso del tono vagal, por esta ra-
zón la atropina posee una ventaja siológica teórica, pese a esto el uso de
atropina en el paro cardiaco es limitado. La atropina era el medicamento inicial
de elección, utilizado como parte del ACLS (Advanced Cardiovascular Life Sup-
port), para el tratamiento de asistolia y actividad eléctrica sin pulso por las pro-
piedades mencionadas, sin embargo en el año 2010 los protocolos del ACLS
fueron modicados eliminando la atropina del tratamiento de actividad eléctri-
ca sin pulso y de asistolia, por falta de evidencia de ser beneciosa en estas
condiciones. No obstante, continúa siendo la droga de primera elección en el
tratamiento de bradicardia sinusal sintomática, a dosis de 1 mg IV cada tres
minutos con dosis máxima de 0.04 mg/kg.

Antiarrítmicos
La lidocaína y amiodarona son los dos medicamentos antiarritmicos más utili-
zados. La primera como un anestésico local, incrementa la estimulación eléctri-
ca de ambos ventrículos durante la diástole, secundario a esto disminuye la
6 MIP. Manual de medicina de urgencias (Capítulo 1)

actividad eléctrica miocárdica ectópica. Paradójicamente esta acción trae con-


secuencias desafortunadas, ya que acrecienta el umbral a la desbrilación. La
lidocaina debe de ser considerada como segunda alternativa, después del uso
de amiodarona para taquicardia ventricular (TV) o brilación ventricular (FV)
con dosis de 1 a 1.5 mg/kg peso en bolo, seguido de 0.5 a 0.75 mg/kg con un
intervalo de 5 a 10 min, con dosis máxima de 3 mg/kg.
La amiodarona es otro medicamento antiarrítmico indicado en la TV y FV
con pulso. Actúa por varios mecanismos, bloqueado los canales de sodio y cal-
cio, y el antagonismo del ujo de salida del potasio, bloqueando el efecto adre-
nérgico. La dosis inicial es de 300 mg en bolo, seguido de 150 mg a los 5 min,
con dosis máxima 2.2 g en 24 horas.

Tratamiento adjunto
Los más comunes incluyen el bicarbonato de sodio, el sulfato de magnesio y
gluconato de calcio. El uso rutinario de estos fármacos no ha demostrado be-
necio; por lo que sólo se utilizan en situaciones especícas y su administración
depende del escenario clínico en el cual se desarrolle el paro cardiaco; por
ejemplo, el paciente con hipercalemia severa, hipocalcemia severa, alta sospe-
cha o diagnóstico de embolismo pulmonar o cardiaco.
El bicarbonato de sodio es un potente agente alcalino, esencial para el
mantenimiento del equilibrio ácido-base del organismo, su uso es muy rutina-
rio en pacientes con paro cardiorrespiratorio, pero sólo está indicado cuando la
causa del paro corresponda a acidosis severa, hipercalemia signicativa o in-
toxicación por agentes bloqueadores de los canales de sodio, ya que se ha de-
mostrado que puede ocasionar hiperosmolaridad e hipernatremia; la dosis es
de 1 mg/kg de peso en bolo, si se requiere, puede repetirse la mitad de la dosis
inicial, lo recomendable es la determinación de gases sanguíneos para guiar la
administración de este medicamento.
Sulfato de magnesio. El magnesio es un electrólito esencial en los proce-
sos enzimáticos, funciona como cofactor para el uso de energía en forma de
ATP (adenosín trifosfato). La hipomagnesemia es un trastorno electrolítico que
puede provocar muerte cardiaca súbita, de ahí la hipótesis de su uso rutinario.
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No obstante, sólo existen dos indicaciones precisas en las cuales se ha demos-


trado su uso, éstas son: pacientes con QT largo, relacionado con TV polimórca
(Torsade de pointes) y toxemia en el embarazo. Su dosis es de 1 g en bolo.
Gluconato de calcio. El calcio es un electrólito esencial relacionado con los
procesos siológicos, el músculo cardiaco depende del calcio extracelular para
la contracción, además emplea un efecto estabilizante de las células miocárdi-
cas, pero las alteraciones del calcio pueden provocar en algunas ocasiones paro
cardiaco. Las indicaciones para uso de gluconato de calcio son: hipercalemia
severa, hipocalcemia severa y sobredosis de agentes bloqueadores de los cana-
les de calcio, la dosis es de 8 a 16 mg/kg de peso.
Desbrilación
Es el empleo terapéutico de la corriente eléctrica que se libera de forma asin-
crónica a través de la pared torácica, su nalidad es provocar despolarización
miocárdica generalizada y con ello condicionar que reinicie una actividad eléc-
trica ordenada que permita perfusión orgánica satisfactoria.
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Para realizar la desbirlación se deben seguir los siguientes pasos:

1. Conocer el tipo de desbrilador (gura 1-4) que se tenga disponible, ya


que existen desibriladores monofásicos, difásicos, automáticos externos,
entre otros, así como el uso del mismo, al inicio debe encenderse en “modo
de palas” para evaluar el ritmo.
2. Colocar gel conductor a las paletas del desbrilador, teniendo precaución
de distribuirlo de manera uniforme en la totalidad de ambas.
3. Se colocan las paletas nivel del tórax, la primera en el segundo espacio in-
terscostal de manera vertical y la segunda horizontal a nivel del quinto
espacio intercostal, línea media clavicular.
4. Evaluar el ritmo: existe durante la reanimación solo dos ritmos que son
desbrilables: taquicardia ventricular (gura 1-5) y brilación ventricular sin
pulso (gura 1-6).
5. Cargar el desrbilador monofásico a 360 J y difásico a 200 J, una vez que el
aparato indique que está cargado.
6. Dar aviso al equipo médico y auxiliares que se va aplicar la descarga y al
mismo tiempo, observar que nadie esté tocando al paciente
7. Aplicar la descarga comprimiendo de una manera suave las paletas con el
tórax del paciente en la posición antes descrita.
8. Posterior a la aplicación de la descarga, continuar con las compresiones to-
rácicas hasta completar el ciclo de 2 min, después de la misma vericar nue-
vamente el pulso, así como el ritmo cardiaco.
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Figura 1-4. Desbrilador.


8 MIP. Manual de medicina de urgencias (Capítulo 1)

Figura 1-5. Taquicardia ventricular.

Figura 1-6. Fibrilación ventricular.

MANEJO DE LA VÍA AÉREA Y VENTILACIÓN

En un medio hospitalario se cuentan con recursos para la ventilación asistida,


una vez que se estableció que el paciente no respira espontáneamente se pue-
de oxigenar de manera inicial por medio de una bolsa-válvula-mascarilla co-
nectada al ujo de oxígeno continuo de 10 a 15 litros por minuto, es
importante que la mascarilla esté bien ajustada cubriendo la totalidad de la
nariz y boca del paciente, esto se logra colocando ambas manos, adaptando el
puente de la nariz y después la boca, asegurándose que se mantengan los de-
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dos en una posición en C, para evitar fugas de la misma. Una vez realizada esta
posición, con la mano opuesta se insua la bolsa y al mismo tiempo se corro-
bora la elevación y depresión correcta del tórax, esto indica que se está venti-
lando correctamente. Se deben de administrar de 8 a 10 ventilaciones por
minuto sin interrumpir las compresiones torácicas.
Una vez realizadas las maniobras anteriores se debe de proceder a estable-
cer la vía aérea permeable temporal, esto se lleva a cabo con los diferentes
dispositivos existentes, el uso de cada uno de ellos dependerá del escenario
clínico del paciente, disponibilidad de los mismos y experiencia del personal en
la utilización de éstos.
El procedimiento de elección es la intubación orotraqueal, debe realizarlo
el personal que esté familiarizado con la técnica, ya que un mal manejo esta
puede ocasionar graves complicaciones.

Equipo de reanimación
Si bien los pasos a seguir durante la reanimación se describen de forma escalo-
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Soporte vital básico

Aparente pérdida de conocimientos

¿Responde?

No Sí

Active el sistema de emergencias Actúa según corresponda

Posicione a la víctima
- Resguarde su propia integridad
- Resguarde la integridad de la víctima

Realice apertura de la vía aérea

¿Respira?

No Sí

Administre dos ventilaciones Coloque posición de recuperación


- Un segundo cada una - Controle la respiración
- Que genere elevación del tórax - Resguarde su propia integridad
- Resguarde la integridad de la víctima

¿Tiene pulso?

No Sí
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Administre 30 compresiones Administre ventilaciones solas


torácicas hasta - Frecuencia de 10 a 12/min
- Frecuencia de 100/min - Controle el pulso cada dos minutos
- Permita la reexpansión del tórax

Administre ciclos de dos ventilaciones cada


30 compresiones torácicas hasta
- La llegada de un desfribilador
- La llegada de un sistema de emergencias médicas
- La víctima se mueva

Figura 1-7. Algoritmo para el soporte vital básico.


Soporte vital avanzado
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Verificar estado del paciente


Interrogatorio
Exploración Respira normalmente No respira, boquea o jadea
Diagnóstico y
tratamiento Llamar al equipo de reanimación

Coordinador: asigna funciones


y toma de decisiones

Integrante 1 Integrante 2 Integrante 3 Integrante 4

Verifica pulso 10 segundos Apertura de la vía aérea Acceso venosos periférico Investiga las causas
del paro cardiaco
5H y 5T
Tiene pulso No tiene pulso
Apoya el resto
de los integrantes
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Compresiones torácicas 2 ventilaciones cada


5 a 6 segundos Fármacos: adrenalina
rápidas fuertes
1mg c/3 min o
y continuas 2 min
vasopresina 40 UI

Verifica pulso y ritmo Manejo de la vía aérea

Figura 1-8. Algoritmo para el soporte vital avanzado.


Amiodarona 300 mg bolo, Considerar uso de
repetir 150 mg a los 5 min Bicarbonato de sodio
Actividad eléctrica TV o FV desfibrilar
o lidocaína 1 a 1.5 mg/kg Sulfato de magnesio
sin pulso o asistolia 360 J monofásico
5 a 10 min Gluconato de calcio
200 J difásico
(Capítulo 1)

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nada, se debe de tomar en cuenta que el equipo de reanimación trabaja de


forma horizontal, es decir, se deben de hacer al unísono todas las maniobras
descritas, todas ellas con base en el enfoque sistemático CAB.
El equipo de reanimación trabaja en forma conjunta con el objetivo de re-
tornar la circulación, ventilación y oxigenación necesarias para el paciente que
arriba a la unidad, debe de estar bajo el mando de un coordinador quien deter-
mina las acciones a realizar de cada uno de los integrantes, analiza las causas
que llevaron al paciente a presentar el paro cardiorrespiratorio y con base en ello
toma decisiones en cuanto a las maniobras, fármacos a administrar y uso del
desbrilador. Éste debe contar con la capacidad de mando necesaria, dar ins-
trucciones claras y dirigidas conociendo las habilidades, y limitaciones de cada
uno de los miembros del equipo, tratarlos con respecto y ser capaz de compartir
los conocimientos necesarios para una reanimación exitosa; el resto de los inte-
grantes se enfocará a medidas especícas como manejo de la vía aérea, compre-
siones torácicas, búsqueda de acceso venoso y la preparación, y administración
de fármacos previamente decididos por el coordinador; un último integrante
deberá interrogar al personal paramédico o familiares del paciente, los antece-
dentes o causas que se presumen, lo llevaron a esta situación para comunicárse-
los al coordinador, a partir de ello se tomarán decisiones encaminadas al
tratamiento especíco de las causas que provocaron el paro cardiaco.

BIBLIOGRAFÍA

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